Abia una bez unas tortugas que se tenian el movil al lado cargando, y va y sacen asi mas gandres y ya cablan y todo.
Y sacen amigas dun jaster, que se lo querian comer, pero no, que le ponen el movil y crece tanvien y les enseña mas cosas y sacen supereues que van porai pegando a los malos y disfazradas.
Lo malo cai una pedorista que las querie piyar, ye llas que no queren, asi que la raztan y se la lleban a su goarida sequetra.
Y luego no saben cacer conella.
Pero el jaster va y dice ca lo mejor es mejor cargarsela, y va y se la cargan, y se la comen, asi por curiosida.
Y les gusta, asi que salen a por mas gente, que desaparecen poque se los comen, y la poli esta sin saber el que, pero que la gentes ya casi no salen ni nada.
Pero lo malo que las tortugas san ponido asi de gordas y ya no caven por la arcantaliya, y el jaster sescapa porque casi se lo comen.
Y va y se chiva a la poli el chivota, y la poli va ye cha un cocrodilo por el bater que se pelea mas y mas con las tortugas asta que ganan las tortugas.
Y se ponen a cabar pa que undir las casas y se comen a mas gente sin parar, asta quechan cemento a tope por las ancaltariyas y ya que no se poden mober ni nada, asi que pobres, imagina.
Pero cai un huebo que sas capao, cabia nazido duna tortuga que sabia quedao la cola del corcodilo y ca pasao eso.
Ya ora se va flotando a japon, y cualquera save el mostro jigantes que salira del.
11 de diciembre de 2014
partitocracia no es democracia
Democracia significa el gobierno del pueblo, y no significa el gobierno de los representantes del pueblo.
La democracia representativa es un mal chiste.
La única democracia verdadera es la participativa, la directa.
La única soberanía auténtica es la del pueblo.
Toda pretensión de autoridad sobre los demás es ilegítima.
Nuestra situación actual corresponde a una fase lógica de nuestro proceso de maduración, más o menos. Hay que comprender bien este camino para saber qué pasos nos acercan a donde queremos ir y qué pasos nos alejan.
La historia de la humanidad es la historia del despertar de la conciencia.
La sociedad se organiza de acuerdo al alcance de su conciencia.
En las pequeñas comunidades la democracia es fácilmente practicable. El problema viene cuando diferentes comunidades entran en conflicto. Eso obliga a establecer un gobierno intercomunitario, que nos lleva a las instituciones que constituyen las provincias y países. A su vez, los países se encuentran con dificultades cuando chocan entre sí sus intereses y tal. Así que la cosa se va complicando.
Más conciencia implica más atención y más cuidado. Más consideración hacia el prójimo y más precisión y elaboración en los acuerdos mutuos. No es lo mismo hacer malabares con dos bolas que con nueve.
La globalización es el intento de llegar a una organización y cooperación mundial. La mala noticia es que esto no lo va a realizar ninguna institución ni autoridad. Las falsas jerarquías ilegítimas ni quieren ni pueden instaurar un verdadero orden mundial justo y benéfico para todos. En su lugar lo que intentan es implantar su propia versión intrusa y suplantadora, una tiranía de explotación y opresión para el lucro y regodeo de unos pocos.
Es la suma de todas las conciencias la que decidirá y determinará nuestro destino. La conciencia de todo ser humano debe ahora alcanzar una comprensión elevada del individuo y del conjunto al que pertenece.
Sin esa noción no hay salida a esta pesadilla.
El respeto y la lealtad a la vida y a cuanto nos rodea es lo único que puede restaurar la justicia, la paz y la prosperidad para toda la humanidad.
Ser digno implica ser fiel a unos altos ideales y valores.
La indignación es el dolor que siente el inconsciente cuando va despertando a la realidad.
Es el dolor del brote que nace de la semilla y topa con la dura tierra.
Esa tortura solo termina cuando el sujeto abraza dentro de sí los principios que sustentarán y regirán su comportamiento.
Sin ese compromiso, convicción y fuerza interior, jamás se supera la barrera ni asoma sobre la tierra el brote para poder crecer y florecer maravillosamente.
La fuerza está en la vida. Abrazar los valores equivocados no esperanza, no conforta, no sustenta. La realidad se impone, por más que los ruines pretendan escapar de ella.
El infierno es la pasividad, la derrota, quedarte sufriendo todos los abusos sin hacer nada para sacarte de semejante situación, elegir el bando equivocado.
Así pues, los malos pasos llevan a la nada y quien toma esa senda experimenta su progresiva descomposición mientras los parásitos van desmenuzando y desguazando todo lo que pueden de él.
La naturaleza no se equivoca nunca. La putrefacción recicla la materia para reaprovecharla. La enfermedad aparece cuando las condiciones internas así lo requieren. Los parásitos no son la causa, sino la consecuencia.
La corrupción es un desmantelamiento y es síntoma de nuestra desconexión con la vida. El mal no comienza con la corrupción, la corrupción es la fase final del mal. La raíz del problema está en que la sociedad se ha desentendido de su deber.
Delegar es lo que tiene, que pervierte.
De nada sirve ahora llorar y reclamar. Un piloto que abandona los mandos para dormir una siesta y cuando despierta ve que el avión cae en picado, solo tiene una salida: tomar los mandos y corregir el rumbo.
El poder está dentro de cada uno de nosotros, no hay que buscarlo fuera. La realidad se construye con cada una de nuestras acciones y decisiones. Ningún partido político va a suponer el cambio que es necesario. La partitocracia es la mayor patraña engañatontos que hay sobre la faz de la tierra. Un sucedáneo que pretende suplir a la democracia con palabrería barata y juegos de manos.
Lo triste del caso es que llevamos demasiado tiempo picando en ese cebo y con ese señuelo. Cada vez más y más estúpidamente.
Permitir el robo y la apropiación indebida de nuestros recursos significa la cesión y abandono de nuestra existencia y voluntad.
Un mundo de peleles amuermados a los que patear y extorsionar con creciente odio y desprecio.
A esto estamos jugando, estamos explorando cómo de lejos puede llegar el mal, cómo de horriblemente puede llegar a comportarse.
El precio de este experimento lo sufrimos en nuestras carnes, así que más nos vale aprender rapidito lo que tengamos que aprender y salirnos de una vez de este tormento. Quien no vea a estas alturas adónde nos lleva esta inercia es que está más ciego que una tapia.
La conciencia mundial significa que el individuo sabe y reconoce que es hijo de la tierra y hermano de los hombres. Y por tanto asume un comportamiento responsable y considerado. Con el trabajo que eso requiere y acarrea.
La democracia verdadera tiene su núcleo en el consenso. El consenso es el fruto del compromiso y el entendimiento. Para llegar a esto hace falta una gran voluntad y dedicación en la comunicación y organización. En una palabra, coordinación.
Parece un mogollón muy tremendo, pero en realidad no queda tan lejos de lo que ya practicamos cotidianamente en la red.
La tecnología actual permite diseñar y establecer las estructuras que nos permitan alcanzar esto.
Ahora es el momento de dar pasos importantes en este sentido.
Todo el mal y toda la injusticia que el hombre ha producido y produce es intolerable. Y aun así hemos llegado a este nivel de desarrollo que posibilita el cambio que anhelamos.
Tenemos en nuestra mano la llave de la libertad.
Solo hace falta decisión y voluntad para emplearla.
El egoísmo es la versión corrompida de la personalidad.
La anteposición patológica del yo frente a todo, mutila y amputa la conciencia. El alienado no respeta ni cuida nada, pues se cree ajeno y exento. Sus acciones traen daño y abuso.
El egoísmo siembra el mal. Trae la mentira. Crea la desconfianza. Impide la colaboración.
Una sociedad egoísta es el infierno. Una sociedad egoísta está muerta en vida, está condenada a sucumbir a su irresponsabilidad.
Lo insostenible no se sostiene. Y si se pretende sostener lo insostenible, lo que se obtiene es el mayor horror horrendo inhumano, del que ya tenemos buena muestra en la actualidad.
El colapso es la consecuencia natural de construir sobre bases inestables. Un imperio levantado sobre la farsa y estafa tarde o temprano se derrumba.
Quienes no quieren ver ni comprender en qué consiste la verdadera justicia, paz y libertad pretextan que un orden semejante sometería al individuo y anularía su personalidad.
En eso se equivocan de medio a medio.
Se van de extremo a extremo porque no les interesa considerar la opción viable en realidad. En sus esquemas no cabe el equilibrio, no se contempla esa posibilidad. Porque de hacerlo se verían obligados a hacer un examen de conciencia del que saben muy bien que no saldrían igual que entraran.
Un marco óptimo posibilita y alienta la natural expresión de la personalidad y la realización del ser con su actividad. Un marco que establezca y mantenga la justicia, paz y libertad imposibilita y elimina muchas malas prácticas, cosa que nada tiene que ver con la natural expresión de la personalidad.
Porque si me dices que para sentirte realizado necesitas un cetro para mandar y un látigo para fustigar, perdona que te diga pero estás enfermo.
La guerra es la antítesis perfecta de un marco óptimo. En un contexto de violencia incesante y caótica destrucción, la persona queda reducida a su instinto más básico y primario, todo lo demás se inhibe y reprime.
Solo el psicópata busca y provoca una situación de opresión para minar y corroer a placer.
El ser humano precisa orden, equilibrio, estabilidad y seguridad para desplegar y manifestar sus virtudes y cualidades.
Un bebé en estrés continuo se atrofia y malogra.
Un bebé nutrido y amparado tierna y beatíficamente, crece hermosamente y alcanza la mejor versión de su ser, su potencial más excelente.
Aquellos cuya conciencia carece de una noción de pertenencia no ven en el prójimo a un semejante sino a un competidor. Así que su modelo de vida consiste en una lucha. Se matan entre sí para poseer, dominar y controlar todo lo que tenga algún valor. No se dan cuenta de las consecuencias que les trae esta actitud egoísta y destructiva.
Abrir los ojos de los obtusos es delicado. Primero porque no quieren ver y segundo porque su postura obedece a mandatos profundamente arraigados en su mente.
Hace falta bastante habilidad y sabiduría para solventar eso.
Quizás mejor empezar creando y construyendo el ejemplo positivo, mediante la alianza de las conciencias despiertas, para que mediante la comparación pueda entrarles algo de luz en sus raquíticas entendederas.
A la vez, la comunidad consciente tendrá muy en cuenta la perfidia de quien se pervierte, para prevenirla y detectarla dentro de su comunidad a la mínima incipiencia, como dicen los de allende, y dispondrá las maneras de canalizarla y transformarla para bien.
Del cómo de todo esto ya vengo dando algunas pinceladas en otros escritos, así que no me repetiré más aquí.
La verdad os hará libres. Gran verdad esta, pero hay que saber entenderla. La verdad no es algo que un buen día aparece por arte de magia y te libera de tus grilletes.
Tuyo es el deber de ir hacia la verdad, encontrarla y permanecer siempre fiel a ella.
Nosotros somos quienes tenemos que construir el sistema que permita esto y no aquello.
La pesadilla termina cuando la sociedad responde buenamente y se comporta como quiere ser comportada.
Hechos, no palabras.
La democracia representativa es un mal chiste.
La única democracia verdadera es la participativa, la directa.
La única soberanía auténtica es la del pueblo.
Toda pretensión de autoridad sobre los demás es ilegítima.
Nuestra situación actual corresponde a una fase lógica de nuestro proceso de maduración, más o menos. Hay que comprender bien este camino para saber qué pasos nos acercan a donde queremos ir y qué pasos nos alejan.
La historia de la humanidad es la historia del despertar de la conciencia.
La sociedad se organiza de acuerdo al alcance de su conciencia.
En las pequeñas comunidades la democracia es fácilmente practicable. El problema viene cuando diferentes comunidades entran en conflicto. Eso obliga a establecer un gobierno intercomunitario, que nos lleva a las instituciones que constituyen las provincias y países. A su vez, los países se encuentran con dificultades cuando chocan entre sí sus intereses y tal. Así que la cosa se va complicando.
Más conciencia implica más atención y más cuidado. Más consideración hacia el prójimo y más precisión y elaboración en los acuerdos mutuos. No es lo mismo hacer malabares con dos bolas que con nueve.
La globalización es el intento de llegar a una organización y cooperación mundial. La mala noticia es que esto no lo va a realizar ninguna institución ni autoridad. Las falsas jerarquías ilegítimas ni quieren ni pueden instaurar un verdadero orden mundial justo y benéfico para todos. En su lugar lo que intentan es implantar su propia versión intrusa y suplantadora, una tiranía de explotación y opresión para el lucro y regodeo de unos pocos.
Es la suma de todas las conciencias la que decidirá y determinará nuestro destino. La conciencia de todo ser humano debe ahora alcanzar una comprensión elevada del individuo y del conjunto al que pertenece.
Sin esa noción no hay salida a esta pesadilla.
El respeto y la lealtad a la vida y a cuanto nos rodea es lo único que puede restaurar la justicia, la paz y la prosperidad para toda la humanidad.
Ser digno implica ser fiel a unos altos ideales y valores.
La indignación es el dolor que siente el inconsciente cuando va despertando a la realidad.
Es el dolor del brote que nace de la semilla y topa con la dura tierra.
Esa tortura solo termina cuando el sujeto abraza dentro de sí los principios que sustentarán y regirán su comportamiento.
Sin ese compromiso, convicción y fuerza interior, jamás se supera la barrera ni asoma sobre la tierra el brote para poder crecer y florecer maravillosamente.
La fuerza está en la vida. Abrazar los valores equivocados no esperanza, no conforta, no sustenta. La realidad se impone, por más que los ruines pretendan escapar de ella.
El infierno es la pasividad, la derrota, quedarte sufriendo todos los abusos sin hacer nada para sacarte de semejante situación, elegir el bando equivocado.
Así pues, los malos pasos llevan a la nada y quien toma esa senda experimenta su progresiva descomposición mientras los parásitos van desmenuzando y desguazando todo lo que pueden de él.
La naturaleza no se equivoca nunca. La putrefacción recicla la materia para reaprovecharla. La enfermedad aparece cuando las condiciones internas así lo requieren. Los parásitos no son la causa, sino la consecuencia.
La corrupción es un desmantelamiento y es síntoma de nuestra desconexión con la vida. El mal no comienza con la corrupción, la corrupción es la fase final del mal. La raíz del problema está en que la sociedad se ha desentendido de su deber.
Delegar es lo que tiene, que pervierte.
De nada sirve ahora llorar y reclamar. Un piloto que abandona los mandos para dormir una siesta y cuando despierta ve que el avión cae en picado, solo tiene una salida: tomar los mandos y corregir el rumbo.
El poder está dentro de cada uno de nosotros, no hay que buscarlo fuera. La realidad se construye con cada una de nuestras acciones y decisiones. Ningún partido político va a suponer el cambio que es necesario. La partitocracia es la mayor patraña engañatontos que hay sobre la faz de la tierra. Un sucedáneo que pretende suplir a la democracia con palabrería barata y juegos de manos.
Lo triste del caso es que llevamos demasiado tiempo picando en ese cebo y con ese señuelo. Cada vez más y más estúpidamente.
Permitir el robo y la apropiación indebida de nuestros recursos significa la cesión y abandono de nuestra existencia y voluntad.
Un mundo de peleles amuermados a los que patear y extorsionar con creciente odio y desprecio.
A esto estamos jugando, estamos explorando cómo de lejos puede llegar el mal, cómo de horriblemente puede llegar a comportarse.
El precio de este experimento lo sufrimos en nuestras carnes, así que más nos vale aprender rapidito lo que tengamos que aprender y salirnos de una vez de este tormento. Quien no vea a estas alturas adónde nos lleva esta inercia es que está más ciego que una tapia.
La conciencia mundial significa que el individuo sabe y reconoce que es hijo de la tierra y hermano de los hombres. Y por tanto asume un comportamiento responsable y considerado. Con el trabajo que eso requiere y acarrea.
La democracia verdadera tiene su núcleo en el consenso. El consenso es el fruto del compromiso y el entendimiento. Para llegar a esto hace falta una gran voluntad y dedicación en la comunicación y organización. En una palabra, coordinación.
Parece un mogollón muy tremendo, pero en realidad no queda tan lejos de lo que ya practicamos cotidianamente en la red.
La tecnología actual permite diseñar y establecer las estructuras que nos permitan alcanzar esto.
Ahora es el momento de dar pasos importantes en este sentido.
Todo el mal y toda la injusticia que el hombre ha producido y produce es intolerable. Y aun así hemos llegado a este nivel de desarrollo que posibilita el cambio que anhelamos.
Tenemos en nuestra mano la llave de la libertad.
Solo hace falta decisión y voluntad para emplearla.
El egoísmo es la versión corrompida de la personalidad.
La anteposición patológica del yo frente a todo, mutila y amputa la conciencia. El alienado no respeta ni cuida nada, pues se cree ajeno y exento. Sus acciones traen daño y abuso.
El egoísmo siembra el mal. Trae la mentira. Crea la desconfianza. Impide la colaboración.
Una sociedad egoísta es el infierno. Una sociedad egoísta está muerta en vida, está condenada a sucumbir a su irresponsabilidad.
Lo insostenible no se sostiene. Y si se pretende sostener lo insostenible, lo que se obtiene es el mayor horror horrendo inhumano, del que ya tenemos buena muestra en la actualidad.
El colapso es la consecuencia natural de construir sobre bases inestables. Un imperio levantado sobre la farsa y estafa tarde o temprano se derrumba.
Quienes no quieren ver ni comprender en qué consiste la verdadera justicia, paz y libertad pretextan que un orden semejante sometería al individuo y anularía su personalidad.
En eso se equivocan de medio a medio.
Se van de extremo a extremo porque no les interesa considerar la opción viable en realidad. En sus esquemas no cabe el equilibrio, no se contempla esa posibilidad. Porque de hacerlo se verían obligados a hacer un examen de conciencia del que saben muy bien que no saldrían igual que entraran.
Un marco óptimo posibilita y alienta la natural expresión de la personalidad y la realización del ser con su actividad. Un marco que establezca y mantenga la justicia, paz y libertad imposibilita y elimina muchas malas prácticas, cosa que nada tiene que ver con la natural expresión de la personalidad.
Porque si me dices que para sentirte realizado necesitas un cetro para mandar y un látigo para fustigar, perdona que te diga pero estás enfermo.
La guerra es la antítesis perfecta de un marco óptimo. En un contexto de violencia incesante y caótica destrucción, la persona queda reducida a su instinto más básico y primario, todo lo demás se inhibe y reprime.
Solo el psicópata busca y provoca una situación de opresión para minar y corroer a placer.
El ser humano precisa orden, equilibrio, estabilidad y seguridad para desplegar y manifestar sus virtudes y cualidades.
Un bebé en estrés continuo se atrofia y malogra.
Un bebé nutrido y amparado tierna y beatíficamente, crece hermosamente y alcanza la mejor versión de su ser, su potencial más excelente.
Aquellos cuya conciencia carece de una noción de pertenencia no ven en el prójimo a un semejante sino a un competidor. Así que su modelo de vida consiste en una lucha. Se matan entre sí para poseer, dominar y controlar todo lo que tenga algún valor. No se dan cuenta de las consecuencias que les trae esta actitud egoísta y destructiva.
Abrir los ojos de los obtusos es delicado. Primero porque no quieren ver y segundo porque su postura obedece a mandatos profundamente arraigados en su mente.
Hace falta bastante habilidad y sabiduría para solventar eso.
Quizás mejor empezar creando y construyendo el ejemplo positivo, mediante la alianza de las conciencias despiertas, para que mediante la comparación pueda entrarles algo de luz en sus raquíticas entendederas.
A la vez, la comunidad consciente tendrá muy en cuenta la perfidia de quien se pervierte, para prevenirla y detectarla dentro de su comunidad a la mínima incipiencia, como dicen los de allende, y dispondrá las maneras de canalizarla y transformarla para bien.
Del cómo de todo esto ya vengo dando algunas pinceladas en otros escritos, así que no me repetiré más aquí.
La verdad os hará libres. Gran verdad esta, pero hay que saber entenderla. La verdad no es algo que un buen día aparece por arte de magia y te libera de tus grilletes.
Tuyo es el deber de ir hacia la verdad, encontrarla y permanecer siempre fiel a ella.
Nosotros somos quienes tenemos que construir el sistema que permita esto y no aquello.
La pesadilla termina cuando la sociedad responde buenamente y se comporta como quiere ser comportada.
Hechos, no palabras.
convictos a la luna
Había una vez un abogado guaperas que está quemadísimo de llevar siempre los peores casos.
Odia no salirse con la suya y se lo toma cada vez más a pecho.
Va perdiendo el respeto a la justicia y se torna rebelde y contestatario.
Se transforma en un letrado arrogante, desafiante y transgresor.
Hasta que, un día, pierde los papeles, se le va la mano y trata de sobornar al juez equivocado.
Resultado: Chirona.
Entre rejas su carácter inconformista se acentúa aún más.
Se las apaña para encontrar un curioso vericueto legal, gracias al cual consigue fondos y recursos para iniciar un programa espacial entre los reclusos.
Así, como lo oyes.
Las autoridades están que trinan, pues les ha pillado con el paso cambiado y, para cuando quieren reaccionar, la cosa ya ha echado a rodar.
Semejante tinglado no pasa desapercibido y pronto la noticia salta a los medios.
La población muestra gran interés y se vuelca con los presos, demandando más apoyo y mayor seguimiento para ese proyecto.
Las autoridades ceden a regañadientes y secundan tan descabellada cruzada, mientras posan sonrientes para la foto, con la esperanza de arañar algún voto.
Después, tras infinito papeleo, revuelo y martilleo, ya está todo listo y proceden al lanzamiento.
La nave, bautizada "La luna o revienta", despega imponente y flamígera desde el patio de la cárcel, bajo la atenta mirada de millones de espectadores.
La emoción es tremenda.
Todo va según lo esperado, salvo algún contratiempo aparatoso, sin mayores consecuencias.
Llegan hasta la luna y aterrizan.
Transmiten sus impresiones mientras dan los primeros pasos sobre la superficie lunar.
Los reos estallan en gritos de júbilo mientras saltan y bailotean, flotando como unos críos.
El público se contagia del entusiasmo.
Luego llega la hora de concluir su paseo y retornar a la nave.
Uno de ellos decide escaparse y se escabulle inadvertidamente, para disfrutar de la luna mientras apura el oxígeno de su traje.
Los otros lamentan esto y debaten qué hacer.
Al final deciden no regresar a la tierra, así que despegan y orientan su nave hacia el espacio profundo, con la intención de llegar lo más lejos posible, como gesto en pos de su libertad.
El abogado guaperas les comunica su reconocimiento y admiración desde el centro de control, lleno de orgullo y envidia apenas contenibles.
Odia no salirse con la suya y se lo toma cada vez más a pecho.
Va perdiendo el respeto a la justicia y se torna rebelde y contestatario.
Se transforma en un letrado arrogante, desafiante y transgresor.
Hasta que, un día, pierde los papeles, se le va la mano y trata de sobornar al juez equivocado.
Resultado: Chirona.
Entre rejas su carácter inconformista se acentúa aún más.
Se las apaña para encontrar un curioso vericueto legal, gracias al cual consigue fondos y recursos para iniciar un programa espacial entre los reclusos.
Así, como lo oyes.
Las autoridades están que trinan, pues les ha pillado con el paso cambiado y, para cuando quieren reaccionar, la cosa ya ha echado a rodar.
Semejante tinglado no pasa desapercibido y pronto la noticia salta a los medios.
La población muestra gran interés y se vuelca con los presos, demandando más apoyo y mayor seguimiento para ese proyecto.
Las autoridades ceden a regañadientes y secundan tan descabellada cruzada, mientras posan sonrientes para la foto, con la esperanza de arañar algún voto.
Después, tras infinito papeleo, revuelo y martilleo, ya está todo listo y proceden al lanzamiento.
