Oxidente es onde bivo yo y mis papas y mas jente que cabe, menos los chinos que viben en otro lao mas lejios en oridiente, peo cay chinos que benen a ber cay, y ya ese quedan elo vien ese bibe aquis.
Lo malo de oxidente es quen inbierno cace frio y poeso cay que poner la calefaxion, peo en berano no y mejor pa jugar y to.
Lo malo tamien son las nutizias, esalen masimas axidentes y cosas malas como las elexiones, que senpre ganan los malos y poeso
quenel cole cadia la lexion es mu mal de sabier, que menuo rollio.
Yan en zima en la tele esolo ponien pelis daxion, asi con muchia diestruxion y mi papa tol rato ai con la radio pa oir ala selexion de furgol, con lo malos eson de pena y to.
Lo bueno de oxidente son los riegalos de pa mi cunples, menos el dixonario eme traijeron los yayios ques un rollio sin divujos ni na.
Yaora menpiezao una colexion de seyios pa tiener tol mundio ai en chiquijito, peo ecasi no tiengo an poque no me sabo mi direxion masque que bibo en oxidente, peo nel mapa e no salie, esian olbidao de ponierlo, asique mu mal y yo no sie los chinos como lliegan que lliegan, sin sabier ni onde ques aquis o igual quesque tenen mapas miejores y poeso.
7 de diciembre de 2018
Les Zoquetes
Les Zoquetes son la banda del momento.
Su música causa furor entre los jóvenes.
Todos imitan su estilo y recitan como loros sus estribillos.
Les Zoquetes hacen honor a su nombre, sus temas son la ineptitud máxima.
Y para colmo se creen buenos.
Mejor dicho, pretenden ser ejemplo a seguir.
Aparentan que son el no va más, pero en el fondo saben que lo suyo es pura farsa, pose y mascarada.
El pedo de un retrasado tiene más merito a su lado.
Les Zoquetes aprovechan su protagonismo, para sembrar ponzoña a diestra y siniestra.
Sus pésimos éxitos amañados, llenan de memeces las cabezas de los incautos.
Eso se traduce en actitudes y comportamientos dañinos, nefastos, degradantes.
Al son de sus lemas falaces y antilógicos, violentan toda concordia, rompen todo orden, anulan todo límite.
Se mean en la cordura y berrean rabiosos, contra viento y marea.
Les Zoquetes están de moda por enchufe, pero tan raudos como han ascendido, caerán.
La mitad de sus seguidores no les admira realmente, son meros oportunistas, aspirando a una porción de privilegios y recompensas.
Prebendas y regalías que llegan con cuentagotas, para cebar la horda de esbirros secuaces lacayos.
Les Zoquetes no son mas que una pasarela de medro, prescindibles e intercambiables.
Por eso no importa en absoluto su calidad.
Mejor dicho, su ausencia total de calidad es precisamente la razón por la que han sido aupados a lo más alto.
Son espejos deformantes, cuyo propósito es sacar la sabandija de quien se mire en ellos.
Les Zoquetes son un absurdo grotesco, una perniciosa parodia, un esperpento nocivo.
Son una piñata postmoderna, lista para ser reventada.
Pero lo que albergan en su interior, no es ningún manjar.
Ni mucho menos.
Les Zoquetes son flor de un día, sustentada mediante ingente tinglado inviable.
Su hora llegará y en la basura terminarán.
Nadie llorará su pérdida y pasarán al olvido como un capítulo vergonzoso.
Falta saber cuál será el saldo de tarados que dejen tras de sí.
Cuántos agusanados sesos quedarán como triste testimonio de semejante descomunal dislate.
Y qué será lo siguiente?
Los cerdos lo tienen difícil para caer más bajo.
Su música causa furor entre los jóvenes.
Todos imitan su estilo y recitan como loros sus estribillos.
Les Zoquetes hacen honor a su nombre, sus temas son la ineptitud máxima.
Y para colmo se creen buenos.
Mejor dicho, pretenden ser ejemplo a seguir.
Aparentan que son el no va más, pero en el fondo saben que lo suyo es pura farsa, pose y mascarada.
El pedo de un retrasado tiene más merito a su lado.
Les Zoquetes aprovechan su protagonismo, para sembrar ponzoña a diestra y siniestra.
Sus pésimos éxitos amañados, llenan de memeces las cabezas de los incautos.
Eso se traduce en actitudes y comportamientos dañinos, nefastos, degradantes.
Al son de sus lemas falaces y antilógicos, violentan toda concordia, rompen todo orden, anulan todo límite.
Se mean en la cordura y berrean rabiosos, contra viento y marea.
Les Zoquetes están de moda por enchufe, pero tan raudos como han ascendido, caerán.
La mitad de sus seguidores no les admira realmente, son meros oportunistas, aspirando a una porción de privilegios y recompensas.
Prebendas y regalías que llegan con cuentagotas, para cebar la horda de esbirros secuaces lacayos.
Les Zoquetes no son mas que una pasarela de medro, prescindibles e intercambiables.
Por eso no importa en absoluto su calidad.
Mejor dicho, su ausencia total de calidad es precisamente la razón por la que han sido aupados a lo más alto.
Son espejos deformantes, cuyo propósito es sacar la sabandija de quien se mire en ellos.
Les Zoquetes son un absurdo grotesco, una perniciosa parodia, un esperpento nocivo.
Son una piñata postmoderna, lista para ser reventada.
Pero lo que albergan en su interior, no es ningún manjar.
Ni mucho menos.
Les Zoquetes son flor de un día, sustentada mediante ingente tinglado inviable.
Su hora llegará y en la basura terminarán.
Nadie llorará su pérdida y pasarán al olvido como un capítulo vergonzoso.
Falta saber cuál será el saldo de tarados que dejen tras de sí.
Cuántos agusanados sesos quedarán como triste testimonio de semejante descomunal dislate.
Y qué será lo siguiente?
Los cerdos lo tienen difícil para caer más bajo.
1 de diciembre de 2018
ojos de mosca
Las moscas son como globos pequeñitos que flotan y las alas son pa no irse pa riba y quedarse avajos. Poreso quen las patas tenen bentosas pa piegarse al suelo y mas, o si no que sirian flotando al zielo. Y cando se moren pasa eso que pasa, que se van flotando al zielo. Poreso quen el suelo no quedan ai moscas muertas, solo masque las aplastadas o piegadas en un chicles o asis.
Y las moscas cando se van al zielo se yienan de pielusa vlanca y poreso que sacen las nuves, que son de moscas. Y cando lluebe es que se les caen las alas y las patas, que poreso el suelo que se pone asi suizio de varros de lo que cae da riba.
Y la niebe son los ojos de las moscas, que se les caen cando ace frio, que sacen los copos aldierredor de cada. Poreso la niebe ques vlanca, pero aluego cando se dirrite se pone marron, que pasan las maquinas y se la yieban pacer cafes, porque el cafe que sace asi que sace, con ojo de moscas, que los ponen ai tos en una sarten pa secarlos de la niebe y ya. Y cando san secao se quedan ai marron claro y guelen a quemao y coneso que sale el cafes. Ya mi no me gusta porque povres moscas ai en el zielo sin ojos, pero guele bien guele.
Yal gun dia no se si me voi a olbidarme deque son ojos y miejor que no, porque puaj.
Y las moscas cando se van al zielo se yienan de pielusa vlanca y poreso que sacen las nuves, que son de moscas. Y cando lluebe es que se les caen las alas y las patas, que poreso el suelo que se pone asi suizio de varros de lo que cae da riba.
Y la niebe son los ojos de las moscas, que se les caen cando ace frio, que sacen los copos aldierredor de cada. Poreso la niebe ques vlanca, pero aluego cando se dirrite se pone marron, que pasan las maquinas y se la yieban pacer cafes, porque el cafe que sace asi que sace, con ojo de moscas, que los ponen ai tos en una sarten pa secarlos de la niebe y ya. Y cando san secao se quedan ai marron claro y guelen a quemao y coneso que sale el cafes. Ya mi no me gusta porque povres moscas ai en el zielo sin ojos, pero guele bien guele.
Yal gun dia no se si me voi a olbidarme deque son ojos y miejor que no, porque puaj.
perro ahorra
Salud, camarrada. Prrocedo a rreporrtarr mi inforrme.
La estrrategia de infiltrración ha dado rresultado. Grracias a la hoja de rrecomendación, estoy de porrterro en un edificio discrreto.
Parra que no sospechen de mi acento, digo que sufrro una rronquerra herreditarria.
Mucho tiempo dedico a ocuparrme del correo, la basurra, la calderra y demás tarreas. Lo cual no me impide llevarr rrigurroso contrrol de todos los irres y venirres del vecindarrio.
Voy rrellenando los ficherros de cada rresidente:
Junto a mi porrterría, viven Audorro y su mujerr Aurrelia.
Audorro es un banquerro narrigudo y con jorroba. Su sonrrisa de arraña amorral, me inspirra trremenda tirria.
Aurrelia es la prropietarria del edificio y ejerrce de caserra tirrana, arrisca y hurraña. La arrpía arrugada, es cerril y agarrada cual caparra. Parrece que siemprre está espiando porr la mirrilla.
Cuando llego con el correo o algún rrecado, tarrda un rrato en descorrerr todos los cerrojos de su puerrta. Dentrro se ve oscurro y huele a férretrro enrrarrecido.
Nunca perrmite a nadie crruzarr el umbrral.
Ignorro los tesorros o porrquerrías que guarrdan allí ese parr de bicharracos carroñerros.
En el prrimerro izquierrda, viven Perrico y su mujerr Marrisa.
Son una parreja de prre-rretirrados, algo madurros.
Perrico es ex-gerrente de una emprresa de fósforros y cerrillas, depurrado porr las tijerras de la crrisis, como tantos otrros.
Orrondo y colorrado, gusta porrtarr farria y chisterra al rrecibirr a las visitas, que son pocas, tirrando a nulas.
Forrofo de los deporrtes, tiene un despacho, prresidido porr una grran banderra, cuyas parredes están abarrotadas de rrecorrtes de diarrio, en memorria de los trriunfos de su equipo prredilecto. Porrosos trrofeos de una vicarria glorria compensatorria.
Cazurro y carroza, se pasa el día en un garrito cerrcano, fiel a su aperritivo y parroquia.
Marrisa es una antigua tenderra, que ha trraspasado la frruterría a su nuerra.
Esta pícarra surreña carrismática, de vestuarrio horrterra y barrato, lleva una vida placenterra y hogarreña. Su piel sudorrosa, rrica en anchurras y lunarres, desprrende arroma rrurral, a tono con su salerro fiesterro y camperro. Curriosa y amiga del jolgorrio de una buena charrada y parrodia, frrecuenta el tendedorr parra interrcambiarr chismorreos con las vecinas, garrula y lenguarraz.
En el prrimerro derrecha, viven Macarrio y su mujerr Rrosarrio.
Macarrio es un chatarrerro derrengado y descarriado, más bien chorrizo y rraterro.
Tales menesterres, pobrres rrecurrsos le aporrtan y mala catadurra le labrran. Porr eso es camorrista y macarra, pirripi y viscerral. Fanfarrón y botarrate, frronterro al crretinismo, abunda en parridas y chorradas.
Rrosarrio es ama de casa, de poco mérrito y esmerro. Tarruga y ceporra, sus prrecarrias arrtes culinarrias y muchos apurros con soperras, perroles y pucherros, rresultan en rrecetas frrustrradas y rridículos prreparrados, prreámbulo de mutuos rreprroches, berrinches y berridos. Su amarrgo barrullo y sonorro alborroto, durra hasta que algo acaba rroto, ultrrajando su morrada, cada día más oprresiva y descarrnada. Irracundos y airrados se corroen, agrrios e hirrientes cual garrampa, pues sus carrencias no les llevan a tenerrse rrespeto ni a saberr querrerrse. Desgrraciados en perrpetua porrfía y querrella, se rrebozan en la mugrre y el barrizal de sus penurrias y miserrias.
En el segundo derrecha, viven Lorrenzo y su mujerr Aurrorra.
Lorrenzo es un forrestal guaperras, bizarro y montarraz, segurro y varronil. Adorra su trrabajo y a su mujerr, con total venerración.
Con igual solturra senderrea parrajes, llanurra y laderras, como orrilla perras, cinturra y caderras. Con parreja perricia sofoca una hoguerra o explorra una caverrna, como erriza y arrebola con pirropos y dulzurras.
Aurrorra es purro corrazón y madrre rrendida y entrregada a sus crríos. Una exuberrante melena, rrizada y dorrada, adorrna su tierrna carra sincerra. Cantarrina y carriñosa tarrarrea lindurras, mientrras niñerra arrulla y arropa a sus cachorros. Luego rreza porr seguirr así de prrósperra y venturrosa, con palabrras clarras y espírritu agrradecido. Después, porr la noche, colma de arrumacos y carricias a su querrido marrido, hasta rreposarr juntos rre-enamorrados.
En el segundo izquierrda, vive Dolorres.
Dolorres es una solterrona austerra y severra, sobrria y decorrosa en sus forrmas y manerras. Serria y estirrada, lleva su pelo rrecogido y tirrante. Viste correcta y moderrada, cual rrigurrosa forrense, de porrte fierro y firrme.
Ejerrce de tutorra de historria, parra los escolarres con suficiente enterreza parra trratarrla, o parra los forrzosos porr merridiano imperrativo parrental.
Su superriorr crriterrio y durro carrácterr, con algún que otrro coscorrón parra el distrraído, cimentan su prrestigio y tarrifa, con cerro errorr en sus rresultados.
En la buharrdilla, vive Irris.
Irris es una herrmosa norruega rreserrvada, de figurra tórrida y misterriosa cual sirrena.
Antes vivía con un pintorr, perro fue a chirrona porr morroso.
Ahorra sobrrevive haciendo rremiendos de costurra parra caballerros, una tapaderra tan buena como otrra cualquierra parra disimularr su prréstamo de favorres carrnales.
Una vez que subí a rreparrarr unas goterras, pude admirrarr varrios cuadrros de ella en cuerros. De verras memorrables.
Así pues, grracias a mi estrratégica situación, mi laborr es fácil. Pego orreja al patio interriorr y rregistrro toda novedad que van prregonando las marrujas cotorras.
Esto me da considerrables indicios sobrre los lugarreños, que más adelante deberré corroborrarr.
Porr ejemplo:
Parrece serr que la becarria le rrepasa la varrita al dirrectorr del conserrvatorrio.
La corral del barrio, saldrrá de girra durrante el verrano.
Una folclórrica borrega y majarra, guarrda un dinerral en su orrinal.
Una rrarra morruna de la ferria errante, conjurra y augurra el futurro, trrazando espirrales con serrín o arrena.
El ambulatorrio está cerrado porr virrus, perro un guirri viajerro turrista dice haberr visto al doctorr y a la enferrmerra currando su catarro en un safarri.
El perrito de la joyerría, le ha rregalado una arrebatadorra pulserra narranja a su novia, que la luce con solturra, ignorrante de la rreliquia o quimerra de la que es depositarria.
El panaderro toma jarrabe de carracol parra currarr su carries, perro ahorra ve borroso y crree que su horrarrio le está pasando facturra.
Un parrado carrcamal, toca invarriable la bandurria, a altas horras, junto a una farrola de las afuerras.
Etc.
Perro un rreciente suceso me ha perrturrbado sobrremanerra.
Una mañana, aterrizó un carro liguerro en el patio interriorr, y rrauda bajó a rreclamarrlo Dolorres, apurrada y ligerra de rropa. Al dárrselo vi en su mirrada un arrdorr vorraz, una prromesa de arrimos y placerres enorrmes, forrmidables, siderrales.
Y esa secrreta oferrta, no logrro ya aparrtarrla de mi seserra.
A cada rrato suspirro herrido y me invade la flojerra, casi hasta el borrde de la llorrerra. Añorro las correrrías errótico-amorrosas, el grrato rretozarr acarramelado.
Sé perrfectamente que caerr en esa locurra y arrebato, serría ponerr en rriesgo toda la operración. Perro con un poco de suerrte, quizás rrecabe prreciosa inforrmación y sabrrosos datos.
Crreo que esa posible rrecompensa, bien merrece ponerrle corraje porr mi parrte.
Téngame prresente en sus orraciones, camarrada. Hasta prronto, si Dios quierre.
La estrrategia de infiltrración ha dado rresultado. Grracias a la hoja de rrecomendación, estoy de porrterro en un edificio discrreto.
Parra que no sospechen de mi acento, digo que sufrro una rronquerra herreditarria.
Mucho tiempo dedico a ocuparrme del correo, la basurra, la calderra y demás tarreas. Lo cual no me impide llevarr rrigurroso contrrol de todos los irres y venirres del vecindarrio.
Voy rrellenando los ficherros de cada rresidente:
Junto a mi porrterría, viven Audorro y su mujerr Aurrelia.
Audorro es un banquerro narrigudo y con jorroba. Su sonrrisa de arraña amorral, me inspirra trremenda tirria.
Aurrelia es la prropietarria del edificio y ejerrce de caserra tirrana, arrisca y hurraña. La arrpía arrugada, es cerril y agarrada cual caparra. Parrece que siemprre está espiando porr la mirrilla.
Cuando llego con el correo o algún rrecado, tarrda un rrato en descorrerr todos los cerrojos de su puerrta. Dentrro se ve oscurro y huele a férretrro enrrarrecido.
Nunca perrmite a nadie crruzarr el umbrral.
Ignorro los tesorros o porrquerrías que guarrdan allí ese parr de bicharracos carroñerros.
En el prrimerro izquierrda, viven Perrico y su mujerr Marrisa.
Son una parreja de prre-rretirrados, algo madurros.
Perrico es ex-gerrente de una emprresa de fósforros y cerrillas, depurrado porr las tijerras de la crrisis, como tantos otrros.
Orrondo y colorrado, gusta porrtarr farria y chisterra al rrecibirr a las visitas, que son pocas, tirrando a nulas.
Forrofo de los deporrtes, tiene un despacho, prresidido porr una grran banderra, cuyas parredes están abarrotadas de rrecorrtes de diarrio, en memorria de los trriunfos de su equipo prredilecto. Porrosos trrofeos de una vicarria glorria compensatorria.
Cazurro y carroza, se pasa el día en un garrito cerrcano, fiel a su aperritivo y parroquia.
Marrisa es una antigua tenderra, que ha trraspasado la frruterría a su nuerra.
Esta pícarra surreña carrismática, de vestuarrio horrterra y barrato, lleva una vida placenterra y hogarreña. Su piel sudorrosa, rrica en anchurras y lunarres, desprrende arroma rrurral, a tono con su salerro fiesterro y camperro. Curriosa y amiga del jolgorrio de una buena charrada y parrodia, frrecuenta el tendedorr parra interrcambiarr chismorreos con las vecinas, garrula y lenguarraz.
En el prrimerro derrecha, viven Macarrio y su mujerr Rrosarrio.
Macarrio es un chatarrerro derrengado y descarriado, más bien chorrizo y rraterro.
Tales menesterres, pobrres rrecurrsos le aporrtan y mala catadurra le labrran. Porr eso es camorrista y macarra, pirripi y viscerral. Fanfarrón y botarrate, frronterro al crretinismo, abunda en parridas y chorradas.
Rrosarrio es ama de casa, de poco mérrito y esmerro. Tarruga y ceporra, sus prrecarrias arrtes culinarrias y muchos apurros con soperras, perroles y pucherros, rresultan en rrecetas frrustrradas y rridículos prreparrados, prreámbulo de mutuos rreprroches, berrinches y berridos. Su amarrgo barrullo y sonorro alborroto, durra hasta que algo acaba rroto, ultrrajando su morrada, cada día más oprresiva y descarrnada. Irracundos y airrados se corroen, agrrios e hirrientes cual garrampa, pues sus carrencias no les llevan a tenerrse rrespeto ni a saberr querrerrse. Desgrraciados en perrpetua porrfía y querrella, se rrebozan en la mugrre y el barrizal de sus penurrias y miserrias.
En el segundo derrecha, viven Lorrenzo y su mujerr Aurrorra.
Lorrenzo es un forrestal guaperras, bizarro y montarraz, segurro y varronil. Adorra su trrabajo y a su mujerr, con total venerración.
Con igual solturra senderrea parrajes, llanurra y laderras, como orrilla perras, cinturra y caderras. Con parreja perricia sofoca una hoguerra o explorra una caverrna, como erriza y arrebola con pirropos y dulzurras.
Aurrorra es purro corrazón y madrre rrendida y entrregada a sus crríos. Una exuberrante melena, rrizada y dorrada, adorrna su tierrna carra sincerra. Cantarrina y carriñosa tarrarrea lindurras, mientrras niñerra arrulla y arropa a sus cachorros. Luego rreza porr seguirr así de prrósperra y venturrosa, con palabrras clarras y espírritu agrradecido. Después, porr la noche, colma de arrumacos y carricias a su querrido marrido, hasta rreposarr juntos rre-enamorrados.
En el segundo izquierrda, vive Dolorres.
