"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

aviso

Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



20 de enero de 2019

de credos y alfombras

Pongamos que eres una alfombra. Que la riqueza de tu diseño, simboliza la calidad de tu ser, la calidad de tus cualidades.
Ahora bien, una cosa es lo que uno alberga, y otra cosa es cómo uno manifiesta y traslada eso en su trato con los demás.
Algunas personas son interiormente ricas cual alfombra persa, pero en su interacción resultan pobres cual felpudo barato.
Lógicamente, también existen los casos contrarios y otros con mejor equilibrio entre sus facetas interna y externa.
Lo que intento decir, es que la calidad no es algo que se comunique automáticamente de dentro a fuera, o viceversa.
El libre albedrío nos hace únicos responsables de esa labor.
En tu balanza recae todo lo a ti concerniente, la calidad de tu ser y la calidad de tu hacer.

Las religiones son como las personas, su calidad depende de la madurez y profundidad de sus nociones y planteamientos, y del acierto y la bondad de su aplicación práctica.
Hay religiones mejores y peores, pero de poco sirve clasificarlas desde un conocimiento somero y remoto.
Si acaso, compararlas debe servir para aprender a reconocer lo acertado que comparten y tienen en común.
La síntesis es conveniente, siempre y cuando se atine a destilar lo relevante. Hay que aprender a descubrir y asimilar por uno mismo lo significativo, ya sea mediante el estudio de textos sagrados o mediante meditación. Con lucidez y criterio debe cribarse el saber, hasta llegar al quid de la cuestión.

Esto no puede fingirse. Participar en un corpus cuyo fundamento no late realmente en tu corazón, es absurda pantomima.
La religiosidad se deteriora si no mantiene vivo su contacto con el significado profundo. Sin una comprensión de lo sutil, los ritos se vuelven vanos y absurdos. El fanatismo y la idolatría son mero eclipsamiento de la sabiduría. Quien hiperlativiza lo accesorio, da prueba de que no capta lo principal.

El símbolo y el relato son vías de aproximación a lo metafísico. La inteligencia racional llega hasta cierto punto, pero la conciencia es capaz de atisbar más allá. De ahí la abundancia y diversidad de mitos, credos y cosmologías.
Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Las culturas se mantienen distanciadas cuando solo adoran sus propias iconografías.
Es importante reconocer la virtud del prójimo. La humanidad está llamada a compartir sus muchas facetas sapienciales.
La historia abunda en legados, ricos en sabia guía y altas nociones.
Se comprende que cada época tiene preferencia por aquello que más le atañe, pero desperdiciar todo lo demás a causa de eso, parece necio y lamentable.

Es fácil sopesar la riqueza de las enseñanzas de cualquier filosofía o religión, pero es difícil medir la calidad de su plasmación comunitaria, pues la interacción social es un tejido vivo que cambia continuamente. Cada vez que alguien hace así o asá algo, está aportando su grano de arena, positivo o negativo.
Nos cuesta mucho hacernos una idea global, por lo que tendemos a generalizar a partir de unos cuantos indicios evidentes, lo cual es endeble y engañoso.

Además, quien evalúa también debe ser consciente de sus propios sesgos y limitaciones. Cada persona es capaz de asimilar tanto como su propia madurez interior le permite discernir. Nuestro filtro es acorde a nuestra lucidez actual.
Por eso, tratar de calibrar la excelencia de una comunidad religiosa, es tarea incierta. Como hacer un bosquejo del cielo, esbozo que obligadamente refleja, en cada rasgo y trazo, la personalidad de su autor y cuya vigencia como documento testimonial es falible y efímera.