La nave, bautizada "La luna o revienta", despega imponente y flamígera desde el patio de la cárcel, bajo la atenta mirada de millones de espectadores.
La emoción es tremenda.
Todo va según lo esperado, salvo algún contratiempo aparatoso, sin mayores consecuencias.
Llegan hasta la luna y aterrizan.
Transmiten sus impresiones mientras dan los primeros pasos sobre la superficie lunar.
Los reos estallan en gritos de júbilo mientras saltan y bailotean, flotando como unos críos.
El público se contagia del entusiasmo.
Luego llega la hora de concluir su paseo y retornar a la nave.
Uno de ellos decide escaparse y se escabulle inadvertidamente, para disfrutar de la luna mientras apura el oxígeno de su traje.
Los otros lamentan esto y debaten qué hacer.
Al final deciden no regresar a la tierra, así que despegan y orientan su nave hacia el espacio profundo, con la intención de llegar lo más lejos posible, como gesto en pos de su libertad.
El abogado guaperas les comunica su reconocimiento y admiración desde el centro de control, lleno de orgullo y envidia apenas contenibles.
dinero vivo y dinero muerto
Imita a la vida.
Es el lema que toda persona de bien asume y adopta.
Otros entienden esto mal. Lo convierten en lo de jugar a ser dios.
El fallo está en creerse por encima de la vida, en creerse autorizado a manipularla sin escrúpulo ni reparo.
Los inmaduros parodian la vida, la malinterpretan y hacen de su idea de ella una farsa. Alumbrando absurdos grotescos y dañinos.
Véase bien la diferencia.
El hijo naturalmente admira y emula a su padre. Así adquiere y aprende muchas cosas. Al principio puede equivocarse y resultar gracioso, luego depura y amolda como puede y a su manera todo hasta que lo hace suyo y lo incorpora a su repertorio.
Con la vida es lo mismo. Somos parte de la vida y viviendo aprendemos su sentido y naturaleza. Esto es crucial y muy importante, ya que es lo que determina que sepamos organizarnos de manera benéfica y armónica o todo lo contrario.
Lo que hace a un sistema sostenible es su adecuación y proximidad a la vida. Cosa que resulta bien evidente en toda actividad humana.
Un alimento da salud cuando se toma de manera oportuna y con mesura, y trae enfermedad cuando se altera o abusa de el erróneamente.
Toda vez que dejamos de comprender el sistema del que formamos parte, equivocamos nuestro rumbo y obtenemos a cambio tormento y sufrimiento. A corto o largo plazo. Directa o indirectamente.
Es la ley.
No podemos escapar de nuestro destino. No podemos salirnos de la vida. No sin perderla, desde luego.
El dinero es una herramienta que vehicula y canaliza gran parte de la actividad inter personas.
El dinero concentra y congrega en torno a sí todo un universo, con sus propiedades y características organizativas.
El ser humano se mueve en ese y otros sistemas conectados y vinculados, estrechamente relacionados.
Pero ojo. En ningún momento hay que olvidar ni perder de vista que todo submundo se haya comprendido dentro del mundo primero y máximo que es la vida. Por tanto, la ley de la vida rige siempre sobre todo, ineludiblemente. Por tanto, se hace obligado buscar y procurar continua y permanentemente la mejor adecuación para con el reino supremo y vigente.
Un martillo es inútil sin nadie que lo utilice. Una herramienta no es herramienta sin usuarios.
El dinero que sepa hacerse fiel a la vida tiene todo el futuro del mundo.
El dinero que se oponga y niegue la vida está muerto y con él arrastrará a todos quienes le sigan.
En eso estamos ahora.
O aprendemos a hablar el lenguaje del entendimiento y consenso verdaderos o sucumbiremos horrendamente, como ya venimos haciendo.
Para comprender mejor el orden que debemos adquirir, veamos una comparación.
El dinero es para nuestra sociedad lo que el oxígeno para nuestro cuerpo.
El oxígeno desempeña un papel vital para todas las células. La distribución ha de ser siempre la más perfecta y proporcionada posible. Todo exceso y todo defecto acarrea serios inconvenientes y problemas.
La respiración es el ciclo que asegura y garantiza el correcto intercambio y renovación de gases para una adecuada supervivencia.
Este ciclo está a su vez conectado con los demás ciclos de la naturaleza. De tal manera que existimos integrados con lo que nos rodea. Y si se nos ocurre la estúpida idea de destruir el entorno, la consecuencia evidente es que desapareceremos.
A lo que iba. El valor del oxígeno está en su ciclo. Sin ciclo no hay valor. Oxígeno retenido es oxígeno muerto. El idiota que quiera comprobarlo que deje de respirar y verá si es verdad.
Con el dinero pasa lo mismo.
El valor del dinero radica en lo que nos permite intercambiar a través de él.
Atesorar dinero sin darle uso hace que el valor deba ser sustentado por otros. Cuanto más dinero se estanca, más esfuerzo y más dificultad recae sobre quienes soportan el valor con su actividad.
Esto lleva a la instauración de las clases sociales y la eterna lucha de explotadores y explotados.
Esa historia ya ha durado demasiado y hace mucho que dejó de ser divertida.
Toca hacer realidad un nuevo mundo. Verdaderamente justo y leal a la vida.
Hoy en día estamos en condiciones de diseñar nuestra propia moneda tal y como queramos que sea.
Gracias al protocolo de las criptomonedas podemos implementar todas las condiciones necesarias para garantizar el correcto uso del dinero.
Por mi parte, le vengo dando vueltas a esto desde hace un tiempo y ya he perfilado bastante algunos aspectos que considero importantes:
http://dersony.blogspot.com/2014/07/infinita-ola-solidaria.html
Aquí viene otra tanda.
Mi protocolo de bitcoin solidario está pensado para asegurar la distribución de la riqueza. Falta comprobar su comportamiento, pero el planteamiento me parece bastante apropiado para eso.
Sin embargo, un protocolo por sí solo no lo soluciona todo.
Hay que tener en cuenta más cosas.
Primero de todo cómo y dónde hacer que exista.
El mundo de las criptomonedas es complejo y cambiante. El bitcoin solidario podría ser una propuesta más entre la maraña de propuestas existentes. Lo malo de esto es que entonces habría que empezar de cero y la moneda podría tardar un tiempo indefinido en despegar, si es que llegara a lograrlo siquiera. Incierto comienzo sin incentivo.
Toda la suerte dependería de la decidida conciencia y constante voluntad de los usuarios. Lo cual está muy bien, porque es una manera de seleccionar a las personas más dispuestas a sacar adelante algo así.
Sin embargo, siendo realistas, es posible que no haya suficientes personas de esas, o que ahora estén por otras cosas.
Sea como fuere, no parece una estrategia demasiado exitosa, a priori.
La otra opción es depredar directamente a bitcoin.
Esto es, diseñar un cliente que encapsule tus bitcoins y los convierta en bitcoins solidarios, de tal manera que a partir de entonces solo puedan funcionar según el nuevo protocolo.
Este me parece el camino más interesante, ya que te da un punto de partida más estable y además plantea un juego de equilibrios.
Que dos sistemas coexistan usando la misma fuente de valor establece una relación simbiótica, que puede ser bastante positiva para ambos.
La lógica especulativa, que no sobrevive al mínimo examen, persigue acaparar, y ante la escasez aumenta su valoración de la moneda. Así que, quitarle monedas de su circuito beneficiaría teóricamente a ambas partes. Sin embargo, esto hay que hacerlo con cuidado, porque solo funciona si se mantiene una proporción razonable, o estaríamos matando a la gallina de los huevos de oro.
También puede llegar un momento en que las personas encuentren todo el valor en el bitcoin solidario y el valor de bitcoin se vuelva irrelevante. Pero eso está muy lejos todavía.
Otra cosa a tener en cuenta es que, el protocolo solidario, para ser fiel a su propósito, requiere que los usuarios no puedan inventarse falsas identidades. Una persona solo debe poder operar con una única dirección. Seguramente hay muchas maneras de garantizar esto, pero aún no he encontrado el método ideal.
Claro, a nivel local es perfectamente sencillo. Basta con asignar cada dirección a cada usuario en persona, públicamente y sin anonimato.
El reto está en escalas mayores. Sobre todo si se pretende mantener cierto anonimato, que tampoco debería ser imprescindible.
En fin, si se te ocurre alguna forma de verificar la mono-identidad de cada usuario, no dudes en decírmelo.
Además, considerando esto del dinero vivo y el dinero muerto, hay que procurar un equilibrio entre el ahorro y la utilización. Ahorrar está muy bien, pero sustrae y paraliza parte del flujo del dinero. Ya hemos dicho que el valor está en el ciclo, así que conviene premiar el uso y penalizar el no uso.
Primero de todo hay que recordar que este protocolo que propongo establece un tributo del cincuenta por ciento para cada transacción. Esto significa que cada vez que conviertes dinero en bitcoins solidarios sabes que solo vas a poder extraer de vuelta la mitad de lo que introduzcas. Esto significa que la mitad del total de bitcoins solidarios son en el fondo propiedad común y no privada.
Así pues, la acumulación desproporcionada puede y debe atajarse y acotarse. Esto se puede hacer de diferentes maneras. Una posible es que el sistema, a la hora de distribuir las partes correspondientes a cada dirección, introduzca un factor de compensación que reparta las fracciones teniendo en cuenta el grado de solidaridad, para que cada usuario tenga la recompensa proporcional a sus méritos. Esto se mide mediante un sistema de puntuación solidaria, explicado más adelante.
Otra medida que se puede tomar es, cada veinticuatro horas, tomar el total de bitcoins solidarios tributados, dividirlo entre el número de usuarios activos que han generado ese tributo, y restar esa media proporcional a cada dirección que ese día no haya efectuado ninguna operación.
Por ejemplo, pongamos que la comunidad de usuarios se compone de 200 personas y 100 de ellas ayer realizaron operaciones, que en total movieron 60 btc-sol, 30 de los cuales fueron los tributados.
Entonces, tomamos las otras 100 personas y les restamos a cada una 0,3 btc-sol, dinero que se añadirá al total tributado para ser repartido a quienes corresponda.
Pero con algunas precauciones. Las direcciones inactivas solo podrán tener merma en la parte de su saldo considerada de propiedad común, o sea, la mitad del capital ingresado desde fuera del sistema solidario.
Aquí cabe hacer otra puntualización. La cantidad máxima de saldo que cualquier usuario podrá acumular en su dirección será de tres veces la media proporcional del total de bitcoins solidarios existentes.
Si el total existente es 100 btc-sol y el número de usuarios es 50, el saldo máximo para cada uno de ellos será de 6 btc-sol. Todo pago que sobrepase ese límite se redistribuirá automáticamente entre toda la comunidad.
Esta condición es importante para mantener la proporcionalidad entre las personas, para crecer acompasadamente entre todos.
Lo bueno del protocolo de las criptomonedas es que te proporciona toda la información en tiempo real, así que puedes hacer un diagnóstico muy detallado de la situación y salud del sistema, para saber a qué atenerte y decidir qué hacer.
Volviendo a la cantidad de merma sufrible por una dirección, supongamos que tienes una dirección en la que has ido ingresando en diferentes momentos 20, 30 y 10 btc-sol. Esto significa que has aportado a la comunidad 60 btc-sol, de los cuales 30 son privados y puedes extraerlos en cualquier momento y los otros 30 son inextraíbles y se consideran propiedad común provisionalmente en tu haber.
Pongamos que tu saldo ahora es de 25. Entonces, en virtud a esos 30 aportados, tu saldo no puede sufrir merma alguna mientras no supere ese umbral. Pongamos que extraes 20 btc-sol, desencapsulándolos y liberando de su interior esos bitcoins normales y ajenos al protocolo solidario, así que tu dirección quedaría con un saldo de 5. Pero ojo, porque ahora tu umbral considerado privado habrá pasado a ser de 10 btc-sol, y en cuanto tu saldo supere esa cifra podrá sufrir merma.
Esto quiere decir que el sistema está siempre al tanto de cuánto aporta y desaporta cada usuario y qué parte merece que se le respete y cuál no.
Esto quiere decir que tener dinero en el sistema solidario implica participación, incluso cuando el usuario permanece inactivo.
La pasividad tiene un precio.
La comunidad se construye y mantiene con la interacción de todos.
El parasitismo no es bienvenido.
Otra precaución importante tiene que ser para evitar la picaresca. Porque es muy fácil caer en la tentación de inflar el volumen de bitcoins solidarios intercambiados en un día con la sola intención de sacar mayor tajada de las direcciones inactivas.
Esto se puede prevenir con un sencillo cambio.
En lugar de tomar el total de btc-sol tributados, se tomará únicamente el tributo más alto del día de cada dirección, para obtener la suma conjunta.
Estas medidas se establecen para que la moneda no pueda apalancarse, pero también hay que cuidar que no se vaya al otro extremo. Una sangre demasiado densa es tan problemática como una sangre demasiado fluida.
Así que, no estaría mal una norma que tomara el saldo de tu dirección al comienzo del día y solo te permitiera gastar como máximo la mitad del mismo. Y también se podría definir un mínimo absoluto, según la valoración colectiva de la moneda.
Una manera de calcular esto podría ser, tomando la centésima parte del total de bitcoins solidarios existentes, partida entre cien veces el número de usuarios. Esto sería el suelo y significa que ninguna dirección podría efectuar un pago inferior a esa cantidad.
Y ya de paso también se podría establecer un techo, que podría establecerse tomando el total de bitcoins solidarios existentes dividido entre el número de usuarios, y a esa cifra cada uno le sumaría su total de bitcoins aportados al sistema solidario. Este techo limitaría el máximo de bitcoins solidarios que una dirección puede gastar en un día.
Aunque, este techo es bastante improbable que llegue a aplicarse casi nunca, gracias a la limitación de solo poder gastar al día la mitad del saldo. Aun así no está de más, por si acaso. Y todavía se podría pensar alguna medida adicional si fuera preciso. Toda prevención será poca para evitar el abuso de poder y la corrupción de la población.
Además, por supuesto, hay que procurar que esta moneda se utilice en la economía real y no en otra cosa.
Para esto se me ocurre una pequeña modificación.
En lugar de distribuir el total de lo tributado, se puede repartir la mitad de esa cantidad, haciendo que la otra mitad vaya a parar a un fondo.
Ese fondo estará dedicado a proyectos para la comunidad y solo se asignará una vez al mes.
Cada proyecto que reciba fondos deberá estar bajo la dirección de un responsable.
Los responsables se elegirán mediante un sistema de puntuaciones.
Para esto se consensuará una lista de tareas, realizables por una persona en una hora. Las tareas serán de carácter social, solidario y local.
Cuidado, mantenimiento y protección del entorno, de las personas y de los recursos. Cuidado, mantenimiento y protección de los bienes comunes. Cuidado, mantenimiento y protección de la paz, justicia y orden.
La comunidad que asuma con decisión este funcionamiento, mejorará de acuerdo al acierto de su organización y prioridades.
Nótese que la autogestión supone un cambio de paradigma importante. La mentalidad de delegar en terceros no tiene cabida en una sociedad madura y responsable.
Mediante participación directa se definen, proponen y secundan las tareas a realizar. Entre todos, pasito a pasito, la comunidad sustenta los propios servicios que precisa y quiere.
Democracia y economía deben ir siempre de la mano, estrechamente entretejidas, para evitar males y desmanes. A este respecto ya he escrito algún otro ensayo:
http://dersony.blogspot.com/2014/04/el-parecer-del-pueblo.html
Cualquiera podrá optar a realizar la tarea que quiera.
Los solicitantes se ordenarán según el volumen de bitcoins solidarios que hayan gastado en los últimos 15 días. Proporcionalmente.
Por ejemplo, si tu saldo medio ha sido de 5 btc-sol y has gastado en los últimos 15 días un total de 2,5 btc-sol, tu volumen habrá sido del 50%. Otro usuario, de saldo medio 200 btc-sol gasta en ese mismo plazo 50 btc-sol y su volumen es del 25%, así que tú estarás en la lista en una posición mejor que ese usuario.
Las tareas se asignarán según dicha lista, de mayor a menor.
Dado que las tareas son de una hora, el sistema se actualizará continuamente y de inmediato.
En tiempo real ves la oferta disponible, solicitas y se te concede o no la tarea.
Fallar al cumplimiento de tu tarea supondrá una sanción.
La realización de toda tarea deberá ser grabada y difundida públicamente también en directo.
No se podrán realizar dos tareas consecutivas, o lo que es lo mismo, a cada hora solidaria le seguirá obligatoriamente una hora no asignable a ninguna tarea.
Esto se hace así para evitar acaparamientos y para propiciar la diversidad y rotación de personas y tareas.
El dinero y las tareas deben ser igual de importantes y deben estar perfectamente imbricados, por eso el sistema de tareas merece especial esmero y detenimiento en su diseño. Aquí tan solo estoy esbozando un esquema provisional.
En realidad el sistema de tareas debe buscar la participación de toda la comunidad en todas las tareas.
Debe garantizar la rotación perfecta, que todas las personas realicen todas las tareas diferentes existentes al menos una vez antes de poder repetir el tipo de tarea preferida.
No realizar tareas significará expulsión de la comunidad. Las personas impedidas para participar por edad o enfermedad no tendrán derecho a uso del dinero y estarán bajo responsabilidad directa de alguna persona o de la comunidad, que podrá ir turnándose en su cuidado.
También se podrán establecer centros de atención o acogida, según el grado de motivación y sensibilidad solidaria de la comunidad.
Esto es delicado y requiere especial consenso y versatilidad para habilitar distintas modalidades posibles.
Mal diseñado, supondrá una carga insostenible y pesadillesca.
La prioridad deberá ser la mayor autonomía directa posible.
Incluso se podrán establecer redes secundarias para la autogestión y administración de la población no monetaria.
Que la solidaridad aprenda a hacerse autosolidaria y responsable.
Especialmente entre la ancianidad.
El cultivo de los valores humanos es especialmente importante para el encaje de la sociedad. Las edades del hombre deben aprender a desenvolverse a su propia manera y escala. Vivir de las rentas no será factible, así que se deberán alentar y amparar canales adecuados para el mantenimiento de la solidaridad intergeneracional.
El sistema actual es monstruoso por cómo desarraiga al ser humano y lo vuelve dependiente de un capital despiadado. El precio del egoísmo conduce a una vejez terrible y descarnada. Hacer del dinero el único asidero resulta en una angustia que solo termina en tragedia.
Los lazos fraternales y la correcta relación con la naturaleza cambian por completo esto. Hace falta especial hincapié en este sentido para que la mentalidad y conciencia colectiva resintonice buenamente para su mejor porvenir. La comunidad solidaria debe saber compartir y sostener esta cultura, si es que sabe lo que le conviene.
Volviendo a las tareas, cumplir una tarea te premia con un punto solidario.
Los que mayor puntuación solidaria tengan serán quienes optarán a asumir la dirección de algún proyecto.
Previamente, la comunidad habrá presentado aquellos proyectos que desea realizar y que precisan de medios y organización para poder llevarse a cabo. La comunidad deberá detallar minuciosamente todo el presupuesto, especificando cuánto dinero corresponde a cada parte del mismo y qué personas se ofrecen para realizar cada una de las partes del proyecto.
También deberá establecerse un plan de acción, que defina y estructure más concretamente los tiempos, las funciones, los materiales, etc. de principio a fin del proyecto.
Los proyectos deberán diseñarse especialmente para poder ser completados en un mes. En caso de no ser posible, deberán trocearse en partes realizables en un mes. Cada parte se considerará un proyecto independiente, con su propio presupuesto y plan de acción.
Completar una parte no implicará garantía ni obligación de que se pase a la siguiente parte inmediatamente, ni de que vaya a encargarse de ello el mismo equipo.
Este proceso debe alcanzar un alto consenso, porque implica y supone un contrato de facto. Pues, cualquiera de las personas candidatas que resulte contratada, estará obligada a aceptar el pago pactado.
Y si rechazara o incumpliera su cometido, sufriría una sanción proporcional.
Por ejemplo, pongamos que en un proyecto hay un puesto de encofrador por 70 btc-sol. Negarse a hacer ese trabajo o fallar en su cumplimiento supondrá que tu dirección dejará de recibir fracciones de la comunidad con cada una de tus transacciones hasta que el tributo acumulado de tus operaciones alcance los 70 btc-sol. Y eso puede significar mucho mucho tiempo. Como para tomárselo en serio.
Cada vez que una persona hace un pago con bitcoin solidario, tiene derecho a darle un voto positivo a un proyecto de los presentados y a votar cada uno de los puntos y opciones del presupuesto y del plan de acción del proyecto elegido.
Cada vez que una persona realiza una tarea tiene derecho a añadir un elemento nuevo a la lista del presupuesto o una opción nueva para algún elemento existente del presupuesto. Y lo mismo con el plan de acción.
Para acelerar esto un poco, se permitirá que a cada tarea realizada, la cantidad de elementos y opciones añadibles por una persona, sea igual a su puntuación solidaria. O sea que cuantas más tareas realizas, más puedes participar en la elaboración de los proyectos.
Por supuesto, la puntuación solidaria se reiniciará cada mes.
El derecho a voto con cada pago es siempre igual. Pero, ojo, el valor de cada voto se calibrará considerando y sopesando varios parámetros.
Por cómputo simple.
Según la cantidad de dinero implicada en la transacción.
Según esa cantidad comparada con el saldo total del usuario.
Y según la puntuación solidaria del usuario.
Tamizando adecuadamente estos matices, obtendremos una valoración bastante ponderada de los proyectos y sus componentes.
Sin que puedan producirse abusos por quienes más dinero tienen. Pues esa es la idea.
Y si hay que mejorar este método o cualquier otro, se mejora. Gente hay seguro que sabe de estas cuestiones infinito más que yo.
Para sumar siempre hay sitio.
Después, ya es cuestión de mezclar bien los ingredientes.
Tenemos una bolsa que acumula fondos durante un mes.
Tenemos una lista de proyectos detallados y dispuestos por orden de prioridad.
Tenemos una lista de usuarios ordenados por grado de solidaridad.
Entonces, según la cantidad de dinero acumulado, se seleccionan tantos proyectos como dicho dinero permita realizar.
Y según los proyectos seleccionados, se designan otros tantos directores.
Si el dinero no alcanza para ningún proyecto, se acumula hasta el mes siguiente y no pasa nada.
En el caso de que sí alcanzara. Cada director deberá aceptar el proyecto que le corresponda y encargarse de realizarlo. Para ello reunirá al candidato con mayor puntuación solidaria para cada función establecida en el presupuesto, y con ellos formará su equipo y procederá a ejecutar el plan de acción.
La finalización del proyecto deberá cumplir el plazo acordado. Si alguna circunstancia impide esto, se admitirá una prórroga máxima de duración igual al tiempo pactado. La prórroga no implicará en ningún caso aumento del presupuesto.
Si un proyecto que ha de realizarse en un mes no se completa en dos meses, se considerará fallido y el equipo responsable pasará a ser evaluado por la comunidad.
Todo el proceso tendrá el mismo seguimiento en directo que las tareas, para que la comunidad pueda supervisar su correcto desarrollo y detectar posibles anomalías.
El sistema almacenará la puntuación solidaria de toda la comunidad en la fecha de inicio de cada proyecto, menos la de los equipos al cargo de la realización de sus correspondientes proyectos.
Así, al finalizarse cada proyecto, la sociedad votará su aprobación o rechazo al resultado y a la realización de cada una de las partes del proyecto.
Cada voto de cada votante valdrá lo que su puntuación solidaria del inicio de dicho proyecto, por eso lo de almacenar esa información.
El resultado de esa votación decidirá si el equipo cobra su paga íntegra, parcial o nula. Según si la comunidad considera que cada persona ha cumplido su labor bien, mal o regular.
Para realizar esta votación juiciosamente, se establecerá un plazo de un mes, en el que todo el equipo deberá atender y contestar todas las preguntas de la comunidad. Este periodo lo aprovecharán especialmente los interesados, para instruirse de cada oficio o aspecto implicado en el proyecto, directamente de sus artífices.
