(transcripción)
Las Mangas, 14 de septiembre de 1.997.
Hoy hemos terminado como a las cuatro de la tarde. Los tenemos a todos pelados y limpios de briznas y ramas. Después, los arrastramos hasta que quedan completamente fuera de la tierra, yaciendo en el suelo y con las llagas abiertas por el roce de la cadena. Se pierde mucho tiempo engrasando y afilando las correas de las motosierras y eso me agota casi tanto como el ruido que hacen. Es un ruido muy alto y muy desagradable que te recuerda que las válvulas que segregan aceite y gasolina es lo único que vibra de emoción ante la transformación del paisaje. Una vez amontonados los pedazos, se van recogiendo en la traílla y a veces, echando mano del destral se desgajan en trozos más pequeños. Y así, repetimos una y otra vez esta ceremonia quirúrgica y cuando la completamos, el día casi termina. Menos hoy. En ocasiones envío postales al futuro. Un cajón que se atasca en la casa de mis abuelos, una lata de pintura enmohecida o un libro que se guarda pero no se lee puede ser la lanzadera que, con un poco de suerte, logre superar los anillos de los años. Para esta postal, hice una foto con una cámara desechable sin flash. Es una hilera con unas cuantas cosechas en su savia que ya no serán. Mientras escribo estas líneas, lo que deseo es que este cataclismo de polvo y serrín tenga algún sentido doce o quince años después. Que desaparezca esta falta de constancia y esta pereza tan fea. Que esto sólo sea la bisagra entre un ciclo y otro, una pequeña ayuda que nutra la tierra y un recuerdo que no me exprese perdida.
Katherina Carson
Lee la mía en su blog (http://caminitosquemados.blogspot.com/2010/12/postal-desde-arjeplog.html).
26 de diciembre de 2010
22 de diciembre de 2010
19 de diciembre de 2010
la girafa con el queyo eskalollado
Rafa es una girafa, bueno es un girafo pero es que Rafo no esiste, asique por eso. Se yama Rafa porque si no rima, ademas que es berda que de berda es una girafa, de animal digo, pero luego tiene pilila asique es chico. Ademas girafo esta mal dicho porque la profe no nos deja. Asique eso.
Rafa es un girafa muy marchoso y se ba todas noches de fiestas cachondeo con los colegas. Lo malo es que luego por la mañana porque si te duermes depies dormido te se puede doblal el queyo y piyas tortriqulis, que eso es que te se queda ataskao el queyo y lla no lo no puedes mober y te lo tiene que arreglar un medico de animales, un animariano creo que se dize.
Y eso que le paso al Rafa un dia, que se durmio sin quererse y se le joribio el queyo. Ayayay Ayay dezia y tubo que benir el aniarmario de los animales y le dijo bamos a ber que te pasa. Que me duele mucho el queyo deijo el Rafa el girafa. Pues eso es tortriqulis dezia el medico pa animarlo. Ayayay jolines pero qurame ya. Benga pues aber que boi. Y asi que el medico de animarios quro al girafa Rafa.
Le puso una eskalolla y asi lla el queyo lla no le dolia porque la tenia que yebar puesta unos dias una semana o asi y que no podia mober el queyo y asi aprendio la lezion que salir menos joergista para estar bien por la mañanana y que sus amigos le yenaron la eskanlolla de muñegotes, garabajos y debujicos. Fin.
Rafa es un girafa muy marchoso y se ba todas noches de fiestas cachondeo con los colegas. Lo malo es que luego por la mañana porque si te duermes depies dormido te se puede doblal el queyo y piyas tortriqulis, que eso es que te se queda ataskao el queyo y lla no lo no puedes mober y te lo tiene que arreglar un medico de animales, un animariano creo que se dize.
Y eso que le paso al Rafa un dia, que se durmio sin quererse y se le joribio el queyo. Ayayay Ayay dezia y tubo que benir el aniarmario de los animales y le dijo bamos a ber que te pasa. Que me duele mucho el queyo deijo el Rafa el girafa. Pues eso es tortriqulis dezia el medico pa animarlo. Ayayay jolines pero qurame ya. Benga pues aber que boi. Y asi que el medico de animarios quro al girafa Rafa.
Le puso una eskalolla y asi lla el queyo lla no le dolia porque la tenia que yebar puesta unos dias una semana o asi y que no podia mober el queyo y asi aprendio la lezion que salir menos joergista para estar bien por la mañanana y que sus amigos le yenaron la eskanlolla de muñegotes, garabajos y debujicos. Fin.
mi enfado con los extraterrestres
Pues, resulta que, un buen día, me encontré por la calle con unos extraterrestres. Me invitaron a subir a su nave y, como no tenía nada mejor que hacer, pues allá que me fui.
Muy bonita, toda brillante y con lucecitas por todas partes. Niquelada a tutiplén, sí señor. Se nota que esta gente sabe lo que se hace.
Y, ya te digo, tiraron para arriba y al espacio que nos fuimos.
Dimos una vuelta por el universo y me enseñaron muchas cosas que no conocía y dónde vivían y tal. Se lo tienen bien montado, ya lo creo que sí, de todas todas.
Total, que, ya puestos, me dijeron a ver si podían hacerme algunas pruebecillas y tal. Para ver cómo está la raza humana y eso, lo típico. Y yo, pues venga pues, total, ya que estamos.
Y de paso me arreglaron la vista y todo, conque fíjate, aún salí ganando y todo, jeje.
Luego estuvimos charlando un rato de esto y de aquello y que, hay que ver, cómo esta todo.
En fin, unos tíos muy majos y la mar de simpáticos.
Ya al final quedamos en volver a vernos otro día, y que me invitarían y todo a irme a vivir con ellos y todo si quería. O sea, una pasada de amables y generosos y hospitalarios. No como aquí que está todo lleno de chusma y gentuza. Qué asco de mundo, joder, si es que no hay color, ni punto de comparación, hombre, qué va.
Pero, ay amigo, fue dejarme de vuelta en la tierra y, si te he visto no me acuerdo. Te lo puedes creer?
Como lo oyes, que les llamo al móvil y siempre está 'apagado o fuera de cobertura', qué casualidad, no? Y venga a mandarles mails y nada, que no contestan.
Cabrones.
He hecho de todo, mira tú. Hogueras, señales de humo, morse con una linterna, radiofrecuencia, médiums, dibujos en el campo de fútbol... En fin, yo qué sé, un desastre.
Me jode reconocerlo, pero, me da a mí que estos ya no vuelven.
Eso sí, como les pille se van a enterar, me las van a pagar pero bien.
Que qué poca formalidad, hombre, a esto no hay derecho, no hay derecho a esto.
Así que no me ha quedao más remedio que crear un grupo de venganza contra los extraterrestres, y ya somos casi siete miembros. Así que cuidao, que la cosa va en serio. Ya lo verás, ya, ya lo verás...
Se van a acordar estos de haber nacido, que te lo digo yo.
Es muy bonito ir por ahí aprovechándose de la gente inocente y engañándolos con palabras bonitas y buenos modales. Mucha educación, mucha elegancia y delicadeza, pero a la hora de la verdad... Que sí, serán muy refinados y todo lo que tú quieras, pero igual que se te aprovechan de ti igual. Raca!
Eso es muy bonito, sí, muy bonito es eso...
Pero más bonito va a ser cuando les cante yo las cuarenta, eh? A ver qué cara se les pone entonces, eh? Porque es que hay que tener cara para hacer lo que han hecho. Mucha jeta hay que tener. Pues, manda narices, pues.
Y esto que lo tiene que de saber todo el mundo del mundo, para que no se pase ya más. Que no se repita la broma ni de casualidad, ni en broma ni por equivocación. Vamos, que es que no y que es que no. Faltaría más, hasta ahí podíamos llegar.
Y esto se lo digo yo ya a la cara: Extraterrestres, íos de aquí, iros ya a vuestra maravillosa y asquerosa casa. Que aquí ya no se os quiere, que no. Ni sois bien recibidos ni nada de nada y que os lo tenéis bien merecido, por desgraciados y malnacidos. Y que me cago en vuestra repelente nave espacial pordiosera. Y vuestras palabras de marquesitos y vuestros gestos amanerados os los podéis meter por donde os quepa os los podéis meter. Hala, para que otra vez para que aprendáis, hala.
Ahí queda eso. A tomar por saco de aquí. Venga, porque yo lo mando y lo ordeno. Y sin rechistar encima!
Así te lo digo, como lo oyes. Así es, conque fíjate. Esto es lo que hay, ya lo ves. Así están las cosas...
Y que no se me aparezcan que si no... Piojosos, rastreros, desagradecidos!
Qué se han creído estos pues. De mí se van a reír, sí. De mí!
Estos no saben con quién se las gastan, que no. Que yo a la buenas, bien, todo lo que haga falta. Pero a las malas... Fuuh!
Estos no saben dónde se meten, no...
Y, mira, fin de la historia, porque es que si no es que me pongo negro. Malo me pongo con sólo pensarlo...
A quién se le ocurre... Capullos.
Tú te crees? Así no se puede ir por la vida, hombre. Joder, qué vergüenza de extraterrestres. Y yo que me quejo de lo que hay aquí, pero es que lo que hay ahí fuera... Tela, también.
Agh, qué asco de vida, la verdad, adónde vamos a llegar...
Muy bonita, toda brillante y con lucecitas por todas partes. Niquelada a tutiplén, sí señor. Se nota que esta gente sabe lo que se hace.
Y, ya te digo, tiraron para arriba y al espacio que nos fuimos.
Dimos una vuelta por el universo y me enseñaron muchas cosas que no conocía y dónde vivían y tal. Se lo tienen bien montado, ya lo creo que sí, de todas todas.
Total, que, ya puestos, me dijeron a ver si podían hacerme algunas pruebecillas y tal. Para ver cómo está la raza humana y eso, lo típico. Y yo, pues venga pues, total, ya que estamos.
Y de paso me arreglaron la vista y todo, conque fíjate, aún salí ganando y todo, jeje.
Luego estuvimos charlando un rato de esto y de aquello y que, hay que ver, cómo esta todo.
En fin, unos tíos muy majos y la mar de simpáticos.
Ya al final quedamos en volver a vernos otro día, y que me invitarían y todo a irme a vivir con ellos y todo si quería. O sea, una pasada de amables y generosos y hospitalarios. No como aquí que está todo lleno de chusma y gentuza. Qué asco de mundo, joder, si es que no hay color, ni punto de comparación, hombre, qué va.
Pero, ay amigo, fue dejarme de vuelta en la tierra y, si te he visto no me acuerdo. Te lo puedes creer?
Como lo oyes, que les llamo al móvil y siempre está 'apagado o fuera de cobertura', qué casualidad, no? Y venga a mandarles mails y nada, que no contestan.
Cabrones.
He hecho de todo, mira tú. Hogueras, señales de humo, morse con una linterna, radiofrecuencia, médiums, dibujos en el campo de fútbol... En fin, yo qué sé, un desastre.
Me jode reconocerlo, pero, me da a mí que estos ya no vuelven.
Eso sí, como les pille se van a enterar, me las van a pagar pero bien.
Que qué poca formalidad, hombre, a esto no hay derecho, no hay derecho a esto.
Así que no me ha quedao más remedio que crear un grupo de venganza contra los extraterrestres, y ya somos casi siete miembros. Así que cuidao, que la cosa va en serio. Ya lo verás, ya, ya lo verás...
Se van a acordar estos de haber nacido, que te lo digo yo.
Es muy bonito ir por ahí aprovechándose de la gente inocente y engañándolos con palabras bonitas y buenos modales. Mucha educación, mucha elegancia y delicadeza, pero a la hora de la verdad... Que sí, serán muy refinados y todo lo que tú quieras, pero igual que se te aprovechan de ti igual. Raca!
Eso es muy bonito, sí, muy bonito es eso...
Pero más bonito va a ser cuando les cante yo las cuarenta, eh? A ver qué cara se les pone entonces, eh? Porque es que hay que tener cara para hacer lo que han hecho. Mucha jeta hay que tener. Pues, manda narices, pues.
Y esto que lo tiene que de saber todo el mundo del mundo, para que no se pase ya más. Que no se repita la broma ni de casualidad, ni en broma ni por equivocación. Vamos, que es que no y que es que no. Faltaría más, hasta ahí podíamos llegar.
Y esto se lo digo yo ya a la cara: Extraterrestres, íos de aquí, iros ya a vuestra maravillosa y asquerosa casa. Que aquí ya no se os quiere, que no. Ni sois bien recibidos ni nada de nada y que os lo tenéis bien merecido, por desgraciados y malnacidos. Y que me cago en vuestra repelente nave espacial pordiosera. Y vuestras palabras de marquesitos y vuestros gestos amanerados os los podéis meter por donde os quepa os los podéis meter. Hala, para que otra vez para que aprendáis, hala.
Ahí queda eso. A tomar por saco de aquí. Venga, porque yo lo mando y lo ordeno. Y sin rechistar encima!
Así te lo digo, como lo oyes. Así es, conque fíjate. Esto es lo que hay, ya lo ves. Así están las cosas...
Y que no se me aparezcan que si no... Piojosos, rastreros, desagradecidos!
Qué se han creído estos pues. De mí se van a reír, sí. De mí!
Estos no saben con quién se las gastan, que no. Que yo a la buenas, bien, todo lo que haga falta. Pero a las malas... Fuuh!
Estos no saben dónde se meten, no...
Y, mira, fin de la historia, porque es que si no es que me pongo negro. Malo me pongo con sólo pensarlo...
A quién se le ocurre... Capullos.
Tú te crees? Así no se puede ir por la vida, hombre. Joder, qué vergüenza de extraterrestres. Y yo que me quejo de lo que hay aquí, pero es que lo que hay ahí fuera... Tela, también.
Agh, qué asco de vida, la verdad, adónde vamos a llegar...
en el tiempo de viajar Consecuencias
de la cara un ojo que cuesta de todo Primero.
demasiao, muy caro que es, Vamos.
nada cambiar se puede tampoco resulta que Luego.
al pasado que vas, O sea,
fantasma como un Pero eres,
ni nada te ven Que no.
rollo Menudo.
es peor al futuro cuando vas Y,
el tiempo lejos en Cuanto más,
es todo Más raro.
nada se entiende No.
diferentes futuros muchos hay Encima,
el bueno cual es se sabe Y no.
no y a veces uno guapo te toca A veces,
a ninguno volver se puede no aunque quieras Pero,
nunca se repiten Porque no.
timo Vaya.
que valen la pasta Con,
chungo un viaje te toca Si,
bien pero Te fastidias.
que ves lo con cuidado Y,
de la cabeza te va no se luego Porque.
verdaderos si son se sabe que tampoco Además.
a ti te dice Quién?
más no es todo Que?
un espabilado invento de un Que?
el mundo a todo estafando está Que?
luego es que lo malo Y,
al cerebro les afecta algunas personas A.
las ideas te desordenan Se,
al revés las cosas a hacer empiezas Y,
equivocado un orden siguiendo O.
tonterías pequeñas son Al principio,
a poco poco a más va luego Pero,
tu vida para toda fastidiado te has Y ya.
a atascar te empiezas es cuando lo peor Y,
de ahí de salir manera no hay y un bucle Caes en.
la pesadilla Escapar de.
le da del vecino al perro Como cuando,
la noche en mitad de a ladrar ponerse Por,
de ladrar no para Y,
este ladra a qué tú piensas Y,
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
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una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
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una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
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una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
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una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué...
demasiao, muy caro que es, Vamos.
nada cambiar se puede tampoco resulta que Luego.
al pasado que vas, O sea,
fantasma como un Pero eres,
ni nada te ven Que no.
rollo Menudo.
es peor al futuro cuando vas Y,
el tiempo lejos en Cuanto más,
es todo Más raro.
nada se entiende No.
diferentes futuros muchos hay Encima,
el bueno cual es se sabe Y no.
no y a veces uno guapo te toca A veces,
a ninguno volver se puede no aunque quieras Pero,
nunca se repiten Porque no.
timo Vaya.
que valen la pasta Con,
chungo un viaje te toca Si,
bien pero Te fastidias.
que ves lo con cuidado Y,
de la cabeza te va no se luego Porque.
verdaderos si son se sabe que tampoco Además.
a ti te dice Quién?
más no es todo Que?
un espabilado invento de un Que?
el mundo a todo estafando está Que?
luego es que lo malo Y,
al cerebro les afecta algunas personas A.
las ideas te desordenan Se,
al revés las cosas a hacer empiezas Y,
equivocado un orden siguiendo O.
tonterías pequeñas son Al principio,
a poco poco a más va luego Pero,
tu vida para toda fastidiado te has Y ya.
a atascar te empiezas es cuando lo peor Y,
de ahí de salir manera no hay y un bucle Caes en.
la pesadilla Escapar de.
le da del vecino al perro Como cuando,
la noche en mitad de a ladrar ponerse Por,
de ladrar no para Y,
este ladra a qué tú piensas Y,
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
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en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
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una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué,
la madrugada de las tantas A,
una vez de lo sacrifican si A ver,
en paz nos quedamos Y.
ladridos esos vienen A qué...