Dolorres es una solterrona austerra y severra, sobrria y decorrosa en sus forrmas y manerras. Serria y estirrada, lleva su pelo rrecogido y tirrante. Viste correcta y moderrada, cual rrigurrosa forrense, de porrte fierro y firrme.
Ejerrce de tutorra de historria, parra los escolarres con suficiente enterreza parra trratarrla, o parra los forrzosos porr merridiano imperrativo parrental.
Su superriorr crriterrio y durro carrácterr, con algún que otrro coscorrón parra el distrraído, cimentan su prrestigio y tarrifa, con cerro errorr en sus rresultados.
En la buharrdilla, vive Irris.
Irris es una herrmosa norruega rreserrvada, de figurra tórrida y misterriosa cual sirrena.
Antes vivía con un pintorr, perro fue a chirrona porr morroso.
Ahorra sobrrevive haciendo rremiendos de costurra parra caballerros, una tapaderra tan buena como otrra cualquierra parra disimularr su prréstamo de favorres carrnales.
Una vez que subí a rreparrarr unas goterras, pude admirrarr varrios cuadrros de ella en cuerros. De verras memorrables.
Así pues, grracias a mi estrratégica situación, mi laborr es fácil. Pego orreja al patio interriorr y rregistrro toda novedad que van prregonando las marrujas cotorras.
Esto me da considerrables indicios sobrre los lugarreños, que más adelante deberré corroborrarr.
Porr ejemplo:
Parrece serr que la becarria le rrepasa la varrita al dirrectorr del conserrvatorrio.
La corral del barrio, saldrrá de girra durrante el verrano.
Una folclórrica borrega y majarra, guarrda un dinerral en su orrinal.
Una rrarra morruna de la ferria errante, conjurra y augurra el futurro, trrazando espirrales con serrín o arrena.
El ambulatorrio está cerrado porr virrus, perro un guirri viajerro turrista dice haberr visto al doctorr y a la enferrmerra currando su catarro en un safarri.
El perrito de la joyerría, le ha rregalado una arrebatadorra pulserra narranja a su novia, que la luce con solturra, ignorrante de la rreliquia o quimerra de la que es depositarria.
El panaderro toma jarrabe de carracol parra currarr su carries, perro ahorra ve borroso y crree que su horrarrio le está pasando facturra.
Un parrado carrcamal, toca invarriable la bandurria, a altas horras, junto a una farrola de las afuerras.
Etc.
Perro un rreciente suceso me ha perrturrbado sobrremanerra.
Una mañana, aterrizó un carro liguerro en el patio interriorr, y rrauda bajó a rreclamarrlo Dolorres, apurrada y ligerra de rropa. Al dárrselo vi en su mirrada un arrdorr vorraz, una prromesa de arrimos y placerres enorrmes, forrmidables, siderrales.
Y esa secrreta oferrta, no logrro ya aparrtarrla de mi seserra.
A cada rrato suspirro herrido y me invade la flojerra, casi hasta el borrde de la llorrerra. Añorro las correrrías errótico-amorrosas, el grrato rretozarr acarramelado.
Sé perrfectamente que caerr en esa locurra y arrebato, serría ponerr en rriesgo toda la operración. Perro con un poco de suerrte, quizás rrecabe prreciosa inforrmación y sabrrosos datos.
Crreo que esa posible rrecompensa, bien merrece ponerrle corraje porr mi parrte.
Téngame prresente en sus orraciones, camarrada. Hasta prronto, si Dios quierre.
3 de noviembre de 2018
te roban la cocina
Una mañana te levantas, te diriges a la cocina y descubres que no puedes entrar, pues hay una puerta blindada, con ranura para bandeja, al más puro estilo carcelario.
Aporreas esa barrera inadmisible, hasta que se abre la ranura y ves al otro lado los ojos de alguien.
Entonces comienza el más absurdo diálogo.
El desconocido ocupante, demuestra poseer notables dotes oratorias. Reconduce todas tus quejas y protestas, hasta hacerlas parecer insignificantes.
Te convence de las ventajas de esta nueva situación.
Tal susodicho, a cambio de la usurpación de esa parcela de tus dominios, te ofrece sus servicios como cocinero personal, además de correr con los gastos y la compra de los alimentos.
La oferta es tentadora, pues ni te sobra dinero ni te apasiona cocinar.
Tras mucho negociar, cerráis el acuerdo mediante la firma de un contrato.
Una de las cláusulas más curiosas del legajo, es la que te obliga a elegir un nuevo cocineril relevo cada cuatro meses.
Tu no has pedido eso, y ya no recuerdas las razones que te convencieron de la idoneidad de semejante requisito.
Supuestamente, ello obliga a dicho fulano a esforzarse y esmerarse en su labor. Pero a ti te suena a pretexto trilero.
Lo cierto y verdad es que, esa rotación de 'sirvientes', te roba toda posibilidad de recuperar jamás tu cocina.
Pero, si lo piensas, aun sin eso, poco podrías hacer.
No conoces ni el nombre ni la identidad de tu expropiante inquilino.
Así pues, comienzas a disfrutar de este servicio sobrevenido.
Al principio te debates entre la rebeldía y la complacencia.
Realmente es muy cómodo disponer de comidas preparadas y gratuitas.
Pero todavía buscas alguna manera de deshacerte del autoinstaurado convidado.
Inspeccionas el exterior del edificio y descubres que la ventana de tu cocina da a una nueva escalera de incendios, que curiosamente no desciende hasta la calle, sino que sube hasta el tejado.
Espías con unos prismáticos las entradas y salidas del interfecto, pero no logras obtener ningún rasgo identificativo, pues va cubierto con amplias ropas, capucha, gafas de sol y mascarilla anticontaminación.
No hay manera de seguirle el rastro, pues el acceso a los tejados está cerrado con una insólita cerradura, de la que nadie parece tener llave.
Intentas movilizar a la policía en ayuda de tu causa, pero descubres lo que ya sospechabas: No mueven ni un dedo a tu favor.
Acudes a la vía judicial. Lo mismo de lo mismo. El contrato es legal y vinculante. Y para colmo solo se puede finalizar si ambas partes están de acuerdo. Resulta que la ley se ha vuelto totalmente antilógica para según que cosas. Casualidades de la vida.
Por eso no te sorprende descubrir que todos tus vecinos se encuentran igualmente parasitados.
Los medios no dicen ni mu de esta masiva invasión orquestada.
Y, cómo no, los precios de los alimentos se han disparado. Ya no podrías alimentarte por tu cuenta ni aunque quisieras.
Así pasan cuatro meses y por vez primera debes elegir el próximo 'chef' de tu cocina.
Se te ofrece un libreto con los menús ofertados por cada candidato.
En realidad hay poca diferencia entre los platos de unos y otros.
Los aspirantes se hacen llamar cada uno con el nombre de un color, lo cual te hace sentir como en una película de atracos.
Tras mucho darle vueltas, eliges al señor Marrón, no por nada en particular.
Pasa el tiempo y cada vez te incomoda más esta dependencia involuntaria. Te molesta la rigidez del programa semanal de menús. Te molestan las no negociables cantidades que se te sirven. Te molesta no poder eludir ni una sola comida.
Pero lo peor de todo es lo que no sabes.
No sabes que tu cocinero te está envenenando en secreto.
Poco a poco, te vas volviendo apático, lento, memo.
Ya no te queda seso ni energía, para escapar de esa trampa fatal.
Sin darte cuenta, te estás dando por vencido.
Cada día más débil, tonto y estéril.
Aporreas esa barrera inadmisible, hasta que se abre la ranura y ves al otro lado los ojos de alguien.
Entonces comienza el más absurdo diálogo.
El desconocido ocupante, demuestra poseer notables dotes oratorias. Reconduce todas tus quejas y protestas, hasta hacerlas parecer insignificantes.
Te convence de las ventajas de esta nueva situación.
Tal susodicho, a cambio de la usurpación de esa parcela de tus dominios, te ofrece sus servicios como cocinero personal, además de correr con los gastos y la compra de los alimentos.
La oferta es tentadora, pues ni te sobra dinero ni te apasiona cocinar.
Tras mucho negociar, cerráis el acuerdo mediante la firma de un contrato.
Una de las cláusulas más curiosas del legajo, es la que te obliga a elegir un nuevo cocineril relevo cada cuatro meses.
Tu no has pedido eso, y ya no recuerdas las razones que te convencieron de la idoneidad de semejante requisito.
Supuestamente, ello obliga a dicho fulano a esforzarse y esmerarse en su labor. Pero a ti te suena a pretexto trilero.
Lo cierto y verdad es que, esa rotación de 'sirvientes', te roba toda posibilidad de recuperar jamás tu cocina.
Pero, si lo piensas, aun sin eso, poco podrías hacer.
No conoces ni el nombre ni la identidad de tu expropiante inquilino.
Así pues, comienzas a disfrutar de este servicio sobrevenido.
Al principio te debates entre la rebeldía y la complacencia.
Realmente es muy cómodo disponer de comidas preparadas y gratuitas.
Pero todavía buscas alguna manera de deshacerte del autoinstaurado convidado.
Inspeccionas el exterior del edificio y descubres que la ventana de tu cocina da a una nueva escalera de incendios, que curiosamente no desciende hasta la calle, sino que sube hasta el tejado.
Espías con unos prismáticos las entradas y salidas del interfecto, pero no logras obtener ningún rasgo identificativo, pues va cubierto con amplias ropas, capucha, gafas de sol y mascarilla anticontaminación.
No hay manera de seguirle el rastro, pues el acceso a los tejados está cerrado con una insólita cerradura, de la que nadie parece tener llave.
Intentas movilizar a la policía en ayuda de tu causa, pero descubres lo que ya sospechabas: No mueven ni un dedo a tu favor.
Acudes a la vía judicial. Lo mismo de lo mismo. El contrato es legal y vinculante. Y para colmo solo se puede finalizar si ambas partes están de acuerdo. Resulta que la ley se ha vuelto totalmente antilógica para según que cosas. Casualidades de la vida.
Por eso no te sorprende descubrir que todos tus vecinos se encuentran igualmente parasitados.
Los medios no dicen ni mu de esta masiva invasión orquestada.
Y, cómo no, los precios de los alimentos se han disparado. Ya no podrías alimentarte por tu cuenta ni aunque quisieras.
Así pasan cuatro meses y por vez primera debes elegir el próximo 'chef' de tu cocina.
Se te ofrece un libreto con los menús ofertados por cada candidato.
En realidad hay poca diferencia entre los platos de unos y otros.
Los aspirantes se hacen llamar cada uno con el nombre de un color, lo cual te hace sentir como en una película de atracos.
Tras mucho darle vueltas, eliges al señor Marrón, no por nada en particular.
Pasa el tiempo y cada vez te incomoda más esta dependencia involuntaria. Te molesta la rigidez del programa semanal de menús. Te molestan las no negociables cantidades que se te sirven. Te molesta no poder eludir ni una sola comida.
Pero lo peor de todo es lo que no sabes.
No sabes que tu cocinero te está envenenando en secreto.
Poco a poco, te vas volviendo apático, lento, memo.
Ya no te queda seso ni energía, para escapar de esa trampa fatal.
Sin darte cuenta, te estás dando por vencido.
Cada día más débil, tonto y estéril.
la nochedumbre
Desnudo en mi cama, soporto el somnífugo veranil sofoco.
Pegajoso y noctiálgico en la oscurnidad, cadenceo la sinfonilla de sonanzas.
Traversan la calle unos solámbulos pasos metrancólicos.
Ronconea un vecinante.
Un cruzauto prende con su luminhaz mi cuartelete.
Se oyen gatísonos llantidos y ecos cánidos.
Un tren fuga y trifulca sus lejemanejes.
Un grillo pillo, mordisquea los cristales.
Y un basuriense camionea el barrio.
Entonces, unos muslos flanquean mis piernas.
Unas caderas planchan mi pelvis.
Unas gracilmanos se entrelazan con las mías.
Sendos sudonosos pechos curvilindos, posánse sobre mi torso.
Una melena me encortina y mis labios reciben una boca sonrisueña.
Nuestras lenguas se mutuindagan, en dulcífico salivor languicalmo.
En la tiernumbra, tu fémino latido enarde mi pulso.
Domeñanta y picardilla, te bambolceas candurienta.
Tus tobillos me espolean y me embriaga tu sexodor a hembritud.
Abraciva te cachonsobas y nuestros pubis se rocegozan.
Tu frotanza ensalza mi levadura, que busca tu auspiciadora rendija.
Serpenteo y vaivencio bajo tu peso.
Hasta que, vehemfacto me alciarco y te postro supina.
Erotriz te haces la damiposa, lo que alicienta mi palperío y caricismo.
Desebundo, dactilizo y sensidermo tu cuerpo.
Resbailosa te lujurdonas y golfilón te termocato y pezonmamo.
Circunnido tu caldífera sima y te dedidiano hasta que susurflamas lubricunda.
Pasionisca, te posturnas y mi carnivara boquirrollas.
Mientras tú brevilibas, yo lengüifaeno.
Intimorio te perlilamo y saborona me puntipules.
Humidizo tu abistemplo y bravisela abundizas y te rigordeas.
Seguimos foguidísimos y jugotones con la lamedura, hasta que encenmina te vulvalojas mi punzimango.
Gemidente intrahondas submergiva y durandero te nalguihinco con sucesivez.
Montívolos cabalguientos, sensiactos y unisondos nos notifrotamos.
Luego, postgocijos soseguísimos, por fin caemos en onírica pernocta.
Pegajoso y noctiálgico en la oscurnidad, cadenceo la sinfonilla de sonanzas.
Traversan la calle unos solámbulos pasos metrancólicos.
Ronconea un vecinante.
Un cruzauto prende con su luminhaz mi cuartelete.
Se oyen gatísonos llantidos y ecos cánidos.
Un tren fuga y trifulca sus lejemanejes.
Un grillo pillo, mordisquea los cristales.
Y un basuriense camionea el barrio.
Entonces, unos muslos flanquean mis piernas.
Unas caderas planchan mi pelvis.
Unas gracilmanos se entrelazan con las mías.
Sendos sudonosos pechos curvilindos, posánse sobre mi torso.
Una melena me encortina y mis labios reciben una boca sonrisueña.
Nuestras lenguas se mutuindagan, en dulcífico salivor languicalmo.
En la tiernumbra, tu fémino latido enarde mi pulso.
Domeñanta y picardilla, te bambolceas candurienta.
Tus tobillos me espolean y me embriaga tu sexodor a hembritud.
Abraciva te cachonsobas y nuestros pubis se rocegozan.
Tu frotanza ensalza mi levadura, que busca tu auspiciadora rendija.
Serpenteo y vaivencio bajo tu peso.
Hasta que, vehemfacto me alciarco y te postro supina.
Erotriz te haces la damiposa, lo que alicienta mi palperío y caricismo.
Desebundo, dactilizo y sensidermo tu cuerpo.
Resbailosa te lujurdonas y golfilón te termocato y pezonmamo.
Circunnido tu caldífera sima y te dedidiano hasta que susurflamas lubricunda.
Pasionisca, te posturnas y mi carnivara boquirrollas.
Mientras tú brevilibas, yo lengüifaeno.
Intimorio te perlilamo y saborona me puntipules.
Humidizo tu abistemplo y bravisela abundizas y te rigordeas.
Seguimos foguidísimos y jugotones con la lamedura, hasta que encenmina te vulvalojas mi punzimango.
Gemidente intrahondas submergiva y durandero te nalguihinco con sucesivez.
Montívolos cabalguientos, sensiactos y unisondos nos notifrotamos.
Luego, postgocijos soseguísimos, por fin caemos en onírica pernocta.
2 de octubre de 2018
sillón-cocina
Soy adolescente y estoy de viaje de estudios con algunos compañeros.
Nos encontramos en un inespecificado país vecino, muy similar.
Se nos ha dado alojo en los almacenes de inventario de un centro comercial.
Aquí disponemos de pocas comodidades.
Las instalaciones son sombrías y austeras. No hay camas ni habitaciones, tan solo taquillas y estanterías.
La única ventaja de estar aquí es que nos dan acceso libre a cualquier producto disponible en la tienda.
Esto significa comida gratis, pero debemos cocinarla por nuestra cuenta.
Para eso contamos con un peculiar sillón-cocina que hay en un recóndito rincón de una olvidada área de empleados.
Ya es mediodía y nos disponemos a preparar nuestro menú, en tan rocambolesco armatoste.
El sillón-cocina tiene aspecto robusto y tosco. Su tapicería es parduzca y anticuada. En el asiento asoman los fogones y dudo mucho que puedan utilizarse sin ocasionar fatal incendio.
El horno se abre bajo el asiento y parece razonablemente aprovechable.
Vamos preparando varias recetas sobre las bandejas metálicas, para hornearlas.
Entonces nos llevamos la desagradable sorpresa de que el cable de dicho sillón-cocina no es compatible con el enchufe de la pared.
Necesitamos un cable con toma de tierra o el horno no va a funcionar.
Espoleados por nuestra creciente hambre, accedemos al centro comercial para dar con el cable adecuado que solvente nuestro apuro.
Pero no lo hay. Increíblemente.
Explorando por la zona privada, doy con una abandonada máquina recreativa.
Por suerte, su cable nos sirve.
Lo acoplamos al sillón-cocina y procedemos a insertar las bandejas en el horno, que ya se va caldeando.
La bandeja inferior se dobla por el peso y derrama su contenido sobre la base del horno.
Debemos apresurarnos a extraer dichos condumios antes de que se carbonicen y atufen nefastamente todo lo demás.
Además, necesitamos cazos para achicar el abundante caldo que también se ha depositado en el fondo.
Y con esa cuita y premura, me despierto.
Nos encontramos en un inespecificado país vecino, muy similar.
Se nos ha dado alojo en los almacenes de inventario de un centro comercial.
Aquí disponemos de pocas comodidades.
Las instalaciones son sombrías y austeras. No hay camas ni habitaciones, tan solo taquillas y estanterías.
La única ventaja de estar aquí es que nos dan acceso libre a cualquier producto disponible en la tienda.
Esto significa comida gratis, pero debemos cocinarla por nuestra cuenta.
Para eso contamos con un peculiar sillón-cocina que hay en un recóndito rincón de una olvidada área de empleados.
Ya es mediodía y nos disponemos a preparar nuestro menú, en tan rocambolesco armatoste.
El sillón-cocina tiene aspecto robusto y tosco. Su tapicería es parduzca y anticuada. En el asiento asoman los fogones y dudo mucho que puedan utilizarse sin ocasionar fatal incendio.
El horno se abre bajo el asiento y parece razonablemente aprovechable.
Vamos preparando varias recetas sobre las bandejas metálicas, para hornearlas.
Entonces nos llevamos la desagradable sorpresa de que el cable de dicho sillón-cocina no es compatible con el enchufe de la pared.
Necesitamos un cable con toma de tierra o el horno no va a funcionar.
Espoleados por nuestra creciente hambre, accedemos al centro comercial para dar con el cable adecuado que solvente nuestro apuro.
Pero no lo hay. Increíblemente.
Explorando por la zona privada, doy con una abandonada máquina recreativa.
Por suerte, su cable nos sirve.
Lo acoplamos al sillón-cocina y procedemos a insertar las bandejas en el horno, que ya se va caldeando.
La bandeja inferior se dobla por el peso y derrama su contenido sobre la base del horno.
Debemos apresurarnos a extraer dichos condumios antes de que se carbonicen y atufen nefastamente todo lo demás.
Además, necesitamos cazos para achicar el abundante caldo que también se ha depositado en el fondo.
Y con esa cuita y premura, me despierto.
Deseo
(Dedicado a Pepe Mediavilla)
Amigo, hermano, compadre, permíteme que te confiese mi mayor deseo:
Anhelo ser inmortal.
Quiero yacer inmóvil por siempre, para que el Sol se me coma lentamente. Sentirlo decapando mi piel, notarlo lamiendo en silencio mi ser, hasta convertirme en una fina voluta de polvo interminable, que flota disperso y liviano por los aires.
Vivir siendo la más insignificante partícula errante. Llegar a todos los rincones de este mundo, y encontrar reposo dentro de cada criatura viva.
Quiero ser una inofensiva y minúscula mota de polvo, pequeña y microscópica, para colarme dentro de ti, viajar hasta tu corazón y allí recostarme, al abrigo de tu tierno candor, mecido por tu íntimo latido. Tan agustito, y mejor que bien.
Así de feliz me harás, que te regalaré mi inmortalidad:
Yo, el puntito diminuto, me encenderé cual brasa viva, y prenderé en tu corazón el fuego mayor, el máximo amor, que te liberará de las cadenas mortales y te dará el poder para cumplir tu sumo deseo, o para trascender hasta el Cielo.
Luego, después, más adelante, coincidiremos en la eternidad y compartiremos experiencias y comentaremos peripecias, como buenos conocidos, como viejos amigos, como viejos buenos amigos conocidos.
(Intrahistoria: Hace año y pico descubrí el canal de Pepe (https://www.youtube.com/channel/UCKpefaVqOKPjXyqbOf6n85g) y me causó tal impresión, que me inspiró escribir este poemilla. Incluso llegué a contactar con él, para ver si querría recitarlo. Tuve buena respuesta por su parte, pero su tarifa sobrepasaba lo asumible por mi economía de entonces. Asique el proyecto quedó pospuesto hasta mejor ocasión. Justo este año me disponía a retomar la comunicación para completar esto, cuando me sorprendió la noticia de su fallecimiento. Queda pues este texto inaudito, sin la voz para la que fue escrito.)
