"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

aviso

Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



22 de diciembre de 2023

memorias cebolletiles

Cuando yo era joven, nos comíamos los caracoles con concha incluida y teníamos los huesos más duros que la piedra.

Cuando yo era joven, los números de teléfono sólo tenían tres cifras.

Cuando yo era joven, los coches tenían manivela y había que darles cuerda cada quince metros.

Cuando yo era joven, los ricos se bañaban en oro de pies a cabeza, pero por la calle llevaban armadura para no ser despellejados vivos.

Cuando yo era joven, los avestruces volaban y los elefantes no tenían trompa.

Cuando yo era joven, en el boxeo no se podían usar los puños; se peleaba a narizazos.

Cuando yo era joven, teníamos de presidente a un lorito la mar de simpático; en todas las ventanas dejábamos un puñado de pipas por si venía a visitarnos.

Cuando yo era joven, los bomberos estaban gordotes y apagaban los incendios soplando a pleno pulmón.

Cuando yo era joven, las casas se construían elevadas como las torres de agua, porque nos gustaba ver las nubes de cerca.

Cuando yo era joven, la estatua de la libertad era del tamaño de un guisante y había que regarla todos los días para que creciera.

Cuando yo era joven, los gatos no decían miau, decían gachiau.

Cuando yo era joven, teníamos pingüinos mensajeros, para enviar cartas al otro lado del charco.

Cuando yo era joven, las monedas eran grandes como ladrillos y los billetes eran pequeños como botones.

Cuando yo era joven, sólo podía ser profesor quien tuviese el pelo totalmente blanco.

Cuando yo era joven, las bombillas eran grandes como sandías y no se fundían nunca; eso sí, cómo pesaban las condenadas.

Cuando yo era joven, a los aprendices de cura los crucificaban unos cuantos días, para que pudiesen hablar con conocimiento de causa sobre eso.

Cuando yo era joven, no existía la tauromaquia; en cuenta lo que hacíamos era sacarle la lengua a la policía y salir pitando para que no nos pillase.

Cuando yo era joven, la luna era de queso, pero el ratoncito Pérez se la comió y fue castigado a construir otra; por eso se lleva todos los dientes de leche, pues todavía tiene que hacerla más grande.

Cuando yo era joven, los banqueros usaban antifaz de caco, para que nadie se llevase a engaño.

Cuando yo era joven, si te tocaba la lotería, te quitaban todo lo que tenías y lo repartían entre los demás.

Cuando yo era joven, la sopa se hacía hirviendo piedras; y bien rica que estaba.

Cuando yo era joven, los periódicos eran muy rigurosos y sólo publicaban noticias de varias décadas de antigüedad, ampliamente cotejadas y refrendadas.

Cuando yo era joven, sólo existía un reloj en todo el país; y para saber la hora, tenías que preguntarla por carta.

Cuando yo era joven, la semana tenía cinco días, porque aún no se había descubierto ni el martes ni el sábado.

Cuando yo era joven, en los hospitales se operaba con sacacorchos.

Cuando yo era joven, la televisión sólo daba la carta de ajuste, y la radio sólo emitía el himno nacional.

Cuando yo era joven, la navidad se celebraba el 29 de febrero.

Cuando yo era joven, ir por la calle sin sombrero se castigaba con veinte latigazos.

Cuando yo era joven, los godos se habían quedado sin rey, y buscaban uno nuevo llamando de puerta en puerta.

Cuando yo era joven, los dibujos animados se hacían con marionetas.

Cuando yo era joven, las iglesias tenían las paredes forradas con auténticas calaveras, por dentro y por fuera.

Cuando yo era joven, el abecedario tenía quince letras, y el diccionario cincuenta páginas.

Cuando yo era joven, África se llamaba Chozalandia, y en los mapas aún no salía Australia.

Cuando yo era joven, las moscas no tenían alas.

Cuando yo era joven, los fontaneros no trabajaban a domicilio.

Cuando yo era joven, el ombligo estaba en la frente; por eso todo el mundo llevaba flequillo largo.

Cuando yo era joven, las calculadoras no tenían botón de resultado.

Cuando yo era joven, si te costaba dormirte, llamabas al sereno y te cantaba una nana.

Cuando yo era joven, los ascensores sólo bajaban y no subían.

Cuando yo era joven, el único circo que existía era el de pulgas, y para verlo tenías que aportar una gotita de sangre en un vaso que había a la entrada.

Cuando yo era joven, Mortadelo tenía pelo.

Cuando yo era joven, la ropa interior era de esparto.

Cuando yo era joven, no existían las pinzas de tender, y los traperos iban por la calle vendiendo la ropa que se habían encontrado por ahí tirada.

Cuando yo era joven, todo el mundo usaba zuecos.

Cuando yo era joven, las bolas de helado te las servían directamente en la mano.

Cuando yo era joven, había que empujar los trenes en las pendientes.

Cuando yo era joven, no existía el cemento y las obras se hacían con chicle mascado; por eso los críos siempre estábamos mascando chicle sin parar.

Cuando yo era joven, los gorilas eran imbatibles al ajedrez, hasta que uno perdió y ya nunca más volvieron a jugar.

Cuando yo era joven, lo normal era medir metro y medio; quien se pasaba de alto, tenía que ir en silla de ruedas o le daban una paliza.

8 de noviembre de 2023

el zielo es jenial

El zielo esiste y es mu guais. Esta justo poncima ela luna y con telecscopio se ve, peo mejor de dia que pola nochie so se ven luciitas y se camuflia con las estreyias. Poeso muchios ni se lo cren y a mi plin peo ques irpontante conocierlo pair algun dias. Aemas quesque el zeilo so es pa los pobres poque los pobres estan llienos daire y flotan y suben derechitos al zielo. Poeso cando te icen poezico eso es mu gueno poques siñal de casi poer subir al zielio. Y los ricos no poden subir al zielo poque pesan muchio y bajan derechitos al injierno. Peo lo malo esque los cacho gordos san enpeñao en colarse nel zeilo y sinvientan cuetes pa subir volando y eso es tranpas. Meosmal quenel zielo ai un guarda en lantrada y a los ricos les casca una patada que bajan pitando al injierno. Peo que site pilla uno enmedio cando cae tarrastra al fondos y no mola. Aemas que ejan el suelo llieno bujeros y da muchio tabrajo taparlos y toeso. Poeso caura nel zielo ai un roboz to cachas en lantrada, y rico casoma rico que fusila a tiros asta diejarlo cho pure y loego caen copitos marrones que icen que son del disierto peo deso na e na. Y a ver si se suben tolos ricos pal zielio paque nieven en peazitos y loego limpiamos el pulvillo marron y fielices questaremos qui ya. Yentonces poderemos subir y bajar del zielo cando quieramos y mas contentos an. Poque el zelio te quita añios y no te dule na pofin.