29 de noviembre de 2010
contraseña
7 a la derecha.
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25 a la derecha.
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18 a la izquierda.
15 a la derecha.
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PD: Si en Firefox se visualiza mal el swf, recomiendo abrir la pagina con Chrome.
polvo y rayaduras
Sedalacallenadadevuerve.
Loueso!
Mentiraesmentirargoycace.
Firtronogoteanogoteafirtro.
Cerraronunajaulaperonabiaindimiso.
Cualsundelantepejismoseve.
Gatoruñenoparalomatoysigueruñendonoparanoparanunca.
Frigolerasesumalorquestayvengaydale.
Calleserietontoidiotapaqueveas.
Jodetibaila.
Mescondomagunrebullo.
Guifrosecomelasmigadesuelomicena.
Yanotengonanadena.
Nemueroperonomejan.
Nomejanimorirnenomejanenpaz.
Irosirostodos.
Fuerayanosquiero.
Jarmetancrilojarmemorirne!
Elgatoruñeruñeruñe.
Habianasombrasomadalafrentesaquequiere.
Sabrujasarpia.
Nonolapilalapilasadueñaolacasa.
Tucasaquecasa?
Nuncaiteniocasasoyunoculpasoyunoculpa.
Vanavenilosinserticidavanavenitevanapisa.
Tecrujifirantecharanlabasurayanotequierenilacucaracha.
Unantipurgaesoseriabuenregalolomasbonitosepueregala.
Unantipurgapalazorrabarata.
Lapielyanosestilayano.
Auraeslouesolosabe.
Notagastonto.
Paharitoladicholacontao.
Eresmaloeresmumalo.
Tevanatraecarbon.
Vasirlinfiernolacarderatucarboncharlelouesoarfuego.
Jodidafrigoleranosecallasecallemecomelonerviomecometoloco.
Yanometengocena.
Mequedaosincenao.
Tucurpasienpretucurpa.
Ruñemamonruñeruñetoquequieratasmuertotematao.
Trapoandrajoharapoguiñapo.
Dondesalelruñidorancartelatripaconlasuña.
Paraparamalnaciovasadespertalasfura!
Loueso!
Mentiraesmentirargoycace.
Firtronogoteanogoteafirtro.
Cerraronunajaulaperonabiaindimiso.
Cualsundelantepejismoseve.
Gatoruñenoparalomatoysigueruñendonoparanoparanunca.
Frigolerasesumalorquestayvengaydale.
Calleserietontoidiotapaqueveas.
Jodetibaila.
Mescondomagunrebullo.
Guifrosecomelasmigadesuelomicena.
Yanotengonanadena.
Nemueroperonomejan.
Nomejanimorirnenomejanenpaz.
Irosirostodos.
Fuerayanosquiero.
Jarmetancrilojarmemorirne!
Elgatoruñeruñeruñe.
Habianasombrasomadalafrentesaquequiere.
Sabrujasarpia.
Nonolapilalapilasadueñaolacasa.
Tucasaquecasa?
Nuncaiteniocasasoyunoculpasoyunoculpa.
Vanavenilosinserticidavanavenitevanapisa.
Tecrujifirantecharanlabasurayanotequierenilacucaracha.
Unantipurgaesoseriabuenregalolomasbonitosepueregala.
Unantipurgapalazorrabarata.
Lapielyanosestilayano.
Auraeslouesolosabe.
Notagastonto.
Paharitoladicholacontao.
Eresmaloeresmumalo.
Tevanatraecarbon.
Vasirlinfiernolacarderatucarboncharlelouesoarfuego.
Jodidafrigoleranosecallasecallemecomelonerviomecometoloco.
Yanometengocena.
Mequedaosincenao.
Tucurpasienpretucurpa.
Ruñemamonruñeruñetoquequieratasmuertotematao.
Trapoandrajoharapoguiñapo.
Dondesalelruñidorancartelatripaconlasuña.
Paraparamalnaciovasadespertalasfura!
pata-pan
Viajo en bus, cruzo la frontera (cuál?), llegamos a una pequeña ciudad con un cierto aire como portuario o algo así.
El bus se detiene y abre sus puertas, no encienden las luces interiores y eso me da un fastidio incómodo.
Ese rencor de al que le interrumpen en su desesperado intento por sumergirse en el sueño y que sin embargo ha pasado todo el trayecto en una duermevela desesperante y agotadora.
Esa frustración de agotar la oportunidad, el intento, sin haber tenido tiempo para lograr lo que ansiabas.
Esa rabia silenciosa del machacado que implora por llegar a destino cuanto antes pero que odia también que se termine el viaje.
Esa brusquedad repentina, abrupta y desconsiderada para con tu cuerpo, que se ha instalado en los ritmos propios del desplazamiento.
En esa sinfonía de presiones y zumbidos de la que de repente te ves privado y que te hace sentir como pez fuera del agua, como fuera de tu elemento.
Y ahora tendrás que soportar la inmisericorde descompresión, la dolorosa readaptación, la resaca pesada y aturdidora que te acompañará buena parte del día.
Me despabilo, entumecido y destemplado, con esa desazón de no estar ni despierto ni dormido. Me va calando el aire frío y húmedo de la mañana. Es temprano, de amanecida, hay una ligera niebla, grisácea y desapacible, muy a tono con mi estado de ánimo.
Los promotores (del viaje, supongo) se van riendo. Bajamos del bus. El conductor está esnifando coca en su asiento y tiene cara de pocos amigos. Se va encorvado, andando de forma siniestra. Deja el bus abierto, abandonado.
Hay un quiosco de prensa frente a un pequeño puesto de gominolas. Un crío se me acerca con mala cara y sin mediar palabra saca una navaja e intenta cortarme con ella. Salto espantado hacia atrás, tiro unas pocas gominolas del puesto. El crío se va por donde ha venido.
Le pido disculpas al tendero. Tranquilo, cada vez es más frecuente, dice. Aparece otra persona malencarada, me pongo en tensión pero pasa de largo, sin más ni más.
Si al menos hablaran. Su vehemencia y silencio es profundamente inquietante, desalmada, inhumana, heladora, demente, a poco que uno lo piense...
No llevo ni un minuto en este lugar y ya tengo el corazón en un puño y el ánimo encogido en extremo. Qué hago en un lugar como este? Qué he venido a hacer? Cómo voy a salir de aquí?
Me acerco al quiosco. Llega una mujer, gorda, mayor. Se queja de un dolor de cabeza espantoso, casi lo siento yo también.
Se tira al suelo y se pone a beber de un charco asqueroso, negro, pútrido, vomitivo.
No lo haga, le digo, y se cabrea terriblemente. El odio de su mirada me ensarta. Aparece su marido, se aproxima hacia mí.
Es un anciano pero su cuerpo se mantiene anormalmente joven, musculoso. Tiene una pierna carcomida, al aire, llena de poros huecos, como una barra de pan reseca, con algunas zonas mohosas de pelos negros. Tiene un brazo herido que supura pus amarillo.
Tropieza y cae sobre mí. Su contacto me llena de terror. Siento que me ha contagiado su horrible mal.
Es el aire malsano de la ciudad lo que nos vuelve locos, dice el del quiosco. Me alejo despavorido hacia sus calles.
El bus se detiene y abre sus puertas, no encienden las luces interiores y eso me da un fastidio incómodo.
Ese rencor de al que le interrumpen en su desesperado intento por sumergirse en el sueño y que sin embargo ha pasado todo el trayecto en una duermevela desesperante y agotadora.
Esa frustración de agotar la oportunidad, el intento, sin haber tenido tiempo para lograr lo que ansiabas.
Esa rabia silenciosa del machacado que implora por llegar a destino cuanto antes pero que odia también que se termine el viaje.
Esa brusquedad repentina, abrupta y desconsiderada para con tu cuerpo, que se ha instalado en los ritmos propios del desplazamiento.
En esa sinfonía de presiones y zumbidos de la que de repente te ves privado y que te hace sentir como pez fuera del agua, como fuera de tu elemento.
Y ahora tendrás que soportar la inmisericorde descompresión, la dolorosa readaptación, la resaca pesada y aturdidora que te acompañará buena parte del día.
Me despabilo, entumecido y destemplado, con esa desazón de no estar ni despierto ni dormido. Me va calando el aire frío y húmedo de la mañana. Es temprano, de amanecida, hay una ligera niebla, grisácea y desapacible, muy a tono con mi estado de ánimo.
Los promotores (del viaje, supongo) se van riendo. Bajamos del bus. El conductor está esnifando coca en su asiento y tiene cara de pocos amigos. Se va encorvado, andando de forma siniestra. Deja el bus abierto, abandonado.
Hay un quiosco de prensa frente a un pequeño puesto de gominolas. Un crío se me acerca con mala cara y sin mediar palabra saca una navaja e intenta cortarme con ella. Salto espantado hacia atrás, tiro unas pocas gominolas del puesto. El crío se va por donde ha venido.
Le pido disculpas al tendero. Tranquilo, cada vez es más frecuente, dice. Aparece otra persona malencarada, me pongo en tensión pero pasa de largo, sin más ni más.
Si al menos hablaran. Su vehemencia y silencio es profundamente inquietante, desalmada, inhumana, heladora, demente, a poco que uno lo piense...
No llevo ni un minuto en este lugar y ya tengo el corazón en un puño y el ánimo encogido en extremo. Qué hago en un lugar como este? Qué he venido a hacer? Cómo voy a salir de aquí?
Me acerco al quiosco. Llega una mujer, gorda, mayor. Se queja de un dolor de cabeza espantoso, casi lo siento yo también.
Se tira al suelo y se pone a beber de un charco asqueroso, negro, pútrido, vomitivo.
No lo haga, le digo, y se cabrea terriblemente. El odio de su mirada me ensarta. Aparece su marido, se aproxima hacia mí.
Es un anciano pero su cuerpo se mantiene anormalmente joven, musculoso. Tiene una pierna carcomida, al aire, llena de poros huecos, como una barra de pan reseca, con algunas zonas mohosas de pelos negros. Tiene un brazo herido que supura pus amarillo.
Tropieza y cae sobre mí. Su contacto me llena de terror. Siento que me ha contagiado su horrible mal.
Es el aire malsano de la ciudad lo que nos vuelve locos, dice el del quiosco. Me alejo despavorido hacia sus calles.
los miratechos
Había una vez un bebé que se estaba muy quieto muy quieto tumbado en su cuna, mirando al techo. Un día, bajó del ídem una araña, muy curiosona y bienmandada, que fue a aterrizar justo en la córnea de su ojito derecho.
El bebé ni se inmutó, la araña se estuvo paseando tan pancha y tan campante por ahí un rato y luego montó una tela entre las pestañas.
Algunos dicen que eso originó una serie de cortocircuitos encadenados en el hemisferio opuesto de su tierno cerebro, pero luego se vio que no, porque aparecieron más bebés hechizados como este.
El caso es que, sin comerlo ni beberlo, pasaba una cosa rara. Algunos bebés se quedaban embelesados mirando al techo y ya nunca se despertaban.
Algunos padres, por la preocupación, sufrían insomnio. Se pasaban la noche con los ojos abiertos, mirando al techo, tratando de descifrar aquel misterio. Muchos acababan cayendo en la misma extraña parálisis.
La sociedad estaba horrorizada, pensaban que se trataba de alguna enfermedad desconocida y contagiosa, una epidemia silenciosa. Así que los médicos tuvieron que tomar cartas en el asunto.
La verdad es que sí que había un número considerable de personas afectadas de esa nueva dolencia o lo que fuera. De cada cien personas una, y eso es mucho aunque no te lo creas.
Total, que les hicieron muchas pruebas y tal. Intentaron multitud de tratamientos diferentes, pero nada. Lo único que aprendieron es que era mejor no hacerles nada, porque a la que tocaban algo se les morían.
Lo curioso es cómo iba evolucionando esa enfermedad. Al principio era casi como una ligera autohipnosis. Si uno estaba al quite todavía se podía salir de ese estado. Pero luego el trance se iba haciendo más y más profundo rápidamente. Irreversible, sin remedio, sin solución.
Lo increíble es que todas las funciones corporales se adecuaban perfectamente a eso. Todo el organismo se ralentizaba enormemente. Tanto, que a simple vista parecían auténticos fallecidos. Pero no era el caso, pues sus cuerpos no se atrofiaban ni descomponían. Eran más bien como un cadáver incorrupto.
De hecho, su actividad cerebral era tan mínima, prácticamente inexistente, que a ciencia cierta era difícil definir su estado. No muertos no vivos, o algo así.
Habían calculado que, en esas condiciones, podían permanecer casi indefinidamente.
Fíjate, si alguien en coma es como si estuviera sumergido en una piscina, los miratechos es como si estuvieran en el fondo de una fosa abisal.
El caso es que nadie sabía qué hacer con ellos.
Decidieron reunirlos en los hospitales, para hacerles un seguimiento y tal. Crearon un ala específica para ellos.
Y presentaban un panorama ciertamente tétrico. Casi parecía un museo de momias, solo que con los ojos abiertos y mirando al techo.
Hay que decir que enseguida detectaron una curiosa particularidad. Todos tenían los mismos síntomas, claro está, pero la mirada era diferente en cada caso.
Unos la tenían perdida, otros vacía, otros alienada, otros alucinada y, en otros casos, brillaba con la intensidad de la más alta inteligencia.
Esta última modalidad es la que más interés suscitó, sin embargo, no lograron desentrañar ni una pizca de su secreto.
El seguimiento se hacía a través de cámaras y medidores.
Lo malo es que la frecuencia de sus constantes era tan espaciada, tan imperceptible, que los investigadores se desesperaban, pasaban meses y meses y nada. Muchos enloquecían o se suicidaban ante tan ingrata tarea.
Al final los doctores se cansaron de este absurdo y se olvidaron del caso. Condenaron los accesos al ala de embelesados y a otra cosa mariposa.
Pasó el tiempo, mucho tiempo, y ya nadie se acordaba de los miratechos.
Hubo guerras, hubo cambios, pasaron las generaciones, cambiaron las civilizaciones, la sociedad se organizó de diferentes maneras, las naciones se unían y se separaban, los sistemas nacían y morían, etc.
Mientras tanto, los miratechos contemplaban las tinieblas, las techumbres, descoloridas, acartonadas, que se agrietaban, abombaban, amenazaban ruina.
Muchos murieron aplastados bajo los escombros, muchos otros no tuvieron esa suerte.