De esta manera se motiva y procura el trasvase de conocimiento, para evitar elitismos y sectarismos indeseables.
La evaluación de la comunidad tendrá en cuenta también esta parte a la hora de valorar la actuación de cada miembro del equipo.
Luego, tras este mes de repaso y examen, se efectuará la votación y se procederá al pago del dinero correspondiente a cada persona.
Por cierto, el salario más elevado solo podrá ser tres veces mayor que el salario más bajo.
Y bueno, todo este rollo para explicar que el dinero hay que utilizarlo bien y que eso implica una enorme cantidad de cosas como estas, porque si no pasa lo que ya sabemos.
Si la única solución a esta pesadilla es ser justos y dignos, esta es la manera de serlo. Solidario no es un adjetivo gratuito. Hacerlo real y verdad supone y requiere currárselo en serio. De farsas y simulacros ya vamos sobrados.
Así que eso, que a ver si estamos a lo que estamos o qué pasa aquí pues.
Es el lema que toda persona de bien asume y adopta.
Otros entienden esto mal. Lo convierten en lo de jugar a ser dios.
El fallo está en creerse por encima de la vida, en creerse autorizado a manipularla sin escrúpulo ni reparo.
Los inmaduros parodian la vida, la malinterpretan y hacen de su idea de ella una farsa. Alumbrando absurdos grotescos y dañinos.
Véase bien la diferencia.
El hijo naturalmente admira y emula a su padre. Así adquiere y aprende muchas cosas. Al principio puede equivocarse y resultar gracioso, luego depura y amolda como puede y a su manera todo hasta que lo hace suyo y lo incorpora a su repertorio.
Con la vida es lo mismo. Somos parte de la vida y viviendo aprendemos su sentido y naturaleza. Esto es crucial y muy importante, ya que es lo que determina que sepamos organizarnos de manera benéfica y armónica o todo lo contrario.
Lo que hace a un sistema sostenible es su adecuación y proximidad a la vida. Cosa que resulta bien evidente en toda actividad humana.
Un alimento da salud cuando se toma de manera oportuna y con mesura, y trae enfermedad cuando se altera o abusa de el erróneamente.
Toda vez que dejamos de comprender el sistema del que formamos parte, equivocamos nuestro rumbo y obtenemos a cambio tormento y sufrimiento. A corto o largo plazo. Directa o indirectamente.
Es la ley.
No podemos escapar de nuestro destino. No podemos salirnos de la vida. No sin perderla, desde luego.
El dinero es una herramienta que vehicula y canaliza gran parte de la actividad inter personas.
El dinero concentra y congrega en torno a sí todo un universo, con sus propiedades y características organizativas.
El ser humano se mueve en ese y otros sistemas conectados y vinculados, estrechamente relacionados.
Pero ojo. En ningún momento hay que olvidar ni perder de vista que todo submundo se haya comprendido dentro del mundo primero y máximo que es la vida. Por tanto, la ley de la vida rige siempre sobre todo, ineludiblemente. Por tanto, se hace obligado buscar y procurar continua y permanentemente la mejor adecuación para con el reino supremo y vigente.
Un martillo es inútil sin nadie que lo utilice. Una herramienta no es herramienta sin usuarios.
El dinero que sepa hacerse fiel a la vida tiene todo el futuro del mundo.
El dinero que se oponga y niegue la vida está muerto y con él arrastrará a todos quienes le sigan.
En eso estamos ahora.
O aprendemos a hablar el lenguaje del entendimiento y consenso verdaderos o sucumbiremos horrendamente, como ya venimos haciendo.
Para comprender mejor el orden que debemos adquirir, veamos una comparación.
El dinero es para nuestra sociedad lo que el oxígeno para nuestro cuerpo.
El oxígeno desempeña un papel vital para todas las células. La distribución ha de ser siempre la más perfecta y proporcionada posible. Todo exceso y todo defecto acarrea serios inconvenientes y problemas.
La respiración es el ciclo que asegura y garantiza el correcto intercambio y renovación de gases para una adecuada supervivencia.
Este ciclo está a su vez conectado con los demás ciclos de la naturaleza. De tal manera que existimos integrados con lo que nos rodea. Y si se nos ocurre la estúpida idea de destruir el entorno, la consecuencia evidente es que desapareceremos.
A lo que iba. El valor del oxígeno está en su ciclo. Sin ciclo no hay valor. Oxígeno retenido es oxígeno muerto. El idiota que quiera comprobarlo que deje de respirar y verá si es verdad.
Con el dinero pasa lo mismo.
El valor del dinero radica en lo que nos permite intercambiar a través de él.
Atesorar dinero sin darle uso hace que el valor deba ser sustentado por otros. Cuanto más dinero se estanca, más esfuerzo y más dificultad recae sobre quienes soportan el valor con su actividad.
Esto lleva a la instauración de las clases sociales y la eterna lucha de explotadores y explotados.
Esa historia ya ha durado demasiado y hace mucho que dejó de ser divertida.
Toca hacer realidad un nuevo mundo. Verdaderamente justo y leal a la vida.
Hoy en día estamos en condiciones de diseñar nuestra propia moneda tal y como queramos que sea.
Gracias al protocolo de las criptomonedas podemos implementar todas las condiciones necesarias para garantizar el correcto uso del dinero.
Por mi parte, le vengo dando vueltas a esto desde hace un tiempo y ya he perfilado bastante algunos aspectos que considero importantes:
http://dersony.blogspot.com/2014/07/infinita-ola-solidaria.html
Aquí viene otra tanda.
Mi protocolo de bitcoin solidario está pensado para asegurar la distribución de la riqueza. Falta comprobar su comportamiento, pero el planteamiento me parece bastante apropiado para eso.
Sin embargo, un protocolo por sí solo no lo soluciona todo.
Hay que tener en cuenta más cosas.
Primero de todo cómo y dónde hacer que exista.
El mundo de las criptomonedas es complejo y cambiante. El bitcoin solidario podría ser una propuesta más entre la maraña de propuestas existentes. Lo malo de esto es que entonces habría que empezar de cero y la moneda podría tardar un tiempo indefinido en despegar, si es que llegara a lograrlo siquiera. Incierto comienzo sin incentivo.
Toda la suerte dependería de la decidida conciencia y constante voluntad de los usuarios. Lo cual está muy bien, porque es una manera de seleccionar a las personas más dispuestas a sacar adelante algo así.
Sin embargo, siendo realistas, es posible que no haya suficientes personas de esas, o que ahora estén por otras cosas.
Sea como fuere, no parece una estrategia demasiado exitosa, a priori.
La otra opción es depredar directamente a bitcoin.
Esto es, diseñar un cliente que encapsule tus bitcoins y los convierta en bitcoins solidarios, de tal manera que a partir de entonces solo puedan funcionar según el nuevo protocolo.
Este me parece el camino más interesante, ya que te da un punto de partida más estable y además plantea un juego de equilibrios.
Que dos sistemas coexistan usando la misma fuente de valor establece una relación simbiótica, que puede ser bastante positiva para ambos.
La lógica especulativa, que no sobrevive al mínimo examen, persigue acaparar, y ante la escasez aumenta su valoración de la moneda. Así que, quitarle monedas de su circuito beneficiaría teóricamente a ambas partes. Sin embargo, esto hay que hacerlo con cuidado, porque solo funciona si se mantiene una proporción razonable, o estaríamos matando a la gallina de los huevos de oro.
También puede llegar un momento en que las personas encuentren todo el valor en el bitcoin solidario y el valor de bitcoin se vuelva irrelevante. Pero eso está muy lejos todavía.
Otra cosa a tener en cuenta es que, el protocolo solidario, para ser fiel a su propósito, requiere que los usuarios no puedan inventarse falsas identidades. Una persona solo debe poder operar con una única dirección. Seguramente hay muchas maneras de garantizar esto, pero aún no he encontrado el método ideal.
Claro, a nivel local es perfectamente sencillo. Basta con asignar cada dirección a cada usuario en persona, públicamente y sin anonimato.
El reto está en escalas mayores. Sobre todo si se pretende mantener cierto anonimato, que tampoco debería ser imprescindible.
En fin, si se te ocurre alguna forma de verificar la mono-identidad de cada usuario, no dudes en decírmelo.
Además, considerando esto del dinero vivo y el dinero muerto, hay que procurar un equilibrio entre el ahorro y la utilización. Ahorrar está muy bien, pero sustrae y paraliza parte del flujo del dinero. Ya hemos dicho que el valor está en el ciclo, así que conviene premiar el uso y penalizar el no uso.
Primero de todo hay que recordar que este protocolo que propongo establece un tributo del cincuenta por ciento para cada transacción. Esto significa que cada vez que conviertes dinero en bitcoins solidarios sabes que solo vas a poder extraer de vuelta la mitad de lo que introduzcas. Esto significa que la mitad del total de bitcoins solidarios son en el fondo propiedad común y no privada.
Así pues, la acumulación desproporcionada puede y debe atajarse y acotarse. Esto se puede hacer de diferentes maneras. Una posible es que el sistema, a la hora de distribuir las partes correspondientes a cada dirección, introduzca un factor de compensación que reparta las fracciones teniendo en cuenta el grado de solidaridad, para que cada usuario tenga la recompensa proporcional a sus méritos. Esto se mide mediante un sistema de puntuación solidaria, explicado más adelante.
Otra medida que se puede tomar es, cada veinticuatro horas, tomar el total de bitcoins solidarios tributados, dividirlo entre el número de usuarios activos que han generado ese tributo, y restar esa media proporcional a cada dirección que ese día no haya efectuado ninguna operación.
Por ejemplo, pongamos que la comunidad de usuarios se compone de 200 personas y 100 de ellas ayer realizaron operaciones, que en total movieron 60 btc-sol, 30 de los cuales fueron los tributados.
Entonces, tomamos las otras 100 personas y les restamos a cada una 0,3 btc-sol, dinero que se añadirá al total tributado para ser repartido a quienes corresponda.
Pero con algunas precauciones. Las direcciones inactivas solo podrán tener merma en la parte de su saldo considerada de propiedad común, o sea, la mitad del capital ingresado desde fuera del sistema solidario.
Aquí cabe hacer otra puntualización. La cantidad máxima de saldo que cualquier usuario podrá acumular en su dirección será de tres veces la media proporcional del total de bitcoins solidarios existentes.
Si el total existente es 100 btc-sol y el número de usuarios es 50, el saldo máximo para cada uno de ellos será de 6 btc-sol. Todo pago que sobrepase ese límite se redistribuirá automáticamente entre toda la comunidad.
Esta condición es importante para mantener la proporcionalidad entre las personas, para crecer acompasadamente entre todos.
Lo bueno del protocolo de las criptomonedas es que te proporciona toda la información en tiempo real, así que puedes hacer un diagnóstico muy detallado de la situación y salud del sistema, para saber a qué atenerte y decidir qué hacer.
Volviendo a la cantidad de merma sufrible por una dirección, supongamos que tienes una dirección en la que has ido ingresando en diferentes momentos 20, 30 y 10 btc-sol. Esto significa que has aportado a la comunidad 60 btc-sol, de los cuales 30 son privados y puedes extraerlos en cualquier momento y los otros 30 son inextraíbles y se consideran propiedad común provisionalmente en tu haber.
Pongamos que tu saldo ahora es de 25. Entonces, en virtud a esos 30 aportados, tu saldo no puede sufrir merma alguna mientras no supere ese umbral. Pongamos que extraes 20 btc-sol, desencapsulándolos y liberando de su interior esos bitcoins normales y ajenos al protocolo solidario, así que tu dirección quedaría con un saldo de 5. Pero ojo, porque ahora tu umbral considerado privado habrá pasado a ser de 10 btc-sol, y en cuanto tu saldo supere esa cifra podrá sufrir merma.
Esto quiere decir que el sistema está siempre al tanto de cuánto aporta y desaporta cada usuario y qué parte merece que se le respete y cuál no.
Esto quiere decir que tener dinero en el sistema solidario implica participación, incluso cuando el usuario permanece inactivo.
La pasividad tiene un precio.
La comunidad se construye y mantiene con la interacción de todos.
El parasitismo no es bienvenido.
Otra precaución importante tiene que ser para evitar la picaresca. Porque es muy fácil caer en la tentación de inflar el volumen de bitcoins solidarios intercambiados en un día con la sola intención de sacar mayor tajada de las direcciones inactivas.
Esto se puede prevenir con un sencillo cambio.
En lugar de tomar el total de btc-sol tributados, se tomará únicamente el tributo más alto del día de cada dirección, para obtener la suma conjunta.
Estas medidas se establecen para que la moneda no pueda apalancarse, pero también hay que cuidar que no se vaya al otro extremo. Una sangre demasiado densa es tan problemática como una sangre demasiado fluida.
Así que, no estaría mal una norma que tomara el saldo de tu dirección al comienzo del día y solo te permitiera gastar como máximo la mitad del mismo. Y también se podría definir un mínimo absoluto, según la valoración colectiva de la moneda.
Una manera de calcular esto podría ser, tomando la centésima parte del total de bitcoins solidarios existentes, partida entre cien veces el número de usuarios. Esto sería el suelo y significa que ninguna dirección podría efectuar un pago inferior a esa cantidad.
Y ya de paso también se podría establecer un techo, que podría establecerse tomando el total de bitcoins solidarios existentes dividido entre el número de usuarios, y a esa cifra cada uno le sumaría su total de bitcoins aportados al sistema solidario. Este techo limitaría el máximo de bitcoins solidarios que una dirección puede gastar en un día.
Aunque, este techo es bastante improbable que llegue a aplicarse casi nunca, gracias a la limitación de solo poder gastar al día la mitad del saldo. Aun así no está de más, por si acaso. Y todavía se podría pensar alguna medida adicional si fuera preciso. Toda prevención será poca para evitar el abuso de poder y la corrupción de la población.
Además, por supuesto, hay que procurar que esta moneda se utilice en la economía real y no en otra cosa.
Para esto se me ocurre una pequeña modificación.
En lugar de distribuir el total de lo tributado, se puede repartir la mitad de esa cantidad, haciendo que la otra mitad vaya a parar a un fondo.
Ese fondo estará dedicado a proyectos para la comunidad y solo se asignará una vez al mes.
Cada proyecto que reciba fondos deberá estar bajo la dirección de un responsable.
Los responsables se elegirán mediante un sistema de puntuaciones.
Para esto se consensuará una lista de tareas, realizables por una persona en una hora. Las tareas serán de carácter social, solidario y local.
Cuidado, mantenimiento y protección del entorno, de las personas y de los recursos. Cuidado, mantenimiento y protección de los bienes comunes. Cuidado, mantenimiento y protección de la paz, justicia y orden.
La comunidad que asuma con decisión este funcionamiento, mejorará de acuerdo al acierto de su organización y prioridades.
Nótese que la autogestión supone un cambio de paradigma importante. La mentalidad de delegar en terceros no tiene cabida en una sociedad madura y responsable.
Mediante participación directa se definen, proponen y secundan las tareas a realizar. Entre todos, pasito a pasito, la comunidad sustenta los propios servicios que precisa y quiere.
Democracia y economía deben ir siempre de la mano, estrechamente entretejidas, para evitar males y desmanes. A este respecto ya he escrito algún otro ensayo:
http://dersony.blogspot.com/2014/04/el-parecer-del-pueblo.html
Cualquiera podrá optar a realizar la tarea que quiera.
Los solicitantes se ordenarán según el volumen de bitcoins solidarios que hayan gastado en los últimos 15 días. Proporcionalmente.
Por ejemplo, si tu saldo medio ha sido de 5 btc-sol y has gastado en los últimos 15 días un total de 2,5 btc-sol, tu volumen habrá sido del 50%. Otro usuario, de saldo medio 200 btc-sol gasta en ese mismo plazo 50 btc-sol y su volumen es del 25%, así que tú estarás en la lista en una posición mejor que ese usuario.
Las tareas se asignarán según dicha lista, de mayor a menor.
Dado que las tareas son de una hora, el sistema se actualizará continuamente y de inmediato.
En tiempo real ves la oferta disponible, solicitas y se te concede o no la tarea.
Fallar al cumplimiento de tu tarea supondrá una sanción.
La realización de toda tarea deberá ser grabada y difundida públicamente también en directo.
No se podrán realizar dos tareas consecutivas, o lo que es lo mismo, a cada hora solidaria le seguirá obligatoriamente una hora no asignable a ninguna tarea.
Esto se hace así para evitar acaparamientos y para propiciar la diversidad y rotación de personas y tareas.
El dinero y las tareas deben ser igual de importantes y deben estar perfectamente imbricados, por eso el sistema de tareas merece especial esmero y detenimiento en su diseño. Aquí tan solo estoy esbozando un esquema provisional.
En realidad el sistema de tareas debe buscar la participación de toda la comunidad en todas las tareas.
Debe garantizar la rotación perfecta, que todas las personas realicen todas las tareas diferentes existentes al menos una vez antes de poder repetir el tipo de tarea preferida.
No realizar tareas significará expulsión de la comunidad. Las personas impedidas para participar por edad o enfermedad no tendrán derecho a uso del dinero y estarán bajo responsabilidad directa de alguna persona o de la comunidad, que podrá ir turnándose en su cuidado.
También se podrán establecer centros de atención o acogida, según el grado de motivación y sensibilidad solidaria de la comunidad.
Esto es delicado y requiere especial consenso y versatilidad para habilitar distintas modalidades posibles.
Mal diseñado, supondrá una carga insostenible y pesadillesca.
La prioridad deberá ser la mayor autonomía directa posible.
Incluso se podrán establecer redes secundarias para la autogestión y administración de la población no monetaria.
Que la solidaridad aprenda a hacerse autosolidaria y responsable.
Especialmente entre la ancianidad.
El cultivo de los valores humanos es especialmente importante para el encaje de la sociedad. Las edades del hombre deben aprender a desenvolverse a su propia manera y escala. Vivir de las rentas no será factible, así que se deberán alentar y amparar canales adecuados para el mantenimiento de la solidaridad intergeneracional.
El sistema actual es monstruoso por cómo desarraiga al ser humano y lo vuelve dependiente de un capital despiadado. El precio del egoísmo conduce a una vejez terrible y descarnada. Hacer del dinero el único asidero resulta en una angustia que solo termina en tragedia.
Los lazos fraternales y la correcta relación con la naturaleza cambian por completo esto. Hace falta especial hincapié en este sentido para que la mentalidad y conciencia colectiva resintonice buenamente para su mejor porvenir. La comunidad solidaria debe saber compartir y sostener esta cultura, si es que sabe lo que le conviene.
Volviendo a las tareas, cumplir una tarea te premia con un punto solidario.
Los que mayor puntuación solidaria tengan serán quienes optarán a asumir la dirección de algún proyecto.
Previamente, la comunidad habrá presentado aquellos proyectos que desea realizar y que precisan de medios y organización para poder llevarse a cabo. La comunidad deberá detallar minuciosamente todo el presupuesto, especificando cuánto dinero corresponde a cada parte del mismo y qué personas se ofrecen para realizar cada una de las partes del proyecto.
También deberá establecerse un plan de acción, que defina y estructure más concretamente los tiempos, las funciones, los materiales, etc. de principio a fin del proyecto.
Los proyectos deberán diseñarse especialmente para poder ser completados en un mes. En caso de no ser posible, deberán trocearse en partes realizables en un mes. Cada parte se considerará un proyecto independiente, con su propio presupuesto y plan de acción.
Completar una parte no implicará garantía ni obligación de que se pase a la siguiente parte inmediatamente, ni de que vaya a encargarse de ello el mismo equipo.
Este proceso debe alcanzar un alto consenso, porque implica y supone un contrato de facto. Pues, cualquiera de las personas candidatas que resulte contratada, estará obligada a aceptar el pago pactado.
Y si rechazara o incumpliera su cometido, sufriría una sanción proporcional.
Por ejemplo, pongamos que en un proyecto hay un puesto de encofrador por 70 btc-sol. Negarse a hacer ese trabajo o fallar en su cumplimiento supondrá que tu dirección dejará de recibir fracciones de la comunidad con cada una de tus transacciones hasta que el tributo acumulado de tus operaciones alcance los 70 btc-sol. Y eso puede significar mucho mucho tiempo. Como para tomárselo en serio.
Cada vez que una persona hace un pago con bitcoin solidario, tiene derecho a darle un voto positivo a un proyecto de los presentados y a votar cada uno de los puntos y opciones del presupuesto y del plan de acción del proyecto elegido.
Cada vez que una persona realiza una tarea tiene derecho a añadir un elemento nuevo a la lista del presupuesto o una opción nueva para algún elemento existente del presupuesto. Y lo mismo con el plan de acción.
Para acelerar esto un poco, se permitirá que a cada tarea realizada, la cantidad de elementos y opciones añadibles por una persona, sea igual a su puntuación solidaria. O sea que cuantas más tareas realizas, más puedes participar en la elaboración de los proyectos.
Por supuesto, la puntuación solidaria se reiniciará cada mes.
El derecho a voto con cada pago es siempre igual. Pero, ojo, el valor de cada voto se calibrará considerando y sopesando varios parámetros.
Por cómputo simple.
Según la cantidad de dinero implicada en la transacción.
Según esa cantidad comparada con el saldo total del usuario.
Y según la puntuación solidaria del usuario.
Tamizando adecuadamente estos matices, obtendremos una valoración bastante ponderada de los proyectos y sus componentes.
Sin que puedan producirse abusos por quienes más dinero tienen. Pues esa es la idea.
Y si hay que mejorar este método o cualquier otro, se mejora. Gente hay seguro que sabe de estas cuestiones infinito más que yo.
Para sumar siempre hay sitio.
Después, ya es cuestión de mezclar bien los ingredientes.
Tenemos una bolsa que acumula fondos durante un mes.
Tenemos una lista de proyectos detallados y dispuestos por orden de prioridad.
Tenemos una lista de usuarios ordenados por grado de solidaridad.
Entonces, según la cantidad de dinero acumulado, se seleccionan tantos proyectos como dicho dinero permita realizar.
Y según los proyectos seleccionados, se designan otros tantos directores.
Si el dinero no alcanza para ningún proyecto, se acumula hasta el mes siguiente y no pasa nada.
En el caso de que sí alcanzara. Cada director deberá aceptar el proyecto que le corresponda y encargarse de realizarlo. Para ello reunirá al candidato con mayor puntuación solidaria para cada función establecida en el presupuesto, y con ellos formará su equipo y procederá a ejecutar el plan de acción.
La finalización del proyecto deberá cumplir el plazo acordado. Si alguna circunstancia impide esto, se admitirá una prórroga máxima de duración igual al tiempo pactado. La prórroga no implicará en ningún caso aumento del presupuesto.
Si un proyecto que ha de realizarse en un mes no se completa en dos meses, se considerará fallido y el equipo responsable pasará a ser evaluado por la comunidad.
Todo el proceso tendrá el mismo seguimiento en directo que las tareas, para que la comunidad pueda supervisar su correcto desarrollo y detectar posibles anomalías.
El sistema almacenará la puntuación solidaria de toda la comunidad en la fecha de inicio de cada proyecto, menos la de los equipos al cargo de la realización de sus correspondientes proyectos.
Así, al finalizarse cada proyecto, la sociedad votará su aprobación o rechazo al resultado y a la realización de cada una de las partes del proyecto.
Cada voto de cada votante valdrá lo que su puntuación solidaria del inicio de dicho proyecto, por eso lo de almacenar esa información.
El resultado de esa votación decidirá si el equipo cobra su paga íntegra, parcial o nula. Según si la comunidad considera que cada persona ha cumplido su labor bien, mal o regular.
Para realizar esta votación juiciosamente, se establecerá un plazo de un mes, en el que todo el equipo deberá atender y contestar todas las preguntas de la comunidad. Este periodo lo aprovecharán especialmente los interesados, para instruirse de cada oficio o aspecto implicado en el proyecto, directamente de sus artífices.
