"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

aviso

Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



1 de mayo de 2018

cuando todo es nada

Las personas vacías, están carentes de significado.
Las palabras que tales personas emiten, tienen similar ausencia de contenido.
Por eso dependen de enunciados bochornosamente elementales.
No es no.
Blanco es blanco.
Hoy es hoy.
Y tal y cual.
Cuando una sociedad entraña tal nadedad, necesita recordarse a sí misma el significado de su propio vocabulario.
Y lo peor de todo, es que llega a un punto en que ya no acierta a encontrarse sentido a sí misma y se aboca a la desintegración.
La amnesia y la demencia son los síntomas más evidentes de esto.
Al perder el contacto con la vida, la inteligencia se va por el sumidero y la cultura deviene en un batiburrillo de patéticas contradicciones.
Los huérfanos de intelecto, tan solo cuentan con su sentimiento.
Son bípedas criaturas parloteantes, cuya pseudo-habla es simple ruido primario.
Otra terrible consecuencia de su yerma lucidez, es su cortedad de miras.
Son la más atroz encarnación del egoísmo.
Así pues, confluyen todos los ingredientes para producir seres de necio victimismo.
La falta de significado, es profundamente autodestructiva y dañina.
Las palabras que no significan nada, desaparecen.
Y sufren igual destino, quienes tal anti-vocabulario poseen.
La palabra es un recipiente cuyo propósito es servir de albergue y enlace para acceder a lo esencial.
El materialismo, pierde de vista tan crucial vínculo.
Niegan y olvidan lo metafísico.
Asique adoptan una óptica deficiente y mermada.
Cuerpos sin alma. Carcasas sin contenido. Fuentes inertes.
Normal que esta gente no tenga honor ni integridad ni palabra.
Dicen una cosa, sin saber ni lo que dicen ni lo que quieren decir.
Están perdidos y palmotean como locos, desquiciados.
Sus problemas les superan y les sobrepasan, por eso pretenden culpabilizar de ellos a los demás, con la vana esperanza de que terceras personas les proporcionen solución o alivio a su interminable pesadilla.
Tienen cero responsabilidad de sus actos.
Y el peso de su inmadurez, exigen hacerlo recaer sobre el prójimo.
Maravillosos siervos infernales.
Ni siquiera comprenden que son los artífices de su creciente tormento y padecimiento.
La comunicación resulta imposible con estos vacuos seres.
Los argumentos les resbalan sin producirles ninguna resonancia, pues sus mentes están hueras.
No son de este mundo.
Ni existe diccionario capaz de traducir tu lengua a su no-idioma.
En ellos, toda coherencia brilla por su ausencia.
Son veletas a merced de modas, caprichos y azares.
Están aquí para acabar con la civilización.
Son fango y hiedra, que mina y roe.
El epílogo de la comedieta.
Lo bueno de este caos colapsador, es que hace más fácil que nunca el despertar.
Si no abres los ojos con todo lo que está pasando, mal te veo.
Lo que te pasa es poco, comparado con lo que te espera.
Cuando dejas de alojar a Dios, quien te ocupa es el diablo.