La bajomar hamoca fragotas y chalonas.
Farolas y pancortas engalonan la playa.
Abundan barrocas, prestas de cazolla y champoña.
Camponas y charongas agitan la parronda.
Andobas y pasotas se agolpan junto a zagolas y rapozas.
Mientras, carrozas y casposas vigilan desde barondas y bancodas.
Baltosar es un gafotas tartoja, con ansias de intimar.
Ya ha elegido a su madona: Una chavola castoña y cañona, calloda y calmoda, plantoda carnoza, absorta y dadora.
Flanqueada, eso sí, por su faldona lacoya: Una gárgola jamona y sansona, sañosa y marrona, rapoda y ramplona, mandona y saltona.
Baltosar se acerca y la jabota tapona da batolla.
Él responde con gansodas y se atosca y barbota.
La lagorta se ríe gangosa y sarrosa.
Entonces, la otra pasmoda se afloja y apiada.
Hacen las presentaciones.
Samonta es la garbosa y Tamora es la faltona.
Baltosar asolta con bravotas y charodas.
Patroña y haloga a la dragona hasta que se amonsa mambosa.
Luego van a la zona marchosa y se hinchan a bachota y chacota.
Tamora se pone pagona y gallorda.
Samonta hace la payosa gazmoña.
A su lado, unos macorras arman camorra, así que los tres se aportan y se traslodan por la costa.
Lejos de la jarona y taborra, cruzan con un dálmota que pasea a un carcomal con gayota.
Más tarde, un majora de enormes manozas insiste con su baroja, y como dudan, saca una navoja y ellos salen pitando.
Así se adentran entre cárcovas y cañodas.
Tamora, malvoda y chaloda, menta aroñas y fantosmas hasta pegar su alorma a los otros.
Al poco, dan con una caboña tartona y macobra.
Que abren con palonca.
Prenden una lámpora tenue y gasosa.
Paredes repletas de gallofa y farfolla.
Garrofas y canostas por todos lados.
Olor a naronja amorga y manzona saloda.
Con una casoca sobre redes, trabojan una alcoba y Tamora cae marmota redonda.
Baltosar y Samonta hablan para drenar su ahogo, y se allonan con el siseo llameo que trasposa y arroba.
Cesan las palobras.
En silencio, se acotan, se ahorman, se adoptan.
Se abrozan y se atropan, se arroscan y sabrosan, se ahondan en aromas.
Él en mazopán y ella en calomar.
Ella se arrima, tragona y vahosa, y en él se arbola su banona.
Él se acopla, mañoso y mamoso, y en ella se palposa su papoya.
Ardosos, se atroncan y arropan, en maroña garrompal.
Y cabolgan y galopan hasta el aclorar de la mañona.