Y digo yo, si tan importantes son los cambios, reformas y ajustes a efectuar, por qué no se demuestra su idoneidad antes de aplicarlos?
La pregunta se responde sola, porque no hay verdadero compromiso ni voluntad de solucionar ni reparar nada de nada en absoluto, claro.
Todo son parches y embustes con un fin único: someter, saquear y exprimir a la masa. Medrar y explotar a costa del otro.
Al margen de esto, vamos a suponer que sí hubiera sincero interés en ello. Qué formas habría de probar o testar cualquier medida?
Mediante simulaciones.
La simulación virtual se aplica y emplea en muchos campos diversos, y siempre proporciona interesantes resultados. El ámbito socioeconómico no ha de ser una excepción.
Hoy en día disponemos de abundantes y poderosas herramientas, solo nos falta dedicación y experimentación.
Lo primero que hay que superar es la mentalidad del especialista.
Ya no vale eso de: esto te lo hago yo en dos patadas y tú a cambio me pagas un pastizal.
Una sociedad comprometida tiene el deber y la obligación de participar activamente en todos los asuntos que le atañen.
Si no sabes, pues aprende.
La red es nuestra mayor aliada y maestra.
La información fluye y permite formar a las personas en infinidad de campos.
No hace falta ser un super-experto.
Lo que hay que hacer es trabajar cada vez más y mejor en grupos.
Cuanto más grandes y más coordinados y organizados, mejor.
Allí donde no llego yo, llegas tú.
Y todos salimos ganando.
Si hacemos esto veremos que ya no necesitamos autoridades, gestores ni tutores. Entonces nos cargaremos de razones y los echaremos de una patada. Se acabaron los chupópteros.
Pero al revés es difícil que funcione. En general, lo malo conocido gana frente a lo bueno por conocer. Por eso nuestra obligación primera es hacer real y conocido lo bueno. Así el cambio será inmediato, instantáneo, visto y no visto. Cual cangrejo ermitaño que cambia de morada.
A lo que iba es que ya estamos tardando en crear simulaciones de todo lo que se nos ocurra y más.
Te acuerdas del SimCity? Te acuerdas del Theme Hospital?
Con unos juegos por el estilo podríamos montar algo parecido pero más útil y práctico.
Se trata de servirnos de la tecnología para aprender cosas que luego nos sirvan para trasladar a la realidad.
No tiene que ser perfecto ya de partida.
Tiene que ser abierto y transparente.
Media pantalla que muestre la simulación visual y la otra media que permita estudiar las variables y fórmulas sobre las que se sustenta.
Y absoluta libertad para que cualquiera desarrolle o modifique lo que quiera o pueda, a base de versiones y variaciones.
El reto está en la simplicidad.
Ha de ser accesible y comprensible para cualquiera.
Puede parecer imposible, pero no tanto si se facilitan algunos tutoriales que permitan un aprendizaje progresivo de los aspectos más elementales.
Si un creciente número de personas encontraran provecho y sentido en algo así, seguro que llegaríamos a alternativas un millón de veces más brillantes y apasionantes que las propuestas del sistema que muere y pretende arrastrarnos con él en su caída.
Qué hay más triste que la mentalidad lineal?
Qué hay peor que el discurso de los recortes y la lógica de la deuda?
Nada.
Lo gracioso es que las máquinas también se sirven y operan, a su manera, con una lógica lineal, mecánica y binaria. Sin embargo, si nos servimos de ellas adecuadamente para crear herramientas abiertas y sociales, el resultado es absolutamente diferente. Va un abismo.
Pongamos un ejemplo.
Tenemos que una comunidad se encuentra con un presupuesto estrecho. Y tiene que buscar maneras de cubrir algún servicio sin problemas de impagos o así. Opcion A: Tirar de tijera. Opcion B: Mirar a otro lao y a ver qué pasa.
Opcion C: Que la sociedad asuma la gestión y mantenimiento de ese servicio por sí misma.
Es aquí donde hay que estar espabilados. Es aquí donde la creatividad colectiva nos puede traer un bien mayor.
Hay que buscar la excelencia mediante la genialidad. Encontrar la eficacia a través del ingenio.
Que no funcionaría?
Hagamos la prueba.
Y si no sale bien a la primera, saldrá a la segunda, o a la tercera.
Todo está en quererlo de verdad.
Seamos unos máquinas montando y afinando simulaciones y veremos si sirve o no sirve.
Te apuesto a que sí.
Ahora lo que está claro es que ningún poder nos va a regalar nunca una oportunidad semejante.
Tiene que nacer de nosotros.
Nosotros iniciamos el juego, lo probamos, vemos sus resultados, ganamos credibilidad y recobramos nuestro poder y autoestima.
El truco está en no aprisionarse en los esquemas del sistema corrupto, que nos privan de nuestra legítima soberanía. El truco está en plantear nuestros propios esquemas alternativos y realizarlos por nuestra entera cuenta y voluntad.
Las herramientas vienen en nuestra ayuda cuando tenemos un objetivo claro que supone una evidente mejora frente a lo establecido.
Los dioses se pondrán de nuestro lado cuando nuestra gesta y empresa sea noble y confortadora para todos, de verdad de la buena.
Si el dinero oficial se malogra en mermas y corruptelas, es hora de dar el salto a nuestra propia moneda, diseñada para servirnos y no escapar a nuestro dominio y control jamás de los jamases.
Y así con todo.
La tecnología está para servirnos, y si nos ayudamos correctamente entre todos, sabremos organizarnos de una manera digna, sostenible y provechosa.
No hacerlo sería profundamente lamentable y desastroso.
Tenlo por seguro.