Juzgar la validez de una religión, en función del uso o desacierto que de ella se haya hecho, puede llevar a conclusiones injustas.
Lógicamente, uno siempre puede formarse su propia opinión respecto a cualquier respecto, valga la redundancia.
El sabio, reconoce lo precario y parcial de sus estimaciones. Sabe seguir creciendo, abierto a nuevas y mejores consideraciones.
Las verdades metafísicas, pueden y deben ser evaluadas directamente por uno mismo, mediante reflexión y profundización introspectiva.
La calidad de una comunidad, se evidencia en la armonía de su convivencia y en la riqueza de sus interacciones. Cualquiera percibe esto, pero es arriesgado concluir que esa concordia se deba únicamente al credo compartido. El punto clave, está en tener siempre presente que la piedra angular es el amor.

El amor fluye adecuadamente cuando las conciencias albergan verdadero aprecio hacia la vida, cuando reconocen como positivo y sagrado el orden natural. Esto requiere sensibilidad y madurez, capacidad de profundizar en el significado esencial y trascendental de todo. Solo quien ama lúcidamente, aprecia con ecuanimidad. Solo entonces es posible la fraternidad, la paz y la óptima realización.
La verdadera libertad solo se logra y alcanza cuando uno se hace pleno responsable y protagonista de sus actos y omisiones.
Solo yo dispongo de la potestad de aplicar mi calidad y calidez, para nutrir y coadyuvar al común candor existencial.
Sumar o restar. Avenirse u oponerse a la deidad.
En esto se decide tu destino. Y en conjunto, el de todos.
Pues, el buen entendimiento de una comunidad, depende de la sana y respetuosa interrelación de sus integrantes.

Y aquí cabe puntualizar algo de lo dicho en el primer párrafo.
No es lo mismo ser rico por dentro y pobre por fuera, que ser pobre por dentro y rico por fuera.
Una vela apagada, no puede donar luz.
Sin embargo, la clave está en comprender que la luz rebosa por todas partes, y que su emanación es de naturaleza inagotable y sobrehumana. Entonces, quien ha perdido su fuego, no tiene mas que desofuscarse y recongraciarse.
La calidad de nuestras acciones, está relacionada con la calidad de nuestro interior. Y la calidad interior, depende de nuestro vínculo con lo esencial. Por eso la inocencia de un niño, es pura y radiante.
Cuando un niño hace un dibujo y te lo regala, su acto de amor es de la máxima calidad, a pesar de que el dibujo sea simple y rudimentario.

Crecer en años, a veces implica llenarse de mañas y argucias que nos alejan y distancian de la fuente original.
Nada hay peor que la carencia de conexión interior. Los alienados, tienden a ocasionar consecuencias nefastas.
La luz interior, debe ser cuidada y cultivada. Mejor dicho, debemos saber hacernos propicia vía para la manifestación de esa vital energía. Pues el amor solo existe cuando fluye, y quien se despoja de tal savia esencial, se autocondena a mortificación y necrosis.
Negligir un buen arraigo trascendental, acarrea serio deterioro y ponzoña. Vivir de espaldas al significado, lleva a la danza macabra: Infesta de impostura y aborrecimiento, mendacidad y vileza. La cabriola del autoengaño, resulta en descoyuntamiento. Lo ideal es madurar con neta pericia y sensibilidad, para vivir en plenitud y coherencia. Comprender el sentido de la vida, te salva de padecer dolorosos descarríos.

Volviendo a la metáfora textil:
Imagina el mundo cual enorme tapiz, sobre el que pululan miles de alfombras, ornamentadas con infinidad de motivos, desde los más sencillos a los más elaborados.
Cada una de esas alfombras, al interactuar, proyecta parte o todo de su diseño, mediante hebras de longitud ilimitada, que se vinculan y quedan conectadas a las alfombras receptoras de dicha acción.
Y lo mismo sucede con cualquier otra intervención sobre el entorno.

Si yo te hablo de corazón, te estoy otorgando una prolongación de mi cardiaca condición, que se posa sobre ti y que acoges acorde a como la percibas.
O sea, si tú me escuchas solo con tu cabeza y desde una actitud de prejuicio y desdén, la impresión que tomarás de mis palabras será una versión disminuida y tiznada de mi cardio-impronta. Con lo cual, indiferente apartarás dicha imagen a un rincón de tu mente  y pronto la olvidarás.
Pero, puede que tiempo después algo te haga recordar y reconsiderar mis palabras. Tal vez entonces desempolves y despliegues aquel regalo, y quizás le des mejor alojo y aprecio. Quién sabe.

