8 − 5 + 6 − 3 + 9 − 1 + 4 − 7 + 2 = Sin resultado.
Cuando un niño concluye así un problema, es evidente que no ha querido hacer el trabajo requerido para darle verdadera solución.
Con la metafísica, pasa esto mismo.
Al igual que con cualquier otro aspecto de la vida.
Ante las preguntas existenciales, hay dos actitudes básicas: La aceptación o el rechazo.
Aceptar las preguntas, implica poner interés y voluntad en buscar las respuestas.
Rechazar las preguntas, se traduce en ningunearlas y/o darles respuesta rápida y tramposa, para desentenderse de ellas.
Esto, traducido en etiquetas, sería:
Teísmo, agnosticismo, ateísmo y nihilismo.
Obviamente, ateísmo y nihilismo son las dos posturas negativas.
El ateísmo dice: Dios no existe.
Y con ese enunciado cree librarse de la cuestión, pero no es así.
Al ateo no le gusta la idea de Dios. Así que intenta eliminarla expulsándola de la ecuación. Pero esa pretensión tiene un alcance muy corto y precario.
Por más que se esfuerce en presentar la vida de acuerdo a esquemas empiristas-exclusivistas, lo metafísico pervive y abunda por doquier.
Da igual lo rígido y estrecho del paradigma que se intente establecer, la conciencia siempre va a poder alcanzar la idea de Dios.
La idea de Dios es inextinguible.
Los ideales son insecuestrables.
Por eso, el ateo se ve obligado a enunciar su negación.
Vano recurso que nada logra, pues, si fuese cierta tal afirmación, estaría incurriendo en absurda redundancia contraproducente, ya que lo inexistente no necesita ser inexistencializado.
Es superfluo adoptar un enunciado irrelevante.
Da igual que pocos ni muchos defiendan la no existencia del Kjgwdberdfiqu.
Es un triste desperdicio de inteligencia, tiempo y energía sostener la nulidad de la nada.
La vida trabaja con lo positivo, con lo que es.
El empeño ateo, casi parecería albergar una motivación de dudoso cariz. Nacido de una ignorancia irresponsable, o de una rebeldía malévola. O quizás una mezcla de ambas.
Sea como sea, la verdad siempre se ve en los actos, más que en las palabras. Por eso, al final las etiquetas poco importan.
Lo que cuenta es el comportamiento.
Quien persigue tener poder sobre otros, mal va y daño hará, si se le sigue el juego. Quien obra movido por codicia y egoísmo, ídem.
Los argumentos de sujetos semejantes, es evidente que van a ser tan viles y deficientes como su conciencia.
Y eso conviene saber reconocerlo clara y prontamente, para no dejarse enredar en falacias explotacionistas inhumanizadoras alienantes.
El ateísmo, parte de un despropósito bastante lamentable.
Defiende la no existencia de un concepto mal definido y peor entendido.
Su conclusión es evidentemente errónea y de nula repercusión.
Por eso, el ateísmo se vale de otras sucias añagazas para ostentar una pretendida preponderancia que per se no tendría.
La idea de Dios, es muy diferente en cada cultura y en cada persona.
La idea de Dios, depende totalmente del voluntario y laborioso proceso de crecimiento y maduración de la conciencia.
Quien considera lo metafísico y reflexiona sobre lo trascendental, se forma un esbozo aproximativo de la idea de Dios.
Y esa labor de descubrimiento, continúa eternamente.
Nadie puede decir: Ya está, ya sé toda la verdad de la vida y de Dios.
Quien dice eso, es un loco o un farsante.
La verdad absoluta nos queda un poco lejos todavía.
Aunque, no por ello se ha de caer en relativismos deleznables, que tanto mal traen.
Y hablando de relativismos, valga ahora un repasito al nihilismo.
El nihilismo es el colmo de la estupidez humana.
Su lema: Todo = Nada. Tiene el mérito de ser lo más equivocado que puede parir mente alguna. No existe ninguna otra idea que supere el índice de erroneidad de ésta. Lo cual hace que resulte hasta chistosa, en su estrambótica grotesquidad.
El nihilismo puede perfectamente considerarse una pose fingida y residual. Su existencia, probablemente, solo se debe a una estrategia histórico-contextual ya obsoleta.
El nihilismo es un ejemplo perfecto de falsedad ideológica.
Creer que el nihilista cree de verdad en el nihilismo, sería pecar de ingenuo.
Algún botarate habrá que se trague semejante necedad, pero está claro que los más lo adoptan por otros motivos. Por moda, por diferenciarse o cosas así.
A fin de cuentas, poco importa eso. Dedicarle más disquisiciones, no va a mejorar la escoria que supone tal pamema.
Por otra parte, el agnosticismo se parece a la luz ámbar del semáforo. El agnosticismo debe ser un estado breve y transitorio.
Está muy bien que el agnóstico tenga la decencia de no pronunciarse negativamente respecto a una idea de Dios que todavía no tiene, pero está muy mal el agnóstico que no trabaja para formarse su idea de Dios.
Ese agnosticismo inoperante, esconde un sutil egoísmo perverso.
Ante la bifurcación, tal pseudo-neutro no opta por el camino hacia el Cielo ni por el camino hacia el infierno.
Pobre insensato, no comprende que esa supuesta equidistancia, implica su propio autolastramiento y condenación.
Volviendo al ateísmo.
Cuál es la idea de Dios que está rechazando el ateo?
Todas y ninguna. Al ateo le da igual cómo ni qué idea de Dios sea la que los demás tengan. El ateo ha elegido no tener ninguna idea de Dios.
El ateo es un árbol que ha decidido prescindir de la fotosíntesis.
Con su mentalidad objetivista-utilitarista, se cree autosuficiente.
Inhibe su producción de clorofila y se deshoja, haciendo de su vida un invierno inclemente y tortuoso, llenando sus venas de negrura y contemplando la existencia con ojos atroces y despedazadores.
Y aún diría más. El ateismo se acerca bastante al nihilismo, cuando alegremente enuncia que la vida viene de la nada. Olé el placebo de birlibirloque y la estulticia de sus adscriptores. Tan magnas eminencias, cuán altas cúspides no habrán de coronar con sus proezas sapienciales y su agudeza sin par...
Ejem.
Sarcasmos aparte.
Desechar la metafísica, acarrea terrible hundimiento y tiniebla.
Porque lo espiritual es parte imprescindible de la existencia.
Al ateo no le gusta la fe.
El ateo no comprende que hay muchas maneras y niveles de fe.
El ateo arguye que la fe es un ejercicio de ceguera.
Ahí se equivoca por completo.
La fe es estar abierto a lo que el corazón percibe.
Escuchar el susurro estremecedor de la vida.
Asomarse a la maravilla de lo inefable.
Todos los corazones tienen la capacidad de intuir, así como todos los bebés saben bucear.
Cierto es, que hay factores y circunstancias que pueden llevar a que los corazones se blinden y cierren. Pero jamás la tiniebla será total. Cosa que se aprecia muy bien en el símbolo del Yin-Yang.
La directriz negativa, perjudica ante todo y sobre todo a quien la porta y adopta. A pesar de lo cual, siempre hay esperanza.
Ya lo he dicho antes, por muy enrevesadas y constreñidas que sean las ecuaciones con las que uno elija trabajar, el verdadero trabajo siempre lleva al verdadero fruto.
La clave no está en la conclusión mecánico-resultante, la clave está en saber ver y estimar, en alcanzar una comprensión profunda del conjunto.
La verdad profunda, no es domeñable.
Esto es lo que saca de quicio a los malvados. Nada les gustaría más que apropiarse del poder divino. Nada les gustaría más que matar a Dios y ocupar su lugar.
Pobres incautos, cuán lejos están de entender la vida.
En fin.
Vamos ahora con los teístas.
Tener una idea de Dios es imprescindible. Pero esa idea debe nacer como resultado de la propia y auténtica reflexión. Tomar prestada la idea de Dios de otros, no funciona bien. Eso significa que la persona no está en contacto directo con lo metafísico. Eso significa que la persona ha adoptado un papel acomodaticio y subordinado. Eso significa que algún tercero ejerce de intermediario. Y cuando se entra en esa dinámica, todo se adultera y desvirtúa.
Esa vicaria desidia, para nada es compatible con el ineludible deber y trabajo que requiere el crecimiento espiritual.
Por eso, ser teísta no es automática garantía de estar cumpliendo adecuadamente para con la vida.
Desdichado desgraciado, aquel cuya idea de Dios es tan paupérrima y superficial, que es mera patética parodia, apenas mejor que nada.
Aunque, aquí tal vez me he excedido un poco. Probablemente, importa más lo poco conseguido que lo mucho por conseguir. Siempre y cuando, la idea inspire y motive a seguir avanzando en la buena dirección, merece consideración por ello. Siempre y cuando.
Aquel que no crece progresivamente en amor, comprensión y conciencia respecto a la existencia y todo lo que significa y contiene, da síntoma de insuficiente profundización y escasa maduración de su idea de Dios, menguada síntesis y exigua asimilación, nimia conexión, etc.
En resumen:
La ecuación, sea o no resoluble, sirve para alcanzar nociones trascendentales, si la conciencia aprecia y atiende, con buen espíritu y mejor corazón, a lo que se le ofrece.
Quien crea que con un "sin resultado" arregla el asunto, sus problemas no acaban sino de comenzar.
1 de diciembre de 2016
moraleza
Pues había que había una guerreza genitaleza: Las almezas conchezas contra la plataneza bananeza.
Esta lucheza es coseza de las emprezas dineralezas, que quieren quedarse el planeza.
Para eso, siembrezan cizañeza y sañeza, con informaleza cenegaleza y culturaleza falseza. Y con una drogueza secreza, que da loqueza y guarreza, que ponen en gallezas y tartezas, en tintezas y en cremezas de guapeza.
Así generalezan la demencialeza y la anormaleza, y sacan reglezas y normezas que criminalezan la virileza.
Resultado: Todeza personeza masculineza, es culpableza y prisioneza, sin necesideza de denuncieza ni sentencieza.
Por ello, las cárceles están replezas. Y la puerteza de cada celdeza tiene una obertureza por la que sacar la trompeza, para la ordeñeza sementaleza semanaleza. Y el que se niegueza: En ayunezas hasta la proximeza ordeñeza.
Toda esa simienteza seminaleza, la guardezan congeladeza. Y la llaveza la tiene la lidereza, que así piloteza y capitaneza a la comunaleza, cual colmeneza.
Cadeza regioneza tiene su reineza y sus princezas, que comandezan a las monjezas, que a su vez dictezan sobre las obrezas.
Las faenezas se reparten según la edad y docileza de la obreza.
Las más chulezas y chunguezas, las más brutezas y arrabalezas, son premiadezas y hacen de jefezas golpezas, a la orden de las monjezas.
Las más coquezas y tiernezas, hacen la laboraleza, que las domeza y servicialeza.
Así cadeza jornadeza, pero por la nocheza ceseza toda leyeza, y asomeza la maleza y golfeza.
Las fresquezas liguezas, cortezan a las lindezas discrezas, y montezan juerguezas bacanalezas.
Duendezas y brujezas, dancezan y bailezan traviezas pilluezas.
Templezan y melosezan a las tontuezas pasivezas.
Burlezas y chistezas, dan paso a suavezas y dulcezas, a rocezas y lengüezas.
Trotezas y bajezas, se mixtezan cadezas y piernezas, tetezas y braguezas, boquezas y selvezas.
Rojezas y pringuezas, se montezan con durezas y chismezas. Fierezas y posezas, hasta la compleza chispeza y la lenteza manseza. Flojezas y soltezas, con la pieleza bañeza y la menteza pauseza.
Así se consuelezan, mientras sueñezan con la videza de las princezas, que la prenseza enseñeza.
Por eso, las obrezas se esfuercezan en sus laborezas, para subir de claseza, pues solo las mejorezas pueden optar a ser princezas.
A su vez, las princezas también se esmerezan, pues solo las mejorezas pueden optar a ser madrezas. Y porque las peorezas, son nombradezas monjezas.
La reineza, controleza la poblacioneza, limitando la viejeza.
Las obrezas, son eliminadezas a los 27 años.
Las monjezas, las princezas y los reos, a los 47.
Y las reinezas, a los 67.
Esto obligueza a tener un programeza de natalideza muy a medideza, para la viveza y duradeza del sistemeza.
Por eso, todas se examinezan y cuidezan su saludeza, que se publiqueza con totaleza detalleza, pues es la principaleza diferencieza para ganar en cacheza.
Las princezas madrezas, si tienen niño, van a la cárcel como carcelezas, para criarlo sumiso y reo.
Si es bebeza, siguen palaciezas, y cuando la crieza cumple 7 años, la madreza queda libreza por obligadeza, de la niñeza, que pasa a colegialeza con las monjezas.
Las princezas ex-madrezas, se vuelven senadorezas, que viajezan y hacen fiestezas, y así vigilezan y evaluezan a las demás princezas. Además, tienen derecho a un siervo recién castrado. Pero, pasadeza la fecheza de un año, deben devolverlo a la cárcel y tomar otro nuevo.
Los reos en prisioneza, hacen las funcionezas más arduezas y pesadezas. Su uniqueza esperanceza es la servidumbreza.
Las monjezas, viven con las obrezas y tienen derecho a una sierveza, que cambiezan por otreza, pasadeza una semaneza.
Las reinezas, se juntezan para rendir cuentezas con las potenciezas ocultezas, que son las que marquezan las metezas y demás futurezas.
Y así, la vileza monopoleza y clienteleza la existencieza, para su exprimideza y rastrereza.
Esta lucheza es coseza de las emprezas dineralezas, que quieren quedarse el planeza.
Para eso, siembrezan cizañeza y sañeza, con informaleza cenegaleza y culturaleza falseza. Y con una drogueza secreza, que da loqueza y guarreza, que ponen en gallezas y tartezas, en tintezas y en cremezas de guapeza.
Así generalezan la demencialeza y la anormaleza, y sacan reglezas y normezas que criminalezan la virileza.
Resultado: Todeza personeza masculineza, es culpableza y prisioneza, sin necesideza de denuncieza ni sentencieza.
Por ello, las cárceles están replezas. Y la puerteza de cada celdeza tiene una obertureza por la que sacar la trompeza, para la ordeñeza sementaleza semanaleza. Y el que se niegueza: En ayunezas hasta la proximeza ordeñeza.
Toda esa simienteza seminaleza, la guardezan congeladeza. Y la llaveza la tiene la lidereza, que así piloteza y capitaneza a la comunaleza, cual colmeneza.
Cadeza regioneza tiene su reineza y sus princezas, que comandezan a las monjezas, que a su vez dictezan sobre las obrezas.
Las faenezas se reparten según la edad y docileza de la obreza.
Las más chulezas y chunguezas, las más brutezas y arrabalezas, son premiadezas y hacen de jefezas golpezas, a la orden de las monjezas.
Las más coquezas y tiernezas, hacen la laboraleza, que las domeza y servicialeza.
Así cadeza jornadeza, pero por la nocheza ceseza toda leyeza, y asomeza la maleza y golfeza.
Las fresquezas liguezas, cortezan a las lindezas discrezas, y montezan juerguezas bacanalezas.
Duendezas y brujezas, dancezan y bailezan traviezas pilluezas.
Templezan y melosezan a las tontuezas pasivezas.
Burlezas y chistezas, dan paso a suavezas y dulcezas, a rocezas y lengüezas.
Trotezas y bajezas, se mixtezan cadezas y piernezas, tetezas y braguezas, boquezas y selvezas.
Rojezas y pringuezas, se montezan con durezas y chismezas. Fierezas y posezas, hasta la compleza chispeza y la lenteza manseza. Flojezas y soltezas, con la pieleza bañeza y la menteza pauseza.
Así se consuelezan, mientras sueñezan con la videza de las princezas, que la prenseza enseñeza.
Por eso, las obrezas se esfuercezan en sus laborezas, para subir de claseza, pues solo las mejorezas pueden optar a ser princezas.
A su vez, las princezas también se esmerezan, pues solo las mejorezas pueden optar a ser madrezas. Y porque las peorezas, son nombradezas monjezas.
La reineza, controleza la poblacioneza, limitando la viejeza.
Las obrezas, son eliminadezas a los 27 años.
Las monjezas, las princezas y los reos, a los 47.
Y las reinezas, a los 67.
Esto obligueza a tener un programeza de natalideza muy a medideza, para la viveza y duradeza del sistemeza.
Por eso, todas se examinezan y cuidezan su saludeza, que se publiqueza con totaleza detalleza, pues es la principaleza diferencieza para ganar en cacheza.
Las princezas madrezas, si tienen niño, van a la cárcel como carcelezas, para criarlo sumiso y reo.
Si es bebeza, siguen palaciezas, y cuando la crieza cumple 7 años, la madreza queda libreza por obligadeza, de la niñeza, que pasa a colegialeza con las monjezas.
Las princezas ex-madrezas, se vuelven senadorezas, que viajezan y hacen fiestezas, y así vigilezan y evaluezan a las demás princezas. Además, tienen derecho a un siervo recién castrado. Pero, pasadeza la fecheza de un año, deben devolverlo a la cárcel y tomar otro nuevo.
Los reos en prisioneza, hacen las funcionezas más arduezas y pesadezas. Su uniqueza esperanceza es la servidumbreza.
Las monjezas, viven con las obrezas y tienen derecho a una sierveza, que cambiezan por otreza, pasadeza una semaneza.
Las reinezas, se juntezan para rendir cuentezas con las potenciezas ocultezas, que son las que marquezan las metezas y demás futurezas.
Y así, la vileza monopoleza y clienteleza la existencieza, para su exprimideza y rastrereza.
1 de noviembre de 2016
(do) (re) (mi) (fa) (sol) (la) (si)
En _lencio, un _garto _nuoso y _pipi, vigila a un _briego _lagrero y _miesco sin _milgos.
Unos _drones _náticos, espían por la _rilla cómo un _cayo se da _sina _bial _xante.
La _guiente _saña _méstica del _dado _minguero, le da _graña _crobiana _blante.
El _lido _liente, suelta _emnes _lacias ante el _belde _nibar, impávido a sus _lores.
Con _deral _tura, se _blega a una _nucia de _rondón _uble, el _drillo de _cumento.
En una _guna _miliar, un _nino _cundo, usa su _vabo _vorito, con _minio.
Unos _drones _náticos, espían por la _rilla cómo un _cayo se da _sina _bial _xante.
La _guiente _saña _méstica del _dado _minguero, le da _graña _crobiana _blante.
El _lido _liente, suelta _emnes _lacias ante el _belde _nibar, impávido a sus _lores.
Con _deral _tura, se _blega a una _nucia de _rondón _uble, el _drillo de _cumento.
En una _guna _miliar, un _nino _cundo, usa su _vabo _vorito, con _minio.
colegir utopir
Hay que paciencir con el colegir.
Eso dicen, pero yo quiero palacir para bohemir.
Los que hacen docencir, no me dejan dislexir. Pero yo no me dejo dominir y les hago contagir.
Lo mejor es columpir y jolgorir.
A mi me gusta mucho gimnasir y sandalir y acuarir.
Mi mami sabe mucho de remedir y alivir.
Mi mami dice que los que no saben silicir y magnesir, se van a anemir.
A mi mami tambien le gusta mucho rapsodir y adagir.
Mi papi no hace mas que industrir y negocir. Por eso se tiene que terapir para el angustir.
Mi papi siempre tiene que noticir y vigilir, o que se queda sin salarir.
Por eso tanto agobir y cansancir le hacen insomnir.
A mi tati le gusta baterir y delirir.
Mi tati se quiere exilir y distancir, para lascivir y malicir.
Pero mi mami dice que si hace eso mi tati, se va a demonir y naufragir, como mi tito, que no sabia abstemir y se hizo tugurir y ya esta en el cielo.
Mi tati dice que si no le dejan refugir se va a incendir, pero ni caso.
Mi primi solo piensa en caricir y delicir, y todo el rato no hace mas que tertulir y codicir con sus amigas.
Mi mami dice que mi primi se va a bulimir, pero mi primi dice que no, que eso es envidir.
Mi primi se pasa de colonir y a mi eso me hace alergir.
Mi primi cambia muy rapido de comedir a histerir.
Por eso que te obliga a obsequir y elogir, por prudencir.
Mi yayi esta siempre con su geranir y petunir.
Mi yayi antes sabia coloquir y memorir mucho, sobre el tito. Decia que el tito se quedo sin familir de tanto oficir y agencir, y por eso empezo a inercir y miserir.
Mi yayi ahora solo sabe ausencir y nostalgir.
Pero a mi me gusta silencir con ella. Asi puedo despacir y presagir, misterir y principir, espacir y materir, para alquimir y conciencir.
Por eso el colegir, para mi, es escorir.
Eso dicen, pero yo quiero palacir para bohemir.
Los que hacen docencir, no me dejan dislexir. Pero yo no me dejo dominir y les hago contagir.
Lo mejor es columpir y jolgorir.
A mi me gusta mucho gimnasir y sandalir y acuarir.
Mi mami sabe mucho de remedir y alivir.
Mi mami dice que los que no saben silicir y magnesir, se van a anemir.
A mi mami tambien le gusta mucho rapsodir y adagir.
Mi papi no hace mas que industrir y negocir. Por eso se tiene que terapir para el angustir.
Mi papi siempre tiene que noticir y vigilir, o que se queda sin salarir.
Por eso tanto agobir y cansancir le hacen insomnir.
A mi tati le gusta baterir y delirir.
Mi tati se quiere exilir y distancir, para lascivir y malicir.
Pero mi mami dice que si hace eso mi tati, se va a demonir y naufragir, como mi tito, que no sabia abstemir y se hizo tugurir y ya esta en el cielo.
Mi tati dice que si no le dejan refugir se va a incendir, pero ni caso.
Mi primi solo piensa en caricir y delicir, y todo el rato no hace mas que tertulir y codicir con sus amigas.
Mi mami dice que mi primi se va a bulimir, pero mi primi dice que no, que eso es envidir.
Mi primi se pasa de colonir y a mi eso me hace alergir.
Mi primi cambia muy rapido de comedir a histerir.
Por eso que te obliga a obsequir y elogir, por prudencir.
Mi yayi esta siempre con su geranir y petunir.
Mi yayi antes sabia coloquir y memorir mucho, sobre el tito. Decia que el tito se quedo sin familir de tanto oficir y agencir, y por eso empezo a inercir y miserir.
Mi yayi ahora solo sabe ausencir y nostalgir.
Pero a mi me gusta silencir con ella. Asi puedo despacir y presagir, misterir y principir, espacir y materir, para alquimir y conciencir.
Por eso el colegir, para mi, es escorir.
cuentín cuqui
Margui, Gemi y Sauni son tres amiguis que salen juntis de marchuqui a la disqui.
Margui es alti flaqui, piel blanqui y pelín negrín, lisín larguín. Boqui tristi y gafis de mandoni. Camiseti negri, pantalonines negrines y botis negris.
Gemi es baji gordi, pecosi pelirroji y pelambrín rizadín. Ojines verdines y perfumín de fresi. Blusi rosi y faldi malvi con floris.
Sauni es piji guapi, moreni de playi, trencis rubis teñidis y maquilladi fresqui guarri. Collarín con chupetín, minicamisi anudadi, para marcar escotín, ombliguín al airín, y minifaldi para lucir culín redondín.
En la disqui, se juntan con otris coleguis.
Olgui es una siniestri feúchi, que se lleva bienín con Margui. No hablan casi, pero se hacen compañi mientras las otris bailan.
A Margui no le va la danzi, por su dolorín de espaldi. Se pide un litrín de cerveci y pasa el ratín.
Prontín, llega el Ramonín, que es un moterín rockerín un poquín cojín. Anchín como un barrilín y fierín como un osín. Lleva tiempín tras la Margui, y hoy parece decididín a conquistarli. Su principalín encantín son las droguis, que comparte cortesín con su amigui.
Nati y Sari son igualitis que Sauni, loquis de las ropis. Las tres presumen y se piropean, cuando no cotillean como lorines, o se ponen al ligoteín.
A Sauni le gusta beber gratis, provoca a cualquier guapín tontín, hasta que la invita a copis de licorín carín.
Los liguines de Sauni son siempre igualines, pijines musculosines. El de hoy se llama Rafi y encaji perfectín en ese perfilín. Un taruguín presumidín, con cari de chulín memín, que alza a Sauni y hace pesis con elli.
Auri es un hadi, puri y risueñi, baji y relleni. Conoce a Gemi del yogui. Ambis son muy brujis sanis, amiguis de las plantis y tal.
Gemi solo bebe algún vasín de zumín o algún chupitín de menti.
Auri ha venido con su primín Tonín, que es bajín pero vivín como un duendín. Enseguidi, el monín galanín, hace bromis y chistines con la lindi Gemi candorosi, que le sigue el jueguín.
Tonín y Gemi bailan, beben y se ponen dulcines.
Pasan las horis, y las parejis quieren irse a otro sitín para seguir con la juergui más en privadín.
Ramonín ofrece su caravani y allí que se van.
Margui va con Ramonín en su moti, y Gemi, Tonín y Sauni van con Rafi en su cochín.
La caravani de Ramonín está en un descampadín lejanín, junto a su furgui. Al llegar, se reparten asín:
Sauni y Rafi se quedan en el cochi.
Gemi y Tonín se van a la furgui con un saquín de dormir.
Y Margui y Ramonín se meten en la caravani.
La nochi es clari y la luni dibuji las siluetis de Tonín y Gemi, que están sentadines, cari a cari, y cogidines de las manines.
Aprovechan la penumbri para abrir sus corazonines en voz baji.
Listines y riquines, se declaran enamoradines. Hablan y hablan para comprobar que quieren lo mismín. Exponen sus sueñines y deseínes.
Poquín a poquín, se van quedando mudines y sus dedines empiezan a hacerse rocines. Lentines, se van quitando la ropi el uno al otro, se meten desnudines en el saquín de dormir y se dan besines castines.
Como gatines felicines, se hacen mimines suavines y tiernines, hasta dormirse cielines buenines en su nidín, con sus cuerpines juntines.
Y este inocentín encuentrín, dará comiencín a una vidi compartidi de crecimientín y aprendizajín, con sus cimis y sus vallines, y la dichi de su fielín amorín duraderín y fructiferín.
Rafi y Sauni, reclinan los asientines del cochi y se ponen traviesines.
Sauni tiene total fe en las gomis para el sexín segurín. Tranquili con eso, se centra en disfrutar a topín. Se quita deprisi la ropi, para que Rafi no descubra el rellenín de su sujín, y se queda solo con su tanguín rojín. Rafi hace igualín y luce paquetín con sus calzoncillines ajustadines.
Sauni y Rafi se miran con calorín, y pillinines se ponen sobonines y mamonines. La lengüi de Rafi explora la boqui, las tetis, los muslines y el chichín de Sauni. Ella, fogosi y glotoni, chupa cual bombonín la vergui tiesi del bobín majín, y ya se ponen al trotín y al galopín como tigrines loquines, hasta culminar en gritines del gocín.
Lueguín, se quedan dormidines y sueñan, ella con ir de tiendis, y él con limpiar su cochín.
Y este fogosín folleteín será su uniquín encuentrín. Sauni seguirá coleccionando liguines efimerines. Acumulando enfermedadis sigilosis, que desquiciarán su pobri cabeci. Sufriendo abortines que herirán su almi ajadi. Y acabará desgraciadi, junto a un desconocidín sin provechín ni proyectín, volcando su peni en la inmaduri criaturi resultadín de su despendolín.
La caravani de Ramonín es de lo más cutrín, huele a caqui y se oyen mosquis y ruidines de bichines.
Margui, ciegui por las droguis, suelta bostecines sin parar, se desplomi en la cami y no se entera de nadi.