Así, un día, sin querer, por casualidad, casualmente, casualidosamente, como dicen los de allende, alguien se encontró un miratechos, y luego otro, y otro más, hasta que descubrieron todos los que quedaban.
La gente estaba fascinada, se creían que eran faraones egipcios o algo así, supervivientes milagrosos de la más remota antigüedad.
Cuando pasó la novedad, se dieron cuenta de que no sabían qué hacer con ellos, pues tenían otros problemas mucho más serios que atender. Así que los dejaron en las plazas públicas, a disposición de quien los quisiera para algo.
La gente adinerada no tardó en hacerse con unos cuantos, para usarlos como distinción esnob y sofisticado adorno.
Los científicos también pillaron unos cuantos para sus experimentos. Llegaron a mandar alguno a la luna, para ver cómo reaccionaba, se adaptaba y eso. Naturalmente los miratechos explotaban como ranas en un microondas, qué otra cosa se podía esperar.
También tuvieron la ocurrencia de mandar alguno en una nave espacial, para explorar el espacio infinito o algo, pero cuando perdieron la señal de contacto ya abandonaron el proyecto.
Aunque, de todas todas, los que más miratechos cogieron fueron los artistas, fíjate tú.
Habían encontrado un filón con ellos. Los tuneaban y maqueaban que daba gusto.
Otros se atrevían con obras más osadas.
Uno construyó una cama de palillos, en la que descansaba un miratechos y sobre la que reposaba una enorme piedra. Claro, hubo un pequeño terremoto y la roca acabó aplastando al miratechos.
El artista fue simbólicamente amonestado, pero la justicia no quiso considerar el suceso como homicidio imprudente.
Eso sentó precedente y los artistas vieron claro que tenían carta blanca para hacer lo que les diera la gana con los miratechos.
A partir de ese punto las monstruosidades fueron la norma. Les hacían las mil y una diabluras, y luego lo justificaban con algún título rimbombante o con argumentos conceptuales incomprensibles y superpedantes.
Por aquel entonces hacía furor el arte deconstruido y tal, así que imagínate la que montaron.
Un sinsentido de proporciones astronómicas.
Hablando de astronomía, los astrónomos también habían adquirido una curiosa superstición. Se aficionaron a tener un miratechos a la entrada de los observatorios, y había que rozarles la naricilla al entrar. Así les daban suerte, decían.
En fin, sea como fuere, entre unos y otros, en un periquete terminaron con el último miratechos, y así concluyó su historia, y ya no hay más que decir al prospecto.
Moraleja: Eh... si bebes no conduzcas, o yo qué me sé, tío. A mí que me registren. No te fastidia este, moraleja dice, tócate las narices. Anda y que te ondulen...
El bebé ni se inmutó, la araña se estuvo paseando tan pancha y tan campante por ahí un rato y luego montó una tela entre las pestañas.
Algunos dicen que eso originó una serie de cortocircuitos encadenados en el hemisferio opuesto de su tierno cerebro, pero luego se vio que no, porque aparecieron más bebés hechizados como este.
El caso es que, sin comerlo ni beberlo, pasaba una cosa rara. Algunos bebés se quedaban embelesados mirando al techo y ya nunca se despertaban.
Algunos padres, por la preocupación, sufrían insomnio. Se pasaban la noche con los ojos abiertos, mirando al techo, tratando de descifrar aquel misterio. Muchos acababan cayendo en la misma extraña parálisis.
La sociedad estaba horrorizada, pensaban que se trataba de alguna enfermedad desconocida y contagiosa, una epidemia silenciosa. Así que los médicos tuvieron que tomar cartas en el asunto.
La verdad es que sí que había un número considerable de personas afectadas de esa nueva dolencia o lo que fuera. De cada cien personas una, y eso es mucho aunque no te lo creas.
Total, que les hicieron muchas pruebas y tal. Intentaron multitud de tratamientos diferentes, pero nada. Lo único que aprendieron es que era mejor no hacerles nada, porque a la que tocaban algo se les morían.
Lo curioso es cómo iba evolucionando esa enfermedad. Al principio era casi como una ligera autohipnosis. Si uno estaba al quite todavía se podía salir de ese estado. Pero luego el trance se iba haciendo más y más profundo rápidamente. Irreversible, sin remedio, sin solución.
Lo increíble es que todas las funciones corporales se adecuaban perfectamente a eso. Todo el organismo se ralentizaba enormemente. Tanto, que a simple vista parecían auténticos fallecidos. Pero no era el caso, pues sus cuerpos no se atrofiaban ni descomponían. Eran más bien como un cadáver incorrupto.
De hecho, su actividad cerebral era tan mínima, prácticamente inexistente, que a ciencia cierta era difícil definir su estado. No muertos no vivos, o algo así.
Habían calculado que, en esas condiciones, podían permanecer casi indefinidamente.
Fíjate, si alguien en coma es como si estuviera sumergido en una piscina, los miratechos es como si estuvieran en el fondo de una fosa abisal.
El caso es que nadie sabía qué hacer con ellos.
Decidieron reunirlos en los hospitales, para hacerles un seguimiento y tal. Crearon un ala específica para ellos.
Y presentaban un panorama ciertamente tétrico. Casi parecía un museo de momias, solo que con los ojos abiertos y mirando al techo.
Hay que decir que enseguida detectaron una curiosa particularidad. Todos tenían los mismos síntomas, claro está, pero la mirada era diferente en cada caso.
Unos la tenían perdida, otros vacía, otros alienada, otros alucinada y, en otros casos, brillaba con la intensidad de la más alta inteligencia.
Esta última modalidad es la que más interés suscitó, sin embargo, no lograron desentrañar ni una pizca de su secreto.
El seguimiento se hacía a través de cámaras y medidores.
Lo malo es que la frecuencia de sus constantes era tan espaciada, tan imperceptible, que los investigadores se desesperaban, pasaban meses y meses y nada. Muchos enloquecían o se suicidaban ante tan ingrata tarea.
Al final los doctores se cansaron de este absurdo y se olvidaron del caso. Condenaron los accesos al ala de embelesados y a otra cosa mariposa.
Pasó el tiempo, mucho tiempo, y ya nadie se acordaba de los miratechos.
Hubo guerras, hubo cambios, pasaron las generaciones, cambiaron las civilizaciones, la sociedad se organizó de diferentes maneras, las naciones se unían y se separaban, los sistemas nacían y morían, etc.
Mientras tanto, los miratechos contemplaban las tinieblas, las techumbres, descoloridas, acartonadas, que se agrietaban, abombaban, amenazaban ruina.
Muchos murieron aplastados bajo los escombros, muchos otros no tuvieron esa suerte.
Así, un día, sin querer, por casualidad, casualmente, casualidosamente, como dicen los de allende, alguien se encontró un miratechos, y luego otro, y otro más, hasta que descubrieron todos los que quedaban.
La gente estaba fascinada, se creían que eran faraones egipcios o algo así, supervivientes milagrosos de la más remota antigüedad.
Cuando pasó la novedad, se dieron cuenta de que no sabían qué hacer con ellos, pues tenían otros problemas mucho más serios que atender. Así que los dejaron en las plazas públicas, a disposición de quien los quisiera para algo.
La gente adinerada no tardó en hacerse con unos cuantos, para usarlos como distinción esnob y sofisticado adorno.
Los científicos también pillaron unos cuantos para sus experimentos. Llegaron a mandar alguno a la luna, para ver cómo reaccionaba, se adaptaba y eso. Naturalmente los miratechos explotaban como ranas en un microondas, qué otra cosa se podía esperar.
También tuvieron la ocurrencia de mandar alguno en una nave espacial, para explorar el espacio infinito o algo, pero cuando perdieron la señal de contacto ya abandonaron el proyecto.
Aunque, de todas todas, los que más miratechos cogieron fueron los artistas, fíjate tú.
Habían encontrado un filón con ellos. Los tuneaban y maqueaban que daba gusto.
Otros se atrevían con obras más osadas.
Uno construyó una cama de palillos, en la que descansaba un miratechos y sobre la que reposaba una enorme piedra. Claro, hubo un pequeño terremoto y la roca acabó aplastando al miratechos.
El artista fue simbólicamente amonestado, pero la justicia no quiso considerar el suceso como homicidio imprudente.
Eso sentó precedente y los artistas vieron claro que tenían carta blanca para hacer lo que les diera la gana con los miratechos.
A partir de ese punto las monstruosidades fueron la norma. Les hacían las mil y una diabluras, y luego lo justificaban con algún título rimbombante o con argumentos conceptuales incomprensibles y superpedantes.
Por aquel entonces hacía furor el arte deconstruido y tal, así que imagínate la que montaron.
Un sinsentido de proporciones astronómicas.
Hablando de astronomía, los astrónomos también habían adquirido una curiosa superstición. Se aficionaron a tener un miratechos a la entrada de los observatorios, y había que rozarles la naricilla al entrar. Así les daban suerte, decían.
En fin, sea como fuere, entre unos y otros, en un periquete terminaron con el último miratechos, y así concluyó su historia, y ya no hay más que decir al prospecto.
Moraleja: Eh... si bebes no conduzcas, o yo qué me sé, tío. A mí que me registren. No te fastidia este, moraleja dice, tócate las narices. Anda y que te ondulen...
31 de octubre de 2010
una postal de Carmina
Lee la mía en su blog (http://cronicasdesde.blogspot.com/2010/11/postales-que-traen-de-nuevo-la-vida.html).
era de mentiras
Yo mabia morido pero era de mentiras,
pero mis papas se labian creido,
y man metido nuna tunba,
ya ora no poedo salir,
y tengo miedo,
porque esta,
oscuro.
Jolin, no se pa que juego con ellos.
pero mis papas se labian creido,
y man metido nuna tunba,
ya ora no poedo salir,
y tengo miedo,
porque esta,
oscuro.
Jolin, no se pa que juego con ellos.
mudanza
Me cambio de piso, mis amigos me ayudan a trasladar mis cosas. Tengo un par de colchones y algunas plantas. Cuesta un poco moverse por la calle con todo esto.
Llegamos a un barrio más antiguo, zona empobrecida. Hay algunos jóvenes de aspecto no muy fiable. Chulescos, problemáticos, conflictivos, territoriales. Nos ponen a prueba, sobre aviso, con su forma de hablar. Dejan claro que ellos mandan en ese barrio. Nos indican que tenemos que hablar con el líder de su banda, el dueño del barrio, y obtener su permiso para poder instalarnos aquí.
Vamos hacia una doble puerta metálica, de garaje. Nos abre el supuesto líder, que es muy parecido a mí. Misma edad, etc... Casi parece mi gemelo, aunque tiene la cara algo diferente.
Nos invita a pasar, sonriendo. Dentro se extiende un valle inmenso, verde, sencillo, inocente, puro. De colores vivos, limpios, radiantes.
Las suaves colinas se pierden en el horizonte, Árboles y arbustos salpican el paraje, una pequeña casa descansa, hermosa y tranquila a un lado. No faltan algunas flores y sus bellos toques de color. Todo respira un aire de asombrosa armonía.
Inunda la escena una luminosidad perfecta, sublime, sin igual. Los detalles de cada brizna de hierba se aprecian con total nitidez, con el contraste y la precisión exactos, en maravilloso equilibrio. La lejanía se difumina en la blancura de la claridad. El conjunto transmite una poderosa sensación de expansividad, que impresiona y estimula de una forma muy intensa, refrescante, deliciosa. La vista queda saciada y extasiada ante semejante panorama. Es una verdadera sinfonía celestial. Una gloriosa bendición vital. Un inesperado paraíso natural.
Por increíble que parezca, si uno se fija bien, todo ese fantástico paisaje está contenido dentro de la enorme estancia. Se pueden apreciar ligeramente, a lo lejos, las sutiles líneas de las paredes y el techo. Además las nubes proyectan discretamente su sombra por encima de ellas, sobre el techo.
Tras esta demostración de grandeza y poder, el tipo, sin mediar palabra, me ataca con un pincho grande, su bastón, de acero, con punta afilada. Intenta ensartarme, matarme. Me defiendo, luchamos. Le quito el punzón y le atravieso con él.
Muere.
Pero luego despierta, vuelve a la vida. Es inmortal.
Seguimos luchando. Cada vez me cuesta más hacerle perder el conocimiento. Me voy cansando, aunque me siento fuerte, capaz de dominarlo. Lo mato innumerables veces, hasta que queda inmovilizado, agotado.
Tardará un rato en recuperarse, he conseguido que sangre un poco, su sangre es verde.
Me dirijo hacia su casa.
Llegamos a un barrio más antiguo, zona empobrecida. Hay algunos jóvenes de aspecto no muy fiable. Chulescos, problemáticos, conflictivos, territoriales. Nos ponen a prueba, sobre aviso, con su forma de hablar. Dejan claro que ellos mandan en ese barrio. Nos indican que tenemos que hablar con el líder de su banda, el dueño del barrio, y obtener su permiso para poder instalarnos aquí.
Vamos hacia una doble puerta metálica, de garaje. Nos abre el supuesto líder, que es muy parecido a mí. Misma edad, etc... Casi parece mi gemelo, aunque tiene la cara algo diferente.
Nos invita a pasar, sonriendo. Dentro se extiende un valle inmenso, verde, sencillo, inocente, puro. De colores vivos, limpios, radiantes.
Las suaves colinas se pierden en el horizonte, Árboles y arbustos salpican el paraje, una pequeña casa descansa, hermosa y tranquila a un lado. No faltan algunas flores y sus bellos toques de color. Todo respira un aire de asombrosa armonía.
Inunda la escena una luminosidad perfecta, sublime, sin igual. Los detalles de cada brizna de hierba se aprecian con total nitidez, con el contraste y la precisión exactos, en maravilloso equilibrio. La lejanía se difumina en la blancura de la claridad. El conjunto transmite una poderosa sensación de expansividad, que impresiona y estimula de una forma muy intensa, refrescante, deliciosa. La vista queda saciada y extasiada ante semejante panorama. Es una verdadera sinfonía celestial. Una gloriosa bendición vital. Un inesperado paraíso natural.
Por increíble que parezca, si uno se fija bien, todo ese fantástico paisaje está contenido dentro de la enorme estancia. Se pueden apreciar ligeramente, a lo lejos, las sutiles líneas de las paredes y el techo. Además las nubes proyectan discretamente su sombra por encima de ellas, sobre el techo.
Tras esta demostración de grandeza y poder, el tipo, sin mediar palabra, me ataca con un pincho grande, su bastón, de acero, con punta afilada. Intenta ensartarme, matarme. Me defiendo, luchamos. Le quito el punzón y le atravieso con él.
Muere.
Pero luego despierta, vuelve a la vida. Es inmortal.
Seguimos luchando. Cada vez me cuesta más hacerle perder el conocimiento. Me voy cansando, aunque me siento fuerte, capaz de dominarlo. Lo mato innumerables veces, hasta que queda inmovilizado, agotado.
Tardará un rato en recuperarse, he conseguido que sangre un poco, su sangre es verde.
Me dirijo hacia su casa.
los duendes atómicos
La cuestión religiosa. Ahora me surgen al respecto algunas reflexiones que quiero compartir.
Qué podemos decir sobre la fe? Sabemos realmente lo que es o cómo funciona?
Está claro que no es asunto sencillo.
Básicamente, como en todo, se dan dos extremos, los que rechazan completamente su validez y los que confían generosamente en ella.
El problema es el juicio que se deriva de posicionarse en cualquier extremo. El conflicto es de sobra conocido. Los radicales pierden de vista muchas cosas y confunden sus creencias con la realidad.
En verdad, el mayor inconveniente es cuando uno se cierra a la opción opuesta. Por muy inclinado hacia un lado que uno esté, si se contempla al mismo tiempo lo otro, entonces se puede encontrar un cierto equilibrio, pues la vida nos irá dando muestras de cosas a pulir y cosas a compensar, poco a poco.