2 de octubre de 2023

la malicion de las mumias

Ace mucho, peo que mucho mucho, en Elgicto vivian los elgiccios y tinian un jaraon mu famosio, desos que mandan tope de mas y costrullen moumentos can duran. El jaraon ese quiria ser el mas famoiso de tos, poeso que sinviento un corcunso de magos pa ver quien aicia el truco mas incleibre, pa prisumir loego daver sio el discubridor deso. Y yiegaron muchos magos de tolas partes del mundio mundial. Muchos icerion trucos guacaliflantes, peo el ganaor fuesio uno quera el mago Mulguncius. Mulguncius sabia cer magia chunga desa que dispierta a los moertos y cosas asi. Poeso el truco cabia echo era uno de quitarle las tripas y el cruazon y los sesos a una piersona y que siguera viva. La jente se sorpresio mucho coneso. Aemas Mulguncius dicia quesa piersona sin organos quera irmontal y quiba a bibir pa sienpres. Asique se puso de moda eso yel jaraon le pidio al Mulguncius que se quiedase a vivir con ellios pa puder acer irmontales a tolos elgiccios. Y Mulguncius se quiedo que se quiedo, peo anencima que izo otro truco an miejor, quesque los sesos y cruazones que quitaba que los punia en unos robozs de maera cabia fagricao y que lacian caso en tolo que dicia. El jaraon tinia muchias ganas de ser irmontal peo no se fiaba no del mago, asique sespero un poco pa po siacaso. Y meosmal poque al poco senpiezaron los poblemas. Quesque las mumias esas sin organos ya no pudian comier ni bebier y se les siecaba to y les dulian los musclos a ca jesto, que imajina tu lo tierrible que tinia que ser si las augujetas son maliximas a topes conque mira. Y los ojos se les gurrugaban tanvien poeso y se quiedaban ciegas. Y La lengua se les siecaba y ya no pudian ablar que solo aician un sonido asi de cagoroso sin que sintienda ni lo que dicen. Asique Elgicto era una piesadilla con tolos elgiccios echos mumias sustantes candaban sin ver y quiejandose sin morirse ni na. Y ya el jaraon senfado muchio con el Mulguncius, peo lo malo es que ya no tinia casi ni adullantes pa ubligar al mago a rieglar el disastre. Aemas quel mago tinia un montonazo de robozs, asique se cargo al jaraon y a sus conpis y se izo el el jaraon nuebo. Peo lo de las mumias era un royio poque nacian mas que moliestar pola callie. Asique coustrullo una carcel enormes y las mitio todas ai. Y loego se puso a coustruir piramides y cosas ai chulas poque le gustaba mucho eso y con sus robozs estava chupao dacer. Y luego discubrio una maniera dacabar con las mumias quera mitiendolas en sal mucho tenpio paque sacartonaran y paricieran moertas. Poeso loego cando vino jente dotros paises pa quiedarse a vivir en Elgicto, el jaraon Mulguncius les riegalaba una casa yuna mumia pa entierrarla y tenier un coerpo de ripuesto en el masaya. Y a la jente la mumia les daba muchio igual que les daba, peo la casa si que no les daba ni na de igual asique nigocio reondo y tos contientos. Poeso los que guscan anticuidares en Elgicto sencuentran un monton de mumias que ni sabien onde ponierlas ya. Y lo que no saven es quesas mumias no estan moertas y si se mojan se poden mober otra vez y dan mas miedo que paque, peo eso miejor no te lo coento pa que no tengas piesadillas en la cama que si no mu mal.

27 de septiembre de 2023

blandecerte conforta

Ajuste porteros,
parten cados,
cibo portaje,
tratar staurador,
clamo cursos,
miso alojo,
cepcionista pipi,
pasa vista,
llenita sultona,
miro acciona,
catada primenda,
chazo proche,
bato spetable,
quiero unión,
busco ferencias,
celosa funfuña,
examina fractaria,
cita quisitos,
corre llano,
sigo suelto,
cámara liquias,
tablo nacentista,
dedor pleto,
nombrado presentante,
pantingado yezuelo,
umático ptiloide,
zongón cibimiento,
pelús flejo,
sumen glamentario,
negado piquetea,
sabiado pregunto,
torcido sponde,
copilo seña,
torno ceptáculo,
viso gañona,
seca tadora,
sarzo ncilla,
galo sguardos,
staurante comendable,
sentida calcitrante,
macho frán,
concome capacita,
gistra serva,
greso sidencia,
fresco cambio,
levo pertorio,
cupero lumbre,
medio molino,
encuentro peinados,
lucientes finados,
cíproca verencia,
spectiva compensa,
banadas postajes,
gusto molacha,
alzo conocimiento,
tóricas anudamos,
voltosa belde,
vancha tintín,
plica pajoleras,
dicho quiebro,
bota tranca,
sorte godeo,
nunciamos squemores,
cuento cuerdos,
chonchos plegamos,
spiramos alidad,
cogimiento inante,
montamos pecho,
bufa suello,
zagada flexiona,
descubrimos codo,
moto lajado,
galices nacuajos,
contentos posamos,
clinado costada,
conozco crea,
milgos paros,
solutivo mangado,
traída molona,
conquisto dondeces,
filón gatea,
engancho suave,
meto gazo,
dobla itero,
ticente ndición,
giones fregamos,
stregones tozamos,
trepo voltijo,
lamo coveco,
cóndito sbaladizo,
dondeo lieves,
salto divive,
cluta ciedumbre,
incido anima,
cobro colecta,
manente stante,
trocedo vuelca,
toco luce,
domo taguardia,
inserta inicio,
comienzo nueva,
dundo tiene,
mojada sopla,
activa muevo,
pongo conduce,
molco pesca,
ivindico concilia,
frena traso,
calentados ostatos,
defino mienda,
levantes currentes,
cargo siste,
splandor fundente,
pentino lámpago,
córcholis spingamos,
basa boso,
sultado cibe,
surjo mansa,
lación zumamos.

31 de agosto de 2023

banqucte de colcópteros

En una aldca del Pirinco, durantc una suavc tardc primavcral, se celcbra una ficsta de cumplcaños muy espccial.
Es el centcsimo anivcrsario del scñor Percira, quc es el ducño del torrcón medicval en el quc ahora se encucntra rcunida gran partc de su cxtensa parentcla.
El scñor Percira es un adincrado abuclo, al quc acudcn como mosconcs todas esas gencalógicas sanguijuclas descosas de riquczas.
Expcctantes accchan la hora de su fenccer, con la espcranza de rccibir una gencrosa porción de la hcrencia en testamcnto.
Micntras tanto, paladcan refrcscos y licorcs y dcgustan refrigcrios y pastcles.
Numcrosos son los bisnictos y allcgados quc cstán prescntes:

Elisco es un vetcrano macstro de escucla, rctirado ya desdc hacc bastantc.
Su profcsión sicmpre le vino grandc.
Tanto cxprimió su intcligencia, quc su cocficiente le ha ido mcnguando progrcsivamente.
El repctir la lccción, el corrcgir los exámcnes, el papelco inccsante, la pacicncia sostcnida, la tcnsión y el recclo de cstar sicndo objcto de mucca a sus cspaldas, fucron crosionando su sescra casi sin darsc cucnta.
Ahora sientc su cránco hucco, cual qucso agujcreado.
Sufrc frecucntes marcos y prcocupantes dcspistes.
Le cucsta llcgar al mcollo de hasta lo más simplc.
Se sicnte errónco y pucril.
Ya ni ve la ironía de esto, tras habcr sido un enscñante sevcro y crucl.
Le persiguc la scnsación de cstar cxtraviado, cxiliado en la cuncta de la existcncia, pcrdido en un recrco scpultado bajo una dcnsa nicbla permancnte.
Vivc obscsionado por el rclojil ticmpo, acuciantc jcroglífico indcscifrable.
En resumcn, Cliseo es un boqucte andantc, dcsmoronándose y sin asidcros.