Ramonín, el falsín, le quita la ropi y la llena de pellizquines y golpines. Deprisi, saca su pichi chiqui, su penín de peni, lo aloja en la boqui de la sosi, y precocín descarga allí su lechi. Ella suelta un vomitín del asquín, pero el bribonín no le hace ni casín. Con unas esposis, la sujeta a la cami y le ata un trapín en la boqui, para no oir sus gruñidines.
Lueguín, se desnuda con risis de golfín, se va a la cocini y vuelve con una tarti. Cabritín y brutín, separa las piernis de la extrañadi Margui y le llena de tarti su cuevi sequi. Despuesín, el guarrín le da bocadines en los pezonines, hasta que su chismín se le pone durín de nuevín, se lo mete, empuja furín cual muellín y termina en un santiamenín.
Al poquín, la vuelve boqui abajín, le pone tarti-cremi en el culín y le clava su arietín con enfadín. La pobri Margui, gime del dañín, mientras nota la fofi tripi del chunguín, chocando contra sus nalguis, hasta que pierde el conocimientín.
Y tras este episodín sordidín, que apenas recordará borrosín, Margui se cambiará de aceri, dándole masoquisti maltratín a su cuerpín, cada vez entre chusmi peorín. Sin comprender la causi de su tormentín, que está en su sentimientín de culpi por el divorcín de sus padrines, y en las pastillis anticonceptivis que el mediquín le da para sus dolorines de la regli, que han confundidín sus hormonis y la llevan a un callejonín sin salidi, que la sumirá en la más oscuri pesadilli, de la que escapará, tras intentines fallidines, con su suicidín.
Margui es alti flaqui, piel blanqui y pelín negrín, lisín larguín. Boqui tristi y gafis de mandoni. Camiseti negri, pantalonines negrines y botis negris.
Gemi es baji gordi, pecosi pelirroji y pelambrín rizadín. Ojines verdines y perfumín de fresi. Blusi rosi y faldi malvi con floris.
Sauni es piji guapi, moreni de playi, trencis rubis teñidis y maquilladi fresqui guarri. Collarín con chupetín, minicamisi anudadi, para marcar escotín, ombliguín al airín, y minifaldi para lucir culín redondín.
En la disqui, se juntan con otris coleguis.
Olgui es una siniestri feúchi, que se lleva bienín con Margui. No hablan casi, pero se hacen compañi mientras las otris bailan.
A Margui no le va la danzi, por su dolorín de espaldi. Se pide un litrín de cerveci y pasa el ratín.
Prontín, llega el Ramonín, que es un moterín rockerín un poquín cojín. Anchín como un barrilín y fierín como un osín. Lleva tiempín tras la Margui, y hoy parece decididín a conquistarli. Su principalín encantín son las droguis, que comparte cortesín con su amigui.
Nati y Sari son igualitis que Sauni, loquis de las ropis. Las tres presumen y se piropean, cuando no cotillean como lorines, o se ponen al ligoteín.
A Sauni le gusta beber gratis, provoca a cualquier guapín tontín, hasta que la invita a copis de licorín carín.
Los liguines de Sauni son siempre igualines, pijines musculosines. El de hoy se llama Rafi y encaji perfectín en ese perfilín. Un taruguín presumidín, con cari de chulín memín, que alza a Sauni y hace pesis con elli.
Auri es un hadi, puri y risueñi, baji y relleni. Conoce a Gemi del yogui. Ambis son muy brujis sanis, amiguis de las plantis y tal.
Gemi solo bebe algún vasín de zumín o algún chupitín de menti.
Auri ha venido con su primín Tonín, que es bajín pero vivín como un duendín. Enseguidi, el monín galanín, hace bromis y chistines con la lindi Gemi candorosi, que le sigue el jueguín.
Tonín y Gemi bailan, beben y se ponen dulcines.
Pasan las horis, y las parejis quieren irse a otro sitín para seguir con la juergui más en privadín.
Ramonín ofrece su caravani y allí que se van.
Margui va con Ramonín en su moti, y Gemi, Tonín y Sauni van con Rafi en su cochín.
La caravani de Ramonín está en un descampadín lejanín, junto a su furgui. Al llegar, se reparten asín:
Sauni y Rafi se quedan en el cochi.
Gemi y Tonín se van a la furgui con un saquín de dormir.
Y Margui y Ramonín se meten en la caravani.
La nochi es clari y la luni dibuji las siluetis de Tonín y Gemi, que están sentadines, cari a cari, y cogidines de las manines.
Aprovechan la penumbri para abrir sus corazonines en voz baji.
Listines y riquines, se declaran enamoradines. Hablan y hablan para comprobar que quieren lo mismín. Exponen sus sueñines y deseínes.
Poquín a poquín, se van quedando mudines y sus dedines empiezan a hacerse rocines. Lentines, se van quitando la ropi el uno al otro, se meten desnudines en el saquín de dormir y se dan besines castines.
Como gatines felicines, se hacen mimines suavines y tiernines, hasta dormirse cielines buenines en su nidín, con sus cuerpines juntines.
Y este inocentín encuentrín, dará comiencín a una vidi compartidi de crecimientín y aprendizajín, con sus cimis y sus vallines, y la dichi de su fielín amorín duraderín y fructiferín.
Rafi y Sauni, reclinan los asientines del cochi y se ponen traviesines.
Sauni tiene total fe en las gomis para el sexín segurín. Tranquili con eso, se centra en disfrutar a topín. Se quita deprisi la ropi, para que Rafi no descubra el rellenín de su sujín, y se queda solo con su tanguín rojín. Rafi hace igualín y luce paquetín con sus calzoncillines ajustadines.
Sauni y Rafi se miran con calorín, y pillinines se ponen sobonines y mamonines. La lengüi de Rafi explora la boqui, las tetis, los muslines y el chichín de Sauni. Ella, fogosi y glotoni, chupa cual bombonín la vergui tiesi del bobín majín, y ya se ponen al trotín y al galopín como tigrines loquines, hasta culminar en gritines del gocín.
Lueguín, se quedan dormidines y sueñan, ella con ir de tiendis, y él con limpiar su cochín.
Y este fogosín folleteín será su uniquín encuentrín. Sauni seguirá coleccionando liguines efimerines. Acumulando enfermedadis sigilosis, que desquiciarán su pobri cabeci. Sufriendo abortines que herirán su almi ajadi. Y acabará desgraciadi, junto a un desconocidín sin provechín ni proyectín, volcando su peni en la inmaduri criaturi resultadín de su despendolín.
La caravani de Ramonín es de lo más cutrín, huele a caqui y se oyen mosquis y ruidines de bichines.
Margui, ciegui por las droguis, suelta bostecines sin parar, se desplomi en la cami y no se entera de nadi.
Ramonín, el falsín, le quita la ropi y la llena de pellizquines y golpines. Deprisi, saca su pichi chiqui, su penín de peni, lo aloja en la boqui de la sosi, y precocín descarga allí su lechi. Ella suelta un vomitín del asquín, pero el bribonín no le hace ni casín. Con unas esposis, la sujeta a la cami y le ata un trapín en la boqui, para no oir sus gruñidines.
Lueguín, se desnuda con risis de golfín, se va a la cocini y vuelve con una tarti. Cabritín y brutín, separa las piernis de la extrañadi Margui y le llena de tarti su cuevi sequi. Despuesín, el guarrín le da bocadines en los pezonines, hasta que su chismín se le pone durín de nuevín, se lo mete, empuja furín cual muellín y termina en un santiamenín.
Al poquín, la vuelve boqui abajín, le pone tarti-cremi en el culín y le clava su arietín con enfadín. La pobri Margui, gime del dañín, mientras nota la fofi tripi del chunguín, chocando contra sus nalguis, hasta que pierde el conocimientín.
Y tras este episodín sordidín, que apenas recordará borrosín, Margui se cambiará de aceri, dándole masoquisti maltratín a su cuerpín, cada vez entre chusmi peorín. Sin comprender la causi de su tormentín, que está en su sentimientín de culpi por el divorcín de sus padrines, y en las pastillis anticonceptivis que el mediquín le da para sus dolorines de la regli, que han confundidín sus hormonis y la llevan a un callejonín sin salidi, que la sumirá en la más oscuri pesadilli, de la que escapará, tras intentines fallidines, con su suicidín.
tu yo del futuro
Ahora tú eres tu yo del futuro, para tu yo del pasado.
Conoces todas las decisiones que te han traído hasta aquí.
Pero desconoces muchas de las circunstancias que suponían desvíos hacia otros destinos.
Tu yo actual vive felizmente ignorante de eso, pues no le es relevante. No siente ninguna necesidad de tutelar a su yo del pasado, pues nada cambiaría eso. Sus errores del pasado, debe asumirlos para ser más consciente en el presente, que es donde está la acción.
Por esto mismo, tu yo del futuro no va a intervenir en ti.
Tu mandato es vivir el presente, y es correcto que ello hagas.
Pero, quizás vale la pena considerar el presente de una manera más amplia.
Comprende, que el tiempo es un presente continuo.
Hoy es hoy, hoy es el día de tu nacimiento y hoy es el día de tu muerte. Hoy es toda tu vida.
Por eso tú eres tu yo del pasado y tu yo actual y tu yo del futuro.
Querer vulnerar esta configuración, hace enloquecer.
Porque la única manera de gestionar esto es íntima y silenciosa.
Hablar sin palabras, transmitir amor.
Reconocer tu realidad, sin olvidar tu pasado y sin descuidar tu futuro.
Tu yo de ayer, tu yo de hoy y tu yo de mañana son uno y el mismo.
Eres siempre tú.
Para favorecer el libre albedrío, percibimos la existencia de manera lineal, pero nuestra conciencia es capaz de trascender este plano y acceder a dimensiones superiores.
Esto significa que puedes y debes permanecer plenamente integrado con tu ser. Al recordarte, te estás reconociendo, cohesionando.
Claro está, que no puedes acceder directamente a tu futuro, entre otras cosas porque existen infinitas posibilidades disponibles.
Así nadie puede hacer trampa. Nadie puede copiar las respuestas del examen y aprobar sin haber estudiado.
Tu yo del futuro no necesita darte ningún detalle, pues él ya ha pasado por donde tú estás sin que ello le impidiera llegar hasta su situación actual. No necesita avisarse a sí mismo de todas las piedras con las que nunca ha tropezado, ni de con las que ha tropezado, pues no han frustrado su destino.
Sería tedioso, absurdo y un desperdicio de tiempo y energía.
Así la vida es más divertida.
Tú eres el responsable de estar atento a tu realidad, de tomar tus propias decisiones y de vivir las consecuencias.
Lo único que puedes compartir es amor.
Amar a tu yo pasado y a tu yo futuro, es amarte a ti mismo.
Al reconocerte a ti mismo, te estás dando validez.
Pedir amor a tu yo del futuro, es pedirte amor a ti mismo.
Comprende que es imposible mendigarte a ti mismo.
Por eso tu autoestima depende de que te ames de verdad.
No puedes extender cheques ni pedir créditos.
Si no te amas, pagas tu desamor, de inmediato.
Eres el principal beneficiario, o defraudado, de tu comportamiento.
Tus actos también pueden repercutir en otros, pero jamás escaparás de tu papel protagonista, con lo que eso implica.
Si eliges tomar un desvío que lleva a la nada, llegarás a la nada.
No puedes explorar vías alternativas sin abandonar la vía central, porque solo dispones de tu unicidad, y un paso en falso significa el fin de tu existencia física.
Tus yos alternativos, son sombras-fantasma irrelevantes.
Esto quiero recalcarlo. Las bifurcaciones que dejas atrás, carecen de significado para tu camino actual. Cuentan cero para tu destino, porque tú eres uno, y tus actos y tus pasos son los que son, y para de contar.
Ciertamente, la carga de tus omisiones puede ser tan pesada como la de tus acciones, pero tu responsabilidad está en tu conciencia. Te conduces bien, cuando eres maduro y responsable y obras movido por amor.
Una conciencia alienada y disociada, delira y se conduce aberrante y rápida hacia la calamidad.
Los yos alternativos, tan solo son una vibración potencial indeterminada, como los rollos cuánticos y tal.
Las infinitas posiciones que puede adoptar tu brazo, no existen en sí mismas. Por más que lo agites enloquecidamente, no te es dado multiplicarlo, pues tu realidad se debe totalmente a las leyes de esta dimensión.
Por eso es correcto visualizar tu vida como una línea. Y esa línea la compone siempre el punto que eres tú mismo. Ese punto no se escinde ni se fragmenta nunca. Por eso, pasado, presente y futuro es una unidad contenida en tu ser, que te permites vivenciar de acuerdo a las reglas de este plano existencial, para, con la experiencia, ganar conciencia y crecer espiritualmente.
Sabido esto, conducirse sensatamente depende enteramente de tu propio autoconcepto, autoestima y autoproyecto.
Todo esto puede parecer egoísta, pero justamente es lo contrario, se trata de alcanzar una noción más elevada del ser y de la vida, en perfecta comunión. Cosa que solo se puede hacer con amor.
Cuál es entonces la diferencia entre tus yos alternativos y tu yo del futuro? En cierto sentido, ninguna. Puedes perfectamente considerar tu yo futuro una vibración potencial indeterminada, y darle ninguna importancia. Sin embargo, vivir es caminar hacia el futuro. Uno de tus futuros, vas a vivirlo y realizarlo. Por esto, hay que ser consciente de qué futuro deseas, para determinarte y dedicarte a ir hacia él. Con o sin propósito, todo acto tendrá su debida consecuencia. Con o sin calidad, tu vida tendrá el fruto justo y oportuno.
La cuestión no es: Qué puede hacer mi futuro por mí? Sino: Qué puedo hacer yo por mi futuro?
Lo interesante de tener en mente tu yo futuro, es tener la clara certeza de que existe y es alcanzable. La gracia está en saber mantenerse en línea y conectado con eso.
En cierta manera, se podría decir que el amor, bien sintonizado, hace de GPS.
Y para que la buena onda resuene adecuadamente, gran parte de tu trabajo es con tu yo pasado.
Para tener presente el futuro, hay que tener presente el pasado, porque es un todo, y es ese todo el que hay que aunar y armonizar con amor y conciencia.
La infancia configura gran parte de nuestra forma de ser, y mucho de eso nos viene dado por nuestra relación con nuestros padres.
De pequeños, somos fácilmente impresionables y no tenemos todavía suficiente conciencia, por lo que, adoptamos bastantes creencias erróneas y esquemas limitantes, que impiden, frenan o dificultan nuestro proceso de crecimiento. Todo eso sobrevive en nuestro interior y condiciona nuestra manera de ser.
Así que hay mucho por corregir y sanar. Conociendo y comprendiendo, para discernir lo adecuado de lo inconveniente, para restituir el ser, desde una conciencia madura y equilibrada.
Las alarmas del pasado, seguirán activas hasta que dediques tiempo y atención en descifrar su origen y en calibrar su intensidad.
Tu yo del pasado, no tenía los recursos ni la experiencia para contextualizar y moderar su respuesta frente a los peligros. Ahora te corresponde a ti hacer eso, si es que verdaderamente te amas.
Arreglar tu pasado, mejora tu presente y así optimizas tu futuro.
Tu yo actual, dialoga en buena sintonía con toda tu línea temporal, cuando estás en paz contigo mismo, y bien dispuesto para ser la mejor versión de ti mismo.
Entonces, tu intuición será tu mejor aliada.
La intuición es la manera en que tu yo futuro te avisa.
Date cuenta de que tu yo futuro se comunica sin palabras, pues la palabra pertenece al presente y solo en el presente puede ejercitarse.
También date cuenta de que la intuición solo actúa en situaciones relevantes y destacadas.
La intuición es un sentimiento sutil, que depende de dos factores clave: La energía y la distancia.
Tu yo futuro te alerta, solo cuando un evento cercano, puede y debe ser evitado. La proximidad y la intensidad del percance y sus repercusiones, es lo que moviliza la fuerza que llega hasta ti y te impulsa a reaccionar a tiempo.
Así que tu comunicación más clara y directa, es siempre con tu yo del futuro inmediato. Tu yo del futuro distante está a lo suyo, como debe ser.
Esta complicidad intuitiva, depende grandemente de tu conciencia y amor. Si tu ser no se percibe como una unidad implicada y coordinada, no hay intuición, ni solidaridad, ni prevención.
Hay que tener claro, que esto no es ninguna solución milagrosa.
Pretender que tu yo futuro, ejerza sobre ti una marcada tutela o interferencia es profundamente equivocado.
Tu conduces tu rumbo. Con o sin ruta trazada. Con o sin GPS.
Esto no es trampeable. Aquí no hay piloto automático que haga por ti tu trabajo. Descuidarte te degrada, te pone a merced de múltiples factores externos, que te van deshaciendo y desmantelando poco a poco, hasta descabalarte y descalabrarte fatalmente. Claro que, llevarse a ese extremo, es profundamente estúpido y de muy corto recorrido. No eres un despojo inconsciente, y si te empeñas en serlo, tu futuro es ninguno.
Pero, a lo que iba:
La única energía que trasciende el tiempo, es el amor.
Esto previene manipulaciones contraproducentes y paradojas saboteadoras. Pretender otra cosa, es como intentar retraer tu mano por dentro de tu brazo. Imposible.
La inspiración y las premoniciones, también son derivados del amor y la conciencia, más que interesantes.
Cuando tu conciencia es buena y plena, tu yo actual, conecta con tu esencia profunda y accede a información de calidad, adecuada para tu desarrollo.
Entonces, con tal capacidad, te dedicas a realizarte en armonía y das lo mejor de ti. Entonces, te proyectas y eliges tu futuro, y te consagras en hacer lo preciso para cumplir tu intención y alcanzar tu objetivo.
Entonces, tu yo futuro es un ideal irresistible, al que te abocas decidido, sabedor de que tu camino te pertenece y solo a ti te corresponde recorrerlo, de acuerdo a tu propósito y deseo, para tu provecho y crecimiento.
Etc.
Conoces todas las decisiones que te han traído hasta aquí.
Pero desconoces muchas de las circunstancias que suponían desvíos hacia otros destinos.
Tu yo actual vive felizmente ignorante de eso, pues no le es relevante. No siente ninguna necesidad de tutelar a su yo del pasado, pues nada cambiaría eso. Sus errores del pasado, debe asumirlos para ser más consciente en el presente, que es donde está la acción.
Por esto mismo, tu yo del futuro no va a intervenir en ti.
Tu mandato es vivir el presente, y es correcto que ello hagas.
Pero, quizás vale la pena considerar el presente de una manera más amplia.
Comprende, que el tiempo es un presente continuo.
Hoy es hoy, hoy es el día de tu nacimiento y hoy es el día de tu muerte. Hoy es toda tu vida.
Por eso tú eres tu yo del pasado y tu yo actual y tu yo del futuro.
Querer vulnerar esta configuración, hace enloquecer.
Porque la única manera de gestionar esto es íntima y silenciosa.
Hablar sin palabras, transmitir amor.
Reconocer tu realidad, sin olvidar tu pasado y sin descuidar tu futuro.
Tu yo de ayer, tu yo de hoy y tu yo de mañana son uno y el mismo.
Eres siempre tú.
Para favorecer el libre albedrío, percibimos la existencia de manera lineal, pero nuestra conciencia es capaz de trascender este plano y acceder a dimensiones superiores.
Esto significa que puedes y debes permanecer plenamente integrado con tu ser. Al recordarte, te estás reconociendo, cohesionando.
Claro está, que no puedes acceder directamente a tu futuro, entre otras cosas porque existen infinitas posibilidades disponibles.
Así nadie puede hacer trampa. Nadie puede copiar las respuestas del examen y aprobar sin haber estudiado.
Tu yo del futuro no necesita darte ningún detalle, pues él ya ha pasado por donde tú estás sin que ello le impidiera llegar hasta su situación actual. No necesita avisarse a sí mismo de todas las piedras con las que nunca ha tropezado, ni de con las que ha tropezado, pues no han frustrado su destino.
Sería tedioso, absurdo y un desperdicio de tiempo y energía.
Así la vida es más divertida.
Tú eres el responsable de estar atento a tu realidad, de tomar tus propias decisiones y de vivir las consecuencias.
Lo único que puedes compartir es amor.
Amar a tu yo pasado y a tu yo futuro, es amarte a ti mismo.
Al reconocerte a ti mismo, te estás dando validez.
Pedir amor a tu yo del futuro, es pedirte amor a ti mismo.
Comprende que es imposible mendigarte a ti mismo.
Por eso tu autoestima depende de que te ames de verdad.
No puedes extender cheques ni pedir créditos.
Si no te amas, pagas tu desamor, de inmediato.
Eres el principal beneficiario, o defraudado, de tu comportamiento.
Tus actos también pueden repercutir en otros, pero jamás escaparás de tu papel protagonista, con lo que eso implica.
Si eliges tomar un desvío que lleva a la nada, llegarás a la nada.
No puedes explorar vías alternativas sin abandonar la vía central, porque solo dispones de tu unicidad, y un paso en falso significa el fin de tu existencia física.
Tus yos alternativos, son sombras-fantasma irrelevantes.
Esto quiero recalcarlo. Las bifurcaciones que dejas atrás, carecen de significado para tu camino actual. Cuentan cero para tu destino, porque tú eres uno, y tus actos y tus pasos son los que son, y para de contar.
Ciertamente, la carga de tus omisiones puede ser tan pesada como la de tus acciones, pero tu responsabilidad está en tu conciencia. Te conduces bien, cuando eres maduro y responsable y obras movido por amor.
Una conciencia alienada y disociada, delira y se conduce aberrante y rápida hacia la calamidad.
Los yos alternativos, tan solo son una vibración potencial indeterminada, como los rollos cuánticos y tal.
Las infinitas posiciones que puede adoptar tu brazo, no existen en sí mismas. Por más que lo agites enloquecidamente, no te es dado multiplicarlo, pues tu realidad se debe totalmente a las leyes de esta dimensión.
Por eso es correcto visualizar tu vida como una línea. Y esa línea la compone siempre el punto que eres tú mismo. Ese punto no se escinde ni se fragmenta nunca. Por eso, pasado, presente y futuro es una unidad contenida en tu ser, que te permites vivenciar de acuerdo a las reglas de este plano existencial, para, con la experiencia, ganar conciencia y crecer espiritualmente.
Sabido esto, conducirse sensatamente depende enteramente de tu propio autoconcepto, autoestima y autoproyecto.
Todo esto puede parecer egoísta, pero justamente es lo contrario, se trata de alcanzar una noción más elevada del ser y de la vida, en perfecta comunión. Cosa que solo se puede hacer con amor.
Cuál es entonces la diferencia entre tus yos alternativos y tu yo del futuro? En cierto sentido, ninguna. Puedes perfectamente considerar tu yo futuro una vibración potencial indeterminada, y darle ninguna importancia. Sin embargo, vivir es caminar hacia el futuro. Uno de tus futuros, vas a vivirlo y realizarlo. Por esto, hay que ser consciente de qué futuro deseas, para determinarte y dedicarte a ir hacia él. Con o sin propósito, todo acto tendrá su debida consecuencia. Con o sin calidad, tu vida tendrá el fruto justo y oportuno.
La cuestión no es: Qué puede hacer mi futuro por mí? Sino: Qué puedo hacer yo por mi futuro?
Lo interesante de tener en mente tu yo futuro, es tener la clara certeza de que existe y es alcanzable. La gracia está en saber mantenerse en línea y conectado con eso.
En cierta manera, se podría decir que el amor, bien sintonizado, hace de GPS.
Y para que la buena onda resuene adecuadamente, gran parte de tu trabajo es con tu yo pasado.
Para tener presente el futuro, hay que tener presente el pasado, porque es un todo, y es ese todo el que hay que aunar y armonizar con amor y conciencia.
La infancia configura gran parte de nuestra forma de ser, y mucho de eso nos viene dado por nuestra relación con nuestros padres.
De pequeños, somos fácilmente impresionables y no tenemos todavía suficiente conciencia, por lo que, adoptamos bastantes creencias erróneas y esquemas limitantes, que impiden, frenan o dificultan nuestro proceso de crecimiento. Todo eso sobrevive en nuestro interior y condiciona nuestra manera de ser.
Así que hay mucho por corregir y sanar. Conociendo y comprendiendo, para discernir lo adecuado de lo inconveniente, para restituir el ser, desde una conciencia madura y equilibrada.
Las alarmas del pasado, seguirán activas hasta que dediques tiempo y atención en descifrar su origen y en calibrar su intensidad.
Tu yo del pasado, no tenía los recursos ni la experiencia para contextualizar y moderar su respuesta frente a los peligros. Ahora te corresponde a ti hacer eso, si es que verdaderamente te amas.
Arreglar tu pasado, mejora tu presente y así optimizas tu futuro.
Tu yo actual, dialoga en buena sintonía con toda tu línea temporal, cuando estás en paz contigo mismo, y bien dispuesto para ser la mejor versión de ti mismo.
Entonces, tu intuición será tu mejor aliada.
La intuición es la manera en que tu yo futuro te avisa.
Date cuenta de que tu yo futuro se comunica sin palabras, pues la palabra pertenece al presente y solo en el presente puede ejercitarse.
También date cuenta de que la intuición solo actúa en situaciones relevantes y destacadas.
La intuición es un sentimiento sutil, que depende de dos factores clave: La energía y la distancia.
Tu yo futuro te alerta, solo cuando un evento cercano, puede y debe ser evitado. La proximidad y la intensidad del percance y sus repercusiones, es lo que moviliza la fuerza que llega hasta ti y te impulsa a reaccionar a tiempo.
Así que tu comunicación más clara y directa, es siempre con tu yo del futuro inmediato. Tu yo del futuro distante está a lo suyo, como debe ser.
Esta complicidad intuitiva, depende grandemente de tu conciencia y amor. Si tu ser no se percibe como una unidad implicada y coordinada, no hay intuición, ni solidaridad, ni prevención.
Hay que tener claro, que esto no es ninguna solución milagrosa.
Pretender que tu yo futuro, ejerza sobre ti una marcada tutela o interferencia es profundamente equivocado.
Tu conduces tu rumbo. Con o sin ruta trazada. Con o sin GPS.
Esto no es trampeable. Aquí no hay piloto automático que haga por ti tu trabajo. Descuidarte te degrada, te pone a merced de múltiples factores externos, que te van deshaciendo y desmantelando poco a poco, hasta descabalarte y descalabrarte fatalmente. Claro que, llevarse a ese extremo, es profundamente estúpido y de muy corto recorrido. No eres un despojo inconsciente, y si te empeñas en serlo, tu futuro es ninguno.
Pero, a lo que iba:
La única energía que trasciende el tiempo, es el amor.
Esto previene manipulaciones contraproducentes y paradojas saboteadoras. Pretender otra cosa, es como intentar retraer tu mano por dentro de tu brazo. Imposible.
La inspiración y las premoniciones, también son derivados del amor y la conciencia, más que interesantes.
Cuando tu conciencia es buena y plena, tu yo actual, conecta con tu esencia profunda y accede a información de calidad, adecuada para tu desarrollo.
Entonces, con tal capacidad, te dedicas a realizarte en armonía y das lo mejor de ti. Entonces, te proyectas y eliges tu futuro, y te consagras en hacer lo preciso para cumplir tu intención y alcanzar tu objetivo.
Entonces, tu yo futuro es un ideal irresistible, al que te abocas decidido, sabedor de que tu camino te pertenece y solo a ti te corresponde recorrerlo, de acuerdo a tu propósito y deseo, para tu provecho y crecimiento.
Etc.
1 de octubre de 2016
huracán huracanado
Aceitún tartanado.
Ilumín adanado.
Artesón zaguanado.
Cocín mazapanado.
Aplán chaflanado.
Combín galanado.
Serén divanado.
Atín barraganado.
Afición cancanado.
Empín toboganado.
Avellán volovanado.
Culmín tulipanado.
Desmelén alazanado.