De esta manera se motiva y procura el trasvase de conocimiento, para evitar elitismos y sectarismos indeseables.
La evaluación de la comunidad tendrá en cuenta también esta parte a la hora de valorar la actuación de cada miembro del equipo.
Luego, tras este mes de repaso y examen, se efectuará la votación y se procederá al pago del dinero correspondiente a cada persona.
Por cierto, el salario más elevado solo podrá ser tres veces mayor que el salario más bajo.
Y bueno, todo este rollo para explicar que el dinero hay que utilizarlo bien y que eso implica una enorme cantidad de cosas como estas, porque si no pasa lo que ya sabemos.
Si la única solución a esta pesadilla es ser justos y dignos, esta es la manera de serlo. Solidario no es un adjetivo gratuito. Hacerlo real y verdad supone y requiere currárselo en serio. De farsas y simulacros ya vamos sobrados.
Así que eso, que a ver si estamos a lo que estamos o qué pasa aquí pues.
10 de noviembre de 2014
bebés de mierda
Las chicas malas se juntan con chicos malos que cuando hacen ñaca ñaca se equivocan de agujero y las embarazan por detrás por donde no es y luego ya no hacen caca. Hasta que nace el bebé y las tienen que operar para que salga porque si no no cabe y sale lleno de mierda y llorando todo el rato de lo malo que ha sido crecer en el culo. Y las mamás de los bebés de mierda tampoco los quieren mucho que los lavan así todo el rato con estropajo a ver si se les va el olor a caca pero que no se va que lo llevan dentro que dentro para ya para siempre por haber nacido así. Así que las mamás ya se enfadan y no les quieren ya ni ver y los bebés de mierda crecen tristes que más y lloran casi siempre que casi siempre están castigándoles y pegándoles y mandándoles a recados lejos a ver si se pierden o les pilla un coche o les secuestra un malo y las dejan en paz ya de una vez. Por eso que la vida de los bebés de mierda es una mierda y casi ninguno llega a mayor casi y los que llegan son unos malos pero malos y solo quieren mas que vengarse de todo con el mundo así que se hacen políticos y eso pasa que dan por el culo que no saben otra cosa.
sirenifoca
Allá a finales del 19, un navegante portugués vagando por las regiones antárticas hace un descubrimiento extraordinario, pues se topa con una sirena que de cintura para abajo no es pez sino foca.
El marinero queda perdidamente prendado por su encanto y belleza y nadan juntos rato y rato, deliciosamente sensuales y tiernamente extasiados con sus mutuas caricias y atenciones.
Esta historia la he medio-vivido medio-imaginado en un sueño dentro del sueño. Subnivel del que despierto y me dispongo a redactar esa fascinante experiencia, con la ayuda de mi hermano, que es quien se encarga de transcribirla sobre papel a mi dictado.
Quedo muy satisfecho con la plasmación y el relato resultante, aunque me percato de que es casi mediodía y debería haberme levantado mucho antes para asistir a mis clases de dibujo.
Trato de desayunar rápido y ver si puedo al menos llegar a tiempo para la última asignatura de la mañana. Me fastidia este tonto absentismo, que parece creciente últimamente, en este universo onírico, se entiende.
Me consuela algo pensar que por lo menos ha sido por una buena causa.
Salgo apresurado a la calle y, cuando trato de acelerar mi paso, se ralentiza ligeramente mi sensación de avance, embargándome una leve angustia no del todo desagradable.
Al poco, recuerdo que hoy teníamos que llevar alguna música para un ejercicio. Así que me doy media vuelta y regreso.
Sé muy bien el disco que quiero llevar. Es uno que he conseguido hace poco, es de rock progresivo y la cubierta muestra una criatura fantástica, inventada a partir de la combinación de partes de dos o tres especies animales y vegetales.
Este disco parece no existir en el mundo real, o al menos yo no lo conozco.
El caso es que llego y resulta que se lo había prestado a un grupo de deportistas que entrenan ahí al lado. Y, cómo no, lo han perdido o ha desaparecido. Con el consiguiente fastidio, indagaciones, etc.
El marinero queda perdidamente prendado por su encanto y belleza y nadan juntos rato y rato, deliciosamente sensuales y tiernamente extasiados con sus mutuas caricias y atenciones.
Esta historia la he medio-vivido medio-imaginado en un sueño dentro del sueño. Subnivel del que despierto y me dispongo a redactar esa fascinante experiencia, con la ayuda de mi hermano, que es quien se encarga de transcribirla sobre papel a mi dictado.
Quedo muy satisfecho con la plasmación y el relato resultante, aunque me percato de que es casi mediodía y debería haberme levantado mucho antes para asistir a mis clases de dibujo.
Trato de desayunar rápido y ver si puedo al menos llegar a tiempo para la última asignatura de la mañana. Me fastidia este tonto absentismo, que parece creciente últimamente, en este universo onírico, se entiende.
Me consuela algo pensar que por lo menos ha sido por una buena causa.
Salgo apresurado a la calle y, cuando trato de acelerar mi paso, se ralentiza ligeramente mi sensación de avance, embargándome una leve angustia no del todo desagradable.
Al poco, recuerdo que hoy teníamos que llevar alguna música para un ejercicio. Así que me doy media vuelta y regreso.
Sé muy bien el disco que quiero llevar. Es uno que he conseguido hace poco, es de rock progresivo y la cubierta muestra una criatura fantástica, inventada a partir de la combinación de partes de dos o tres especies animales y vegetales.
Este disco parece no existir en el mundo real, o al menos yo no lo conozco.
El caso es que llego y resulta que se lo había prestado a un grupo de deportistas que entrenan ahí al lado. Y, cómo no, lo han perdido o ha desaparecido. Con el consiguiente fastidio, indagaciones, etc.
la ilusión de los memos
La situación es esta: El barco se hunde lentamente, los altomandos se han escapado con todos los botes disponibles. Queda a bordo el pasaje, que ve cómo se acerca inexorable su final.
Entonces se alzan voces. Los desesperados escuchan y aplauden las propuestas de salvación, pero nadie hace nada. Nadie está dispuesto a pringar por los demás. Resultado previsible: Todos mueren, por tontos y por egoístas.
Ahora estamos en el tiempo de las voces y la ilusión es su cebo y señuelo.
Surgen nuevos aspirantes a líder y nuevos proyectos de 'liberadora' secesión. Todo muy ilusionante y esperanzador.
La mala noticia es que todo eso es puro humo.
Pero los tontos no se percatan, los tontos comulgan a ciegas porque no quieren ver.
Prefieren ser engañados y estafados con palabrería, antes que tener que asumir el esfuerzo que supone el verdadero cambio. Porque ello supondría trascender su egoísmo, cosa que ni quieren ni se atreven.
Un cambio verdadero es más necesario que nunca, eso es evidente.
La máquina explotacionista ya no da más de sí. Y bien que así sea.
La miseria a erradicar está arraigada en el corazón de cada persona.
El trabajo de transformación es en gran medida interno.
Solo mediante la conciencia se puede trascender la ruindad que nos ha traído hasta aquí.
Esto no se puede fingir ni delegar.
La madurez no es una pose.
Quien haga su parte y se despierte, reconocerá los principios básicos esenciales para distinguir entre cháchara vacua y estéril y planteamientos dignos de ser realizados.
El proyecto Venus es un ejemplo muy interesante.
http://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_Venus
La clara visión de un futuro mejor nos da las coordenadas hacia donde encaminarnos. Y fíjate que no es lo mismo visión que ilusión.
Si miras sus definiciones en el diccionario apreciarás sus matices.
En el fondo diría que la diferencia está en lo que haces con eso.
Si eres activo o pasivo. Si eres un bobo que sueña despierto o un audaz resuelto y consagrado a la realización de su sueño.
Nuestra imaginación y lucidez juegan un papel clave. Idear, visualizar, es ineludible y crucial. Y, por supuesto, el optimismo y entusiasmo también son más que pertinentes.
La cosa está en saber aprovechar todo eso adecuadamente. En saber ser hábil y versátil para avanzar y superar cualquier adversidad.
Los tontos tienen atrofiadas sus aptitudes, se han autoimpuesto una autocensura colectiva que saca lo peor de todos ellos. No se permiten colaborar y solo cooperan bajo puro interés egoísta.
Así nada progresa ni mejora, así la competencia lleva a la estratificación y la rapiña, así tenemos este infierno de guano y buitres, donde se despedaza sin piedad todo lo que sea mínimamente de algún valor, en una loca carrera hacia el colapso.
Así, normal que los tontos prefieran las falsas promesas del charlatán de turno. Arreglar todo esto se les hace un poco demasiao.
Pero, dicho está, que el trabajo es de dentro afuera, de abajo arriba.
Cada persona tiene el deber y la obligación de revisar su conciencia y hacer su vida fiel a sus valores.
Las estafas terminarán el día en que deje de haber idiotas dispuestos a picar en ellas, a pecar por codicia. O el día en que la sociedad vigile y reprima toda tentativa indebida.
Empieza por poner ética en tu dinero, en tu energía, en tu alimentación, en tu consumo, en tu comportamiento, etc.
Haz lazos, tiende puentes, establece alianzas, crea redes, siempre guiado y movido por tus más altos y nobles valores.
Avanza hacia el cielo y encuentra cada vez mejor compañía con quien hacerlo.
Una clara visión nos permite ir definiendo nuestras sucesivas metas, un corazón puro nos guía para comprobar y no errar nuestro rumbo.
Solo con ilusión no llegas a ningún lado.
Hace falta voluntad, conciencia, para que tu camino sea bueno y correcto.
Si te dan un mapa del tesoro y no tienes la motivación para recorrer su ruta, es obvio que jamás alcanzarás las alhajas escondidas.
A nivel personal, nuestra vida es fruto y reflejo de nuestra habilidad y experiencia en gestionar estas cuestiones. Nuestra capacidad para decidir objetivos y nuestra pericia y perseverancia en alcanzarlos.
A nivel social el funcionamiento es el mismo, con la dificultad añadida de precisar de un consenso suficiente para poder avanzar buenamente.
La lucidez es clave para decidir tus valores y prioridades.
Hace falta firme noción de pertenencia para respetar lo primordial y hacerse respetado con honor y honra.
Lucidez viene de luz.
El bien verdadero incluye y abarca el amor auténtico y completo hacia la vida en todas sus formas y manifestaciones.
No existe corrupción ni abuso en una sociedad digna y responsable.
Las mayores y más atroces barbaridades nacen de nuestra inmadurez, así que debemos auto-tutelarnos eficazmente mediante seguimiento y supervisión descentralizados.
La justicia verdadera ha de cuidarse y mantenerse entre todos.
Solo en la tiniebla proliferan los bandidos.
Cuanta más y mejor información y transparencia sustente nuestra actividad pública, más luz y verdad habrá en nuestra vida.
El egoísta carece de virtud, pues no ama al prójimo como a sí mismo.
El ser humano degenera y se vuelve una bestia abyecta cuando abandona su lado más elevado y se brutaliza mediante la exacerbación de sus apetitos y vicios.
De la mente perversa nacen las maquinaciones tramposas que alienan y deslegitiman. El fraude que convierte en mero ganado a la sociedad, que se atropella y desgracia a sí misma bailando la danza macabra de la competencia, enarbolando la insolidaridad como estandarte de su perfidia y podredumbre.
Nos lo hemos montado muy mal, hemos abusado de delegar y ahora estamos padeciendo las consecuencias.
Hasta niveles grotescos.
Donde más espantosamente se aprecia la inmadurez imperante es en la salud.
La irresponsabilidad e ignorancia son tales, que las personas sufren indeciblemente y mueren imbécilmente, mientras nutren y lucran a profesionales corruptos y sin escrúpulos, que hacen negocio con las prácticas aberrantes que aplican sobre sus lerdos pacientes, sus bípedos implumes conejillos de indias.
Así y todo, los tontos prefieren eso.
Encuentran más cómodo ser carne de cañón que tener que asumir y hacerse cargo de su propio destino.
Pobres desgraciados, cuán ciegos están.
Las voces que se alzan como representantes del cambio son un insulto a la inteligencia, ya que no pueden suponer en ningún caso el cambio que pretenden abanderar.
Llegando al ridículo de reconocer que, a lo mejor, igual, quizás, a la hora de la verdad no serían capaces de realizar lo que prometen, cuando su lema precisamente es esa supuesta 'capacidad'.
Patético ilusionismo de trilero de tres al cuarto, efímero y rastrero.
Incluso en su léxico se esconde la vaga ambigüedad del timador.
No es lo mismo poder que querer.
Puedes bajar la basura?
Por poder claro que puedo.
Quieres bajar la basura?
Eso ya es otra cosa.
Crees que te voy a dar las llaves de mi casa solo con promesas de lo que 'puedes' hacer, chatín?
Eso es muy poco fiable, no te parece?
Apenas es un lavado de cara comparado con los estafadores anteriores.
Ya no es aceptable ningún programa electoral, por muy bonitas palabras y promesas con que se envuelva.
Eso queda jodidamente a años luz del nivel de compromiso y garantía mínimos aceptables.
Claro que, si estás dispuesto a llevar un collar con detonación a distancia, igual hasta me lo pensaría y todo el darte una oportunidad. Pero va a ser que no, me parece a mí.
Reírse de los tontos con palique quimérico es indecente y ya se ha abusado demasiado de eso.
La falacia más odiosa que emplean los canallas es la de solicitar el poder para cambiarlo desde dentro.
No necesitas ser nombrado monarca para abolir la monarquía.
Eso es tan absurdo como legitimar lo que vas a ilegalizar.
Reforzar la farsa que finges ir a zanjar.
Todo vocero que defienda esquemas de no reconocimiento de la soberanía popular inalienable es un farsante. Toda persona que no plantee una alternativa entre iguales, sin élites, peca del mismo vicio que dice pretender extirpar.
Los tontos que se traguen esas bazofias baratas se van a dar una y otra vez contra la pared. Como si no estuvieran ya lo bastante hechos mierda.
Ya no es tiempo de promesas vagas y lejanas.
Es tiempo de concretar y demostrar lo que se habla.
Para ir a la luna hay que construir un cohete, y para construir un cohete hay que diseñar sus planos y coordinar su fabricación y montaje.
Desde la idea hasta la realidad hay una serie de pasos.
Una serie de pasos que puedes perfectamente definir previamente sobre papel, con pelos y señales. Con nombres y apellidos de quién va a hacer qué y cuándo.
De tal manera que, antes de iniciar nada, todas las partes implicadas puedan evaluar el conjunto, aportar detalles y dar su aprobación y conformidad.
De esta forma, la verdad lleva a una colaboración leal y eficiente.
Todo lo demás es trampa y engañifa.
La tecnología actual nos permite implementar un nivel de seguimiento y verificación muy elevado, de tal manera que nadie sienta tentaciones de faltar a su deber o abusar de su posición.
Bitcoin nos da una clave importante. Una estructura descentralizada y transparente garantiza que la información sea veraz y accesible por todos.
Los pretendidos adalides del cambio que no reconocen ni aprovechan esta tecnología están traicionando su intención, o peor aún, mienten intencionadamente para aprovecharse de los tontos.
Aquel que no establece un marco funcional de distribución de la riqueza previamente, con anticipación y operativo, no merece ni soñar siquiera con aspirar a ostentar ni el más minúsculo cargo sobre los demás. Porque encima ese no es el camino.
Pero bueno, pongámonos en el hipotetiquísimo caso de que fuera un apaño provisional siquiera tolerable.
Entonces mejor establecer serias garantías de lealtad al pueblo.
Por ejemplo, desarrollando una fase de pregobierno donde el aspirante redacte minuciosamente todas y cada una de las leyes que desea validar en caso de acceder al poder.
Esas leyes serán públicamente accesibles para todo el mundo, para que cualquiera pueda opinar y expresar su aprobación, rechazo o aportes.
Luego, suponiendo que el aspirante se gane la confianza de los votantes y acceda al poder, en el minuto uno deberá aprobar dichas leyes, sin modificar ni una maldita coma de su texto.
Otro recurso a implementar sería un mecanismo para que el pueblo pueda destituir fulminantemente al aspirante en caso de faltar a su deber en la más mínima cosa.
Otro detalle sería que el aspirante consienta en llevar algún aparato audiovisual que difunda toda su actividad pública en tiempo real y sin excepciones.
Y otro detalle podría ser que el aspirante no tenga acceso a su dinero correspondiente como gobernante, hasta la finalización de su servicio y tras pública evaluación, para que el pueblo decida el porcentaje de dicho dinero que finalmente reciba.
Pero esto son malos apaños, tan solo admisibles por una sociedad mema y adocenada. Una mediocre contención de una corrupción imparable, pues su raíz está en la delegación de poderes. Un estúpido simulacro que pretende aproximar la partitocracia a una verdadera democracia, como si fuera posible.
Para el caso es como si cogieras un pez abisal y lo quisieras llevar hasta la superficie. A medio camino se te descompondría por completo, porque no es ese su medio ni está pensado para que lo sea.
Las estructuras de poder deben horizontalizarse o desaparecer.
Los esquemas de transformación que no contemplan esto son una patraña engaña-tontos.
No debemos jugar ya más a maltratar al prójimo.
La conciencia para un cambio verdadero exige sincera solidaridad y compromiso. Demostrada mediante nuestros actos.
La solución será horizontal o no habrá solución.
Los impostores, que se traguen todas sus palabras y revienten y se pudran en el infierno.
Los tontos, que despierten.
Y a ver si damos pasos en la buena dirección de una vez, que ya es hora. Y vale ya de 'Omamas', 'Omemos' y demás comparsa de embauca-memos.
PD:
Igual todo esto pueda sonar un poco tremendo y no muy desarrollado, pero leyendo algunos de mis ensayos anteriores creo que se aprecia bastante bien la idoneidad de mi planteamiento y sus basamentos.
Entonces se alzan voces. Los desesperados escuchan y aplauden las propuestas de salvación, pero nadie hace nada. Nadie está dispuesto a pringar por los demás. Resultado previsible: Todos mueren, por tontos y por egoístas.
Ahora estamos en el tiempo de las voces y la ilusión es su cebo y señuelo.
Surgen nuevos aspirantes a líder y nuevos proyectos de 'liberadora' secesión. Todo muy ilusionante y esperanzador.
La mala noticia es que todo eso es puro humo.
Pero los tontos no se percatan, los tontos comulgan a ciegas porque no quieren ver.
Prefieren ser engañados y estafados con palabrería, antes que tener que asumir el esfuerzo que supone el verdadero cambio. Porque ello supondría trascender su egoísmo, cosa que ni quieren ni se atreven.
Un cambio verdadero es más necesario que nunca, eso es evidente.
La máquina explotacionista ya no da más de sí. Y bien que así sea.
La miseria a erradicar está arraigada en el corazón de cada persona.
El trabajo de transformación es en gran medida interno.
Solo mediante la conciencia se puede trascender la ruindad que nos ha traído hasta aquí.
Esto no se puede fingir ni delegar.
La madurez no es una pose.
Quien haga su parte y se despierte, reconocerá los principios básicos esenciales para distinguir entre cháchara vacua y estéril y planteamientos dignos de ser realizados.
El proyecto Venus es un ejemplo muy interesante.
http://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_Venus
La clara visión de un futuro mejor nos da las coordenadas hacia donde encaminarnos. Y fíjate que no es lo mismo visión que ilusión.
Si miras sus definiciones en el diccionario apreciarás sus matices.
En el fondo diría que la diferencia está en lo que haces con eso.
Si eres activo o pasivo. Si eres un bobo que sueña despierto o un audaz resuelto y consagrado a la realización de su sueño.
Nuestra imaginación y lucidez juegan un papel clave. Idear, visualizar, es ineludible y crucial. Y, por supuesto, el optimismo y entusiasmo también son más que pertinentes.
La cosa está en saber aprovechar todo eso adecuadamente. En saber ser hábil y versátil para avanzar y superar cualquier adversidad.
Los tontos tienen atrofiadas sus aptitudes, se han autoimpuesto una autocensura colectiva que saca lo peor de todos ellos. No se permiten colaborar y solo cooperan bajo puro interés egoísta.
Así nada progresa ni mejora, así la competencia lleva a la estratificación y la rapiña, así tenemos este infierno de guano y buitres, donde se despedaza sin piedad todo lo que sea mínimamente de algún valor, en una loca carrera hacia el colapso.
Así, normal que los tontos prefieran las falsas promesas del charlatán de turno. Arreglar todo esto se les hace un poco demasiao.
Pero, dicho está, que el trabajo es de dentro afuera, de abajo arriba.
Cada persona tiene el deber y la obligación de revisar su conciencia y hacer su vida fiel a sus valores.
Las estafas terminarán el día en que deje de haber idiotas dispuestos a picar en ellas, a pecar por codicia. O el día en que la sociedad vigile y reprima toda tentativa indebida.
Empieza por poner ética en tu dinero, en tu energía, en tu alimentación, en tu consumo, en tu comportamiento, etc.
Haz lazos, tiende puentes, establece alianzas, crea redes, siempre guiado y movido por tus más altos y nobles valores.
Avanza hacia el cielo y encuentra cada vez mejor compañía con quien hacerlo.
Una clara visión nos permite ir definiendo nuestras sucesivas metas, un corazón puro nos guía para comprobar y no errar nuestro rumbo.
Solo con ilusión no llegas a ningún lado.
Hace falta voluntad, conciencia, para que tu camino sea bueno y correcto.
Si te dan un mapa del tesoro y no tienes la motivación para recorrer su ruta, es obvio que jamás alcanzarás las alhajas escondidas.
A nivel personal, nuestra vida es fruto y reflejo de nuestra habilidad y experiencia en gestionar estas cuestiones. Nuestra capacidad para decidir objetivos y nuestra pericia y perseverancia en alcanzarlos.
A nivel social el funcionamiento es el mismo, con la dificultad añadida de precisar de un consenso suficiente para poder avanzar buenamente.
La lucidez es clave para decidir tus valores y prioridades.
Hace falta firme noción de pertenencia para respetar lo primordial y hacerse respetado con honor y honra.
Lucidez viene de luz.
El bien verdadero incluye y abarca el amor auténtico y completo hacia la vida en todas sus formas y manifestaciones.
No existe corrupción ni abuso en una sociedad digna y responsable.
Las mayores y más atroces barbaridades nacen de nuestra inmadurez, así que debemos auto-tutelarnos eficazmente mediante seguimiento y supervisión descentralizados.
La justicia verdadera ha de cuidarse y mantenerse entre todos.
Solo en la tiniebla proliferan los bandidos.
Cuanta más y mejor información y transparencia sustente nuestra actividad pública, más luz y verdad habrá en nuestra vida.
El egoísta carece de virtud, pues no ama al prójimo como a sí mismo.
El ser humano degenera y se vuelve una bestia abyecta cuando abandona su lado más elevado y se brutaliza mediante la exacerbación de sus apetitos y vicios.
De la mente perversa nacen las maquinaciones tramposas que alienan y deslegitiman. El fraude que convierte en mero ganado a la sociedad, que se atropella y desgracia a sí misma bailando la danza macabra de la competencia, enarbolando la insolidaridad como estandarte de su perfidia y podredumbre.
Nos lo hemos montado muy mal, hemos abusado de delegar y ahora estamos padeciendo las consecuencias.
Hasta niveles grotescos.
Donde más espantosamente se aprecia la inmadurez imperante es en la salud.
La irresponsabilidad e ignorancia son tales, que las personas sufren indeciblemente y mueren imbécilmente, mientras nutren y lucran a profesionales corruptos y sin escrúpulos, que hacen negocio con las prácticas aberrantes que aplican sobre sus lerdos pacientes, sus bípedos implumes conejillos de indias.
Así y todo, los tontos prefieren eso.
Encuentran más cómodo ser carne de cañón que tener que asumir y hacerse cargo de su propio destino.