Lo que intento explicar es que los vínculos son dinámicos, que cada interacción nos enlaza de manera orgánica y persistente.
Esto implica que conviene tener una comprensión más amplia y holística del tiempo y del espacio.
Pensar y obrar cortoplacísticamente, es una calamidad que no trae mas que acumulación de tormentos y pendencias.
Todo lo que hacemos tiene una perduración significativa, por eso más vale conducirse con sensatez y cuidado.
El amor, sabe la importancia de hasta el mínimo ademán y por ello se esmera en dejar delicada huella favorable.
Así pues, cada uno es responsable de dar justo trato y reconocimiento a cada gesto y evento, de los que participa principal o secundariamente.

Acumular rencor y agravio, es síntoma de mala calidad interior.
Cargar con temor y pesar, es indicio de pobre comunión vital.
Por eso, resulta crucial conocer lo esencial, albergar claras nociones de lo significativo y trascendental.
Abrazar lo eterno-absoluto, te equipa para discernir y valorar la virtud, te ayuda a orientarte y mantenerte fiel a lo bueno y correcto.
La felicidad auténtica, es un buen baremo para calcular lo cerca o lejos que andamos de la verdad.
La desolación, el artificio y todo lo degradante y desgraciador, es evidente que son señal de grave distanciamiento respecto a lo primordial.
De ti depende buscar y encontrar, aprender y realizarte, tendiendo hacia lo mejor posible y lo sublime.
Ser sinónimo de calidad y riqueza. Íntegro y genuino.

12 de enero de 2019

AntroNegro

Nota: Este texto tiene bastantes meses de antigüedad y ya no es representativo de mi idea de la sexualidad, que ahora considero más sacrosantamente. He decidido publicarlo porque me gusta la parte artística, sensual y sugerente de su planteamiento. Sépase ignorar todo conato de lascivia o perversión. Fin de la nota.

Una de las franquicias de más éxito hoy en día, es la cadena de sexomazmorras AntroNegro.
Circulan todo tipo de bulos y leyendas sobre estos sitios, pero yo voy a explicaros la verdad con pelos y señales.
Un AntroNegro es un club privado, solo accesible para un grupo selecto.
Los requisitos son claros: Ser practicante de sexo en todas sus modalidades y variantes, estar esterilizado, limpio de enfermedades y tener considerable poder adquisitivo.

Los establecimientos AntroNegro solo abren seis horas a la semana, desde la medianoche del sábado hasta las seis de la mañana del domingo.
Su aforo es limitado y solo admite a veinticinco personas máximo.
Por eso, AntroNegro tiene cada vez más establecimientos y más éxito.
Cada nuevo socio es colocado automáticamente en la última posición de todas las listas de espera de todos las franquicias AntroNegro del mundo entero.
Cuanto te llega tu turno, recibes una invitación, que debes aceptar o rechazar.
En realidad, si no respondes en cuarenta y ocho horas, se sobreentiende que has rechazado la invitación.
Si la aceptas, se te cobra automáticamente la tasa de asistencia, que ronda los trescientos napos. Cien de los cuales son retenidos en concepto de señal y fianza, y te son devueltos al concluir tu asistencia, si tu comportamiento ha sido acorde a las normas.
Si aceptas la invitación pero luego no asistes, pierdes todo el dinero abonado.
En cualquier caso, tanto si aprovechas tu turno como si no, luego vuelves automáticamente al final de la lista de espera.
Y así con todas las listas de todos los AntroNegro del mundo.
Cuantos más socios tiene una zona, mayor es la probabilidad de que Antronegro abra un nuevo local en aquel lugar. De ahí que las grandes ciudades tengan tantas sucursales disponibles.