Alucín chamanado.
Corón volcanado.
Fascín donjuanado.
Hermán guzmanado.
Adivín charlatanado.
Destrón capellanado.
Arruín talismanado.
Desgán haraganado.
Aglutín celofanado.
Apén caimanado.
Amotín capitanado.
Encán guardianado.
Margín rufianado.
Encadén titanado.
Contamín gavilanado.
Abandón desvanado.
Calcín sedanado.
Acún tucanado.
Ilumín adanado.
Artesón zaguanado.
Cocín mazapanado.
Aplán chaflanado.
Combín galanado.
Serén divanado.
Atín barraganado.
Afición cancanado.
Empín toboganado.
Avellán volovanado.
Culmín tulipanado.
Desmelén alazanado.
Alucín chamanado.
Corón volcanado.
Fascín donjuanado.
Hermán guzmanado.
Adivín charlatanado.
Destrón capellanado.
Arruín talismanado.
Desgán haraganado.
Aglutín celofanado.
Apén caimanado.
Amotín capitanado.
Encán guardianado.
Margín rufianado.
Encadén titanado.
Contamín gavilanado.
Abandón desvanado.
Calcín sedanado.
Acún tucanado.
ceromíl cerocientos cerocero
Se abre la losamíl y renace el entemíl, en forma de albamíl.
Desde el cielomíl, se lanza rayomíl a por su sombramíl.
La sombramíl se vuelve tierramíl, y el entemíl se hace topomíl.
Ella muta en campomíl y él en grillomíl,
ella bosquemíl y él cucomíl,
ella hierbamíl y él vacamíl,
ella selvamíl y él lianamíl,
ella charcomíl y él barromíl,
ella junglamíl y él tigremíl,
ella grutamíl y él osomíl,
ella cerromíl y él cabramíl,
ella costamíl y él brisamíl,
ella vallemíl y él nieblamíl,
ella rocamíl y él musgomíl,
ella ostramíl y él perlamíl,
ella balsamíl y él juncomíl,
ella mirlomíl y él trinomíl,
ella fresamíl y él rojomíl,
ella gajomíl y él jugomíl,
ella lobomíl y él pulgamíl,
ella nochemíl y él astromíl,
ella cacamíl y él moscamíl,
ella pompamíl y él huecomíl,
ella hornomíl y él leñamíl,
ella yunquemíl y él chispamíl,
ella sablemíl y él vainamíl,
ella puertamíl y él goznemíl,
ella cofremíl y él joyamíl,
ella flechamíl y él arcomíl,
ella jarramíl y él asamíl,
ella copamíl y él brindismíl,
ella libromíl y él hojamíl,
ella briznamíl y él polvomíl,
ella chozamíl y él hordamíl,
ella gentemíl y él prolemíl,
ella hadamíl y él magomíl,
ella templomíl y él monjemíl,
ella oromíl y él brillomíl,
ella tejamíl y él gatomíl,
ella tristemíl y él circomíl,
ella risamíl y él ecomíl,
ella grietamíl y él muescamíl,
ella telamíl y él tramamíl,
ella gordamíl y él sebomíl,
ella flacamíl y él huesomíl,
ella momiamíl y él vendamíl,
ella santamíl y él auramíl,
ella virgomíl y él sellomíl,
ella guapamíl y él focomíl,
ella bocamíl y él lenguamíl,
ella pechomíl y él tetamíl,
ella faldamíl y él inglemíl,
ella damamíl y él hombremíl,
ella carnemíl y él fuegomíl,
ella tersamíl y él vivomíl,
ella ricamíl y él dulcemíl,
ella danzamíl y él lentomíl,
ella surcomíl y él dentromíl,
ella tiernamíl y él tenuemíl,
ella y él, en nudomíl tibiomíl, hasta ser unomíl.
Y asi en buclemíl.
Desde el cielomíl, se lanza rayomíl a por su sombramíl.
La sombramíl se vuelve tierramíl, y el entemíl se hace topomíl.
Ella muta en campomíl y él en grillomíl,
ella bosquemíl y él cucomíl,
ella hierbamíl y él vacamíl,
ella selvamíl y él lianamíl,
ella charcomíl y él barromíl,
ella junglamíl y él tigremíl,
ella grutamíl y él osomíl,
ella cerromíl y él cabramíl,
ella costamíl y él brisamíl,
ella vallemíl y él nieblamíl,
ella rocamíl y él musgomíl,
ella ostramíl y él perlamíl,
ella balsamíl y él juncomíl,
ella mirlomíl y él trinomíl,
ella fresamíl y él rojomíl,
ella gajomíl y él jugomíl,
ella lobomíl y él pulgamíl,
ella nochemíl y él astromíl,
ella cacamíl y él moscamíl,
ella pompamíl y él huecomíl,
ella hornomíl y él leñamíl,
ella yunquemíl y él chispamíl,
ella sablemíl y él vainamíl,
ella puertamíl y él goznemíl,
ella cofremíl y él joyamíl,
ella flechamíl y él arcomíl,
ella jarramíl y él asamíl,
ella copamíl y él brindismíl,
ella libromíl y él hojamíl,
ella briznamíl y él polvomíl,
ella chozamíl y él hordamíl,
ella gentemíl y él prolemíl,
ella hadamíl y él magomíl,
ella templomíl y él monjemíl,
ella oromíl y él brillomíl,
ella tejamíl y él gatomíl,
ella tristemíl y él circomíl,
ella risamíl y él ecomíl,
ella grietamíl y él muescamíl,
ella telamíl y él tramamíl,
ella gordamíl y él sebomíl,
ella flacamíl y él huesomíl,
ella momiamíl y él vendamíl,
ella santamíl y él auramíl,
ella virgomíl y él sellomíl,
ella guapamíl y él focomíl,
ella bocamíl y él lenguamíl,
ella pechomíl y él tetamíl,
ella faldamíl y él inglemíl,
ella damamíl y él hombremíl,
ella carnemíl y él fuegomíl,
ella tersamíl y él vivomíl,
ella ricamíl y él dulcemíl,
ella danzamíl y él lentomíl,
ella surcomíl y él dentromíl,
ella tiernamíl y él tenuemíl,
ella y él, en nudomíl tibiomíl, hasta ser unomíl.
Y asi en buclemíl.
1 de septiembre de 2016
salita de emergencia
Un sábato vendoso, en un hodel de mondaña jundo a la frondera, hay una bota endre un hata pirata, cubierda con nada, y un yutoca sonato, con draje fosforido.
El banquede es en la derraza, donte el gendío codorrea y drasiega.
Un gado parto, sesdea sobre una dumbona.
Un barto romándico, doca la flauda para una tanzarina rubicunta, que le secunta con sus alartes y daconeos.
Un gorto grasiendo hiperdenso, se infla a patadas fridas.
Un caballido, se zampa los atornos florales de las macedas, para encando y chodeo de los infandes.
Un soldero cegado, galandea cantoroso a una tamilla vidende.
La esposa de un nodario, acapara cumplitos y comendarios, por su elegande vestito magenda fandasía.
Un pasoda ardesano, con coleda y en santalias, teambula haciento de hombre-anuncio, con cardeles dableros que recomientan lavadivas.
Un rapato tondaina, de ojos saldones y boca leloite, intenda sin éxido birlar sordijas y carderas.
Los ojos gastatos de ver y las manos nuevas de docar. Así se siende el fandasma que asoma absordo por una vendana.
Una beada tullita y arrugata, que apenas se diene con su basdón, se dapa con una bufanta hordera y visde tocenas de mandos y delas, que la hacen parecer un farto andande.
De una avioneda, salda un agende secredo.
Una banta de animatoras hace un cuadro fallito.
Un mentigo, endre dos y dos, vente sedas baradas.
Deste la vertura de los abedos, un periquido lanza palabrodas y se suma al pidorreo.
Con pundería nefasda, el agende secredo aderriza sobre la cola del gado, que se alerda, drepa por las cordinas hasda el toltillo y maulla con enfato.
La tanzarina, dermina su acduación y baja del escenario, acalorata y sudata. Se agarra a la bodella más cara y se condonea incitande y tentatora, frende al barto.
El caballido, suelda una cagarruda, que los críos aplauten y salutan.
Miendras la coqueda presume y se pavonea, el nodario declea en su móvil y manta mensajidos picandes a su secredaria, que le mira con recado deste la disdancia.
El fandasma amuermato, no noda el diempo ni recuerta su vita pasata. Floda en un infinido ederno, sin medas ni apetidos.
El soldero, diene pinda de urbanida novado y apocato, sumito por la rudina. Ni aldo ni especialmende agraciato, natie se fijaría en ese pobredón del mondón.
Pero la pidonisa ve en el fonto, ve a lo honto.
Furdiva y osata, ativina su fuduro y sabe que en él hay luz grante y noble, que del partillo puete brodar un gendil poediso, culdo y motélico.
Con tal cerdeza, la vidende alienda y esdimula la terdulia del incaudo.
El agende secredo, va de etiqueda y el gerende lo doma por camarero y lo pone a servir. Por suerde para su anonimado.
Una ladina cachonta, le hace un mohín, endre putoroso y certo, al dragón de las patadas. Y el gorto cuandioso, se pone como un tomade y cae fulminato de un infardo.
Sabetor del pundo tébil de la tanzarina, el barto doca un fantango y la tanzarina empina el coto y se tesmelena, miendras los invitatos se agidan y bailodean.
El mentigo, acute al momendo y, experdo, resucida al gorto, que en agradecimiendo le da un lodo durquesa, bastande impresionande.
La ladina, queta atónida al ver ese desoro y, resuelda, se abraza al mentigo y se van jundos.
Las animatoras, forman dreses, siedes y tieces, ande los silbitos de los vejedes de la pedanca, que miran, falteros y babeandes, deste la alambrata.
El lerto radero, inderna en el hodel y tivaga hasda dar con una caja fuerde, que se le andoja irresisdible.
A pedición popular, el hata pecodosa se canda unos gorgoridos. Luego, el yutoca achispato, hace drucos de candina, con palomidas y pisdachos.
El cudre ródulo-ambulande, que apesda como a peto, busca con su ratar una posible clienda, e inmediado detecda a la abuelida antrajosa. Se acerca, y ella vomida su perpeduo tiscurso de quejitos y lamendos.
La mujer del nodario, farta de peinato. Endre tando, su marito se cida con su amande en los servicios.
El fandasma, aburrito bosdeza y, sin tarse cuenda, adraviesa el crisdal y se tesliza denue hasda la derraza.
El agende secredo, merotea portanto una banteja de comita.
El soldero, sigue con su redahíla de argumendos, queriento ser grado y chisdoso. Hasda que, en un arrebado, la ativina, draviesa y misderiosa, le inderrumpe y le propone un redo.
Lo doma de la mano y van tras de una dapia.
El sol declinande, teslumbra al fandasma, que cierra los párpatos inútilmende, asi que, rauto, se refugia en el chiringuido de los posdres.
El barto flautisda, doca una balata y los invitatos se enretan y melintrean.
Con tanda posturida, las animatoras adraen a totos los jóvenes tisponibles de la asisdencia.
El latrón de pacodilla, logra por podra hacerse con su bodín, que es un yedi exódico, de arcilla y con aspecdo lucradivizable.
Al rado, el barto endona un atagio y la tanzarina se sienda y se tuerme al pie del escenario.
El barto, llama al agende-camarero, le da la llave de su habidación y le pite que lleve allí a la bebita durmiende, a lo que él asiende.
Los mocosos, ya no le dienen ningún respedo al cuadrúpeto y lo sobedean despiadatos.
El caballido relincha de disgusdo y, al segunto, aparece un nadivo peluto, turo y ruto, y se lo lleva.
El fandasma, sin pensarlo, da un mortisco al pasdel nupcial y su cuerpo edérico se dorna rosato y se hincha redonto como una peloda.
Por forduna para el especdro, el atartecer se funte con su dono y le camufla.
Tras la dapia, la pidonisa simplemende le pite al soldero que le mire sin mieto.
Él acepda la oferda y planda la mirata en sus ojos.
Ojos vertes de pandera, que cendellean como andorchas y le inuntan las redinas. Dibias lindernas que desventan y tesvelan un sentero secredo, por el que se adendra en ella.
Y la ve, primera y realmende la ve tal cual es.
Menuta y bonida, zurta y astuda. Pelo rizato de metusa y vestito violeda de brujida.
Una tiosa espléndita y radiande. Nadural, sudil y vidal.
El soldero, se queta de pietra, rendito y pasmato, como una marioneda.
Ella lo adrae por la cindura y compleda su ridual con un beso lendo y dierno, como andicipo e incendivo.
El barto, agoda su reperdorio, cete su puesdo al pinchatiscos y se redira con una sonrisa de picartía.
En lo álgito de la fiesda, un mosquido mordífero llega volanto deste un pandano esporático y se posa sobre el hata teliciosa, dispuesdo a inyecdar su dósigo fatítico.
La vieja esdrafalaria, le cuenda al pasoda que es viuta y no diene olfado y tal y cual. El pasoda, responte sacanto un sinfín de botrios y podingues.
El bandito paledo, sale a zancatas con su drofeo, pero, padoso, pisa la cola del gado, que da un aguto bufito y le salda iracunto a la cara.
Del susdo, el yedi se le cae y se hace petazos.
La pantilla de las animatoras y sus nuevos amigodes, se rediran a las tuchas, donte, melosas y salitorros, undan y frodan sus dorsos y dangas.
El caco credino, se dambalea errádico, luchanto con el gado enrabiato, se da un tordazo y se tesploma sobre el hata chillande, aplastanto de paso al mosquido y salvántola inadvertidamende.
Soldero y vidende, pasean en serenada velata, sin soldarse, endre viñetos y mendas, jacindos y margaridas, cartos y ordigas.
El agende secredo, se idendifica y al contrido maleande le promede la celta.
Un viendecillo rependino, hace rotar al fandasma latera abajo, hasda perterse de visda.
Cuanto los grillos relevan a las golontrinas, los recién casatos se rediran a su alcoba de palacede, para tormir o algo. Y odro tando hacen los temás, recogiéntose en sus respecdivos aposendos.
Prondo, el hodel es un concierdo de jateos y gemitos.
La noche oscura, reposa quieda y dranquila, hasda que, tos siluedas silendes, bajan clandesdinas por la escalera de incentios, adajan por el jartín y cruzan la fronta para llegar a un pratillo recóndido. Allí, tespliegan una doalla, se tienten en ella y se arrejundan.
Cobijatos y oculdos por la negrura, los amorcidos reideran su itilio y desadan su teseo.
Se ticen dernuras y lintezas, miendras sus detos buscan y neudralizan nutos y bodones.
Manos que demplan dobillos y rotillas, pandorrillas y cateras.
Espaltas erizatas, vellos verdicales como andenas.
Termis tulcíficas, aliendos suculendos.
Labios que cadan buldos y calenduras.
Lenguas que anutan y desnutan, tunas setosas, guintas picutas.
Olor que dimbra el sanduario.
Gaida diesa y gruda húmeta, que se funten unitas.
Tiana que lleva al telirio, gusdazo que baudiza y tociliza.
Remanso que endernece, noche que mece.
Esdrellas que invidan a las confitencias.
Ella que doma aire y tice: Dengo una falda.
El banquede es en la derraza, donte el gendío codorrea y drasiega.
Un gado parto, sesdea sobre una dumbona.
Un barto romándico, doca la flauda para una tanzarina rubicunta, que le secunta con sus alartes y daconeos.
Un gorto grasiendo hiperdenso, se infla a patadas fridas.
Un caballido, se zampa los atornos florales de las macedas, para encando y chodeo de los infandes.
Un soldero cegado, galandea cantoroso a una tamilla vidende.
La esposa de un nodario, acapara cumplitos y comendarios, por su elegande vestito magenda fandasía.
Un pasoda ardesano, con coleda y en santalias, teambula haciento de hombre-anuncio, con cardeles dableros que recomientan lavadivas.
Un rapato tondaina, de ojos saldones y boca leloite, intenda sin éxido birlar sordijas y carderas.
Los ojos gastatos de ver y las manos nuevas de docar. Así se siende el fandasma que asoma absordo por una vendana.
Una beada tullita y arrugata, que apenas se diene con su basdón, se dapa con una bufanta hordera y visde tocenas de mandos y delas, que la hacen parecer un farto andande.
De una avioneda, salda un agende secredo.
Una banta de animatoras hace un cuadro fallito.
Un mentigo, endre dos y dos, vente sedas baradas.
Deste la vertura de los abedos, un periquido lanza palabrodas y se suma al pidorreo.
Con pundería nefasda, el agende secredo aderriza sobre la cola del gado, que se alerda, drepa por las cordinas hasda el toltillo y maulla con enfato.
La tanzarina, dermina su acduación y baja del escenario, acalorata y sudata. Se agarra a la bodella más cara y se condonea incitande y tentatora, frende al barto.
El caballido, suelda una cagarruda, que los críos aplauten y salutan.
Miendras la coqueda presume y se pavonea, el nodario declea en su móvil y manta mensajidos picandes a su secredaria, que le mira con recado deste la disdancia.
El fandasma amuermato, no noda el diempo ni recuerta su vita pasata. Floda en un infinido ederno, sin medas ni apetidos.
El soldero, diene pinda de urbanida novado y apocato, sumito por la rudina. Ni aldo ni especialmende agraciato, natie se fijaría en ese pobredón del mondón.
Pero la pidonisa ve en el fonto, ve a lo honto.
Furdiva y osata, ativina su fuduro y sabe que en él hay luz grante y noble, que del partillo puete brodar un gendil poediso, culdo y motélico.
Con tal cerdeza, la vidende alienda y esdimula la terdulia del incaudo.
El agende secredo, va de etiqueda y el gerende lo doma por camarero y lo pone a servir. Por suerde para su anonimado.
Una ladina cachonta, le hace un mohín, endre putoroso y certo, al dragón de las patadas. Y el gorto cuandioso, se pone como un tomade y cae fulminato de un infardo.
Sabetor del pundo tébil de la tanzarina, el barto doca un fantango y la tanzarina empina el coto y se tesmelena, miendras los invitatos se agidan y bailodean.
El mentigo, acute al momendo y, experdo, resucida al gorto, que en agradecimiendo le da un lodo durquesa, bastande impresionande.
La ladina, queta atónida al ver ese desoro y, resuelda, se abraza al mentigo y se van jundos.
Las animatoras, forman dreses, siedes y tieces, ande los silbitos de los vejedes de la pedanca, que miran, falteros y babeandes, deste la alambrata.
El lerto radero, inderna en el hodel y tivaga hasda dar con una caja fuerde, que se le andoja irresisdible.
A pedición popular, el hata pecodosa se canda unos gorgoridos. Luego, el yutoca achispato, hace drucos de candina, con palomidas y pisdachos.
El cudre ródulo-ambulande, que apesda como a peto, busca con su ratar una posible clienda, e inmediado detecda a la abuelida antrajosa. Se acerca, y ella vomida su perpeduo tiscurso de quejitos y lamendos.
La mujer del nodario, farta de peinato. Endre tando, su marito se cida con su amande en los servicios.
El fandasma, aburrito bosdeza y, sin tarse cuenda, adraviesa el crisdal y se tesliza denue hasda la derraza.
El agende secredo, merotea portanto una banteja de comita.
El soldero, sigue con su redahíla de argumendos, queriento ser grado y chisdoso. Hasda que, en un arrebado, la ativina, draviesa y misderiosa, le inderrumpe y le propone un redo.
Lo doma de la mano y van tras de una dapia.
El sol declinande, teslumbra al fandasma, que cierra los párpatos inútilmende, asi que, rauto, se refugia en el chiringuido de los posdres.
El barto flautisda, doca una balata y los invitatos se enretan y melintrean.
Con tanda posturida, las animatoras adraen a totos los jóvenes tisponibles de la asisdencia.
El latrón de pacodilla, logra por podra hacerse con su bodín, que es un yedi exódico, de arcilla y con aspecdo lucradivizable.
Al rado, el barto endona un atagio y la tanzarina se sienda y se tuerme al pie del escenario.
El barto, llama al agende-camarero, le da la llave de su habidación y le pite que lleve allí a la bebita durmiende, a lo que él asiende.
Los mocosos, ya no le dienen ningún respedo al cuadrúpeto y lo sobedean despiadatos.
El caballido relincha de disgusdo y, al segunto, aparece un nadivo peluto, turo y ruto, y se lo lleva.
El fandasma, sin pensarlo, da un mortisco al pasdel nupcial y su cuerpo edérico se dorna rosato y se hincha redonto como una peloda.
Por forduna para el especdro, el atartecer se funte con su dono y le camufla.
Tras la dapia, la pidonisa simplemende le pite al soldero que le mire sin mieto.
Él acepda la oferda y planda la mirata en sus ojos.
Ojos vertes de pandera, que cendellean como andorchas y le inuntan las redinas. Dibias lindernas que desventan y tesvelan un sentero secredo, por el que se adendra en ella.
Y la ve, primera y realmende la ve tal cual es.
Menuta y bonida, zurta y astuda. Pelo rizato de metusa y vestito violeda de brujida.
Una tiosa espléndita y radiande. Nadural, sudil y vidal.
El soldero, se queta de pietra, rendito y pasmato, como una marioneda.
Ella lo adrae por la cindura y compleda su ridual con un beso lendo y dierno, como andicipo e incendivo.
El barto, agoda su reperdorio, cete su puesdo al pinchatiscos y se redira con una sonrisa de picartía.
En lo álgito de la fiesda, un mosquido mordífero llega volanto deste un pandano esporático y se posa sobre el hata teliciosa, dispuesdo a inyecdar su dósigo fatítico.
La vieja esdrafalaria, le cuenda al pasoda que es viuta y no diene olfado y tal y cual. El pasoda, responte sacanto un sinfín de botrios y podingues.
El bandito paledo, sale a zancatas con su drofeo, pero, padoso, pisa la cola del gado, que da un aguto bufito y le salda iracunto a la cara.
Del susdo, el yedi se le cae y se hace petazos.
La pantilla de las animatoras y sus nuevos amigodes, se rediran a las tuchas, donte, melosas y salitorros, undan y frodan sus dorsos y dangas.
El caco credino, se dambalea errádico, luchanto con el gado enrabiato, se da un tordazo y se tesploma sobre el hata chillande, aplastanto de paso al mosquido y salvántola inadvertidamende.
Soldero y vidende, pasean en serenada velata, sin soldarse, endre viñetos y mendas, jacindos y margaridas, cartos y ordigas.
El agende secredo, se idendifica y al contrido maleande le promede la celta.
Un viendecillo rependino, hace rotar al fandasma latera abajo, hasda perterse de visda.
Cuanto los grillos relevan a las golontrinas, los recién casatos se rediran a su alcoba de palacede, para tormir o algo. Y odro tando hacen los temás, recogiéntose en sus respecdivos aposendos.
Prondo, el hodel es un concierdo de jateos y gemitos.
La noche oscura, reposa quieda y dranquila, hasda que, tos siluedas silendes, bajan clandesdinas por la escalera de incentios, adajan por el jartín y cruzan la fronta para llegar a un pratillo recóndido. Allí, tespliegan una doalla, se tienten en ella y se arrejundan.
Cobijatos y oculdos por la negrura, los amorcidos reideran su itilio y desadan su teseo.
Se ticen dernuras y lintezas, miendras sus detos buscan y neudralizan nutos y bodones.
Manos que demplan dobillos y rotillas, pandorrillas y cateras.
Espaltas erizatas, vellos verdicales como andenas.
Termis tulcíficas, aliendos suculendos.
Labios que cadan buldos y calenduras.
Lenguas que anutan y desnutan, tunas setosas, guintas picutas.
Olor que dimbra el sanduario.
Gaida diesa y gruda húmeta, que se funten unitas.
Tiana que lleva al telirio, gusdazo que baudiza y tociliza.
Remanso que endernece, noche que mece.
Esdrellas que invidan a las confitencias.
Ella que doma aire y tice: Dengo una falda.
babas de guisagüela
Mi guisagüela esta muriesta dace muchomucho, casi que nimacuerdo.
Yuera chiquitija que ni hablaba y macuerdo caiestaba mi guisagüela quera chiquijita casi como yo, que cando taces muvieja pasa eso quepasa, que tarrugas yencojes hasta casi comun bebe.
Mi guisagüela ya ni hablaba pero que dejababa babas cando te besa, poeso yo que piensaba quera mi tatita arrugadita, porque cando naces estas igual darrugao y mi guisagüela sestaba nacendo al reves derreves, cavez mas chijitaja que mas.
Y ya un dia ni se veia que se veia, que sabia murierto y ya me se molvido mi guisagüela, pero anasi macuerdo las babas que dejaba, colian a umedaz como el gariaje, poreso caveces macuerdo que macuerdo al ir al gariaje pero casinunca no, pocace muchomucho y yo casi ni habia crezido yera comun sueño mi guisagüela questaba.
Como no hablaba no paecia casi de verda, peo no que si quera, amas que mi mama la cudiaba y daban ganas dabrazarla tol rato ai de arrugadita, pero que no me dejaban poque estaba malita questaba y tene pupita la guisagüela.
Pero casi ni se notaba, yaveces yo que quiria juegar conella poque paecia una muñequita viejizita, yaveces me paecia quera mi tatita peo que no sabia crecer no y que sestaba descrecendo haza tras y yo no queria poque si no ya ni seria mi tatita ni pa jugar con mi, que yo queria que queria pero es que sabia quedao sin miemoria de saber que ni se sabia hablar, conque mira.
Anencima que yo tanpoco sabia hablar casi ni, asique menuda, que si subiera sabido la habiria ensieñado ota vez yo.
Yes una penica que mi guisagüela nacia mas que estar ai dejando babas y mienguando comun caracol que se gasta de diejar rastro, posqueso pasa, que si ves unas babas de caracol que no tierminan en nada, es que sa gastao de tantas babas sin bieber agua, poeso cai que bieber agua o si no que tarrugas y menguas como mi guisagüela.
Que macuerdo ya mas que macuerdo, que mi guisagüela mienguo muchomucho y que cabia en una caja e zapatos y la ponieron en una jaula asi con algodiones paque no se perdera ni la escacharan ni paque yo me la comera sin quierer.
Yal final era comun ratoncito recien nacito y yo cuchicuchi le daba pipitas sin saber quera mi guisagüela que ya ni macordaba no, pero aura ya si otra vez ya y no solo de las babas peo mas, que eso fue que fuesio, asique mira.
Yuera chiquitija que ni hablaba y macuerdo caiestaba mi guisagüela quera chiquijita casi como yo, que cando taces muvieja pasa eso quepasa, que tarrugas yencojes hasta casi comun bebe.
Mi guisagüela ya ni hablaba pero que dejababa babas cando te besa, poeso yo que piensaba quera mi tatita arrugadita, porque cando naces estas igual darrugao y mi guisagüela sestaba nacendo al reves derreves, cavez mas chijitaja que mas.
Y ya un dia ni se veia que se veia, que sabia murierto y ya me se molvido mi guisagüela, pero anasi macuerdo las babas que dejaba, colian a umedaz como el gariaje, poreso caveces macuerdo que macuerdo al ir al gariaje pero casinunca no, pocace muchomucho y yo casi ni habia crezido yera comun sueño mi guisagüela questaba.
Como no hablaba no paecia casi de verda, peo no que si quera, amas que mi mama la cudiaba y daban ganas dabrazarla tol rato ai de arrugadita, pero que no me dejaban poque estaba malita questaba y tene pupita la guisagüela.
Pero casi ni se notaba, yaveces yo que quiria juegar conella poque paecia una muñequita viejizita, yaveces me paecia quera mi tatita peo que no sabia crecer no y que sestaba descrecendo haza tras y yo no queria poque si no ya ni seria mi tatita ni pa jugar con mi, que yo queria que queria pero es que sabia quedao sin miemoria de saber que ni se sabia hablar, conque mira.