Pobres desgraciados, cuán ciegos están.
Las voces que se alzan como representantes del cambio son un insulto a la inteligencia, ya que no pueden suponer en ningún caso el cambio que pretenden abanderar.
Llegando al ridículo de reconocer que, a lo mejor, igual, quizás, a la hora de la verdad no serían capaces de realizar lo que prometen, cuando su lema precisamente es esa supuesta 'capacidad'.
Patético ilusionismo de trilero de tres al cuarto, efímero y rastrero.
Incluso en su léxico se esconde la vaga ambigüedad del timador.
No es lo mismo poder que querer.
Puedes bajar la basura?
Por poder claro que puedo.
Quieres bajar la basura?
Eso ya es otra cosa.
Crees que te voy a dar las llaves de mi casa solo con promesas de lo que 'puedes' hacer, chatín?
Eso es muy poco fiable, no te parece?
Apenas es un lavado de cara comparado con los estafadores anteriores.
Ya no es aceptable ningún programa electoral, por muy bonitas palabras y promesas con que se envuelva.
Eso queda jodidamente a años luz del nivel de compromiso y garantía mínimos aceptables.
Claro que, si estás dispuesto a llevar un collar con detonación a distancia, igual hasta me lo pensaría y todo el darte una oportunidad. Pero va a ser que no, me parece a mí.
Reírse de los tontos con palique quimérico es indecente y ya se ha abusado demasiado de eso.
La falacia más odiosa que emplean los canallas es la de solicitar el poder para cambiarlo desde dentro.
No necesitas ser nombrado monarca para abolir la monarquía.
Eso es tan absurdo como legitimar lo que vas a ilegalizar.
Reforzar la farsa que finges ir a zanjar.
Todo vocero que defienda esquemas de no reconocimiento de la soberanía popular inalienable es un farsante. Toda persona que no plantee una alternativa entre iguales, sin élites, peca del mismo vicio que dice pretender extirpar.
Los tontos que se traguen esas bazofias baratas se van a dar una y otra vez contra la pared. Como si no estuvieran ya lo bastante hechos mierda.
Ya no es tiempo de promesas vagas y lejanas.
Es tiempo de concretar y demostrar lo que se habla.
Para ir a la luna hay que construir un cohete, y para construir un cohete hay que diseñar sus planos y coordinar su fabricación y montaje.
Desde la idea hasta la realidad hay una serie de pasos.
Una serie de pasos que puedes perfectamente definir previamente sobre papel, con pelos y señales. Con nombres y apellidos de quién va a hacer qué y cuándo.
De tal manera que, antes de iniciar nada, todas las partes implicadas puedan evaluar el conjunto, aportar detalles y dar su aprobación y conformidad.
De esta forma, la verdad lleva a una colaboración leal y eficiente.
Todo lo demás es trampa y engañifa.
La tecnología actual nos permite implementar un nivel de seguimiento y verificación muy elevado, de tal manera que nadie sienta tentaciones de faltar a su deber o abusar de su posición.
Bitcoin nos da una clave importante. Una estructura descentralizada y transparente garantiza que la información sea veraz y accesible por todos.
Los pretendidos adalides del cambio que no reconocen ni aprovechan esta tecnología están traicionando su intención, o peor aún, mienten intencionadamente para aprovecharse de los tontos.
Aquel que no establece un marco funcional de distribución de la riqueza previamente, con anticipación y operativo, no merece ni soñar siquiera con aspirar a ostentar ni el más minúsculo cargo sobre los demás. Porque encima ese no es el camino.
Pero bueno, pongámonos en el hipotetiquísimo caso de que fuera un apaño provisional siquiera tolerable.
Entonces mejor establecer serias garantías de lealtad al pueblo.
Por ejemplo, desarrollando una fase de pregobierno donde el aspirante redacte minuciosamente todas y cada una de las leyes que desea validar en caso de acceder al poder.
Esas leyes serán públicamente accesibles para todo el mundo, para que cualquiera pueda opinar y expresar su aprobación, rechazo o aportes.
Luego, suponiendo que el aspirante se gane la confianza de los votantes y acceda al poder, en el minuto uno deberá aprobar dichas leyes, sin modificar ni una maldita coma de su texto.
Otro recurso a implementar sería un mecanismo para que el pueblo pueda destituir fulminantemente al aspirante en caso de faltar a su deber en la más mínima cosa.
Otro detalle sería que el aspirante consienta en llevar algún aparato audiovisual que difunda toda su actividad pública en tiempo real y sin excepciones.
Y otro detalle podría ser que el aspirante no tenga acceso a su dinero correspondiente como gobernante, hasta la finalización de su servicio y tras pública evaluación, para que el pueblo decida el porcentaje de dicho dinero que finalmente reciba.
Pero esto son malos apaños, tan solo admisibles por una sociedad mema y adocenada. Una mediocre contención de una corrupción imparable, pues su raíz está en la delegación de poderes. Un estúpido simulacro que pretende aproximar la partitocracia a una verdadera democracia, como si fuera posible.
Para el caso es como si cogieras un pez abisal y lo quisieras llevar hasta la superficie. A medio camino se te descompondría por completo, porque no es ese su medio ni está pensado para que lo sea.
Las estructuras de poder deben horizontalizarse o desaparecer.
Los esquemas de transformación que no contemplan esto son una patraña engaña-tontos.
No debemos jugar ya más a maltratar al prójimo.
La conciencia para un cambio verdadero exige sincera solidaridad y compromiso. Demostrada mediante nuestros actos.
La solución será horizontal o no habrá solución.
Los impostores, que se traguen todas sus palabras y revienten y se pudran en el infierno.
Los tontos, que despierten.
Y a ver si damos pasos en la buena dirección de una vez, que ya es hora. Y vale ya de 'Omamas', 'Omemos' y demás comparsa de embauca-memos.
PD:
Igual todo esto pueda sonar un poco tremendo y no muy desarrollado, pero leyendo algunos de mis ensayos anteriores creo que se aprecia bastante bien la idoneidad de mi planteamiento y sus basamentos.
los trastalianos de trastalia
Trastalia es un pais que vive ai escondido que casi ni sale en el mapa, casi.
Pero ques verda quesiste, lo que casi naide sacuerda, eso pasa.
Pero yo si, que me la contao mi yaya y mi yaya dice que los tratalianos son un poco tavriesos como yo, y que senpre estan jugando y poeso no tenen casas ni coches ni nada, que preferien ir por ai libres y pintan mucho las paredes.
Pero como no tenen paredes que pintan las pierdras y las montanñas.
Los tastralianos se llevan mu bien que se llevan con los animanles, que son amigos de verda.
Adenmas los anismales mas guachis los tenen ellos, porque solo queren estar ai con ellos, y los demas nada.
Poeso ca qui nai, y jo eso.
Lo malo cun dia va y lliegan otros ya, que sabian enterao que sistia tastralia y se ponieron a vivir ai por tol morro, y menuda cara anencima, quicieron mas casas que casas y coches malos de contanimascion.
Y poeso que los tastralianos se tovieron quir mas lejos an, que si no.
Pero menos mal que siguen jugando y felicies con sus amigos los anismales, anque cada dia ai menos y menos, poque los malos son tontos y cazan pa matarlos, y eso no, eso mu mal y mu feo.
Asique mira.
Pero yo de mayor cuando sea mayor me voy a ir ai pa dicirselo y que senteren, y pa jugar con los trastralianos ya tol rato.
Poque asi mejor asi, mas y mas libre y feliz con amigos, a y sin debeberes.
Pero ques verda quesiste, lo que casi naide sacuerda, eso pasa.
Pero yo si, que me la contao mi yaya y mi yaya dice que los tratalianos son un poco tavriesos como yo, y que senpre estan jugando y poeso no tenen casas ni coches ni nada, que preferien ir por ai libres y pintan mucho las paredes.
Pero como no tenen paredes que pintan las pierdras y las montanñas.
Los tastralianos se llevan mu bien que se llevan con los animanles, que son amigos de verda.
Adenmas los anismales mas guachis los tenen ellos, porque solo queren estar ai con ellos, y los demas nada.
Poeso ca qui nai, y jo eso.
Lo malo cun dia va y lliegan otros ya, que sabian enterao que sistia tastralia y se ponieron a vivir ai por tol morro, y menuda cara anencima, quicieron mas casas que casas y coches malos de contanimascion.
Y poeso que los tastralianos se tovieron quir mas lejos an, que si no.
Pero menos mal que siguen jugando y felicies con sus amigos los anismales, anque cada dia ai menos y menos, poque los malos son tontos y cazan pa matarlos, y eso no, eso mu mal y mu feo.
Asique mira.
Pero yo de mayor cuando sea mayor me voy a ir ai pa dicirselo y que senteren, y pa jugar con los trastralianos ya tol rato.
Poque asi mejor asi, mas y mas libre y feliz con amigos, a y sin debeberes.
congelar el tiempo
Y digo yo, si tan importantes son los cambios, reformas y ajustes a efectuar, por qué no se demuestra su idoneidad antes de aplicarlos?
La pregunta se responde sola, porque no hay verdadero compromiso ni voluntad de solucionar ni reparar nada de nada en absoluto, claro.
Todo son parches y embustes con un fin único: someter, saquear y exprimir a la masa. Medrar y explotar a costa del otro.
Al margen de esto, vamos a suponer que sí hubiera sincero interés en ello. Qué formas habría de probar o testar cualquier medida?
Mediante simulaciones.
La simulación virtual se aplica y emplea en muchos campos diversos, y siempre proporciona interesantes resultados. El ámbito socioeconómico no ha de ser una excepción.
Hoy en día disponemos de abundantes y poderosas herramientas, solo nos falta dedicación y experimentación.
Lo primero que hay que superar es la mentalidad del especialista.
Ya no vale eso de: esto te lo hago yo en dos patadas y tú a cambio me pagas un pastizal.
Una sociedad comprometida tiene el deber y la obligación de participar activamente en todos los asuntos que le atañen.
Si no sabes, pues aprende.
La red es nuestra mayor aliada y maestra.
La información fluye y permite formar a las personas en infinidad de campos.
No hace falta ser un super-experto.
Lo que hay que hacer es trabajar cada vez más y mejor en grupos.
Cuanto más grandes y más coordinados y organizados, mejor.
Allí donde no llego yo, llegas tú.
Y todos salimos ganando.
Si hacemos esto veremos que ya no necesitamos autoridades, gestores ni tutores. Entonces nos cargaremos de razones y los echaremos de una patada. Se acabaron los chupópteros.
Pero al revés es difícil que funcione. En general, lo malo conocido gana frente a lo bueno por conocer. Por eso nuestra obligación primera es hacer real y conocido lo bueno. Así el cambio será inmediato, instantáneo, visto y no visto. Cual cangrejo ermitaño que cambia de morada.
A lo que iba es que ya estamos tardando en crear simulaciones de todo lo que se nos ocurra y más.
Te acuerdas del SimCity? Te acuerdas del Theme Hospital?
Con unos juegos por el estilo podríamos montar algo parecido pero más útil y práctico.
Se trata de servirnos de la tecnología para aprender cosas que luego nos sirvan para trasladar a la realidad.
No tiene que ser perfecto ya de partida.
Tiene que ser abierto y transparente.
Media pantalla que muestre la simulación visual y la otra media que permita estudiar las variables y fórmulas sobre las que se sustenta.
Y absoluta libertad para que cualquiera desarrolle o modifique lo que quiera o pueda, a base de versiones y variaciones.
El reto está en la simplicidad.
Ha de ser accesible y comprensible para cualquiera.
Puede parecer imposible, pero no tanto si se facilitan algunos tutoriales que permitan un aprendizaje progresivo de los aspectos más elementales.
Si un creciente número de personas encontraran provecho y sentido en algo así, seguro que llegaríamos a alternativas un millón de veces más brillantes y apasionantes que las propuestas del sistema que muere y pretende arrastrarnos con él en su caída.
Qué hay más triste que la mentalidad lineal?
Qué hay peor que el discurso de los recortes y la lógica de la deuda?
Nada.
Lo gracioso es que las máquinas también se sirven y operan, a su manera, con una lógica lineal, mecánica y binaria. Sin embargo, si nos servimos de ellas adecuadamente para crear herramientas abiertas y sociales, el resultado es absolutamente diferente. Va un abismo.
Pongamos un ejemplo.
Tenemos que una comunidad se encuentra con un presupuesto estrecho. Y tiene que buscar maneras de cubrir algún servicio sin problemas de impagos o así. Opcion A: Tirar de tijera. Opcion B: Mirar a otro lao y a ver qué pasa.
Opcion C: Que la sociedad asuma la gestión y mantenimiento de ese servicio por sí misma.
Es aquí donde hay que estar espabilados. Es aquí donde la creatividad colectiva nos puede traer un bien mayor.
Hay que buscar la excelencia mediante la genialidad. Encontrar la eficacia a través del ingenio.
Que no funcionaría?
Hagamos la prueba.
Y si no sale bien a la primera, saldrá a la segunda, o a la tercera.
Todo está en quererlo de verdad.
Seamos unos máquinas montando y afinando simulaciones y veremos si sirve o no sirve.
Te apuesto a que sí.
Ahora lo que está claro es que ningún poder nos va a regalar nunca una oportunidad semejante.
Tiene que nacer de nosotros.
Nosotros iniciamos el juego, lo probamos, vemos sus resultados, ganamos credibilidad y recobramos nuestro poder y autoestima.
El truco está en no aprisionarse en los esquemas del sistema corrupto, que nos privan de nuestra legítima soberanía. El truco está en plantear nuestros propios esquemas alternativos y realizarlos por nuestra entera cuenta y voluntad.
Las herramientas vienen en nuestra ayuda cuando tenemos un objetivo claro que supone una evidente mejora frente a lo establecido.
Los dioses se pondrán de nuestro lado cuando nuestra gesta y empresa sea noble y confortadora para todos, de verdad de la buena.
Si el dinero oficial se malogra en mermas y corruptelas, es hora de dar el salto a nuestra propia moneda, diseñada para servirnos y no escapar a nuestro dominio y control jamás de los jamases.
Y así con todo.
La tecnología está para servirnos, y si nos ayudamos correctamente entre todos, sabremos organizarnos de una manera digna, sostenible y provechosa.
No hacerlo sería profundamente lamentable y desastroso.
Tenlo por seguro.
La pregunta se responde sola, porque no hay verdadero compromiso ni voluntad de solucionar ni reparar nada de nada en absoluto, claro.
Todo son parches y embustes con un fin único: someter, saquear y exprimir a la masa. Medrar y explotar a costa del otro.
Al margen de esto, vamos a suponer que sí hubiera sincero interés en ello. Qué formas habría de probar o testar cualquier medida?
Mediante simulaciones.
La simulación virtual se aplica y emplea en muchos campos diversos, y siempre proporciona interesantes resultados. El ámbito socioeconómico no ha de ser una excepción.
Hoy en día disponemos de abundantes y poderosas herramientas, solo nos falta dedicación y experimentación.
Lo primero que hay que superar es la mentalidad del especialista.
Ya no vale eso de: esto te lo hago yo en dos patadas y tú a cambio me pagas un pastizal.
Una sociedad comprometida tiene el deber y la obligación de participar activamente en todos los asuntos que le atañen.
Si no sabes, pues aprende.
La red es nuestra mayor aliada y maestra.
La información fluye y permite formar a las personas en infinidad de campos.
No hace falta ser un super-experto.
Lo que hay que hacer es trabajar cada vez más y mejor en grupos.
Cuanto más grandes y más coordinados y organizados, mejor.
Allí donde no llego yo, llegas tú.
Y todos salimos ganando.
Si hacemos esto veremos que ya no necesitamos autoridades, gestores ni tutores. Entonces nos cargaremos de razones y los echaremos de una patada. Se acabaron los chupópteros.
Pero al revés es difícil que funcione. En general, lo malo conocido gana frente a lo bueno por conocer. Por eso nuestra obligación primera es hacer real y conocido lo bueno. Así el cambio será inmediato, instantáneo, visto y no visto. Cual cangrejo ermitaño que cambia de morada.
A lo que iba es que ya estamos tardando en crear simulaciones de todo lo que se nos ocurra y más.
Te acuerdas del SimCity? Te acuerdas del Theme Hospital?
Con unos juegos por el estilo podríamos montar algo parecido pero más útil y práctico.
Se trata de servirnos de la tecnología para aprender cosas que luego nos sirvan para trasladar a la realidad.
No tiene que ser perfecto ya de partida.
Tiene que ser abierto y transparente.
Media pantalla que muestre la simulación visual y la otra media que permita estudiar las variables y fórmulas sobre las que se sustenta.
Y absoluta libertad para que cualquiera desarrolle o modifique lo que quiera o pueda, a base de versiones y variaciones.
El reto está en la simplicidad.
Ha de ser accesible y comprensible para cualquiera.
Puede parecer imposible, pero no tanto si se facilitan algunos tutoriales que permitan un aprendizaje progresivo de los aspectos más elementales.
Si un creciente número de personas encontraran provecho y sentido en algo así, seguro que llegaríamos a alternativas un millón de veces más brillantes y apasionantes que las propuestas del sistema que muere y pretende arrastrarnos con él en su caída.
Qué hay más triste que la mentalidad lineal?
Qué hay peor que el discurso de los recortes y la lógica de la deuda?
Nada.
Lo gracioso es que las máquinas también se sirven y operan, a su manera, con una lógica lineal, mecánica y binaria. Sin embargo, si nos servimos de ellas adecuadamente para crear herramientas abiertas y sociales, el resultado es absolutamente diferente. Va un abismo.
Pongamos un ejemplo.
Tenemos que una comunidad se encuentra con un presupuesto estrecho. Y tiene que buscar maneras de cubrir algún servicio sin problemas de impagos o así. Opcion A: Tirar de tijera. Opcion B: Mirar a otro lao y a ver qué pasa.
Opcion C: Que la sociedad asuma la gestión y mantenimiento de ese servicio por sí misma.
Es aquí donde hay que estar espabilados. Es aquí donde la creatividad colectiva nos puede traer un bien mayor.
Hay que buscar la excelencia mediante la genialidad. Encontrar la eficacia a través del ingenio.
Que no funcionaría?
Hagamos la prueba.
Y si no sale bien a la primera, saldrá a la segunda, o a la tercera.
Todo está en quererlo de verdad.
Seamos unos máquinas montando y afinando simulaciones y veremos si sirve o no sirve.
Te apuesto a que sí.
Ahora lo que está claro es que ningún poder nos va a regalar nunca una oportunidad semejante.
Tiene que nacer de nosotros.
Nosotros iniciamos el juego, lo probamos, vemos sus resultados, ganamos credibilidad y recobramos nuestro poder y autoestima.
El truco está en no aprisionarse en los esquemas del sistema corrupto, que nos privan de nuestra legítima soberanía. El truco está en plantear nuestros propios esquemas alternativos y realizarlos por nuestra entera cuenta y voluntad.
Las herramientas vienen en nuestra ayuda cuando tenemos un objetivo claro que supone una evidente mejora frente a lo establecido.
Los dioses se pondrán de nuestro lado cuando nuestra gesta y empresa sea noble y confortadora para todos, de verdad de la buena.
Si el dinero oficial se malogra en mermas y corruptelas, es hora de dar el salto a nuestra propia moneda, diseñada para servirnos y no escapar a nuestro dominio y control jamás de los jamases.
Y así con todo.
La tecnología está para servirnos, y si nos ayudamos correctamente entre todos, sabremos organizarnos de una manera digna, sostenible y provechosa.
No hacerlo sería profundamente lamentable y desastroso.
Tenlo por seguro.
12 de octubre de 2014
malvados e ignorantes
Respira tú por mí.
Cómo dices?
Sí, que respires tú por mí, que esto de respirar es mu cansao y me quiero descansar un rato.
Muy bonito, hombre, pero para que tú te libres yo tengo que cargar con el doble.
A cambio te debo una.
No sé, no sé.
Venga, porfis.
Bueno, vale. Pero luego cambiamos, eh?
Y qué pasa luego?
Pasa que el poder que se delega es aprovechado para explotar a los subalternos. Pasa que la relación de dominación se acentúa y recrudece. Pasa la lucha de clases, el despotismo solapado, la pesadilla.
Cuando una sociedad se desentiende de su destino, paga un terrible precio por ello. Cuando una sociedad se irresponsabiliza de sí misma y delega en terceros, está sembrando la semilla de su opresión.
El aborregamiento conduce al pastoreo.
Al delegar se generan las clases sociales, se divide la sociedad en dirigentes y dirigidos. Que terminan convirtiéndose en malvados e ignorantes.
El poder sobre los demás corrompe porque no es verdadero ni legítimo y la única manera de ostentarlo es sometiendo al prójimo de continuo.
La tiranía no es un lujo, es la única manera de sostener lo insostenible.
El poder ilegítimo depende enteramente de que los súbditos te reconozcan como autoridad y acaten tu mandato.
Evidentemente, toda pretendida superioridad de unos sobre otros es totalmente ficticia. Es una mentira que ambas partes han decidido representar. Una farsa que no sobrevive a la verdad.
En cuanto cae el velo, en cuanto las personas despiertan, asumen su inalienable y auténtica soberanía y responsabilidad sobre su vida.
El juego de la explotación prosigue mientras los jugadores se mantienen fieles a sus papeles.
Lo que pasa es que todos quieren tener el papel bueno y nadie el malo. Así que los que mandan tienen que defender con uñas y dientes su posición. Y para contentar a los tontos de abajo les tienen que conceder alguna migaja que otra, alguna zanahoria para que estén entretenidos y no se quejen demasiado.
Este tira y afloja obliga a los de arriba a espabilarse y maquinar todo tipo de estrategias y triquiñuelas. Fatalmente, terminan ahondando en su lado más egoísta e inhumano, explotando su vena más mezquina y maligna.
Mientras tanto, los de abajo se atrofian y degeneran, por abandono de sus funciones en la toma de decisiones, etc. Se vuelven cada vez más lerdos y garrulos, más ignorantes, indolentes y egoístas.
En el fondo, no hay tanta diferencia entre unos y otros. Los vicios que afloran son similares. Tan solo cambia la forma de manifestarlos y espolearlos.
Un canalla es vil, tanto con medios como sin ellos.
Quizá el alcance y daño de sus acciones sea diferente, pero la raíz de su ignominia es igual de deleznable.
Debemos estudiar mejor la naturaleza. Aprender de los ejemplos de simbiosis y parasitismo. Para definir y establecer la organización que queremos. Qué permitir y cómo prevenir. Qué canalizar y cómo controlar.
Las diferencias de carácter de las personas no justifican este sistema abusivo y detestable. Debemos pulir y madurar nuestra noción de respeto y justicia. Nuestra noción de integridad y pertenencia. Nuestro amor y compromiso vital y existencial.
Persistir en lo opuesto es de necios.
La inmadurez alimenta la perfidia.
El miedo y la mentira son las principales herramientas de los malvados. Con ellas perpetúan su engaño y usurpan cuanto pueden y se les permite.
Su mensaje siempre es dañino y degradante. Su discurso busca y persigue imponer y remarcar su dominio y superioridad.
Dicen: Habéis estado viviendo por encima de vuestras posibilidades.
Os habéis permitido creer que erais libres, pero en realidad sois esclavos, nuestros esclavos. Ahora tenemos que corregiros, por vuestro bien. Para que no sufráis equivocados.
Debéis jurar sumisión y vasallaje incondicionales.
A cambio os otorgaremos nuestra gracia y clemencia.
Con cuentagotas, para que no os viciéis ni confiéis. Para que no se relaje ni rebaje vuestra servidumbre.
Es muy fácil, yo mando y tú obedeces.
Grábatelo a fuego y nos entenderemos bien.
Lo malo viene luego.
Cuando el ganado empieza a despertarse y revolverse, los de arriba se sienten intranquilos. Les entra el canguelo de que sea el fin definitivo de su negocio. Y eso no les hace ni pizca de gracia. Así que recurren a lo más radical y extremo.