Lo triste es cuando uno abraza una postura como contraposición a la otra. El fanatismo se sustenta en esa radicalidad intolerante, excluyente. El inmaduro se define en función a esa hostilidad manifiesta, su identidad se refuerza mediante su propia segregación.
Cuando se quieren forzar las cosas se logra justo lo contrario. Cuando un extremo se olvida de su complemento y se cree dueño y señor de todo por sí solo, entonces cae en los malos hábitos. Entonces la gente reacciona, mal que bien.
Según la madurez, cada cual asimila y se adapta de una manera u otra a la situación. La peor parte se la llevan los acomodados. Mucha gente, con tal de no pensar por sí misma y revisar sus creencias, preferirá someterse y soportar los abusos, el trato inadecuado. Al fin y al cabo siempre es más fácil culpar a los demás que asumir la responsabilidad propia.
Así que, unos fluyen, otros rectifican, otros flexibilizan sus criterios, otros aprenden, otros maduran, otros despiertan y ven las cosas con mayor perspectiva y claridad, otros se obcecan, otros se empeñan, otros siguen imperturbables por su raíl, otros se atrincheran en sus posturas, otros maldicen y reniegan, pero no hacen nada, y otros se rebotan.
Los rebotados son un caso interesante. Son los que cambian de un extremo al otro de mala manera. La fijación maniática, el odio, hacia la posición abandonada nos habla de expectativas traicionadas, incumplidas. El pobre rebotado no comprende, no se da cuenta de que el desengaño es consecuencia de un equívoco, que su prejuicio le ha jugado una mala pasada y que no ha llegado a entender la verdadera naturaleza de cada posición.
El rechazo es señal de ignorancia. Quien explora y se da permiso para conocer verdaderamente ambas opciones, encuentra su validez y pertinencia. Sólo el necio se embarca en la cruzada de tratar de eliminar una mitad de una polaridad. Cosa que supone un tremendo esfuerzo para nada. No es así como se resuelve la ecuación.
Optar por el camino separativo supone continuo tormento y desgaste. Vivir en conflicto se hace pesado e ingrato. Así y todo, muchos transitan por esas vías, en busca de la lucidez y autoestima suficientes para salir de ahí.
La vida es un misterio que nos supera claramente, al menos por ahora. La teoría materialista-mecanicista, que descarta todo lo místico y espiritual, es pobre y apenas sostenible. No es sino una explicación simplista para contentar a los acomodadizos en su desidia. Todo aquel que profundiza verdaderamente en el estudio de la vida y tal, no puede sino maravillarse ante tan ENORME grado de sofisticación, complejidad y perfección. Decir que todo eso se ha producido por sí mismo, por 'casualidad', por mero caos 'natural', es poco menos que arriesgado, precipitado, incauto.
Si observamos pues tal complejidad, con mayor prudencia y consideración, podemos abrirnos a posibilidades menos aparentes, que impliquen más cosas que la simple materia que vemos. Entonces tenemos nuevas dimensiones para explorar. A ese lado intangible se ha dado en llamarlo espiritual o metafísico. Si apenas alcanzamos para conocer lo material mucho menos nos es desentrañable eso otro.
Sin embargo, que no sepamos descifrarlo no significa que no podamos acceder a ello o participar, de algún modo. Ahí entran las religiones.
La clave, creo yo, para poder asimilar mínimamente estas cosas tan escurridizas y evanescentes, consiste en saber integrar todos los aspectos que conocemos. Fusionar, relacionar. El pensamiento lineal y excluyente sólo sirve para descomponer elementos. Pero, para un verdadero aprendizaje, igual que eso hay que saber hacer lo contrario.
Materia y espíritu. Si las entendemos como cosas independientes y separadas, mal. Entonces ya hemos terminado, ya no se puede avanzar más. Por un lado tenemos lo conocido, por otro lado tenemos una hipotética supuesta cosa indefinible que no sabemos ni lo que es ni para qué sirve. La conclusión es sencilla: Me dejo de cuentos y me centro en lo que conozco, lo que me interesa, lo que me creo que controlo y domino.
Materia y espíritu, cuando las vemos como partes de un mismo orden o conjunto, entonces la cosa cambia. Entonces no podemos desentendernos, no podemos autoengañarnos y ningunear o prescindir de ese campo desconocido. El reto está en cómo trabajar con eso.
Dada su naturaleza, el espíritu no se deja desentrañar ni desmenuzar tan fácilmente como la materia. De hecho podría decirse que no nos da esa opción en absoluto. Así que precisa de una implicación-involucración personal, íntima, ineludible. Aquí no hay asepsia ni objetividad (cosa que, ya puestos, tampoco la hay con la materia, aunque creamos que sí). Incluso, se da una especie de prevalencia. El espíritu no sólo requiere una adaptación a sus reglas, a su elemento, por así decirlo, sino que encima te lleva por donde él quiere, más o menos.
Esto nos invita a no confiarnos en exceso, demasiado ciegamente. Hay maneras y maneras de creer. Observando algunas características de lo místico y tal, a uno le surgen ciertas cautelas.
Qué pasa con la bondad extrema? Parecería que cuando una persona entrega toda su voluntad en beneficio de lo espiritual o divino, recibe a cambio duras pruebas. La típica santa abnegada que recibe con suprema sumisión tremendas dificultades en su vida. Bonita recompensa. Quieres crecer? Pues toma, más vale que sobre que no que falte, jeje.
El típico caso que sufre terribles enfermedades y aun así no desfallece en su fe. Casi parece que cuanto más se le quita más resplandece su bondad. Y luego recibe algunos milagros, señales, mensajes celestiales, atisbos del más allá y cosas por el estilo.
Qué clase de juego es ese?
Cómo habría que leer los acontecimientos? La bondad es consecuencia de la enfermedad? La enfermedad es consecuencia de la bondad? El conformismo es signo de extraordinaria madurez o es señal de sencillez y limitación? Cuál es el desencadenante? Qué condición deriva en qué otra? Quién da el primer paso?
Es el cielo el que dispone los elementos para que nazca en la sujeto esa fe propicia? Es la sujeto la que atrae al cielo con su fe? Es la fe la que llama tanto a lo bueno como a lo malo? Tanto a lo divino como a las dificultades? Puede alcanzarse lo elevado sin necesidad de pasar por semejante prueba?
Hay casos y casos, diría yo. A veces da la impresión de que la iniciativa nace de las altas esferas. Por ejemplo en las apariciones marianas. Cuál es el objeto de una aparición semejante? Parece buscar una cierta respuesta humana, parece propiciar e incentivar una dedicación, un culto, despertar el lado espiritual, implicar y activar a la sociedad en ese respecto.
Por qué se busca esto? A qué o quién sirve esto? Las maneras no están nada claras. A menudo se juega con la incultura de los implicados. La aparición juega a los secretitos, hace profecías que son a la vez promesa y amenaza. Establece, o lo intenta, su entramado, su sistema.
Hasta qué punto se puede confiar en algo así? No hay manera de comprobar la veracidad ni la realidad de lo espiritual. Cómo sabemos que un ente es quien dice ser? De todas formas, cuánto conocemos de dichas personalidades? Poco o nada. María puede ser un arquetipo, una construcción humana que intenta contener o dar forma a algo que nos es desconocido. La apariencia con que se presenta podemos entenderla como una simplificación, como una adecuación. Es la manera en que eso llega a nosotros, nos es accesible, por así decirlo.
Esta manera de ponerse a nuestro nivel, de hacerse visible a nuestros ojos, de quién es obra?
Quien rechaza la fe dice: Todo lo paranormal es producto de la mente humana.
Esa idea mola, de verdad te lo digo.
Tendríamos que estar estudiando seriamente esa posibilidad.
Si de verdad la mente humana tiene esa capacidad, entonces es importante que seamos conscientes de ello y que sepamos darle un buen uso.
Pero, cómo se podría comprobar algo así?
Veamos, según esa teoría, la mística sería creación humana, todo lo metafísico sería mito, leyenda, cuento, figura retórica, artificio, invento. Las personalidades celestiales serían personajes, figurantes, creados ex profeso para desempeñar su papel. Y el ser humano tendría el gusto, la afición o la necesidad de ir elaborando continuamente estas diferentes cosmogonías, a modo de explicación contentante de lo desconocido.
Lo alucinante es la aparente interacción alcanzada. Apariciones, milagros y tal, son un espejismo? o son reales a su manera?
Hasta qué punto el hombre es capaz de sostener una fábula dándole visos de credibilidad, o dotándola incluso de vida y presencia?
Si ese folclore fuese superfluo, entonces sería notable el empeño y la continuidad alcanzados. Qué relevancia tendría cultivar una ficción? Qué podría contener para encontrar un eco positivo en tanta gente?
Cómo se crea algo así? Quién es el genio que un buen día dice: Voy a inventarme una historia para que la humanidad gaste su tiempo y energía en adorar una idea hueca.
Obviamente la cosa no funciona así.
En todo caso sería como un magma, emanado del subconsciente colectivo, al que cada cultura le daría forma expresándolo con sus propias palabras y figuras.
Tal vez somos el centro y foco de un poder inmenso, tal vez nos es dado articularlo de algún modo, o tal vez no. Somos los dueños y señores de la vida? O es la vida la que nos señorea? Sea como sea, la religión está ahí, forma parte de nosotros y tiene un papel considerable. Acaso sea prescindible y accesoria? Acaso lo superficial y caprichoso perdura en el tiempo? Podemos reciclar las instituciones, pulir las creencias, reformular los ritos, cuestionárnoslo todo, replantearnos su naturaleza, origen y pertinencia. Pero, la esencia seguirá ahí, por siempre.
Es absolutamente ineludible, matemático, conceptualmente inevitable. No hay blanco sin negro, no hay aquí sin allí, etc. El empeño en querer renegar o deshacernos de algo así nos conduce a la propia desintegración. La vida tendría que dejar de ser vida, el ser tendría que dejar de ser para poder alcanzar ese objetivo. Así, nos iremos cortando en pedazos, cachito a cachito, tratando de escapar de un imposible. Huída sin esperanza de éxito.
Parecería más sensato y recomendable asumir con normalidad esa presencia. Incluso podemos tratar de afrontar su naturaleza con ecuanimidad y sosiego. Tanto como para adentrarnos sin mayor problema en sus misterios. Lo mismo sean propios o ajenos.
Es el ser humano autor directo o indirecto de su mística? Puede el hombre conformar un mito tan constante e indisoluble? Tiene la mente humana el poder de ordenar la realidad conforme a sus preferencias y criterios? O sólo confundimos nuestros filtros con lo que tenemos por real? Hemos creado a Dios? Hemos matado a Dios? Hemos dejado de ver a Dios? Hemos maquillado la realidad? Estamos jugando al escondite? Nos hemos quedado ciegos? Tenemos los ojos abiertos?
Cómo sería el intentar comprobar esto? Si miramos al pasado encontramos rastros e indicios, pero aun así. Lo más que lograríamos sería elaborar nuestra propia versión-suposición al respecto. Parecería más idóneo intentar un experimento vivo. Tratar de dar a luz a una cosmogonía que superara y reemplazara a la actual. Aunque, oye, que igual es eso lo que trata de hacer la ciencia en realidad y no nos hemos dao cuenta, jeje.
Sería interesante contemplar un futuro próximo, donde la sociedad hubiera abrazado una creencia diferente, donde las apariciones fueran de Duendes Atómicos, y los milagros y los rituales respondieran a otros criterios.
Pero, seguramente, para entonces, habríamos olvidado el cambio realizado. O, tal vez, las nuevas formas serían irrelevantes en sí mismas. Tal vez la constante de fondo sea lo verdaderamente importante. O sin el tal vez, directamente.
Cuando la ficción pervive se puede decir que lo hace en virtud a que, de alguna manera, logra reflejar, contener o apuntar hacia algo verdadero. Dado nuestro, bastante lamentable, grado de desarrollo y madurez, nos es aún incierto y confuso el aproximarnos y considerar esas cuestiones de naturaleza tan etérea.
Cada cultura trata de acceder y asimilar en parte algo de eso, esa esencia inmaterial, espiritual, inaprensible, con sus propios medios, desarrollando vías de aproximación más o menos practicables o aparatosas. Entonces, si nos quedamos sólo con las apariencias, con las diferencias, nos estamos perdiendo en lo accesorio. Es el centro común lo que buscamos, la base, la raíz inequívoca, inconfundible, inexpresable, donde residiría lo virtual-ignoto, podemos decir.
Eso en el supuesto de que sea cosa de nuestra mente. Qué pasa si hay algo más ahí? Qué pasa si realmente no estamos solos y participamos de algo mayor? Igualmente tenemos mucho por aprender.
Entonces ese fondo último tendría un papel importante, ya no sería un elemento pasivo, producto indirecto de nuestro existir, sino todo lo contrario. Si así fuera, las implicaciones derivadas serían considerables. Lo vital supremo buscaría participar y reconocerse cada vez más en nosotros. Que estaríamos invitados y animados a crecer en ese sentido. A colaborar y tratar de entendernos en armonía con semejante especie de entidad-o-lo-que-sea abstracta o incalificable o inclasificable, reto apasionante de posibilidades inimaginables.
Aventurar suposiciones en este sentido no es fácil, porque carecemos de la óptica adecuada como para vislumbrar mínimamente la motivación, naturaleza y propiedades de lo suprahumano. La posible interacción, cómo se plantea? Se trata de una especie de simbiosis? Es asimétrica? Qué supone para las partes implicadas? Cómo se comunican, traducen, transforman y expresan entre sí? Hasta qué punto se funden los límites, si es que hay límites? Etc.
Incluso podemos hacer una mezcla entre ambas opciones, compatibilizar algunos detalles. Puede ser que el espíritu se preste a una cierta envoltura, aunque su esencia sea siempre la misma. Un poco como el genio de la lámpara. Que quieres que se te presente como María? Pues toma, ahí la tienes.
Entonces, lo espiritual desconocido puede tener una composición múltiple, por un lado estaría lo personal, por otro lo transpersonal o suprapersonal y quién sabe qué más cosas. Si no nos damos cuenta podemos confundirnos, podemos proyectar deseos subconscientes o hacer atribuciones erróneas, o caer en engaños contraproducentes.
Otra forma de intentar ver esto es considerar el todo como un ser vivo, donde materia y espíritu se conectan y vinculan de forma orgánica, ordenada, funcional. Más aún, materia y espíritu son una misma cosa con diferentes ámbitos de manifestación, con sus particulares peculiaridades, pero intrínsecamente indisociables.
Cuando una persona manifiesta un deseo de completa entrega para con lo divino, esto no deja de ser advertido y atendido por esa otra parte. Entonces, acorde a esa voluntad, la persona recibe material para su crecimiento, es 'colocada' donde mejor cumpla su cometido.
Si una célula de tu cuerpo expresa tal vocación, tu cuerpo la coge y la convierte, por ejemplo, en poro purulento, a través del cual liberar toxinas, para beneficio del conjunto. Y todos tan contentos.
Moraleja, calibra bien tus propósitos.
Para crecer en espíritu hay que saber sintonizar con ese lado. Las distracciones son un serio obstáculo. Tal vez para ayudar a eso, el cielo proporciona generosamente todas las privaciones que uno desee para poder centrarse en lo inmaterial.
O igual es al revés, quién sabe.
El caso es que, la persona que encuentra la manera de centrarse en lo espiritual, es como un láser, un foco de luz muy poderoso pero que solo abarca un punto muy concreto de todo lo que hay.
Por esto, el ejemplo de la santidad puede ser muy inspirador y aleccionador en relación con el espíritu y temas vinculados, pero nada más (que no es poco, claro está).
La pena es que luego, esa honda espiritualidad, a menudo se traduce pobremente para con el resto de la vida. Combustible desprovisto de aplicación eficiente. Aunque no tiene por qué ser así siempre, desde luego.