Anencima que yo tanpoco sabia hablar casi ni, asique menuda, que si subiera sabido la habiria ensieñado ota vez yo.
Yes una penica que mi guisagüela nacia mas que estar ai dejando babas y mienguando comun caracol que se gasta de diejar rastro, posqueso pasa, que si ves unas babas de caracol que no tierminan en nada, es que sa gastao de tantas babas sin bieber agua, poeso cai que bieber agua o si no que tarrugas y menguas como mi guisagüela.
Que macuerdo ya mas que macuerdo, que mi guisagüela mienguo muchomucho y que cabia en una caja e zapatos y la ponieron en una jaula asi con algodiones paque no se perdera ni la escacharan ni paque yo me la comera sin quierer.
Yal final era comun ratoncito recien nacito y yo cuchicuchi le daba pipitas sin saber quera mi guisagüela que ya ni macordaba no, pero aura ya si otra vez ya y no solo de las babas peo mas, que eso fue que fuesio, asique mira.
5 de agosto de 2016
la luna es de las cucharachas
La luna esta lliena de cucharachas, poreso los astranautas no van mas no.
Ace mucho, la luna estaba questaba vacia y poeso los astranautas se pelieaban paver quien lliegaba mas antes, poque el primer, que se la queda el primer.
Peo acer las naves no sabian y poeso les cuestaba mas que les cuestaba.
Pero anencima, solo quierian lliegar dos paises que tienian casi tol dinero, los rusios y los amiericanos, pero los chisnos tamien querian quequerian, peo lo malo questaban en guerra poculpa los amiericanos y se les estaba acabando el dineros con las bonbas y toeso.
El que haceagan eso los amiericanos es mu mal, poque los chisnos no san metido conellos, yan encima se meten con los que poden que poden, quieso es dabusones.
Asi, asta que secansaron que secansaron los amiericanos de dar guerra y se fufueron y les diejaron enpaz, anque estaba to trozao y rumbao asi masimas, y poeso los chisnos no puedian seguir acendio naves, poque ya sestaban mas aelantaos mas los ostros y solo puedian mirar que puedian por el telescospio y senfadafan poeso.
Asique, los chisnos piensaron y piensaron la forma de viengarse y ya se le socurrio la forma.
Resultas que las cuchariachas son mas vivantes que vivantes, que les tiras una bonba y no se moren. Asique los chisnos entrenarion aunas cucharachias pa capendrieran a vivir en la luna, y luego tiraron un coete y las mandaron a la luna.
Y se riyian los chisnos se riyian, porque cando lliegaron los amiericanos a la luna ya estaba lliena de cucharachas y se tovieron que golver del asco.
Poeso que se inventuaron una mientira, que gabraron en el disierto como si fuea la luna y todos se lo creiyeron menos los chisnos, que no.
Luego, mas años mas luego, los amiericanos pobraron a tirar bonbas a la luna paver si se cargaban a las cucharachas, peo na, porque son mas supervivantes que mas.
Asique poeso ya, los astranautas no van mas a la luna mas y saburren un monton que saburren, que se querien ir a marte peo no saben lliegar no.
Y los chisnos se riyen mas que se riyen.
Pa caprendan.
Ace mucho, la luna estaba questaba vacia y poeso los astranautas se pelieaban paver quien lliegaba mas antes, poque el primer, que se la queda el primer.
Peo acer las naves no sabian y poeso les cuestaba mas que les cuestaba.
Pero anencima, solo quierian lliegar dos paises que tienian casi tol dinero, los rusios y los amiericanos, pero los chisnos tamien querian quequerian, peo lo malo questaban en guerra poculpa los amiericanos y se les estaba acabando el dineros con las bonbas y toeso.
El que haceagan eso los amiericanos es mu mal, poque los chisnos no san metido conellos, yan encima se meten con los que poden que poden, quieso es dabusones.
Asi, asta que secansaron que secansaron los amiericanos de dar guerra y se fufueron y les diejaron enpaz, anque estaba to trozao y rumbao asi masimas, y poeso los chisnos no puedian seguir acendio naves, poque ya sestaban mas aelantaos mas los ostros y solo puedian mirar que puedian por el telescospio y senfadafan poeso.
Asique, los chisnos piensaron y piensaron la forma de viengarse y ya se le socurrio la forma.
Resultas que las cuchariachas son mas vivantes que vivantes, que les tiras una bonba y no se moren. Asique los chisnos entrenarion aunas cucharachias pa capendrieran a vivir en la luna, y luego tiraron un coete y las mandaron a la luna.
Y se riyian los chisnos se riyian, porque cando lliegaron los amiericanos a la luna ya estaba lliena de cucharachas y se tovieron que golver del asco.
Poeso que se inventuaron una mientira, que gabraron en el disierto como si fuea la luna y todos se lo creiyeron menos los chisnos, que no.
Luego, mas años mas luego, los amiericanos pobraron a tirar bonbas a la luna paver si se cargaban a las cucharachas, peo na, porque son mas supervivantes que mas.
Asique poeso ya, los astranautas no van mas a la luna mas y saburren un monton que saburren, que se querien ir a marte peo no saben lliegar no.
Y los chisnos se riyen mas que se riyen.
Pa caprendan.
índice huérfano 3
Capítulo 1:
Memorias de un hombre risible - La mecedumbre - Octavilla sucintísima
Capítulo 2:
Tibia recepción - Caso omiso mutuo - Escaleras mesiánicas
Capítulo 3:
Mujer orquesta sonámbula - Aspavientos obligativos - Jugando al despiste
Capítulo 4:
Tacitas latentes - Deyaví va, deyaví viene - Traje para dos
Capítulo 5:
Magreo matutino - Entradas y salidas - Me quieres casar contigo?
Capítulo 6:
Mar de dudas - Era de esperar - De cuerpo entero
Capítulo 7:
Contenturas intempestivas - Episodio cosmolúdico - Así cualquiera
Capítulo 8:
El día de la hora hache - Falso directo - Millón arriba, millón abajo
Capítulo 9:
Exotismo inverosímil - El hombre que era miles - Celos de carácter moderado
Capítulo 10:
Psicodrama sotto voce - Ecos ajenos - Visión nocturna
Capítulo 11:
Reguero luctuoso - Estramboide musitabundo - Estólida admonición
Capítulo 12:
Sierpes carumanas - En solfa - Cercenado en falso
Capítulo 13:
A tres minutos de ser lo peor - Eventualidad providencial - La gran devibración
Memorias de un hombre risible - La mecedumbre - Octavilla sucintísima
Capítulo 2:
Tibia recepción - Caso omiso mutuo - Escaleras mesiánicas
Capítulo 3:
Mujer orquesta sonámbula - Aspavientos obligativos - Jugando al despiste
Capítulo 4:
Tacitas latentes - Deyaví va, deyaví viene - Traje para dos
Capítulo 5:
Magreo matutino - Entradas y salidas - Me quieres casar contigo?
Capítulo 6:
Mar de dudas - Era de esperar - De cuerpo entero
Capítulo 7:
Contenturas intempestivas - Episodio cosmolúdico - Así cualquiera
Capítulo 8:
El día de la hora hache - Falso directo - Millón arriba, millón abajo
Capítulo 9:
Exotismo inverosímil - El hombre que era miles - Celos de carácter moderado
Capítulo 10:
Psicodrama sotto voce - Ecos ajenos - Visión nocturna
Capítulo 11:
Reguero luctuoso - Estramboide musitabundo - Estólida admonición
Capítulo 12:
Sierpes carumanas - En solfa - Cercenado en falso
Capítulo 13:
A tres minutos de ser lo peor - Eventualidad providencial - La gran devibración
12 de julio de 2016
el asesino de osos
Señor asesino de osos:
Usted ha dedicado su vida a quitar la vida a los osos, hasta que un oso le ha quitado la vida a usted.
Usted nunca ha tenido mi aplauso, y su muerte no cambia mi apreciación respecto a su actividad aniquiladora.
No he tenido ocasión de conocerle personalmente, así que no tengo ninguna opinión concreta respecto a sus cualidades humanas.
Sí debo manifestar mi total oposición, repulsa y censura respecto a esa afición desempeñada por usted y muchos otros.
Usted ha realizado en esta tierra un mal por el que no ha sido juzgado, ya que la cultura dominante todavía ve con buenos ojos semejantes comportamientos abominables.
Mis palabras ni quitan ni ponen nada para su caso, ahora usted tendrá su preciso veredicto en el más allá.
Desconozco cuál será su destino. Confío en la justicia extramundana, así que tengo la conciencia tranquila a este respecto.
A buen seguro usted tendrá ocasión de contrición y redención.
Mientras tanto, aquí abajo hay un cierto conflicto y revuelo.
El equilibrio de fuerzas está cambiando. La conciencia que desaprueba el abuso y la tortura, alza su voz y gana presencia.
Aunque no siempre su expresión es ejemplar ni adecuada.
El ensañamiento resulta inadecuado y contraproducente.
Muchos esgrimen esta desmedida, para intentar invalidar el mensaje.
Pero la conciencia que capta la verdad, no puede desvirtuarse.
La distinción del bien es inapelable, por más que pretendan adulterar esto los relativistas.
Así como la sombra es la ausencia de la luz, el engaño es la insuficiente conciencia.
Aquellos que están despertando, saben lo que quieren y lo que no.
Saben distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.
El pasado oscuro está desapareciendo y está llamado a extinguirse.
Hoy son noticia las reacciones a posteriori, el rechazo a los usos obsoletos.
Un día, la injusticia no va a tener más cabida.
No habrá asesinos de osos, ni de ningún otro tipo, porque nadie tolerará ni permitirá semejante opción, ni por equivocación.
A esto apunta y aspira, todo humano que se digne de considerarse como tal.
Entonces habrá paz y hermandad.
Mucho queda por hacer hasta llegar a eso.
Los ideales que viven en los corazones de los justos, deben hallar cada vez maneras más efectivas y elevadas de plasmarse en la realidad.
Solo así construiremos una auténtica democracia, para articular vías de entendimiento, organización y cooperación, que nos permitan una transición oportuna y decisiva.
Toda energía que se utiliza de manera dañina y traumática, está haciendo un mal servicio a su causa.
Es muy positivo que exista libertad de expresión y que se debata sobre esta y todas las cuestiones.
La comunicación será provechosa cuando los interlocutores expongan de manera civilizada y desarrollada sus puntos de vista.
Los medios de información oficiales, interfieren y distorsionan, en lugar de intermediar y propiciar el diálogo.
Hay detalles que animan a la esperanza.
Los despiertos van a estar siempre del lado de la verdad, y esto no hay que perderlo de vista nunca.
Lo indefendible, fracasa en su defensa porque carece de argumentos, por eso acuden y recurren a la violencia en cuanto sienten que se desestabiliza su invento.
La palabra escrita es un medio excelente para intercambiar todo tipo de impresiones. El lector puede otorgarle la atención y la importancia que prefiera, puede acceder a los contenidos a su propio ritmo y manera. La repercusión y la intensidad reposa en gran medida en el receptor.
La palabra puede llegar a zaherir y, por supuesto, ya se ha dicho que ese no es el camino adecuado.
Así y todo, puede decirse que esa es la forma de violencia menos violenta de todas.
Un mundo donde solo existiese este grado de agresividad, sería un mundo bastante feliz. No habría asesinos, solo malhablados, mejor dicho, ni siquiera malhablados, solo malescritos.
Joder, yo me apunto a eso, jeje.
Aquí ahora se da el absurdo total, cuando los asesinos se duelen ofendidos por algunas palabras malintencionadas. Olé la ceguera.
Fina piel se gastan, quienes siegan por antojo vidas ajenas.
En fin, señor asesino de osos, perdón por haberme ido por las ramas.
Si algún día vuelve usted por aquí abajo, elija para realizarse un arte edificante y seremos amigos.
Nada más, un saludo.
Usted ha dedicado su vida a quitar la vida a los osos, hasta que un oso le ha quitado la vida a usted.
Usted nunca ha tenido mi aplauso, y su muerte no cambia mi apreciación respecto a su actividad aniquiladora.
No he tenido ocasión de conocerle personalmente, así que no tengo ninguna opinión concreta respecto a sus cualidades humanas.
Sí debo manifestar mi total oposición, repulsa y censura respecto a esa afición desempeñada por usted y muchos otros.
Usted ha realizado en esta tierra un mal por el que no ha sido juzgado, ya que la cultura dominante todavía ve con buenos ojos semejantes comportamientos abominables.
Mis palabras ni quitan ni ponen nada para su caso, ahora usted tendrá su preciso veredicto en el más allá.
Desconozco cuál será su destino. Confío en la justicia extramundana, así que tengo la conciencia tranquila a este respecto.
A buen seguro usted tendrá ocasión de contrición y redención.
Mientras tanto, aquí abajo hay un cierto conflicto y revuelo.
El equilibrio de fuerzas está cambiando. La conciencia que desaprueba el abuso y la tortura, alza su voz y gana presencia.
Aunque no siempre su expresión es ejemplar ni adecuada.
El ensañamiento resulta inadecuado y contraproducente.
Muchos esgrimen esta desmedida, para intentar invalidar el mensaje.
Pero la conciencia que capta la verdad, no puede desvirtuarse.
La distinción del bien es inapelable, por más que pretendan adulterar esto los relativistas.
Así como la sombra es la ausencia de la luz, el engaño es la insuficiente conciencia.
Aquellos que están despertando, saben lo que quieren y lo que no.
Saben distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.
El pasado oscuro está desapareciendo y está llamado a extinguirse.
Hoy son noticia las reacciones a posteriori, el rechazo a los usos obsoletos.
Un día, la injusticia no va a tener más cabida.
No habrá asesinos de osos, ni de ningún otro tipo, porque nadie tolerará ni permitirá semejante opción, ni por equivocación.
A esto apunta y aspira, todo humano que se digne de considerarse como tal.
Entonces habrá paz y hermandad.
Mucho queda por hacer hasta llegar a eso.
Los ideales que viven en los corazones de los justos, deben hallar cada vez maneras más efectivas y elevadas de plasmarse en la realidad.
Solo así construiremos una auténtica democracia, para articular vías de entendimiento, organización y cooperación, que nos permitan una transición oportuna y decisiva.
Toda energía que se utiliza de manera dañina y traumática, está haciendo un mal servicio a su causa.
Es muy positivo que exista libertad de expresión y que se debata sobre esta y todas las cuestiones.
La comunicación será provechosa cuando los interlocutores expongan de manera civilizada y desarrollada sus puntos de vista.
Los medios de información oficiales, interfieren y distorsionan, en lugar de intermediar y propiciar el diálogo.
Hay detalles que animan a la esperanza.
Los despiertos van a estar siempre del lado de la verdad, y esto no hay que perderlo de vista nunca.
Lo indefendible, fracasa en su defensa porque carece de argumentos, por eso acuden y recurren a la violencia en cuanto sienten que se desestabiliza su invento.
La palabra escrita es un medio excelente para intercambiar todo tipo de impresiones. El lector puede otorgarle la atención y la importancia que prefiera, puede acceder a los contenidos a su propio ritmo y manera. La repercusión y la intensidad reposa en gran medida en el receptor.
La palabra puede llegar a zaherir y, por supuesto, ya se ha dicho que ese no es el camino adecuado.
Así y todo, puede decirse que esa es la forma de violencia menos violenta de todas.
Un mundo donde solo existiese este grado de agresividad, sería un mundo bastante feliz. No habría asesinos, solo malhablados, mejor dicho, ni siquiera malhablados, solo malescritos.
Joder, yo me apunto a eso, jeje.
Aquí ahora se da el absurdo total, cuando los asesinos se duelen ofendidos por algunas palabras malintencionadas. Olé la ceguera.
Fina piel se gastan, quienes siegan por antojo vidas ajenas.
En fin, señor asesino de osos, perdón por haberme ido por las ramas.
Si algún día vuelve usted por aquí abajo, elija para realizarse un arte edificante y seremos amigos.
Nada más, un saludo.
6 de julio de 2016
un zoo para terminar con todos los zoos
En verdad digo que los zoos tienen que desaparecer.
Los zoológicos son cosa del siglo pasado.
Se me ha ocurrido una manera de acabar con eso, que procedo a detallar.
Los zoos cumplen la función de acercarnos a la naturaleza, la misma naturaleza de la que estúpidamente nos hemos distanciado.
Hoy en día disponemos de abundantes recursos tecnológicos para estudiar y explorar la flora y la fauna, y transmitir toda la información audiovisualmente de mil maneras.
Pero a todo eso le falta cuerpo.
La dimensión tangible, completa y redondea la experiencia, por eso mi propuesta es crear un zoo de reproducciones volumétricas a tamaño real. Sólidas esculturas fidedignas, para examinarlas con total libertad.
En mi opinión, esto suple la presencia, solventa el confinamiento y la tortura, y fomenta una valoración física más rica y directa.
Técnicamente esto es perfectamente factible, y aporta interesantes ventajas. La dificultad principal está en obtener un buen escaneado de cada animal. Después, basta con conseguir una impresora 3d y con ella crear los moldes, o directamente las estatuas.
Los modelos digitales pueden compartirse libremente, lo cual permite y posibilita que esta iniciativa prospere y prolifere por todo el mundo, de la mano de quienes así lo crean y quieran.
Dado que las estatuas no acarrean las trabas legales ni las obligaciones logísticas de los animales, su instalación y mantenimiento es comparativamente simple y sostenible, y por lo tanto su rentabilidad económica puede ser más que considerable.
El mayor reto está en arrancar un proyecto semejante, pero una vez adquirida la suficiente pericia y experiencia, esto puede multiplicarse como los hongos.
Otra ventaja de trabajar con modelos digitales, es que puedes sacar de ellos diferentes variaciones. Puedes imprimir estatuas reducidas o ampliadas de tamaño, según convenga.
Teniendo en cuenta el gran atractivo que un museo táctil de animales puede tener para los niños, es sensato y razonable adecuar el tamaño de algunas estatuas para facilitar su apreciación.
Mi propuesta ideal a este respecto es que haya dos ejemplares de cada animal, uno a tamaño real y otro a tamaño cría recién nacida, aprox.
También puede ser útil ampliar el tamaño de los insectos, incluso haciéndolos gigantescos. Pero esto tal vez daría una experiencia no demasiado conveniente, ya que muchos reaccionarían con rechazo o temor, haciendo flaco favor a su correcta estimación.
Alguien podrá decir que esta idea de las esculturas no sustituye el ver a los animales en vivo. Cierto es, pero también hay que decir que el ver a los animales en el zoo, malamente puede considerarse que sirva para esto. Además del abuso y tormento que implica.
El zoo-museo táctil aporta algo único y valioso, pero no cubre todo el espectro de la curiosidad humana, claro está.
Aun así, puede ser un buen punto de partida. La visita puede acompañarse de información de cada animal. Y de datos que expliquen su vida en la naturaleza y los padecimientos que le ocasiona la vida en cautividad y cualquier tipo de maltrato.
Se trata de contribuir y aprovechar la experiencia para crear conciencia. Simplemente presentando la verdad.
A poco que se diga sobre los zoos obsoletos, se ve claramente su abominable insensatez grotesca y degradante. Y lo mismo con todos los demás comportamientos explotacionistas que se cometen contra cada especie.
Así que, mientras existan atrocidades infames semejantes, será pertinente que los neo-zoos cumplan una labor didáctica al respecto.
Con el público infantil, es importante que la visita se efectúe en un justo clima de intimidad y respeto, con cuidadosa tutela y sobriedad.
Por eso, creo adecuado que el acceso obligue a cada menor a ir acompañado de un adulto.
No se trata de un parque de recreo, sino de un museo.
Para mayor responsabilización del adulto, tal vez sea adecuado exigir a la entrada algún depósito pecuniario extra, como póliza para eventuales daños a las esculturas. Cantidad que sería devuelta a la salida si todo transcurre sin incidencias.
Además, para que la visita sea serena y fructífera, será bueno espaciar los visitantes, para que nada apresure ni interfiera.
Dignificando el evento, en lugar de devaluarlo.
Libre será cada comisariado de plantear esto como prefiera, pero tengo claro que la masificación y el descontrol, hacen que el infante desbarre y profane su percepción de las formas de vida, lo cual abunda en el mancillamiento y ultraje de la familia planetaria. Justo lo opuesto de lo que se pretende.
Por otra parte, cuando la humanidad redescubra realmente su amor y respeto por la naturaleza, podrá encontrar distintas formas de seguir en contacto con ella y de seguir estudiándola, de manera no invasiva ni ofensiva. Podrá saciar su curiosidad, sin alterar el orden natural ni atentar contra la libre existencia de los seres vivos.
Por ejemplo, mediante monitorización individualizada continua, a través de los satélites espaciales. O mediante una red de drones telescópicos situados fuera de la biosfera, para triangular mejor la información.
Esta supervisión remota puede parecer un tanto desproporcionada y distante, sin embargo, la conciencia conciliadora requiere una percepción global compartida. De poco vale una perfecta isla beatífica, si el resto es caldo de cultivo para los criminales. El ejemplo más claro de esto es el triste sino de la nación nativa americana.
Además, esta cautela general, debe utilizarse para redoblar la atención local. Gracias a la herramienta, ya no hay límite ni frontera para el seguimiento, la implicación, la coordinación y la participación.
Poder ver directamente lo que está aconteciendo en cualquier rincón del planeta, nos centra y ubica, nos vincula y nos hermana con todas las razas y especies, puesto que compartimos espacio y cometido.
La idea principal es: Vigilar para cuidar. Vigilar al ser humano para que aprenda a relacionarse con total respeto y responsabilidad con la naturaleza, persiguiendo y corrigiendo toda falta, sin tardanza ni excepción.
Si la sociedad aprovecha bien algo así, será capaz de detectar a los infractores en tiempo real, frustrar sus fechorías en el acto y hacerles reparar claramente el desmán, desincentivando toda imitación o reincidencia.
Tal vez aún estamos lejos de algo así, pero más nos vale ir enfocándonos hacia esto, para conformar una sociedad madura y empoderada, y para que las noticias no sean ya más un recuento de calamidades sin freno ni remedio.
La conciencia progresa y avanza buenamente cuando se le proporciona información lo mas veraz y directa posible, para actuar y participar en y para la armonía del planeta y la vida, que es lo que nos atañe y corresponde.
Nuestra cultura debe despertar y cambiar lo perjudicial y dañino, para terminar con la pesadilla y que no se repita nunca más.
Los zoos están en la lista, y bueno será el día en que les demos finiquito y reemplazo.
Yo propongo una manera, y si hay otras mejor, bienvenidas sean.
Los zoológicos son cosa del siglo pasado.
Se me ha ocurrido una manera de acabar con eso, que procedo a detallar.
Los zoos cumplen la función de acercarnos a la naturaleza, la misma naturaleza de la que estúpidamente nos hemos distanciado.
Hoy en día disponemos de abundantes recursos tecnológicos para estudiar y explorar la flora y la fauna, y transmitir toda la información audiovisualmente de mil maneras.
Pero a todo eso le falta cuerpo.
La dimensión tangible, completa y redondea la experiencia, por eso mi propuesta es crear un zoo de reproducciones volumétricas a tamaño real. Sólidas esculturas fidedignas, para examinarlas con total libertad.
En mi opinión, esto suple la presencia, solventa el confinamiento y la tortura, y fomenta una valoración física más rica y directa.
Técnicamente esto es perfectamente factible, y aporta interesantes ventajas. La dificultad principal está en obtener un buen escaneado de cada animal. Después, basta con conseguir una impresora 3d y con ella crear los moldes, o directamente las estatuas.
Los modelos digitales pueden compartirse libremente, lo cual permite y posibilita que esta iniciativa prospere y prolifere por todo el mundo, de la mano de quienes así lo crean y quieran.
Dado que las estatuas no acarrean las trabas legales ni las obligaciones logísticas de los animales, su instalación y mantenimiento es comparativamente simple y sostenible, y por lo tanto su rentabilidad económica puede ser más que considerable.
El mayor reto está en arrancar un proyecto semejante, pero una vez adquirida la suficiente pericia y experiencia, esto puede multiplicarse como los hongos.
Otra ventaja de trabajar con modelos digitales, es que puedes sacar de ellos diferentes variaciones. Puedes imprimir estatuas reducidas o ampliadas de tamaño, según convenga.
Teniendo en cuenta el gran atractivo que un museo táctil de animales puede tener para los niños, es sensato y razonable adecuar el tamaño de algunas estatuas para facilitar su apreciación.
Mi propuesta ideal a este respecto es que haya dos ejemplares de cada animal, uno a tamaño real y otro a tamaño cría recién nacida, aprox.
También puede ser útil ampliar el tamaño de los insectos, incluso haciéndolos gigantescos. Pero esto tal vez daría una experiencia no demasiado conveniente, ya que muchos reaccionarían con rechazo o temor, haciendo flaco favor a su correcta estimación.
Alguien podrá decir que esta idea de las esculturas no sustituye el ver a los animales en vivo. Cierto es, pero también hay que decir que el ver a los animales en el zoo, malamente puede considerarse que sirva para esto. Además del abuso y tormento que implica.
El zoo-museo táctil aporta algo único y valioso, pero no cubre todo el espectro de la curiosidad humana, claro está.
Aun así, puede ser un buen punto de partida. La visita puede acompañarse de información de cada animal. Y de datos que expliquen su vida en la naturaleza y los padecimientos que le ocasiona la vida en cautividad y cualquier tipo de maltrato.
Se trata de contribuir y aprovechar la experiencia para crear conciencia. Simplemente presentando la verdad.
A poco que se diga sobre los zoos obsoletos, se ve claramente su abominable insensatez grotesca y degradante. Y lo mismo con todos los demás comportamientos explotacionistas que se cometen contra cada especie.
Así que, mientras existan atrocidades infames semejantes, será pertinente que los neo-zoos cumplan una labor didáctica al respecto.
Con el público infantil, es importante que la visita se efectúe en un justo clima de intimidad y respeto, con cuidadosa tutela y sobriedad.
Por eso, creo adecuado que el acceso obligue a cada menor a ir acompañado de un adulto.
No se trata de un parque de recreo, sino de un museo.
Para mayor responsabilización del adulto, tal vez sea adecuado exigir a la entrada algún depósito pecuniario extra, como póliza para eventuales daños a las esculturas. Cantidad que sería devuelta a la salida si todo transcurre sin incidencias.
Además, para que la visita sea serena y fructífera, será bueno espaciar los visitantes, para que nada apresure ni interfiera.
Dignificando el evento, en lugar de devaluarlo.
Libre será cada comisariado de plantear esto como prefiera, pero tengo claro que la masificación y el descontrol, hacen que el infante desbarre y profane su percepción de las formas de vida, lo cual abunda en el mancillamiento y ultraje de la familia planetaria. Justo lo opuesto de lo que se pretende.
Por otra parte, cuando la humanidad redescubra realmente su amor y respeto por la naturaleza, podrá encontrar distintas formas de seguir en contacto con ella y de seguir estudiándola, de manera no invasiva ni ofensiva. Podrá saciar su curiosidad, sin alterar el orden natural ni atentar contra la libre existencia de los seres vivos.
Por ejemplo, mediante monitorización individualizada continua, a través de los satélites espaciales. O mediante una red de drones telescópicos situados fuera de la biosfera, para triangular mejor la información.
Esta supervisión remota puede parecer un tanto desproporcionada y distante, sin embargo, la conciencia conciliadora requiere una percepción global compartida. De poco vale una perfecta isla beatífica, si el resto es caldo de cultivo para los criminales. El ejemplo más claro de esto es el triste sino de la nación nativa americana.
Además, esta cautela general, debe utilizarse para redoblar la atención local. Gracias a la herramienta, ya no hay límite ni frontera para el seguimiento, la implicación, la coordinación y la participación.