Lorcna es una actriz en dcclive, quc supo trcpar pcldaños en su carrcra, a basc de trabajarsc las braguctas de los dircctivos y de las operacioncs de bclleza.
Pcro la cdad no pcrdona, sus trctas cstán dcjando de funcionar y le conccden papcles cada vcz más cutrcs y crótico-baratcros.
Ella siguc creycndose excclsa y camalcónica, pcro el rcgistro interprctativo quc posce es de chistc patctico.
Lo más rescñable quc ha rcalizado fue la Dulcinca de un tcatro amatcur, cuando aún era principiantc y cntrañable.
Sus remicndos corporalcs han exagcrado su curvilínca silucta hasta lo grotcsco.
Cmbutida en su ccñido vcstido de purpúrcos destcllos, parcce una muñcca hinchablc a punto de cstallar; y scguro quc si se sicnta se le descosc entcro.
Su trascro exccsivo, pidc a gritos unos bucnos azotcs.
Sus cnormes mclones, rcbotan clásticamente a la mínima quc se cantca.
Su ardicnte mclena pclirroja, es manificstamente tcñida.
Va acompañada por un cincasta corcano, bajcte y mcrmado, quc semcja scr su pcrrito faldcro.
Su rclación diríasc de mcro intcrés cconómico o algo así.
Ella, engrcída y altancra, se enseñorca y se pavonca taconcando ostcnsiblemente; bambolcando y contoncando sus carncs.
Saborcando de rcojo el desco quc despicrta en cuantos la rodcan.
Pcro tras su mucho sonrcír, algo le envcnena, le corroc y le llcna de cnvidia. Y es el no scr la más bclla de la rcunión.

Emclina ciertamcnte es la más hcrmosa, pucs cstá en la flor de su juvcntud.
Risucña y bronccada, parecc recicn atcrrizada de Río de Janciro.
Lucc una camisctilla de tirantcs y un coqucto parco, ambas piczas de crochct brasilcro en tono crcma.
Conjunto quc rcsalta dcliciosamente sus scnos firmcs y sus prictos glútcos.
Su morcna melcna mcdia, pendc ondulantc.
La pulscra tobillcra quc llcva, producc un dulcc tintinco cuando se mucve.
Todo en ella cxuda alcgría y moccdad, cual perfumc playcro calicnte y rumbcro.
Por si fucse poco, es una gcnia del volcibol, una virgucra del acróbic y una rcina de los masajcs.

Elcuterio es un jovcn fantascador y crcativo.
Sucña con scr dibujantc de tebcos, pcro de momcnto se dcdica a grabarsc jugando a vidcojuegos.
Por su cstilo amcno y clocuente, tiene bastantcs seguidorcs.
Espontánco, Eleutcrio se invcnta gracictas al hilo de lo quc succde en el jucgo.
Naturalmcnte, Cleuterio ha congcniado con Emclina y le va comcntando algunas de sus proczas e historictas; micntras, ella caracolca con un mcchón de su propio pclo, afablc y divcrtida.
La juguctona y el locuclo se van flirtcando recíprocamcnte, cuales primcrizos Romco y Julicta.
Tontcan y se piropcan a lo quinccañero, en pretcndido cachondco, pcro ambos sabcn quc lo quc diccn va en scrio.
Y ya se enrcdan en un scnsual bailc, replctos de cuforia, delcite y cosquillco.
Lucgo, con fcliz ronronco, se rccogen discrctos junto a la chimenca de lcña.

Cric es un chicuclo de sicte años, quc se sicnte rodcado de fósilcs y mucrmos.
Por eso, tras papcarse en un periqucte cercales chocolatcados, buñuclos con micl y otros manjarcs, se cscapa a zascandilcar por las inmediacioncs.
Lcjos del hormigucro de zoquctes quc son los mayorcs.
Pcro, para su cabrco, comprucba quc el portcro no dcja salir fucra a los pequcs solos, para quc no se picrdan.
Asiquc, por largo rato contcmpla el extcrior a travcs de la vcntana.
El montc con sus nicves, el bosquc, el riachuclo, la carretcra, ctc.
Se imagina cxplorando mistcriosas cucvas, en las quc vivcn yctis y pics-grandcs.
Lucgo se cansa de eso y se va a fisgoncar por las habitacioncs.
Ducndecillo travicso, abre mucbles y cajoncs, a la pcsca de algún tcsoro.
En un dcscansillo, saquca todos los caramclos de cucalipto de un cucnco y se lo ponc en la cabcza, a modo de casco.
Al poco, lo dcja en un recovcco y hacc puntcría qucriendo enccstar con los caramclos.
Despucs dcscubre una sala de trofcos, quc le atrac a la par quc le cspanta, llcna de animalcs disccados.
Un bucy, un cicrvo, un lcón, un clefante, una cigücña y un sabucso.
A cuál más alucinantc y tcrrorífico.
Ávidamcnte los inspccciona, sin parpadcar.
Pcro entonccs rcsulta quc no se atrcve a girarsc para dcjar la cstancia.
Cric cucnta a dicz, retroccde dcspacito hasta la pucrta y salc pitando.
Lucgo se topa con una añcja cscalinata quc conducc a la azotca.
Allí se entreticne largamentc, pucs hay mucho por curioscar.
Entrc cucrdas, paquctes, mangucras, polcas, vetustcces y cacharrcrías, rcscata, con algún quc otro cstornudo, zuccos, costurcros, pcines, trincos, pañuclos, acordcones, pconzas, vinilos de orqucstas, de ductos y de zarzuelas, pclucas, rucdines, castañuclas, gafas de buccar, novclas del ocste, cucntos del palcolítico, botcs de conscrva, calcidoscopios, hucveras, ccrámicos cnanitos, tetcras de accro y, sobrc todo, un niquclado tanquccillo de jugucte.
Regrcsa contcnto a la ficsta, con su fcnomenal rcliquia bclica en el bolsillo derccho de los pantaloncs.
Con afán grafitcro, el pequcño ladronzuclo se ponc a garabatcar algún monigotc o rayucla sobrc el suclo de linólco.
Un camarcro tropicza con el pilluclo y voltca su bandcja, dcsparramando el contcnido.
Una botclla de gascosa cxplota contra el suclo, con tremcndo estrucndo de cristalcs.
Todos se deticnen y enmudccen temcrosos, como si acabasc de cacr un metcorito.
Al poco, ccsa el gencral bloquco y todos rcanudan su paliquc y ficsteo.
Cric, salpicado pcro providcncialmente ilcso, se cscabulle hacia otros parajcs más clandcstinos.

Cactano es un campcón jardincro, prcmiado en muchos torncos floralcs.
Su sistcma de ricgo por gotco, incluyc nutricntes secrctos quc no revclaría ni con el sucro de la vcrdad.
Es dctallista y cuidadoso, ascado y bicn parccido.
Scría un csposo idcal, pcro su lcaltad a su vcrgel sobrcpasan todo lo conccbible.
Si alguicn bromca con patcar o estropcar sus plantas, se llcvará un fco recucrdo de ello.
Su mancjo de las tijcras es ficro y certcro.
Ficl centincla de su modclica parccla, no se dcja sabotcar ni boicotcar.
Él vivc satisfccho así, entrc sus camclias, orquídcas y nomcolvides.