A la desesperada, echan toda la carne en el asador y sacan la artillería pesada. Nunca el juego sucio fue más sucio. Nunca el veneno de los malvados fue más ponzoñoso. Literalmente.
Esta historia tiene que terminar, y para que termine debemos reaccionar adecuadamente.
El enemigo se llama miedo y mentira.
Y se vence mediante la verdad.
La información no puede seguir pasando por manos de los malvados, porque la manipulan y tergiversan a su interés.
Nosotros debemos asumir la responsabilidad de registrar y distribuir la verdad de manera directa, completa y fiable, para que podamos saber lo que hay, qué hacer, cómo y cuándo.
Para desenmascarar a los farsantes. Para inhabilitar y desacreditar a los villanos. Para terminar con todos los timos y estafas. Para expulsar el mal. Para recobrar nuestra libertad.
Para que no nos toreen ni entremos al trapo.
Para que lo intolerable no se tolere ya más.
Para que se acabe de una vez este circo de malvados e ignorantes.
Habrá que ir pensando en esto, o algo: http://dersony.blogspot.com/2014/04/los-ojos-del-pueblo.html
Cómo dices?
Sí, que respires tú por mí, que esto de respirar es mu cansao y me quiero descansar un rato.
Muy bonito, hombre, pero para que tú te libres yo tengo que cargar con el doble.
A cambio te debo una.
No sé, no sé.
Venga, porfis.
Bueno, vale. Pero luego cambiamos, eh?
Y qué pasa luego?
Pasa que el poder que se delega es aprovechado para explotar a los subalternos. Pasa que la relación de dominación se acentúa y recrudece. Pasa la lucha de clases, el despotismo solapado, la pesadilla.
Cuando una sociedad se desentiende de su destino, paga un terrible precio por ello. Cuando una sociedad se irresponsabiliza de sí misma y delega en terceros, está sembrando la semilla de su opresión.
El aborregamiento conduce al pastoreo.
Al delegar se generan las clases sociales, se divide la sociedad en dirigentes y dirigidos. Que terminan convirtiéndose en malvados e ignorantes.
El poder sobre los demás corrompe porque no es verdadero ni legítimo y la única manera de ostentarlo es sometiendo al prójimo de continuo.
La tiranía no es un lujo, es la única manera de sostener lo insostenible.
El poder ilegítimo depende enteramente de que los súbditos te reconozcan como autoridad y acaten tu mandato.
Evidentemente, toda pretendida superioridad de unos sobre otros es totalmente ficticia. Es una mentira que ambas partes han decidido representar. Una farsa que no sobrevive a la verdad.
En cuanto cae el velo, en cuanto las personas despiertan, asumen su inalienable y auténtica soberanía y responsabilidad sobre su vida.
El juego de la explotación prosigue mientras los jugadores se mantienen fieles a sus papeles.
Lo que pasa es que todos quieren tener el papel bueno y nadie el malo. Así que los que mandan tienen que defender con uñas y dientes su posición. Y para contentar a los tontos de abajo les tienen que conceder alguna migaja que otra, alguna zanahoria para que estén entretenidos y no se quejen demasiado.
Este tira y afloja obliga a los de arriba a espabilarse y maquinar todo tipo de estrategias y triquiñuelas. Fatalmente, terminan ahondando en su lado más egoísta e inhumano, explotando su vena más mezquina y maligna.
Mientras tanto, los de abajo se atrofian y degeneran, por abandono de sus funciones en la toma de decisiones, etc. Se vuelven cada vez más lerdos y garrulos, más ignorantes, indolentes y egoístas.
En el fondo, no hay tanta diferencia entre unos y otros. Los vicios que afloran son similares. Tan solo cambia la forma de manifestarlos y espolearlos.
Un canalla es vil, tanto con medios como sin ellos.
Quizá el alcance y daño de sus acciones sea diferente, pero la raíz de su ignominia es igual de deleznable.
Debemos estudiar mejor la naturaleza. Aprender de los ejemplos de simbiosis y parasitismo. Para definir y establecer la organización que queremos. Qué permitir y cómo prevenir. Qué canalizar y cómo controlar.
Las diferencias de carácter de las personas no justifican este sistema abusivo y detestable. Debemos pulir y madurar nuestra noción de respeto y justicia. Nuestra noción de integridad y pertenencia. Nuestro amor y compromiso vital y existencial.
Persistir en lo opuesto es de necios.
La inmadurez alimenta la perfidia.
El miedo y la mentira son las principales herramientas de los malvados. Con ellas perpetúan su engaño y usurpan cuanto pueden y se les permite.
Su mensaje siempre es dañino y degradante. Su discurso busca y persigue imponer y remarcar su dominio y superioridad.
Dicen: Habéis estado viviendo por encima de vuestras posibilidades.
Os habéis permitido creer que erais libres, pero en realidad sois esclavos, nuestros esclavos. Ahora tenemos que corregiros, por vuestro bien. Para que no sufráis equivocados.
Debéis jurar sumisión y vasallaje incondicionales.
A cambio os otorgaremos nuestra gracia y clemencia.
Con cuentagotas, para que no os viciéis ni confiéis. Para que no se relaje ni rebaje vuestra servidumbre.
Es muy fácil, yo mando y tú obedeces.
Grábatelo a fuego y nos entenderemos bien.
Lo malo viene luego.
Cuando el ganado empieza a despertarse y revolverse, los de arriba se sienten intranquilos. Les entra el canguelo de que sea el fin definitivo de su negocio. Y eso no les hace ni pizca de gracia. Así que recurren a lo más radical y extremo.
A la desesperada, echan toda la carne en el asador y sacan la artillería pesada. Nunca el juego sucio fue más sucio. Nunca el veneno de los malvados fue más ponzoñoso. Literalmente.
Esta historia tiene que terminar, y para que termine debemos reaccionar adecuadamente.
El enemigo se llama miedo y mentira.
Y se vence mediante la verdad.
La información no puede seguir pasando por manos de los malvados, porque la manipulan y tergiversan a su interés.
Nosotros debemos asumir la responsabilidad de registrar y distribuir la verdad de manera directa, completa y fiable, para que podamos saber lo que hay, qué hacer, cómo y cuándo.
Para desenmascarar a los farsantes. Para inhabilitar y desacreditar a los villanos. Para terminar con todos los timos y estafas. Para expulsar el mal. Para recobrar nuestra libertad.
Para que no nos toreen ni entremos al trapo.
Para que lo intolerable no se tolere ya más.
Para que se acabe de una vez este circo de malvados e ignorantes.
Habrá que ir pensando en esto, o algo: http://dersony.blogspot.com/2014/04/los-ojos-del-pueblo.html
18 de septiembre de 2014
malo conocido, bueno por conocer
La dificultad para realizar cambios radica en la naturaleza del ser humano y de la vida.
En nuestra toma de decisiones intervienen hondas pulsiones vitales que buscan y procuran siempre la máxima sostenibilidad y eficiencia ecointegrada.
Somos sistemáticos y adaptativos.
Para pasar de un modo funcional a otro distinto se hace imprescindible percibir claramente la ventaja y beneficio de la nueva opción.
El deseo de una sociedad mejor organizada y más justa es muy legítimo, incluso imperativo.
Pero es altamente improbable que la sociedad se aproxime siquiera a ello sin una adecuada y suficiente preparación previa.
Uno no cambia la bici por la moto de la noche a la mañana.
Mayor poder implica mayor responsabilidad.
Percibir lo inapropiado de nuestro sistema actual es un buen comienzo. El siguiente paso es diseñar un mejor sistema. Y el siguiente paso es probarlo y ensayarlo prudentemente hasta estar bien familiarizado con su fruto y funcionamiento.
Hoy por hoy las promesas no valen nada.
Las palabras vacías son inútiles, estériles y efímeras.
Ningún político tiene ya la más mínima credibilidad.
Porque ese no es el camino.
La democracia representativa no funciona, la democracia participativa es la única digna de ser llamada como tal.
Es la realidad lo que cuenta, es la realidad lo que importa.
El cambio solo vendrá de lo concreto, por el ejemplo.
Nada impide a la sociedad organizarse a pequeña escala de acuerdo a sus valores y aspiraciones. De la marcha y resultado de esa experiencia dependerá que su planteamiento se extienda o se disuelva.
Las ideas demuestran su verdad en su aplicación en la realidad.
Triunfan o fracasan según sepamos traducirlas y trasladarlas.
Nuestra actuación es decisiva y determinante.
Está en nuestra mano salir del pozo o hundirnos más.
La ilusión de las personas es casi tan grande como su inmadurez.
Esto solo trae frustración y tormento.
Sin una clara voluntad de aprendizaje y automejora no se puede avanzar en la buena dirección.
Votar es una herramienta para calibrar aproximadamente el consenso de una sociedad, pero resulta un recurso muy endeble dado su exiguo y paupérrimo uso.
El consenso de la sociedad debe buscarse y considerarse más continua y seriamente.
Debe estar asociado a más factores, imbricado en la actividad cotidiana. De tal manera que la sociedad demuestre verdadero respeto y lealtad hacia sí misma y sus valores compartidos.
Claro, hacer realidad esto exige un alto grado de compromiso y responsabilidad personal. Y es por eso que cuesta tanto empezar algo así. Demasiado serrín en las seseras. Demasiada ruindad en los corazones. Demasiado egoísmo a fin de cuentas.
Sin una clara noción de pertenencia no puede haber respeto ni solidaridad ni justicia.
Lo bueno por conocer nunca se hace realidad porque nunca nos hacemos dignos de ser sus generadores.
Y así vamos, llorando y quejándonos, pero sin dejar de arrastrarnos.
En nuestra toma de decisiones intervienen hondas pulsiones vitales que buscan y procuran siempre la máxima sostenibilidad y eficiencia ecointegrada.
Somos sistemáticos y adaptativos.
Para pasar de un modo funcional a otro distinto se hace imprescindible percibir claramente la ventaja y beneficio de la nueva opción.
El deseo de una sociedad mejor organizada y más justa es muy legítimo, incluso imperativo.
Pero es altamente improbable que la sociedad se aproxime siquiera a ello sin una adecuada y suficiente preparación previa.
Uno no cambia la bici por la moto de la noche a la mañana.
Mayor poder implica mayor responsabilidad.
Percibir lo inapropiado de nuestro sistema actual es un buen comienzo. El siguiente paso es diseñar un mejor sistema. Y el siguiente paso es probarlo y ensayarlo prudentemente hasta estar bien familiarizado con su fruto y funcionamiento.
Hoy por hoy las promesas no valen nada.
Las palabras vacías son inútiles, estériles y efímeras.
Ningún político tiene ya la más mínima credibilidad.
Porque ese no es el camino.
La democracia representativa no funciona, la democracia participativa es la única digna de ser llamada como tal.
Es la realidad lo que cuenta, es la realidad lo que importa.
El cambio solo vendrá de lo concreto, por el ejemplo.
Nada impide a la sociedad organizarse a pequeña escala de acuerdo a sus valores y aspiraciones. De la marcha y resultado de esa experiencia dependerá que su planteamiento se extienda o se disuelva.
Las ideas demuestran su verdad en su aplicación en la realidad.
Triunfan o fracasan según sepamos traducirlas y trasladarlas.
Nuestra actuación es decisiva y determinante.
Está en nuestra mano salir del pozo o hundirnos más.
La ilusión de las personas es casi tan grande como su inmadurez.
Esto solo trae frustración y tormento.
Sin una clara voluntad de aprendizaje y automejora no se puede avanzar en la buena dirección.
Votar es una herramienta para calibrar aproximadamente el consenso de una sociedad, pero resulta un recurso muy endeble dado su exiguo y paupérrimo uso.
El consenso de la sociedad debe buscarse y considerarse más continua y seriamente.
Debe estar asociado a más factores, imbricado en la actividad cotidiana. De tal manera que la sociedad demuestre verdadero respeto y lealtad hacia sí misma y sus valores compartidos.
Claro, hacer realidad esto exige un alto grado de compromiso y responsabilidad personal. Y es por eso que cuesta tanto empezar algo así. Demasiado serrín en las seseras. Demasiada ruindad en los corazones. Demasiado egoísmo a fin de cuentas.
Sin una clara noción de pertenencia no puede haber respeto ni solidaridad ni justicia.
Lo bueno por conocer nunca se hace realidad porque nunca nos hacemos dignos de ser sus generadores.
Y así vamos, llorando y quejándonos, pero sin dejar de arrastrarnos.
31 de agosto de 2014
pitinglis pitinglis
Me sé los días de la semana, quieres que te los diga? Va, que empiezo:
Lúnsdai,
mártdai,
miércdai,
juévsdai,
viérndai,
sábadai
y dómingdai.
Tamién me sé que me sé los meses. Que te los digo, eh?
Enémber,
febrémber,
marzémber,
mayémber,
juniémber,
juliémber,
septiémber,
octubémber,
noviémber
y diciémbrer.
Lúnsdai,
mártdai,
miércdai,
juévsdai,
viérndai,
sábadai
y dómingdai.
Tamién me sé que me sé los meses. Que te los digo, eh?
Enémber,
febrémber,
marzémber,
mayémber,
juniémber,
juliémber,
septiémber,
octubémber,
noviémber
y diciémbrer.
monstruos
Llego a la casa de un familiar que ha fallecido recientemente.
Resulta que hay algunas criaturas sobrenaturales que se dedican a molestar.
En la casa llevan ya unos días viviendo algunos familiares, soportando como pueden esas presencias problemáticas.
Nosotros somos los últimos que faltábamos por instalarnos y también somos la última intentona para solucionar esto o rendirnos y abandonar todos la casa.
Es de noche, vamos recorriendo las habitaciones.
Nos topamos con algunos monstruos.
Su aspecto no es demasiado feo ni desagradable.
Parecen casi dibujos animados o efectos especiales generados por ordenador. Así no muy grandes, tamaño mascota más bien.
Intentamos negociar con ellos pero no parece interesarles.
Van a su bola.
Disfrutan revolviéndolo todo.
Su comportamiento es primario, básico, irracional.
Tratamos de mil maneras atraparlos, frenarlos, derrotarlos.
No parecen ser tangibles, o son demasiado rápidos y escurridizos.
La casa tiene varias plantas.
Subo por las escaleras, a medio camino me encuentro con que falta un tramo bastante grande de escaleras.
Salto y llego a la planta siguiente, sin embargo aparezco en ella cayendo desde arriba.
Para no estamparme contra el suelo tengo que hacer varias acrobacias, apoyándome en puntos de lo más diversos y dispares.
De alguna manera, esta secuencia me resulta conocida, como si la hubiera realizado ya en otras ocasiones.
Todo el descenso sucede levemente, como si flotara, como si no hubiera apenas fuerza de gravedad.
Me topo con una serpiente amarilla, pequeña y alargada.
Es la jefa de los monstruos.
Intento atraparla.
Se mete por una chimenea.
Conforme asciende, la chimenea se va rajando de abajo a arriba, cual papel al que atravesara una afilada cuchilla.
Es una demostración de su poder.
Luego vuelve a salir y se me escapa otra vez, por los pelos.
Se mete por un enchufe.
Después, de alguna manera, ya hemos logrado derrotarla.
Ahora falta deshacerse del resto de sus secuaces, que siguen campando por todos lados a lo suyo.
Por más que vamos expulsando, siguen apareciendo otros.
Hay algo que no encaja.
Esto nos enerva y desespera.
Buscamos frenéticamente el motivo, la causa de esto.
Ahora que me fijo, la casa está extrañamente abarrotada de trastos, juguetes, revistas, libros, cachivaches y demás, por doquier.
No me desagrada esa acumulación.
Además reconozco muchos objetos como coetáneos a mi infancia.
De alguna manera los siento propios o me siento cómodo entre ellos.
En una de las habitaciones hay varias literas atiborradas.
Sobre la litera central pende una lámpara apantallada que ilumina la estancia.
Trepo, le subo la falda y descubro la trampa.
Resulta que la bombilla no es normal, sino un modelo antiarrugas o algo así.
Se caracteriza porque su bulbo de cristal no es uniforme sino que presenta protuberancias a lo largo de toda su superficie, como una pera llena de chichones.
Esta es la causa, esta es la vía por la que se cuelan esos pillastres malandrines.
La quito sin más contemplaciones y se acabó ya de trajines y afanes.
Luego me dedico a curiosear por ahí.
La resolución del problema me tiene fascinado, me hace gracia la idea. Parece casi de película, de peli flipada.
Más tarde llego a los sótanos, que son amplios y espaciosos.
Hay allí montado como un taller o estudio, con rústicas mesas y toscas estanterías, todo de madera ajada, oscurecida y añosa. Todo generosamente abarrotado de utillaje y chatarras varias. Mecánicas, eléctricas y electrónicas.
Hay varias personas trabajando, están inventando juegos informáticos y tal.
Me saludan con confianza. Soy del equipo, no me acordaba.
Flota bullente creatividad en el aire, y me encanta.
Después, llega otro pariente ya anciano. En su apariencia se fusionan rasgos y matices de distintas personas que conozco. Sin embargo, en el fondo la mezcla tiene algún sentido, pues esas personalidades tienen matices coincidentes o resonantes entre sí, aunque nunca antes me lo hubiera planteado.
Al mismo tiempo, una parte de esa fusión representa cierta conexión intergeneracional de distintas ramas del árbol genealógico. Pero no siguiendo la secuencia normal, sino haciendo los vástagos de puente y nexo entre líneas remotas.
El viejo se pone a enseñarnos sus armas de caza, que en sí mismas son puras piezas de museo, por inusuales y antiguas.
Tiene dos armas de fuego casi tan largas como él de alto.
Nos tiene alucinados con el relato de sus aventuras.
Pero a mí me sorprende más el reconocer en sus gestos y tal, rasgos de otro familiar muerto ya hace tiempo, que hacía mucho que no me acordaba de él. Y tal vez el recordatorio se dijese pertinente. Tal vez.
Resulta que hay algunas criaturas sobrenaturales que se dedican a molestar.
En la casa llevan ya unos días viviendo algunos familiares, soportando como pueden esas presencias problemáticas.
Nosotros somos los últimos que faltábamos por instalarnos y también somos la última intentona para solucionar esto o rendirnos y abandonar todos la casa.
Es de noche, vamos recorriendo las habitaciones.
Nos topamos con algunos monstruos.
Su aspecto no es demasiado feo ni desagradable.
Parecen casi dibujos animados o efectos especiales generados por ordenador. Así no muy grandes, tamaño mascota más bien.
Intentamos negociar con ellos pero no parece interesarles.
Van a su bola.
Disfrutan revolviéndolo todo.
Su comportamiento es primario, básico, irracional.
Tratamos de mil maneras atraparlos, frenarlos, derrotarlos.
No parecen ser tangibles, o son demasiado rápidos y escurridizos.
La casa tiene varias plantas.
Subo por las escaleras, a medio camino me encuentro con que falta un tramo bastante grande de escaleras.
Salto y llego a la planta siguiente, sin embargo aparezco en ella cayendo desde arriba.
Para no estamparme contra el suelo tengo que hacer varias acrobacias, apoyándome en puntos de lo más diversos y dispares.
De alguna manera, esta secuencia me resulta conocida, como si la hubiera realizado ya en otras ocasiones.
Todo el descenso sucede levemente, como si flotara, como si no hubiera apenas fuerza de gravedad.
Me topo con una serpiente amarilla, pequeña y alargada.
Es la jefa de los monstruos.
Intento atraparla.
Se mete por una chimenea.
Conforme asciende, la chimenea se va rajando de abajo a arriba, cual papel al que atravesara una afilada cuchilla.
Es una demostración de su poder.
Luego vuelve a salir y se me escapa otra vez, por los pelos.
Se mete por un enchufe.
Después, de alguna manera, ya hemos logrado derrotarla.
Ahora falta deshacerse del resto de sus secuaces, que siguen campando por todos lados a lo suyo.
Por más que vamos expulsando, siguen apareciendo otros.
Hay algo que no encaja.
Esto nos enerva y desespera.
Buscamos frenéticamente el motivo, la causa de esto.
Ahora que me fijo, la casa está extrañamente abarrotada de trastos, juguetes, revistas, libros, cachivaches y demás, por doquier.
No me desagrada esa acumulación.
Además reconozco muchos objetos como coetáneos a mi infancia.
De alguna manera los siento propios o me siento cómodo entre ellos.
En una de las habitaciones hay varias literas atiborradas.
Sobre la litera central pende una lámpara apantallada que ilumina la estancia.
Trepo, le subo la falda y descubro la trampa.
Resulta que la bombilla no es normal, sino un modelo antiarrugas o algo así.
Se caracteriza porque su bulbo de cristal no es uniforme sino que presenta protuberancias a lo largo de toda su superficie, como una pera llena de chichones.
Esta es la causa, esta es la vía por la que se cuelan esos pillastres malandrines.
La quito sin más contemplaciones y se acabó ya de trajines y afanes.
Luego me dedico a curiosear por ahí.
La resolución del problema me tiene fascinado, me hace gracia la idea. Parece casi de película, de peli flipada.
Más tarde llego a los sótanos, que son amplios y espaciosos.
Hay allí montado como un taller o estudio, con rústicas mesas y toscas estanterías, todo de madera ajada, oscurecida y añosa. Todo generosamente abarrotado de utillaje y chatarras varias. Mecánicas, eléctricas y electrónicas.
Hay varias personas trabajando, están inventando juegos informáticos y tal.
Me saludan con confianza. Soy del equipo, no me acordaba.
Flota bullente creatividad en el aire, y me encanta.
Después, llega otro pariente ya anciano. En su apariencia se fusionan rasgos y matices de distintas personas que conozco. Sin embargo, en el fondo la mezcla tiene algún sentido, pues esas personalidades tienen matices coincidentes o resonantes entre sí, aunque nunca antes me lo hubiera planteado.
Al mismo tiempo, una parte de esa fusión representa cierta conexión intergeneracional de distintas ramas del árbol genealógico. Pero no siguiendo la secuencia normal, sino haciendo los vástagos de puente y nexo entre líneas remotas.
El viejo se pone a enseñarnos sus armas de caza, que en sí mismas son puras piezas de museo, por inusuales y antiguas.
Tiene dos armas de fuego casi tan largas como él de alto.
Nos tiene alucinados con el relato de sus aventuras.
Pero a mí me sorprende más el reconocer en sus gestos y tal, rasgos de otro familiar muerto ya hace tiempo, que hacía mucho que no me acordaba de él. Y tal vez el recordatorio se dijese pertinente. Tal vez.
20 de julio de 2014
infinita ola solidaria
La vida es un equilibrio de fuerzas. Cuando no se sabe encontrar el justo medio se va de un lado al otro. La ley del péndulo.
El ser humano lleva toda su historia intentando madurar lo suficiente como para poder manejarse bien en la vida.
Capitalismo y comunismo nacen de poner el acento en el individuo o en la sociedad, cuya máxima expresión es respectivamente el individualismo y el socialismo, que dan lugar al egoísmo y al servilismo. Y viceversa.
Ambos sistemas han traído cosas buenas y cosas malas. Pero si hacemos balance vemos que a la larga no compensa ninguno de los dos. Ahora nace un tiempo nuevo y muere inevitablemente el orden anterior. Ahora tenemos la oportunidad y el deber de realizar una organización mejor. Aplicando y demostrando lo que supuestamente hemos integrado y aprendido. Lo mejor de los dos mundos.
El individuo sin la sociedad no es nada y la sociedad sin el individuo tampoco. Delegar ya no es aceptable. Degradarse ya no es admisible. Explotar ya no es tolerable. La libertad verdadera pasa por la auténtica soberanía personal y la ineludible responsabilidad para con los demás.
Internet y bitcoin muestran el camino posible para realizar esto.
El consenso requiere una vía que lo exprese y articule. La moneda es el vehículo ideal. Por eso debe atender y recoger todas las cualidades que la nueva sociedad desea desarrollar.