El proceso de acceso es especialmente riguroso y ocupa dos horas, asique debes personarte allí a las diez en punto para completarlo. Pasados cinco minutos, no se permite la entrada de ningún impuntual.
Sus protocolos comienzan con una higienización total, a lo que sigue un chequeo exhaustivo corporal, para comprobar la ausencia de objetos no permitidos.
También se realizan varias analíticas para detectar enfermedades o el uso de drogas.
Cualquiera de estos controles que dé positivo, te invalida automáticamente para asistir al evento y pierdes tu dinero y tu turno.
Una vez superados adecuadamente los trámites anteriores, hay que pasar por un proceso quirúrgico robotizado, que te implanta subcutáneamente un chip intercomunicador y tropecientos microsensores lumínicos, cubriendo toda la dermis de tu cuerpo.

Después ya puedes entrar al AntroNegro.
La verdad es que su nombre no engaña, porque su principal característica es la oscuridad total.
Bueno, casi total, ya que el suelo y el techo emiten una tenue luminiscencia gris oscuro, para poder levemente orientarte y para distinguir parcialmente la situación de las demás personas.
La desnudez total es obligatoria. No se permiten gafas, ni lentillas ni ningún otro accesorio.
No hay dos AntroNegro iguales. Casi todos ofrecen similares zonas y áreas, pero con diversidad en su diseño general y en otras particularidades.
Eso sí, todos los AntroNegro tienen cámaras de visión nocturna grabando y controlando todo.
Cualquier persona que vulnere los usos y normas establecidos, será ipso facto expulsada y denunciada judicialmente.
En realidad, solo hay una regla importante: Respetar la integridad física de toda persona.
La oscuridad se hace proclive a choques y accidentes, por eso la monitorización controla la velocidad de los movimientos de cada persona y, si sobrepasa lo prudente, aumenta la iluminación de sus implantes, para que los demás puedan esquivarlo.
Aun así, los gerentes no toleran excesos ni extorsiones de ninguna clase y expulsan inmediatamente a cualquier insensato que pretenda fastidiarle la fiesta a los demás.
Y por supuesto, rige el código de la palabra de seguridad, que toda persona puede invocar en cuanto quiera salirse de cualquier actividad.
Por lo demás, cada AntroNegro es un espacio exótico y sugestivo. Quizás una gran cama redonda presida la sala central, que tal vez se ramifique conduciendo a diversas estancias, perfectamente equipadas para satisfacer todas las fantasías y perversiones posibles: Duchas, saunas, dormitorios, pasillos, etc.
Pero la verdad es que la negrura es la principal protagonista y le da a todo un morbo brutal.

A esto hay que añadirle el funcionamiento de los implantes dermolumínicos, que pueden comportarse de distintas maneras, dependiendo de varios criterios.
En el umbral de cada zona hay un discreto panel interactivo, donde aparecen listados los miembros presentes en el local y donde cada persona puede seleccionar la modalidad lumínica que desea darle a sus implantes.
Los modos disponibles son:
Modo perfil, modo lienzo, modo persiana, modo linterna, modo tripi, modo billar, modo mercurio, modo franja, modo estelar, modo sub, modo personalizado, modo leche, modo tinte y modo mapa.

La persona en modo perfil, solo ilumina su contorno. Y ese silueteado está siempre referenciado a la cabeza del espectador más próximo, de tal manera que el enigmático cuerpo mantiene siempre su volumen oculto, únicamente definido por ese sutil perfilamiento.
Este modo funciona muy bien de uno a uno, pero cuando participan más personas, resulta menos efectivo, ya que no siempre es posible atender a todos los puntos de vista a la vez, para promediar una delimitación coherente para todos.