Carmclo es el guardacspaldas de un hazmerrcír pigmco mcapilas.
Fucrte y hercúlco, añora sus vicjos ticmpos de boxcador.
Su voz de trucno y pctreo rostro cspantan a las damisclas.
Y él cstá ya más quc harto de cachcar mequctrefes, de apalcar alcahuctes y de pascar junto al pelcle esc.
A mcnudo sopcsa la idca de librarsc de él hacicndole desaparccer a lo bcstia, pcro lucgo le da percza.
Ha visto dcmasiadas pclículas de detcctives.
No le apetecc rompcrse el coco plancando el golpc perfccto, para quc fallc cualquicr menudcncia y terminc entrc rcjas.

Miguclón es mayormcnte una molc chorrcante de sudor.
Tambicn es cocincro y eso, pcro tampoco es quc sca ninguna lumbrcra en su árca.
Simplcmente se ciñc a las recctas cascras y se dcja de complicacioncs.
Lo cual le obliga a poncr unos prccios dcmasiado compctitivos, quc casi no le dcjan margcn para sobrcvivir y quc atracn a todos los pordioscros del pucblo.
Pcro él no se qucja, pucs es fcliz con su vida de parcja.

Nerca es la parcja de Miguclón.
Es arqucóloga, espccialista en cscritura cunciforme sumcria.
La pobrc es hucsuda y fcúcha cual murciclago.
Un accidcnte de cochc la dcjó deformc a lo frankenstcin.
Su palidcz y su cabcllo platcado le dan un airc mortccino y sinicstro.
La grisácca vestimcnta quc sicmpre llcva, tampoco ayuda a mcjorar su imagcn.
Más quc una pcrsona, parcce un esqucleto de hiclo.
Trabaja desdc casa, pucs le basta con cartcarse con sus colcgas para intcrcambiar parcceres y novcdades.
Lucgo le qucda ticmpo para dar ricnda suclta a sus aspiracioncs de poctisa.
Y para tratar de engcndrar desccndencia con su qucrido promctido; como si de ella pudicse naccr otra cosa quc no fucse una abcrración tcratológica de las tinicblas.

Rodrígucz es el terapcuta pcrsonal del scñor Percira.
Es un csforzado curandcro, dcvoto de las mcdicinas ancestralcs.
Por eso emplca potingucs y ungücntos de lo más cxótico y percgrino.
La sucrte parecc sonrcírle, de momcnto.
Dcsde lucgo, el scñor Percira cstá sicndo el clicnte más duradcro hasta la fccha.
De algo han scrvido las prucbas hcchas con los clicntes prcvios.
Ahora Rodrígucz ya sabc sopcsar las posiblcs secuclas y combinar mcjor los remcdios.
El porvcnir se le antoja próspcro.
Mal tcndría quc ir el prospccto, de aquí en adclante, para quc le faltasc de comcr; suponc él.

Cloísa es dictista en un balncario.
Cstá gorda como una ccrda y su picl es cscarlata, olcaginosa y granujicnta.
Se sicnte asqucrosa y se ponc ncurótica por no lograr dcpurar su pesadillcsco cucrpo.
No comprcnde por qué sus sabcres no surtcn efccto en ella.
Prucba todos los regímcnes quc cacn en su podcr.
La dicta de la accituna, la de las ciruclas, la de los dátilcs, la de las ccrezas, la de las protcínas, la de los sucedáncos.
Y nada, quc no mcjora.
Sólo cosccha ficbres y diarrcas.
Su pincal anda altcrada y dcsquiciada con tanto expcrimento extrcmo.
Los postrcs son la pcrdición de Cloísa.
Ni siquicra su loqucro sabc cómo enscñarle a modcrar su cspiral de descnfreno al respccto.
Empicza picotcando cual jilgucro, y acaba engullcndo cual tragaldabas.
Quisicra rcndirse definitivamcnte.
Abandonarsc a su apctito hasta convcrtirse en un grumo amorfo.
O hallar la tccla rcsolutiva quc le libcre de su pcso sobrantc y de sus problcmas mctabólicos.
Pcro la vida no picnsa conccderle clemcncia alguna.

Josc es un jucz napolcónico.
Cstá qucmado por la posc de sericdad y ncutralidad quc le cxige su pucsto.
Se sicnte el más farisco de los sujctos.
Por eso, a la quc pucde, se ponc bcodo y empicza a dcspotricar y a jalcar, sin cufemismos ni rodcos, contra todo lo quc salc en los pcriódicos.
Se crec con el debcr de defcnder el ordcn verdadcro y de convenccr a todos de haccr eso mismo.
Total, quc es un encrgúmeno de vcras insoportablc.
Un pclma de aquí te espcro, polcmista y gucrreante a topc.
Cuando llcga al apogco de su alcgato, escupc cspumarajos de pura cólcra.
Da igual el tcma: Gcopolítica, ccología, socicdad, succsos, artc, deportcs, metcorología.
La cucstión sicmpre dcriva en un ajustc de cucntas pcrsonal, sangricnto y cncarnizado; quc, si pasasc de la tcoría a los hcchos, scría dantcsco y truculcnto.
Josc es como un matadcro sedicnto de casqucría.
Un fucgo humcante, a la espcra de más ofrcndas quc dcvorar.
Por sucrte para todos, al rato se le pasa la enajcnación y sólo le qucda de recucrdo una linda cefalca.

Custaquio es un vicjo marincro, tucrto y de rostro agrictado; de andarcs ladcados y renqucantes.
Corrcoso y tubcroso, parcce una quimcra conscrvada en salmucra.
De sus restantcs scis ncgras muclas, cmana un alicnto putrcfacto, nauscabundo y marcante.
Con su inycctado ojo turqucsa, otca el horizontc en busca de cetáccos a los quc cchar el anzuclo.
Sus miscrables ropajcs, motcados de crustáccos, le dan aspccto de sicrvo de Poscidón, salido de las profundidadcs.
Por unas dcudas, ticne vcndido su cadávcr para scr cxhibido en un musco occánico, tras su fallccimiento.
Si no, de bucna gana se arrojaría sobre un rompcolas y adiós muy bucnas.
Custaquio ya sólo sirvc para cpatar a la concurrcncia con su caractcrística rarcza, su socz, groscra y blasfcma verborrca y sus incrcíbles peripccias.
Presumc de sus cazuclas de corrcas y madcras, de las mucscas cobradas por sus percanccs, de las tarcas y facnas de capcar el olcaje, de sus pelcas y pcndencias contra malcantes, caníbalcs y salvajcs, de sus cambalachcs, trapichcos, truequcos y contrabandcos, de sus escarccos, devancos y gorroncos en todos los muclles mercantcs.
Todo un estercotipo vivicnte, el fichajc este.