Sin embargo, el gran desequilibrio de los extremos también ha de servirnos de advertencia. La ambición, por muy loable y elevada que sea, se paga. Y quien busca la gloria celestial encuentra la horma de su zapato. Hasta qué punto el mártir es admirable? Hasta qué punto enmascara un cierto egoísmo solapado o una inmadurez insultantes?
Es ético que un ser humano se lleve a límites inhumanos movido por su afán místico? La libertad es clave y el amor también, lo complicado es su combinación, su coordinación. Deberíamos prestar más atención a cada gesto, a todo lo que hacemos, a sus repercusiones y significados. Saber estar en cada situación sin caer en comportamientos absurdos. Hasta qué punto el dolor es válido como vía de crecimiento? No sería mejor aprender a conducirse con tal mesura como para nunca tener que experimentarlo? Al final todo consiste en cómo, y en qué, aplica uno su atención. Algunos optan por hurgar en el sufrimiento, otros se centran por caminos menos tormentosos. Sirve de algo compararlos? Cada uno habrá de ver qué decisiones toma y adónde llega con ellas.
La vida no es un concurso grotesco, y hay récords que no merecerían opción a reconocimiento. Así que deberíamos procurar algo al respecto. La madurez implica respeto y responsabilidad. Basta con cuidar cada acción, observando claramente todo. Si el cielo quiere manifestarse, ya buscará otros medios adecuados. Eso de servirse de vegetales vivientes, niñas ingenuas, pobres ciegos, etc. como que no. El que quiera destacar o propiciar milagros que busque otra vía. Bastante circo tenemos ya montado.
La humanidad precisa desarrollar una mayor voluntad y atención sobre muchas cuestiones y aspectos, para poder crecer en espíritu y armonía. Cuando asumamos ese tacto, esa sensibilidad, prudencia y conciencia para con todo lo que nos rodea, entonces, claramente, no habrá necesidad de tan terribles sacrificios por parte de unos ni tan espantosos horrores por parte de otros.
Visto así, la santidad es casi una patología, una aberración a superar, en nada diferente a todo lo demás que nos toca y atañe.
Buena parte del problema es cultural, la etiqueta de santo es invento humano y a través de ella destacamos y distinguimos ciertas características y rasgos en unas proporciones anómalas. Hacer de la excepción ejemplo a lo mejor no sea tan buena idea. Tal vez de ello se derivan muchas asunciones equívocas.
No quiere decir esto que los valores que encarnan o representan son incorrectos, pero sí incompletos por sí solos. La muestra ideal se ha de conformar observando infinidad de ejemplos y no sólo los más notorios y extremos.
Luego, de los supuestos mensajes celestiales tampoco te puedes fiar del todo. No siempre parecen jugar limpio. Profecías absurdas, sucesos que nunca tienen lugar, ambigüedades, oscuridad.
No se da un aporte significativo de información. Se busca dirigir sin enseñar, como a un rebaño dócil. Aunque igual la responsabilidad última de esto no es del espíritu sino nuestra únicamente. Me explico: Cada sensibilidad produce unos resultados. La bondad-inocencia-santidad cristaliza en el culto más sencillo y directo. En una red piadosa. En la ayuda más elemental a los más desfavorecidos. Al mismo tiempo la inmadurez es peligrosa manejando según que informaciones delicadas. Sería como darle a un niño una pistola.
Esa piedad bondadosa cubre un estrato básico, pero hay que ir mucho más allá. La compasión rudimentaria se conforma con servir a los necesitados. La típica sensiblería carente de perspectiva que no conduce a soluciones más duraderas, demasiado simplista y cortoplacista. Bien está que eso se haga, pero sin perder de vista todo lo demás.
La beatitud por sí sola no basta. Cuando una aparición motiva únicamente esto, mala cosa. Hace dudar de su autenticidad, o al menos de la autenticidad de sus propósitos.
Tal vez nos estamos quedando cortos entendiendo todo el fenómeno, tal vez el fenómeno invita al error con toda la intención, tal vez estamos tratando con nosotros mismos a través de ese espejo, tal vez la pequeñez sea un camino razonable, de algún modo, por ahora. Vete a saber.
Una cosa no quita la otra. El espíritu puede participar de nuestro auto-engaño o auto-trampeo, y precisamos aprender a ver con más claridad su esencia, para conducirnos a nosotros mismos mejor.
Lo que no va a suceder, de todas todas, es que alguien baje del cielo y solucione nuestros problemas y nos enseñe a crecer. La vida no funciona así. Y si no lo aprendemos, pronto nos quedaremos sin ella, eso está cantadísimo.
Por otra parte, los milagros tienen algo interesante. Hasta qué punto participamos inadvertidamente en su generación? Puede ser que a lo largo del día estemos en contacto con muchas cosas que consideramos normales y que en el fondo son de una naturaleza similar a eso otro. Lo excepcional nos sorprende porque no sabemos cómo explicarlo, porque se sale de nuestros esquemas. No será entonces que, si no tuviéramos esos esquemas, todo nos resultaría igual de extraordinario? o acaso se nos haría igualmente habitual?
No será que mucho de lo que damos por explicado nos impide comprender con una mayor profundidad el alcance de sus implicaciones? La participación de factores menos aparentes?
De todas formas, diría que la clave está en nuestra interacción con lo metafísico. Nuestro ser puede desenvolverse al mismo tiempo en diferentes niveles, si mantenemos una conciencia activa respecto a todas esas posibles áreas, conexiones, significados y demás, tal vez propiciamos una mejor comunicación de asuntos.
Contar con el espíritu nos hace trascender nuestra escala, sintonizar con una dimensión más amplia. Si encontramos la manera de coordinar y relacionar adecuadamente los requisitos de cada campo, para que se entiendan favorablemente entre sí, eso, necesariamente, no dejará de evidenciarse de alguna manera. Tal vez la más aparatosa y visible sea el milagro, pero importa más el posible avance en sí y no tanto cómo se manifieste.
La fe, entonces, podría entenderse como un circuito de procesamiento ampliado. Cada cuestión sería compartida, puesta en contacto, con ese lado metafísico, del cual retornaría modificada, matizada o inalterada. No es que el cielo te diga lo que tienes, puedes o debes hacer, sino que tu co-examinas eso de forma voluntaria. Es un asunto de conciencia. Un reconocimiento-recordatorio de formar parte de algo más grande, desconocido. Un diálogo silencioso.
Incluso sin esa parte mística, la fe es un elemento clave. La creencia actúa de motor, da confianza y continuidad, permite aventurarnos en lo incierto. Toda idea, todo proyecto, aparece como creencia, nace de esa dimensión potencial, espiritual. Cuando uno reconoce su naturaleza, lee su esencia y sabe hacerla real, eso supone un logro considerable. Trabajar con la creencia es aprender a escuchar, aprender a expresar, aprender a procesar, convertir, reformular.
Moverse en dimensiones diferentes, fuera de lo fácilmente constatable.
También es una cuestión de amor. Una creencia es como un avión de papel flotando en el aire. Si retiras tu atención, tu amor, cae, se desvanece. Pero ojo, si el contenido de esa creencia era verdadero, entonces, quien ha retirado su fe, ha perdido su visión de eso, o al menos a perdido una oportunidad de aprenderlo, asimilarlo, reconocerlo.
Que toda la humanidad decida creer o no creer en algo no va a cambiar la esencia de esa cuestión, sea la que sea. En todo caso, ganaremos o perderemos clarividencia al respecto.
Es frecuente rechazar la fe por no compartir los dogmas de ningún culto. Como si esa fuera la única manera de practicarla. Los cultos son plataformas de iniciación. Las personalidades celestiales, tanto si existen como si no, sirven para canalizar y enfocar más fácilmente la atención de los aprendices. Si no se distingue entre las formas vehiculares y el fondo entonces no avanzamos. Hacer la pantomima, prestarse a lo superficial o aparente del rito sin profundizar en su esencia, es tontería. También se puede explorar esto por uno mismo, sin depender de guías, tutelas o conductores. Claro que entonces hay que saber currárselo a base de bien, buscar el sentido con inteligencia, flexibilidad, práctica y paciencia. Lo inmaduro es juzgar desde la ignorancia.
Es bastante incierto tratar de definir la fe, lo espiritual y tal. Toda afirmación es una aventuración, más o menos afortunada. Lo que sí que resulta liberador es desprenderse de los prejuicios limitativos. Creer no es apagar el cerebro y volverse tonto, creer no es acomodarse ni cegarse, más bien sería sumar, añadir perspectiva, considerar posibilidades menos inmediatas y aparentes, trascender el ego, asumir un mayor tacto y responsabilidad, darse permiso para explorar más allá de lo conocido y quién sabe también si de lo conocible, sin miedos ni aprensiones, para poder madurar experimentando lo más sutil e imperceptible, creciendo por dentro, a fin de cuentas.
Pero, en realidad, la definición en sí importa bien poco. Es la experiencia la que da sentido. Es el proceso el que destila tus propios valores. Es tu vida la que se configura acorde a tus decisiones. Cada acto da su fruto. Nadie puede vender las soluciones, nadie puede escamotear el esfuerzo, lo auténtico no es mercadeable. Tu rumbo depende enteramente de ti, lo demás son cantos de sirena.
No creer también es un acto de fe. Si quienes dicen no creer aplicaran verdaderamente su fe en ese empeño, avanzarían de forma interesante, tal vez para llegar al mismo punto que el resto.
Puede decirse que el radical, el intolerante, cuando no cree no se da permiso ni para no creer, siendo esa cerrazón, esa falta de amor, el bloqueo principal.
Para no extender más la tortura, este lío que no hay por donde cogerlo, a modo de conclusión, apelaría al principio de prudencia, a una cierta reserva. Creer y no creer, contemplar lo espiritual y no contemplarlo, ser pragmático y ser místico, ser fiel y hereje, no tienen necesariamente por qué ser actitudes incompatibles. Jugárselo todo a una carta no da buen resultado, todo lo más acabas dando bandazos de un lado al otro.
Esto no es un llamamiento al conformismo y la mediocridad. Es atreverse a practicar a la vez todas las opciones, sin monopolizarse en una sola. Es encontrar una suerte de tibieza expansiva, insensata, osada y valiente, capaz de estar abierta a todas las posibilidades y explorarlas activamente. Si se hace bien, puede ser revelador y liberador, o si no puede servir también como entrenamiento para el manicomio, jeje.
Salve Machina.
Qué podemos decir sobre la fe? Sabemos realmente lo que es o cómo funciona?
Está claro que no es asunto sencillo.
Básicamente, como en todo, se dan dos extremos, los que rechazan completamente su validez y los que confían generosamente en ella.
El problema es el juicio que se deriva de posicionarse en cualquier extremo. El conflicto es de sobra conocido. Los radicales pierden de vista muchas cosas y confunden sus creencias con la realidad.
En verdad, el mayor inconveniente es cuando uno se cierra a la opción opuesta. Por muy inclinado hacia un lado que uno esté, si se contempla al mismo tiempo lo otro, entonces se puede encontrar un cierto equilibrio, pues la vida nos irá dando muestras de cosas a pulir y cosas a compensar, poco a poco.
Lo triste es cuando uno abraza una postura como contraposición a la otra. El fanatismo se sustenta en esa radicalidad intolerante, excluyente. El inmaduro se define en función a esa hostilidad manifiesta, su identidad se refuerza mediante su propia segregación.
Cuando se quieren forzar las cosas se logra justo lo contrario. Cuando un extremo se olvida de su complemento y se cree dueño y señor de todo por sí solo, entonces cae en los malos hábitos. Entonces la gente reacciona, mal que bien.
Según la madurez, cada cual asimila y se adapta de una manera u otra a la situación. La peor parte se la llevan los acomodados. Mucha gente, con tal de no pensar por sí misma y revisar sus creencias, preferirá someterse y soportar los abusos, el trato inadecuado. Al fin y al cabo siempre es más fácil culpar a los demás que asumir la responsabilidad propia.
Así que, unos fluyen, otros rectifican, otros flexibilizan sus criterios, otros aprenden, otros maduran, otros despiertan y ven las cosas con mayor perspectiva y claridad, otros se obcecan, otros se empeñan, otros siguen imperturbables por su raíl, otros se atrincheran en sus posturas, otros maldicen y reniegan, pero no hacen nada, y otros se rebotan.
Los rebotados son un caso interesante. Son los que cambian de un extremo al otro de mala manera. La fijación maniática, el odio, hacia la posición abandonada nos habla de expectativas traicionadas, incumplidas. El pobre rebotado no comprende, no se da cuenta de que el desengaño es consecuencia de un equívoco, que su prejuicio le ha jugado una mala pasada y que no ha llegado a entender la verdadera naturaleza de cada posición.
El rechazo es señal de ignorancia. Quien explora y se da permiso para conocer verdaderamente ambas opciones, encuentra su validez y pertinencia. Sólo el necio se embarca en la cruzada de tratar de eliminar una mitad de una polaridad. Cosa que supone un tremendo esfuerzo para nada. No es así como se resuelve la ecuación.
Optar por el camino separativo supone continuo tormento y desgaste. Vivir en conflicto se hace pesado e ingrato. Así y todo, muchos transitan por esas vías, en busca de la lucidez y autoestima suficientes para salir de ahí.
La vida es un misterio que nos supera claramente, al menos por ahora. La teoría materialista-mecanicista, que descarta todo lo místico y espiritual, es pobre y apenas sostenible. No es sino una explicación simplista para contentar a los acomodadizos en su desidia. Todo aquel que profundiza verdaderamente en el estudio de la vida y tal, no puede sino maravillarse ante tan ENORME grado de sofisticación, complejidad y perfección. Decir que todo eso se ha producido por sí mismo, por 'casualidad', por mero caos 'natural', es poco menos que arriesgado, precipitado, incauto.
Si observamos pues tal complejidad, con mayor prudencia y consideración, podemos abrirnos a posibilidades menos aparentes, que impliquen más cosas que la simple materia que vemos. Entonces tenemos nuevas dimensiones para explorar. A ese lado intangible se ha dado en llamarlo espiritual o metafísico. Si apenas alcanzamos para conocer lo material mucho menos nos es desentrañable eso otro.
Sin embargo, que no sepamos descifrarlo no significa que no podamos acceder a ello o participar, de algún modo. Ahí entran las religiones.
La clave, creo yo, para poder asimilar mínimamente estas cosas tan escurridizas y evanescentes, consiste en saber integrar todos los aspectos que conocemos. Fusionar, relacionar. El pensamiento lineal y excluyente sólo sirve para descomponer elementos. Pero, para un verdadero aprendizaje, igual que eso hay que saber hacer lo contrario.
Materia y espíritu. Si las entendemos como cosas independientes y separadas, mal. Entonces ya hemos terminado, ya no se puede avanzar más. Por un lado tenemos lo conocido, por otro lado tenemos una hipotética supuesta cosa indefinible que no sabemos ni lo que es ni para qué sirve. La conclusión es sencilla: Me dejo de cuentos y me centro en lo que conozco, lo que me interesa, lo que me creo que controlo y domino.
Materia y espíritu, cuando las vemos como partes de un mismo orden o conjunto, entonces la cosa cambia. Entonces no podemos desentendernos, no podemos autoengañarnos y ningunear o prescindir de ese campo desconocido. El reto está en cómo trabajar con eso.
Dada su naturaleza, el espíritu no se deja desentrañar ni desmenuzar tan fácilmente como la materia. De hecho podría decirse que no nos da esa opción en absoluto. Así que precisa de una implicación-involucración personal, íntima, ineludible. Aquí no hay asepsia ni objetividad (cosa que, ya puestos, tampoco la hay con la materia, aunque creamos que sí). Incluso, se da una especie de prevalencia. El espíritu no sólo requiere una adaptación a sus reglas, a su elemento, por así decirlo, sino que encima te lleva por donde él quiere, más o menos.