Amigo, hermano, compadre, permíteme que te confiese mi mayor deseo:
Anhelo ser inmortal.
Quiero yacer inmóvil por siempre, para que el Sol se me coma lentamente. Sentirlo decapando mi piel, notarlo lamiendo en silencio mi ser, hasta convertirme en una fina voluta de polvo interminable, que flota disperso y liviano por los aires.
Vivir siendo la más insignificante partícula errante. Llegar a todos los rincones de este mundo, y encontrar reposo dentro de cada criatura viva.
Quiero ser una inofensiva y minúscula mota de polvo, pequeña y microscópica, para colarme dentro de ti, viajar hasta tu corazón y allí recostarme, al abrigo de tu tierno candor, mecido por tu íntimo latido. Tan agustito, y mejor que bien.
Así de feliz me harás, que te regalaré mi inmortalidad:
Yo, el puntito diminuto, me encenderé cual brasa viva, y prenderé en tu corazón el fuego mayor, el máximo amor, que te liberará de las cadenas mortales y te dará el poder para cumplir tu sumo deseo, o para trascender hasta el Cielo.
Luego, después, más adelante, coincidiremos en la eternidad y compartiremos experiencias y comentaremos peripecias, como buenos conocidos, como viejos amigos, como viejos buenos amigos conocidos.
(Intrahistoria: Hace año y pico descubrí el canal de Pepe (https://www.youtube.com/channel/UCKpefaVqOKPjXyqbOf6n85g) y me causó tal impresión, que me inspiró escribir este poemilla. Incluso llegué a contactar con él, para ver si querría recitarlo. Tuve buena respuesta por su parte, pero su tarifa sobrepasaba lo asumible por mi economía de entonces. Asique el proyecto quedó pospuesto hasta mejor ocasión. Justo este año me disponía a retomar la comunicación para completar esto, cuando me sorprendió la noticia de su fallecimiento. Queda pues este texto inaudito, sin la voz para la que fue escrito.)
25 de agosto de 2018
presidente Mutongo
El presidente Mutongo es el nuevo pelele que tenemos al frente.
En realidad, 'presidente Mutongo' es el nombre de todos los jefes de estado del mundo. Todos son títeres al servicio de la más oscura alimaña.
El-mal-en-persona es un vampiro de miles de años de antigüedad. Vive bajo tierra, en una red de túneles protegida por su maléfica energía.
El-mal-en-persona permanece sumergido en un cuenco, de 6 metros de diámetro, lleno de sangre. Ni respira aire ni toma alimento. Todo lo que hace es bucear dando vueltas continuamente. Nadie lo ha visto, pues vive en completa tiniebla y soledad.
Su cuenco se desplaza silenciosamente, flotando sobre el suelo.
Tan solo saben de su existencia las sectas malignas, que han aprendido a percibir su presencia. Dichos secuaces malévolos, conocen la misión de tan nefasta abominación y trabajan a su favor.
El-mal-en-persona no habla ningún idioma, pero su mandato es elocuente.
Por eso sus esbirros han procurado organizar el mundo para propiciar lo más posible el triunfo de la iniquidad. Por eso el poder solo reposa en manos abyectas. Las logias pérfidas, copan las vías de acceso a los puestos de mando. Todo aspirante pasa por su aro. Ellas se encargan de cribar y moldear a los candidatos.
Los farsantes aprenden a dominar el engaño y la manipulación, pues de ello depende su futuro y porvenir.
Todos juegan a la perfección su papel. Cara a la galería despliegan su repertorio de argucias y falacias. Desempeñan su rol de bufones carismáticos. Se ganan el favor de la gente.
Y así uno de ellos llega al poder.
Da igual el cariz o talante de su apariencia. Bajo la máscara, todos son la misma sabandija.
Por si esto fuese poco, la primera noche en que el electo duerme en la residencia presidencial, recibe la visita de aquel a quien rinde secreta pleitesía.
El-mal-en-persona se traslada en su cuenco por su red de túneles hasta situarse bajo dicha estancia. Entonces su súbdito camina sonámbulo y desciende hasta el sótano, donde aparece un pozo otrora nigrománticamente oculto. El durmiente es descendido levitando por tal conducto y llevado frente a su amo.
El-mal-en-persona emerge entonces y emite un cántico inarticulado y escalofriante. Su apariencia es horrenda, mezcla de pútrida decrepitud y atroz vileza, teñido todo de rojo coágulo. Por suerte la oscuridad evita semejante visión al fantoche en duermevela, que flota laxo ante tan pavoroso espanto.
El infecto antisalmo continúa durante 6 horas, 6 minutos y 6 segundos. Después su emisor se sumerge nuevamente, retorna al monigote a sus aposentos y prosigue con su subterráneo ambular ignoto.
El-mal-en-persona se anexiona así al alma de sus vasallos. Gracias a ese ritual, vincula la sangre de su cuenco con la de sus peones. Quedando a partir de entonces en plena fusión. De tal manera que todo cuanto viven y experimentan aquellos, lo vive y experimenta a su vez él. La simbiosis es perfecta y bidireccional.
El-mal-en-persona obtiene así su vitalidad y la disposición de fieles ejecutores. Los siervos, ganan en el trato los réditos de su puesto y algunos leves poderes necrománticos.
Sin embargo, estos infelices desconocen el destino que les aguarda tras la muerte, ya que entonces son absorbidos y fagocitados por su ávido dueño.
Mientras tanto, el presidente Mutongo de turno, presume y se pavonea soberbio y ufano, haciendo y deshaciendo a capricho, bajo el oscuro auspicio y designio de su no menos turbio intendente, sin otro anhelo que el de sembrar desdicha y tormento, hiel y negrura.
Hasta que acabe un día su suerte, y la garrapata termine aplastada.
En realidad, 'presidente Mutongo' es el nombre de todos los jefes de estado del mundo. Todos son títeres al servicio de la más oscura alimaña.
El-mal-en-persona es un vampiro de miles de años de antigüedad. Vive bajo tierra, en una red de túneles protegida por su maléfica energía.
El-mal-en-persona permanece sumergido en un cuenco, de 6 metros de diámetro, lleno de sangre. Ni respira aire ni toma alimento. Todo lo que hace es bucear dando vueltas continuamente. Nadie lo ha visto, pues vive en completa tiniebla y soledad.
Su cuenco se desplaza silenciosamente, flotando sobre el suelo.
Tan solo saben de su existencia las sectas malignas, que han aprendido a percibir su presencia. Dichos secuaces malévolos, conocen la misión de tan nefasta abominación y trabajan a su favor.
El-mal-en-persona no habla ningún idioma, pero su mandato es elocuente.
Por eso sus esbirros han procurado organizar el mundo para propiciar lo más posible el triunfo de la iniquidad. Por eso el poder solo reposa en manos abyectas. Las logias pérfidas, copan las vías de acceso a los puestos de mando. Todo aspirante pasa por su aro. Ellas se encargan de cribar y moldear a los candidatos.
Los farsantes aprenden a dominar el engaño y la manipulación, pues de ello depende su futuro y porvenir.
Todos juegan a la perfección su papel. Cara a la galería despliegan su repertorio de argucias y falacias. Desempeñan su rol de bufones carismáticos. Se ganan el favor de la gente.
Y así uno de ellos llega al poder.
Da igual el cariz o talante de su apariencia. Bajo la máscara, todos son la misma sabandija.
Por si esto fuese poco, la primera noche en que el electo duerme en la residencia presidencial, recibe la visita de aquel a quien rinde secreta pleitesía.
El-mal-en-persona se traslada en su cuenco por su red de túneles hasta situarse bajo dicha estancia. Entonces su súbdito camina sonámbulo y desciende hasta el sótano, donde aparece un pozo otrora nigrománticamente oculto. El durmiente es descendido levitando por tal conducto y llevado frente a su amo.
El-mal-en-persona emerge entonces y emite un cántico inarticulado y escalofriante. Su apariencia es horrenda, mezcla de pútrida decrepitud y atroz vileza, teñido todo de rojo coágulo. Por suerte la oscuridad evita semejante visión al fantoche en duermevela, que flota laxo ante tan pavoroso espanto.
El infecto antisalmo continúa durante 6 horas, 6 minutos y 6 segundos. Después su emisor se sumerge nuevamente, retorna al monigote a sus aposentos y prosigue con su subterráneo ambular ignoto.
El-mal-en-persona se anexiona así al alma de sus vasallos. Gracias a ese ritual, vincula la sangre de su cuenco con la de sus peones. Quedando a partir de entonces en plena fusión. De tal manera que todo cuanto viven y experimentan aquellos, lo vive y experimenta a su vez él. La simbiosis es perfecta y bidireccional.
El-mal-en-persona obtiene así su vitalidad y la disposición de fieles ejecutores. Los siervos, ganan en el trato los réditos de su puesto y algunos leves poderes necrománticos.
Sin embargo, estos infelices desconocen el destino que les aguarda tras la muerte, ya que entonces son absorbidos y fagocitados por su ávido dueño.
Mientras tanto, el presidente Mutongo de turno, presume y se pavonea soberbio y ufano, haciendo y deshaciendo a capricho, bajo el oscuro auspicio y designio de su no menos turbio intendente, sin otro anhelo que el de sembrar desdicha y tormento, hiel y negrura.
Hasta que acabe un día su suerte, y la garrapata termine aplastada.
dibujo cruel
Yo era joven, en el insti,
con la euforia creciente de la vacación inminente.
El curso acabando y las notas sentenciadas.
En clase de dibujo, mi asignatura y profe preferidos.
Que propone una tarea opcional: Tema y técnica libres.
Para ocupar los días restantes.
Pero espera, ahora dudo,
no fue en el insti, fue en la escuela. Seguro.
En la escuela de arte, no en el cole.
El primer año fue arduo y alucinante:
El cambio y los madrugones,
tanto por descubrir y aprender.
La asignatura plástica, era un hueso incesante.
El dulce tormento de domar utensilios desconocidos.
Cada encargo era un reto y una cima desesperante.
El choque de lo imaginado y el resultado.
Así hasta final de curso, cuando el regalo inesperado:
Tema y técnica libres.
Increíble.
Yo era muy de pensar en clase y hacer en casa.
Los profes secaban mi magia.
Los profes y cualquiera, en realidad.
Para crear quiero tranquilidad, intimidad.
Recuerdo aquella tarde, soleada y vibrante.
En el salón había visitas, con voces y risas,
pero yo estaba en mi fiesta privada, al servicio de la musa inspirada.
Guarido en mi habitación, bullendo de emoción.
Dando vida a un dibujo sencillo pero efectivo,
asequible y resonante.
El pincel y mi mano eran uno, todo yo rendido y volcado,
en el papel recipiente, el arte naciendo ardiente.
Con esfuerzo, pero, bendita novedad milagrosa, sin dolor.
Brava tarde arrebatada, gratificante borbotón espontáneo.
Dibujo cruel de significado insospechado,
icono de peso inquietante, descarga del firmante.
Estampa patente de enigma trasparente:
El alma gemela, aplastada por la cueva.
PD:
http://dersonydraws.blogspot.com/2010/02/cuevas.html
con la euforia creciente de la vacación inminente.
El curso acabando y las notas sentenciadas.
En clase de dibujo, mi asignatura y profe preferidos.
Que propone una tarea opcional: Tema y técnica libres.
Para ocupar los días restantes.
Pero espera, ahora dudo,
no fue en el insti, fue en la escuela. Seguro.
En la escuela de arte, no en el cole.
El primer año fue arduo y alucinante:
El cambio y los madrugones,
tanto por descubrir y aprender.
La asignatura plástica, era un hueso incesante.
El dulce tormento de domar utensilios desconocidos.
Cada encargo era un reto y una cima desesperante.
El choque de lo imaginado y el resultado.
Así hasta final de curso, cuando el regalo inesperado:
Tema y técnica libres.
Increíble.
Yo era muy de pensar en clase y hacer en casa.
Los profes secaban mi magia.
Los profes y cualquiera, en realidad.
Para crear quiero tranquilidad, intimidad.
Recuerdo aquella tarde, soleada y vibrante.
En el salón había visitas, con voces y risas,
pero yo estaba en mi fiesta privada, al servicio de la musa inspirada.
Guarido en mi habitación, bullendo de emoción.
Dando vida a un dibujo sencillo pero efectivo,
asequible y resonante.
El pincel y mi mano eran uno, todo yo rendido y volcado,
en el papel recipiente, el arte naciendo ardiente.
Con esfuerzo, pero, bendita novedad milagrosa, sin dolor.
Brava tarde arrebatada, gratificante borbotón espontáneo.
Dibujo cruel de significado insospechado,
icono de peso inquietante, descarga del firmante.
Estampa patente de enigma trasparente:
El alma gemela, aplastada por la cueva.
PD:
http://dersonydraws.blogspot.com/2010/02/cuevas.html
13 de julio de 2018
índice huérfano 4
-Mucho bonita...............................................................7
-Bajar por bajar...........................................................19
-La especialidad de la casa...............................................26
-Alérgico a la letra pequeña..............................................34
-Un mordisco en la pastilla de jabón....................................49
-Alud mental...............................................................57
-Abstinencia de noticiarios por prescripción médica..................63
-Flaco favor.................................................................71
-Currele y más currele.....................................................84
-Poco y mal.................................................................96
-2500 días sin actualizar................................................103
-Concierto de sillas arrastradas a las tantas..........................115
-Pasa esto:................................................................122
-Medidas, contramedidas y recontramedidas.........................139
-Sirva de precedente.....................................................145
-De empeños sin retorno................................................151
-Sábanas sabor rebaba..................................................166
-Salvando las distancias.................................................173
-Más turbaciones.........................................................187
-Repetición de la jugada................................................192
-En las últimas de las últimas...........................................204
-Ocúrresele lo que ocúrrele..............................................213
-Sentido horario..........................................................229
-Máxima ocasión.........................................................236
-Polvo esponjoso.........................................................248
-En la gruta comestible..................................................257
-Prono bis.................................................................263
-Las mil maravillas.......................................................271
-Será total.................................................................285
-Bajar por bajar...........................................................19
-La especialidad de la casa...............................................26
-Alérgico a la letra pequeña..............................................34
-Un mordisco en la pastilla de jabón....................................49
-Alud mental...............................................................57
-Abstinencia de noticiarios por prescripción médica..................63
-Flaco favor.................................................................71
-Currele y más currele.....................................................84
-Poco y mal.................................................................96
-2500 días sin actualizar................................................103
-Concierto de sillas arrastradas a las tantas..........................115
-Pasa esto:................................................................122
-Medidas, contramedidas y recontramedidas.........................139
-Sirva de precedente.....................................................145
-De empeños sin retorno................................................151
-Sábanas sabor rebaba..................................................166
-Salvando las distancias.................................................173
-Más turbaciones.........................................................187
-Repetición de la jugada................................................192
-En las últimas de las últimas...........................................204
-Ocúrresele lo que ocúrrele..............................................213
-Sentido horario..........................................................229
-Máxima ocasión.........................................................236
-Polvo esponjoso.........................................................248
-En la gruta comestible..................................................257
-Prono bis.................................................................263
-Las mil maravillas.......................................................271
-Será total.................................................................285
uno contra uno
Tras una serie de rocambolescas carambolas que no voy a explicar ahora, la humanidad ha encontrado una solución definitiva para sus problemas:
La ley del uno contra uno.
Esta ley establece que la única violencia permitida es la de la lucha cuerpo a cuerpo, sin armas ni protecciones.
La contienda es a vida o muerte y se efectúa en un recinto especial del que no se puede salir hasta que uno de los contrincantes fallece.
Y solo se permite la lucha si ambos antagonistas certifican oficialmente su voluntad de enfrentamiento.
Obviamente, casi nadie hace uso de semejante servicio. Ahora, todo conflicto se resuelve civilizadamente mediante pleitos y litigios, arbitrados o no, a veces interminables.
Por supuesto, una simple ley no basta para acotar las pulsiones criminales, por eso hay otras disposiciones adicionales y complementarias. La principal de ellas: Que toda persona queda bajo la vigilancia permanente de un robot que le sigue en todo momento.
Los tales robots son denominados 'sombras', pues se mantienen siempre en un discreto segundo plano. Y solo tienen una directriz: Si su vigilado aplica sobre cualquier otra persona una fuerza física superior a la permitida, el robot procede a la inmediata aniquilación del infractor.
El umbral de fuerza aceptable está perfectamente medido y balanceado, y es bastante bajo.
Un chocar de palmas especialmente efusivo, sería suficiente para sobrepasar dicha medida.
Por eso, ahora se pone gran cuidado en el comportamiento y las maneras.
Chocar con alguien por ir corriendo distraído, es una forma muy tonta de perder la vida.
Debo aclarar un matiz de dicha directriz: Se considera que el vigilado aplica una fuerza física, incluso cuando lo hace de manera indirecta.
Por ejemplo, si el sujeto le pone la zancadilla a otra persona y la persona cae al suelo y el impacto recibido sobrepasa el límite de fuerza permitido, se extermina igualmente al zancadilleador.
Los robots están conectados en red y comparten toda su información, de esta manera pueden dilucidar perfectamente el origen de cualquier evento violento, por más que el causante pretenda eludir su responsabilidad.
Lo mismo sucede con cualquier otro delito hacia bienes materiales o hacia el ecosistema: Todo infractor es inmediatamente apresado e inmovilizado por su robot-sombra, que mantiene su presa indefinidamente durante tanto tiempo como se haya estipulado a modo de condena, de acuerdo a la falta cometida.
De esta manera, el sistema prescinde y se ahorra de tener jurados y prisiones.
Una falta grave, puede traducirse en semanas de retención, sin comida ni agua ni resguardo frente a las inclemencias.
Asique, no es para tomárselo a broma, que digamos.
Los malvados parecen no querer comprender esto, por eso son los primeros en pagar las consecuencias de su insensatez.
El sistema ha cambiado grandemente su diseño y estructura. Ya no existen instituciones oficiales. Los robots han asumido toda función administrativa, por una simple cuestión de eficiencia.
Los robots saben muy bien que deben intervenir y participar lo menos posible, por eso limitan su actuación directa a lo mínimo imprescindible, en aquellos puestos clave donde una mala acción podría ocasionar daños considerables.
Cuanto más limitada queda la posibilidad de violencia, más retorcidas se vuelven las mentes malignas. Eso les lleva a maquinar todo tipo de sabotajes indirectos y colaterales.
Sin embargo, tales argucias resultan de lo más pueriles frente a la superior inteligencia y control de los robots.
Así es cómo la humanidad ha alcanzado una existencia altamente civilizada. Más o menos.
La estupidez es más persistente de lo que parece.
El sistema procura canalizarla de manera que moleste lo menos posible.
Para esto, hay también una supervisión del comportamiento social.
Los robots no solo vigilan las acciones físicas, también hacen seguimiento de las interacciones virtuales.
Esto les permite calibrar la inteligencia de cada persona.
Miden la inteligencia mediante un porcentaje.
Toda persona comienza con la media, lo normal, cifrada como un salomónico 50%.
Cada acción que contravenga alguna norma cívica, o cada mensaje que produzca considerable rechazo en la comunidad, se traduce en la pérdida de un punto de inteligencia.
Ganar puntos de inteligencia es un poco más difícil, pues requiere sobresaliente comportamiento y/o sobresaliente aceptación de tus aportes sapienciales a la comunidad.
Lo interesante de esto, es que los robots asignan y reparten los distintos oficios y cargos, en función de la inteligencia de cada cual.
No hay puestos fijos. Cada día se te indica el sitio y la hora para cumplir una tarea.
Eres libre de obedecer o no, pero faltar a tu deber se traduce en pérdida de puntuación de inteligencia y en no ganancia de dinero.
El dinero es ahora totalmente virtual y está enteramente controlado por los robots. Ya no hay posibilidad de especulación ni de maluso, ya no hay modo de evasión ni de extorsión, ya no hay forma de explotar al prójimo para ganar económicamente preponderancia o poder.
Las personas de máxima inteligencia, acceden a puestos de especial responsabilidad, sin que ello implique mayor remuneración o altos privilegios, aparte de un cierto estatus que se explicará luego.
Obviamente, una gran responsabilidad te prestigia y otorga notable satisfacción, pues posibilita el participar plenamente en la gestión y administración de la comunidad, te da ocasión de sentirte fraternalmente relevante, reconocido y realizado.
Por otra parte, las personas de menor inteligencia, son destinadas a las tareas más básicas y elementales. Uséase, limpiar la calle y cosas así.
Limpiar la calle puede parecer una nimia trivialidad, pero tiene más importancia de lo que parece. Cada vez que un robot elimina a un infractor, envía una orden de despojamiento para que alguien retire el cadáver, sanee la calle y traslade el cuerpo hasta la planta de incineración.
Que las personas de parva inteligencia efectúen este cometido, sirve para que tomen conciencia de su propia mortalidad y de su proximidad a terminar de tan lamentable manera.