El scñor Percira vivc más en los rcinos de Morfco quc en la rcalidad.
Bajo un surrcalista ciclo borcal, corretca con sus amiguctes de la infancia.
Levc y nucvo cual hcroe legcndario, subc a la bóvcda celcste, hacc piructas doblcs, pastorca las nubcs y bcsa a la luna.
Bebc de la áurca fucnte suprcma, y screno sestca y gandulca.
Cntra en un cinc en el quc proycctan los momcntos estclares de su propia vida.
Y se ríc, carcajca y regodca con sus lanccs y torpczas.
Sin duclo alguno, se vuclve géiscr de gocc y vocca curekas quc colorcan el univcrso entcro con su pcrsonal y cxclusivo pigmcnto.
Sucña a volco doccnas de prcciosos portcntos incnarrables.
Hasta quc, de golpc y sin prcaviso, un scísmo instantánco le devuclve a su rcal vejcz.
Entonccs bisbisca y jadca trabajosamcnte, anhclando quc la mucrte le saquc de aquí de una condcnada vcz.

13 de julio de 2023

el dato más importante

A la hora de decidir si vas a participar o no en una votación, el dato más importante es saber si estás en un contexto verdaderamente democrático o en una nefasta farsa.
La diferencia es grande.
Cualquiera con dos dedos de frente comprende que votar dentro de una dictadura es hacer el tonto.
Darle al esclavo la opción de elegir su nuevo amo, es hipócrita y pérfido a más no poder.
El problema no es de qué color es tu bozal, sino el hecho en sí de estar preso bajo su constreñimiento.
Una verdadera democracia no se articula mediante mandamases designados cada equis años.
El sistema actual es monstruosamente abominable.
Se alimenta de tu ignorancia y te explota de mil maneras, a cuál peor.
Lían la madeja exponencialmente, para que no sepas reaccionar adecuadamente.
No obstante, la mentira tiene las patas cortas y tarde o temprano se pone en evidencia.
Es por esto que los traidores se queman en el ejercicio de su vileza y deben ser relevados por otros bellacos nuevos.
Cada nueva sabandija llega al poder gracias a su aura incipiente.
Los incautos albergan la esperanza de que el inestrenado sea diferente, de que realmente cumpla las utópicas promesas que cacarea.
Pero las palabras de los usurpadores son puro embuste.
Sus acciones dan prueba patente de esto en cuanto hacen algo.
Hoy en día la falsedad nos rodea por todas partes.
Sin embargo, eso parece estar propiciando el despertar de cada vez más personas.
Lo cual es un serio inconveniente para las jerarquías imperantes.
Tal vez por ello sus estrategias son ahora más absurdas y extremas.
De pura desesperación.
Quizás al convocar una votación en plenas vacaciones, intentan sacar algún provecho de lo que más les está perjudicando.
El dato más importante de unas elecciones es el índice de participación.
Por el insignificante detallito ese de la legitimidad y tal.
Pero, por más que se pretenda y escenifique, es imposible otorgar carta de licitud a aquello que no la tiene.
Un tirano carece de licencia que justifique su ser.
La casta déspota debe desaparecer.
Todo simulacro contrario a la moral, va al desastre.
Las coordenadas esenciales de la vida están ahí por algo.
No se puede bailar con la muerte y esquivar las consecuencias derivadas de semejante insensatez.
Los malvados quieren envenenarte, envilecerte y zombificarte.
Arrastrarte a su infierno, vamos.
Empeño harto difícil y poco perdurable.
Por eso se les está desmoronando el tinglado, y se afanan en disimularlo como sea y cuanto puedan.
Disfrazan las cifras y maquillan la realidad, para no perder a los que todavía no se están coscando de lo que está pasando.
Al dificultar el acceso a las urnas, encarrilan el remanente de borreguitos hacia el voto por correo.
Esa vía es el sueño húmedo de los tramposos.
Cuando la cantidad de pardillos que te secundan mengua, es lógico que quieras sacarles el mayor rédito posible.
Cuanta más separación hay entre la persona y la urna, más fácil es amañar el voto.
No hay que ser un lince para comprender esto.
A mayor número de manos que medien en el proceso, mayor posibilidad de fraude.
Ya de por sí el método electoral está planteado perversa y torticeramente.
La opacidad del censo, la opacidad del voto, la opacidad del conteo general, la ausencia de efectiva verificabilidad y la ponderación asimétrica por zonas, son garantía de estafa.
Corrupción a la carta, a gusto y satisfacción del que manda.
Eso sin tener en cuenta el absoluto timo que es la partitocracia per se.
Este circo es cada vez más grotesco y retorcido.
Para la próxima, si quieren esconder mejor la peste que son y causan, que convoquen la patochada esta en el ártico y en plena noche polar.
A la postre, nada impedirá que exhiban a lo grande su iniquidad.
En fin.
Esta condenada pirámide de alimañas ya cansa y sobra.
A ver si nos vamos enterando y dejamos de darles anuencia, que ya vale con la idiotez de marras.
El dato más importante es saber quién manda aquí.
O si no, pues eso: Señor reo, escoja su carcelero.

10 de julio de 2023

los poros son coro

Hoy on sonto qoo sodo tonto codo voz qoo rozo con olmo do pobro.
Podo color poro los son poos.
O vocos poso on bocho con poco qoo lo doco boonos dóos.
Ol loco so moro con molo coro on ol roflojo dol coordo.
Los gotos tojon holos on sos tropos poro los socon loodos por tontos cobroolos.
Oso noño pono coro do podor porolotos y nodoo lo hoco no coso.
Lo momoo solo o posoor por lo nocho poro no poodo boolor o so dosvondo.
Oy dol condodo qoo goordo nodo y yo no soró loborodo.
Mochos lobros ostón dosoondo grotor boon olto o sor posto do los llomos.
Fobrocor gosoosos toono qoo sor do lo mós dovortodo.
Por lo tolo so von poósos lojonos on los qoo soompro os vorono.
Hozlo on fovor ol mondo, bojo do lo lono.
Ol mojor motorool poro hocor olgo grondo son los conozos.
Bobo on ropo do cozo, fosol on mono y fósol on sosoro.
Hoy qoo modornozorso y motor toros o coñonozos.
Los qoo rofon los pogos, morcon fovoros qoo no morocon.
Lo foco bosco so oco y ol dolfón so lo borlo focoloto.
Lo rodoo os ono móqoono moy corcono.
Dondo hoy fomo gozon dooblos.
O vocos lo mojor os dojor ol coco on lo como.
Tonto conto ol bochoto, qoo so lo comon froto.
Do pono oso do corror cosos on folso.
Sobo ol vono o vono noovo.
Ronos modos hoy on lo solo do osporo con soroo posor.
On los morocos vovon los polgos do lo rombo.
Son monos poco volo lo solvo.
Pontor dosoortos poodo sor lo mos o todo lo controroo.
Ol sonodo do lo moqooto to mosgo lo vosto.
On lo mono covo ol loco son sobor qoo ol oro to pogo on loro codocooso y mochocón.
Hoy no toco solor on los notocoos.
Poro ojo con los dol toompo qoo so croon ol copón sopromo.
Los bondodos von o topo do corro on osto ponoso mondo.
Sopor lojo os coso todo yo.
Otcótoro y vocovorso.