Poder ver directamente lo que está aconteciendo en cualquier rincón del planeta, nos centra y ubica, nos vincula y nos hermana con todas las razas y especies, puesto que compartimos espacio y cometido.
La idea principal es: Vigilar para cuidar. Vigilar al ser humano para que aprenda a relacionarse con total respeto y responsabilidad con la naturaleza, persiguiendo y corrigiendo toda falta, sin tardanza ni excepción.
Si la sociedad aprovecha bien algo así, será capaz de detectar a los infractores en tiempo real, frustrar sus fechorías en el acto y hacerles reparar claramente el desmán, desincentivando toda imitación o reincidencia.
Tal vez aún estamos lejos de algo así, pero más nos vale ir enfocándonos hacia esto, para conformar una sociedad madura y empoderada, y para que las noticias no sean ya más un recuento de calamidades sin freno ni remedio.
La conciencia progresa y avanza buenamente cuando se le proporciona información lo mas veraz y directa posible, para actuar y participar en y para la armonía del planeta y la vida, que es lo que nos atañe y corresponde.
Nuestra cultura debe despertar y cambiar lo perjudicial y dañino, para terminar con la pesadilla y que no se repita nunca más.
Los zoos están en la lista, y bueno será el día en que les demos finiquito y reemplazo.
Yo propongo una manera, y si hay otras mejor, bienvenidas sean.
1 de julio de 2016
achedepé
Hoy el Josué ma dicho achedepé y yo le dicho achedepé porqués verdá quesun achedepé por dicirme achedepé porque yo que no soy un achedepé y no me tene que diecir achedepé o ques un achedepé y poreso además se lo igo paque sentere de lo achedepé ques poreso y que si lo dice lo es porque que la oyido porque se lan dijido y poeso quél lo dice tamién paque todos seian achedepé tós no soluél pero se siente si es un achedepé porque lan dicho achedepé se siente que noes mi culpa mía asi ques un achedepé por dicirme achedepé que se lo diciga a quien se laga dichio perami no cosi no le digo achedepé mas cachedepé tol rato paque sentere y canto más meliga más se liré yo asi masrápido achedepéachedepéachedepé casí gano yo yél no yanencima va y se chiva el chivota y man castigao po suculpa y como me castiguien otra vez verá que verá que le vua decir achedepé tol rato pero sin ablar solo con los labios paque no me pillen y se chinche que se chinche por achedepé por decirme achedepé y paque no me diga achedepé que es que es un achedepé sienpre más él.
11 de junio de 2016
el monarca de los insurrectos
Un monarca es aquel que asume una autoridad sobre sus súbditos.
Un insurrecto es aquel que rechaza toda autoridad de terceros sobre sí.
Entonces, un monarca de los insurrectos es el colmo de la estupidez.
El circo de los parásitos siempre juega a disimular y disfrazar su rapiña. Y ya el súmmum es cuando se colocan la careta de libertadores.
Aceptar esa impostura es doblemente insensato. La población que se traga la cantinela adulterada, tira por la borda los ideales verdaderos. Mejor dicho, pierde el contacto con ellos.
Los ideales son indestructibles. Se trata pues de saber adoptarlos interiormente.
Abrazar mentiras maquilladas no es lo mismo que abrazar la verdad, y las consecuencias y el resultado tampoco son iguales, ni mucho menos.
A estas alturas, deberíamos estar más que entrenados y avezados en distinguir y reconocer lo verdadero de lo falso.
Pero poco se nota.
Los parásitos se lo curran a tope, emulan descaradamente el discurso sono-verosímil y sonríen más amplia y alicatadamente que nunca.
Resulta patético y lamentable que la sociedad decida caer una y otra vez en el engaño.
Todas las promesas de los aspirantes al poder son tramposas, siempre lo han sido y siempre lo serán.
Van cocinando sus argumentarios para copar su porción del pastel. Y si hay que bailar con quien sea, pues venga, todo con tal de pillar cacho. Hoy te digo fea y mañana guapa, lo que convenga.
Los mercenarios es lo que tiene, que son mercenarios.
Ni todas las garantías de honra y dignidad personal pueden avalar ningún planteamiento que prosiga con la estafa intrínseca del pseudo-democrático sistema delegativo-representativo.
Pongamos un ejemplo: Pongamos que estamos esclavizados bajo la tiranía de una secta satánica. Y llega un menda autoproclamándose "mesías" y dice: Hacedme el jefazo y no habrá más capataces que os aticen con el látigo.
Grotesco, como poco.
Está clara la falacia. Con el pretexto del cambio, el impostor está perpetuando la estructura de mando. Y llegado a ese punto, puede permitirse el lujo de jugar con la opinión pública. Maquillar la situación, modificar lo irrelevante, sembrar polémica y discordia, engañar y enfrentar a las masas, confundir y distraer, mientras por otro lado usurpa y dispone todo para su capricho y beneficio.
Un verdadero mesías nunca toma el mando sobre terceros. Porque ese no es el camino. La libertad requiere responsabilidad y compromiso vivos, en el corazón de cada hermano.
A falta de esto, poca concordia puede haber y no queda sino predicar con el ejemplo.
Quien crea factible o justificable implantar forzosamente una conciencia más elevada, se engaña de la peor manera.
El amor no se instaura a puñetazos.
La paz no se establece mediante la guerra.
El farsante que se dice capaz de extirpar el abuso por las bravas, apunta maneras de matasanos. Seguro que cualquier irresponsable sabría atajar o despedazar lo más grueso y evidente, desplazando el problema a otra parte, desencadenando mayores dificultades o, peor todavía, desmantelando irremisiblemente la poca cordialidad que queda.
A fin de cuentas, nada hay más gratuito que jugar con la vida de terceros. La gracia del cetro es esta, disponer de los siervos a voluntad. Y quien sufra que se aguante.
Los dolientes siempre van a buscar reparación y consuelo. Pero reverenciando falsos ídolos, no solo no mejoran sino que añaden a su tortura el expolio y latrocinio que ellos mismos han propiciado.
Es la mentalidad de esclavo la que hace al esclavo ser esclavo.
Por eso los falsos adalides siguen sacando provecho. Porque la mentira parece más dulce y bonita que la verdad. La verdad exige una madurez y responsabilidad personal importante, cosa que la gran mayoría ni quiere ni desea asumir.
Es mejor sufrir y quejarse.
Es más cómodo y entretenido tener caras visibles a las que despreciar y sobre las que descargarse.
Pero el precio de esto es atroz, degradante y dañino hasta extremos suicidas. Ya que el robo, la destrucción y el sufrimiento continúan y empeoran.
La degeneración colectiva es creciente. Cuanto más se avanza por el camino de la deshumanización, más torturador y pesadillesco se vuelve todo.
El sistema establecido es totalmente favorable para la persistencia de la estafa. Ya se cuidan muy mucho de que así sea.
Pero el sistema no es un ente ajeno, lo constituye el conjunto de la población, con cada una de sus acciones y decisiones.
Así que, el cambio consiste en despertar y plantearse la vida de otra manera. La dignidad se recobra al recuperar los principios, ideales y valores que nos hacen íntegros y leales. Humanos, conscientes, responsables y comprometidos. Hermanados en el amor, el respeto y el cuidado de la vida, a todos los niveles y escalas.
Trocar ideales por líderes es un error fatal.
El deber es intransferible, y al diablo le encanta convencer de lo contrario.
La perversión de los ideales tiene consecuencias monstruosas. Cuando el ser humano se desprende de la bondad, es capaz del peor infierno, como bien podemos ver.
El capitalismo exacerba el egoísmo y la codicia, que llevan a la competición y al saqueo, que siembran la desigualdad y la precariedad, que conducen al desquiciamiento y al sincriterio, que empujan a la alienación y al caos, en espiral abominable y demente.
Mientras la vileza rija en los corazones, no habrá curación ni remedio para nada, no habrá solución ni salvación.
Los ideales son cruciales, porque en ellos es donde nace el consenso, donde se da el encuentro.
Habrá quien crea que los ideales pueden ser muy dispares, pero esa diversidad es circunstancial. Hay que llegar más hondo para alcanzar verdades universales, realmente esenciales y conciliadoras.
A la postre, solo hay dos caminos: El bien o el mal.
Y los valores de cada uno son evidentes y opuestos.
El hombre íntegro asume la paz, amor y justicia, como eje sagrado.
De ahí la norma: Ama a tu prójimo como a ti mismo.
A partir de lo cual, la manera de organizarse y estructurarse es mediante democracia participativa directa, para administrarse económicamente mediante moneda controlada y solidaria, todo ello perfectamente imbricado e intrampeable, como ya dije, digo y diré. Solo de un modo semejante se puede ser realmente libres y soberanos, integrados y equilibrados, sostenibles y salutíferos.
Toda desviación de estos principios básicos, esconde intereses inicuos y espurios. Y el pobre que preste oídos a tales cantos de sirena, pronto se verá fatalmente esquilmado, para su desdicha.
Por eso es tremendamente imprescindible que todo planteamiento de cambio responda al ideal auténtico, cosa que se evidencia en su mismo proceder y diseño.
Ninguno de los charlatanes de pacotilla que se las dan de líderes tiene ni tendrá jamás la decencia de implementar previamente la estructura funcional leal, ya que eso lo volvería completamente irrelevante y prescindible, e impediría su verdadera meta, uséase, el pillaje y desvalijamiento.
Las principales ideologías actuales son profundamente deficientes y aviesas, ya que persiguen el poder y el lucro ante todo.
Llámese comunismo, llámese anarquía, llámese liberal-capitalismo, tienen en común una visión adulterada y egoísta de la libertad: Libertad sin fraternidad.
Toda vez que defienden estructuras centralizadas y verticales de organización, dejan muy a las claras su idea de la sociedad como res explotable.
Hacen de la democracia una parodia insultante, inaceptable.
Reducen el consenso a un nivel primario y rudimentario, que denota una concepción burda y simplista de la vida.
Bien es cierto que la anarquía no es tan así, pero su problema es que prescinde de toda estructura, lo cual sigue permitiendo el abuso y supone un retroceso. Para el caso es como volver al analfabetismo, pensando que eso acabará con la mentira.
De ninguna de las maneras el ser humano va a poder eludir su deber y responsabilidad si de verdad quiere crecer y madurar, cosa que implica una clara y decidida conciencia de comunión.
Sin fraternidad, se desprecia al prójimo y se entiende la existencia en términos depredatorios.
Si algo brilla por su ausencia en los sin conciencia, es la ecología y espiritualidad, la comunidad convivencial, la convivencia comunal, el amor y gratitud a la vida, el respeto y mesura, la paz y armonía.
Materialismo, egoísmo y ateísmo van de la mano.
Quien desecha un elevado ideal y compromiso para con la existencia, no puede obtener mas que su justa penitencia.
Las altas virtudes no caen del cielo por arte de magia, hay un trabajo interior que hacer para comprender y adoptar los ideales adecuados.
Sobre todo en este sistema pérfido y perverso, que troquela y deforma al ser, amputando y asfixiando su humanidad. La reflexión es crucial para deshacer toda esa carga de falsedad tóxica inculcada.
Quien adopta reduccionismos aislacionistas, está dando prueba de su mísera miseria miserable. Esto se evidencia claramente en su vocabulario, ya que lo centran todo en la "propiedad privada" y destierran casi por completo la noción de "bien común". Lamentable desequilibrio de consecuencias nefastas.
El egoísmo es cortoplacista por definición.
Lo fácil es mercadear sin miramientos.
Lo comprometido es interactuar mediante protocolos seriamente establecidos para velar por una correcta solidaridad y sostenibilidad positiva para todo y todos.
De ahí la importancia total de los ideales, pues son la piedra angular sobre la que se sustenta nuestro futuro y porvenir.
Aquí no cabe la impostura.
Quien no tiene verdadera fraternidad, no va a jugar limpio, por más que pretenda aparentarlo. No va a apostar sinceramente por el camino solidario.
Por eso, se trata de establecer un marco amparador y empoderador de la virtud, justo y bueno, salvo y sano, radiante y sublime, en el que realizarse en plena dicha impecable y responsable. Que deje de recompensar el abuso, que imposibilite el estrago, que extinga la ruindad.
Gesto a gesto, pasito a pasito.
Y que el tiempo dicte su veredicto.
La conciencia de cada cual, determina la manera en que interactúa con la vida, y esto dará lugar a un mayor y mejor consenso, sustentado en la verdad. O seguirá reforzando la opresión y tortura imperantes, por pasividad y desidia.
Así que, dar inicio a un cambio positivo, implica apoyarse en principios más que sólidos: Infalibles, ineludibles, inviolables.
Transparencia y veracidad al máximo.
Para lo cual ya he escrito otros ensayos, esbozando su posible realización.
No quiero abundar de nuevo en ello.
Solo recalcar lo lejos que queda todo esto de las zafias promesas de los trepas vendetrolas de turno.
Es hora de abrir los ojos.
Para no comprar ya más engañifas torticeras.
Para no encumbrar más hipócritas pseudo-redentores.
Para no coronar a un nuevo monarca de los insurrectos, pues sonroja a la inteligencia más elemental, semejante fraude y trasunto.
Un insurrecto es aquel que rechaza toda autoridad de terceros sobre sí.
Entonces, un monarca de los insurrectos es el colmo de la estupidez.
El circo de los parásitos siempre juega a disimular y disfrazar su rapiña. Y ya el súmmum es cuando se colocan la careta de libertadores.
Aceptar esa impostura es doblemente insensato. La población que se traga la cantinela adulterada, tira por la borda los ideales verdaderos. Mejor dicho, pierde el contacto con ellos.
Los ideales son indestructibles. Se trata pues de saber adoptarlos interiormente.
Abrazar mentiras maquilladas no es lo mismo que abrazar la verdad, y las consecuencias y el resultado tampoco son iguales, ni mucho menos.
A estas alturas, deberíamos estar más que entrenados y avezados en distinguir y reconocer lo verdadero de lo falso.
Pero poco se nota.
Los parásitos se lo curran a tope, emulan descaradamente el discurso sono-verosímil y sonríen más amplia y alicatadamente que nunca.
Resulta patético y lamentable que la sociedad decida caer una y otra vez en el engaño.
Todas las promesas de los aspirantes al poder son tramposas, siempre lo han sido y siempre lo serán.
Van cocinando sus argumentarios para copar su porción del pastel. Y si hay que bailar con quien sea, pues venga, todo con tal de pillar cacho. Hoy te digo fea y mañana guapa, lo que convenga.
Los mercenarios es lo que tiene, que son mercenarios.
Ni todas las garantías de honra y dignidad personal pueden avalar ningún planteamiento que prosiga con la estafa intrínseca del pseudo-democrático sistema delegativo-representativo.
Pongamos un ejemplo: Pongamos que estamos esclavizados bajo la tiranía de una secta satánica. Y llega un menda autoproclamándose "mesías" y dice: Hacedme el jefazo y no habrá más capataces que os aticen con el látigo.
Grotesco, como poco.
Está clara la falacia. Con el pretexto del cambio, el impostor está perpetuando la estructura de mando. Y llegado a ese punto, puede permitirse el lujo de jugar con la opinión pública. Maquillar la situación, modificar lo irrelevante, sembrar polémica y discordia, engañar y enfrentar a las masas, confundir y distraer, mientras por otro lado usurpa y dispone todo para su capricho y beneficio.
Un verdadero mesías nunca toma el mando sobre terceros. Porque ese no es el camino. La libertad requiere responsabilidad y compromiso vivos, en el corazón de cada hermano.
A falta de esto, poca concordia puede haber y no queda sino predicar con el ejemplo.
Quien crea factible o justificable implantar forzosamente una conciencia más elevada, se engaña de la peor manera.
El amor no se instaura a puñetazos.
La paz no se establece mediante la guerra.
El farsante que se dice capaz de extirpar el abuso por las bravas, apunta maneras de matasanos. Seguro que cualquier irresponsable sabría atajar o despedazar lo más grueso y evidente, desplazando el problema a otra parte, desencadenando mayores dificultades o, peor todavía, desmantelando irremisiblemente la poca cordialidad que queda.
A fin de cuentas, nada hay más gratuito que jugar con la vida de terceros. La gracia del cetro es esta, disponer de los siervos a voluntad. Y quien sufra que se aguante.
Los dolientes siempre van a buscar reparación y consuelo. Pero reverenciando falsos ídolos, no solo no mejoran sino que añaden a su tortura el expolio y latrocinio que ellos mismos han propiciado.
Es la mentalidad de esclavo la que hace al esclavo ser esclavo.
Por eso los falsos adalides siguen sacando provecho. Porque la mentira parece más dulce y bonita que la verdad. La verdad exige una madurez y responsabilidad personal importante, cosa que la gran mayoría ni quiere ni desea asumir.
Es mejor sufrir y quejarse.
Es más cómodo y entretenido tener caras visibles a las que despreciar y sobre las que descargarse.
Pero el precio de esto es atroz, degradante y dañino hasta extremos suicidas. Ya que el robo, la destrucción y el sufrimiento continúan y empeoran.
La degeneración colectiva es creciente. Cuanto más se avanza por el camino de la deshumanización, más torturador y pesadillesco se vuelve todo.
El sistema establecido es totalmente favorable para la persistencia de la estafa. Ya se cuidan muy mucho de que así sea.
Pero el sistema no es un ente ajeno, lo constituye el conjunto de la población, con cada una de sus acciones y decisiones.
Así que, el cambio consiste en despertar y plantearse la vida de otra manera. La dignidad se recobra al recuperar los principios, ideales y valores que nos hacen íntegros y leales. Humanos, conscientes, responsables y comprometidos. Hermanados en el amor, el respeto y el cuidado de la vida, a todos los niveles y escalas.
Trocar ideales por líderes es un error fatal.
El deber es intransferible, y al diablo le encanta convencer de lo contrario.
La perversión de los ideales tiene consecuencias monstruosas. Cuando el ser humano se desprende de la bondad, es capaz del peor infierno, como bien podemos ver.
El capitalismo exacerba el egoísmo y la codicia, que llevan a la competición y al saqueo, que siembran la desigualdad y la precariedad, que conducen al desquiciamiento y al sincriterio, que empujan a la alienación y al caos, en espiral abominable y demente.
Mientras la vileza rija en los corazones, no habrá curación ni remedio para nada, no habrá solución ni salvación.
Los ideales son cruciales, porque en ellos es donde nace el consenso, donde se da el encuentro.
Habrá quien crea que los ideales pueden ser muy dispares, pero esa diversidad es circunstancial. Hay que llegar más hondo para alcanzar verdades universales, realmente esenciales y conciliadoras.
A la postre, solo hay dos caminos: El bien o el mal.
Y los valores de cada uno son evidentes y opuestos.
El hombre íntegro asume la paz, amor y justicia, como eje sagrado.
De ahí la norma: Ama a tu prójimo como a ti mismo.
A partir de lo cual, la manera de organizarse y estructurarse es mediante democracia participativa directa, para administrarse económicamente mediante moneda controlada y solidaria, todo ello perfectamente imbricado e intrampeable, como ya dije, digo y diré. Solo de un modo semejante se puede ser realmente libres y soberanos, integrados y equilibrados, sostenibles y salutíferos.
Toda desviación de estos principios básicos, esconde intereses inicuos y espurios. Y el pobre que preste oídos a tales cantos de sirena, pronto se verá fatalmente esquilmado, para su desdicha.
Por eso es tremendamente imprescindible que todo planteamiento de cambio responda al ideal auténtico, cosa que se evidencia en su mismo proceder y diseño.
Ninguno de los charlatanes de pacotilla que se las dan de líderes tiene ni tendrá jamás la decencia de implementar previamente la estructura funcional leal, ya que eso lo volvería completamente irrelevante y prescindible, e impediría su verdadera meta, uséase, el pillaje y desvalijamiento.
Las principales ideologías actuales son profundamente deficientes y aviesas, ya que persiguen el poder y el lucro ante todo.
Llámese comunismo, llámese anarquía, llámese liberal-capitalismo, tienen en común una visión adulterada y egoísta de la libertad: Libertad sin fraternidad.
Toda vez que defienden estructuras centralizadas y verticales de organización, dejan muy a las claras su idea de la sociedad como res explotable.
Hacen de la democracia una parodia insultante, inaceptable.
Reducen el consenso a un nivel primario y rudimentario, que denota una concepción burda y simplista de la vida.
Bien es cierto que la anarquía no es tan así, pero su problema es que prescinde de toda estructura, lo cual sigue permitiendo el abuso y supone un retroceso. Para el caso es como volver al analfabetismo, pensando que eso acabará con la mentira.
De ninguna de las maneras el ser humano va a poder eludir su deber y responsabilidad si de verdad quiere crecer y madurar, cosa que implica una clara y decidida conciencia de comunión.
Sin fraternidad, se desprecia al prójimo y se entiende la existencia en términos depredatorios.
Si algo brilla por su ausencia en los sin conciencia, es la ecología y espiritualidad, la comunidad convivencial, la convivencia comunal, el amor y gratitud a la vida, el respeto y mesura, la paz y armonía.
Materialismo, egoísmo y ateísmo van de la mano.
Quien desecha un elevado ideal y compromiso para con la existencia, no puede obtener mas que su justa penitencia.
Las altas virtudes no caen del cielo por arte de magia, hay un trabajo interior que hacer para comprender y adoptar los ideales adecuados.
Sobre todo en este sistema pérfido y perverso, que troquela y deforma al ser, amputando y asfixiando su humanidad. La reflexión es crucial para deshacer toda esa carga de falsedad tóxica inculcada.
Quien adopta reduccionismos aislacionistas, está dando prueba de su mísera miseria miserable. Esto se evidencia claramente en su vocabulario, ya que lo centran todo en la "propiedad privada" y destierran casi por completo la noción de "bien común". Lamentable desequilibrio de consecuencias nefastas.
El egoísmo es cortoplacista por definición.
Lo fácil es mercadear sin miramientos.
Lo comprometido es interactuar mediante protocolos seriamente establecidos para velar por una correcta solidaridad y sostenibilidad positiva para todo y todos.
De ahí la importancia total de los ideales, pues son la piedra angular sobre la que se sustenta nuestro futuro y porvenir.
Aquí no cabe la impostura.
Quien no tiene verdadera fraternidad, no va a jugar limpio, por más que pretenda aparentarlo. No va a apostar sinceramente por el camino solidario.
Por eso, se trata de establecer un marco amparador y empoderador de la virtud, justo y bueno, salvo y sano, radiante y sublime, en el que realizarse en plena dicha impecable y responsable. Que deje de recompensar el abuso, que imposibilite el estrago, que extinga la ruindad.
Gesto a gesto, pasito a pasito.
Y que el tiempo dicte su veredicto.
La conciencia de cada cual, determina la manera en que interactúa con la vida, y esto dará lugar a un mayor y mejor consenso, sustentado en la verdad. O seguirá reforzando la opresión y tortura imperantes, por pasividad y desidia.
Así que, dar inicio a un cambio positivo, implica apoyarse en principios más que sólidos: Infalibles, ineludibles, inviolables.
Transparencia y veracidad al máximo.
Para lo cual ya he escrito otros ensayos, esbozando su posible realización.
No quiero abundar de nuevo en ello.
Solo recalcar lo lejos que queda todo esto de las zafias promesas de los trepas vendetrolas de turno.
Es hora de abrir los ojos.
Para no comprar ya más engañifas torticeras.
Para no encumbrar más hipócritas pseudo-redentores.
Para no coronar a un nuevo monarca de los insurrectos, pues sonroja a la inteligencia más elemental, semejante fraude y trasunto.
29 de mayo de 2016
nuevaños
Hoy cumple nueve años este blog.
No sé si algún día prepararé los libros y tal de los últimos dos años.
Tampoco es que sea algo imprescindible, claro.
Mientras tanto: http://dersony.blogspot.com/2014/05/septimino-anino.html
No sé si algún día prepararé los libros y tal de los últimos dos años.
Tampoco es que sea algo imprescindible, claro.
Mientras tanto: http://dersony.blogspot.com/2014/05/septimino-anino.html
13 de mayo de 2016
retrato de la corrupción
Pues había una vez un artista que tenía ganas de llamar la atención, y se le ocurrió una obra bastante provocativa.
Aprovechando la coyuntura, ya que la corrupción estaba tan de moda y los hipócritas trajeados parecían postureo-decididos a quitar de la circulación el billete de quinientos, el artista ideó una creación maquiavélica.
Con no poco esfuerzo y astucia, preparó todo para presentar su obra justo el día en que oficialmente dicho billete comenzaba su camino hacia la extinción.
Su creación era insultantemente sencilla, a la par que epatante.
Titulada "Retrato de la corrupción", consistía en un lienzo de dos metros de alto y cuatro metros de ancho, toda su superficie repleta con billetes de quinientos, que se comban grácilmente, cual tapiz peludo. Este efecto lo producen exactamente dos mil billetes, repartidos uniformemente en cincuenta filas horizontales, cada una compuesta de cuarenta billetes, pinzados por su menor lado, para pender más ostensible y tentadoramente.
El valor de la obra era sencillo de calcular: Dos mil billetes de a quinientos, igual a un milloncejo de ná. Pero este precio era lo de menos, porque había otro detallito que hacía prácticamente impracticable su adquisición. El origen de ese dinero era manifiestamente desconocido, y por lo tanto caía una enorme sospecha sobre el mismo, de tal manera que cualquier insensato que osara comprar semejante obra, se abocaba a serio delito ipso facto.
Sería tedioso detallar las triquiñuelas legales que eximían al artista de responsabilidad respecto a la materia prima de su obra. Digamos que había sabido explotar a su favor los archiconocidos agujeros fiscales de los que se valían los impunes evasores de este asqueroso mundo.
Así pues, tal osada creación, exigía tremendas medidas de seguridad, pero sorprendentemente esto no arredró a los museos, sino todo lo contrario. Resultaba un reclamo estupendo, que supieron aprovechar al máximo.
La polémica realimentaba el debate, y todos sacaban tajada de un modo u otro.
El artista disfrutaba de lo lindo soltando insinuaciones confusas y oscuras que no llevaban a nada. Azuzando la curiosidad y regodeándose en su secreto.
Los teóricos discutían si esa obra representaba la cumbre de la genialidad o el colmo de la ignominia.
El público se dividía, se fanatizaba a favor y en contra. Unos la adoraban y otros deseaban destruirla.
Muchos la ignoraban y no comprendían nada.
Pocos, decían que el arte había muerto.
Y todos tenían razón.
Aprovechando la coyuntura, ya que la corrupción estaba tan de moda y los hipócritas trajeados parecían postureo-decididos a quitar de la circulación el billete de quinientos, el artista ideó una creación maquiavélica.
Con no poco esfuerzo y astucia, preparó todo para presentar su obra justo el día en que oficialmente dicho billete comenzaba su camino hacia la extinción.
Su creación era insultantemente sencilla, a la par que epatante.
Titulada "Retrato de la corrupción", consistía en un lienzo de dos metros de alto y cuatro metros de ancho, toda su superficie repleta con billetes de quinientos, que se comban grácilmente, cual tapiz peludo. Este efecto lo producen exactamente dos mil billetes, repartidos uniformemente en cincuenta filas horizontales, cada una compuesta de cuarenta billetes, pinzados por su menor lado, para pender más ostensible y tentadoramente.
El valor de la obra era sencillo de calcular: Dos mil billetes de a quinientos, igual a un milloncejo de ná. Pero este precio era lo de menos, porque había otro detallito que hacía prácticamente impracticable su adquisición. El origen de ese dinero era manifiestamente desconocido, y por lo tanto caía una enorme sospecha sobre el mismo, de tal manera que cualquier insensato que osara comprar semejante obra, se abocaba a serio delito ipso facto.
Sería tedioso detallar las triquiñuelas legales que eximían al artista de responsabilidad respecto a la materia prima de su obra. Digamos que había sabido explotar a su favor los archiconocidos agujeros fiscales de los que se valían los impunes evasores de este asqueroso mundo.