A día de hoy, tal y como está planteado, bitcoin se me queda cojo, porque no da cabida a los requisitos sociales. Falta justicia. Falta una adecuada distribución de la riqueza. Y mientras haya pobreza no habrá justicia. Porque no es de recibo que deba existir semejante desproporción. No es de recibo que cerdos corruptos se revuelquen en sus ilegítimas fortunas mientras millones malviven y mueren. No es de recibo que la humanidad se someta al dictado de cuatro condenados malnacidos sin escrúpulos ni vergüenza. Esta es la mayor farsa que jamás se ha conocido y que debe terminar ya de una vez por todas.
Esta falta y carencia me viene ocupando desde hace un tiempo y le he ido buscando diferentes posibles soluciones. Ahora he encontrado una nueva que me parece más que interesante y que paso a explicar.
Todos nacemos iguales. Nuestra valía y derecho es inalienable.
El valor de bitcoin está en el consenso, el consenso se debe a nuestra voluntad. Es la sociedad la que da y otorga validez a la herramienta al adoptarla y aceptarla. Es justo entonces que el valor rinda tributo a quien se debe.
Yo propongo que de cada transacción se destine la mitad a la sociedad. Pero no a cualquiera, sino a aquellos que menos tienen. El propósito y la idea es que el consenso se traduzca en igual riqueza para todo el mundo. Esto se logra siguiendo un protocolo muy específico que se aprecia mejor con un ejemplo.
Pongamos que realizo un pago de 20 bitcoins, 10 de los cuales estarán destinados a la sociedad. Entonces, para repartirlos se deberá elaborar una lista de todas las direcciones con saldo diferente de cero y menor a la cantidad a repartir, en este caso 10, que en las últimas 24 horas hayan realizado un pago.
Pero, previsiblemente esta condición cronológica llevaría a los insolidarios a abstenerse según el volumen de actividad del día anterior, por puro afán elitista. Así que parece mejor establecer que la realización de un pago se traducirá en opción a recibir la parte correspondiente de un día asignado aleatoriamente entre los 7 o 15 próximos, horquilla que también se decidirá de manera aleatoria.
A ver si lo explico un poco mejor. Hago un pago y mi dirección queda con un saldo de 30. A los x días mi dirección queda disponible y va recibiendo todas las partes proporcionales de todas las transacciones cuyo tributo sea mayor que mi saldo actual, que sería de 30 en el caso de que no hubiera realizado ninguna transacción más desde entonces.
A lo largo de todo el día mi dirección estará receptiva y tendrá las fracciones correspondientes según su saldo, actualizado y comprobado en tiempo real.
Pongamos que a las seis de la tarde el saldo de mi dirección es de 45, entonces ya solo podré recibir la parte pertinente de aquellas transacciones cuyo tributo sea mayor de 45 y no ninguna de las de menor cuantía.
Como en una pirámide de copas recibiendo una cascada de bebida, el líquido resbala sobre las copas ya llenas y sigue descendiendo hacia otros niveles.
Y hablando de pirámides, habrá quien crea ver en este planteamiento alguna semejanza con el esquema Ponzi y tal. Pero un análisis detenido de la cuestión muestra muy a las claras las diferencias existentes. Además, siempre se pueden hacer estudios y simulaciones para comprobar la viabilidad y el resultado de esto.
Volviendo a lo que estaba, a cada día diferente en que yo realice un pago, le corresponderá otro día aleatorio de opción de recepción, sin que pueda coincidir con los otros que tenga ya asignados. Esta información deberá estar protegida para que no pueda ser revelada.
Pero, a pesar de toda la aleatoriedad, a la primera transacción realizada de cualquier día, ya se puede ver el mapa de direcciones receptoras de todos los niveles alcanzados con ese pago. Cosa que de nuevo puede llevar a los insolidarios a interrumpir su actividad a lo largo de todo el día. Así que será mejor codificar y encriptar la información para que no pueda ser visible en tiempo real y que solo se vuelva de nuevo accesible una vez transcurrido el día.
O, si se quiere, más sencillo todavía. En lugar de codificar nada, simplemente el reparto de los tributos quedará congelado hasta pasadas 24 horas. Por lo tanto será imposible anticipar ni predecir nada hasta que sea ya inevitable, quedando a salvo de cualquier manipulación por parte de malintencionados.
Así pues, al día siguiente del pago, se elabora automáticamente una lista con todas las direcciones habilitadas de saldo menor al tributo a repartir. En caso de no existir ninguna dirección que cumpla esas condiciones, el tributo quedará congelado otras 24 horas. Y así infinitamente, hasta que pueda realizarse su entrega.
La dirección que ha emitido el pago no podrá asignar aleatoriamente su correspondiente día de recepción hasta que el tributo no se haya repartido.
Un peligro muy grande es que el sistema quiera viciarse mediante su mal uso. El egoísmo pervierte la tendencia al mínimo esfuerzo, ya que lleva a descargar sobre los demás lo que corresponde a uno asumir. Para evitar esto se debe establecer alguna condición que garantice un comportamiento responsable.
Por ejemplo, que las fracciones recibidas no puedan ser utilizadas si no es en un pago de igual o mayor cantidad que aquel del que provino. Esto complica y dificulta bastante las cosas, pero es preciso asegurar a toda costa que el sistema responda a nuestra voluntad y no se pueda desvirtuar su propósito.
Lo bueno de estas normas es que facilitan el enriquecimiento obligándote a usar la moneda. Ganas valor, pero ese valor no se hace real hasta que no lo utilizas y justo al utilizarlo es cuando estás siendo solidario. Al estar repartida la riqueza, el consenso se asienta más firmemente en la voluntad personal. El sustento nos empodera para no tolerar ningún abuso. Nos dignifica y eleva. El valor de nuestra actividad y productos lo establecemos y defendemos nosotros mismos. Se busca y procura el mejor entendimiento y equilibrio, que nos permita interactuar e intercambiar bienes y servicios. Desaparece la presión de la desesperación, pues nos ampara la humanidad al completo. Ya no somos sujetos aislados e indefensos.
Pero todo esto no se alcanza por arte de magia, el esfuerzo, conciencia y voluntad que requiere es importante. Todo nuestro afán debe ponerse en que el diseño sea impecable, para que su funcionamiento resulte en verdadero crecimiento y justicia social.
La reciprocidad favorece un equilibrio más que deseable. Es justo que el mismo sacrificio que recae sobre uno sea el que uno devuelva a su debido tiempo. Aquí no se regala nada. Hay que entender el serio compromiso que supone formar parte de la sociedad.
Y todavía se podrán establecer más controles si es preciso, con tal de reforzar el avance en la buena dirección. Por ejemplo requiriendo alguna autentificación de los usuarios, para evitar el uso de robots y tal. También se puede añadir una pequeña espera para cada transacción, de un minuto o así, para no caer en el vértigo especulativo y cosas por el estilo.
Por su parte, la minería deberá seguir algún protocolo que garantice su buen comportamiento descentralizado, que modere y desincentive la aglomeración de capacidad de minado. Pero de momento no entraré ahí, tiempo habrá si fuera preciso.
En esto se ve lo mucho que nos puede ayudar la tecnología para sortear y solventar las peores cualidades del ser humano. Para que nuestro peor lado deje ya de ser traba, impedimento y obstáculo para nuestro buen desarrollo.
Con esta manera de funcionar tenemos múltiples y muy interesantes repercusiones.
La mente egoísta pensará: Y una mierda, yo no pago ningún impuesto, y mucho menos del cincuenta por ciento.
Lo que hay que tener en cuenta es que la proporción yo:resto-del-mundo es de uno a miles de millones.
Que este tributo es directo y automático. Que cumple una función pertinente y relevante. Que incentiva la integración del individuo en la sociedad, a la vez que la sociedad ampara y sustenta al individuo. Que crea un sustrato básico a partir del cual cualquiera pueda tener siempre la oportunidad de crecer y realizarse.
Es como unas brasas, de calorcito agradable y acogedor, siempre prestas a prender la llama en cuanto al contacto con el material adecuado, pero que abrasan al imprudente, al que pretenda darles un uso diferente.
Quien vaya a lo tonto se arruinará antes de llegar a ninguna parte. Su lucro y provecho solo viene si se utiliza de manera moderada y justificada, real y apropiada. Quien busque el valor en la moneda en sí no lo tendrá. El valor está en su sustancialización.
Sin duda al principio el esfuerzo será mayor que la recompensa, pero a medio y largo plazo será justo al revés. Porque este mundo de insolidaridad, de miseria y sufrimiento se debe a una mentalidad inmadura que no comprende el papel y la importancia de la humanidad como un todo. Llevamos ya mucho tiempo padeciendo las consecuencias de nuestra alienación por no asimilar esto y ya va siendo hora de ir enterándonos y corrigiendo el rumbo.
Pero ojo, que esto por sí solo tampoco es la panacea, hace falta conciencia y compromiso en muchas más cosas, que ya he esbozado en otros ensayos. A la postre, un mundo mejor solo nacerá si trascendemos la ruindad interior. Cuando desechemos los esquemas obsoletos, la mentalidad parásita y enferma que se nos ha inculcado.
Cuando comprendamos que egoísmo equivale a miseria y solidaridad a abundancia. Cuando sepamos equilibrarnos y coordinarnos para que individuo y sociedad trabajen juntos y para beneficio mutuo.
Pero también te digo que la posibilidad de éxito de esto es nula sin una masa crítica suficiente, despierta y comprometida en todo lo que supone y representa nuestra existencia y la vida toda.
Probablemente algo así no pueda implantarse todavía, porque previamente hace falta que esté mucho más consolidado y establecido el uso y consenso que da valor a la criptomoneda.
Todo tiene su tiempo y su orden.
Primero aparece internet, luego internet se vuelve imprescindible, luego aparece bitcoin, luego bitcoin se vuelve irrenunciable y después bitcoin se vuelve solidario.
Cada capa que se añade depende de que aquello sobre lo que se sustenta esté firmemente asentado, de otro modo se derrumba el invento. Aunque, la velocidad de los cambios que acarrea la tecnología es creciente, por lo que tal vez esto será realidad antes de lo que crees.
El problema es que los parásitos no se van a prestar a un juego que les es del todo desfavorable. Los parásitos van a buscar siempre caminos alternativos para seguir influyendo y decidiendo, robando y usurpando poder, recursos y lo que sea. Por eso la sociedad debe tener clara y firme conciencia de la absoluta necesidad de organizarse de manera completamente descentralizada para todo, a todos los niveles, para que no exista posibilidad de trampa ni chanchullo.
El cambio ha de ser lo mas amplio y completo posible. Mientras existan autoridades, instituciones, organismos y administraciones bajo dominio de unos pocos, esos pocos van a ser siempre un posible foco de problemas. Es imprescindible y preciso aprender a funcionar y organizarnos cada vez más a través del consenso de la comunidad, activo, manifiesto y participativo. Nuestra mente colmena.
El valor de una moneda representa el consenso y la conciencia de la sociedad que la adopta y emplea. Sin decidida aspiración y voluntad de justicia social jamás la habrá ni se alcanzará.
Crear un valor irresponsable se traduce en daño y tormento. Es tirar piedras contra el propio tejado. Sustentar y alimentar el mal trae desdicha y sufrimiento.
Cada cual verá cómo se lo monta, pero démonos cuenta de las consecuencias.
Al configurar la moneda con cualidades solidarias estamos motivando y recompensando su uso por los más desfavorecidos, a la vez que penalizamos su abuso por los más insolidarios. Premiamos la participación y castigamos la codicia. Inducimos a que se acepte y utilice cada vez más y en más sitios. El motor ya no es inhumano, la economía se torna humilde y cercana. La velocidad ya no la marca la especulación, sino la simple y directa necesidad de intercambio de bienes y servicios.
Los monederos son como vasitos que se van llenando y progresivamente igualando, de abajo a arriba. Me repito, pero no me resisto a la bella analogía. Y aún hay otro paralelismo, con la propia crianza de los infantes. Los adultos cuidan y nutren a los menores hasta que crecen y pueden valerse por sí mismos.
Parece adecuado procurar algo similar, más que nada para empezar a hacer honor a nuestro nombre. Ser humano es mucho más que ser depredador o depredado. La visión psicópata sobra y ya estraga.
Crecemos juntos, acompasados y a nuestro ritmo. Todos los usuarios nos vemos progresiva y gradualmente recompensados por formar parte del consenso, de una manera directa y palpable. Pero solo se forma parte si se le da uso a la moneda, que es la clave de la cuestión. Porque los malabarismos vacuos suponen más merma que ganancia, y la inmovilidad te aparta del flujo benéfico.
No tiene sentido acaparar valor solo con el propósito de tener poder sobre los demás. En el fondo esto responde al miedo que siente el individuo frente a la sociedad. Este miedo está justificado en un mundo infame y opresivo, pero al mismo tiempo ese retraimiento lo que hace es perpetuar e impedir salir de la pesadilla.
No se puede ser víctima eternamente, eso no es saludable ni permite crecer adecuadamente. La madurez exige respeto y consecuencia. Lealtad y honor a la verdad. El consenso trae conciencia y compromiso. Poder real implica responsabilidad proporcional.
Al repartir siempre hacia abajo estamos estableciendo una franja que incluye y define a la sociedad integradora, que es la que interacciona de buena fe, que es la que se sostiene por su propia voluntad de relacionarse.
La afinidad juega un papel muy importante. El intercambio se produce entre iguales. La prosperidad o la perdición es el resultado lógico de la calidad tras las acciones compartidas. La madurez trae verdad y hace justicia. Una sociedad empoderada no va a permitir ni tolerar abusos ni tonterías de ningún tipo.
Los malvados y corruptos tendrán pronto su amargo fruto. Los egoístas por sí solos tenderán a aislarse o a sucumbir bajo su propia codicia. Ya que el participar distribuye inevitablemente la riqueza. El tirano que se queda sin súbditos muere de pura rabia, o abandona para siempre su actitud equivocada.
Entonces sí, cuando todos dispongamos de similar poder adquisitivo es cuando vamos a empezar a vivir la vida de otra manera. Ya no habrá más servilismo y prestaremos mucha más atención a lo relevante, al fondo de las personas y tal. Lo que decida las relaciones y los tratos será el comportamiento, la educación, la intención y voluntad que se vea en el otro. Cuando las necesidades básicas estén colmadas, la magnanimidad sagrada tomará creciente cuerpo y presencia.
El dinero ya no será una herramienta de sometimiento del prójimo, sino una plasmación patente de soberanía y dignidad personal. El trabajo ya no será forzoso, sino gozoso y voluntario. El intercambio de bienes será justo, oportuno y proporcionado.
A las malas nada, y digo nada, funcionará ya más.
Los egoístas verán que su hipocresía les trae exponenciales problemas. Ya que el dinero no será ya decisivo y la información tomará su lugar.
Habrá un regreso a la naturaleza, las personas diversificarán su actividad y florecerá la creatividad y el crecimiento humano.
Las prioridades cambiarán a mejor, el estilo de hacer las cosas se afinará, la dicha abundará y habrá entendimiento y colaboración de buena gana.
Estamos a un paso de algo muy grande.
Todo depende de que comprendamos y aprendamos el justo equilibrio entre individuo y sociedad. Bitcoin, o cualquier otra criptomoneda, puede ser la llave. Dicho queda cómo.
El ser humano lleva toda su historia intentando madurar lo suficiente como para poder manejarse bien en la vida.
Capitalismo y comunismo nacen de poner el acento en el individuo o en la sociedad, cuya máxima expresión es respectivamente el individualismo y el socialismo, que dan lugar al egoísmo y al servilismo. Y viceversa.
Ambos sistemas han traído cosas buenas y cosas malas. Pero si hacemos balance vemos que a la larga no compensa ninguno de los dos. Ahora nace un tiempo nuevo y muere inevitablemente el orden anterior. Ahora tenemos la oportunidad y el deber de realizar una organización mejor. Aplicando y demostrando lo que supuestamente hemos integrado y aprendido. Lo mejor de los dos mundos.
El individuo sin la sociedad no es nada y la sociedad sin el individuo tampoco. Delegar ya no es aceptable. Degradarse ya no es admisible. Explotar ya no es tolerable. La libertad verdadera pasa por la auténtica soberanía personal y la ineludible responsabilidad para con los demás.
Internet y bitcoin muestran el camino posible para realizar esto.
El consenso requiere una vía que lo exprese y articule. La moneda es el vehículo ideal. Por eso debe atender y recoger todas las cualidades que la nueva sociedad desea desarrollar.
A día de hoy, tal y como está planteado, bitcoin se me queda cojo, porque no da cabida a los requisitos sociales. Falta justicia. Falta una adecuada distribución de la riqueza. Y mientras haya pobreza no habrá justicia. Porque no es de recibo que deba existir semejante desproporción. No es de recibo que cerdos corruptos se revuelquen en sus ilegítimas fortunas mientras millones malviven y mueren. No es de recibo que la humanidad se someta al dictado de cuatro condenados malnacidos sin escrúpulos ni vergüenza. Esta es la mayor farsa que jamás se ha conocido y que debe terminar ya de una vez por todas.
Esta falta y carencia me viene ocupando desde hace un tiempo y le he ido buscando diferentes posibles soluciones. Ahora he encontrado una nueva que me parece más que interesante y que paso a explicar.
Todos nacemos iguales. Nuestra valía y derecho es inalienable.
El valor de bitcoin está en el consenso, el consenso se debe a nuestra voluntad. Es la sociedad la que da y otorga validez a la herramienta al adoptarla y aceptarla. Es justo entonces que el valor rinda tributo a quien se debe.
Yo propongo que de cada transacción se destine la mitad a la sociedad. Pero no a cualquiera, sino a aquellos que menos tienen. El propósito y la idea es que el consenso se traduzca en igual riqueza para todo el mundo. Esto se logra siguiendo un protocolo muy específico que se aprecia mejor con un ejemplo.
Pongamos que realizo un pago de 20 bitcoins, 10 de los cuales estarán destinados a la sociedad. Entonces, para repartirlos se deberá elaborar una lista de todas las direcciones con saldo diferente de cero y menor a la cantidad a repartir, en este caso 10, que en las últimas 24 horas hayan realizado un pago.
Pero, previsiblemente esta condición cronológica llevaría a los insolidarios a abstenerse según el volumen de actividad del día anterior, por puro afán elitista. Así que parece mejor establecer que la realización de un pago se traducirá en opción a recibir la parte correspondiente de un día asignado aleatoriamente entre los 7 o 15 próximos, horquilla que también se decidirá de manera aleatoria.
A ver si lo explico un poco mejor. Hago un pago y mi dirección queda con un saldo de 30. A los x días mi dirección queda disponible y va recibiendo todas las partes proporcionales de todas las transacciones cuyo tributo sea mayor que mi saldo actual, que sería de 30 en el caso de que no hubiera realizado ninguna transacción más desde entonces.
A lo largo de todo el día mi dirección estará receptiva y tendrá las fracciones correspondientes según su saldo, actualizado y comprobado en tiempo real.
Pongamos que a las seis de la tarde el saldo de mi dirección es de 45, entonces ya solo podré recibir la parte pertinente de aquellas transacciones cuyo tributo sea mayor de 45 y no ninguna de las de menor cuantía.
Como en una pirámide de copas recibiendo una cascada de bebida, el líquido resbala sobre las copas ya llenas y sigue descendiendo hacia otros niveles.
Y hablando de pirámides, habrá quien crea ver en este planteamiento alguna semejanza con el esquema Ponzi y tal. Pero un análisis detenido de la cuestión muestra muy a las claras las diferencias existentes. Además, siempre se pueden hacer estudios y simulaciones para comprobar la viabilidad y el resultado de esto.
Volviendo a lo que estaba, a cada día diferente en que yo realice un pago, le corresponderá otro día aleatorio de opción de recepción, sin que pueda coincidir con los otros que tenga ya asignados. Esta información deberá estar protegida para que no pueda ser revelada.
Pero, a pesar de toda la aleatoriedad, a la primera transacción realizada de cualquier día, ya se puede ver el mapa de direcciones receptoras de todos los niveles alcanzados con ese pago. Cosa que de nuevo puede llevar a los insolidarios a interrumpir su actividad a lo largo de todo el día. Así que será mejor codificar y encriptar la información para que no pueda ser visible en tiempo real y que solo se vuelva de nuevo accesible una vez transcurrido el día.
O, si se quiere, más sencillo todavía. En lugar de codificar nada, simplemente el reparto de los tributos quedará congelado hasta pasadas 24 horas. Por lo tanto será imposible anticipar ni predecir nada hasta que sea ya inevitable, quedando a salvo de cualquier manipulación por parte de malintencionados.
Así pues, al día siguiente del pago, se elabora automáticamente una lista con todas las direcciones habilitadas de saldo menor al tributo a repartir. En caso de no existir ninguna dirección que cumpla esas condiciones, el tributo quedará congelado otras 24 horas. Y así infinitamente, hasta que pueda realizarse su entrega.
La dirección que ha emitido el pago no podrá asignar aleatoriamente su correspondiente día de recepción hasta que el tributo no se haya repartido.
Un peligro muy grande es que el sistema quiera viciarse mediante su mal uso. El egoísmo pervierte la tendencia al mínimo esfuerzo, ya que lleva a descargar sobre los demás lo que corresponde a uno asumir. Para evitar esto se debe establecer alguna condición que garantice un comportamiento responsable.
Por ejemplo, que las fracciones recibidas no puedan ser utilizadas si no es en un pago de igual o mayor cantidad que aquel del que provino. Esto complica y dificulta bastante las cosas, pero es preciso asegurar a toda costa que el sistema responda a nuestra voluntad y no se pueda desvirtuar su propósito.
Lo bueno de estas normas es que facilitan el enriquecimiento obligándote a usar la moneda. Ganas valor, pero ese valor no se hace real hasta que no lo utilizas y justo al utilizarlo es cuando estás siendo solidario. Al estar repartida la riqueza, el consenso se asienta más firmemente en la voluntad personal. El sustento nos empodera para no tolerar ningún abuso. Nos dignifica y eleva. El valor de nuestra actividad y productos lo establecemos y defendemos nosotros mismos. Se busca y procura el mejor entendimiento y equilibrio, que nos permita interactuar e intercambiar bienes y servicios. Desaparece la presión de la desesperación, pues nos ampara la humanidad al completo. Ya no somos sujetos aislados e indefensos.
Pero todo esto no se alcanza por arte de magia, el esfuerzo, conciencia y voluntad que requiere es importante. Todo nuestro afán debe ponerse en que el diseño sea impecable, para que su funcionamiento resulte en verdadero crecimiento y justicia social.
La reciprocidad favorece un equilibrio más que deseable. Es justo que el mismo sacrificio que recae sobre uno sea el que uno devuelva a su debido tiempo. Aquí no se regala nada. Hay que entender el serio compromiso que supone formar parte de la sociedad.
Y todavía se podrán establecer más controles si es preciso, con tal de reforzar el avance en la buena dirección. Por ejemplo requiriendo alguna autentificación de los usuarios, para evitar el uso de robots y tal. También se puede añadir una pequeña espera para cada transacción, de un minuto o así, para no caer en el vértigo especulativo y cosas por el estilo.
Por su parte, la minería deberá seguir algún protocolo que garantice su buen comportamiento descentralizado, que modere y desincentive la aglomeración de capacidad de minado. Pero de momento no entraré ahí, tiempo habrá si fuera preciso.
En esto se ve lo mucho que nos puede ayudar la tecnología para sortear y solventar las peores cualidades del ser humano. Para que nuestro peor lado deje ya de ser traba, impedimento y obstáculo para nuestro buen desarrollo.
Con esta manera de funcionar tenemos múltiples y muy interesantes repercusiones.
La mente egoísta pensará: Y una mierda, yo no pago ningún impuesto, y mucho menos del cincuenta por ciento.
Lo que hay que tener en cuenta es que la proporción yo:resto-del-mundo es de uno a miles de millones.