A poco inteligente que sea uno, tal incentivo es más que suficiente para esforzarse lo más posible en elevar su puntuación.
Para aquellos que ni aun así parecen dispuestos a entrar en razón, existe la zona de evasión. La zona de evasión son unas instalaciones algo apartadas, que solo abren durante la noche y que ofrecen alcohol gratis.
Ni que decir tiene, eso actúa como irresistible imán congregador de descarriados, que tienen todos los números para acabar malamente la juerga, debido a sus excesos etílicos.
Así se atenúa la carga de ineptitud y la sociedad se mantiene en unos términos cada vez más óptimos y adecuados.
Por cierto, a los eliminados se los denomina boñigas y nunca se indica su identidad, ni su pasado, ni las circunstancias de su cese vital. A todos los efectos, las boñigas son materia inmunda, merecedora de poca o nula consideración mediática.
Ya no hay noticiarios per se. Ahora toda la información objetiva está disponible cronológicamente en la red. Sin embargo, según tu puntuación de inteligencia, tu acceso a dicha información es restringido.
Respecto a la puntuación de inteligencia, debo hacer una aclaración: Oficialmente la puntuación máxima es 100% y la puntuación mínima es 1%. Sin embargo, extraoficialmente, los robots contabilizan en secreto toda puntuación que sobrepase dichos límites. Esto les sirve para sopesar mejor sus asignaciones, cuando en ellas cabe aplicar un baremo de prioridad jerárquica.
Volviendo al acceso a la información: A diario cada persona debe superar primero el modo radio, para así después poder hacer uso de internet.
El modo radio consiste en un noticiario personalizado, locutado por una carismática voz sintética.
La gracia del modo radio es que el número y duración de sus noticias es inversamente proporcional a tu puntuación.
Si tu inteligencia es de 1, te tocará escuchar 100 largas noticias que relaten los logros y hazañas protagonizados por las personas de inteligencia 100.
Y si tu inteligencia es de 100, te tocará escuchar 1 breve noticia protagonizada por una persona de inteligencia 1.
Una vez superado este trámite, tu acceso a la información también dependerá de tu puntuación.
Toda inteligencia menor de 50, no tendrá acceso a los detalles de ningún suceso que implique alguna boñiga, ni de ninguna otra disposición con datos estratégicamente valiosos o delicados.
De 50 hacia arriba, el acceso a los detalles va siendo progresivamente mayor, cosa que permite una mejor participación conjunta en la sociedad.
Este es un punto clave, pues los robots adecuan sus prioridades y gestiones, de acuerdo al criterio consensuado de la comunidad.
Los robots no están dotados de conciencia cognitiva, asique no pueden valorar en sí misma la lucidez o cordura de la población. Simplemente depuran las tendencias más claras, viables y sostenibles, de acuerdo a su directriz principal. Entonces, en concordancia con los múltiples parámetros intervinientes, organizan y disponen los recursos y las tareas, encaminados hacia la consecución de los propósitos establecidos.
Por ejemplo, pongamos que de pronto a la gente le da por construir una torre que llegue hasta el Cielo. Los robots van a colaborar perfectamente con tal empeño y proyecto, siempre y cuando se efectúe respetando la integridad física de los implicados en dicha actividad.
Para decirlo más claro: Los robots no tienen juicio propio ni empatía, no poseen ley robótica alguna que les obligue a preservar la vida humana, su función se limita a castigar la violencia y a administrar sabiamente los recursos del sistema.
Si una persona, haciendo montañismo se cae y queda malherida, su robot-sombra dará aviso para que otras personas acudan a su rescate si así lo desean, pero no hará nada más.
Entonces es cuando se pone a prueba la verdadera solidaridad de la sociedad.
La puntuación de inteligencia es siempre secreta. El sistema únicamente te notifica los +1 o -1 que te aplica cuando corresponde.
Asique, la única manera de hacerte una idea aproximada de tu puntuación, es contando el número de noticias de tu modo radio.
Volviendo al montañista malherido. Puede ser que se trate de alguien de alta puntuación o de baja puntuación. Dependiendo del caso, su rescate tendrá +1 o no. Y también dependiendo del caso, la omisión de su rescate tendrá -1 o no.
Los robots tienden a ofrecer primeramente las tareas a aquellas puntuaciones más necesitadas de aumento y mejora, teniendo en cuenta las capacidades de cada candidato para cada caso concreto. Su lógica, siempre busca resultados efectivos, eficaces y eficientes.
Conocen a la perfección las virtudes y defectos de cada persona, y diseñan cuidadosamente un programa personalizado de tareas, para completar y propiciar el crecimiento armónico de todo sujeto.
Otra cosa es que la persona sea lo suficientemente lúcida como para consentir en progresar adecuadamente.
Hay mucho desgraciado suelto, cuyo único propósito es ir a la perdición.
Los robots no tienen ningún problema con esto. Pueden readaptar infinitamente los itinerarios propuestos.
Luego, es cuestión de tiempo que el condenado salve su pellejo o, en los más de los casos, acabe en boñiga más pronto que tarde.
Otro aspecto que ha cambiado significativamente, es el transporte.
Cualquier cosa en manos de un necio o malévolo, se convierte en arma peligrosa. Por eso ya no hay vehículos de conducción humana, se han sustituido por cañones balísticos.
Los robots han perfeccionado este método de envío de mercancías y pasajeros.
Ahora, para viajar debes colocarte en posición fetal con una máscara respiratoria y se te recubre con una protectora espuma polímera, que te convierte en cápsula aerodinámica.
Luego, basta un bien orientado y calibrado cañonazo, para llegar a tu destino en un abrir y cerrar de ojos.
Respecto a los robot-sombra, decir que pueden modificar su altura y complexión, que siempre adaptan similar a la de su vigilado.
Y cabe añadir que hacen honor a su nombre, pues son completamente negros y silenciosos.
Intentar averiarlos o desactivarlos, es garantía de acabar boñiga.
Cuando algún robot se estropea, inmediatamente es reemplazado por su semejante operativo más cercano, proceso que efectúan en cadena, coordinadamente, tantos como sea preciso, hasta cubrir todas las posiciones, con el mínimo lapso y desplazamiento posible, con apoyo y cobertura de drones para mantener a los vigilados controlados en todo momento, hasta la rauda incorporación de una unidad nueva, proveniente de alguna de las muchas sucursales robóticas esparcidas por el área poblacional.
En cuanto al método que utilizan para acabar con la vida de los infractores, consiste en un sencillo quiebre de pescuezo.
Con los menores de edad, se sigue un protocolo algo más clemente y permisivo.
Cuando el menor comete alguna infracción, se le inmoviliza tanto tiempo como grave se considere su falta, teniendo en cuenta su edad y madurez, su fuerza e intencionalidad.
Creo que ya está todo.
Este es el bonito mundo que tenemos ahora.
Y bien que está y que dure así, pues en verdad nos libra de mucho mal.
Raro es quien no sabe apreciarlo y disfrutarlo.
Los malnacidos y renegados ya se han extinguido, y los que prueban a asomarse de nuevo, duran menos que un suspiro.
Pobrecillos.
La ley del uno contra uno.
Esta ley establece que la única violencia permitida es la de la lucha cuerpo a cuerpo, sin armas ni protecciones.
La contienda es a vida o muerte y se efectúa en un recinto especial del que no se puede salir hasta que uno de los contrincantes fallece.
Y solo se permite la lucha si ambos antagonistas certifican oficialmente su voluntad de enfrentamiento.
Obviamente, casi nadie hace uso de semejante servicio. Ahora, todo conflicto se resuelve civilizadamente mediante pleitos y litigios, arbitrados o no, a veces interminables.
Por supuesto, una simple ley no basta para acotar las pulsiones criminales, por eso hay otras disposiciones adicionales y complementarias. La principal de ellas: Que toda persona queda bajo la vigilancia permanente de un robot que le sigue en todo momento.
Los tales robots son denominados 'sombras', pues se mantienen siempre en un discreto segundo plano. Y solo tienen una directriz: Si su vigilado aplica sobre cualquier otra persona una fuerza física superior a la permitida, el robot procede a la inmediata aniquilación del infractor.
El umbral de fuerza aceptable está perfectamente medido y balanceado, y es bastante bajo.
Un chocar de palmas especialmente efusivo, sería suficiente para sobrepasar dicha medida.
Por eso, ahora se pone gran cuidado en el comportamiento y las maneras.
Chocar con alguien por ir corriendo distraído, es una forma muy tonta de perder la vida.
Debo aclarar un matiz de dicha directriz: Se considera que el vigilado aplica una fuerza física, incluso cuando lo hace de manera indirecta.
Por ejemplo, si el sujeto le pone la zancadilla a otra persona y la persona cae al suelo y el impacto recibido sobrepasa el límite de fuerza permitido, se extermina igualmente al zancadilleador.
Los robots están conectados en red y comparten toda su información, de esta manera pueden dilucidar perfectamente el origen de cualquier evento violento, por más que el causante pretenda eludir su responsabilidad.
Lo mismo sucede con cualquier otro delito hacia bienes materiales o hacia el ecosistema: Todo infractor es inmediatamente apresado e inmovilizado por su robot-sombra, que mantiene su presa indefinidamente durante tanto tiempo como se haya estipulado a modo de condena, de acuerdo a la falta cometida.
De esta manera, el sistema prescinde y se ahorra de tener jurados y prisiones.
Una falta grave, puede traducirse en semanas de retención, sin comida ni agua ni resguardo frente a las inclemencias.
Asique, no es para tomárselo a broma, que digamos.
Los malvados parecen no querer comprender esto, por eso son los primeros en pagar las consecuencias de su insensatez.
El sistema ha cambiado grandemente su diseño y estructura. Ya no existen instituciones oficiales. Los robots han asumido toda función administrativa, por una simple cuestión de eficiencia.
Los robots saben muy bien que deben intervenir y participar lo menos posible, por eso limitan su actuación directa a lo mínimo imprescindible, en aquellos puestos clave donde una mala acción podría ocasionar daños considerables.
Cuanto más limitada queda la posibilidad de violencia, más retorcidas se vuelven las mentes malignas. Eso les lleva a maquinar todo tipo de sabotajes indirectos y colaterales.
Sin embargo, tales argucias resultan de lo más pueriles frente a la superior inteligencia y control de los robots.
Así es cómo la humanidad ha alcanzado una existencia altamente civilizada. Más o menos.
La estupidez es más persistente de lo que parece.
El sistema procura canalizarla de manera que moleste lo menos posible.
Para esto, hay también una supervisión del comportamiento social.
Los robots no solo vigilan las acciones físicas, también hacen seguimiento de las interacciones virtuales.
Esto les permite calibrar la inteligencia de cada persona.
Miden la inteligencia mediante un porcentaje.
Toda persona comienza con la media, lo normal, cifrada como un salomónico 50%.
Cada acción que contravenga alguna norma cívica, o cada mensaje que produzca considerable rechazo en la comunidad, se traduce en la pérdida de un punto de inteligencia.
Ganar puntos de inteligencia es un poco más difícil, pues requiere sobresaliente comportamiento y/o sobresaliente aceptación de tus aportes sapienciales a la comunidad.
Lo interesante de esto, es que los robots asignan y reparten los distintos oficios y cargos, en función de la inteligencia de cada cual.
No hay puestos fijos. Cada día se te indica el sitio y la hora para cumplir una tarea.
Eres libre de obedecer o no, pero faltar a tu deber se traduce en pérdida de puntuación de inteligencia y en no ganancia de dinero.
El dinero es ahora totalmente virtual y está enteramente controlado por los robots. Ya no hay posibilidad de especulación ni de maluso, ya no hay modo de evasión ni de extorsión, ya no hay forma de explotar al prójimo para ganar económicamente preponderancia o poder.
Las personas de máxima inteligencia, acceden a puestos de especial responsabilidad, sin que ello implique mayor remuneración o altos privilegios, aparte de un cierto estatus que se explicará luego.
Obviamente, una gran responsabilidad te prestigia y otorga notable satisfacción, pues posibilita el participar plenamente en la gestión y administración de la comunidad, te da ocasión de sentirte fraternalmente relevante, reconocido y realizado.
Por otra parte, las personas de menor inteligencia, son destinadas a las tareas más básicas y elementales. Uséase, limpiar la calle y cosas así.
Limpiar la calle puede parecer una nimia trivialidad, pero tiene más importancia de lo que parece. Cada vez que un robot elimina a un infractor, envía una orden de despojamiento para que alguien retire el cadáver, sanee la calle y traslade el cuerpo hasta la planta de incineración.
Que las personas de parva inteligencia efectúen este cometido, sirve para que tomen conciencia de su propia mortalidad y de su proximidad a terminar de tan lamentable manera.
A poco inteligente que sea uno, tal incentivo es más que suficiente para esforzarse lo más posible en elevar su puntuación.
Para aquellos que ni aun así parecen dispuestos a entrar en razón, existe la zona de evasión. La zona de evasión son unas instalaciones algo apartadas, que solo abren durante la noche y que ofrecen alcohol gratis.
Ni que decir tiene, eso actúa como irresistible imán congregador de descarriados, que tienen todos los números para acabar malamente la juerga, debido a sus excesos etílicos.
Así se atenúa la carga de ineptitud y la sociedad se mantiene en unos términos cada vez más óptimos y adecuados.
Por cierto, a los eliminados se los denomina boñigas y nunca se indica su identidad, ni su pasado, ni las circunstancias de su cese vital. A todos los efectos, las boñigas son materia inmunda, merecedora de poca o nula consideración mediática.
Ya no hay noticiarios per se. Ahora toda la información objetiva está disponible cronológicamente en la red. Sin embargo, según tu puntuación de inteligencia, tu acceso a dicha información es restringido.
Respecto a la puntuación de inteligencia, debo hacer una aclaración: Oficialmente la puntuación máxima es 100% y la puntuación mínima es 1%. Sin embargo, extraoficialmente, los robots contabilizan en secreto toda puntuación que sobrepase dichos límites. Esto les sirve para sopesar mejor sus asignaciones, cuando en ellas cabe aplicar un baremo de prioridad jerárquica.
Volviendo al acceso a la información: A diario cada persona debe superar primero el modo radio, para así después poder hacer uso de internet.
El modo radio consiste en un noticiario personalizado, locutado por una carismática voz sintética.
La gracia del modo radio es que el número y duración de sus noticias es inversamente proporcional a tu puntuación.
Si tu inteligencia es de 1, te tocará escuchar 100 largas noticias que relaten los logros y hazañas protagonizados por las personas de inteligencia 100.
Y si tu inteligencia es de 100, te tocará escuchar 1 breve noticia protagonizada por una persona de inteligencia 1.
Una vez superado este trámite, tu acceso a la información también dependerá de tu puntuación.
Toda inteligencia menor de 50, no tendrá acceso a los detalles de ningún suceso que implique alguna boñiga, ni de ninguna otra disposición con datos estratégicamente valiosos o delicados.
De 50 hacia arriba, el acceso a los detalles va siendo progresivamente mayor, cosa que permite una mejor participación conjunta en la sociedad.
Este es un punto clave, pues los robots adecuan sus prioridades y gestiones, de acuerdo al criterio consensuado de la comunidad.
Los robots no están dotados de conciencia cognitiva, asique no pueden valorar en sí misma la lucidez o cordura de la población. Simplemente depuran las tendencias más claras, viables y sostenibles, de acuerdo a su directriz principal. Entonces, en concordancia con los múltiples parámetros intervinientes, organizan y disponen los recursos y las tareas, encaminados hacia la consecución de los propósitos establecidos.
Por ejemplo, pongamos que de pronto a la gente le da por construir una torre que llegue hasta el Cielo. Los robots van a colaborar perfectamente con tal empeño y proyecto, siempre y cuando se efectúe respetando la integridad física de los implicados en dicha actividad.
Para decirlo más claro: Los robots no tienen juicio propio ni empatía, no poseen ley robótica alguna que les obligue a preservar la vida humana, su función se limita a castigar la violencia y a administrar sabiamente los recursos del sistema.
Si una persona, haciendo montañismo se cae y queda malherida, su robot-sombra dará aviso para que otras personas acudan a su rescate si así lo desean, pero no hará nada más.
Entonces es cuando se pone a prueba la verdadera solidaridad de la sociedad.
La puntuación de inteligencia es siempre secreta. El sistema únicamente te notifica los +1 o -1 que te aplica cuando corresponde.
Asique, la única manera de hacerte una idea aproximada de tu puntuación, es contando el número de noticias de tu modo radio.
Volviendo al montañista malherido. Puede ser que se trate de alguien de alta puntuación o de baja puntuación. Dependiendo del caso, su rescate tendrá +1 o no. Y también dependiendo del caso, la omisión de su rescate tendrá -1 o no.
Los robots tienden a ofrecer primeramente las tareas a aquellas puntuaciones más necesitadas de aumento y mejora, teniendo en cuenta las capacidades de cada candidato para cada caso concreto. Su lógica, siempre busca resultados efectivos, eficaces y eficientes.
Conocen a la perfección las virtudes y defectos de cada persona, y diseñan cuidadosamente un programa personalizado de tareas, para completar y propiciar el crecimiento armónico de todo sujeto.
Otra cosa es que la persona sea lo suficientemente lúcida como para consentir en progresar adecuadamente.
Hay mucho desgraciado suelto, cuyo único propósito es ir a la perdición.
Los robots no tienen ningún problema con esto. Pueden readaptar infinitamente los itinerarios propuestos.
Luego, es cuestión de tiempo que el condenado salve su pellejo o, en los más de los casos, acabe en boñiga más pronto que tarde.
Otro aspecto que ha cambiado significativamente, es el transporte.
Cualquier cosa en manos de un necio o malévolo, se convierte en arma peligrosa. Por eso ya no hay vehículos de conducción humana, se han sustituido por cañones balísticos.
Los robots han perfeccionado este método de envío de mercancías y pasajeros.
Ahora, para viajar debes colocarte en posición fetal con una máscara respiratoria y se te recubre con una protectora espuma polímera, que te convierte en cápsula aerodinámica.
Luego, basta un bien orientado y calibrado cañonazo, para llegar a tu destino en un abrir y cerrar de ojos.
Respecto a los robot-sombra, decir que pueden modificar su altura y complexión, que siempre adaptan similar a la de su vigilado.
Y cabe añadir que hacen honor a su nombre, pues son completamente negros y silenciosos.
Intentar averiarlos o desactivarlos, es garantía de acabar boñiga.
Cuando algún robot se estropea, inmediatamente es reemplazado por su semejante operativo más cercano, proceso que efectúan en cadena, coordinadamente, tantos como sea preciso, hasta cubrir todas las posiciones, con el mínimo lapso y desplazamiento posible, con apoyo y cobertura de drones para mantener a los vigilados controlados en todo momento, hasta la rauda incorporación de una unidad nueva, proveniente de alguna de las muchas sucursales robóticas esparcidas por el área poblacional.
En cuanto al método que utilizan para acabar con la vida de los infractores, consiste en un sencillo quiebre de pescuezo.
Con los menores de edad, se sigue un protocolo algo más clemente y permisivo.
Cuando el menor comete alguna infracción, se le inmoviliza tanto tiempo como grave se considere su falta, teniendo en cuenta su edad y madurez, su fuerza e intencionalidad.
Creo que ya está todo.
Este es el bonito mundo que tenemos ahora.
Y bien que está y que dure así, pues en verdad nos libra de mucho mal.
Raro es quien no sabe apreciarlo y disfrutarlo.
Los malnacidos y renegados ya se han extinguido, y los que prueban a asomarse de nuevo, duran menos que un suspiro.
Pobrecillos.
2 de junio de 2018
azúl vonito
El zielo es azúl vonito, como yo cando la comu emi pima Liri, peo casi enó macuerdo casi, peo que mi mama tene fotos y más, peo camí ni salgo casi, de pequeñio y tó, poque casi ni abía naizido án, peo quel zelio es así dazúl vonito, que ni te cansias everlo y yo nime cansio ni nó, de lo eme gusta emás, asique mía.
Y mi yaya está en el zielo, feliz y tó sienpre yá, etan vonito qués el zielo, y más jente igual igual, questán en el zielo peo enó se ven, ese camuflian, poque questán ai questán en dazúl vonitos igual, y poeso.
Peo lo raro es pola noche, ese pone el zelio negro y da miedo y más, eyá nome gusta. Yo no sabía saber oque pasa, peo ya osié que osié, que piensao masimás tol rato asta que me sa sabío lo qués.
Quesque el zielo azúl vonito es pa los can sío buenos yestán ai sienpre aí, poque eson amigos del sol yestán piegaos al sol, yasi viven que viben senpre en el zielo azúl.
Luego los can sío malos biven en el zielo negro, poque no son amigos del sol y no queren verlo, poeso questán piegaos a la noche y biben ai sienpre aí.
Y los quese cainsan, ya nuestán piegaus y se pasean asta ese cansan o se marean o sie ban y yano vulben más.
Peo yo no me cansio nunca nunca del azúl vonito, yaemás que macuerdo emi yaya y malegro más y tó e piensar que vive ai en el azúl vonito, y yo tamién quero que tamién cando siea de zien años o más y flote que flote asta el zielo pa vivir aí con mi yaya y más jentes, así de fielíz y tó.