Así pues, tal osada creación, exigía tremendas medidas de seguridad, pero sorprendentemente esto no arredró a los museos, sino todo lo contrario. Resultaba un reclamo estupendo, que supieron aprovechar al máximo.
La polémica realimentaba el debate, y todos sacaban tajada de un modo u otro.
El artista disfrutaba de lo lindo soltando insinuaciones confusas y oscuras que no llevaban a nada. Azuzando la curiosidad y regodeándose en su secreto.
Los teóricos discutían si esa obra representaba la cumbre de la genialidad o el colmo de la ignominia.
El público se dividía, se fanatizaba a favor y en contra. Unos la adoraban y otros deseaban destruirla.
Muchos la ignoraban y no comprendían nada.
Pocos, decían que el arte había muerto.
Y todos tenían razón.
sintigo
Sintigo, todo es distinto.
Sintigo, para el hilo.
Sintigo, duele el frío.
Sintigo, huye el río.
Sintigo, gruñe el frigo.
Sintigo, mengua el guiso.
Sintigo, llora el mimo.
Sintigo, clama el grifo.
Sintigo, reina el hipo.
Sintigo, cierra el circo.
Sintigo, pena el limbo.
Sintigo, cansa el libro.
Sintigo, pesa el limo.
Sintigo, merma el brillo.
Sintigo, falta el himno.
Sintigo, ralla el disco.
Sintigo, casca el fistro.
Sintigo, rabia el grillo.
Sintigo, calla el mirlo.
Sintigo, pero qué digo.
Sintigo, todo es lo mismo.
Sintigo, para el hilo.
Sintigo, duele el frío.
Sintigo, huye el río.
Sintigo, gruñe el frigo.
Sintigo, mengua el guiso.
Sintigo, llora el mimo.
Sintigo, clama el grifo.
Sintigo, reina el hipo.
Sintigo, cierra el circo.
Sintigo, pena el limbo.
Sintigo, cansa el libro.
Sintigo, pesa el limo.
Sintigo, merma el brillo.
Sintigo, falta el himno.
Sintigo, ralla el disco.
Sintigo, casca el fistro.
Sintigo, rabia el grillo.
Sintigo, calla el mirlo.
Sintigo, pero qué digo.
Sintigo, todo es lo mismo.
30 de abril de 2016
sostenismo turismible
Rajianos Maroys desatados inundan la tierra con sus sustituismos eufemismibles y sus discutismos aforismibles. A todas horas vomitan risismos novismibles, bebismos espejismibles, sumergismos abismibles. Con temismo fatalismible e irrompismo magnetismible anuncian predecismos cataclismibles, terrismos seismibles, esgrimiendo factismos silogismibles, de invisismo empirismible, sin tregua ni pausa. Con tal imposismo mutismible azuzan el dirigismo pasotismible hasta el combustismo paroxismible para continuar el incomestismo consumismible de infuturismo futurismible. Pero este flexismo mecanismible da distinto fruto en el sensismo civismible, pues mueve a preferismo atavismible, a apacismo bautismible, a descriptismo pacifismible de creismos guarismibles e inteligismos grafismibles, a apetecismo nudismible de imperdismo purismible, a accesismo animismible de irrepetismo exotismible.
nupcial
Un prestigioso joven pianista de jazz se dispone a dar un recital, el auditorio está abarrotado y espectante en la oscuridad. El escenario es sobrio y oscuro, la iluminación es tenue y solemne.
Apenas el artista ha comenzado a tocar unas notas, empieza a caer del techo una inesperada lluvia de confeti brillante.
A un lado del escenario se recorta la silueta de una mujer, que entra en escena y todos inmediatamente reconocen como la pareja del pianista. En su andar, en su vestido y en su sonrisa radiantes, se adivina una alegría exultante, propia de la sorpresa que está provocando.
Resuelta y felina, se sube a la cola del piano y se pone a cuatro patas, ofreciendo su trasero a su pareja, con la falda levantada.
En sus blancas bragas hay una frase en inglés: Empujar para casar.
Ni corto ni perezoso, el pianista se avanza y le da un par de firmes y apasionados besos-topetazos en la diana expuesta.
Entonces ella se hace a un lado, él se sube al piano, se baja los pantalones y exhibe sus blancos calzoncillos con la frase: Tirar para casar. A lo que ella procede, con deleite y entusiasmo.
El público prorrumpe en aplausos y vítores, se desata un eufórico alborozo, grandioso y efervescente, bravío y oleante, incontenible e inolvidable.
Apenas el artista ha comenzado a tocar unas notas, empieza a caer del techo una inesperada lluvia de confeti brillante.
A un lado del escenario se recorta la silueta de una mujer, que entra en escena y todos inmediatamente reconocen como la pareja del pianista. En su andar, en su vestido y en su sonrisa radiantes, se adivina una alegría exultante, propia de la sorpresa que está provocando.
Resuelta y felina, se sube a la cola del piano y se pone a cuatro patas, ofreciendo su trasero a su pareja, con la falda levantada.
En sus blancas bragas hay una frase en inglés: Empujar para casar.
Ni corto ni perezoso, el pianista se avanza y le da un par de firmes y apasionados besos-topetazos en la diana expuesta.
Entonces ella se hace a un lado, él se sube al piano, se baja los pantalones y exhibe sus blancos calzoncillos con la frase: Tirar para casar. A lo que ella procede, con deleite y entusiasmo.
El público prorrumpe en aplausos y vítores, se desata un eufórico alborozo, grandioso y efervescente, bravío y oleante, incontenible e inolvidable.
1 de marzo de 2016
balonza camora
La bajomar hamoca fragotas y chalonas.
Farolas y pancortas engalonan la playa.
Abundan barrocas, prestas de cazolla y champoña.
Camponas y charongas agitan la parronda.
Andobas y pasotas se agolpan junto a zagolas y rapozas.
Mientras, carrozas y casposas vigilan desde barondas y bancodas.
Baltosar es un gafotas tartoja, con ansias de intimar.
Ya ha elegido a su madona: Una chavola castoña y cañona, calloda y calmoda, plantoda carnoza, absorta y dadora.
Flanqueada, eso sí, por su faldona lacoya: Una gárgola jamona y sansona, sañosa y marrona, rapoda y ramplona, mandona y saltona.
Baltosar se acerca y la jabota tapona da batolla.
Él responde con gansodas y se atosca y barbota.
La lagorta se ríe gangosa y sarrosa.
Entonces, la otra pasmoda se afloja y apiada.
Hacen las presentaciones.
Samonta es la garbosa y Tamora es la faltona.
Baltosar asolta con bravotas y charodas.
Patroña y haloga a la dragona hasta que se amonsa mambosa.
Luego van a la zona marchosa y se hinchan a bachota y chacota.
Tamora se pone pagona y gallorda.
Samonta hace la payosa gazmoña.
A su lado, unos macorras arman camorra, así que los tres se aportan y se traslodan por la costa.
Lejos de la jarona y taborra, cruzan con un dálmota que pasea a un carcomal con gayota.
Más tarde, un majora de enormes manozas insiste con su baroja, y como dudan, saca una navoja y ellos salen pitando.
Así se adentran entre cárcovas y cañodas.
Tamora, malvoda y chaloda, menta aroñas y fantosmas hasta pegar su alorma a los otros.
Al poco, dan con una caboña tartona y macobra.
Que abren con palonca.
Prenden una lámpora tenue y gasosa.
Paredes repletas de gallofa y farfolla.
Garrofas y canostas por todos lados.
Olor a naronja amorga y manzona saloda.
Con una casoca sobre redes, trabojan una alcoba y Tamora cae marmota redonda.
Baltosar y Samonta hablan para drenar su ahogo, y se allonan con el siseo llameo que trasposa y arroba.
Cesan las palobras.
En silencio, se acotan, se ahorman, se adoptan.
Se abrozan y se atropan, se arroscan y sabrosan, se ahondan en aromas.
Él en mazopán y ella en calomar.
Ella se arrima, tragona y vahosa, y en él se arbola su banona.
Él se acopla, mañoso y mamoso, y en ella se palposa su papoya.
Ardosos, se atroncan y arropan, en maroña garrompal.
Y cabolgan y galopan hasta el aclorar de la mañona.
Farolas y pancortas engalonan la playa.
Abundan barrocas, prestas de cazolla y champoña.
Camponas y charongas agitan la parronda.
Andobas y pasotas se agolpan junto a zagolas y rapozas.
Mientras, carrozas y casposas vigilan desde barondas y bancodas.
Baltosar es un gafotas tartoja, con ansias de intimar.
Ya ha elegido a su madona: Una chavola castoña y cañona, calloda y calmoda, plantoda carnoza, absorta y dadora.
Flanqueada, eso sí, por su faldona lacoya: Una gárgola jamona y sansona, sañosa y marrona, rapoda y ramplona, mandona y saltona.
Baltosar se acerca y la jabota tapona da batolla.
Él responde con gansodas y se atosca y barbota.
La lagorta se ríe gangosa y sarrosa.
Entonces, la otra pasmoda se afloja y apiada.
Hacen las presentaciones.
Samonta es la garbosa y Tamora es la faltona.
Baltosar asolta con bravotas y charodas.
Patroña y haloga a la dragona hasta que se amonsa mambosa.
Luego van a la zona marchosa y se hinchan a bachota y chacota.
Tamora se pone pagona y gallorda.
Samonta hace la payosa gazmoña.
A su lado, unos macorras arman camorra, así que los tres se aportan y se traslodan por la costa.
Lejos de la jarona y taborra, cruzan con un dálmota que pasea a un carcomal con gayota.
Más tarde, un majora de enormes manozas insiste con su baroja, y como dudan, saca una navoja y ellos salen pitando.
Así se adentran entre cárcovas y cañodas.
Tamora, malvoda y chaloda, menta aroñas y fantosmas hasta pegar su alorma a los otros.
Al poco, dan con una caboña tartona y macobra.
Que abren con palonca.
Prenden una lámpora tenue y gasosa.
Paredes repletas de gallofa y farfolla.
Garrofas y canostas por todos lados.
Olor a naronja amorga y manzona saloda.
Con una casoca sobre redes, trabojan una alcoba y Tamora cae marmota redonda.
Baltosar y Samonta hablan para drenar su ahogo, y se allonan con el siseo llameo que trasposa y arroba.
Cesan las palobras.
En silencio, se acotan, se ahorman, se adoptan.
Se abrozan y se atropan, se arroscan y sabrosan, se ahondan en aromas.
Él en mazopán y ella en calomar.
Ella se arrima, tragona y vahosa, y en él se arbola su banona.
Él se acopla, mañoso y mamoso, y en ella se palposa su papoya.
Ardosos, se atroncan y arropan, en maroña garrompal.
Y cabolgan y galopan hasta el aclorar de la mañona.
todo el mundo odia a Pepe
Pepe es un cerdo chorizo que se dedica a robar y mentir.
Lleva años y años viviendo de esta manera.
Al principio era divertido, pero luego se hace cansino.
Atrapado en una pesadilla repetitiva.
Para colmo, todos se han apuntado al juego y hacen lo mismo.
Pepe está harto y asqueado de la vida que lleva.
No tiene amigos de verdad, solo compinches y competidores.
Soporta un estrés inhumano para mantener el engaño.
Se esconde tras una máscara incómoda y opresiva.
Pepe se siente como un tiburón desgraciado, que se va desdentando.
Su club de fans ya no le llena.
Su paranoia ya no le libera de su inmundicia.
Ya no halla alivio ni justificación para su miseria.
Pepe aborrece su retorcida vileza.
Le da náusea su camino y resultado.
Ni se atreve a implorar redención.
Ningún futuro alienta su esperanza.
Para el dinosaurio, despertar es extinguirse.
Y continuar es despedazarse lentamente, en un absurdo sinsentido.
Todo el mundo odia a Pepe, incluso Pepe.
El pobre no quiere comprender.
Que no es a él como persona a quien se odia.
Sino a su abominable comportamiento dañino.
Que la puerta siempre está abierta.
Y que su ruina y condena se deben a sí mismo.
Los días están contados.
No habrá continuación de su legado.
Ni clemencia en su memoria.
Se hunde sin remedio.
Y lo que tendrá al otro lado es serio.
El ciego arderá hasta claudicar.
Lleva años y años viviendo de esta manera.
Al principio era divertido, pero luego se hace cansino.
Atrapado en una pesadilla repetitiva.
Para colmo, todos se han apuntado al juego y hacen lo mismo.
Pepe está harto y asqueado de la vida que lleva.
No tiene amigos de verdad, solo compinches y competidores.
Soporta un estrés inhumano para mantener el engaño.
Se esconde tras una máscara incómoda y opresiva.
Pepe se siente como un tiburón desgraciado, que se va desdentando.
Su club de fans ya no le llena.
Su paranoia ya no le libera de su inmundicia.
Ya no halla alivio ni justificación para su miseria.
Pepe aborrece su retorcida vileza.
Le da náusea su camino y resultado.
Ni se atreve a implorar redención.
Ningún futuro alienta su esperanza.
Para el dinosaurio, despertar es extinguirse.
Y continuar es despedazarse lentamente, en un absurdo sinsentido.
Todo el mundo odia a Pepe, incluso Pepe.
El pobre no quiere comprender.
Que no es a él como persona a quien se odia.
Sino a su abominable comportamiento dañino.
Que la puerta siempre está abierta.
Y que su ruina y condena se deben a sí mismo.
Los días están contados.
No habrá continuación de su legado.
Ni clemencia en su memoria.
Se hunde sin remedio.
Y lo que tendrá al otro lado es serio.
El ciego arderá hasta claudicar.
17 de febrero de 2016
pobres pobres
Ser pobres es lo masmal cay yaora esmas cavez cay poculpa la crisis cay. La crisis llieva masaños que llevia que nabia nacido yo pa saber comuerantes. Mimama ice cantes era to mubien y casi niabia casi pobres conque mira. Pero aora si cay cay que vas pola calle yay mucho pobres pol suelo que tenies que cuidar pa no pisaslos porque si pisas un pobre te pode pegar el pobre o pior. Y dan pena dan pidendio pero mimama ice que nanay de diarles na poque algunos son de mentiras pero adiemas que si les das yate siguen ya mas y no tejan enpaz yeso es mu peligrosos poque se pegan a tu puerta y llaman a mas pobres mas paque les des del anbre que tenien y o si no que senfadan y te queman la casa y te mores y te se comen tu cuerpo asao pol fuegos. Soes lo malo que pasa elos pobres que casi ni comen y se ponen asi locos dianbre y masimas flacos que se lesven los guesos y dan miedos que paicen muertos vivantes como las monias. A mi no me gustan las monias porquiuna vez fuimos ido al musieo con el coles yabia una ay que pareciba viba que siba salir apor mis y va el profe va y mace sustos pola espalda cando estaba ay cerca ela monia y casi medalgo. Y ya no me gustan las monias ni mi profe poques mu tontos. Pero los pobres tenien ese pobrema que se ponen asis comun palillo maimas asta que desapariecen de flacos y poeso que tenien masambre cambre de comer que se meten en los contienedores buscando comidas dasco pero mal esi no. Lo peor es pola noche por ques cando mas basuras ay y mas pobres buscando y gatos tanbien. Yaveces se pielean yaveces se comen a los gatos conque mira. Los chinos se comen a los perros y los pobres a los gatos conque casi nay ya masque pajaros. Peo encima los basusreros aveces no se dan cuentas y tiran al camion algun pobre questaba en el conteniedor yasi van menguando los pobres pocapoco peo que no se nota casis poque cavez zay mas poculpa la crisis. Peo lo malo quela crisis siguisigue poculpa los polisticos que sonunos choriszos yanencima pola tele nacen masque pogramas de cocinas paque no tolvides de comer o esi no te golves pobres yeso es lunico cacen pa intentiar evitarlo peo casi ni sirve casis.
película
Floto en el aire y voy viendo escenas sueltas como de una película, sin estar en ningún momento corpóreamente presente.
Al principio formo parte por completo de la historia que se está desarrollando. Luego poco a poco voy tomando conciencia de mi papel de cámara-espectador conforme sigo al protagonista.
El prota es un viejoven fofisano, rellenito sin ser gordo, largo sin ser alto, de aspecto este-europeo, gafas retro, peinado y ropas ídem e inocencia ingenua. Simpático a la par que patético, más lo primero que lo segundo. Genuino.
Conduce una especie de coche-caravana estrafalaria, ridículamente estrecha y absurdamente alta y larga, de chapa gruesa pintada de verde pino chillón. Dentro, cuelgan del techo varias paelleras y sartenes-wok que van sacudiéndose con el ajetreo. Todas están sujetas por sus asas con cuerdas para que miren al techo, para así hacer de antenas parabólicas caseras.
El prota se gana la vida haciendo de taxista clandestino, conduciendo semejante engendro rodante. Parece dedicar casi toda la jornada a esto, ya que en el vehículo no faltan todo tipo de utensilios cotidianos, cazos de cocina, adornos, etc.
Vive en una gran ciudad norteamericana, de clima frío, donde desempeña su oficio con no poca ilusión y sí poco éxito.
Utiliza las antenas para orientarse con su gps, pero parece haber contratado la señal de unos satélites kazajos-o-algo-así, que tienen problemas de organización en el espacio. Tan pronto están demasiado dispersos como demasiado apelotonados, con lo cual la señal falla frecuentemente.
Vemos al prota hacer una videollamada para quejarse de esto a los técnicos. Y mientras en la pantalla el encargado se excusa como puede, tras éste se oye brevemente una voz que pide socorro, de algún secuestrado. Detalle que pasa totalmente desapercibido para el prota, pero que pretende ser un toque cómico-paródico respecto al país kazajo-o-lo-que-sea y su corrupta cultura.
Luego vemos al prota volver a su humildísimo piso, donde le recibe su mujer y saluda a sus hijos, dos adolescentes, chico y chica, que miran embobados videoclips en la televisión. Televisión arcaica de tubo catódico y pésimo sonido, que obliga a elevar su volumen para distinguir apenas lo que suena. En respuesta al paternal saludo, la chica hace una pompa indiferente con su chicle y el chico le dedica a su padre un feo dedo ofensivo. Ambos reaccionan así, no por maldad, sino más bien por imitación de lo que ven en la tele, como ensayo actitudinal.
El padre cena en la cocina, viendo otro pequeño televisor de bolsillo.
Su mujer está a su lado, mordisqueando un boli mientras va escribiendo una carta.
Cuando termina de cenar, él hace un gesto como de abatimiento y súplica, pero ella reacciona mecánicamente llenándole el vaso con más soda, sin despegar los ojos de la carta que está manuscribiendo.
A la mañana siguiente, él sale hacia su trabajo y ella le sigue apresurada, tratando de endosarle unas cuantas cartas ensobradas. Esta es una costumbre habitual en ellos, pues resulta que esa sobre-correspondencia está destinada a él y en ella su mujer le expresa todo tipo de comentarios, afectos y demás. Y no es que sea muda, pero por alguna razón su relación viene funcionando así desde hace tiempo.
El prota parece estar más que harto y desesperado por todo. Ella insiste y él se resiste, y entre una cosa y otra han llegado hasta la entrada de su edificio, cuya planta calle resulta estar ocupada por unos grandes almacenes, cosa que produce un llamativo contraste con la cutrez de las demás plantas.
En el centro del recibidor hay una amplia y luminosa plazoleta, por la que cruzan los consumidores con sus bolsas y carros, entrando y saliendo de los diversos establecimientos. En este espacio libre hay montada una pequeña exposición temática, de la que se destaca una bola del mundo, de poliestireno, que va girando lenta y mecánicamente, mientras hace lo propio a su vez un pequeño satélite artificial, redondote y generosamente desproporcionado, sobre el que se lee: Sputnik - Maravilla de la técnica rusa.
El prota lo ve y tiene una idea brillante.
Ha decidido solucionar sus problemas trasladándose con su familia hasta Rusia. Así que al momento siguiente los vemos embarcar, con su monstruo-caravana, en un trasatlántico, del que por cierto también vemos salirse marcha atrás, en punto muerto, otro coche, que rueda inercialmente hasta chocar con un edificio.
Y así termina el sueño, con la clara sensación de que quedarían todavía dos tercios de la película por desarrollarse. De la que me ha gustado ese tono de indi-comedia que se ríe de sí misma y que también sabe ser humana cuando toca.
Me queda la sensación de que bien merecería existir esta película, o quizás ya exista. Quién sabe.
Al principio formo parte por completo de la historia que se está desarrollando. Luego poco a poco voy tomando conciencia de mi papel de cámara-espectador conforme sigo al protagonista.
El prota es un viejoven fofisano, rellenito sin ser gordo, largo sin ser alto, de aspecto este-europeo, gafas retro, peinado y ropas ídem e inocencia ingenua. Simpático a la par que patético, más lo primero que lo segundo. Genuino.
Conduce una especie de coche-caravana estrafalaria, ridículamente estrecha y absurdamente alta y larga, de chapa gruesa pintada de verde pino chillón. Dentro, cuelgan del techo varias paelleras y sartenes-wok que van sacudiéndose con el ajetreo. Todas están sujetas por sus asas con cuerdas para que miren al techo, para así hacer de antenas parabólicas caseras.
El prota se gana la vida haciendo de taxista clandestino, conduciendo semejante engendro rodante. Parece dedicar casi toda la jornada a esto, ya que en el vehículo no faltan todo tipo de utensilios cotidianos, cazos de cocina, adornos, etc.
Vive en una gran ciudad norteamericana, de clima frío, donde desempeña su oficio con no poca ilusión y sí poco éxito.
Utiliza las antenas para orientarse con su gps, pero parece haber contratado la señal de unos satélites kazajos-o-algo-así, que tienen problemas de organización en el espacio. Tan pronto están demasiado dispersos como demasiado apelotonados, con lo cual la señal falla frecuentemente.
Vemos al prota hacer una videollamada para quejarse de esto a los técnicos. Y mientras en la pantalla el encargado se excusa como puede, tras éste se oye brevemente una voz que pide socorro, de algún secuestrado. Detalle que pasa totalmente desapercibido para el prota, pero que pretende ser un toque cómico-paródico respecto al país kazajo-o-lo-que-sea y su corrupta cultura.
Luego vemos al prota volver a su humildísimo piso, donde le recibe su mujer y saluda a sus hijos, dos adolescentes, chico y chica, que miran embobados videoclips en la televisión. Televisión arcaica de tubo catódico y pésimo sonido, que obliga a elevar su volumen para distinguir apenas lo que suena. En respuesta al paternal saludo, la chica hace una pompa indiferente con su chicle y el chico le dedica a su padre un feo dedo ofensivo. Ambos reaccionan así, no por maldad, sino más bien por imitación de lo que ven en la tele, como ensayo actitudinal.
El padre cena en la cocina, viendo otro pequeño televisor de bolsillo.
Su mujer está a su lado, mordisqueando un boli mientras va escribiendo una carta.
Cuando termina de cenar, él hace un gesto como de abatimiento y súplica, pero ella reacciona mecánicamente llenándole el vaso con más soda, sin despegar los ojos de la carta que está manuscribiendo.
A la mañana siguiente, él sale hacia su trabajo y ella le sigue apresurada, tratando de endosarle unas cuantas cartas ensobradas. Esta es una costumbre habitual en ellos, pues resulta que esa sobre-correspondencia está destinada a él y en ella su mujer le expresa todo tipo de comentarios, afectos y demás. Y no es que sea muda, pero por alguna razón su relación viene funcionando así desde hace tiempo.
El prota parece estar más que harto y desesperado por todo. Ella insiste y él se resiste, y entre una cosa y otra han llegado hasta la entrada de su edificio, cuya planta calle resulta estar ocupada por unos grandes almacenes, cosa que produce un llamativo contraste con la cutrez de las demás plantas.
En el centro del recibidor hay una amplia y luminosa plazoleta, por la que cruzan los consumidores con sus bolsas y carros, entrando y saliendo de los diversos establecimientos. En este espacio libre hay montada una pequeña exposición temática, de la que se destaca una bola del mundo, de poliestireno, que va girando lenta y mecánicamente, mientras hace lo propio a su vez un pequeño satélite artificial, redondote y generosamente desproporcionado, sobre el que se lee: Sputnik - Maravilla de la técnica rusa.
El prota lo ve y tiene una idea brillante.
Ha decidido solucionar sus problemas trasladándose con su familia hasta Rusia. Así que al momento siguiente los vemos embarcar, con su monstruo-caravana, en un trasatlántico, del que por cierto también vemos salirse marcha atrás, en punto muerto, otro coche, que rueda inercialmente hasta chocar con un edificio.
Y así termina el sueño, con la clara sensación de que quedarían todavía dos tercios de la película por desarrollarse. De la que me ha gustado ese tono de indi-comedia que se ríe de sí misma y que también sabe ser humana cuando toca.
Me queda la sensación de que bien merecería existir esta película, o quizás ya exista. Quién sabe.
20 de enero de 2016
la noches mala
Pola telen las pelisculas si ses denoche sienpre pasan cosas malas cacen miedos y casi no mejan ni ver peo yo piensaba quera mentiras peo va y que no porquen las notiscias tamien lo dicen las cosas malas que pasan que si vas solo pola noche la poli te pega tiros sin prieguntar porque la poli se volve mala pola noche poeso a mi no mejan salir ni solo na y menos tardes porque andemas estan los bestias del fulbol que venen dotros paises y se ponen a ronpierlo todo asi en bandada que si te pillan te pisan poncima y mal pa ti anencima tamien ai las guarras que salen pola noche pacer guarranadas quencima te pegan virus que te mores encima peo yo no se como les dejian si lo malo ques peo quesque los polisticos son susa migos poque naidie mas los quere si no ademas ya canbio los dan dinerio y poeso luego adiemas pola noche salen tamien los pastillenos questan asi tolocos que se ponen ai en el parques y cacen botellon catascan el tafrico y poeso pola mañana los coches casi ni se moven casi de lo sucio que loejan anque es un poco raro poque el parques no pasan los coches peo creo ques po los lados que se llena camiones de limpia y poeso satascan ya tos anencima estan las disco pola noche cacen asi mas ruido que mas que ni se pode estar y si testas ai te volves malo poque tacen bebier cosas malas que te quitan la cabeza y te ponen zonbis yen tonces es lo pieor porque salen los draculines esos disfraciaos y te siecuestran pacerte malo comuellos poeso y mas cosas la noches mu mala y es miejor ni salir pa dormir y soñiar en la camita a salvo de todo que mañana sace dedias ya y bien otra vez.
Gente de allende (0-0-11)
Tobías es nombre de perro.
Al pobre Tobías se le ríen de él porque dicen que su nombre es de perro. Y no es verdad, pero los críos son más malos que la sarna y le chinchan con eso.
Tobi Tobi, ven. Ven, Tobi, ven. Dame la patita.
Tobías, a la pizarra. Muy bien, se ha ganado una galletita, digo... un positivo.
Y Tobías gruñía y rabiaba.
Elena Conache cada vez que se presenta tiene el mismo problema, la gente se hace un lío y no se entera ni de cómo se escribe su nombre ni de cuál es su apellido. Total, un desastre.
Conrado, el contable honrado.
Caso raro es don Conrado, que de lo cedido no hace robado.
Pilar Maestro de mayor quiere ser arquitecta, y la gente se ríe sin venir a cuento.
Emeterio es el guarda del cementerio, también hace de enterrador y lo que haga falta. El camposanto es su terreno, su reino, su imperio.
Doña Florinda es la dueña de la floristería y está al día de todos los cotilleos, de amoríos y escarceos. No se le escapa ni una a doña Florinda.
Chema el bombero no ha visto en su vida un incendio de verdad, se sacó el título mediante un curso por correspondencia y solo conoce el fuego por los libros y los videos.