Esto nos invita a no confiarnos en exceso, demasiado ciegamente. Hay maneras y maneras de creer. Observando algunas características de lo místico y tal, a uno le surgen ciertas cautelas.
Qué pasa con la bondad extrema? Parecería que cuando una persona entrega toda su voluntad en beneficio de lo espiritual o divino, recibe a cambio duras pruebas. La típica santa abnegada que recibe con suprema sumisión tremendas dificultades en su vida. Bonita recompensa. Quieres crecer? Pues toma, más vale que sobre que no que falte, jeje.
El típico caso que sufre terribles enfermedades y aun así no desfallece en su fe. Casi parece que cuanto más se le quita más resplandece su bondad. Y luego recibe algunos milagros, señales, mensajes celestiales, atisbos del más allá y cosas por el estilo.
Qué clase de juego es ese?
Cómo habría que leer los acontecimientos? La bondad es consecuencia de la enfermedad? La enfermedad es consecuencia de la bondad? El conformismo es signo de extraordinaria madurez o es señal de sencillez y limitación? Cuál es el desencadenante? Qué condición deriva en qué otra? Quién da el primer paso?
Es el cielo el que dispone los elementos para que nazca en la sujeto esa fe propicia? Es la sujeto la que atrae al cielo con su fe? Es la fe la que llama tanto a lo bueno como a lo malo? Tanto a lo divino como a las dificultades? Puede alcanzarse lo elevado sin necesidad de pasar por semejante prueba?
Hay casos y casos, diría yo. A veces da la impresión de que la iniciativa nace de las altas esferas. Por ejemplo en las apariciones marianas. Cuál es el objeto de una aparición semejante? Parece buscar una cierta respuesta humana, parece propiciar e incentivar una dedicación, un culto, despertar el lado espiritual, implicar y activar a la sociedad en ese respecto.
Por qué se busca esto? A qué o quién sirve esto? Las maneras no están nada claras. A menudo se juega con la incultura de los implicados. La aparición juega a los secretitos, hace profecías que son a la vez promesa y amenaza. Establece, o lo intenta, su entramado, su sistema.
Hasta qué punto se puede confiar en algo así? No hay manera de comprobar la veracidad ni la realidad de lo espiritual. Cómo sabemos que un ente es quien dice ser? De todas formas, cuánto conocemos de dichas personalidades? Poco o nada. María puede ser un arquetipo, una construcción humana que intenta contener o dar forma a algo que nos es desconocido. La apariencia con que se presenta podemos entenderla como una simplificación, como una adecuación. Es la manera en que eso llega a nosotros, nos es accesible, por así decirlo.
Esta manera de ponerse a nuestro nivel, de hacerse visible a nuestros ojos, de quién es obra?
Quien rechaza la fe dice: Todo lo paranormal es producto de la mente humana.
Esa idea mola, de verdad te lo digo.
Tendríamos que estar estudiando seriamente esa posibilidad.
Si de verdad la mente humana tiene esa capacidad, entonces es importante que seamos conscientes de ello y que sepamos darle un buen uso.
Pero, cómo se podría comprobar algo así?
Veamos, según esa teoría, la mística sería creación humana, todo lo metafísico sería mito, leyenda, cuento, figura retórica, artificio, invento. Las personalidades celestiales serían personajes, figurantes, creados ex profeso para desempeñar su papel. Y el ser humano tendría el gusto, la afición o la necesidad de ir elaborando continuamente estas diferentes cosmogonías, a modo de explicación contentante de lo desconocido.
Lo alucinante es la aparente interacción alcanzada. Apariciones, milagros y tal, son un espejismo? o son reales a su manera?
Hasta qué punto el hombre es capaz de sostener una fábula dándole visos de credibilidad, o dotándola incluso de vida y presencia?
Si ese folclore fuese superfluo, entonces sería notable el empeño y la continuidad alcanzados. Qué relevancia tendría cultivar una ficción? Qué podría contener para encontrar un eco positivo en tanta gente?
Cómo se crea algo así? Quién es el genio que un buen día dice: Voy a inventarme una historia para que la humanidad gaste su tiempo y energía en adorar una idea hueca.
Obviamente la cosa no funciona así.
En todo caso sería como un magma, emanado del subconsciente colectivo, al que cada cultura le daría forma expresándolo con sus propias palabras y figuras.
Tal vez somos el centro y foco de un poder inmenso, tal vez nos es dado articularlo de algún modo, o tal vez no. Somos los dueños y señores de la vida? O es la vida la que nos señorea? Sea como sea, la religión está ahí, forma parte de nosotros y tiene un papel considerable. Acaso sea prescindible y accesoria? Acaso lo superficial y caprichoso perdura en el tiempo? Podemos reciclar las instituciones, pulir las creencias, reformular los ritos, cuestionárnoslo todo, replantearnos su naturaleza, origen y pertinencia. Pero, la esencia seguirá ahí, por siempre.
Es absolutamente ineludible, matemático, conceptualmente inevitable. No hay blanco sin negro, no hay aquí sin allí, etc. El empeño en querer renegar o deshacernos de algo así nos conduce a la propia desintegración. La vida tendría que dejar de ser vida, el ser tendría que dejar de ser para poder alcanzar ese objetivo. Así, nos iremos cortando en pedazos, cachito a cachito, tratando de escapar de un imposible. Huída sin esperanza de éxito.
Parecería más sensato y recomendable asumir con normalidad esa presencia. Incluso podemos tratar de afrontar su naturaleza con ecuanimidad y sosiego. Tanto como para adentrarnos sin mayor problema en sus misterios. Lo mismo sean propios o ajenos.
Es el ser humano autor directo o indirecto de su mística? Puede el hombre conformar un mito tan constante e indisoluble? Tiene la mente humana el poder de ordenar la realidad conforme a sus preferencias y criterios? O sólo confundimos nuestros filtros con lo que tenemos por real? Hemos creado a Dios? Hemos matado a Dios? Hemos dejado de ver a Dios? Hemos maquillado la realidad? Estamos jugando al escondite? Nos hemos quedado ciegos? Tenemos los ojos abiertos?
Cómo sería el intentar comprobar esto? Si miramos al pasado encontramos rastros e indicios, pero aun así. Lo más que lograríamos sería elaborar nuestra propia versión-suposición al respecto. Parecería más idóneo intentar un experimento vivo. Tratar de dar a luz a una cosmogonía que superara y reemplazara a la actual. Aunque, oye, que igual es eso lo que trata de hacer la ciencia en realidad y no nos hemos dao cuenta, jeje.
Sería interesante contemplar un futuro próximo, donde la sociedad hubiera abrazado una creencia diferente, donde las apariciones fueran de Duendes Atómicos, y los milagros y los rituales respondieran a otros criterios.
Pero, seguramente, para entonces, habríamos olvidado el cambio realizado. O, tal vez, las nuevas formas serían irrelevantes en sí mismas. Tal vez la constante de fondo sea lo verdaderamente importante. O sin el tal vez, directamente.
Cuando la ficción pervive se puede decir que lo hace en virtud a que, de alguna manera, logra reflejar, contener o apuntar hacia algo verdadero. Dado nuestro, bastante lamentable, grado de desarrollo y madurez, nos es aún incierto y confuso el aproximarnos y considerar esas cuestiones de naturaleza tan etérea.
Cada cultura trata de acceder y asimilar en parte algo de eso, esa esencia inmaterial, espiritual, inaprensible, con sus propios medios, desarrollando vías de aproximación más o menos practicables o aparatosas. Entonces, si nos quedamos sólo con las apariencias, con las diferencias, nos estamos perdiendo en lo accesorio. Es el centro común lo que buscamos, la base, la raíz inequívoca, inconfundible, inexpresable, donde residiría lo virtual-ignoto, podemos decir.
Eso en el supuesto de que sea cosa de nuestra mente. Qué pasa si hay algo más ahí? Qué pasa si realmente no estamos solos y participamos de algo mayor? Igualmente tenemos mucho por aprender.
Entonces ese fondo último tendría un papel importante, ya no sería un elemento pasivo, producto indirecto de nuestro existir, sino todo lo contrario. Si así fuera, las implicaciones derivadas serían considerables. Lo vital supremo buscaría participar y reconocerse cada vez más en nosotros. Que estaríamos invitados y animados a crecer en ese sentido. A colaborar y tratar de entendernos en armonía con semejante especie de entidad-o-lo-que-sea abstracta o incalificable o inclasificable, reto apasionante de posibilidades inimaginables.
Aventurar suposiciones en este sentido no es fácil, porque carecemos de la óptica adecuada como para vislumbrar mínimamente la motivación, naturaleza y propiedades de lo suprahumano. La posible interacción, cómo se plantea? Se trata de una especie de simbiosis? Es asimétrica? Qué supone para las partes implicadas? Cómo se comunican, traducen, transforman y expresan entre sí? Hasta qué punto se funden los límites, si es que hay límites? Etc.
Incluso podemos hacer una mezcla entre ambas opciones, compatibilizar algunos detalles. Puede ser que el espíritu se preste a una cierta envoltura, aunque su esencia sea siempre la misma. Un poco como el genio de la lámpara. Que quieres que se te presente como María? Pues toma, ahí la tienes.
Entonces, lo espiritual desconocido puede tener una composición múltiple, por un lado estaría lo personal, por otro lo transpersonal o suprapersonal y quién sabe qué más cosas. Si no nos damos cuenta podemos confundirnos, podemos proyectar deseos subconscientes o hacer atribuciones erróneas, o caer en engaños contraproducentes.
Otra forma de intentar ver esto es considerar el todo como un ser vivo, donde materia y espíritu se conectan y vinculan de forma orgánica, ordenada, funcional. Más aún, materia y espíritu son una misma cosa con diferentes ámbitos de manifestación, con sus particulares peculiaridades, pero intrínsecamente indisociables.
Cuando una persona manifiesta un deseo de completa entrega para con lo divino, esto no deja de ser advertido y atendido por esa otra parte. Entonces, acorde a esa voluntad, la persona recibe material para su crecimiento, es 'colocada' donde mejor cumpla su cometido.
Si una célula de tu cuerpo expresa tal vocación, tu cuerpo la coge y la convierte, por ejemplo, en poro purulento, a través del cual liberar toxinas, para beneficio del conjunto. Y todos tan contentos.
Moraleja, calibra bien tus propósitos.
Para crecer en espíritu hay que saber sintonizar con ese lado. Las distracciones son un serio obstáculo. Tal vez para ayudar a eso, el cielo proporciona generosamente todas las privaciones que uno desee para poder centrarse en lo inmaterial.
O igual es al revés, quién sabe.
El caso es que, la persona que encuentra la manera de centrarse en lo espiritual, es como un láser, un foco de luz muy poderoso pero que solo abarca un punto muy concreto de todo lo que hay.
Por esto, el ejemplo de la santidad puede ser muy inspirador y aleccionador en relación con el espíritu y temas vinculados, pero nada más (que no es poco, claro está).
La pena es que luego, esa honda espiritualidad, a menudo se traduce pobremente para con el resto de la vida. Combustible desprovisto de aplicación eficiente. Aunque no tiene por qué ser así siempre, desde luego.
Sin embargo, el gran desequilibrio de los extremos también ha de servirnos de advertencia. La ambición, por muy loable y elevada que sea, se paga. Y quien busca la gloria celestial encuentra la horma de su zapato. Hasta qué punto el mártir es admirable? Hasta qué punto enmascara un cierto egoísmo solapado o una inmadurez insultantes?
Es ético que un ser humano se lleve a límites inhumanos movido por su afán místico? La libertad es clave y el amor también, lo complicado es su combinación, su coordinación. Deberíamos prestar más atención a cada gesto, a todo lo que hacemos, a sus repercusiones y significados. Saber estar en cada situación sin caer en comportamientos absurdos. Hasta qué punto el dolor es válido como vía de crecimiento? No sería mejor aprender a conducirse con tal mesura como para nunca tener que experimentarlo? Al final todo consiste en cómo, y en qué, aplica uno su atención. Algunos optan por hurgar en el sufrimiento, otros se centran por caminos menos tormentosos. Sirve de algo compararlos? Cada uno habrá de ver qué decisiones toma y adónde llega con ellas.
La vida no es un concurso grotesco, y hay récords que no merecerían opción a reconocimiento. Así que deberíamos procurar algo al respecto. La madurez implica respeto y responsabilidad. Basta con cuidar cada acción, observando claramente todo. Si el cielo quiere manifestarse, ya buscará otros medios adecuados. Eso de servirse de vegetales vivientes, niñas ingenuas, pobres ciegos, etc. como que no. El que quiera destacar o propiciar milagros que busque otra vía. Bastante circo tenemos ya montado.
La humanidad precisa desarrollar una mayor voluntad y atención sobre muchas cuestiones y aspectos, para poder crecer en espíritu y armonía. Cuando asumamos ese tacto, esa sensibilidad, prudencia y conciencia para con todo lo que nos rodea, entonces, claramente, no habrá necesidad de tan terribles sacrificios por parte de unos ni tan espantosos horrores por parte de otros.
Visto así, la santidad es casi una patología, una aberración a superar, en nada diferente a todo lo demás que nos toca y atañe.
Buena parte del problema es cultural, la etiqueta de santo es invento humano y a través de ella destacamos y distinguimos ciertas características y rasgos en unas proporciones anómalas. Hacer de la excepción ejemplo a lo mejor no sea tan buena idea. Tal vez de ello se derivan muchas asunciones equívocas.
No quiere decir esto que los valores que encarnan o representan son incorrectos, pero sí incompletos por sí solos. La muestra ideal se ha de conformar observando infinidad de ejemplos y no sólo los más notorios y extremos.
Luego, de los supuestos mensajes celestiales tampoco te puedes fiar del todo. No siempre parecen jugar limpio. Profecías absurdas, sucesos que nunca tienen lugar, ambigüedades, oscuridad.
No se da un aporte significativo de información. Se busca dirigir sin enseñar, como a un rebaño dócil. Aunque igual la responsabilidad última de esto no es del espíritu sino nuestra únicamente. Me explico: Cada sensibilidad produce unos resultados. La bondad-inocencia-santidad cristaliza en el culto más sencillo y directo. En una red piadosa. En la ayuda más elemental a los más desfavorecidos. Al mismo tiempo la inmadurez es peligrosa manejando según que informaciones delicadas. Sería como darle a un niño una pistola.
Esa piedad bondadosa cubre un estrato básico, pero hay que ir mucho más allá. La compasión rudimentaria se conforma con servir a los necesitados. La típica sensiblería carente de perspectiva que no conduce a soluciones más duraderas, demasiado simplista y cortoplacista. Bien está que eso se haga, pero sin perder de vista todo lo demás.
La beatitud por sí sola no basta. Cuando una aparición motiva únicamente esto, mala cosa. Hace dudar de su autenticidad, o al menos de la autenticidad de sus propósitos.
Tal vez nos estamos quedando cortos entendiendo todo el fenómeno, tal vez el fenómeno invita al error con toda la intención, tal vez estamos tratando con nosotros mismos a través de ese espejo, tal vez la pequeñez sea un camino razonable, de algún modo, por ahora. Vete a saber.
Una cosa no quita la otra. El espíritu puede participar de nuestro auto-engaño o auto-trampeo, y precisamos aprender a ver con más claridad su esencia, para conducirnos a nosotros mismos mejor.
Lo que no va a suceder, de todas todas, es que alguien baje del cielo y solucione nuestros problemas y nos enseñe a crecer. La vida no funciona así. Y si no lo aprendemos, pronto nos quedaremos sin ella, eso está cantadísimo.