Y mi yaya está en el zielo, feliz y tó sienpre yá, etan vonito qués el zielo, y más jente igual igual, questán en el zielo peo enó se ven, ese camuflian, poque questán ai questán en dazúl vonitos igual, y poeso.
Peo lo raro es pola noche, ese pone el zelio negro y da miedo y más, eyá nome gusta. Yo no sabía saber oque pasa, peo ya osié que osié, que piensao masimás tol rato asta que me sa sabío lo qués.
Quesque el zielo azúl vonito es pa los can sío buenos yestán ai sienpre aí, poque eson amigos del sol yestán piegaos al sol, yasi viven que viben senpre en el zielo azúl.
Luego los can sío malos biven en el zielo negro, poque no son amigos del sol y no queren verlo, poeso questán piegaos a la noche y biben ai sienpre aí.
Y los quese cainsan, ya nuestán piegaus y se pasean asta ese cansan o se marean o sie ban y yano vulben más.
Peo yo no me cansio nunca nunca del azúl vonito, yaemás que macuerdo emi yaya y malegro más y tó e piensar que vive ai en el azúl vonito, y yo tamién quero que tamién cando siea de zien años o más y flote que flote asta el zielo pa vivir aí con mi yaya y más jentes, así de fielíz y tó.
lúnula rótula
Únula négrula nóchula un cométula rózula a la lúnula, a la que déjula únula bréchula por la que mánula múchula arénula bláncula que bríllula y mánsula se derrámula hástula la tiérrula.
De ésula herídula en la esférula, sángrula únula etérnula cíntula clárula, que blándula resbálula y acábula en creciéntula chárcula que se explánula.
Cércula de díchula luéngula pírula, hay únula chózula en la que mórula únula viéjula viúdula, sólula y sósula, mérmula y adústula, cójula y cánula, de núlula chíspula y féula muécula búrlula.
Celósula guárdula de su ruínula y basúrula, por su yérmula huértula vágula y róndula sañósula, con su anténula alértula, hástula que su vístula se tópula con la álbula colúmnula que destácula cual mágnula farólula noctámbula.
Quiétula y estolídula, mírula a la áltula rístrula trémula y a la ánchula mántula de lávula, que ráudula y múdula avánzula y se trágula tódula fróndula y rócula, zánjula y lómula.
Léntula, despiértula de su bóbula sorprésula y en ínsula colínula se hállula, rodeádula de lísula y llánula bálsula de mágmula, cúyula brávula oríllula se retrépula a la címula, sin prísula pero sin páusula.
La cánsula anciánula, ándula hástula la cóstula de su precáriula pláyula y cáutula tómula en su pálmula únula muéstrula de ésula fófula nátula, nádula dénsula, con arómula a fréscula méntula púrula.
Luego, ya díchula pízcula soltádula, nótula su pálmula térsula y sánula, no nudósula y mohósula como otrórula.
Asique, sin dúdula algúnula, se adéntrula préstula y próntula en la candídula lagúnula.
Allí inmérsula, pásmula se da cuéntula de que respírula y contémplula como si en niéblula de nádula, que le bórrula la huéllula de tódula préviula bajézula y malézula.
Recóbrula su líndula figúrula de mózula amántula.
Con béllula rísula grátula, salúdula y celébrula su fínula nuévula ternézula.
Ya más en cálmula, se nótula huécula en el álmula, asique difúsula camínula a la derívula en díchula brúmula, por la séndula que le fórmula y trázula la vívula júnglula que exubérula por tódula la perifériula.
Flójula e ignótula, llégula hástula la básula de la crémula fílula eréctula, que llévula a la griétula de la lúnula, por la que pasívula flótula y escálula, ilúsula y aménula, púlcrula y sántula, hástula la lejánula alcóbula ocúltula, donde le aguárdula su médiula naránjula, que atesórula la súmula guíndula que plénula cólmula su hóndula réstula.
De ésula herídula en la esférula, sángrula únula etérnula cíntula clárula, que blándula resbálula y acábula en creciéntula chárcula que se explánula.
Cércula de díchula luéngula pírula, hay únula chózula en la que mórula únula viéjula viúdula, sólula y sósula, mérmula y adústula, cójula y cánula, de núlula chíspula y féula muécula búrlula.
Celósula guárdula de su ruínula y basúrula, por su yérmula huértula vágula y róndula sañósula, con su anténula alértula, hástula que su vístula se tópula con la álbula colúmnula que destácula cual mágnula farólula noctámbula.
Quiétula y estolídula, mírula a la áltula rístrula trémula y a la ánchula mántula de lávula, que ráudula y múdula avánzula y se trágula tódula fróndula y rócula, zánjula y lómula.
Léntula, despiértula de su bóbula sorprésula y en ínsula colínula se hállula, rodeádula de lísula y llánula bálsula de mágmula, cúyula brávula oríllula se retrépula a la címula, sin prísula pero sin páusula.
La cánsula anciánula, ándula hástula la cóstula de su precáriula pláyula y cáutula tómula en su pálmula únula muéstrula de ésula fófula nátula, nádula dénsula, con arómula a fréscula méntula púrula.
Luego, ya díchula pízcula soltádula, nótula su pálmula térsula y sánula, no nudósula y mohósula como otrórula.
Asique, sin dúdula algúnula, se adéntrula préstula y próntula en la candídula lagúnula.
Allí inmérsula, pásmula se da cuéntula de que respírula y contémplula como si en niéblula de nádula, que le bórrula la huéllula de tódula préviula bajézula y malézula.
Recóbrula su líndula figúrula de mózula amántula.
Con béllula rísula grátula, salúdula y celébrula su fínula nuévula ternézula.
Ya más en cálmula, se nótula huécula en el álmula, asique difúsula camínula a la derívula en díchula brúmula, por la séndula que le fórmula y trázula la vívula júnglula que exubérula por tódula la perifériula.
Flójula e ignótula, llégula hástula la básula de la crémula fílula eréctula, que llévula a la griétula de la lúnula, por la que pasívula flótula y escálula, ilúsula y aménula, púlcrula y sántula, hástula la lejánula alcóbula ocúltula, donde le aguárdula su médiula naránjula, que atesórula la súmula guíndula que plénula cólmula su hóndula réstula.
29 de mayo de 2018
once años
Hoy este blog cumple once años.
Como siempre, tengo congelada la elaboración de los libros recopilatorios.
También tengo pendiente publicar alguna cosa especial.
De momento, valga como compensación provisional esta pequeña reciente curiosidad: https://dersony.blogspot.com/2018/04/blue-pill-neo.html
Para acceder a los recopilatorios anteriores:
https://dersony.blogspot.com/2014/05/septimino-anino.html
Nada más, un saludo.
Como siempre, tengo congelada la elaboración de los libros recopilatorios.
También tengo pendiente publicar alguna cosa especial.
De momento, valga como compensación provisional esta pequeña reciente curiosidad: https://dersony.blogspot.com/2018/04/blue-pill-neo.html
Para acceder a los recopilatorios anteriores:
https://dersony.blogspot.com/2014/05/septimino-anino.html
Nada más, un saludo.
poema
Sueño que soy chavalín y estoy en el colegio.
Queda poco tiempo para que termine la clase y la profesora nos manda una tarea. Tenemos que escribir un pequeño poema.
Me pongo a ello con entusiasmo, pero veo que no me queda espacio libre en mi cuaderno.
Le pido un folio a la profesora y enseguida lo lleno con el esbozo de mi poema.
Ahora le pido una hoja al compañero de la mesa de detrás.
También la lleno de versos y modificaciones.
Mi inspiración está a tope, a tutiplén.
Disfruto mucho con esto, pero a la vez me angustia el poco tiempo disponible.
Pronto la clase concluye y yo sigo bregando tenazmente con la plasmación de mi creación, que se resiste a ser finiquitada.
De nuevo le pido otro folio a la profesora y de nuevo me quedo sin espacio para pasar a limpio el poema que me hierve en la mente, ya que continuamente se me ocurren matices y alteraciones que aplico a mi escrito.
La profesora ya ha perdido la paciencia y se marcha, al igual que hacen los demás alumnos.
Yo me empeño en redactar mis versos, como pueda y donde sea.
Incluso empiezo a anotarlos sobre la mesa.
Y ya me despierto.
Por un fugaz momento, conservo vivo el recuerdo del poema completo.
Tan solo consiste en unos pocos versos.
Comprendo claramente que me he excedido con tanto retoque y modificación, que la simple idea inicial era mejor que el abigarrado resultado final.
Ese proceso de elaboración le ha restado frescura y carga simbólica, pero al mismo tiempo ha sido una experiencia apasionante.
Supongo que este es siempre el peligro del poeta.
Descubrir una gema y caer en el delirio del orfebre, cuyo sublimador afán implica un alto riesgo de arruinamiento de lo manipulado.
En fin, devaneos aparte, a la postre solo he logrado rescatar del olvido el último verso de dicho onírico poema:
...sin pausa, hordas de ratas rompen contra la mole cernícala.
Queda poco tiempo para que termine la clase y la profesora nos manda una tarea. Tenemos que escribir un pequeño poema.
Me pongo a ello con entusiasmo, pero veo que no me queda espacio libre en mi cuaderno.
Le pido un folio a la profesora y enseguida lo lleno con el esbozo de mi poema.
Ahora le pido una hoja al compañero de la mesa de detrás.
También la lleno de versos y modificaciones.
Mi inspiración está a tope, a tutiplén.
Disfruto mucho con esto, pero a la vez me angustia el poco tiempo disponible.
Pronto la clase concluye y yo sigo bregando tenazmente con la plasmación de mi creación, que se resiste a ser finiquitada.
De nuevo le pido otro folio a la profesora y de nuevo me quedo sin espacio para pasar a limpio el poema que me hierve en la mente, ya que continuamente se me ocurren matices y alteraciones que aplico a mi escrito.
La profesora ya ha perdido la paciencia y se marcha, al igual que hacen los demás alumnos.
Yo me empeño en redactar mis versos, como pueda y donde sea.
Incluso empiezo a anotarlos sobre la mesa.
Y ya me despierto.
Por un fugaz momento, conservo vivo el recuerdo del poema completo.
Tan solo consiste en unos pocos versos.
Comprendo claramente que me he excedido con tanto retoque y modificación, que la simple idea inicial era mejor que el abigarrado resultado final.
Ese proceso de elaboración le ha restado frescura y carga simbólica, pero al mismo tiempo ha sido una experiencia apasionante.
Supongo que este es siempre el peligro del poeta.
Descubrir una gema y caer en el delirio del orfebre, cuyo sublimador afán implica un alto riesgo de arruinamiento de lo manipulado.
En fin, devaneos aparte, a la postre solo he logrado rescatar del olvido el último verso de dicho onírico poema:
...sin pausa, hordas de ratas rompen contra la mole cernícala.
ascensor
Es de noche. Salgo de la celebración del cumpleaños de algún familiar. En realidad me he perdido casi todo el festejo, pues he estado afanado en la imposible tarea de escribir en un papel mis datos de contacto, para dárselos a una persona. La típica situación agónica de querer escribir bien y no lograrlo e intentarlo una y otra vez, siempre fallando.
Salgo pues, agotado y frustrado.
Me dirijo hacia mi casa, que resulta estar cerca.
Estoy en una ciudad genérica, que podría ser cualquiera.
Según parece, vivo en un alto edificio que desconozco, pero a la vez me resulta vagamente conocido.
Le sigo el juego al sueño, casi notando que estoy soñando. Aunque esta lucidez es muy tenue y va oscilando, desvaneciéndose predominantemente.
Me embarga una neblinosa sensación de precaria inercia, incómoda y confusa. Cual náufrago flotando a merced de una inescapable marea absurda.
Abro la puerta del rellano y entro en el ascensor, medio durmiéndome por momentos.
No recuerdo la planta en la que se encuentra mi piso. Vagamente intuyo que se encuentra hacia la mitad del edificio, o un poco más arriba.
Para colmo, los botones del ascensor tampoco son los habituales. Por alguna extraña razón, varias plantas están agrupadas de tres en tres, en varios botones.
Pulso con desgana el botón que me parece que más se aproxima a la supuesta localización de mi piso, con la creciente certeza de que no voy a hallarlo ni por equivocación. Más aún, dudo mucho que hacer esto me lleve a ninguna parte.
Se cierran las puertas y se pone en marcha el ascensor.
Noto que no se está desplazando ascendentemente sino lateralmente.
Con fastidio y medio dormido, miro mejor y veo con horror que no estoy en el ascensor sino en una especie de cestita pensada para el servicio técnico.
Me aferro a tan exiguo parapeto y soporto apurado el creciente vértigo.
Ahora percibo que nuestra trayectoria es descendente y deduzco que esta cestita se encuentra en el contrapeso del ascensor, asique adivino que el ascensor se está elevando y que el contrapeso va a cruzarse con él en algún punto.
Tengo la sospecha de que esta cestita no está pensada para ser ocupada cuando el ascensor está en funcionamiento, asique temo por mi integridad física.
Entonces, se produce la típica elipsis onírica imperceptible y ahora me descubro desplazándome lentamente por fuera del edificio, suspendido de la cestita, que se ha girado ciento ochenta grados y se ha vuelto totalmente invisible, al igual que el raíl por el que supuestamente avanza.
A través de pasillos, curvas y esquinas, voy topándome con personas medio indiferentes o sorprendidas por mi flotante desplazamiento.
Veo que me aproximo hacia la puerta de otro ascensor y supongo que este es el final de mi trayecto. Puesto que no me apetece aventurarme en otro incierto viaje ascensoril, me despierto.
Salgo pues, agotado y frustrado.
Me dirijo hacia mi casa, que resulta estar cerca.
Estoy en una ciudad genérica, que podría ser cualquiera.
Según parece, vivo en un alto edificio que desconozco, pero a la vez me resulta vagamente conocido.
Le sigo el juego al sueño, casi notando que estoy soñando. Aunque esta lucidez es muy tenue y va oscilando, desvaneciéndose predominantemente.
Me embarga una neblinosa sensación de precaria inercia, incómoda y confusa. Cual náufrago flotando a merced de una inescapable marea absurda.
Abro la puerta del rellano y entro en el ascensor, medio durmiéndome por momentos.
No recuerdo la planta en la que se encuentra mi piso. Vagamente intuyo que se encuentra hacia la mitad del edificio, o un poco más arriba.
Para colmo, los botones del ascensor tampoco son los habituales. Por alguna extraña razón, varias plantas están agrupadas de tres en tres, en varios botones.
Pulso con desgana el botón que me parece que más se aproxima a la supuesta localización de mi piso, con la creciente certeza de que no voy a hallarlo ni por equivocación. Más aún, dudo mucho que hacer esto me lleve a ninguna parte.
Se cierran las puertas y se pone en marcha el ascensor.
Noto que no se está desplazando ascendentemente sino lateralmente.
Con fastidio y medio dormido, miro mejor y veo con horror que no estoy en el ascensor sino en una especie de cestita pensada para el servicio técnico.
Me aferro a tan exiguo parapeto y soporto apurado el creciente vértigo.
Ahora percibo que nuestra trayectoria es descendente y deduzco que esta cestita se encuentra en el contrapeso del ascensor, asique adivino que el ascensor se está elevando y que el contrapeso va a cruzarse con él en algún punto.
Tengo la sospecha de que esta cestita no está pensada para ser ocupada cuando el ascensor está en funcionamiento, asique temo por mi integridad física.
Entonces, se produce la típica elipsis onírica imperceptible y ahora me descubro desplazándome lentamente por fuera del edificio, suspendido de la cestita, que se ha girado ciento ochenta grados y se ha vuelto totalmente invisible, al igual que el raíl por el que supuestamente avanza.
A través de pasillos, curvas y esquinas, voy topándome con personas medio indiferentes o sorprendidas por mi flotante desplazamiento.
Veo que me aproximo hacia la puerta de otro ascensor y supongo que este es el final de mi trayecto. Puesto que no me apetece aventurarme en otro incierto viaje ascensoril, me despierto.
1 de mayo de 2018
viva imagen
Una ciudad trasparente,
un coche trasparente,
una ropa trasparente,
una piel trasparente,
una carne trasparente,
un corazón trasparente,
y por fin te veo.
un coche trasparente,
una ropa trasparente,
una piel trasparente,
una carne trasparente,
un corazón trasparente,
y por fin te veo.
cuando todo es nada
Las personas vacías, están carentes de significado.
Las palabras que tales personas emiten, tienen similar ausencia de contenido.
Por eso dependen de enunciados bochornosamente elementales.
No es no.
Blanco es blanco.
Hoy es hoy.
Y tal y cual.
Cuando una sociedad entraña tal nadedad, necesita recordarse a sí misma el significado de su propio vocabulario.
Y lo peor de todo, es que llega a un punto en que ya no acierta a encontrarse sentido a sí misma y se aboca a la desintegración.
La amnesia y la demencia son los síntomas más evidentes de esto.
Al perder el contacto con la vida, la inteligencia se va por el sumidero y la cultura deviene en un batiburrillo de patéticas contradicciones.
Los huérfanos de intelecto, tan solo cuentan con su sentimiento.
Son bípedas criaturas parloteantes, cuya pseudo-habla es simple ruido primario.
Otra terrible consecuencia de su yerma lucidez, es su cortedad de miras.
Son la más atroz encarnación del egoísmo.
Así pues, confluyen todos los ingredientes para producir seres de necio victimismo.
La falta de significado, es profundamente autodestructiva y dañina.
Las palabras que no significan nada, desaparecen.
Y sufren igual destino, quienes tal anti-vocabulario poseen.
La palabra es un recipiente cuyo propósito es servir de albergue y enlace para acceder a lo esencial.
El materialismo, pierde de vista tan crucial vínculo.
Niegan y olvidan lo metafísico.
Asique adoptan una óptica deficiente y mermada.
Cuerpos sin alma. Carcasas sin contenido. Fuentes inertes.
Normal que esta gente no tenga honor ni integridad ni palabra.
Dicen una cosa, sin saber ni lo que dicen ni lo que quieren decir.
Están perdidos y palmotean como locos, desquiciados.
Sus problemas les superan y les sobrepasan, por eso pretenden culpabilizar de ellos a los demás, con la vana esperanza de que terceras personas les proporcionen solución o alivio a su interminable pesadilla.
Tienen cero responsabilidad de sus actos.
Y el peso de su inmadurez, exigen hacerlo recaer sobre el prójimo.
Maravillosos siervos infernales.
Ni siquiera comprenden que son los artífices de su creciente tormento y padecimiento.
La comunicación resulta imposible con estos vacuos seres.
Los argumentos les resbalan sin producirles ninguna resonancia, pues sus mentes están hueras.
No son de este mundo.
Ni existe diccionario capaz de traducir tu lengua a su no-idioma.
En ellos, toda coherencia brilla por su ausencia.
Son veletas a merced de modas, caprichos y azares.
Están aquí para acabar con la civilización.
Son fango y hiedra, que mina y roe.
El epílogo de la comedieta.
Lo bueno de este caos colapsador, es que hace más fácil que nunca el despertar.
Si no abres los ojos con todo lo que está pasando, mal te veo.
Lo que te pasa es poco, comparado con lo que te espera.
Cuando dejas de alojar a Dios, quien te ocupa es el diablo.
Las palabras que tales personas emiten, tienen similar ausencia de contenido.
Por eso dependen de enunciados bochornosamente elementales.
No es no.
Blanco es blanco.
Hoy es hoy.
Y tal y cual.
Cuando una sociedad entraña tal nadedad, necesita recordarse a sí misma el significado de su propio vocabulario.
Y lo peor de todo, es que llega a un punto en que ya no acierta a encontrarse sentido a sí misma y se aboca a la desintegración.
La amnesia y la demencia son los síntomas más evidentes de esto.
Al perder el contacto con la vida, la inteligencia se va por el sumidero y la cultura deviene en un batiburrillo de patéticas contradicciones.
Los huérfanos de intelecto, tan solo cuentan con su sentimiento.
Son bípedas criaturas parloteantes, cuya pseudo-habla es simple ruido primario.
Otra terrible consecuencia de su yerma lucidez, es su cortedad de miras.
Son la más atroz encarnación del egoísmo.
Así pues, confluyen todos los ingredientes para producir seres de necio victimismo.
La falta de significado, es profundamente autodestructiva y dañina.
Las palabras que no significan nada, desaparecen.
Y sufren igual destino, quienes tal anti-vocabulario poseen.
La palabra es un recipiente cuyo propósito es servir de albergue y enlace para acceder a lo esencial.
El materialismo, pierde de vista tan crucial vínculo.
Niegan y olvidan lo metafísico.
Asique adoptan una óptica deficiente y mermada.
Cuerpos sin alma. Carcasas sin contenido. Fuentes inertes.
Normal que esta gente no tenga honor ni integridad ni palabra.
Dicen una cosa, sin saber ni lo que dicen ni lo que quieren decir.
Están perdidos y palmotean como locos, desquiciados.