A Tobías no le gusta demasiado bañarse, es habitual verle rascándose la cabeza o por el cuerpo. Más de una vez ha pillado alguna pulga o ha tenido piojos.
Sonia es la profe de lengua y una romántica empedernida que siempre está deseando que llegue el amor de su vida. Su sueño más grande es tener una pareja para quererse mucho mucho y darse más besos que más y cosas así.
Aparicio cara-de-susto trabaja en la funeraria, el pueblo le hace el vacío y el pobre lleva una existencia solitaria y melancólica.
Pilar Maestro ya es moza de buen ver, pero está tan empeñada con sus estudios que la única manera de verla es en la biblioteca, de los pocos sitios que frecuenta.
Rico el pordiosero no ha tenido suerte en esta vida. En el pueblo ya están acostumbrados a verlo mendigar por las calles. A veces se apiadan de él y a veces lo echan a patadas. Pero siempre vuelve, como si no tuviera otro lugar al que ir.
Siobhan es la extraña, la huerfanita pelirroja con ese nombre tan raro que adoptaron los Gutiérrez en un arrebato de bobería incomprensible. A saber de dónde la sacaron.
Vitorio está jubilado y es un ludópata. Dice que se está quitando pero poco se nota. Hombre, es verdad que ahora se controla un poco más, pero si no es por el alcalde, este acaba en la miseria, como Rico el pordiosero.
La profe Sonia además es más guapa que más, asique por eso no será. Tiene unas tetas grandes y redondas, que casi no puedes ni dejar de mirarlas. Y también tiene una melena larga y castaña, de la que le salen un par de mechones con los que hace caracolillos cuando fantasea.
A todos los chicos se les cae la baba solo de verla, que casi ni respiran ni nada en su clase. A veces se oyen suspiros y todo.
Inocencio es el líder de los macarrillas. Aborrece profundamente su nombre, así que todos le llaman Zulo, luego veremos por qué, y ojo con equivocarte, porque siempre lleva navaja encima.
Elena Conache, además de modista es un poco pijilla. Se cree que es la reina del cotarro. Y es verdad, porque nada adorna más un sarao que sus sonoras risas de pato, Cuá Cuá Cuá!
Corifeo, Cori para los amigos, si tuviera alguno, que va a ser que no, es un chico gordo y acomplejado. Cuando digo gordo y acomplejado quiero decir superobeso y ultratraumatizado.
Fuencisla es una viejica plañidera. Esa que viste siempre de luto y acude a todos los entierros con su camarilla de seguidoras, a llorar un ratico al muerto. Lo hace por vocación, aunque el cura siempre le da alguna estampita, por lo bien que ambienta con sus penas el oficio difuntos.
Sandalio el zapatero tiene un local mu coqueto y apañado, aunque el trabajo se le amontona por todos los lados. Menos mal que por la noche... Se va a la taberna y se olvida de todo.
Sonsoles es ciega y tiene su quiosquico donde vende la suerte los ciegos, para el que la quiera comprar, claro.
Chema el bombero no hace más que atender emergencias nada emocionantes, rescatar gatitos subidos en los árboles, rescatar viejecitas atrapadas en sus casas y cosas así.
Los Gutiérrez ya hace años que palmaron y Siobhan ya es una zagala hecha y derecha, que regenta una taberna y todo, la única que hay en el pueblo, además. Pero para los del pueblo siempre será la extraña. Para eso está la plaza los viejos, pa que las cosas se digan como tiene que ser, hombre.
El enchufe del Vitorio con el alcalde le viene de que son familia. No me preguntes por el parentesco porque yo con eso no me aclaro. Tiabuelo, concuñao o algo así será.
Total, quel Vitorio vive de gratis en una casa cedida y come donde los curas. A cambio, los dineros se los administra una asistenta, porque es que si no es una ruina. A la que tiene dinero, ya está apostando y montando barullos y problemas.
La profe Sonia lee muchas novelas de amor y se cree que le va a pasar igual, pero lo malo es que pasa el tiempo y no tiene suerte. Qué es lo que hace mal?
Caballedo es el barbero del pueblo. Tendría que estar jubilado, pero como no tiene otra cosa, pues ahí sigue que sigue, al pie del cañón. Hasta que el cuerpo aguante.
Rosita es la hija de Atilano y doña Florinda. Está en una edad difícil, no soporta a sus padres, siente que le asfixian, que no le dejan expresar su personalidad, que le impiden crecer. Tal vez por eso hace todo lo contrario de lo que le dicen.
Zulo ya es casi un adulto, dejó los estudios hace tiempo y desde entonces trabaja en la herrería. Tiene una moto petardera y le encanta correr a tope con ella todas las noches. Así es como si marcara su territorio, que palgo es un macarra, no te digo.
A Tobías lo que más le gusta del colegio es la sirena, pero solo la de salida, claro está. Cuando se acerca la hora de que suene, se pone a salivar de puro contento.
La casa de Doña Florinda es pa verla. Toda llena de flores y animales disecados. Parece una selva mismamente. Casi hasta agobia y todo, no me extraña que Rosita se sienta atrapada en semejante extravagancia barroca.
Aparicio cara-de-susto es romántico hasta los huesos y hace poesías en secreto. Sueña con el día en que aparezca su alma gemela y le rescate de su tristeza.
Pilar Maestro saca dieces en todo, es la mejor con diferencia. Ella preferiría no ser tan diferente, pero ya es tarde para eso. Los demás la ven como a un bicho raro. La admiran, la envidian o la aborrecen, pero encajar lo que se dice encajar, no encaja.
Corifeo es el resultado de una relación tormentosa. Sus padres son unos desgraciados que se dedican a hacerse la vida un infierno el uno al otro. Lo que no sé es por qué siguen juntos en esas condiciones. Igual son masocas o algo, pero que, vaya par de dos.
Para saber cómo está la profe Sonia, solo hay que ver la ropa que lleva. Hay días que lleva escote y faldita, y hay días que lleva un vestido así oscuro que parece una monja.
Lo de Zulo le viene por el local que tiene. Resulta que sus abuelos murieron hace tiempo y sus padres le cedieron la casa que habían heredado. Más bien le invitaron a que se fuera de su lado, tan problemática era su convivencia.
Eustaquio es el médico del pueblo. Cuenta con un equipo de trabajo bastante reducido. Su principal apoyo es Eugenia, la enfermera.
Nadie gana a Fuencisla a duelos y quebrantos. Sus lamentos son profundos y desgarradores. Vamos, que como te pille con la guardia baja, te hace llorar de lo lindo, a moco tendido. Te hunde la moral que da gusto.
Qué campeona la Fuencisla. Es tremenda.
Conrado es de un carácter discreto y apocado. Poco más se puede decir, porque en cuanto se sabe mirado se pone rojo como un tomate y se aturulla azorado.
La familia Chinchón es bastante típica. Romeo, el marido, trabaja en la fábrica. Maruji, la esposa, cuida la casa. Bartolo, el mayor, hace novillos. Felisa, la mediana, es una listilla. Y Nati, la pequeña, no hace más que darle al chupete.
Salva es un abusón. Nació cuando sus padres no tenían ya ganas ni tiempo para criar otro hijo. Lan criao a base palos y berridos: Burro, manque burro!
La taberna de Siobhan no tiene nombre. O bueno sí, se llama La Taberna, porque eso es lo que pone en el cartel que cuelga fuera. La Taberna está bien, corto, sencillo, directo, sin complicaciones. Los del pueblo lo llaman el bar de la extraña, o la pelirroja, o la huerfanita, la chica esa que adoptaron los Gutiérrez, que no te sé decir de dónde es pero que fíjate tú qué penica los Gutiérrez, ya muerticos los dos, qué penica hija mía.
Cosas así, según con quién hables y cómo de rumboso lo pilles.
A Salva lo tratan como a un animal, no le enseñan nada, pero bien que le castigan por todo lo que hace mal. Los salvajes son sus padres, no te digo...
Caballedo ha perdido mucho con los años. Antes era jovial y dicharachero. Siempre tenía un saludo amable y una conversación a mano para todo el que se asomara por la barbería. Ahora está como distraído todo el rato. Apagado.
Salva ha aprendido a apreciar los golpes y el desprecio como la única forma de afecto y atención que puede tener. Por eso hace las cosas mal adrede. Es mejor que te llenen de palos a que se olviden de ti. Pura supervivencia.
Feo es la abreviatura de Corifeo y es como le dice todo el mundo. Se ve que para que te llamen por tu nombre hay que hacer méritos o algo. La gente es así, te ven jodido y aún te joden más. Ahí a cebarse con el que más pueden. Venga a chinchar y a escarniar.
En el caso de Feo está claro que le pega, que le queda mejor, que va más con su persona. Pero aun así fastidia, que los demás decidan hasta cómo te tienes que llamar. Jesús, qué cruz.
Sin darse cuenta, Salva ha asimilado lo que le dicen como la verdad. Se identifica con esas palabras, por eso procura que los demás también se las digan. Así se siente reconocido, apreciado.
Eustaquio y Eugenia se entienden en secreto, él está casado y ella está soltera. Compréndase, así las noches de guardia son más llevaderas...
Salva se desquita de sus problemas en el cole. Para ser un animal no hace falta estudiar, Salva va al cole a abusar y molestar. Además ha repetido de curso y eso es mejor todavía. Ahora es el mayor de la clase.
Tito es un niño pequeño que no habla. Sordo no es y mudo tampoco, solo que no habla y ya tiene edad para hablar. Su madre confía en que hablará cuando sea, ella lo quiere igual.
En el fondo, Salva solo busca ser querido, pero no sabe ser de otra manera, así que lo único que consigue es ser odiado. Esa es su pena. La maldición del abusón.
Ahora el Vitorio se conforma con las cartas, qué remedio, pero en sus años mozos este le hacía a todo y montaba cada una que para qué. No ganábamos para disgustos con él.
Detrás de una, otra, y el pueblo venga a aguantar los líos de semejante destalentado.
Menos mal que con los años se ha asentado un poco, menos mal.
Ser el malo es un poco pesado, Salva se siente como atrapado, tiene miedo, teme que si deja de maltratar a los demás, entonces será él la víctima de los otros, y de eso ya tiene bastante en casa.
Chema el bombero se reúne cada noche en la taberna con la parroquia, el Sandalio y compañía, y juntos pillan cada borrachera que arde Roma.
A veces Salva piensa que es como si no tuviera derecho a existir, como si todo el mundo prefiriera que él no estuviera ahí. Por eso no le queda más remedio que hacerse el duro, luchar por su pellejo, ya que nadie está de su lado.
Bienve fue un hijo no deseado, tal vez por eso nació tarado.
Su madre tuvo que criarlo sola, porque se había separado.
Esta historia se la sabe muy bien doña Florinda, que la cuenta con todo lujo de detalles a todo el que quiera oírla.
La casa del Zulo tiene un sótano que ha convertido en peña. Es un agujero de mala muerte, que cuando no apesta a humedad está lleno de humo. Allí se junta y reúne lo mejorcico del pueblo.
Sandalio siente un natural y previsible fetichismo por los pies femeninos. Nada le complace más de su trabajo que el quitar y poner zapatos a una bella dama en el breve y cómplice silencio que crea la sensualidad del momento, el suave deslizar del pie sobre su horma perfecta. El olor del cuero, la tersura de lo nuevo, la intimidad del contacto, la tentación del deseo...
Lo bueno de trabajar en una funeraria es que te deja muchos ratos muertos, que Aparicio cara-de-susto mata con sus lecturas poéticas.
Como buen romántico que es, gusta de leer grandes poetas. Ahora mismo tiene entre sus manos "Un blando columbramiento", de Afrén Avedarturi.
Cuando está así con muchas ganas de tener amor, a la profe Sonia se le nota porque se muerde el labio, y porque escribe en la pizarra más cerca sin darse cuenta, que se le rozan las tetas y se le ponen blancas.
Emeterio gobierna sus dominios con autoridad, hace y deshace a placer. Pero siempre con suma discreción. Por el día es como si no existiera. Nadie sabe de sus fechorías, ni lo sospechan siquiera.
Feo es la patata caliente que nadie quiere ver ni aguantar. Feo es casi como si no tuviera familia, como si fuera huérfano. Se pasa el día por la calle, solo, abandonado, ignorado, desamparado.
Menos mal que Feo tiene un escondite privado, un rincón secreto donde pasa los ratos tranquilo y en paz.
Salustio, Jubi para los amigos, bueno, para todo el mundo, porque ya el mote se le ha quedado. Pues eso, el Jubi que tiene más años que la tarara y está hecho un fenómeno el figura, porque es que no se entera de la misa la media. Por sordo, que no por tonto, pero igual que te tronchas con él, tiene cada salida que pa qué.
Doña Perpetua tiene 99 años y está podrida millones. Sus hijos están deseando que estire la pata para trincar la herencia. Pero buena es Doña Perpetua, cualquiera lecha la mano al cuello, sí, miau!
Los chavales se lo toman como una prueba de hombría, pasarse por la peña el Zulo es lo más de lo más, solo para tíos duros con los machos bien puestos.
A Siobhan muchas mujeres la llaman Yoán, o Juana, o Susán o como les sale. Y hay hasta quien le dice Sonia, que alguna también tiene unas entendederas...
Aparicio cara-de-susto pasea sus tristezas por la noche, que es cuando se deja ver por el pueblo. Bueno, lo de dejarse ver es un decir, porque a esas horas ya me dirás tú, si no hay ni un alma por ahí. Y si te lo encuentras, te casca un susto que no veas. Normal, con ese aire tan siniestro y fantasmal, a ver si no.
Bienve es todo un hombre, pero su mente es la de un niño.
Es muy difícil controlarlo, por eso su madre lo tiene siempre encerrado.
Chema el bombero tiene afición por el aguardiente, que alimenta pasiones inconfesables en su bravo corazón flamígero.
Rico el pordiosero suele ir acompañado de un galgo sarnoso al que llama cariñosamente Pulgas. Claro que, con la voz tan cascada y ajada que la mala vida y los años le han dado, por muy amable que intente sonar, a nada que diga, el perro siempre sale espantado y entonces empieza la absurda escena de siempre, con Rico el pordiosero maldiciendo y armando escándalo a grito pelao detrás del chucho que huye escagarruciao y aullichillante.
La guarida secreta de Feo es una casa abandonada, derrumbada, de la que solo queda en pie la fachada, con la puerta y las ventanas tapiadas. A cada lado, los muros de las otras casas, así que solo se puede entrar por la empalizada de atrás, por un hueco disimulado.
Tasio es disecador, un taxidermista de esos que le dicen. Vamos, que tú le das un bicho muerto y él te lo pone bonito, padornar y tal. Eso aquí se estila bastante, no te creas.
Emeterio tiene un pequeño arreglo con doña Florinda. Él se ocupa de sacudir con su pala las flores de las familias pudientes, para que las repongan con más frecuencia. A cambio, doña Florinda le tiene al día de los chismes más picantes. Esta hecho un salido de mucho cuidao, el Emeterio.
El Vitorio siempre tiene una mesita en la calle, junto a su casa. Es de esas plegables, de las de cánpin, y también tiene un par de sillas, también de cánpin. Y allí que se pasa el día, echando partidas con el que quiera, y cuando no, pues haciendo solitarios.
Ángel Malo es el profesor de matemáticas y es endiabladamente bueno pillando a los que no se lo saben. Con él no valen las chuletas, qué va, ni de casualidá.
Feo se siente seguro y protegido en su rincón apartado, en ese paraje olvidado, ese solar lleno de ruinas y escombros. Lejos de los otros y todos. Una vez dentro ya está a salvo, porque las casas no tienen ventanas que den al solar, la fachada le tapa de los vecinos de enfrente y por detrás ya no hay más casas, así que... Ideal.
Tito es formal y sabe ser bueno cuando está solo. Por eso su madre lo deja en casa mientras se va al trabajo. Dinero no sobra, así que la vecina le echa un ojo de tanto en tanto y asunto arreglado.
La peña del Zulo es el picadero ideal. Muchos descubren allí la droga, muchos se inician así en su perdición. En esa peña más de una ha perdido la virginidad y más de otra se ha cepillao a medio pueblo. El sueño de todo pipiolo, vamos.
Chema el bombero vive en casa de sus padres y, en cuanto se sacó el título, se hizo construir una barra de deslizamiento hasta el garaje. Pero la furgoneta cisterna no le cabía, así que la guardan en el almacén del pueblo, que está en la otra punta del ídem. Aun así con la barra deslizadora se gana tiempo, no te creas que no.
Antes Aparicio cara-de-susto gustaba de ambular también por el cementerio, pero el Emeterio le tiene prohibida la entrada. Se ve que le molestaba o interfería en sus andanzas, que no quiero ni pensar las que serán.
Rosita es de las que gustan frecuentar la peña el Zulo. Cualquier día aparecerá por su casa con un bollo en el horno. Y entonces que rece quien le haya hecho el bombo.
Al Jubi lo de su mote le viene por Jubijarreta. Resulta que, como es un poco duro de oído, se medio inventa lo que oye y muchas veces rebautiza a la gente a la buena de Dios, con lo primero que se le ocurre. Y claro, en una de esas le bautizaron a él y con Jubi que se quedó.
Los exámenes de Ángel Malo son de los de sudar la gota gorda, de estrujarte el coco pero bien, que como no te lo sepas cateas de cabeza que cateas, fijo que sí. Y lo mismo con los ejercicios de clase y los problemas para casa. Un horror, vamos.
Da igual invierno que verano, día que noche, la mesa el Vitorio siempre está ahí plantada, ocupando la acera. Pero la gente ya está acostumbrada y al menos no se quejan.
Para su cumpleaños a Tobías le han regalado un frisbi. Guau, qué chulo! Dice Tobías. Y como no tiene con quién jugar, lo lanza y corre a recogerlo, así hasta que se cansa.
Caballedo en sus años buenos era todo salero y desparpajo. A los chicos siempre les hacía la misma broma, de que le venía un estornudo y te cortaba la oreja. Y entonces te echaba sobre el regazo una oreja de pegas que tenía. Te miraba la cara que ponías y se arreaba unas risotadas que daba gusto. Luego te daba algún caramelo y ya se tabía ganao pa toda la vida. Eran otros tiempos, claro, esas cosas se valoraban.
La Capi está como un tren, de toma pan y moja. De pequeña tuvo guaperas y ya se quedó así. Es un poco tontita y creída, pero se le perdona por lo buena que está. Mama mía.
Tasio perdió a su mujer y a su hijo en un accidente de coche, él se salvó de milagro. Tiene una cicatriz bastante chunga en la cara y de poco no pierde un ojo. También se fastidió malamente una pierna y ahora anda a lo patachula. Está hecho un cromo el Tasio.
Conrado vive con su padre, Prudencio, que ya está mayor y achacoso. Conrado cuida de él lo mejor que puede y sabe. Forman un dúo gris y apagado. Una pareja insuperable, para un concurso de bostezos, eso sí.
Aparicio cara-de-susto quisiera escribir poesías henchidas de ternura y alegría, pero las que le salen son sombrías y macabras. La muerte que llena su entorno se le mete dentro y se filtra en lo que escribe. La nostalgia anega su ánimo y le hace goteras en el corazón. Plinc. Plinc. Plinc.
Chema el bombero no fuma pero siempre lleva en el bolsillo un mechero. Le encanta dar fuego y que se lo pidan. A veces cuando se aburre juguetea distraídamente con él. Parece que eso le encandila y serena.
Feo pasa los mejores ratos en su lugar especial, su reino, su territorio, sus dominios. Allí se mueve a sus anchas y juega y se divierte. Con cualquier cosa, con el simple placer de sentirse libre y sin testigos. La única condición es no hacer demasiado ruido, para no despertar sospechas.
Feo se recrea sobre todo con los insectos. Las hormigas le fascinan. Le encanta confundirlas y matarlas a capricho. También le gusta cavar en la tierra y cazar gusanos o bichos bola.
El Jubi es un gran aficionao a la quiniela. Lleva toda su vida apostando con la misma combinación. La gente cuando se entera es que alucina. Pero quió! Que así no se juega! Ande sa visto pues! Majara, questás majara!
Pero el Jubi pasa de todo, sigue a su marcha y ahí lo tienes, tan pancho y tan campante.
Cuando su mama vuelve del trabajo se sienta un rato en el sofá. Tito acude y le hace la broma de sentarse sobre ella como si fuera el sofá, como si no la viera. Ella entonces tamborilea con sus dedos sobre su cabeza. Llueve, Tito, que llueve. Que te vas a mojar, Tito. Y Tito se levanta y su madre le sigue con el tamborileo. Y Tito sale por el pasillo y recorre la casa buscando un techillo. Y se refugia bajo la mesa de la cocina. Y la madre se agacha y va a por él como un lobo y ruedan por el suelo y se abrazan y ríen y Tito le da un beso a su mama. Así termina el juego, así se saludan cada día.
La más triste estampa que te puedes encontrar es a Rico el pordiosero perdido por las afueras, cubierto con sus harapos y con el tembloroso Pulgas a su lado, vagando, en silencio, bajo la lluvia y el destemple.
Dicen que el Tasio tiene a su mujer y a su hijo momificados y que los guarda en el armario de su dormitorio. No sabría decírtelo a ciencia cierta, pero este cualquier cosa, es capaz de eso y más.
Fortunato Y Jacinto son dos habituales de la plaza los viejos. Son un par de ancianicos mu entrañables, siempre juntos por todos lados. Se conocen desde queran pequeñicos y siempre han sido amigos que han sido. Mialos ai qué majos, los dos achaparradicos.
Aparicio cara-de-susto está cansado y deprimido de esta vida que lleva. Quiere escapar lejos, muy lejos, a los trópicos, a la luz, al calor, a la vida. Pero no se decide, no se atreve. Qué le retiene?
Caballedo pasa las horas leyendo el periódico y echando cabezadas de tanto en tanto.
La verdad es que está tan ido que parece medio dormido siempre. Más de una vez le ves que se le cae la cabeza de sueño mientras te corta el pelo. Da un yuyu que no veas.
Si hay una palabra que define su barbería, esa es sopor. El silencio, la vetustez y decadencia, la pobre iluminación, la cadencia de las tijeras, el crujir de las vigas. En fin, todo, todo se conjuga para convertir la visita en algo deprimente, desganante, amodorrante. Y voy a parar, que ya me dan ganas de bostezar.
Alguna vez, cuando Feo explora sus territorios, ha encontrado alguna jeringuilla o algún preservativo, cosa que le ocasiona no poca inquietud y confusión. Como si adivinara la posibilidad de verse destronado y desterrado de su paraíso, su única parcelita de felicidad. Sin embargo, esta amenaza parece aún remota o difusa. Además, estos hallazgos también tienen su lado excitante, emocionante. Feo se imagina aventuras, se ve como el héroe que vence a los malos y resuelve los enigmas.
Tito juega a los secretitos. Tito hace dibujos para su mama. Es un ladrón y un zalamero, se esconde el papel en la espalda y hasta que su mama no le da un beso no se lo enseña. Luego su mama lo coloca en la nevera con un imán y tan contenta.
Sinacio tiene un gimnasio. Se llama Gym Nacho's, lo malo es que no va nadie. No ha tenido mucho éxito por ahora. Ni nunca, a decir verdad. Porque, anda que este... Menudo menda el pajaro.
La profe Sonia vive sola y duerme desnuda en una cama grande y con sábanas de seda. Se pone un par de gotas de perfume de hombre y así se duerme y consuela. Imaginando que viene un bombero para apagar su fuego...
La nevera está llena de dibujos de Tito. Casi parece que cuentan una historia. Cuando Tito se enfada los coge todos y se los lleva a su cuarto. Pero Tito es muy bueno y no se enfada casi nunca, además que enseguida se le pasa.
La barbería de Caballedo parece como sacada del siglo pasado.
El cartel sobre la entrada lleva un porrón de años desletrao. Fue perdiendo poco a poco cada letra y solo le quedan los hierros, cual encías seniles. El clásico poste a la entrada dejó de girar hace ni sé, y su cristal está todo churripitioso y enmohecido. Da una impresión bastante mala, la verdad.
Ya dentro, las paredes lucen un empapelado arcaico y descolorido. Los únicos adornos que cuelgan son un diploma, de peluquero me supongo, y un calendario dace la tira daños, con la clásica buenorra pechugona despelotada. La cristalera se ve neblinosa y tiznada, de la roña acumulada. En ella reposan dos o tres carteles elaño la pera, fundidos con el vidrio. El espejo está picado de viruelas, moteado por el óxido, rajado a un lado, por un altercado cubo cetiempunavez.
La encimera está toda agrietada y con el barniz comido y desprendido, del que apenas queda algún islote intacto en las zonas más apartadas. Las sillas parecen sacadas del laboratorio de Fránquestein, con el cuero rajado y su relleno aplastanado.
La percha está esganguillada y queda inclinada, a punto del KO. En ella descansa la bata blanca, que ya no es tan bata ni tan blanca. En el bolsillo izquierdo reposa olvidada la oreja señuelo, soñando con tiempos sin duda mejores.
Al fondo, una puerta lleva a un cuartucho diminuto, que es donde vive el Caballedo, provisionalmente, desde que abrió, allá por el año catapún.
En fin, una reliquia el local, ya lo ves.
A Tito le encanta jugar con su mama. Mira Tito, te he robado la nariz. Tito, en qué mano está la china. Veo veo, Tito. A ver quién aguanta más sin reírse, Tito. Jajaja, tramposo...
Feo se siente el rey de su imperio. Lo que no sabe Feo es que alguien espía sus andanzas. Resulta que la casa de al lado, la de la derecha, tiene un desván con una pequeña aspillera para que le entre la luz. Y que ese desván es el sitio predilecto de la vecinita. Una chica que sube allí para jugar sus juegos más secretos, y que enseguida descubrió a Feo ahí abajo, rondando por los escombros.
También le gusta a Tito peinar a su mama. Su mama tiene el pelo liso y mu largo, es muy bonito. Tito lo pasa y repasa suavecito con el peine para que su mama esté guapa guapa. Ves qué bien? Eres un tesoro, mi cielo. Mua!
La chica que espía a Feo es un poco mayor que él. Le divierte seguir y vigilar los movimientos del gordito. Le excita ser la única testigo de sus juegos y devaneos.
Tanto le deleita esto, que a menudo se toca y se complace mientras lo observa.
La vecinita no sospecha que con esta afición está imprimiendo sus gustos para toda su vida. Cuando crezca, manifestará una clara inclinación hacia hombres fornidos y robustos, especialmente camioneros. Esto a su vez la encaminará hacia la profesión más vieja del mundo y terminará en un antro de mala muerte, cualquiera de esos oasis decadentes que salpican la carretera, donde se abandonará perdida hasta su ruina.
A Tobías siempre los perros le van a olerle el culo. Eso le molesta un montón. Qué tontos que son, jolines.
La chica que espía a Feo, cuando se aburre en clase o se distrae, se pone a escribir diminutas notas o mensajes de amor para su gordi preferido. Su bolisebi, su croqueti, su... Madre mía, está como una chota la tía.
Su cabecita traviesa y calenturienta se enreda en las fantasías más tórridas y osadas. Juguetea todo el tiempo con esconderse y sorprenderle allí, verse en secreto y hacerse amigos superespeciales, íntimos y lascivos...
Al pobre Tobías se le ríen de él porque dicen que su nombre es de perro. Y no es verdad, pero los críos son más malos que la sarna y le chinchan con eso.
Tobi Tobi, ven. Ven, Tobi, ven. Dame la patita.
Tobías, a la pizarra. Muy bien, se ha ganado una galletita, digo... un positivo.
Y Tobías gruñía y rabiaba.
Elena Conache cada vez que se presenta tiene el mismo problema, la gente se hace un lío y no se entera ni de cómo se escribe su nombre ni de cuál es su apellido. Total, un desastre.
Conrado, el contable honrado.