Que este tributo es directo y automático. Que cumple una función pertinente y relevante. Que incentiva la integración del individuo en la sociedad, a la vez que la sociedad ampara y sustenta al individuo. Que crea un sustrato básico a partir del cual cualquiera pueda tener siempre la oportunidad de crecer y realizarse.
Es como unas brasas, de calorcito agradable y acogedor, siempre prestas a prender la llama en cuanto al contacto con el material adecuado, pero que abrasan al imprudente, al que pretenda darles un uso diferente.
Quien vaya a lo tonto se arruinará antes de llegar a ninguna parte. Su lucro y provecho solo viene si se utiliza de manera moderada y justificada, real y apropiada. Quien busque el valor en la moneda en sí no lo tendrá. El valor está en su sustancialización.
Sin duda al principio el esfuerzo será mayor que la recompensa, pero a medio y largo plazo será justo al revés. Porque este mundo de insolidaridad, de miseria y sufrimiento se debe a una mentalidad inmadura que no comprende el papel y la importancia de la humanidad como un todo. Llevamos ya mucho tiempo padeciendo las consecuencias de nuestra alienación por no asimilar esto y ya va siendo hora de ir enterándonos y corrigiendo el rumbo.
Pero ojo, que esto por sí solo tampoco es la panacea, hace falta conciencia y compromiso en muchas más cosas, que ya he esbozado en otros ensayos. A la postre, un mundo mejor solo nacerá si trascendemos la ruindad interior. Cuando desechemos los esquemas obsoletos, la mentalidad parásita y enferma que se nos ha inculcado.
Cuando comprendamos que egoísmo equivale a miseria y solidaridad a abundancia. Cuando sepamos equilibrarnos y coordinarnos para que individuo y sociedad trabajen juntos y para beneficio mutuo.
Pero también te digo que la posibilidad de éxito de esto es nula sin una masa crítica suficiente, despierta y comprometida en todo lo que supone y representa nuestra existencia y la vida toda.
Probablemente algo así no pueda implantarse todavía, porque previamente hace falta que esté mucho más consolidado y establecido el uso y consenso que da valor a la criptomoneda.
Todo tiene su tiempo y su orden.
Primero aparece internet, luego internet se vuelve imprescindible, luego aparece bitcoin, luego bitcoin se vuelve irrenunciable y después bitcoin se vuelve solidario.
Cada capa que se añade depende de que aquello sobre lo que se sustenta esté firmemente asentado, de otro modo se derrumba el invento. Aunque, la velocidad de los cambios que acarrea la tecnología es creciente, por lo que tal vez esto será realidad antes de lo que crees.
El problema es que los parásitos no se van a prestar a un juego que les es del todo desfavorable. Los parásitos van a buscar siempre caminos alternativos para seguir influyendo y decidiendo, robando y usurpando poder, recursos y lo que sea. Por eso la sociedad debe tener clara y firme conciencia de la absoluta necesidad de organizarse de manera completamente descentralizada para todo, a todos los niveles, para que no exista posibilidad de trampa ni chanchullo.
El cambio ha de ser lo mas amplio y completo posible. Mientras existan autoridades, instituciones, organismos y administraciones bajo dominio de unos pocos, esos pocos van a ser siempre un posible foco de problemas. Es imprescindible y preciso aprender a funcionar y organizarnos cada vez más a través del consenso de la comunidad, activo, manifiesto y participativo. Nuestra mente colmena.
El valor de una moneda representa el consenso y la conciencia de la sociedad que la adopta y emplea. Sin decidida aspiración y voluntad de justicia social jamás la habrá ni se alcanzará.
Crear un valor irresponsable se traduce en daño y tormento. Es tirar piedras contra el propio tejado. Sustentar y alimentar el mal trae desdicha y sufrimiento.
Cada cual verá cómo se lo monta, pero démonos cuenta de las consecuencias.
Al configurar la moneda con cualidades solidarias estamos motivando y recompensando su uso por los más desfavorecidos, a la vez que penalizamos su abuso por los más insolidarios. Premiamos la participación y castigamos la codicia. Inducimos a que se acepte y utilice cada vez más y en más sitios. El motor ya no es inhumano, la economía se torna humilde y cercana. La velocidad ya no la marca la especulación, sino la simple y directa necesidad de intercambio de bienes y servicios.
Los monederos son como vasitos que se van llenando y progresivamente igualando, de abajo a arriba. Me repito, pero no me resisto a la bella analogía. Y aún hay otro paralelismo, con la propia crianza de los infantes. Los adultos cuidan y nutren a los menores hasta que crecen y pueden valerse por sí mismos.
Parece adecuado procurar algo similar, más que nada para empezar a hacer honor a nuestro nombre. Ser humano es mucho más que ser depredador o depredado. La visión psicópata sobra y ya estraga.
Crecemos juntos, acompasados y a nuestro ritmo. Todos los usuarios nos vemos progresiva y gradualmente recompensados por formar parte del consenso, de una manera directa y palpable. Pero solo se forma parte si se le da uso a la moneda, que es la clave de la cuestión. Porque los malabarismos vacuos suponen más merma que ganancia, y la inmovilidad te aparta del flujo benéfico.
No tiene sentido acaparar valor solo con el propósito de tener poder sobre los demás. En el fondo esto responde al miedo que siente el individuo frente a la sociedad. Este miedo está justificado en un mundo infame y opresivo, pero al mismo tiempo ese retraimiento lo que hace es perpetuar e impedir salir de la pesadilla.
No se puede ser víctima eternamente, eso no es saludable ni permite crecer adecuadamente. La madurez exige respeto y consecuencia. Lealtad y honor a la verdad. El consenso trae conciencia y compromiso. Poder real implica responsabilidad proporcional.
Al repartir siempre hacia abajo estamos estableciendo una franja que incluye y define a la sociedad integradora, que es la que interacciona de buena fe, que es la que se sostiene por su propia voluntad de relacionarse.
La afinidad juega un papel muy importante. El intercambio se produce entre iguales. La prosperidad o la perdición es el resultado lógico de la calidad tras las acciones compartidas. La madurez trae verdad y hace justicia. Una sociedad empoderada no va a permitir ni tolerar abusos ni tonterías de ningún tipo.
Los malvados y corruptos tendrán pronto su amargo fruto. Los egoístas por sí solos tenderán a aislarse o a sucumbir bajo su propia codicia. Ya que el participar distribuye inevitablemente la riqueza. El tirano que se queda sin súbditos muere de pura rabia, o abandona para siempre su actitud equivocada.
Entonces sí, cuando todos dispongamos de similar poder adquisitivo es cuando vamos a empezar a vivir la vida de otra manera. Ya no habrá más servilismo y prestaremos mucha más atención a lo relevante, al fondo de las personas y tal. Lo que decida las relaciones y los tratos será el comportamiento, la educación, la intención y voluntad que se vea en el otro. Cuando las necesidades básicas estén colmadas, la magnanimidad sagrada tomará creciente cuerpo y presencia.
El dinero ya no será una herramienta de sometimiento del prójimo, sino una plasmación patente de soberanía y dignidad personal. El trabajo ya no será forzoso, sino gozoso y voluntario. El intercambio de bienes será justo, oportuno y proporcionado.
A las malas nada, y digo nada, funcionará ya más.
Los egoístas verán que su hipocresía les trae exponenciales problemas. Ya que el dinero no será ya decisivo y la información tomará su lugar.
Habrá un regreso a la naturaleza, las personas diversificarán su actividad y florecerá la creatividad y el crecimiento humano.
Las prioridades cambiarán a mejor, el estilo de hacer las cosas se afinará, la dicha abundará y habrá entendimiento y colaboración de buena gana.
Estamos a un paso de algo muy grande.
Todo depende de que comprendamos y aprendamos el justo equilibrio entre individuo y sociedad. Bitcoin, o cualquier otra criptomoneda, puede ser la llave. Dicho queda cómo.
enterrados en gelatina
Los visores de realidad virtual están muy bien, aunque llega un momento en que quieres más. Quieres tocar. El tacto es lo que mejor completa la experiencia. El olfato y el gusto son secundarios, prescindibles.
Total, que se pusieron los expertos a buscar la forma de lograr eso. Empezaron a experimentar un montón con el cerebro. Entendían que esa era la mejor manera de conseguirlo. Pronto se dieron cuenta de que habían sobreestimado sus capacidades.
El cerebro no es como una maquinita que puedas manejar a tu antojo. Es más, aun quienes creen comprenderlo, tarde o temprano acaban reconociendo que no saben cómo trabajar con él. La teoría y la práctica no se corresponden. Parece que no se deja domar. O tal vez es que no está hecho para poder ser manipulado.
Sea como sea, estaba claro que por esa vía la cosa no iba a resultar, al menos a corto o medio plazo. El mercado se impacientaba, así que tiraron por otro lado. Y ya inventaron la gelatina. Fue pan comido, comparado con eso otro.
La gelatina es una especie de fluido sintético de estructura programable. Alberga en su interior unos nanorrobots que son los que se encargan de transmitir la información y hacer que la gelatina adopte la forma definida.
A los nanotécnicos esto les vino que ni pintado, porque la verdad es que tampoco estaban consiguiendo demasiados resultados en otros campos. El cuento de siempre, muchas promesas de futuro y luego nada de nada. Suerte que tuvieron.
Al principio la densidad de nanorrobots era de cinco por centímetro cúbico. Esto limitaba la resolución, el detalle de las figuras reproducidas. Daba una sensación tosca, como de cartón piedra. Así y todo ya era un gran avance, comparado con la fantasmal intangibilidad previa. Luego la densidad aumentó hasta alcanzar la proporción ideal.
Los tanques de inmersión también han ido evolucionando. Los primeros modelos eran monstruosos armatostes, tal y como para criar una morsa en tu salón. La forma cúbica del contenedor obligaba a que sus paredes fueran de un grosor tremendo, y todavía daba problemas la enorme presión que debía soportar.
Pronto vieron el desperdicio de recursos que suponía la rectangularidad y mejoraron el diseño con un contenedor esférico. Eso alivió la presión, redujo costes y materiales y simplificó mucho las cosas.
Otro tanto pasó con los nanorrobots. No hacía falta que todo el líquido estuviera uniformemente ocupado, bastaba el número suficiente para cubrir el perímetro del usuario y poco más.
Y tampoco hacía falta que todo el tanque estuviera lleno con la carísima gelatina esa. Las zonas más remotas podían rellenarse con otras materias más convencionales. Eso sí, lo suficiente maleables como para que la gelatina pudiera distribuirlas a voluntad.
Al final, la gelatina tenía como varias capas para las distintas funcionalidades. La más importante y sensible era la inmediata al usuario, su segunda piel como si dijéramos, la encargada de transmitir toda la experiencia táctil.
Aquí sí que tuvieron que trabajar mogollón hasta lograr codificar y reproducir todos los materiales de la naturaleza, su textura y comportamiento.
El cuerpo humano fue lo que más quebraderos de cabeza les dio. Porque hasta que no lo lograron era como tocar una estatua. Luego ya mejor, era puro deleite palpar la suavidad y elasticidad de la piel, notar tras ella músculo, hueso, órganos, etc.
Era muy importante dotar de cierta vitalidad creíble a los personajes, ya que de otro modo la interacción toma unos tintes macabros, espeluznantes y desalentadores. Al menos para el común de los mortales, pues siempre hay algún tarado al que le pone lo más repulsivo y repugnante.
De todas formas, el mayor logro era la tangibilidad en sí. La gelatina conseguía reproducir a la perfección la física de los volúmenes y el comportamiento del entorno. La inmersión era total, en seguida perdías la noción de estar en un simulador. Toda acción emprendida era real, al igual que su repercusión. Al andar, la gelatina se va desplazando hacia atrás bajo tus pies. Así permaneces siempre en el centro de la esfera, aunque no lo notas porque tu referencia visual te muestra tu desplazamiento por el mundo virtual.
Si caes, chocas con el suelo. Correr cansa. Subir escaleras agota. Todo igual que en la realidad, porque realmente lo estás haciendo.
El peso de los objetos también se consigue mediante el endurecimiento de la gelatina en torno al elemento en cuestión. Y sobre tus músculos en acción, si fuera preciso.
En realidad toda la gelatina trabaja de manera conjunta y ultrarrápida, casi hasta anticiparse a tus propios movimientos. Prácticamente no la notas, es como un guante que flota siempre a unas micras de tu piel y se readapta continuamente a cada postura tuya. Cuando el contacto es imprescindible, se reparte perfectamente por todo tu cuerpo, de tal manera que es muy sutil y casi imperceptible.
Lo que intento explicar es que la gelatina-aire y las gelatinas-objeto están siempre en interrelación. Tú no lo ves, pero trabajan conjuntamente para que te sientas trasladado a un entorno perfectamente físico. Si pudieras verte desde fuera, te verías flotando en la gelatina mientras vertiginosas oleadas de elastodensidad y microdinamismo van creando, trasladando y destruyendo las superficies más inmediatas con las que te vas cruzando.
Y no quieras ni saber la monstruosa cantidad de datos y cálculos que hacen falta para lograr semejante resultado.
Aunque, el pelo no terminan de imitarlo del todo bien, pero la ropa da bastante el pego.
Todo esto, sumado a la información visual y sonora, nos da una realidad virtuarreal más que lograda y sugerente.
Otro problema era la respiración. Al principio se usaba una simple boquilla de submarinismo, pero los usuarios se quejaban. Querían poder usar la boca, vete a saber por qué.
Así que diseñaron un microrrespirador solo para la nariz. Lo malo es que algunos se desmadraban y terminaban tragando gelatina, con gravísimas secuelas para su organismo.
Hubo que dotar a la gelatina de una inteligencia autónoma, un protocolo que le hace velar continuamente por la seguridad del usuario.
La propia gelatina se encarga de mantener un canal de respiración dinámico, una bolsa de aire frente a la cara del usuario, que conecta con la superficie y se adapta a todo movimiento y al ritmo de la respiración, facilitando la circulación y renovación del aire.
La propia gelatina mantiene un seguimiento continuo, por contacto directo, de las constantes vitales del usuario, y tiene directrices muy estrictas para interrumpir toda simulación cuando se sobrepasan los umbrales de seguridad saludables.
Además, la gelatina tiene el firme mandato de no permitir su ingesta por parte del usuario. Puedes morder y chupar cuanto quieras, pero en ningún caso la gelatina consentirá ser troceada ni separada de sí.
Por último, la gelatina cuenta con una base de datos central mundial, donde almacena y procesa los parámetros del cuerpo humano, sus capacidades y resistencias, según edad, forma física, entorno, trabajo desempeñado, etc. De tal manera que puede predecir los límites básicos de cada usuario, que luego podrá ir calibrando y actualizando mediante pruebas y tal.
Así pues, la simulación puede proporcionar experiencias extremas, pero siempre con margen suficiente para no provocar lesiones o daños considerables.
Luego ya es cosa de los programadores y su inventiva y originalidad.
Aunque, no hizo falta complicarse demasiado. Los juegos causaron sensación al principio, pero pronto quedaron relegados y prácticamente olvidados. La aplicación que triunfó de todas todas fue el Vis-a-vis, una especie de chat virtual pero de cuerpo entero. Ya te imaginas para qué lo quiere la gente.
Total que, la gelatina es un éxito tremendo. A pesar de lo cara que es, las compañías se las han ingeniado para hacerla llegar al gran público, a cambio de contratos de esclavitud semi-encubierta. Y, dado que el negocio más lucrativo resulta ser el sexo, se da la paradoja de que la gente se vuelve trabajadora del gremio para poder tener acceso y disfrute de eso mismo. Con lo cual todos salen ganando, y tan contentos.
Pero, el problema es todo lo demás que se deja de lado. La adicción lleva a desatender los cuidados más elementales, y es frecuente encontrar el cuerpo inerte de un usuario, consumido por pura desnutrición, suspendido en su tanque de gelatina, en posición fetal. Postura programada para ser adoptada cuando las constantes vitales cesan. Detalle este no sé si poético o irónico, por parte de quien fuera que lo decidiera.
Total, que se pusieron los expertos a buscar la forma de lograr eso. Empezaron a experimentar un montón con el cerebro. Entendían que esa era la mejor manera de conseguirlo. Pronto se dieron cuenta de que habían sobreestimado sus capacidades.
El cerebro no es como una maquinita que puedas manejar a tu antojo. Es más, aun quienes creen comprenderlo, tarde o temprano acaban reconociendo que no saben cómo trabajar con él. La teoría y la práctica no se corresponden. Parece que no se deja domar. O tal vez es que no está hecho para poder ser manipulado.
Sea como sea, estaba claro que por esa vía la cosa no iba a resultar, al menos a corto o medio plazo. El mercado se impacientaba, así que tiraron por otro lado. Y ya inventaron la gelatina. Fue pan comido, comparado con eso otro.
La gelatina es una especie de fluido sintético de estructura programable. Alberga en su interior unos nanorrobots que son los que se encargan de transmitir la información y hacer que la gelatina adopte la forma definida.
A los nanotécnicos esto les vino que ni pintado, porque la verdad es que tampoco estaban consiguiendo demasiados resultados en otros campos. El cuento de siempre, muchas promesas de futuro y luego nada de nada. Suerte que tuvieron.
Al principio la densidad de nanorrobots era de cinco por centímetro cúbico. Esto limitaba la resolución, el detalle de las figuras reproducidas. Daba una sensación tosca, como de cartón piedra. Así y todo ya era un gran avance, comparado con la fantasmal intangibilidad previa. Luego la densidad aumentó hasta alcanzar la proporción ideal.
Los tanques de inmersión también han ido evolucionando. Los primeros modelos eran monstruosos armatostes, tal y como para criar una morsa en tu salón. La forma cúbica del contenedor obligaba a que sus paredes fueran de un grosor tremendo, y todavía daba problemas la enorme presión que debía soportar.
Pronto vieron el desperdicio de recursos que suponía la rectangularidad y mejoraron el diseño con un contenedor esférico. Eso alivió la presión, redujo costes y materiales y simplificó mucho las cosas.
Otro tanto pasó con los nanorrobots. No hacía falta que todo el líquido estuviera uniformemente ocupado, bastaba el número suficiente para cubrir el perímetro del usuario y poco más.
Y tampoco hacía falta que todo el tanque estuviera lleno con la carísima gelatina esa. Las zonas más remotas podían rellenarse con otras materias más convencionales. Eso sí, lo suficiente maleables como para que la gelatina pudiera distribuirlas a voluntad.
Al final, la gelatina tenía como varias capas para las distintas funcionalidades. La más importante y sensible era la inmediata al usuario, su segunda piel como si dijéramos, la encargada de transmitir toda la experiencia táctil.
Aquí sí que tuvieron que trabajar mogollón hasta lograr codificar y reproducir todos los materiales de la naturaleza, su textura y comportamiento.
El cuerpo humano fue lo que más quebraderos de cabeza les dio. Porque hasta que no lo lograron era como tocar una estatua. Luego ya mejor, era puro deleite palpar la suavidad y elasticidad de la piel, notar tras ella músculo, hueso, órganos, etc.
Era muy importante dotar de cierta vitalidad creíble a los personajes, ya que de otro modo la interacción toma unos tintes macabros, espeluznantes y desalentadores. Al menos para el común de los mortales, pues siempre hay algún tarado al que le pone lo más repulsivo y repugnante.
De todas formas, el mayor logro era la tangibilidad en sí. La gelatina conseguía reproducir a la perfección la física de los volúmenes y el comportamiento del entorno. La inmersión era total, en seguida perdías la noción de estar en un simulador. Toda acción emprendida era real, al igual que su repercusión. Al andar, la gelatina se va desplazando hacia atrás bajo tus pies. Así permaneces siempre en el centro de la esfera, aunque no lo notas porque tu referencia visual te muestra tu desplazamiento por el mundo virtual.
Si caes, chocas con el suelo. Correr cansa. Subir escaleras agota. Todo igual que en la realidad, porque realmente lo estás haciendo.
El peso de los objetos también se consigue mediante el endurecimiento de la gelatina en torno al elemento en cuestión. Y sobre tus músculos en acción, si fuera preciso.
En realidad toda la gelatina trabaja de manera conjunta y ultrarrápida, casi hasta anticiparse a tus propios movimientos. Prácticamente no la notas, es como un guante que flota siempre a unas micras de tu piel y se readapta continuamente a cada postura tuya. Cuando el contacto es imprescindible, se reparte perfectamente por todo tu cuerpo, de tal manera que es muy sutil y casi imperceptible.
Lo que intento explicar es que la gelatina-aire y las gelatinas-objeto están siempre en interrelación. Tú no lo ves, pero trabajan conjuntamente para que te sientas trasladado a un entorno perfectamente físico. Si pudieras verte desde fuera, te verías flotando en la gelatina mientras vertiginosas oleadas de elastodensidad y microdinamismo van creando, trasladando y destruyendo las superficies más inmediatas con las que te vas cruzando.
Y no quieras ni saber la monstruosa cantidad de datos y cálculos que hacen falta para lograr semejante resultado.
Aunque, el pelo no terminan de imitarlo del todo bien, pero la ropa da bastante el pego.
Todo esto, sumado a la información visual y sonora, nos da una realidad virtuarreal más que lograda y sugerente.
Otro problema era la respiración. Al principio se usaba una simple boquilla de submarinismo, pero los usuarios se quejaban. Querían poder usar la boca, vete a saber por qué.
Así que diseñaron un microrrespirador solo para la nariz. Lo malo es que algunos se desmadraban y terminaban tragando gelatina, con gravísimas secuelas para su organismo.
Hubo que dotar a la gelatina de una inteligencia autónoma, un protocolo que le hace velar continuamente por la seguridad del usuario.
La propia gelatina se encarga de mantener un canal de respiración dinámico, una bolsa de aire frente a la cara del usuario, que conecta con la superficie y se adapta a todo movimiento y al ritmo de la respiración, facilitando la circulación y renovación del aire.
La propia gelatina mantiene un seguimiento continuo, por contacto directo, de las constantes vitales del usuario, y tiene directrices muy estrictas para interrumpir toda simulación cuando se sobrepasan los umbrales de seguridad saludables.
Además, la gelatina tiene el firme mandato de no permitir su ingesta por parte del usuario. Puedes morder y chupar cuanto quieras, pero en ningún caso la gelatina consentirá ser troceada ni separada de sí.
Por último, la gelatina cuenta con una base de datos central mundial, donde almacena y procesa los parámetros del cuerpo humano, sus capacidades y resistencias, según edad, forma física, entorno, trabajo desempeñado, etc. De tal manera que puede predecir los límites básicos de cada usuario, que luego podrá ir calibrando y actualizando mediante pruebas y tal.
Así pues, la simulación puede proporcionar experiencias extremas, pero siempre con margen suficiente para no provocar lesiones o daños considerables.
Luego ya es cosa de los programadores y su inventiva y originalidad.
Aunque, no hizo falta complicarse demasiado. Los juegos causaron sensación al principio, pero pronto quedaron relegados y prácticamente olvidados. La aplicación que triunfó de todas todas fue el Vis-a-vis, una especie de chat virtual pero de cuerpo entero. Ya te imaginas para qué lo quiere la gente.
Total que, la gelatina es un éxito tremendo. A pesar de lo cara que es, las compañías se las han ingeniado para hacerla llegar al gran público, a cambio de contratos de esclavitud semi-encubierta. Y, dado que el negocio más lucrativo resulta ser el sexo, se da la paradoja de que la gente se vuelve trabajadora del gremio para poder tener acceso y disfrute de eso mismo. Con lo cual todos salen ganando, y tan contentos.
Pero, el problema es todo lo demás que se deja de lado. La adicción lleva a desatender los cuidados más elementales, y es frecuente encontrar el cuerpo inerte de un usuario, consumido por pura desnutrición, suspendido en su tanque de gelatina, en posición fetal. Postura programada para ser adoptada cuando las constantes vitales cesan. Detalle este no sé si poético o irónico, por parte de quien fuera que lo decidiera.
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