Sus problemas les superan y les sobrepasan, por eso pretenden culpabilizar de ellos a los demás, con la vana esperanza de que terceras personas les proporcionen solución o alivio a su interminable pesadilla.
Tienen cero responsabilidad de sus actos.
Y el peso de su inmadurez, exigen hacerlo recaer sobre el prójimo.
Maravillosos siervos infernales.
Ni siquiera comprenden que son los artífices de su creciente tormento y padecimiento.
La comunicación resulta imposible con estos vacuos seres.
Los argumentos les resbalan sin producirles ninguna resonancia, pues sus mentes están hueras.
No son de este mundo.
Ni existe diccionario capaz de traducir tu lengua a su no-idioma.
En ellos, toda coherencia brilla por su ausencia.
Son veletas a merced de modas, caprichos y azares.
Están aquí para acabar con la civilización.
Son fango y hiedra, que mina y roe.
El epílogo de la comedieta.
Lo bueno de este caos colapsador, es que hace más fácil que nunca el despertar.
Si no abres los ojos con todo lo que está pasando, mal te veo.
Lo que te pasa es poco, comparado con lo que te espera.
Cuando dejas de alojar a Dios, quien te ocupa es el diablo.
30 de abril de 2018
1 de abril de 2018
querer quiero (cronopoema)
(1)
Playa de arena amotinada,
(2)
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
(3)
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
enmantequíllame el alma.
(4)
Mar trizador de ocasos,
(5)
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una loncha dorada,
(6)
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una laja dorada,
o deja que ayude a montar el puzle.
(7)
Zarzas y zarpas,
(8)
Zarzas y zarpas,
danzan y se enlazan,
(9)
Zarzas y zarpas,
danzan y se enlazan,
sedientas de lumbre y ubre.
(10)
Zarzas y zarpas,
danzan y zanjan,
sedientas de lazo y lumbre.
(11)
Náufrago en isla quietud,
(12)
Náufrago en isla quietud,
rodeado de silencio nieve,
(13)
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio,
sin paso incrujir,
(14)
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio,
sin paso incrujir,
a salvo de letanías.
(15)
Los siglos son una nana de las galaxias.
(16)
- nianasí -
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
enmantequíllame el alma.
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una laja dorada,
o deja que ayude a montar el puzle.
Zarzas y zarpas,
danzan y zanjan,
sedientas de lazo y lumbre,
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio,
sin paso incrujir,
a salvo de letanías.
Los siglos son una nana de las galaxias.
(17)
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana zumo de sangre.
(18)
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana jugo de sangre.
(19)
Goteando paciencia, te he soñado y me has dicho:
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana jugo de sangre.
(20)
Sinfonía bailo por dentro,
en fiesta de muñecos de cera,
(21)
Sinfonía bailo por dentro,
en fiesta de muñecos de cera,
por el rabillo del ojo te enmemoro y me has dicho:
(22)
Sinfonía bailo por dentro,
en fiesta de muñecos de cera,
por el rabillo del ojo goteo paciencia,
te enporto y tu susurro acaricia mi oído:
(23)
Sinfonía bailo interóseo,
en fiesta de muñecos de cera,
goteo paciencia, puente a la Arcadia,
por el rabillo del ojo te enporto,
y tu susurro delicia mi oído:
(24)
Sinfonía bailo interóseo,
en fiesta de muñecos de cera,
goteo paciencia, puente arcádico,
por el rabillo del ojo te enporto,
y tu susurro eriza mi oído:
(25)
Estatuas presas de sus pantallas,
sucumben de estupenditis,
y fundan colinas salinas.
(26)
Estatuas presas de sus pantallas,
sucumben de estupenditis y estupiditis,
sembrando colinas salinas.
(27)
Estatuas presas de sus pantallas,
sucumben de duble estupenditis,
sembrando colinas salinas.
(28)
A la postre,
los siglos son una nana de las galaxias.
(29)
A la postre,
los siglos son una nana de las galaxias,
asique, dulce sueño despierto.
(30)
Blanca hoja al contraluz,
secreto mapa de esperanzas.
(31)
- querer quiero -
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
enmantequíllame el alma.
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una laja dorada,
o deja que ayude a montar el puzle.
En fiesta de muñecos de cera,
sinfonía bailo interóseo.
Puente arcádico, goteo paciencia...
Zarzas y zarpas, danzan y zanjan.
Sedientas de lazo y lumbre,
odian su corazón de barro.
Estatuas presas de fonopantallas,
sucumben en duble estupenditis,
sembrando colinas salinas.
Por el rabillo del ojo, te encobijo
y tu susurro eriza mi oído:
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana jugosangre.
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio.
Sin paso ni lapso, in cru ji do.
A salvo, íntimo, de letanías.
A la postre,
los siglos son una nana de las galaxias,
asique, dulce sueño despierto.
Blanca hoja al contraluz,
secreto mapa de esperanzas.
Playa de arena amotinada,
(2)
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
(3)
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
enmantequíllame el alma.
(4)
Mar trizador de ocasos,
(5)
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una loncha dorada,
(6)
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una laja dorada,
o deja que ayude a montar el puzle.
(7)
Zarzas y zarpas,
(8)
Zarzas y zarpas,
danzan y se enlazan,
(9)
Zarzas y zarpas,
danzan y se enlazan,
sedientas de lumbre y ubre.
(10)
Zarzas y zarpas,
danzan y zanjan,
sedientas de lazo y lumbre.
(11)
Náufrago en isla quietud,
(12)
Náufrago en isla quietud,
rodeado de silencio nieve,
(13)
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio,
sin paso incrujir,
(14)
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio,
sin paso incrujir,
a salvo de letanías.
(15)
Los siglos son una nana de las galaxias.
(16)
- nianasí -
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
enmantequíllame el alma.
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una laja dorada,
o deja que ayude a montar el puzle.
Zarzas y zarpas,
danzan y zanjan,
sedientas de lazo y lumbre,
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio,
sin paso incrujir,
a salvo de letanías.
Los siglos son una nana de las galaxias.
(17)
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana zumo de sangre.
(18)
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana jugo de sangre.
(19)
Goteando paciencia, te he soñado y me has dicho:
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana jugo de sangre.
(20)
Sinfonía bailo por dentro,
en fiesta de muñecos de cera,
(21)
Sinfonía bailo por dentro,
en fiesta de muñecos de cera,
por el rabillo del ojo te enmemoro y me has dicho:
(22)
Sinfonía bailo por dentro,
en fiesta de muñecos de cera,
por el rabillo del ojo goteo paciencia,
te enporto y tu susurro acaricia mi oído:
(23)
Sinfonía bailo interóseo,
en fiesta de muñecos de cera,
goteo paciencia, puente a la Arcadia,
por el rabillo del ojo te enporto,
y tu susurro delicia mi oído:
(24)
Sinfonía bailo interóseo,
en fiesta de muñecos de cera,
goteo paciencia, puente arcádico,
por el rabillo del ojo te enporto,
y tu susurro eriza mi oído:
(25)
Estatuas presas de sus pantallas,
sucumben de estupenditis,
y fundan colinas salinas.
(26)
Estatuas presas de sus pantallas,
sucumben de estupenditis y estupiditis,
sembrando colinas salinas.
(27)
Estatuas presas de sus pantallas,
sucumben de duble estupenditis,
sembrando colinas salinas.
(28)
A la postre,
los siglos son una nana de las galaxias.
(29)
A la postre,
los siglos son una nana de las galaxias,
asique, dulce sueño despierto.
(30)
Blanca hoja al contraluz,
secreto mapa de esperanzas.
(31)
- querer quiero -
Playa de arena amotinada,
engullidora de nadistas,
enmantequíllame el alma.
Mar trizador de ocasos,
alcánzame una laja dorada,
o deja que ayude a montar el puzle.
En fiesta de muñecos de cera,
sinfonía bailo interóseo.
Puente arcádico, goteo paciencia...
Zarzas y zarpas, danzan y zanjan.
Sedientas de lazo y lumbre,
odian su corazón de barro.
Estatuas presas de fonopantallas,
sucumben en duble estupenditis,
sembrando colinas salinas.
Por el rabillo del ojo, te encobijo
y tu susurro eriza mi oído:
El amor es un labio herido,
cuya sonrisa mana jugosangre.
Náufrago en isla quietud,
rodeado de nieve silencio.
Sin paso ni lapso, in cru ji do.
A salvo, íntimo, de letanías.
A la postre,
los siglos son una nana de las galaxias,
asique, dulce sueño despierto.
Blanca hoja al contraluz,
secreto mapa de esperanzas.
13 de marzo de 2018
tubular
Voy por la calle y aparece una especie de serpiente gigante negra, que se me traga. Se supone que forma parte de los festejos que están teniendo lugar, o algo.
Su interior es confortable.
Para quedar de nuevo en libertad, debo esperar hasta que otra persona sea atrapada y ocupe mi lugar.
Esta criatura no es una serpiente, pues no tiene cabeza ni cola.
Forma un canuto de unos diez metros de largo, con un diámetro de metro y pico.
Su origen es desconocido, lo mismo puede ser extraterrestre o natural. Pero está claro que posee inteligencia.
Es de color negro intenso, completamente.
Su piel es lisa por fuera, y por la cara interior es cual dendro-piloso coral. Gracias a la voluntaria y coordinada orientación de sus vellosidades, es capaz de adentrar a su presa y retenerla enmedio.
Permanecer en su interior resulta sedante y reparador. Como un tierno retorno al seno materno.
Se desplaza ondulando su cuerpo oblicuamente, así mantiene a su rehén sumido en una 'u' balanceante inescapable.
Tan impresionante ensoñación, da paso a no pocas cavilaciones y figuraciones. Pues me tienta el imaginar un mundo gestionado por dichos seres tubulares.
La población adulta, sería su objetivo preferente y prioritario; menores y ancianos quedarían libres de su acción, salvo situaciones críticas.
El propósito de su tutela, sería rectificar nuestras taras y elevar nuestra conciencia. Interfiriendo e impidiendo las acciones nocivas y alentando los buenos pasos.
Por supuesto, tendrían capacidad para leer la mente o adivinar las intenciones. Así, optarían por servirte cuando tu objetivo fuese legítimo, y te engullirían cuando tu meta fuese perniciosa.
En su interior, te masajearían sabiamente para propiciar tu autorreconocimiento y la enmienda de tu mal encaminamiento.
Con tan inmediata y sencilla privación de libertad, se impedirían grandes abusos y desmanes. Y pronto el planeta sería un paraíso feliz y armónico.
Por supuesto, los malévolos pertinaces quedarían neutralizados a perpetuidad, hasta que abandonasen sus pretensiones.
Estos seres tubulares, también podrían cumplir muchas otras funciones prácticas. Por ejemplo, como transporte.
O como lecho nocturno.
Cada adulto tendría asignado su propio ser tubular particular, con quien establecería un vínculo profundo y duradero.
Y así, en bella simbiosis, la humanidad despertaría a una vida más madura y significativa.
O bueno, soñar es gratis.
Su interior es confortable.
Para quedar de nuevo en libertad, debo esperar hasta que otra persona sea atrapada y ocupe mi lugar.
Esta criatura no es una serpiente, pues no tiene cabeza ni cola.
Forma un canuto de unos diez metros de largo, con un diámetro de metro y pico.
Su origen es desconocido, lo mismo puede ser extraterrestre o natural. Pero está claro que posee inteligencia.
Es de color negro intenso, completamente.
Su piel es lisa por fuera, y por la cara interior es cual dendro-piloso coral. Gracias a la voluntaria y coordinada orientación de sus vellosidades, es capaz de adentrar a su presa y retenerla enmedio.
Permanecer en su interior resulta sedante y reparador. Como un tierno retorno al seno materno.
Se desplaza ondulando su cuerpo oblicuamente, así mantiene a su rehén sumido en una 'u' balanceante inescapable.
Tan impresionante ensoñación, da paso a no pocas cavilaciones y figuraciones. Pues me tienta el imaginar un mundo gestionado por dichos seres tubulares.
La población adulta, sería su objetivo preferente y prioritario; menores y ancianos quedarían libres de su acción, salvo situaciones críticas.
El propósito de su tutela, sería rectificar nuestras taras y elevar nuestra conciencia. Interfiriendo e impidiendo las acciones nocivas y alentando los buenos pasos.
Por supuesto, tendrían capacidad para leer la mente o adivinar las intenciones. Así, optarían por servirte cuando tu objetivo fuese legítimo, y te engullirían cuando tu meta fuese perniciosa.
En su interior, te masajearían sabiamente para propiciar tu autorreconocimiento y la enmienda de tu mal encaminamiento.
Con tan inmediata y sencilla privación de libertad, se impedirían grandes abusos y desmanes. Y pronto el planeta sería un paraíso feliz y armónico.
Por supuesto, los malévolos pertinaces quedarían neutralizados a perpetuidad, hasta que abandonasen sus pretensiones.
Estos seres tubulares, también podrían cumplir muchas otras funciones prácticas. Por ejemplo, como transporte.
O como lecho nocturno.
Cada adulto tendría asignado su propio ser tubular particular, con quien establecería un vínculo profundo y duradero.
Y así, en bella simbiosis, la humanidad despertaría a una vida más madura y significativa.
O bueno, soñar es gratis.
microzoom
Este es un fragmento muy breve.
Estoy en casa de un familiar, en el salón; mirando hacia el pasillo, que está negro como boca de lobo. Al fondo del pasillo se ve el ventanuco de la puerta, por el que entra algo de luz.
Estoy solo pero presiento que hay alguien más en la casa, que alguien va a aparecer de repente por el pasillo.
Por eso miro hacia allí fijamente.
Entonces noto un vértigo, pequeño pero intenso. Como si la casa se viniera hacia mí, o como si yo saliese de mi ser y me expandiese hacia ella.
Casi parece un corto pero súbito zoom.
El ventanuco al fondo del pasillo parece haberse aproximado unos pocos metros.
Ese efecto tan aparentemente insignificante, me ha alarmado sobremanera, cosa que hace que me despierte de inmediato.
Mejor dicho, el vértigo de salirme del cuerpo en el sueño, ha sido simultáneo al vértigo de reentrar en mi cuerpo en la vigilia.
A esta caída hacia fuera a la par que hacia dentro, cabría llamarla un vuelque paradójico.
Y daría pie a interesantes reflexiones acerca de los planos y las dimensiones de la existencia, pero eso ya mejor en otro momento si acaso.
Estoy en casa de un familiar, en el salón; mirando hacia el pasillo, que está negro como boca de lobo. Al fondo del pasillo se ve el ventanuco de la puerta, por el que entra algo de luz.
Estoy solo pero presiento que hay alguien más en la casa, que alguien va a aparecer de repente por el pasillo.
Por eso miro hacia allí fijamente.
Entonces noto un vértigo, pequeño pero intenso. Como si la casa se viniera hacia mí, o como si yo saliese de mi ser y me expandiese hacia ella.
Casi parece un corto pero súbito zoom.
El ventanuco al fondo del pasillo parece haberse aproximado unos pocos metros.
Ese efecto tan aparentemente insignificante, me ha alarmado sobremanera, cosa que hace que me despierte de inmediato.
Mejor dicho, el vértigo de salirme del cuerpo en el sueño, ha sido simultáneo al vértigo de reentrar en mi cuerpo en la vigilia.
A esta caída hacia fuera a la par que hacia dentro, cabría llamarla un vuelque paradójico.
Y daría pie a interesantes reflexiones acerca de los planos y las dimensiones de la existencia, pero eso ya mejor en otro momento si acaso.
13 de febrero de 2018
el refirmatorio
El refirmatorio antes se llamaba escuela, peo ya no.
Ya casi ni macuerdo, peo un poco sis.
Antes cabia pofresores y la escuela era solo pa los pequeñios.
Peo ahura ya no, ques pa todos y todos, que no se libra ni nadie se libra.
O bueno si, peo ques mu dificil mu.
Tolos dias ahi que te ponen una tele con notizias, que tenes que ripitir tolo quicen y te ponen ahi unos cables en la cabezas pa ver lo bien y bien que lo ices to de verda.
Peo que nay pofresores, solo mas que todos ahi sentaos caduno en su sitio y mirando su teles.
Y si te distrais niuna mija, te da un calanbre asi gordos que ni quieres ya mas.
Anencimas que como fallies de ripitir es lo peor es, que vene un robot y tese llieva y es malimal, que te ponen agujas cacho bestias y tacen ver masimas cosas que parpardean muchio y duelen que duelen de ver y to.
Luego ni tacuerdas na de na, peo que tenes la cabeza comun bonbo y ni te podes levantiar, caveces pasan dias y dias asis.
Peo ya luego que no te libras no y al refirmatorio que vas.
Y lo peor son los ecsamenes, que tacen ahi un monton de pegruntas que ni sabes saber, poque nunca quenseñan na, solo masque las notizias.
Peo que no pasa na, que son pegruntas pa saber los que son listos, y si eres listo que vas a una escuela mejor paprender de verda.
Yesos se libran ya del refirmatorio, que luego sacen jefes de los robots ye so.
Peo ahura que macuerdo, que anencimas el refirmatorio que nu es obligartorio no, que siqueres que dejas dir y no pasa na, peo que te quiedas sin dineo poque el dineo te lo dan cadia que vas al refirmatorio, y nay mas tabrajos, poque to que lacen los robots y los listos, asique o te vas a lo salvajes o te mores danbre.
Hay muchos que no van al refirmatorio y son salvajes, y salen en las notizias cando se moren, que se moren muchos tolos dias.
Peo las notizias no ticen los que viven ni na, asique es un misterios asi de gordo y mas, y mas los rumores quicen que que comen gentes y cosas asis.
Peo paece que son mientiras paque naide saga salvajes.
Y mas cosas mas.
Peo el refirmatorio tace que telo creas to masimas de verda to.
Macuerdo una vez que macuerdo, que vino un nuevo al refirmatorio questaba loco y decia que todo era mientiras las notizias, peo luego se lo llievo un robot y ya no vulvio.
El refirmatorio es un rollo mu rollo, peo ya ta coustunbras y nuesta tan mal, que niay que piensar, que ripites comun loro las cosas y te dan dineo, y ya luego que podes estiar sin acer na y na.
Poeso que los ecsamenes ni ace falta piensar ni ace, poque como acerties alguna piegrunta, que te poden poner de listo, yeso es mas rollo an, asique mira.
Ya casi ni macuerdo, peo un poco sis.
Antes cabia pofresores y la escuela era solo pa los pequeñios.
Peo ahura ya no, ques pa todos y todos, que no se libra ni nadie se libra.
O bueno si, peo ques mu dificil mu.
Tolos dias ahi que te ponen una tele con notizias, que tenes que ripitir tolo quicen y te ponen ahi unos cables en la cabezas pa ver lo bien y bien que lo ices to de verda.
Peo que nay pofresores, solo mas que todos ahi sentaos caduno en su sitio y mirando su teles.
Y si te distrais niuna mija, te da un calanbre asi gordos que ni quieres ya mas.
Anencimas que como fallies de ripitir es lo peor es, que vene un robot y tese llieva y es malimal, que te ponen agujas cacho bestias y tacen ver masimas cosas que parpardean muchio y duelen que duelen de ver y to.
Luego ni tacuerdas na de na, peo que tenes la cabeza comun bonbo y ni te podes levantiar, caveces pasan dias y dias asis.
Peo ya luego que no te libras no y al refirmatorio que vas.
Y lo peor son los ecsamenes, que tacen ahi un monton de pegruntas que ni sabes saber, poque nunca quenseñan na, solo masque las notizias.
Peo que no pasa na, que son pegruntas pa saber los que son listos, y si eres listo que vas a una escuela mejor paprender de verda.
Yesos se libran ya del refirmatorio, que luego sacen jefes de los robots ye so.
Peo ahura que macuerdo, que anencimas el refirmatorio que nu es obligartorio no, que siqueres que dejas dir y no pasa na, peo que te quiedas sin dineo poque el dineo te lo dan cadia que vas al refirmatorio, y nay mas tabrajos, poque to que lacen los robots y los listos, asique o te vas a lo salvajes o te mores danbre.
Hay muchos que no van al refirmatorio y son salvajes, y salen en las notizias cando se moren, que se moren muchos tolos dias.
Peo las notizias no ticen los que viven ni na, asique es un misterios asi de gordo y mas, y mas los rumores quicen que que comen gentes y cosas asis.
Peo paece que son mientiras paque naide saga salvajes.
Y mas cosas mas.
Peo el refirmatorio tace que telo creas to masimas de verda to.
Macuerdo una vez que macuerdo, que vino un nuevo al refirmatorio questaba loco y decia que todo era mientiras las notizias, peo luego se lo llievo un robot y ya no vulvio.
El refirmatorio es un rollo mu rollo, peo ya ta coustunbras y nuesta tan mal, que niay que piensar, que ripites comun loro las cosas y te dan dineo, y ya luego que podes estiar sin acer na y na.
Poeso que los ecsamenes ni ace falta piensar ni ace, poque como acerties alguna piegrunta, que te poden poner de listo, yeso es mas rollo an, asique mira.
los antimaestros
La era de la información, está trayendo multitud de voces que señalan la maldad del sistema establecido.