Caso raro es don Conrado, que de lo cedido no hace robado.
Pilar Maestro de mayor quiere ser arquitecta, y la gente se ríe sin venir a cuento.
Emeterio es el guarda del cementerio, también hace de enterrador y lo que haga falta. El camposanto es su terreno, su reino, su imperio.
Doña Florinda es la dueña de la floristería y está al día de todos los cotilleos, de amoríos y escarceos. No se le escapa ni una a doña Florinda.
Chema el bombero no ha visto en su vida un incendio de verdad, se sacó el título mediante un curso por correspondencia y solo conoce el fuego por los libros y los videos.
A Tobías no le gusta demasiado bañarse, es habitual verle rascándose la cabeza o por el cuerpo. Más de una vez ha pillado alguna pulga o ha tenido piojos.
Sonia es la profe de lengua y una romántica empedernida que siempre está deseando que llegue el amor de su vida. Su sueño más grande es tener una pareja para quererse mucho mucho y darse más besos que más y cosas así.
Aparicio cara-de-susto trabaja en la funeraria, el pueblo le hace el vacío y el pobre lleva una existencia solitaria y melancólica.
Pilar Maestro ya es moza de buen ver, pero está tan empeñada con sus estudios que la única manera de verla es en la biblioteca, de los pocos sitios que frecuenta.
Rico el pordiosero no ha tenido suerte en esta vida. En el pueblo ya están acostumbrados a verlo mendigar por las calles. A veces se apiadan de él y a veces lo echan a patadas. Pero siempre vuelve, como si no tuviera otro lugar al que ir.
Siobhan es la extraña, la huerfanita pelirroja con ese nombre tan raro que adoptaron los Gutiérrez en un arrebato de bobería incomprensible. A saber de dónde la sacaron.
Vitorio está jubilado y es un ludópata. Dice que se está quitando pero poco se nota. Hombre, es verdad que ahora se controla un poco más, pero si no es por el alcalde, este acaba en la miseria, como Rico el pordiosero.
La profe Sonia además es más guapa que más, asique por eso no será. Tiene unas tetas grandes y redondas, que casi no puedes ni dejar de mirarlas. Y también tiene una melena larga y castaña, de la que le salen un par de mechones con los que hace caracolillos cuando fantasea.
A todos los chicos se les cae la baba solo de verla, que casi ni respiran ni nada en su clase. A veces se oyen suspiros y todo.
Inocencio es el líder de los macarrillas. Aborrece profundamente su nombre, así que todos le llaman Zulo, luego veremos por qué, y ojo con equivocarte, porque siempre lleva navaja encima.
Elena Conache, además de modista es un poco pijilla. Se cree que es la reina del cotarro. Y es verdad, porque nada adorna más un sarao que sus sonoras risas de pato, Cuá Cuá Cuá!
Corifeo, Cori para los amigos, si tuviera alguno, que va a ser que no, es un chico gordo y acomplejado. Cuando digo gordo y acomplejado quiero decir superobeso y ultratraumatizado.
Fuencisla es una viejica plañidera. Esa que viste siempre de luto y acude a todos los entierros con su camarilla de seguidoras, a llorar un ratico al muerto. Lo hace por vocación, aunque el cura siempre le da alguna estampita, por lo bien que ambienta con sus penas el oficio difuntos.
Sandalio el zapatero tiene un local mu coqueto y apañado, aunque el trabajo se le amontona por todos los lados. Menos mal que por la noche... Se va a la taberna y se olvida de todo.
Sonsoles es ciega y tiene su quiosquico donde vende la suerte los ciegos, para el que la quiera comprar, claro.
Chema el bombero no hace más que atender emergencias nada emocionantes, rescatar gatitos subidos en los árboles, rescatar viejecitas atrapadas en sus casas y cosas así.
Los Gutiérrez ya hace años que palmaron y Siobhan ya es una zagala hecha y derecha, que regenta una taberna y todo, la única que hay en el pueblo, además. Pero para los del pueblo siempre será la extraña. Para eso está la plaza los viejos, pa que las cosas se digan como tiene que ser, hombre.
El enchufe del Vitorio con el alcalde le viene de que son familia. No me preguntes por el parentesco porque yo con eso no me aclaro. Tiabuelo, concuñao o algo así será.
Total, quel Vitorio vive de gratis en una casa cedida y come donde los curas. A cambio, los dineros se los administra una asistenta, porque es que si no es una ruina. A la que tiene dinero, ya está apostando y montando barullos y problemas.
La profe Sonia lee muchas novelas de amor y se cree que le va a pasar igual, pero lo malo es que pasa el tiempo y no tiene suerte. Qué es lo que hace mal?
Caballedo es el barbero del pueblo. Tendría que estar jubilado, pero como no tiene otra cosa, pues ahí sigue que sigue, al pie del cañón. Hasta que el cuerpo aguante.
Rosita es la hija de Atilano y doña Florinda. Está en una edad difícil, no soporta a sus padres, siente que le asfixian, que no le dejan expresar su personalidad, que le impiden crecer. Tal vez por eso hace todo lo contrario de lo que le dicen.
Zulo ya es casi un adulto, dejó los estudios hace tiempo y desde entonces trabaja en la herrería. Tiene una moto petardera y le encanta correr a tope con ella todas las noches. Así es como si marcara su territorio, que palgo es un macarra, no te digo.
A Tobías lo que más le gusta del colegio es la sirena, pero solo la de salida, claro está. Cuando se acerca la hora de que suene, se pone a salivar de puro contento.
La casa de Doña Florinda es pa verla. Toda llena de flores y animales disecados. Parece una selva mismamente. Casi hasta agobia y todo, no me extraña que Rosita se sienta atrapada en semejante extravagancia barroca.
Aparicio cara-de-susto es romántico hasta los huesos y hace poesías en secreto. Sueña con el día en que aparezca su alma gemela y le rescate de su tristeza.
Pilar Maestro saca dieces en todo, es la mejor con diferencia. Ella preferiría no ser tan diferente, pero ya es tarde para eso. Los demás la ven como a un bicho raro. La admiran, la envidian o la aborrecen, pero encajar lo que se dice encajar, no encaja.
Corifeo es el resultado de una relación tormentosa. Sus padres son unos desgraciados que se dedican a hacerse la vida un infierno el uno al otro. Lo que no sé es por qué siguen juntos en esas condiciones. Igual son masocas o algo, pero que, vaya par de dos.
Para saber cómo está la profe Sonia, solo hay que ver la ropa que lleva. Hay días que lleva escote y faldita, y hay días que lleva un vestido así oscuro que parece una monja.
Lo de Zulo le viene por el local que tiene. Resulta que sus abuelos murieron hace tiempo y sus padres le cedieron la casa que habían heredado. Más bien le invitaron a que se fuera de su lado, tan problemática era su convivencia.
Eustaquio es el médico del pueblo. Cuenta con un equipo de trabajo bastante reducido. Su principal apoyo es Eugenia, la enfermera.
Nadie gana a Fuencisla a duelos y quebrantos. Sus lamentos son profundos y desgarradores. Vamos, que como te pille con la guardia baja, te hace llorar de lo lindo, a moco tendido. Te hunde la moral que da gusto.
Qué campeona la Fuencisla. Es tremenda.
Conrado es de un carácter discreto y apocado. Poco más se puede decir, porque en cuanto se sabe mirado se pone rojo como un tomate y se aturulla azorado.
La familia Chinchón es bastante típica. Romeo, el marido, trabaja en la fábrica. Maruji, la esposa, cuida la casa. Bartolo, el mayor, hace novillos. Felisa, la mediana, es una listilla. Y Nati, la pequeña, no hace más que darle al chupete.
Salva es un abusón. Nació cuando sus padres no tenían ya ganas ni tiempo para criar otro hijo. Lan criao a base palos y berridos: Burro, manque burro!
La taberna de Siobhan no tiene nombre. O bueno sí, se llama La Taberna, porque eso es lo que pone en el cartel que cuelga fuera. La Taberna está bien, corto, sencillo, directo, sin complicaciones. Los del pueblo lo llaman el bar de la extraña, o la pelirroja, o la huerfanita, la chica esa que adoptaron los Gutiérrez, que no te sé decir de dónde es pero que fíjate tú qué penica los Gutiérrez, ya muerticos los dos, qué penica hija mía.
Cosas así, según con quién hables y cómo de rumboso lo pilles.
A Salva lo tratan como a un animal, no le enseñan nada, pero bien que le castigan por todo lo que hace mal. Los salvajes son sus padres, no te digo...
Caballedo ha perdido mucho con los años. Antes era jovial y dicharachero. Siempre tenía un saludo amable y una conversación a mano para todo el que se asomara por la barbería. Ahora está como distraído todo el rato. Apagado.
Salva ha aprendido a apreciar los golpes y el desprecio como la única forma de afecto y atención que puede tener. Por eso hace las cosas mal adrede. Es mejor que te llenen de palos a que se olviden de ti. Pura supervivencia.
Feo es la abreviatura de Corifeo y es como le dice todo el mundo. Se ve que para que te llamen por tu nombre hay que hacer méritos o algo. La gente es así, te ven jodido y aún te joden más. Ahí a cebarse con el que más pueden. Venga a chinchar y a escarniar.
En el caso de Feo está claro que le pega, que le queda mejor, que va más con su persona. Pero aun así fastidia, que los demás decidan hasta cómo te tienes que llamar. Jesús, qué cruz.
Sin darse cuenta, Salva ha asimilado lo que le dicen como la verdad. Se identifica con esas palabras, por eso procura que los demás también se las digan. Así se siente reconocido, apreciado.
Eustaquio y Eugenia se entienden en secreto, él está casado y ella está soltera. Compréndase, así las noches de guardia son más llevaderas...
Salva se desquita de sus problemas en el cole. Para ser un animal no hace falta estudiar, Salva va al cole a abusar y molestar. Además ha repetido de curso y eso es mejor todavía. Ahora es el mayor de la clase.
Tito es un niño pequeño que no habla. Sordo no es y mudo tampoco, solo que no habla y ya tiene edad para hablar. Su madre confía en que hablará cuando sea, ella lo quiere igual.
En el fondo, Salva solo busca ser querido, pero no sabe ser de otra manera, así que lo único que consigue es ser odiado. Esa es su pena. La maldición del abusón.
Ahora el Vitorio se conforma con las cartas, qué remedio, pero en sus años mozos este le hacía a todo y montaba cada una que para qué. No ganábamos para disgustos con él.
Detrás de una, otra, y el pueblo venga a aguantar los líos de semejante destalentado.
Menos mal que con los años se ha asentado un poco, menos mal.
Ser el malo es un poco pesado, Salva se siente como atrapado, tiene miedo, teme que si deja de maltratar a los demás, entonces será él la víctima de los otros, y de eso ya tiene bastante en casa.
Chema el bombero se reúne cada noche en la taberna con la parroquia, el Sandalio y compañía, y juntos pillan cada borrachera que arde Roma.
A veces Salva piensa que es como si no tuviera derecho a existir, como si todo el mundo prefiriera que él no estuviera ahí. Por eso no le queda más remedio que hacerse el duro, luchar por su pellejo, ya que nadie está de su lado.
Bienve fue un hijo no deseado, tal vez por eso nació tarado.
Su madre tuvo que criarlo sola, porque se había separado.
Esta historia se la sabe muy bien doña Florinda, que la cuenta con todo lujo de detalles a todo el que quiera oírla.
La casa del Zulo tiene un sótano que ha convertido en peña. Es un agujero de mala muerte, que cuando no apesta a humedad está lleno de humo. Allí se junta y reúne lo mejorcico del pueblo.
Sandalio siente un natural y previsible fetichismo por los pies femeninos. Nada le complace más de su trabajo que el quitar y poner zapatos a una bella dama en el breve y cómplice silencio que crea la sensualidad del momento, el suave deslizar del pie sobre su horma perfecta. El olor del cuero, la tersura de lo nuevo, la intimidad del contacto, la tentación del deseo...
Lo bueno de trabajar en una funeraria es que te deja muchos ratos muertos, que Aparicio cara-de-susto mata con sus lecturas poéticas.
Como buen romántico que es, gusta de leer grandes poetas. Ahora mismo tiene entre sus manos "Un blando columbramiento", de Afrén Avedarturi.
Cuando está así con muchas ganas de tener amor, a la profe Sonia se le nota porque se muerde el labio, y porque escribe en la pizarra más cerca sin darse cuenta, que se le rozan las tetas y se le ponen blancas.
Emeterio gobierna sus dominios con autoridad, hace y deshace a placer. Pero siempre con suma discreción. Por el día es como si no existiera. Nadie sabe de sus fechorías, ni lo sospechan siquiera.
Feo es la patata caliente que nadie quiere ver ni aguantar. Feo es casi como si no tuviera familia, como si fuera huérfano. Se pasa el día por la calle, solo, abandonado, ignorado, desamparado.
Menos mal que Feo tiene un escondite privado, un rincón secreto donde pasa los ratos tranquilo y en paz.
Salustio, Jubi para los amigos, bueno, para todo el mundo, porque ya el mote se le ha quedado. Pues eso, el Jubi que tiene más años que la tarara y está hecho un fenómeno el figura, porque es que no se entera de la misa la media. Por sordo, que no por tonto, pero igual que te tronchas con él, tiene cada salida que pa qué.
Doña Perpetua tiene 99 años y está podrida millones. Sus hijos están deseando que estire la pata para trincar la herencia. Pero buena es Doña Perpetua, cualquiera lecha la mano al cuello, sí, miau!
Los chavales se lo toman como una prueba de hombría, pasarse por la peña el Zulo es lo más de lo más, solo para tíos duros con los machos bien puestos.
A Siobhan muchas mujeres la llaman Yoán, o Juana, o Susán o como les sale. Y hay hasta quien le dice Sonia, que alguna también tiene unas entendederas...
Aparicio cara-de-susto pasea sus tristezas por la noche, que es cuando se deja ver por el pueblo. Bueno, lo de dejarse ver es un decir, porque a esas horas ya me dirás tú, si no hay ni un alma por ahí. Y si te lo encuentras, te casca un susto que no veas. Normal, con ese aire tan siniestro y fantasmal, a ver si no.
Bienve es todo un hombre, pero su mente es la de un niño.
Es muy difícil controlarlo, por eso su madre lo tiene siempre encerrado.
Chema el bombero tiene afición por el aguardiente, que alimenta pasiones inconfesables en su bravo corazón flamígero.
Rico el pordiosero suele ir acompañado de un galgo sarnoso al que llama cariñosamente Pulgas. Claro que, con la voz tan cascada y ajada que la mala vida y los años le han dado, por muy amable que intente sonar, a nada que diga, el perro siempre sale espantado y entonces empieza la absurda escena de siempre, con Rico el pordiosero maldiciendo y armando escándalo a grito pelao detrás del chucho que huye escagarruciao y aullichillante.
La guarida secreta de Feo es una casa abandonada, derrumbada, de la que solo queda en pie la fachada, con la puerta y las ventanas tapiadas. A cada lado, los muros de las otras casas, así que solo se puede entrar por la empalizada de atrás, por un hueco disimulado.
Tasio es disecador, un taxidermista de esos que le dicen. Vamos, que tú le das un bicho muerto y él te lo pone bonito, padornar y tal. Eso aquí se estila bastante, no te creas.
Emeterio tiene un pequeño arreglo con doña Florinda. Él se ocupa de sacudir con su pala las flores de las familias pudientes, para que las repongan con más frecuencia. A cambio, doña Florinda le tiene al día de los chismes más picantes. Esta hecho un salido de mucho cuidao, el Emeterio.
El Vitorio siempre tiene una mesita en la calle, junto a su casa. Es de esas plegables, de las de cánpin, y también tiene un par de sillas, también de cánpin. Y allí que se pasa el día, echando partidas con el que quiera, y cuando no, pues haciendo solitarios.
Ángel Malo es el profesor de matemáticas y es endiabladamente bueno pillando a los que no se lo saben. Con él no valen las chuletas, qué va, ni de casualidá.
Feo se siente seguro y protegido en su rincón apartado, en ese paraje olvidado, ese solar lleno de ruinas y escombros. Lejos de los otros y todos. Una vez dentro ya está a salvo, porque las casas no tienen ventanas que den al solar, la fachada le tapa de los vecinos de enfrente y por detrás ya no hay más casas, así que... Ideal.
Tito es formal y sabe ser bueno cuando está solo. Por eso su madre lo deja en casa mientras se va al trabajo. Dinero no sobra, así que la vecina le echa un ojo de tanto en tanto y asunto arreglado.
La peña del Zulo es el picadero ideal. Muchos descubren allí la droga, muchos se inician así en su perdición. En esa peña más de una ha perdido la virginidad y más de otra se ha cepillao a medio pueblo. El sueño de todo pipiolo, vamos.
Chema el bombero vive en casa de sus padres y, en cuanto se sacó el título, se hizo construir una barra de deslizamiento hasta el garaje. Pero la furgoneta cisterna no le cabía, así que la guardan en el almacén del pueblo, que está en la otra punta del ídem. Aun así con la barra deslizadora se gana tiempo, no te creas que no.
Antes Aparicio cara-de-susto gustaba de ambular también por el cementerio, pero el Emeterio le tiene prohibida la entrada. Se ve que le molestaba o interfería en sus andanzas, que no quiero ni pensar las que serán.
Rosita es de las que gustan frecuentar la peña el Zulo. Cualquier día aparecerá por su casa con un bollo en el horno. Y entonces que rece quien le haya hecho el bombo.
Al Jubi lo de su mote le viene por Jubijarreta. Resulta que, como es un poco duro de oído, se medio inventa lo que oye y muchas veces rebautiza a la gente a la buena de Dios, con lo primero que se le ocurre. Y claro, en una de esas le bautizaron a él y con Jubi que se quedó.
Los exámenes de Ángel Malo son de los de sudar la gota gorda, de estrujarte el coco pero bien, que como no te lo sepas cateas de cabeza que cateas, fijo que sí. Y lo mismo con los ejercicios de clase y los problemas para casa. Un horror, vamos.
Da igual invierno que verano, día que noche, la mesa el Vitorio siempre está ahí plantada, ocupando la acera. Pero la gente ya está acostumbrada y al menos no se quejan.
Para su cumpleaños a Tobías le han regalado un frisbi. Guau, qué chulo! Dice Tobías. Y como no tiene con quién jugar, lo lanza y corre a recogerlo, así hasta que se cansa.
Caballedo en sus años buenos era todo salero y desparpajo. A los chicos siempre les hacía la misma broma, de que le venía un estornudo y te cortaba la oreja. Y entonces te echaba sobre el regazo una oreja de pegas que tenía. Te miraba la cara que ponías y se arreaba unas risotadas que daba gusto. Luego te daba algún caramelo y ya se tabía ganao pa toda la vida. Eran otros tiempos, claro, esas cosas se valoraban.
La Capi está como un tren, de toma pan y moja. De pequeña tuvo guaperas y ya se quedó así. Es un poco tontita y creída, pero se le perdona por lo buena que está. Mama mía.
Tasio perdió a su mujer y a su hijo en un accidente de coche, él se salvó de milagro. Tiene una cicatriz bastante chunga en la cara y de poco no pierde un ojo. También se fastidió malamente una pierna y ahora anda a lo patachula. Está hecho un cromo el Tasio.
Conrado vive con su padre, Prudencio, que ya está mayor y achacoso. Conrado cuida de él lo mejor que puede y sabe. Forman un dúo gris y apagado. Una pareja insuperable, para un concurso de bostezos, eso sí.
Aparicio cara-de-susto quisiera escribir poesías henchidas de ternura y alegría, pero las que le salen son sombrías y macabras. La muerte que llena su entorno se le mete dentro y se filtra en lo que escribe. La nostalgia anega su ánimo y le hace goteras en el corazón. Plinc. Plinc. Plinc.
Chema el bombero no fuma pero siempre lleva en el bolsillo un mechero. Le encanta dar fuego y que se lo pidan. A veces cuando se aburre juguetea distraídamente con él. Parece que eso le encandila y serena.
Feo pasa los mejores ratos en su lugar especial, su reino, su territorio, sus dominios. Allí se mueve a sus anchas y juega y se divierte. Con cualquier cosa, con el simple placer de sentirse libre y sin testigos. La única condición es no hacer demasiado ruido, para no despertar sospechas.
Feo se recrea sobre todo con los insectos. Las hormigas le fascinan. Le encanta confundirlas y matarlas a capricho. También le gusta cavar en la tierra y cazar gusanos o bichos bola.
El Jubi es un gran aficionao a la quiniela. Lleva toda su vida apostando con la misma combinación. La gente cuando se entera es que alucina. Pero quió! Que así no se juega! Ande sa visto pues! Majara, questás majara!
Pero el Jubi pasa de todo, sigue a su marcha y ahí lo tienes, tan pancho y tan campante.
Cuando su mama vuelve del trabajo se sienta un rato en el sofá. Tito acude y le hace la broma de sentarse sobre ella como si fuera el sofá, como si no la viera. Ella entonces tamborilea con sus dedos sobre su cabeza. Llueve, Tito, que llueve. Que te vas a mojar, Tito. Y Tito se levanta y su madre le sigue con el tamborileo. Y Tito sale por el pasillo y recorre la casa buscando un techillo. Y se refugia bajo la mesa de la cocina. Y la madre se agacha y va a por él como un lobo y ruedan por el suelo y se abrazan y ríen y Tito le da un beso a su mama. Así termina el juego, así se saludan cada día.
La más triste estampa que te puedes encontrar es a Rico el pordiosero perdido por las afueras, cubierto con sus harapos y con el tembloroso Pulgas a su lado, vagando, en silencio, bajo la lluvia y el destemple.
Dicen que el Tasio tiene a su mujer y a su hijo momificados y que los guarda en el armario de su dormitorio. No sabría decírtelo a ciencia cierta, pero este cualquier cosa, es capaz de eso y más.
Fortunato Y Jacinto son dos habituales de la plaza los viejos. Son un par de ancianicos mu entrañables, siempre juntos por todos lados. Se conocen desde queran pequeñicos y siempre han sido amigos que han sido. Mialos ai qué majos, los dos achaparradicos.
Aparicio cara-de-susto está cansado y deprimido de esta vida que lleva. Quiere escapar lejos, muy lejos, a los trópicos, a la luz, al calor, a la vida. Pero no se decide, no se atreve. Qué le retiene?
Caballedo pasa las horas leyendo el periódico y echando cabezadas de tanto en tanto.
La verdad es que está tan ido que parece medio dormido siempre. Más de una vez le ves que se le cae la cabeza de sueño mientras te corta el pelo. Da un yuyu que no veas.
Si hay una palabra que define su barbería, esa es sopor. El silencio, la vetustez y decadencia, la pobre iluminación, la cadencia de las tijeras, el crujir de las vigas. En fin, todo, todo se conjuga para convertir la visita en algo deprimente, desganante, amodorrante. Y voy a parar, que ya me dan ganas de bostezar.
Alguna vez, cuando Feo explora sus territorios, ha encontrado alguna jeringuilla o algún preservativo, cosa que le ocasiona no poca inquietud y confusión. Como si adivinara la posibilidad de verse destronado y desterrado de su paraíso, su única parcelita de felicidad. Sin embargo, esta amenaza parece aún remota o difusa. Además, estos hallazgos también tienen su lado excitante, emocionante. Feo se imagina aventuras, se ve como el héroe que vence a los malos y resuelve los enigmas.
Tito juega a los secretitos. Tito hace dibujos para su mama. Es un ladrón y un zalamero, se esconde el papel en la espalda y hasta que su mama no le da un beso no se lo enseña. Luego su mama lo coloca en la nevera con un imán y tan contenta.
Sinacio tiene un gimnasio. Se llama Gym Nacho's, lo malo es que no va nadie. No ha tenido mucho éxito por ahora. Ni nunca, a decir verdad. Porque, anda que este... Menudo menda el pajaro.
La profe Sonia vive sola y duerme desnuda en una cama grande y con sábanas de seda. Se pone un par de gotas de perfume de hombre y así se duerme y consuela. Imaginando que viene un bombero para apagar su fuego...
La nevera está llena de dibujos de Tito. Casi parece que cuentan una historia. Cuando Tito se enfada los coge todos y se los lleva a su cuarto. Pero Tito es muy bueno y no se enfada casi nunca, además que enseguida se le pasa.
La barbería de Caballedo parece como sacada del siglo pasado.
El cartel sobre la entrada lleva un porrón de años desletrao. Fue perdiendo poco a poco cada letra y solo le quedan los hierros, cual encías seniles. El clásico poste a la entrada dejó de girar hace ni sé, y su cristal está todo churripitioso y enmohecido. Da una impresión bastante mala, la verdad.
Ya dentro, las paredes lucen un empapelado arcaico y descolorido. Los únicos adornos que cuelgan son un diploma, de peluquero me supongo, y un calendario dace la tira daños, con la clásica buenorra pechugona despelotada. La cristalera se ve neblinosa y tiznada, de la roña acumulada. En ella reposan dos o tres carteles elaño la pera, fundidos con el vidrio. El espejo está picado de viruelas, moteado por el óxido, rajado a un lado, por un altercado cubo cetiempunavez.
La encimera está toda agrietada y con el barniz comido y desprendido, del que apenas queda algún islote intacto en las zonas más apartadas. Las sillas parecen sacadas del laboratorio de Fránquestein, con el cuero rajado y su relleno aplastanado.
La percha está esganguillada y queda inclinada, a punto del KO. En ella descansa la bata blanca, que ya no es tan bata ni tan blanca. En el bolsillo izquierdo reposa olvidada la oreja señuelo, soñando con tiempos sin duda mejores.
Al fondo, una puerta lleva a un cuartucho diminuto, que es donde vive el Caballedo, provisionalmente, desde que abrió, allá por el año catapún.
En fin, una reliquia el local, ya lo ves.
A Tito le encanta jugar con su mama. Mira Tito, te he robado la nariz. Tito, en qué mano está la china. Veo veo, Tito. A ver quién aguanta más sin reírse, Tito. Jajaja, tramposo...
Feo se siente el rey de su imperio. Lo que no sabe Feo es que alguien espía sus andanzas. Resulta que la casa de al lado, la de la derecha, tiene un desván con una pequeña aspillera para que le entre la luz. Y que ese desván es el sitio predilecto de la vecinita. Una chica que sube allí para jugar sus juegos más secretos, y que enseguida descubrió a Feo ahí abajo, rondando por los escombros.
También le gusta a Tito peinar a su mama. Su mama tiene el pelo liso y mu largo, es muy bonito. Tito lo pasa y repasa suavecito con el peine para que su mama esté guapa guapa. Ves qué bien? Eres un tesoro, mi cielo. Mua!
La chica que espía a Feo es un poco mayor que él. Le divierte seguir y vigilar los movimientos del gordito. Le excita ser la única testigo de sus juegos y devaneos.
Tanto le deleita esto, que a menudo se toca y se complace mientras lo observa.
La vecinita no sospecha que con esta afición está imprimiendo sus gustos para toda su vida. Cuando crezca, manifestará una clara inclinación hacia hombres fornidos y robustos, especialmente camioneros. Esto a su vez la encaminará hacia la profesión más vieja del mundo y terminará en un antro de mala muerte, cualquiera de esos oasis decadentes que salpican la carretera, donde se abandonará perdida hasta su ruina.
A Tobías siempre los perros le van a olerle el culo. Eso le molesta un montón. Qué tontos que son, jolines.
La chica que espía a Feo, cuando se aburre en clase o se distrae, se pone a escribir diminutas notas o mensajes de amor para su gordi preferido. Su bolisebi, su croqueti, su... Madre mía, está como una chota la tía.
Su cabecita traviesa y calenturienta se enreda en las fantasías más tórridas y osadas. Juguetea todo el tiempo con esconderse y sorprenderle allí, verse en secreto y hacerse amigos superespeciales, íntimos y lascivos...
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