Hay que decir que la intensidad lumínica de los implantes subcutáneos está ligeramente atenuada, como una pantalla bajo un velo negro. A corta distancia resulta bastante efectiva, pero a media y larga distancia pierde definición y relevancia.
También hay que matizar que no toda la piel tiene luminiscencia. Las zonas más delicadas o velludas, carecen de implantes: El cabello, las cuencas oculares, los orificios nasales, los labios, las orejas, las axilas, las uñas, los pezones, el ombligo, las partes sensibles genitales y las plantas de los pies. Al principio esas excepciones pueden resultar un poco chocantes, pero pronto te acostumbras.

El modo lienzo te permite elegir un color, siempre diferente a todos los seleccionados por las demás personas que se encuentran en ese modo.
Inmediatamente se te iluminan de ese color las yemas de tus dedos y puedes pintar con ellas en cualquier piel en modo lienzo, incluso en la tuya.
El modo lienzo ilumina toda tu piel con un gris de luminosidad media, para que puedas ubicarte y desplegar óptimamente tu creatividad. Además, esto te permite reconocer fácilmente a todas las demás personas en modo lienzo.
Las yemas de la mano izquierda funcionan de manera substractiva, o sea que la superposición de su pigmento va opacando su luminosidad.
Las yemas de la mano derecha funcionan de manera aditiva, o sea que la superposición de su pigmento va incrementando su luminosidad.
El modo lienzo tiene mucho éxito, pues le da un aliciente visual y artístico al tacto.
Las personas en modo lienzo se buscan entre sí con asiduidad, para plasmarse sus respectivos colores y combinar en sus cuerpos la mayor suma posible de tonalidades.

En cualquier momento, desde el panel interactivo, cada persona puede reiniciar su modo actual o cambiar de modo.
Cada sesión del modo lienzo queda registrada y puede ser consultada desde tu historial privado, o incluso puede ser reutilizada.
Puedes seleccionar la dermopigmentación de un instante concreto de cualquier sesión previa, para utilizarla como lienzo en tu sesión actual. O puedes tomar un lapso de tiempo de cualquier sesión previa para reproducirlo en bucle cual secuencia animada, en cuyo caso dejas de estar en modo lienzo y tu piel ya no es modificable al tacto mientras continúes con esta configuración.

Hay que decir que durante el proceso de instalación de los implantes, se realiza un mapeado volumétrico de tu cuerpo con la localización exacta de cada sensor lumínico.
Luego, algunos de los sensores situados en puntos estratégicos, van a emitir continuamente en frecuencia ultravioleta, para ser registrados por las cámaras y así obtener una referencia posicional espacial. Esta información se aprovecha para algunos modos concretos, y también para guardar una recreación en tres dimensiones de tus actividades, que luego podrás revisitar o compartir en la sala de visores de realidad virtual.

AntroNegro es la única propietaria de esa información generada, y la aprovecha para editar videos equis, en los que personajes virtuales recrean partes de esas actividades, aunque siempre con una apariencia y entorno realistas y cotidianos.
AntroNegro protege fieramente su producto, con cláusulas de confidencialidad y contratos de exclusividad.
Su poder económico es descomunal, asique extingue rápidamente cualquier tentativa de emulación o suplantación de su marca registrada y sus características asociadas.
Por eso no consiente que se produzca intrusión o filtración alguna, ni permite el extravío de los implantes, que son escrupulosamente extirpados a la salida del recinto, sin excepción.
Su control es férreo y persigue despiadadamente cualquier intento de contravenir sus condiciones. Asique lo único que queda son los rumores o la experiencia directa.

Volviendo a los modos:
El modo persiana, simula estar iluminado por una persiana veneciana. Tan sencillo y tan efectivo. Las franjas horizontales te hacen sentir como en una película de detectives en blanco y negro.

El modo linterna hace que tu cara se ilumine cual faro y que plasme su foco sobre cualquier otro cuerpo. Hay que decir que el foco tiene un diámetro de quince centímetros, que se mantiene constante independientemente de la distancia a la que se proyecte. Y que su posicionamiento se rige por la orientación de tu cabeza.