En parte eso está bien, pero en parte resulta problemático.
Se cae demasiado en la desmesura, se mezcla realidad y ficción.
Aumenta la confusión.
Esto sucede debido a nuestra manera de comunicarnos.
La palabra tiene sus pros y sus contras.
Es un excelente vehículo para la transmisión de información, pero es un nefasto medio para la corroboración de la realidad.
Internet nos sumerge en un plano ilusorio.
La virtualidad equipara la mentira con la verdad.
Si yo aparezco en una imagen digital, con una manzana en la mano, tú lo tienes muy difícil para determinar la autenticidad de ese fruto.
Puede ser un montaje, puede ser media manzana o puede ser una manzana de plástico.
Lo virtual suprime muchos niveles de información y solo comunica una porción muy reducida y pobre.
Así es imposible hacer un buen uso de la tecnología para ir hacia una mejor existencia colectiva. Aunque, con una mayor madurez en los usuarios y con unos protocolos más elaborados y comprometedores, internet podría llegar a cumplir esta función razonablemente bien.
El ejemplo más claro de esto son las criptomonedas.
Las criptomonedas están diseñadas para ser una herramienta de inmenso potencial virtuoso.
Pero, su desvinculación con la realidad las convierte en otra inutilidad más, que acabará siendo utilizada para perjuicio de la humanidad.
Nuestra civilización está en un momento crítico.
Dispone de grandes avances que ofrecen la posibilidad de un cambio significativo, siempre y cuando se utilicen de manera responsable.
Pero, su uso irresponsable es terriblemente peligroso.
Cual niño con un cuchillo.
La información es válida y liberadora cuando nace de la realidad.
El alienado divorcio dislocado disociativo desquiciante actual, es tremendamente desestabilizador.
La palabra sin conexión con la vida, es un caballo de troya idóneo para servir al mal.
La información digna de ser tenida en cuenta, debe ser completa y veraz. Comprobable.
Los testimonios que denuncian supuestos ritos macabros y cosas así, deben ser puestos en cuarentena.
La palabra por sí sola, no otorga certeza a nada.
Debe contextualizarse, permitir su cotejamiento con lo concreto.
Lo demás son cuentos.
La virtualidad, sin embargo, no afecta a aquellas informaciones que uno puede constatar directamente, por sí mismo.
Por eso, la espiritualidad gana con internet un inesperado aliado.
Y bueno será que la humanidad aproveche tan rara oportunidad.
Porque la otra cara de la moneda ya la estamos padeciendo, y mucho.
La patología de nuestro tiempo es la falta de lucidez, la poca conciencia.
Que tiene como consecuencia la aparición de teorías de la conspiración, medio acertadas medio equivocadas.
El problema de la conspiranoia es que hace una lectura errónea de la realidad, saca conclusiones infundadas, a partir de indicios poco fiables, mezclando nociones mal interconectadas.
El fallo se ve sobre todo en su visión global.
El famoso mito de los poderes ocultos que dirigen el mundo.
Sin duda, hay élites malignas que orquestan la desdicha.
Pero es imposible dar por válida ninguna información que pretenda demostrar el alcance de su poder, precisamente por su lógico sigilo y opacidad.
Es muy insensato adoptar plenamente esa hipótesis, a partir de la incierta evidencia disponible.
Incluso aunque tal conspiración fuese real, debería enmarcarse adecuadamente.
Poner el acento en agentes externos, desplaza el foco alejándolo de lo importante, que es lo interno, la esencia, lo trascendental. Descentramiento que resulta profundamente desempoderador.
Exponer así el mal, puede resultar más efectista que efectivo, más sensacionalista que provechoso. Contraproducente.
La mala comunicación, desinforma.
Si quieres aprender carpintería, acude a un maestro carpintero.
El antimaestro carpintero te hará perder todo tu tiempo y energía en interminables palabrerías acerca de lo negativo, la no-carpintería, la anti-carpintería, la contra-carpintería, la des-carpintería.
Un absurdo total.
Otro ejemplo:
Un antimaestro de ortografía, te llenará la cabeza con las infinitas formas erróneas de escribir incorrectamente todas las palabras, pero jamás te enseñará la correcta, que es solo una.
Ese completo despropósito, camufla quizás motivaciones perniciosas. El antimaestro, gana estatus y se lucra a costa de los mamelucos.
No es nada nuevo, siempre ha habido gurús y manadas de ineptos dispuestos a comulgar con cualquier bazofia afín a sus poco desarrollados criterios.
Piensa esto:
Si mañana rigiese una norma que obligase a avalar todas y cada una de las afirmaciones emitidas públicamente, se acabaría la farsa y el negocio de prácticamente todos los comunicadores.
Se haría el más precioso silencio.
Pero eso no va a suceder.
Porque el problema no son los parásitos, sino el entorno propicio que sostiene su proliferación.
Es la población la primera y mayor responsable de este desastre.
Antaño se decía que una ardilla podía cruzar de punta a punta el país, saltando de árbol en árbol.
Hoy, ciertamente se puede decir que la mentira cruza de punta a punta el país, saltando de ignorante en ignorante.
Por eso, la cuestión del mal está erróneamente planteada cuando sitúa la responsabilidad afuera.
Ni el más mayor máximo maligno maléfico malvado, tiene poder ninguno ante una población despierta y consciente.
La mentira no tiene nada que hacer ante la verdad.
El mal está condenado a fracasar.
Pero los inmaduros no quieren comprender.
Prefieren sentirse víctima, antes que asumir la responsabilidad que implica vivir en equilibrio, virtud y armonía.
Su visión es selectiva y solo ponen el foco en lo que les sobrepasa y espanta, para sentirse inermes y autovalidar así su inercia.
Pasean su mirada buscando descomposición y cadáveres.
No tienen ojos para la belleza.
Ese sesgado y precario contacto con la realidad, se traduce en una visión de conjunto deficiente, distorsionada y grotesca.
Están envenenados de paranoia. Su existencia es un atroz caos delirante.
Entonces, se entiende fácilmente la abundancia actual de voceros hecatómbicos.
Mientras, la sabiduría de los santos de todos los tiempos, cae cada vez más en el olvido:
http://entra-por-los-ojos.blogspot.com/2018/02/el-cientifico-y-el-santo.html
En parte eso está bien, pero en parte resulta problemático.
Se cae demasiado en la desmesura, se mezcla realidad y ficción.
Aumenta la confusión.
Esto sucede debido a nuestra manera de comunicarnos.
La palabra tiene sus pros y sus contras.
Es un excelente vehículo para la transmisión de información, pero es un nefasto medio para la corroboración de la realidad.
Internet nos sumerge en un plano ilusorio.
La virtualidad equipara la mentira con la verdad.
Si yo aparezco en una imagen digital, con una manzana en la mano, tú lo tienes muy difícil para determinar la autenticidad de ese fruto.
Puede ser un montaje, puede ser media manzana o puede ser una manzana de plástico.
Lo virtual suprime muchos niveles de información y solo comunica una porción muy reducida y pobre.
Así es imposible hacer un buen uso de la tecnología para ir hacia una mejor existencia colectiva. Aunque, con una mayor madurez en los usuarios y con unos protocolos más elaborados y comprometedores, internet podría llegar a cumplir esta función razonablemente bien.
El ejemplo más claro de esto son las criptomonedas.
Las criptomonedas están diseñadas para ser una herramienta de inmenso potencial virtuoso.
Pero, su desvinculación con la realidad las convierte en otra inutilidad más, que acabará siendo utilizada para perjuicio de la humanidad.
Nuestra civilización está en un momento crítico.
Dispone de grandes avances que ofrecen la posibilidad de un cambio significativo, siempre y cuando se utilicen de manera responsable.
Pero, su uso irresponsable es terriblemente peligroso.
Cual niño con un cuchillo.
La información es válida y liberadora cuando nace de la realidad.
El alienado divorcio dislocado disociativo desquiciante actual, es tremendamente desestabilizador.
La palabra sin conexión con la vida, es un caballo de troya idóneo para servir al mal.
La información digna de ser tenida en cuenta, debe ser completa y veraz. Comprobable.
Los testimonios que denuncian supuestos ritos macabros y cosas así, deben ser puestos en cuarentena.
La palabra por sí sola, no otorga certeza a nada.
Debe contextualizarse, permitir su cotejamiento con lo concreto.
Lo demás son cuentos.
La virtualidad, sin embargo, no afecta a aquellas informaciones que uno puede constatar directamente, por sí mismo.
Por eso, la espiritualidad gana con internet un inesperado aliado.
Y bueno será que la humanidad aproveche tan rara oportunidad.
Porque la otra cara de la moneda ya la estamos padeciendo, y mucho.
La patología de nuestro tiempo es la falta de lucidez, la poca conciencia.
Que tiene como consecuencia la aparición de teorías de la conspiración, medio acertadas medio equivocadas.
El problema de la conspiranoia es que hace una lectura errónea de la realidad, saca conclusiones infundadas, a partir de indicios poco fiables, mezclando nociones mal interconectadas.
El fallo se ve sobre todo en su visión global.
El famoso mito de los poderes ocultos que dirigen el mundo.
Sin duda, hay élites malignas que orquestan la desdicha.
Pero es imposible dar por válida ninguna información que pretenda demostrar el alcance de su poder, precisamente por su lógico sigilo y opacidad.
Es muy insensato adoptar plenamente esa hipótesis, a partir de la incierta evidencia disponible.
Incluso aunque tal conspiración fuese real, debería enmarcarse adecuadamente.
Poner el acento en agentes externos, desplaza el foco alejándolo de lo importante, que es lo interno, la esencia, lo trascendental. Descentramiento que resulta profundamente desempoderador.
Exponer así el mal, puede resultar más efectista que efectivo, más sensacionalista que provechoso. Contraproducente.
La mala comunicación, desinforma.
Si quieres aprender carpintería, acude a un maestro carpintero.
El antimaestro carpintero te hará perder todo tu tiempo y energía en interminables palabrerías acerca de lo negativo, la no-carpintería, la anti-carpintería, la contra-carpintería, la des-carpintería.
Un absurdo total.
Otro ejemplo:
Un antimaestro de ortografía, te llenará la cabeza con las infinitas formas erróneas de escribir incorrectamente todas las palabras, pero jamás te enseñará la correcta, que es solo una.
Ese completo despropósito, camufla quizás motivaciones perniciosas. El antimaestro, gana estatus y se lucra a costa de los mamelucos.
No es nada nuevo, siempre ha habido gurús y manadas de ineptos dispuestos a comulgar con cualquier bazofia afín a sus poco desarrollados criterios.
Piensa esto:
Si mañana rigiese una norma que obligase a avalar todas y cada una de las afirmaciones emitidas públicamente, se acabaría la farsa y el negocio de prácticamente todos los comunicadores.
Se haría el más precioso silencio.
Pero eso no va a suceder.
Porque el problema no son los parásitos, sino el entorno propicio que sostiene su proliferación.
Es la población la primera y mayor responsable de este desastre.
Antaño se decía que una ardilla podía cruzar de punta a punta el país, saltando de árbol en árbol.
Hoy, ciertamente se puede decir que la mentira cruza de punta a punta el país, saltando de ignorante en ignorante.
Por eso, la cuestión del mal está erróneamente planteada cuando sitúa la responsabilidad afuera.
Ni el más mayor máximo maligno maléfico malvado, tiene poder ninguno ante una población despierta y consciente.
La mentira no tiene nada que hacer ante la verdad.
El mal está condenado a fracasar.
Pero los inmaduros no quieren comprender.
Prefieren sentirse víctima, antes que asumir la responsabilidad que implica vivir en equilibrio, virtud y armonía.
Su visión es selectiva y solo ponen el foco en lo que les sobrepasa y espanta, para sentirse inermes y autovalidar así su inercia.
Pasean su mirada buscando descomposición y cadáveres.
No tienen ojos para la belleza.
Ese sesgado y precario contacto con la realidad, se traduce en una visión de conjunto deficiente, distorsionada y grotesca.
Están envenenados de paranoia. Su existencia es un atroz caos delirante.
Entonces, se entiende fácilmente la abundancia actual de voceros hecatómbicos.
Mientras, la sabiduría de los santos de todos los tiempos, cae cada vez más en el olvido:
http://entra-por-los-ojos.blogspot.com/2018/02/el-cientifico-y-el-santo.html
20 de enero de 2018
tempo queto
A As Ast Astr Astro stro tro ro o l lu lun luna lunar unar nar ar r n no noc noch noche oche che he e o ot oto otoñ otoño toño oño ño o j jo jov jove joven oven ven en n a au aut auto autor utor tor or r t te tes tesi tesis esis sis is s a ac aca acab acaba caba aba ba a p pa pas pase pasea asea sea ea a r re rel rela relax elax lax ax x b bu bus busc busca usca sca ca a s so sol sola solaz olaz laz az z s so sor sord sordo ordo rdo do o r ru rum rumo rumor umor mor or r l le lej lejo lejos ejos jos os s s sa sar sara sarao arao rao ao o l ll lle lleg llega lega ega ga a u uf ufa ufan ufano fano ano no o t ta tas tasc tasca asca sca ca a a am ame amen amena mena ena na a b ba bai bail baila aila ila la a f fl flu fluy fluye luye uye ye e s so sor sorb sorbe orbe rbe be e j ja jar jarr jarra arra rra ra a r ro ron rond ronda onda nda da a g ge gen gent gente ente nte te e g gu gui guip guipa uipa ipa pa a l li lin lind linda inda nda da a c ca cau caut cauto auto uto to o l la lab labi labia abia bia ia a c cu cul cult culta ulta lta ta a g gu gua guas guasa uasa asa sa a b br bro brom broma roma oma ma a j ju jun junt junta unta nta ta a a am amb ambo ambos mbos bos os s c ce cer cerc cerca erca rca ca a d de des dese deseo eseo seo eo o m mu mut mutu mutuo utuo tuo uo o d da dan danz danza anza nza za a b br bro brot brota rota ota ta a m me men ment mente ente nte te e f fl flo flot flota lota ota ta a m mi mis mism misma isma sma ma a m mu mud mude mudez udez dez ez z i ig igu igua igual gual ual al l r ru rub rubo rubor ubor bor or r a as asc ascu ascua scua cua ua a r ra rap rapt rapta apta pta ta a y yu yun yunt yunta unta nta ta a e ev evo evoc evoca voca oca ca a l li lis list lista ista sta ta a i in ins inst insta nsta sta ta a r ru rum rumb rumbo umbo mbo bo o l lu lug luga lugar ugar gar ar r c ci cie ciel cielo ielo elo lo o b br bru brum brumo rumo umo mo o p pl pla plaz plaza laza aza za a v va vac vacu vacua acua cua ua a t tr tro trot trote rote ote te e s su sue suel suelo uelo elo lo o m ma mag magn magno agno gno no o s su sue suen suena uena ena na a s si sit siti sitio itio tio io o l ll lla llav llave lave ave ve e h ho hog hoga hogar ogar gar ar r c ca cal calm calmo almo lmo mo o f fu fue fueg fuego uego ego go o t te ten tenu tenue enue nue ue e l ll lla llam llama lama ama ma a s su sua suav suave uave ave ve e j ju jue jueg juego uego ego go o c ci cie cieg ciego iego ego go o c cl cli clim clima lima ima ma a e el ele elev eleva leva eva va a b bl blu blus blusa lusa usa sa a a ap ape apeg apega pega ega ga a b bu bul bult bulto ulto lto to o a ap apo apoy apoya poya oya ya a t tr tra traj traje raje aje je e a ab aba abaj abajo bajo ajo jo o g gr gra grat grato rato ato to o a az azo azor azoro zoro oro ro o d di dio dios diosa iosa osa sa a i id ide idea ideal deal eal al l c cu cut cuti cutis utis tis is s n ni nie niev nieve ieve eve ve e m mu mus musg musgo usgo sgo go o c ca cao caob caoba aoba oba ba a d du duc duch ducha ucha cha ha a a au aud auda audaz udaz daz az z l le lec lech lecho echo cho ho o t ti tib tibi tibio ibio bio io o d du dul dulc dulce ulce lce ce e m ma mar mare mareo areo reo eo o p pe pec pech pecho echo cho ho o a ad ado ador adora dora ora ra a n na nal nalg nalga alga lga ga a a am ama amas amasa masa asa sa a v va val vall valle alle lle le e p pa pal palp palpa alpa lpa pa a m ma man mang mango ango ngo go o o op ope oper opera pera era ra a p pu pun punt punta unta nta ta a r ro ros rosc rosca osca sca ca a r ri rig rigo rigor igor gor or r r ro rod rode rodea odea dea ea a v vo vor vora voraz oraz raz az z p pr pre pres presa resa esa sa a p pi pil pill pilla illa lla la a p pi pin pinz pinza inza nza za a s sa sab sabo sabor abor bor or r s sa sac saci sacia acia cia ia a t ta tac tact tacto acto cto to o s se sen send senda enda nda da a f fo for form forma orma rma ma a t tr tra traz traza raza aza za a v ve vel vell vello ello llo lo o s so sop sopl sopla opla pla la a v vu vul vulv vulva ulva lva va a v va vad vade vadea adea dea ea a c ca cau cauc cauce auce uce ce e s su sur surc surca urca rca ca a p pe per perl perla erla rla la a p pe pes pesc pesca esca sca ca a c cu cue cuev cueva ueva eva va a n nu nut nutr nutre utre tre re e s sa sav savi savia avia via ia a s se sel sell sella ella lla la a f fr fru frut fruto ruto uto to o f fr fro frot frota rota ota ta a v ve ver verg verga erga rga ga a m mo mon mont monta onta nta ta a l le len lent lento ento nto to o e en ent entr entra ntra tra ra a h hu hue huec hueco ueco eco co o o oc ocu ocup ocupa cupa upa pa a b br bra brav bravo ravo avo vo o a an ani anid anida nida ida da a g gr gru grut gruta ruta uta ta a f fa fae faen faena aena ena na a m ma man mans manso anso nso so o m me men mene meneo eneo neo eo o f fe fel feli feliz eliz liz iz z t tr tre trep trepa repa epa pa a m mu mus musl muslo uslo slo lo o l la lad lade ladea adea dea ea a m me mej mejo mejor ejor jor or r l la lab labo labor abor bor or r p pa pau paus pausa ausa usa sa a q qu que quem quema uema ema ma a q qu que quej queja ueja eja ja a j ja jad jade jadea adea dea ea a h ho hor horn horno orno rno no o v vi vib vibr vibra ibra bra ra a m mu mue muev mueve ueve eve ve e s si sig sigu sigue igue gue ue e a ar ard ardo ardor rdor dor or r a ap apu apur apura pura ura ra a h ho hon hond hondo ondo ndo do o h hi hin hinc hinca inca nca ca a c co com comb comba omba mba ba a t te ter ters tersa ersa rsa sa a s su sud sudo sudor udor dor or r a ar aro arom aroma roma oma ma a g gu gus gust gusto usto sto to o a as aso asom asoma soma oma ma a p pi pic pico picor icor cor or r c co col colm colma olma lma ma a m ma mag magm magma agma gma ma a f fu fun fund funde unde nde de e u un uni unid unido nido ido do o t to tot tota total otal tal al l .
1 de enero de 2018
el cíngaro y la gárgola
Hoy he tenido un sueño del que me he despertado con estas dos palabras, que me han motivado algunas ideas que quiero plasmar aquí.
La cosa ha empezado reflexionando sobre la miopía.
La tensión muscular tiene mucho que ver con ese defecto. Por eso hay técnicas que enseñan a relajar los ojos (método Bates, yoga ocular, etc.), que reeducan la musculatura facial, para recuperar la vista.
El caso es que, si no se corrige, esa tensión puede ir extendiendo su alcance y repercusión. Presiona y contrae la mandíbula, y llega a afectar la postura global del cuerpo.
Para estas cuestiones es muy pertinente estudiar la obra de Moshe Feldenkrais y la de Philippe E. Souchard.
El ejemplo más claro de miope extremo es el rostro de Popeye. Y esa deformación, llevada al límite resulta en la gárgola.
La gárgola es un ser grotesco, de carácter abyecto. Sirve como símbolo perfecto de las consecuencias de ir en contra de la naturaleza.
La gárgola representa el egoísmo.
Una conciencia que solo se tiene en cuenta a sí misma, no ama la vida, ni ve la profunda relación y conexión de todas las cosas. Tiene una visión somera, ruin, rastrera. Es capaz de cometer atrocidades. Nada le importa la espiritualidad ni la ecología.
Esa actitud perversa, distorsiona el ser y lo convierte en una abominación cada vez más monstruosa.
El cíngaro representa la armonía. Para ello, tomo una versión idealizada del mismo. El cíngaro entendido como hombre en comunión con la vida, libre y feliz. Sano, inocente y clarividente. Con perspicacia espiritual y ecológica.
Capaz de mirar el cielo estrellado y amar el infinito.
Capaz de mirar el medio ambiente y amar la Tierra.
Esa visión amplia, nítida y límpida, es síntoma de sensibilidad, integración y sabiduría. De virtud, autenticidad y devoción. Cualidades que solo proporciona el verdadero amor trascendental.