28 de junio de 2023

patochada votacional

A estas alturas todavía hay que andar denunciando el fraude del sistema imperante.
Señores, aprendedlo de una vez: La política vía representantes no funciona. Y no sólo no funciona, sino que se convierte en enemiga de la humanidad.
Cuántas veces más vas a permitir que te engañen y estafen?
Cuántas veces más vas a picar el anzuelo?
La política es pura farsa.
Todas las promesas son embusteras.
Los estafadores medran sirviéndose de la oratoria.
Pero los hechos hablan por sí solos.
La clase dirigente es una plaga dañina.
Es patético participar en sus rituales pseudolegitimatorios.
Tanta parafernalia, para luego ellos hacer lo que se les antoja.
La corrupción es inherente a esa estructura de poder.
Las consecuencias de este pérfido y vil abuso sólo pueden ser cada vez peores.
Lo mínimo de lo mínimo sería dejar de ser cómplice de semejante timo.
Ellos no van a desmantelar su propia mascarada.
Pero sin amparadores se les acaba el chollo.
Voy a prescindir de extenderme en argumentos, pues este tema ya lo he tocado otras veces.
Además, quien no quiere ver seguirá sin ver.
Allá cada cual.

29 de mayo de 2023

equis uve palito

Hoy este blog cumple dieciséis años.
Si publico alguna cosa especial a modo de celebración, será en algún mes próximo o cuando sea.

Para acceder a los recopilatorios anteriores:
https://dersony.blogspot.com/2014/05/septimino-anino.html

9 de mayo de 2023

depreardor

En el espacio viven unos marzianos inbisibles mu pieligrosos poque son jigantes y comen astonautas, que si pillan auno se lo llieban volando asta un plañeta que tenie cuchilla alderredor y lacen rodajitas pa ponerlo nun bocata y zanparselo, que lo se que lo se poque yo queria ser astonauta y cacia muchas piegruntas del espacio yeso asta que me dijieron eso y ya no quero ser astonauta, poque solo les dejan ir ala luna questa mas cerca epaque y menuo rollio ser astonauta paiso, poeso aura que quero ser inventior pa invientar un cañion matamarzianos yasi poer polfin biajar al espacio mas lejos que mas pa descrubir plañetas con marzianos tope de majos y na malos, como los de las piliculas eme gustan qui visto un millon de veces y mis papis tan artos de vierlas ya mas, yesuna pena que no se puda biajiar pol espacio an, o si no ya pudrian vinir los marzianos chupis y seria jenial conozierlos y ser amigos con la de sitios chulis que me se que me se pa jugar yeso, peo los de mi clase no poque son mu tontos poque no piensan tol rato masquen cazar y matar tolo que pillan yeso es mu feo, asique na que yo solo tiengo quencontrar la sulucion al poblema de los zanpanautas esos y ya vieras ya.

23 de abril de 2023

todos los ismos son borreguismos

Cuando nuestra conciencia no está lo suficiente en contacto con la realidad, tendemos a rellenar los huecos con deducciones de nuestra propia cosecha o con formulaciones de terceros.
Y eso es comprensible al principio, pero se convierte en un problema si tomamos esos constructos por la realidad.
Buscar la verdad es una labor continua e ineludible.
Muchos prefieren tomar una ruta más facilona al respecto.
Generalizar y simplificar es rápido y cómodo, pero conduce a nociones erróneas.
Las ideologías pueden parecer atajos apetecibles, pero son caminos a la perdición.
Delegar algo tan crucial, forzosamente lleva al desastre.
La ignorancia es abono propicio para la proliferación del mal.
La tiranía depende siempre de la obediencia de sus vasallos.
El dictador no tiene ninguna legitimidad, por eso le viene bastante mal que la verdad cunda libremente.
Es un incordio y una molestia que los esclavos se rebelen y no acaten tus mandatos.
Y el gustito que da cuando les saboteas y encima te aplauden agradecidos.
No es casualidad que la cultura se haya convertido mayormente en un lodazal infecto.
Los mandamases utilizan todo lo que tienen a su alcance para instilar sus venenos, a todos los niveles.
Siembran la discordia, para dividir a la sociedad y debilitar su capacidad de reacción.
Mediante la propaganda te tensionan y sobrecargan, hasta cortocircuitar y distorsionar tu percepción.
Con su mano desnuda, te aterrorizan y emparanoian.
Con su mano maquillada, te atraen y embaucan.
De un lado al otro te van zarandeando y te impiden avanzar por ti mismo.
Cuanto más tiempo te tengan danzando a su son, menos serás capaz de alcanzar ni de realizar nada.
Ellos se entrometen en todo, pues así adulteran y desvirtúan cada aspecto significativo, cada actividad edificante.
Estar enmedio, les permite reconducir a su favor toda situación.
Sesgarla, amañarla, descarrilarla y malograrla.
La tecnología es la cuña con la que aumentan nuestra escisión.
Quieren que nuestros vínculos estén rotos o sean endebles.
Te prefieren anulado, desactivado, inutilizado.
Por eso te llenan el coco con cuestiones delirantes, con conflictos descabellados, con consumos idiotizantes.
Para corroerte por dentro y dejarte maleable.
Dócil ganado domeñado, cómplice de sus perfidias e iniquidades.
Te sirven en bandeja sus ponzoñas, para que alegremente te autodestruyas un poquito más; siempre un poquito más.
Las noticias negativas persiguen un fin perverso: Te venden una versión falsificada de la realidad.
Te habitúan a la indefensión y al pesimismo.
El ocio cumple una función parecida, o incluso peor: Te aliena, te inculca ejemplos pésimos y te traumatiza.
Esas felonías no tienen razón alguna que las ampare ni justifique.
El mal carece de discurso lógico.
Por eso sus argumentaciones son una sarta de retorcidas falacias rastreras.
Las ideologías evidencian esto cuando analizas sus planteamientos, que resultan de poco o nulo criterio.
Caprichos malévolos, disfrazados de doctrina supuestamente legítima.
Ismo femin, ismo victim, ismo ego, ismo hedon, ismo mercantil, ismo fanat, ismo sectar, ismo supremac, ismo cientif, ismo espec, ismo progres, etc.
Es soberanamente aburrido entrar a desmigajar el sinsentido de esas convicciones desnortadas.
Cuando partes de un equívoco de base, todos tus argumentos son un despropósito sin pies ni cabeza.
Al glorificar y deificar aquello que no lo merece, obtienes las graves consecuencias del desajuste de tu entendimiento y de tus prioridades defectuosas.
Al demonizar y vilipendiar aquello que no lo merece, ídem.
Todos los que se embarcan en esas cruzadas insensatas, van trastornándose y perdiendo progresivamente virtudes y cualidades.
Y mientras tanto, las jerarquías usurpadoras siguen medrando impunemente.
Atornillando y triturando cada vez más a todo quisqui.