Algunos modos tienen más éxito que otros.
AntroNegro procura dinamizar los usos instaurando horas temáticas, en las que todos los presentes entran automática e ineludiblemente en el modo promulgado.
Al principio esto puede parecer bastante intrusivo, pero luego resulta de lo más divertido.
Normalmente suele haber una hora temática en cada sesión, pero su momento de inicio no sigue un patrón exacto ni definido.
Nunca se sabe con antelación cuándo va a establecerse.
El único indicativo de su comienzo es el sonido de una melódica campana.
Curiosamente, la hora temática preferida por todos es la de negro absoluto, que simplemente desactiva todas las fuentes de luz: Los implantes, el suelo, el techo y los paneles interactivos.

El modo tripi, desencadena sobre toda tu superficie un festival de formas y colores psicodélicos que se mezclan, entrelazan y ramifican fractalmente.

El modo billar es bastante peculiar. Comienzas con siete bolas de billar en cada una de tus piernas y se comportan como si tu cuerpo fuese un recipiente hueco y ellas estuviesen realmente dentro de ti. Asique según la inclinación de tu cuerpo respecto a la fuerza de la gravedad, las bolas irán rodando y reubicándose.
Puede parecer una idea un tanto absurda, pero la verdad es que resulta más divertida de lo que cabría esperar.

El modo mercurio, le da a tu piel una apariencia cromada, con sinuosos contornos y relumbres. Esto, combinado con una buena lubricación oléica, eleva el sensual deleite corporal.

El modo franja, te permite elegir las partes de tu cuerpo que quieres iluminar. Puedes iluminar solo tus manos. O los pies. O las piernas.
O las piernas y la cadera. O solo cadera. O cadera, abdomen y tórax. O solo tórax. O brazos. O brazos y manos. O tronco y cabeza. O brazos y piernas. O cualquier otra mezcla.
Hay muchas combinaciones posibles.
Lo interesante de esto es que concentra la atención y te proporciona una experiencia ligeramente diferente de tus sentidos.
Vives la fantasía de ser únicamente la porción visible de tu cuerpo, parcialmente olvidado de la invisible. 

El modo estelar, salpica la negrura de tu piel de minúsculos puntos de luz repartidos aleatoriamente, que conservan su posición espacial independientemente de tus movimientos.
Esto produce la sensación de que tu cuerpo es una ventana a través de la que se contempla el cosmos.
Te hace sentir ligero, incorpóreo, espectral.

El modo sub, llena tu piel de danzantes reflejos acuáticos, como si estuvieses buceando en el agua, cerca de la superficie.

El modo personalizado, te permite confeccionar tu propia apariencia, pero siempre de manera indirecta. Contactando con la gerencia de AntroNegro, les comunicas el diseño que deseas añadir a tu repertorio, proporcionando el material visual y las indicaciones pertinentes. 
Si tu petición es sencilla de realizar, este servicio te sale gratis. Pero si requiere mayor desarrollo y complejidad técnica, tiene precio.
Una vez disponible, puedes comprobar el resultado en los espejos de los probadores del local, con su correspondiente panel interactivo, para mayor privacidad de tu creación, hasta darle tu aprobación y poder ya utilizarla en el resto de zonas.

El modo leche, simula como si tu piel estuviese siendo lentamente regada por dicho líquido. El líquido se comporta de manera realista, siguiendo las curvas de tu anatomía y desviando su curso según tu postura. Da un resultado bastante sugerente y suculento.

Y hablando de suculencias, una de las áreas más frecuentadas de cualquier AntroNegro es el bar, cuyo funcionamiento es bastante peculiar. Hay varios puestos con reposarrodillas frente a una pared y cuando te colocas en uno de ellos, ante ti asoma por un orificio de la pared un surtidor con forma fálica, del que puedes abrevar hasta que vuelve a retirarse. El líquido que se te ofrece es siempre diferente y resulta toda una sorpresa descubrir su textura y sabor. Las bebidas nunca son alcohólicas, pero pueden ser bastante intensas y estimulantes en su mixtura y temperatura.