La energía fluye a través del cíngaro, sin nudos ni bloqueos. Tanto la energía que proviene de los cielos, como la que emana de la tierra.
El cíngaro la abraza y la irradia, con excelsa impronta. Esto es importante, la vida no quiere tubos neutros, sino manos espléndidas, artesanas de la apoteosis.
En la configuración del ser, juega un papel clave su entorno inmediato. La familia trasmite su conciencia y cultura.
Así, el buen camino tiende a perdurar, y el mal camino tiende a deteriorarse.
El abuelo vil, da lugar al padre miope, que a su vez da lugar al hijo ciego.
Esa es la secuencia lógica.
Y lo mismo pasa con cualquier otro tipo de desviación o patología.
Toda causa o motivo que lleva a una actitud o comportamiento en disonancia con la vida, tiene fatales repercusiones.
Pretender sobrevivir sin respetar la ley y esencia que posibilita y mantiene la vida, es una descabellada insensatez sin esperanza de futuro.
Las ramas taradas, encuentran su obligada consecuencia y dejan de continuar en el tiempo.
Sin embargo, el libre albedrío siempre existe.
La vida busca continua y orgánicamente el equilibrio.
Cuando una familia ha abusado o se ha descuidado de una cierta frecuencia energética, es habitual que la siguiente generación adopte la opuesta, para compensar el desvío y encaminar adecuadamente el porvenir familiar.
Hay siempre esta posibilidad y esperanza.
Sea cual sea tu punto de partida, legado y contexto, dispones de tu voluntad para elegir enfocarte hacia el verdadero crecimiento, hacia la reparación, sanación y redención.
Existir en armonía con la vida, no es ningún capricho accesorio.
De esto dependen la salud y la felicidad perdurables.
Toda civilización, tarde o temprano cosecha las consecuencias de su conducta y estilo de vida.
La salvación o la condenación.
La dicha o la calamidad.
El sistema actual, en decadencia y vías de colapso, es maléfico. Se basa en un paradigma bellaco y degradante, que busca allanar y devaluar las nociones y los sustentos de la población.
Los mezquinos, atacan lo elevado y propician lo más bajo.
Envenenados por su propia farsa, siembran hiel y cosechan ceniza.
El amor entre los dormidos, es una nefasta parodia enfermiza.
La manera en que un adulto trata con un niño, es muy reveladora.
Las gárgolas saben poco o nada del amor, sus corazones tienen más de agujero negro que de fuente de luz. Su lucidez es rudimentaria y superficial. Por eso, sus muestras de afecto son torpes y poco acertadas. La típica persona que le pide al niño que haga monerías. Y que busca ganarse su afecto mediante estímulos burdos, como quien adiestra a una mascota.
La infancia es una etapa crucial, por esto mismo. El niño rebosa de energía y potencial, pero se las tiene que ver con unos adultos más o menos despiertos, más o menos capaces de verdadera empatía y amor.
Imagina que eres un cíngaro que nace en una familia de gárgolas.
Llegar a la madurez sin perder tu esplendor, será la más difícil odisea, y lograr realizar tu potencial dentro de semejante entorno, ídem de ídem.
La convivencia implica una cierta permeabilidad. Las gárgolas chupan del corazón del cíngaro. Y el cíngaro se acoraza cual gárgola.
A veces esa interconexión resulta positiva para ambas partes, otras negativa, según el equilibrio de energías y el resto de factores intervinientes.
Por eso, las apariencias engañan. No siempre, pero sí en ocasiones.
Una contrahecha gárgola, puede esconder un verdadero cíngaro parapetado.
Y un exquisito cíngaro, puede albergar una horrenda gárgola encubierta.
Obviamente, la despierta conciencia sabe ver la esencia verdadera, asique su posible confusión o engaño son nimios.
El auténtico drama lo vive el portador de su lacra.
El egoísmo es una patética tragedia.
La conciencia que no se eleva, está condenada a malograr todos sus proyectos. Incluso sus éxitos traen poso amargo.
La falta de profundidad, la ausencia de espiritualidad, hace del amor un espejismo endeble y fugaz.
Una gárgola es un monstruo inestable, imprevisible.
Su falta de tacto, hace que sea proclive a causar daños, voluntarios o inadvertidos. Multiplica los problemas y deteriora los vínculos.
La queja y la infamia son su lenguaje cotidiano.
Al carecer de coordenadas en concordancia con la realidad, su existencia es un desvarío errático, un tormento pesadillesco.
La ignorancia lleva al sufrimiento, la ceguera proporciona accidentes, la banalidad es estéril. Pero los frívolos ríen y danzan, embriagados de nihilismo. Celebran su vacuidad, brindan por su autoaniquilación.
Tal bajeza, rechaza activamente la elevación.
Primero porque le es del todo desconocida.
Y segundo porque la elevación no puede imponerse mediante terceros.
Sin embargo, es factible desincentivar la iniquidad y promover la virtud.
Por eso el diseño de los protocolos y las estructuras de coexistencia, son claves.
Un sistema que posibilita la corrupción, está premiando el mal y produce horrores cada vez mayores y peores.
Una comunidad sostenible, cuida muy mucho el compartir y articular unos valores, principios e ideales impecables, que solo pueden resultar de una genuina conciencia plena, espiritual, despierta, elevada, integrada, responsable, consagrada.
Somos energía, y nuestra conciencia y actitud configuran la calidad de nuestra presencia y huella.
Existir implica un diálogo continuo con la vida.
Tu luz, la luz de la Tierra y la luz de las estrellas están siempre en trueque y mezcla.
La luz es más importante de lo que nos pensamos.
Mi provisional teoría al respecto, es:
Todos los planetas son estrellas en fase de formación.
Cada ser vivo es una llama que ya nunca se apaga.
Toda criatura que alguna vez ha existido en la Tierra, sigue presente en forma de fuego fatuo.
Aunque invisible a nuestros ojos, esa energía es acumulativa.
Nosotros participamos de la conciencia y calidad experiencial de todos cuantos nos han precedido, pues siguen presentes y nadamos en su magma.
Nuestra inteligencia depende de nuestra interacción con ese acervo concomitante y la congruente asimilación de su provecho.
Así, el saber de la humanidad contiene la sabiduría, asumida o latente, de todos los demás reinos y niveles.
Algunas de cuyas porciones somos capaces de reconocer, como lo que llamamos instintos primarios o mente reptil, por ejemplo.
Ojo, no hay que confundir esto con la falaz teoría de la evolución. Toda la vida tiene un mismo origen y participa de un mismo propósito, pero cada especie opera en su propio campo y con sus propias cualidades. Somos como una gran orquesta. Cada instrumento tiene su propio color y rango. Todos participamos de la armonía y melodía que estamos cocreando. Todos hablamos el mismo lenguaje musical y aprendemos unos de otros. El ser humano puede considerarse uno de los instrumentos principales, pero de ahí a creerse el director-compositor-lutier, va un abismo.
Volviendo a la luz: Cuanta más se acumula en un planeta, más se eleva su conciencia.
Cuando esa energía adquiere suficiente carga, rebosa y se manifiesta como luz visible, cada vez más brillante y abundante.
Además, tal vez los sistemas solares también son cambiantes.
El Sol ocupa la posición central hasta que otro planeta alcanza la condición de estrella y sobrepasa en tamaño o masa al astro principal.
Aunque parece más bien un fenómeno extraordinario, explicaría la existencia de sistemas con dos o más estrellas.
Si consideramos que las estrellas se componen de la información de millones de vidas, que comparten y comunican su experiencia al universo entero, queda claro que nuestra conciencia también consiste y participa de ello.
En gran medida, nuestra mente más madura y espiritual, se debe a eso.
La bondad y el silencio favorecen la escucha profunda, la comunión con las esferas más elevadas.
Y todavía hay más implicaciones, que prefiero no desarrollar de momento, para no liar demasiado la cosa.
A modo de pincelada:
La luz es imprescindible para la vida. La luz está siempre presente, incluso cuando no la vemos.
Todo emite luz, pero nuestros ojos solo ven una franja muy pequeña de esa energía.
La luz es de naturaleza absoluta, infinita y eterna.
Nuestras pobres mediciones nos llevan a engaño.
La idea material-lineal de la luz, se queda muy corta.
Lo mismo que pasa con nuestra noción del tiempo.
Percibimos linealmente una pequeña porción de una totalidad perpetua.
Deberíamos tener siempre presente que cada instante de nuestra vida queda grabado para la eternidad, sin posibilidad de ocultación o modificación.
Hacer el bien, madura y responsablemente, da paz y felicidad.
Cualquier otro amaño o chapuza, lastra y carga de pesar y traumas.
El Más Allá no es un ámbito remoto y ajeno.
La conciencia debe realizar una seria labor de reflexión para empezar a comprender y vislumbrar tales tremendos misterios.
Es fácil caer en malentendidos cuando se intenta explicar algo de esto.
Por ejemplo, lo de elevar la conciencia se refiere a estar en contacto con la parte más sutil, metafísica y esencial de la vida.
Las coordenadas arriba y abajo son solo una forma de hablar, más o menos.
En un fractal no hay ni arriba ni abajo, todo existe en el mismo plano, absolutamente interminable y sublime.
Entonces, más adecuado sería hablar de amplitud y alcance de la conciencia.
Pero, esto también se presta a confusión.
El infinito, entendido de manera lineal, lleva a fatal error.
Por eso, la visión holística es imprescindible.
Solo quien asimila la paradoja, comprende la Totalidad sagrada.
En nuestra mano está hacer de nuestra vida un círculo vicioso o virtuoso.
O lo que es lo mismo: La calidad cardinal de tu existencia, depende de la madurez de tu conciencia.
La gárgola no ve más allá de sus narices.
El cíngaro se reconoce como parte del infinito.
Y llegado de nuevo al comienzo, mejor no sigo.
Capito?
La cosa ha empezado reflexionando sobre la miopía.
La tensión muscular tiene mucho que ver con ese defecto. Por eso hay técnicas que enseñan a relajar los ojos (método Bates, yoga ocular, etc.), que reeducan la musculatura facial, para recuperar la vista.
El caso es que, si no se corrige, esa tensión puede ir extendiendo su alcance y repercusión. Presiona y contrae la mandíbula, y llega a afectar la postura global del cuerpo.
Para estas cuestiones es muy pertinente estudiar la obra de Moshe Feldenkrais y la de Philippe E. Souchard.
El ejemplo más claro de miope extremo es el rostro de Popeye. Y esa deformación, llevada al límite resulta en la gárgola.
La gárgola es un ser grotesco, de carácter abyecto. Sirve como símbolo perfecto de las consecuencias de ir en contra de la naturaleza.
La gárgola representa el egoísmo.
Una conciencia que solo se tiene en cuenta a sí misma, no ama la vida, ni ve la profunda relación y conexión de todas las cosas. Tiene una visión somera, ruin, rastrera. Es capaz de cometer atrocidades. Nada le importa la espiritualidad ni la ecología.
Esa actitud perversa, distorsiona el ser y lo convierte en una abominación cada vez más monstruosa.
El cíngaro representa la armonía. Para ello, tomo una versión idealizada del mismo. El cíngaro entendido como hombre en comunión con la vida, libre y feliz. Sano, inocente y clarividente. Con perspicacia espiritual y ecológica.
Capaz de mirar el cielo estrellado y amar el infinito.
Capaz de mirar el medio ambiente y amar la Tierra.
Esa visión amplia, nítida y límpida, es síntoma de sensibilidad, integración y sabiduría. De virtud, autenticidad y devoción. Cualidades que solo proporciona el verdadero amor trascendental.
La energía fluye a través del cíngaro, sin nudos ni bloqueos. Tanto la energía que proviene de los cielos, como la que emana de la tierra.
El cíngaro la abraza y la irradia, con excelsa impronta. Esto es importante, la vida no quiere tubos neutros, sino manos espléndidas, artesanas de la apoteosis.
En la configuración del ser, juega un papel clave su entorno inmediato. La familia trasmite su conciencia y cultura.
Así, el buen camino tiende a perdurar, y el mal camino tiende a deteriorarse.
El abuelo vil, da lugar al padre miope, que a su vez da lugar al hijo ciego.
Esa es la secuencia lógica.
Y lo mismo pasa con cualquier otro tipo de desviación o patología.
Toda causa o motivo que lleva a una actitud o comportamiento en disonancia con la vida, tiene fatales repercusiones.
Pretender sobrevivir sin respetar la ley y esencia que posibilita y mantiene la vida, es una descabellada insensatez sin esperanza de futuro.
Las ramas taradas, encuentran su obligada consecuencia y dejan de continuar en el tiempo.
Sin embargo, el libre albedrío siempre existe.
La vida busca continua y orgánicamente el equilibrio.
Cuando una familia ha abusado o se ha descuidado de una cierta frecuencia energética, es habitual que la siguiente generación adopte la opuesta, para compensar el desvío y encaminar adecuadamente el porvenir familiar.
Hay siempre esta posibilidad y esperanza.
Sea cual sea tu punto de partida, legado y contexto, dispones de tu voluntad para elegir enfocarte hacia el verdadero crecimiento, hacia la reparación, sanación y redención.
Existir en armonía con la vida, no es ningún capricho accesorio.
De esto dependen la salud y la felicidad perdurables.
Toda civilización, tarde o temprano cosecha las consecuencias de su conducta y estilo de vida.
La salvación o la condenación.
La dicha o la calamidad.
El sistema actual, en decadencia y vías de colapso, es maléfico. Se basa en un paradigma bellaco y degradante, que busca allanar y devaluar las nociones y los sustentos de la población.
Los mezquinos, atacan lo elevado y propician lo más bajo.
Envenenados por su propia farsa, siembran hiel y cosechan ceniza.
El amor entre los dormidos, es una nefasta parodia enfermiza.
La manera en que un adulto trata con un niño, es muy reveladora.
Las gárgolas saben poco o nada del amor, sus corazones tienen más de agujero negro que de fuente de luz. Su lucidez es rudimentaria y superficial. Por eso, sus muestras de afecto son torpes y poco acertadas. La típica persona que le pide al niño que haga monerías. Y que busca ganarse su afecto mediante estímulos burdos, como quien adiestra a una mascota.
La infancia es una etapa crucial, por esto mismo. El niño rebosa de energía y potencial, pero se las tiene que ver con unos adultos más o menos despiertos, más o menos capaces de verdadera empatía y amor.
Imagina que eres un cíngaro que nace en una familia de gárgolas.
Llegar a la madurez sin perder tu esplendor, será la más difícil odisea, y lograr realizar tu potencial dentro de semejante entorno, ídem de ídem.
La convivencia implica una cierta permeabilidad. Las gárgolas chupan del corazón del cíngaro. Y el cíngaro se acoraza cual gárgola.
A veces esa interconexión resulta positiva para ambas partes, otras negativa, según el equilibrio de energías y el resto de factores intervinientes.
Por eso, las apariencias engañan. No siempre, pero sí en ocasiones.
Una contrahecha gárgola, puede esconder un verdadero cíngaro parapetado.
Y un exquisito cíngaro, puede albergar una horrenda gárgola encubierta.
Obviamente, la despierta conciencia sabe ver la esencia verdadera, asique su posible confusión o engaño son nimios.
El auténtico drama lo vive el portador de su lacra.
El egoísmo es una patética tragedia.
La conciencia que no se eleva, está condenada a malograr todos sus proyectos. Incluso sus éxitos traen poso amargo.
La falta de profundidad, la ausencia de espiritualidad, hace del amor un espejismo endeble y fugaz.
Una gárgola es un monstruo inestable, imprevisible.
Su falta de tacto, hace que sea proclive a causar daños, voluntarios o inadvertidos. Multiplica los problemas y deteriora los vínculos.
La queja y la infamia son su lenguaje cotidiano.
Al carecer de coordenadas en concordancia con la realidad, su existencia es un desvarío errático, un tormento pesadillesco.
La ignorancia lleva al sufrimiento, la ceguera proporciona accidentes, la banalidad es estéril. Pero los frívolos ríen y danzan, embriagados de nihilismo. Celebran su vacuidad, brindan por su autoaniquilación.
Tal bajeza, rechaza activamente la elevación.
Primero porque le es del todo desconocida.
Y segundo porque la elevación no puede imponerse mediante terceros.
Sin embargo, es factible desincentivar la iniquidad y promover la virtud.
Por eso el diseño de los protocolos y las estructuras de coexistencia, son claves.
Un sistema que posibilita la corrupción, está premiando el mal y produce horrores cada vez mayores y peores.
Una comunidad sostenible, cuida muy mucho el compartir y articular unos valores, principios e ideales impecables, que solo pueden resultar de una genuina conciencia plena, espiritual, despierta, elevada, integrada, responsable, consagrada.
Somos energía, y nuestra conciencia y actitud configuran la calidad de nuestra presencia y huella.
Existir implica un diálogo continuo con la vida.
Tu luz, la luz de la Tierra y la luz de las estrellas están siempre en trueque y mezcla.
La luz es más importante de lo que nos pensamos.
Mi provisional teoría al respecto, es:
Todos los planetas son estrellas en fase de formación.
Cada ser vivo es una llama que ya nunca se apaga.
Toda criatura que alguna vez ha existido en la Tierra, sigue presente en forma de fuego fatuo.
Aunque invisible a nuestros ojos, esa energía es acumulativa.
Nosotros participamos de la conciencia y calidad experiencial de todos cuantos nos han precedido, pues siguen presentes y nadamos en su magma.
Nuestra inteligencia depende de nuestra interacción con ese acervo concomitante y la congruente asimilación de su provecho.
Así, el saber de la humanidad contiene la sabiduría, asumida o latente, de todos los demás reinos y niveles.
Algunas de cuyas porciones somos capaces de reconocer, como lo que llamamos instintos primarios o mente reptil, por ejemplo.
Ojo, no hay que confundir esto con la falaz teoría de la evolución. Toda la vida tiene un mismo origen y participa de un mismo propósito, pero cada especie opera en su propio campo y con sus propias cualidades. Somos como una gran orquesta. Cada instrumento tiene su propio color y rango. Todos participamos de la armonía y melodía que estamos cocreando. Todos hablamos el mismo lenguaje musical y aprendemos unos de otros. El ser humano puede considerarse uno de los instrumentos principales, pero de ahí a creerse el director-compositor-lutier, va un abismo.
Volviendo a la luz: Cuanta más se acumula en un planeta, más se eleva su conciencia.
Cuando esa energía adquiere suficiente carga, rebosa y se manifiesta como luz visible, cada vez más brillante y abundante.
Además, tal vez los sistemas solares también son cambiantes.
El Sol ocupa la posición central hasta que otro planeta alcanza la condición de estrella y sobrepasa en tamaño o masa al astro principal.
Aunque parece más bien un fenómeno extraordinario, explicaría la existencia de sistemas con dos o más estrellas.
Si consideramos que las estrellas se componen de la información de millones de vidas, que comparten y comunican su experiencia al universo entero, queda claro que nuestra conciencia también consiste y participa de ello.
En gran medida, nuestra mente más madura y espiritual, se debe a eso.
La bondad y el silencio favorecen la escucha profunda, la comunión con las esferas más elevadas.
Y todavía hay más implicaciones, que prefiero no desarrollar de momento, para no liar demasiado la cosa.
A modo de pincelada:
La luz es imprescindible para la vida. La luz está siempre presente, incluso cuando no la vemos.
Todo emite luz, pero nuestros ojos solo ven una franja muy pequeña de esa energía.
La luz es de naturaleza absoluta, infinita y eterna.
Nuestras pobres mediciones nos llevan a engaño.
La idea material-lineal de la luz, se queda muy corta.
Lo mismo que pasa con nuestra noción del tiempo.
Percibimos linealmente una pequeña porción de una totalidad perpetua.
Deberíamos tener siempre presente que cada instante de nuestra vida queda grabado para la eternidad, sin posibilidad de ocultación o modificación.
Hacer el bien, madura y responsablemente, da paz y felicidad.
Cualquier otro amaño o chapuza, lastra y carga de pesar y traumas.
El Más Allá no es un ámbito remoto y ajeno.
La conciencia debe realizar una seria labor de reflexión para empezar a comprender y vislumbrar tales tremendos misterios.
Es fácil caer en malentendidos cuando se intenta explicar algo de esto.
Por ejemplo, lo de elevar la conciencia se refiere a estar en contacto con la parte más sutil, metafísica y esencial de la vida.
Las coordenadas arriba y abajo son solo una forma de hablar, más o menos.
En un fractal no hay ni arriba ni abajo, todo existe en el mismo plano, absolutamente interminable y sublime.
Entonces, más adecuado sería hablar de amplitud y alcance de la conciencia.
Pero, esto también se presta a confusión.
El infinito, entendido de manera lineal, lleva a fatal error.
Por eso, la visión holística es imprescindible.
Solo quien asimila la paradoja, comprende la Totalidad sagrada.
En nuestra mano está hacer de nuestra vida un círculo vicioso o virtuoso.
O lo que es lo mismo: La calidad cardinal de tu existencia, depende de la madurez de tu conciencia.
La gárgola no ve más allá de sus narices.
El cíngaro se reconoce como parte del infinito.
Y llegado de nuevo al comienzo, mejor no sigo.
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