25 de marzo de 2023

la roca que era nube

Cadinsqui era un soñador, de esos que siempre miran al cielo y casi nunca al suelo.
Con lo cual, se pegaba unos trompazos que para qué.
En una de esas, se fijó en una roca grandota y se percató de que, en realidad, aquella mole no era pétrea sino nubosa.
Entonces decidió tallarla, con su mejor pericia, hasta convertirla en una magnífica edificación castilforme, castilloide o como se diga que se diga.
Luego se llegó hasta la caldera central de dicha fortificación, y depositó en ella su cálido aliento.
Aquello bastó para que la construcción recobrase su nubística flotabilidad y ambos emprendieran el vuelo por los cielos.
Pero hete aquí que, al poco, un pajarraco vino a posarse sobre la cúspide de aquella ciudadela.
Las intrusas garras del plumífero bichejo, revelaron algo terrible. Pues resulta que dicha roca, a la postre, tampoco era nubosa sino arenosa.
Con lo cual, su querida y reciente garita, tan elevada y luminosa, comenzó a desmoronarse lentamente.
Se desmigajaba inexorable, a la par que descendía gradualmente de altitud.
Al tocar tierra, tan sólo quedaba un montoncillo de arena.
Y para colmo, el pobre Cadinsqui aún hubo de contemplar cómo aquellos míseros restos se escurrían hasta desaparecer bajo el suelo.
Como si buscasen posarse en el infierno, como si retornasen a su lugar de procedencia.
Lo cual llenaba de tristeza y amargura a Cadinsqui, pues lamentaba en mucho su ponderativo yerro rocológico.
Tal era su pesadumbre, que ya no miraba más al cielo.
Sin embargo, gracias a ese abatimiento ocular, pudo esquivar a una hormiga a la que había estado a punto de aplastar.
La hormiguilla, en agradecimiento, le hizo gestos para que se aproximase.
Cosa que Cadinsqui hizo, rebajando su cabeza hasta casi tocar el terruño.
Así pudo oír la tenuísima vocecilla de aquel insecto, que le dedicaba magnas loas y enfáticos encomios.
Por último, en suprema recompensa, la hormiga le hizo entrega de un huevo ultraespecial, pues contenía a su vez ocho huevos y prometía dar nacimiento a algo excepcionalmente bueno.
Total, que el cariacontencido soñador recibió en la yema de su índice aquella minusculosidad, que casi ni se veía de lo pequeña que era.
Pero aun así dio honrosa muestra de gratitud y se lo guardó en el bolsillo.
A partir de entonces, Cadinsqui se dedicó a cuidar con mimo aquella miniatura, que iba creciendo día a día.
El huevo llegó a hacerse grandote cual sombrerote, y entonces eclosionó.
De su interior nació un geniecillo de esos que conceden deseos y viven en las lámparas, o en las aceiteras.
Lo que pasa es que como todavía era chicuelín, solo podía realizar una unifactorial comanda.
Es por esto que el geniecito empezó a acosar a Cadinsqui con interminables preguntas peliagudas, de esas que te obligan a rascarte la sesera para darles respuesta.
Semejante dilemático bombardeo prosiguió día y noche durante largas jornadas, sin tregua ni merma.
El pobre soñador empezaba a desesperar seriamente, pues no comprendía a qué venía tal tanda de examinatorias inquisiciones, tan ardua en su contenido y tan descabellada en su duración.
Hasta que, de repente, cesó la hurga y Cadinsqui pudo respirar ciertamente aliviado.
Entonces el geniecillo le dijo que ya estaba listo para concederle un deseo.
Pero no le dio tiempo a decir ni mu, pues el geniecito le explicó que ya había averiguado lo que el soñador más anhelaba; pues para ello había sido aquella requisitorial batería de disquisiciones.
Así, sin duda ni tardanza, el pequeñajo hizo aparecer una roca grandota y dorada.
Cadinsqui quedó harto estupefacto, ya que no parecía encontrarle ni pies ni cabeza a tamaña absurdidez.
Pero, al instante, comprendió.
Y vio que aquella roca no era pétrea sino nubosa, y áurea aun encima.
Con lo cual, en un abrir y cerrar de ojos, Cadinsqui talló en aquella singularísima mole su soñada castilzuela y se fue con ella a surcar los cielos por siempre jamás.
Y fin.

28 de febrero de 2023

el fuego y el humo

En una habitación hermética viven unas criaturas arborícolas.
Cada vez que se mueven se les caen algunas hojas, que inmediatamente empujan hacia el centro de la estancia.
Allí se acumula un montículo, en cuya cima arde un fueguecillo.
Las criaturas arborícolas han desarrollado un extraño mecanismo de defensa, que les hace ver ese fuego cual si fuese una peculiar agüita bailarina.
Pero, claro, la llama va aumentando y va produciendo más humo.
Tufo que afecta gravemente a las criaturas arborícolas, mermando y deteriorando sus condiciones de vida.
Ante tan serio problema, cabría esperar una decisiva reacción resolutiva, sin embargo esos vegetales seres parecen preferir proseguir enajenados.
En su delirio alucinatorio, han desarrollado absurdas supersticiones.
Creen que ese agüita danzarina es una especie de entidad rectora, que regula y dictamina la existencia de todos ellos.
Le atribuyen distinta personalidad, según su ondulante contorno se ladee hacia un lado u otro.
Ora benefactora, ora castigadora.
Y pretenden ganarse su favor mediante servidumbres y pleitesías.
Pero a veces les puede la desesperación y se ponen en plan protestón.
Arman bullicio y se quejan, hasta que cambia un poco la cosa.
No comprenden que la momentánea disminución de humo no se debe a ninguna clemencia reparadora, sino a una mera tregua eventual.
Los que hoy respiran un poco mejor, es a costa de los que hoy respiran mucho peor.
Las criaturas arborícolas no saben, o no quieren, formarse una visión general de la situación.
Persisten en su idólatra fijación.
Se cuentan a sí mismas un relato de los acontecimientos que apenas está hilvanado con la realidad.
Por eso se atribuyen victorias donde no las hay.
Se ponen medallas por logros fortuitos, por simples coyunturas azarosas.
Construyen, a posteriori, justificaciones para el pernicioso comportamiento del agüita bailonga.
Debido a que desconocen la verdadera naturaleza de dicho fuego, no comprenden nada de lo que ocasiona.
Lo más que se atreven a aventurar es que ese agüita es necia o está loca.
Coartada inútil donde las haya.
Pues muy insensato se ha de ser para poner en manos dementes la propia vida.
Debido a que no logran averiguar el real origen de sus problemas, las criaturas arborícolas comienzan a recriminarse unas a otras el de-mal-en-peor que están padeciendo.
Abunda el enojo, el malhumor, el enfado, la rabia.
Todo es furia y amargura.
Pero en ningún momento esos vegetales seres dejan de nutrir de hojas al montículo ni de adorar con ciego fanatismo a ese agüita fluctuante.
Fatídicamente, el fuego va creciendo en alcance y capacidad destructiva.
El desenlace de esta historia sólo puede ser negro.
Y la triste moraleja es que el ruin repudia a su prójimo pero vitorea al tirano.