Siguiendo con los modos:
El modo tinte es muy sencillo, consiste en darle a toda tu piel un color nuevo, a tu elección. Obviamente, esto funciona mejor en las pieles claras, pero en las oscuras también aporta interesantes matices.

El modo mapa, te plantea un pequeño juego. Cuando lo seleccionas, tu menú del panel interactivo queda bloqueado hasta que completes el juego.
Debes seguir un recorrido que se te va revelando mediante una secuencia de iconos de luz, que solo son visibles a través de tu piel. Los iconos consisten en la silueta de un pie izquierdo o derecho, o de una mano izquierda o derecha. Solamente cuando has colocado tu correspondiente extremidad sobre el icono indicado, se activa el siguiente icono de tu secuencia.
A veces los iconos pueden estar a bastante distancia entre sí, por eso dispones de una ayuda visual en la palma de tu mano derecha, que muestra una brújula apuntando hacia el siguiente icono al que debes ir.
El trayecto suele avanzar por el suelo, pero también puede hacerlo sobre las paredes, sobre objetos, sobre cuerpos, bajo el agua, etc.
El itinerario se genera de manera más o menos aleatoria, pero siempre procurando entremezclar tu exploración con los cuerpos de las demás personas que se hallan en el local. Esto puede provocar situaciones comprometidas o demoras no del todo indeseadas.
También hay que decir que ninguna zona o sala del local tiene puertas físicas, como mucho cortinas.
Luego, cuando llegas al final de tu ruta, tienes una probabilidad entre dos de que tu cuerpo adopte una configuración lumínica nueva, o de que tu piel se llene de besos rojos hasta que selecciones otro modo.
En el caso de haber sido premiado con la primera opción, ese nuevo modo se agregará a tu catálogo personal, para que lo utilices siempre que quieras.

AntroNegro procura ofrecer un rico repertorio de premios, atractivos y novedosos, para incentivar la interacción de sus socios.
La elaboración de los nuevos modos se basa en toda la información que acumula respecto de los comportamientos y actividades de sus socios.
Así, AntroNegro dispone de una abundante base de datos con los historiales de sus usuarios, detallando todos sus ritmos, tendencias, frecuencias, preferencias y particularidades, todo minuciosamente organizado y clasificado, calificado, sopesado y cuantificado.
Esto le permite disponer de un gran conocimiento respecto a lo que satisface y respecto a lo que desmotiva. Sapiencia que aplica en sus novedades y propuestas.
Por ejemplo, uno de los premios más valorados consiste en un viaje de una semana con todos los gastos pagados, con destino a cualquier ciudad del mundo que tenga un AntroNegro, a elección del premiado.
Esta superrecompensa, lógicamente, solo se otorga una vez por trimestre.

Por otra parte, cuando se establece una hora temática en modo mapa, el juego es más elaborado y susceptible a ajustes y rediseños, en tiempo real, por parte de los gerentes.
De esta manera organizan mejor el flujo interconectivo, adaptando la complejidad de los puzles según la respuesta evidente de los participantes. A veces una persona es la mitad de un puzle, que solo se completa en cierto lugar, en cierta postura y en combinación con cierta otra persona o personas. Todo establecido únicamente mediante la estratégica disposición de los susodichos iconos. Pero, en realidad, el juego no te obliga a realizar ulteriores interacciones, tan solo incita.
En la hora temática, algunos iconos incluyen en su interior el símbolo de un reloj de arena, para indicar que la persona debe mantener su extremidad sobre tal posición hasta que desaparezca el reloj de arena.
A menudo tu postura se convierte en punto de confluencia para varias personas, entonces es fácil perder de vista tus manos o tus pies. Pero los gerentes ya cuentan con esto y no le dan importancia, simplemente establecen tus siguientes iconos y aguardan a que los busques con tu brújula, cuando así lo desees.

Bueno, a grandes rasgos, eso es todo.
La única meta de semejante tinglado es disfrutar de tus sentidos, dándole a la vista un papel menos predominante y más ilusorio.
Y vaya si mola.