Por otra parte, los milagros tienen algo interesante. Hasta qué punto participamos inadvertidamente en su generación? Puede ser que a lo largo del día estemos en contacto con muchas cosas que consideramos normales y que en el fondo son de una naturaleza similar a eso otro. Lo excepcional nos sorprende porque no sabemos cómo explicarlo, porque se sale de nuestros esquemas. No será entonces que, si no tuviéramos esos esquemas, todo nos resultaría igual de extraordinario? o acaso se nos haría igualmente habitual?
No será que mucho de lo que damos por explicado nos impide comprender con una mayor profundidad el alcance de sus implicaciones? La participación de factores menos aparentes?
De todas formas, diría que la clave está en nuestra interacción con lo metafísico. Nuestro ser puede desenvolverse al mismo tiempo en diferentes niveles, si mantenemos una conciencia activa respecto a todas esas posibles áreas, conexiones, significados y demás, tal vez propiciamos una mejor comunicación de asuntos.
Contar con el espíritu nos hace trascender nuestra escala, sintonizar con una dimensión más amplia. Si encontramos la manera de coordinar y relacionar adecuadamente los requisitos de cada campo, para que se entiendan favorablemente entre sí, eso, necesariamente, no dejará de evidenciarse de alguna manera. Tal vez la más aparatosa y visible sea el milagro, pero importa más el posible avance en sí y no tanto cómo se manifieste.
La fe, entonces, podría entenderse como un circuito de procesamiento ampliado. Cada cuestión sería compartida, puesta en contacto, con ese lado metafísico, del cual retornaría modificada, matizada o inalterada. No es que el cielo te diga lo que tienes, puedes o debes hacer, sino que tu co-examinas eso de forma voluntaria. Es un asunto de conciencia. Un reconocimiento-recordatorio de formar parte de algo más grande, desconocido. Un diálogo silencioso.
Incluso sin esa parte mística, la fe es un elemento clave. La creencia actúa de motor, da confianza y continuidad, permite aventurarnos en lo incierto. Toda idea, todo proyecto, aparece como creencia, nace de esa dimensión potencial, espiritual. Cuando uno reconoce su naturaleza, lee su esencia y sabe hacerla real, eso supone un logro considerable. Trabajar con la creencia es aprender a escuchar, aprender a expresar, aprender a procesar, convertir, reformular.
Moverse en dimensiones diferentes, fuera de lo fácilmente constatable.
También es una cuestión de amor. Una creencia es como un avión de papel flotando en el aire. Si retiras tu atención, tu amor, cae, se desvanece. Pero ojo, si el contenido de esa creencia era verdadero, entonces, quien ha retirado su fe, ha perdido su visión de eso, o al menos a perdido una oportunidad de aprenderlo, asimilarlo, reconocerlo.
Que toda la humanidad decida creer o no creer en algo no va a cambiar la esencia de esa cuestión, sea la que sea. En todo caso, ganaremos o perderemos clarividencia al respecto.
Es frecuente rechazar la fe por no compartir los dogmas de ningún culto. Como si esa fuera la única manera de practicarla. Los cultos son plataformas de iniciación. Las personalidades celestiales, tanto si existen como si no, sirven para canalizar y enfocar más fácilmente la atención de los aprendices. Si no se distingue entre las formas vehiculares y el fondo entonces no avanzamos. Hacer la pantomima, prestarse a lo superficial o aparente del rito sin profundizar en su esencia, es tontería. También se puede explorar esto por uno mismo, sin depender de guías, tutelas o conductores. Claro que entonces hay que saber currárselo a base de bien, buscar el sentido con inteligencia, flexibilidad, práctica y paciencia. Lo inmaduro es juzgar desde la ignorancia.
Es bastante incierto tratar de definir la fe, lo espiritual y tal. Toda afirmación es una aventuración, más o menos afortunada. Lo que sí que resulta liberador es desprenderse de los prejuicios limitativos. Creer no es apagar el cerebro y volverse tonto, creer no es acomodarse ni cegarse, más bien sería sumar, añadir perspectiva, considerar posibilidades menos inmediatas y aparentes, trascender el ego, asumir un mayor tacto y responsabilidad, darse permiso para explorar más allá de lo conocido y quién sabe también si de lo conocible, sin miedos ni aprensiones, para poder madurar experimentando lo más sutil e imperceptible, creciendo por dentro, a fin de cuentas.
Pero, en realidad, la definición en sí importa bien poco. Es la experiencia la que da sentido. Es el proceso el que destila tus propios valores. Es tu vida la que se configura acorde a tus decisiones. Cada acto da su fruto. Nadie puede vender las soluciones, nadie puede escamotear el esfuerzo, lo auténtico no es mercadeable. Tu rumbo depende enteramente de ti, lo demás son cantos de sirena.
No creer también es un acto de fe. Si quienes dicen no creer aplicaran verdaderamente su fe en ese empeño, avanzarían de forma interesante, tal vez para llegar al mismo punto que el resto.
Puede decirse que el radical, el intolerante, cuando no cree no se da permiso ni para no creer, siendo esa cerrazón, esa falta de amor, el bloqueo principal.
Para no extender más la tortura, este lío que no hay por donde cogerlo, a modo de conclusión, apelaría al principio de prudencia, a una cierta reserva. Creer y no creer, contemplar lo espiritual y no contemplarlo, ser pragmático y ser místico, ser fiel y hereje, no tienen necesariamente por qué ser actitudes incompatibles. Jugárselo todo a una carta no da buen resultado, todo lo más acabas dando bandazos de un lado al otro.
Esto no es un llamamiento al conformismo y la mediocridad. Es atreverse a practicar a la vez todas las opciones, sin monopolizarse en una sola. Es encontrar una suerte de tibieza expansiva, insensata, osada y valiente, capaz de estar abierta a todas las posibilidades y explorarlas activamente. Si se hace bien, puede ser revelador y liberador, o si no puede servir también como entrenamiento para el manicomio, jeje.
Salve Machina.
Antipodae
Detener el tiempo, es posible? Ahora nos vendría bastante bien.
Hoy ha amanecido con un pequeño sol negro asomando por el horizonte. He ido al quiosco, he comprado el periódico y ahí se explica todo. Lo que tenía que pasar pasó, el LHC la ha cagado, a lo grande.
Ahora hay un agujero negro devorando la tierra. No han calculado cuánto le va a costar terminar con el planeta, eso es que no va a tardar nada, menos de lo que se tardaría en calcularlo. Ya da igual.
Justo ahora ando por las antípodas, así que puedo pillar un buen sitio para contemplar el colapso final. Qué potra, jeje.
Te cuento, el sol negro del horizonte no se eleva pero sí que aumenta de tamaño y, justo enfrente suyo, a 180 grados, asoma otro sol negro de iguales proporciones. Está claro que son el dichoso agujero, no me imaginaba que se vería así.
Pues bien, poco a poco se van acercando uno al otro y yo empiezo a sentir como un cosquilleo por dentro, como si me fuese a poner a flotar de repente en el aire.
Las cosas se ven un poco estiradas hacia los agujeros, alargadas, como en un cinemascope mal ajustado. Las sombras se pierden en el horizonte, igual que en el ocaso.
Mi cuerpo se estira como un chicle, aunque, afortunadamente, no siento ninguna molestia por ello. Es curiosa esta flexibilidad, uno esperaría desgarrarse espantosamente, deshacerse en pedacitos envuelto por el dolor más insoportable, a causa de esta atracción bipolar, pero no es así. Supongo que el espacio es más maleable de lo que creíamos, o no sé, algo por el estilo.
Ahora soy un espagueti y todo lo que me rodea son hebras ebrias, 'hébridas', como dirían los de allende, joviales y cantarinas. La misma euforia inexplicable embarga todo mi ser. Quién iba a decir que esto sería tan divertido!
Los agujeros ya casi se tocan y la materia vibra extasiada ante su inminente liberación, disolución. Lo que queda de nosotros se ha fundido, comprimido y convertido en un filamento incandescente, de pura energía.
Ahora el agujero se muestra en toda su extensión, como un inmenso océano sobre el que flotara una chispita diminuta y al segundo: Srruupp!
Hoy ha amanecido con un pequeño sol negro asomando por el horizonte. He ido al quiosco, he comprado el periódico y ahí se explica todo. Lo que tenía que pasar pasó, el LHC la ha cagado, a lo grande.
Ahora hay un agujero negro devorando la tierra. No han calculado cuánto le va a costar terminar con el planeta, eso es que no va a tardar nada, menos de lo que se tardaría en calcularlo. Ya da igual.
Justo ahora ando por las antípodas, así que puedo pillar un buen sitio para contemplar el colapso final. Qué potra, jeje.
Te cuento, el sol negro del horizonte no se eleva pero sí que aumenta de tamaño y, justo enfrente suyo, a 180 grados, asoma otro sol negro de iguales proporciones. Está claro que son el dichoso agujero, no me imaginaba que se vería así.
Pues bien, poco a poco se van acercando uno al otro y yo empiezo a sentir como un cosquilleo por dentro, como si me fuese a poner a flotar de repente en el aire.
Las cosas se ven un poco estiradas hacia los agujeros, alargadas, como en un cinemascope mal ajustado. Las sombras se pierden en el horizonte, igual que en el ocaso.
Mi cuerpo se estira como un chicle, aunque, afortunadamente, no siento ninguna molestia por ello. Es curiosa esta flexibilidad, uno esperaría desgarrarse espantosamente, deshacerse en pedacitos envuelto por el dolor más insoportable, a causa de esta atracción bipolar, pero no es así. Supongo que el espacio es más maleable de lo que creíamos, o no sé, algo por el estilo.
Ahora soy un espagueti y todo lo que me rodea son hebras ebrias, 'hébridas', como dirían los de allende, joviales y cantarinas. La misma euforia inexplicable embarga todo mi ser. Quién iba a decir que esto sería tan divertido!
Los agujeros ya casi se tocan y la materia vibra extasiada ante su inminente liberación, disolución. Lo que queda de nosotros se ha fundido, comprimido y convertido en un filamento incandescente, de pura energía.
Ahora el agujero se muestra en toda su extensión, como un inmenso océano sobre el que flotara una chispita diminuta y al segundo: Srruupp!
28 de septiembre de 2010
una postal de Mataparda
"Esta postal me la enviaron unos personajes a mediados de los años 80. Me llegó metida en un sobre que por desgracia tiré sin mirarlo. Sé que Musimori, Espada y Kek se embarcaron, y tenían planeado recorrer una serie de islas. Supongo que el dibujo del reverso de la postal lo hizo Espada, pero nunca conseguí encontrar esa isla, que tantas veces he mirado. Hay una Isla de las Cabras en la costa de la Toscana y una Isla de Cabras en Puerto Rico , pero no son esta. También he buscado volcanes rojos pero inútilmente.
Cuando la postal me llegó hacía meses que los daba por perdidos y había empezado a dibujar otros personajes. Lo paré todo y durante varios años esperé otra postal. Por último, cansado de esperar, me lamenté ante mí mismo del fracaso de aquel viaje, y. Bueno, y eso es otra historia."
Cuando la postal me llegó hacía meses que los daba por perdidos y había empezado a dibujar otros personajes. Lo paré todo y durante varios años esperé otra postal. Por último, cansado de esperar, me lamenté ante mí mismo del fracaso de aquel viaje, y. Bueno, y eso es otra historia."
Mataparda
Lee la mía en su blog (http://liferfe.blogspot.com/2010/09/intercambio-de-postales-con-dersony.html).
la vivioteca de los moertos
Mi yayo sa morido y lo han metido en una vivioteca con un chino. Yo no se pero los chinos no se moeren nunca asique igual no era chinochino. Estaba mu malito y los medicos no sabian como arregrarlo poreso sa ido al cielo. Primero lo metian en una caja y luego habia quesperar a que la gente biniera pa despedirle. Y yo no sabia eso, yo pensaba que solo te podian despedir del trabago, pero aora sebe que resulta que no, que tanbien te poeden despedir de estar vivo.
Si eres malo la jente te despide y ya te tienes que ir al cielo a dios. Y coando te mores lo mismo, asique eso. Bino mucha jente y todos me daban besos y yo no conocia a naide, mas que a mis tios y mi familia, que a esos ya los conoczia de antes claro. Algunos decian te acompaño al asiento, pero yo ya estaba sentao! Es una broma nueva para mi queno conozia anque no me sale como funciona porque luego yo lae probao con mi prima y ma dicho que soi tonto asiqueasi no es.
Luego abia que ir a la misa y abia mas mucha gente aun todabia, y casi todos eran los biejos. Son biejos porque a mi me dan miedo y parece questan arrugaos y que son momias que te van a por ti a meterte miedo, que yo lo ibisto en una penicula y dan mucho miedo y luego no te pudes dormir porque el armario ace ruidos como que hay morstros dentro que ban a salir a por mi y yo tengo que llamar a mi mama para que mallude con los mostros porque cuando viene mi mama los mostruos se ban, es como si tobiera un flusflus antimostros.
En la misa es un royo porque el cura todo el rato abla del cielo y mas otras cosas, pero ademas que se repite un monton porque eso ya lo sabemos, que mi yayo sa morido y sa ido al cielo. Y encima cuando quiere tenemos que lebantarnos y es un royo porqe a mi no me gusta la jinasia y encima se ponen a cantar, menos mas que yo me librao. Luego habia que darle la mano a los biejos y yo no quiero soñar con los biejos porla noche asi que mal.
Luego an metido al yayo en un coche de lujo y habia que seguirlo pero hiba muy despacio asi que asi no tiene emozion. Y luego emos ido llegao a la vivioteca donde goardan a todos los moertos. Yo no se pa que los goardan si ademas ya estan en el cielo. Pero es asi. Asi que an buscao un gueco libre en una estanteria y luego lan ponido una tapa. Entonces mucha jente sa puesto a yorar y no paraban y yo mestaba mojando porque an echo charcos y todo. Y luego nos emos ido a mi casa y yasta. Fin.
Si eres malo la jente te despide y ya te tienes que ir al cielo a dios. Y coando te mores lo mismo, asique eso. Bino mucha jente y todos me daban besos y yo no conocia a naide, mas que a mis tios y mi familia, que a esos ya los conoczia de antes claro. Algunos decian te acompaño al asiento, pero yo ya estaba sentao! Es una broma nueva para mi queno conozia anque no me sale como funciona porque luego yo lae probao con mi prima y ma dicho que soi tonto asiqueasi no es.
Luego abia que ir a la misa y abia mas mucha gente aun todabia, y casi todos eran los biejos. Son biejos porque a mi me dan miedo y parece questan arrugaos y que son momias que te van a por ti a meterte miedo, que yo lo ibisto en una penicula y dan mucho miedo y luego no te pudes dormir porque el armario ace ruidos como que hay morstros dentro que ban a salir a por mi y yo tengo que llamar a mi mama para que mallude con los mostros porque cuando viene mi mama los mostruos se ban, es como si tobiera un flusflus antimostros.
En la misa es un royo porque el cura todo el rato abla del cielo y mas otras cosas, pero ademas que se repite un monton porque eso ya lo sabemos, que mi yayo sa morido y sa ido al cielo. Y encima cuando quiere tenemos que lebantarnos y es un royo porqe a mi no me gusta la jinasia y encima se ponen a cantar, menos mas que yo me librao. Luego habia que darle la mano a los biejos y yo no quiero soñar con los biejos porla noche asi que mal.
Luego an metido al yayo en un coche de lujo y habia que seguirlo pero hiba muy despacio asi que asi no tiene emozion. Y luego emos ido llegao a la vivioteca donde goardan a todos los moertos. Yo no se pa que los goardan si ademas ya estan en el cielo. Pero es asi. Asi que an buscao un gueco libre en una estanteria y luego lan ponido una tapa. Entonces mucha jente sa puesto a yorar y no paraban y yo mestaba mojando porque an echo charcos y todo. Y luego nos emos ido a mi casa y yasta. Fin.
tabula rasa
Suena el despertador, lo paras, miras la hora. No logras comprender los dígitos. Sabes que son números pero no te viene a la mente su significado. Pasas un buen rato viendo cambiar las cifras, minuto a minuto, en una extraña secuencia. Siempre ha sido así? No parece seguir ningún orden lógico.