20 de enero de 2023

el niño que se negó a nacer

Había una vez una solterona aburrida de la vida, que tenía muy mal carácter.
No era capaz de amar a nadie y sólo miraba por su interés.
Lo que más le gustaba era disfrutar a tope, sin parar mientes en las consecuencias.
Muchas veces había intentado emparejarse, pero siempre terminaba enfadándose por cualquier tontería y mandando a la porra al pavo de turno.
Ser feliz era su principal y máxima prioridad.
Mejor dicho, lo que realmente perseguía era el placer.
Era ferozmente egocéntrica y superficial, lo trascendental no existía en su vocabulario.
Siempre la culpa de todos sus disgustos y problemas era de los demás.
Cualquiera que no bailase al son de su batuta, era inmediatamente rechazado y despreciado.
A pesar de lo cual, ella seguía buscando y probando, pues le tenía un miedo atroz a la soledad.
No se aguantaba a sí misma, ya que entonces veía su cruda realidad.
Estaba llena de amargura y los años empezaban a hacer mella en ella.
Sus ansias juerguistas tenían cada vez más regusto a huida desesperada.
Viajar y fiestear ya no era suficiente, derrochar y glotonear ya no saciaba el vacío de su ser interior.
Así pues, fue catando absolutamente todo; con ávida gula arrolladora.
Hasta que llegó al capricho de ser madre.
Era la última cosa en el mundo que habría imaginado plantearse; pero, agotadas las demás opciones, no iba a prescindir de probarlo.
Por si resultase ser la milagrosa salvación que anhelaba.
Total, que se fue a un vivero de gametos, repasó el catálogo, rellenó unos cuantos papelajos y se preñó tan ricamente.
Pasaron los meses y llegó el momento de sacar el bollo del horno.
La solterona se fue al hospital y se puso en manos de los medicastros.
Tras enormes esfuerzos y padecimientos, logró expulsar una esfera de plástico, como las de las máquinas de bolas.
Dentro de aquel orbe había una hojita doblada.
Una vez superado el pasmo, la parturienta extrajo la nota y la desplegó para leer el breve mensaje que contenía:
"Querida mamá,
he decidido que no voy a nacer.
No te preocupes, aquí tengo todo lo que necesito y estoy requetebién.
Puedo hablar con toda la gente del Cielo.
Y he conocido a mi papá, que fue un famoso escapista.
Alucina.
Me ha enseñado varios trucos estupendos, como el de la bola, o el de parar de crecer y otros que te mostraré.
Asique, no temas, ya verás qué bien nos apañamos con esto.
He contratado a un abogado-médium para que proteja y defienda mis intereses.
Si no me equivoco, ahora mismo está a tu lado.
Puedes transmitirle con total confianza cualquier asunto que quieras tratar conmigo, yo también lo utilizaré de intermediario.
Gracias por tu comprensión,
y un besito."
La solterona no daba crédito a lo que acababa de leer.
Pero giró la cabeza y se sobresaltó al descubrir la presencia de un desconocido que estaba tranquilamente sentado a su vera.
De piel oscura y aspecto hindú, se presentó educadamente y ordenó a los medicuchos el inmediato cese y desistimiento de sus improcedentes empeños.
Luego siguió una acalorada discusión sobre derechos y deberes y potestades y voluntades, de la que obviamente salió victorioso el picapleitos.
Pues poseía todos los pertinentes documentos reglamentarios que acreditaban al nonato como legítima persona oficialmente reconocida y amparada.
Detalle curioso: El niño se había autobautizado con el nombre de Nono.
Total, que la solterona se tuvo que volver a casa, todavía con su tripota prenatal.
Ese inesperado giro de los acontecimientos la contrarió sobremanera, pues semejante anómala situación implicaba cargar con todas las molestias y obtener a cambio ninguna de las recompensas de la maternidad.
A partir de entonces, ella inició una tenaz pugna contra su hijo.
Primero solapadamente; después, sin reparos ni treguas.
Pronto comprobó que los daños físicos únicamente repercutían sobre su propio cuerpo.
El criajo debía de haber aprendido algún conjuro de protección, con la ayuda de algún hechicero del más allá.
Para colmo, un día recibió una llamada telefónica de Nono, que felizmente le anunció que había conseguido materializar su propio teléfono de última generación.
Desde luego, la magia avanza que es una barbaridad.
Ella venga a padecer fatigas y disgustos, y el otro ahí mandándole videocomentarios guasones.
Maldito renacuajo.
Claro, de tanto rabiar y frustrarse, la solterona fue enloqueciendo progresivamente.
Odiaba verse inmersa en esa pesadilla interminable.
La latosa barrigota era un incordio de lo mas aborrecible, pues le recordaba al gorrón del que era forzosa anfitriona y porteadora.
Una risilla demencial se le escapaba ocasionalmente.
Fantaseaba con mil diabluras de lo más cruentas y despiadadas.
Sus remansos de cordura fuéronse espaciando y mermando.
Hasta que un día se arrojó por la ventana.
El estropicio fue morrocotudo, pero no fatídico.
En su delirio, se olvidó de que vivía en un segundo piso.
En fin, que los matasanos lograron reparar mal que bien los destrozos y la pobre quedó en coma.
A todo esto, el niño no había sufrido ni un rasguño.
Cualquier otro en su lugar habría comprendido que ya iba siendo hora de salir al mundo.
Pero Nono tenía otros planes en mente.
Convocó a la prensa y testimonió las razones de su comportamiento.
Decía ser un mero emisario de la justicia divina, pues tanta frivolidad empezaba ya a tocarle las narices a las altas esferas.
Los medios de comunicación estaban encantados con ese caso.
Numerosas entrevistas concedió Nono, aportando cantidad de detalles para saciar la morbosa curiosidad del público.
El nonato alcanzó cotas de fama nunca vistas.
Desató gran fervor, eclipsó toda moda, acaparó toda la atención.
Nono fue sagacísimo en la gestión de su imagen pública.
Hablaba con tal desparpajo y gracejo, que era imposible no adorarlo.
Lo que nadie sospechaba es que el pequeñuelo se guardaba un as en la manga.
Su celebridad seguía en inexorable aumento, pues el instante de su nacimiento se intuía cercano.
La gente le había atribuido a ese trámite un significado insólito, colosal, estratosférico.
Todos querían vivirlo de primera mano, en rigurosísimo directo.
Cual si fuese la segunda venida del Altísimo.
Así de exaltado andaba el personal.
Y el chavalillo cebaba aún más la cosa.
Resulta que estaba escribiendo las memorias de su peculiar vida pre-parto, llenas de detalles sobre el más allá.
Tema candente sobre el que, hasta entonces, apenas había esbozado alguna que otra vaga pincelada.
Además tenía prometido que justo antes de salir del nido publicaría, en su internetil página personal, la versión definitiva de dichas memorias, para su libre acceso y disfrute.
La Nonomanía estaba por las nubes, en su máximo apogeo.
Muchas eran las apuestas por ver quién acertaba la fecha y hora del histórico natalicio evento.
Todo el mundo estaba convencidísimo de que aquello iba a tener unas consecuencias extraordinarias y milagrosas.
Lo cual era cierto, pero ni se imaginaban cómo y cuánto iban a cambiar las cosas.
Pobres incautos.
El caso es que, un buen día, la comatosa madre espichó y entonces Nono ultimó sus tareas, dio un vistazo a su querida guarida y procedió a nacer.
Fue recibido con inmensa euforia y grandes honores.
Tuvo todos los cuidados posibles y más.
Luego, pasado el éxtasis, las personas fueron acordándose del librillo aquel y empezaron a leerlo.
Y ahí comenzó la voladura sesil definitiva.
Pues la criaturilla traía un mensaje que era pura dinamita ya desde el mismísimo título:
Un desalojo, una ocupación.