Yo era joven, en el insti,
con la euforia creciente de la vacación inminente.
El curso acabando y las notas sentenciadas.
En clase de dibujo, mi asignatura y profe preferidos.
Que propone una tarea opcional: Tema y técnica libres.
Para ocupar los días restantes.
Pero espera, ahora dudo,
no fue en el insti, fue en la escuela. Seguro.
En la escuela de arte, no en el cole.
El primer año fue arduo y alucinante:
El cambio y los madrugones,
tanto por descubrir y aprender.
La asignatura plástica, era un hueso incesante.
El dulce tormento de domar utensilios desconocidos.
Cada encargo era un reto y una cima desesperante.
El choque de lo imaginado y el resultado.
Así hasta final de curso, cuando el regalo inesperado:
Tema y técnica libres.
Increíble.
Yo era muy de pensar en clase y hacer en casa.
Los profes secaban mi magia.
Los profes y cualquiera, en realidad.
Para crear quiero tranquilidad, intimidad.
Recuerdo aquella tarde, soleada y vibrante.
En el salón había visitas, con voces y risas,
pero yo estaba en mi fiesta privada, al servicio de la musa inspirada.
Guarido en mi habitación, bullendo de emoción.
Dando vida a un dibujo sencillo pero efectivo,
asequible y resonante.
El pincel y mi mano eran uno, todo yo rendido y volcado,
en el papel recipiente, el arte naciendo ardiente.
Con esfuerzo, pero, bendita novedad milagrosa, sin dolor.
Brava tarde arrebatada, gratificante borbotón espontáneo.
Dibujo cruel de significado insospechado,
icono de peso inquietante, descarga del firmante.
Estampa patente de enigma trasparente:
El alma gemela, aplastada por la cueva.
PD:
http://dersonydraws.blogspot.com/2010/02/cuevas.html