Vas al cuarto de baño, meas, contemplas tus partes como si fuera la primera vez que las ves. Te miras en el espejo. Qué broma es esta? Quién es esa persona? Te han dado cambiazo mientras dormías? Estás soñando? Pasas un buen rato frente al espejo, tocando esa cara desconocida.
Te das cuenta de que no estás en tu casa, de que llevas un pijama que no es el tuyo. Te invade el miedo, tienes que salir de aquí. Te vistes con lo primero que pillas, afortunadamente la ropa es de tu talla. Buscas con desesperación la salida. A cada puerta que abres te invade el terror a encontrarte con alguien.
Por fin, sales, no conoces la calle ni el lugar. Dios santo, dónde estás? Puede ser cualquier rincón extraño del mundo. Te entra un vértigo insondable, espantoso, indescriptible. Te sientes como el más perdido de los perdidos. Todo esto es absurdo, nada tiene sentido.
Suena un móvil en tu bolsillo. Lo tomas en la mano, miras cómo chilla y parpadea, como si fuera un bebé berreando al que no sabes cómo consolar, ni remotamente. Una parte de ti quiere contestar pero la duda te paraliza, hasta tal punto que ni siquiera sabrías cómo hacerlo. Deja de sonar, lo guardas de nuevo en tu bolsillo.
Te pones a caminar, sin rumbo. Tu mente se angustia con esa ausencia de destino. Tienes hambre, entras en un bar. Qué desea? Te dice el camarero. Quieres eso que siempre tomas en el desayuno, pero su nombre ha desaparecido de tu cabeza, ido, esfumado, caput. Te explicas por señas, como un mono.
Suena una canción. La escuchas distraídamente. Poco a poco va captando tu atención. Sientes como si tuvieras que conocerla, como si fuera lo más importante de tu vida en este momento. No logras encontrar el menor indicio en ella para identificarla o relacionarla con algo. Eso te llena de ansiedad y agonía infinitas. Qué está pasando aquí? Quién lo ha trastocado todo tan horriblemente?
Son dos con veinte, dice el camarero. Buscas en tus bolsillos, nada. No, espera, sacas una tarjeta de crédito. El camarero apunta hacia un cajero, al otro lado de la calle. Metes la tarjeta, escribes una cantidad. Te pide una contraseña, tecleas al azar. Nada.
Una idea quiere nacer en tu cerebro. Atiendes, el silencio suspende tu pensamiento. Se te va el santo al cielo y tu cuerpo se queda ahí ensimismado, alelado. Alguien grita un nombre, sales de tu cuelgue, te vas andando.
Una persona te alcanza corriendo, se pone frente a ti y te saluda efusivamente. Quién es? No te suena de nada. Su entusiasmo incontenido te parece totalmente fuera de lugar, injustificado, propio de un demente. Se comporta como si te conociera de toda la vida. Contrariarle te parece peligroso, le sigues la corriente. A cada gesto afectivo suyo te asustas más y más.
Sales corriendo. Te sigue. Te domina el pánico. Tu histérica desesperación te hace meterte entre el tráfico. Sientes un fuerte golpe. Pierdes el sentido.
Despiertas en un lugar muy blanco. Alguien te pregunta tu nombre. Abres la boca: ...
Vas al cuarto de baño, meas, contemplas tus partes como si fuera la primera vez que las ves. Te miras en el espejo. Qué broma es esta? Quién es esa persona? Te han dado cambiazo mientras dormías? Estás soñando? Pasas un buen rato frente al espejo, tocando esa cara desconocida.
Te das cuenta de que no estás en tu casa, de que llevas un pijama que no es el tuyo. Te invade el miedo, tienes que salir de aquí. Te vistes con lo primero que pillas, afortunadamente la ropa es de tu talla. Buscas con desesperación la salida. A cada puerta que abres te invade el terror a encontrarte con alguien.
Por fin, sales, no conoces la calle ni el lugar. Dios santo, dónde estás? Puede ser cualquier rincón extraño del mundo. Te entra un vértigo insondable, espantoso, indescriptible. Te sientes como el más perdido de los perdidos. Todo esto es absurdo, nada tiene sentido.
Suena un móvil en tu bolsillo. Lo tomas en la mano, miras cómo chilla y parpadea, como si fuera un bebé berreando al que no sabes cómo consolar, ni remotamente. Una parte de ti quiere contestar pero la duda te paraliza, hasta tal punto que ni siquiera sabrías cómo hacerlo. Deja de sonar, lo guardas de nuevo en tu bolsillo.
Te pones a caminar, sin rumbo. Tu mente se angustia con esa ausencia de destino. Tienes hambre, entras en un bar. Qué desea? Te dice el camarero. Quieres eso que siempre tomas en el desayuno, pero su nombre ha desaparecido de tu cabeza, ido, esfumado, caput. Te explicas por señas, como un mono.
Suena una canción. La escuchas distraídamente. Poco a poco va captando tu atención. Sientes como si tuvieras que conocerla, como si fuera lo más importante de tu vida en este momento. No logras encontrar el menor indicio en ella para identificarla o relacionarla con algo. Eso te llena de ansiedad y agonía infinitas. Qué está pasando aquí? Quién lo ha trastocado todo tan horriblemente?
Son dos con veinte, dice el camarero. Buscas en tus bolsillos, nada. No, espera, sacas una tarjeta de crédito. El camarero apunta hacia un cajero, al otro lado de la calle. Metes la tarjeta, escribes una cantidad. Te pide una contraseña, tecleas al azar. Nada.
Una idea quiere nacer en tu cerebro. Atiendes, el silencio suspende tu pensamiento. Se te va el santo al cielo y tu cuerpo se queda ahí ensimismado, alelado. Alguien grita un nombre, sales de tu cuelgue, te vas andando.
Una persona te alcanza corriendo, se pone frente a ti y te saluda efusivamente. Quién es? No te suena de nada. Su entusiasmo incontenido te parece totalmente fuera de lugar, injustificado, propio de un demente. Se comporta como si te conociera de toda la vida. Contrariarle te parece peligroso, le sigues la corriente. A cada gesto afectivo suyo te asustas más y más.
Sales corriendo. Te sigue. Te domina el pánico. Tu histérica desesperación te hace meterte entre el tráfico. Sientes un fuerte golpe. Pierdes el sentido.
Despiertas en un lugar muy blanco. Alguien te pregunta tu nombre. Abres la boca: ...
La vuelta al mundo en 20.000 días
'La vuelta al mundo en veinte mil días' es la obra más famosa de Junio Verle, perdón: Julio Verne.
La historia cuenta las aventuras de Filias Fog, que quiere decir niebla, y su acompañante Juan Paspartú, que quiere decir paspartú.
Lo que pasa es que, el pobre Filias, mira tú, al principio de la novela tiene un accidente y se queda en silla ruedas, y claro, entonces no se le ocurre otra cosa que irse a dar la vuelta al mundo, que ya son ganas.
Se ve que se aburría cosa mala o que era un culo inquieto, no sé. El caso es que en esas condiciones ya me dirás, medio inválido y aun así, el gachó todo emperrado. Total que el viaje se hace pesado con ganas, más largo que para qué, la verdad, y la historia ocupa mogollón de páginas, un tochaco que ríete tú del señor los anillos.
Porque lo que pasa es que el Julio Verne este se ve que se entusiasmó mientras lo iba escribiendo y lo cuenta todo con demasiado detalle, pero mucho muchísimo, que te cuenta hasta cuando se paran a mear y todo! A cada cosa que hacen hala ahí páginas y más páginas de descripciones, una cosa exagerada a más no poder, que te lo digo yo.
Así que el libro este es muy famoso y lo tiene todo quisqui, pero más que nada para aparentar, por la moda y eso, que luego no lo ha leído ni dios, como el Quijote ese, que no vale más que para hacer bulto y criar polvo, y si no pregunta, pregúntale a cualquiera y verás, te salen con cada una que para qué, pero vamos que no se lo saben eso se ve a la legua se ve.
Yo intenté leérmelo, este digo, el Quijote ni eso, porque es que ni se entiende, el Quijote digo, que está escrito en idioma viejo pasado, que eso ya no existe, vamos que tú vas por la calle y la gente ya no dice esas cosas, pero ni de casualidad, que es que no.
Y digo yo que ya lo podían haber arreglado o algo digo yo, con tanta fama que tiene, todos ahí diciendo lo bueno que es, que se les cae la baba y todo, y nada, ahí lo tienen desfasado total, más que el reloj de mi vídeo, que siempre da las 12.
Que el Quijote que no se entiende que no, que eso hay que decírselo a los de la academia 'La Lengua' para que lo pongan en cristiano moderno o si no qué pasa pues aquí, tanta fama y luego está en chino, si es que...
En fin, por dónde iba? Ah sí, el libro este, que nos lo mandaron para la escuela y nos obligaron a leerlo, pero ni aun así, oye, si es que era imposible, y mira que me saltaba cachos bien gordos, pero nada, que no hay tu tía, co. Al final me copié el trabajo del Canicas y a correr. Menudo ladrillo, si es que tendría que estar prohibido escribir tantísimo! Que es que hay mucho burro suelto, que te lo digo yo...
Y bueno, tengo un amigo que tiene un conocido que conoce a un fulano que se lo ha leído, o eso dice. Seguro que es un fricazo, de esos que dicen ahora, de aquí te espero. Total, que yo la historia me la sé porque me la han contado y eso. Total, que algo me sé de qué va, y más o menos la cosa es tal que así:
Que el Filias ese, para darle más emoción al viajecito, hace una apuesta y se juega todo lo que tiene, claro, porque el tío está forrado podrido, si no de qué semejante viaje, eso es para ricos, no te digo!
Pues eso, que se hace una puesta con sus colegas a que da la vuelta en 20.000 días, adónde? al mundo, adónde va ser, hombre.
Y fíjate tú que 20.000 días son casi 55 años y esto lo sé yo porque lo he calculado con la calculadora a pilas, que si no de qué, a ver qué te has creído tú... Pues eso maño, que 55 años de viaje es una burrada de aúpa, vamos que luego así pesa el libro...
A lo que iba, pero sus colegas van y le ponen una condición, porque si no era una apuesta muy fácil claro, toma este qué listo, te diré... Y la condición es que no puede usar ningún medio de transporte, sólo mas que su silla ruedas, y la ayuda de su ayudante, el Pasapartú ese. Así que, en estas, la cosa ya se complica una pizca más y pasa que ni sé las penas que pasa para llegar a las Américas y luego alcorzar hasta la India.
Y hay trozos en que las ruedas se le atascan y al pobre Paspartú lo usa como si fuera un perro de tiro. Y bueno, no sé cuántas peripecias y penurias más. Ah sí, resulta que por el camino se liga a una pava y se la lleva con él, porque como no era más fea que tonta pues la engañó fácil con el rollo de los lisiados y tal, jaja, míralo qué espabilado el impedido, no es tonto no.
Y qué más... Ya no me acuerdo, si es que le pasan las mil y una canículas, las pasó caninas el pobre, pero vamos, que así a lo resumiendo, que al final la vuelta al mundo darla la da y llega a tiempo, justo por los pelos. Pero entonces resulta que se había olvidado del cambio de hora y claro, había perdido la apuesta, porque se había ido para el otro lado, para el que no era. Y eso, que por listo perdió toda su fortuna y se tuvo que ir a vivir a la calle pidiendo limosna y tal. Que si no hay pasta en eso se acaba y encima lisiado, pues ya imagínate, ahí te quedas y ahí te pudras... Así es como es.
Pero además que como estaba ya viejo chocho se murió a los cuatro días así que lo mismo le dio.
Y eso, que la pava ya le había dejado de hace tiempo, claro, porque se olía lo que iba a pasar, y porque la había preñado el Paspartú varias veces, lo que pasa que al Filias lo engañaba y le decía que eran suyos, que eran de él sus hijos, y el otro 'embobalicao', como dicen los de allende, se lo creía y tenía unos cacho cuernos que no cabía ni por la puerta el peón.
Total que el Paspartú también le dio plantón a mitad de viaje y se tuvo que apañar solo, engañando a algún ignorante con engaños y así.
Pero bastante había aguantado ya el Paspartú, no te creas, porque es que una expedición de esas no es cosa cualquiera, hay que estar ahí y pasarlo para saber lo que es eso, una faena muy gorda es lo que es. Y después de aguantar tanto, normal que se hartara, figúrate tú... Bien empleado se le está, por haber tragado con todo, a ver qué se había pensado, no te amuela el tío este!
El final es un poco triste, para qué nos vamos a engañar, las cosas como son. Pero bueno, que a mí lo mismo me da que me da lo mismo, que yo me he librado de leerlo, que yo me espero a que saquen la película y ya está arreglado, ves qué fácil? jaja.
PD: Ah, sí, y el Julio Viernes este, que digo yo que se llama así, lo que pasa es que estos gabachos no pronuncian ni mal ni nada, si se comen la mitad de las palabras! Pues eso, que te decía yo que el Julito este tiene otro libro que también es famoso, que se llama '80 leguas de viaje submarino' y este sí que es bastante cortito, jeje, pero igual es para morirse de aburrimiento con él, así que nada, el que quiera que haga lo que quiera, pero vamos que el menda (oséase servidor yo mismamente) no lo recomienda.
Hasta aquí la opinión de hoy, santo y seña.
La historia cuenta las aventuras de Filias Fog, que quiere decir niebla, y su acompañante Juan Paspartú, que quiere decir paspartú.
Lo que pasa es que, el pobre Filias, mira tú, al principio de la novela tiene un accidente y se queda en silla ruedas, y claro, entonces no se le ocurre otra cosa que irse a dar la vuelta al mundo, que ya son ganas.
Se ve que se aburría cosa mala o que era un culo inquieto, no sé. El caso es que en esas condiciones ya me dirás, medio inválido y aun así, el gachó todo emperrado. Total que el viaje se hace pesado con ganas, más largo que para qué, la verdad, y la historia ocupa mogollón de páginas, un tochaco que ríete tú del señor los anillos.
Porque lo que pasa es que el Julio Verne este se ve que se entusiasmó mientras lo iba escribiendo y lo cuenta todo con demasiado detalle, pero mucho muchísimo, que te cuenta hasta cuando se paran a mear y todo! A cada cosa que hacen hala ahí páginas y más páginas de descripciones, una cosa exagerada a más no poder, que te lo digo yo.
Así que el libro este es muy famoso y lo tiene todo quisqui, pero más que nada para aparentar, por la moda y eso, que luego no lo ha leído ni dios, como el Quijote ese, que no vale más que para hacer bulto y criar polvo, y si no pregunta, pregúntale a cualquiera y verás, te salen con cada una que para qué, pero vamos que no se lo saben eso se ve a la legua se ve.
Yo intenté leérmelo, este digo, el Quijote ni eso, porque es que ni se entiende, el Quijote digo, que está escrito en idioma viejo pasado, que eso ya no existe, vamos que tú vas por la calle y la gente ya no dice esas cosas, pero ni de casualidad, que es que no.
Y digo yo que ya lo podían haber arreglado o algo digo yo, con tanta fama que tiene, todos ahí diciendo lo bueno que es, que se les cae la baba y todo, y nada, ahí lo tienen desfasado total, más que el reloj de mi vídeo, que siempre da las 12.
Que el Quijote que no se entiende que no, que eso hay que decírselo a los de la academia 'La Lengua' para que lo pongan en cristiano moderno o si no qué pasa pues aquí, tanta fama y luego está en chino, si es que...
En fin, por dónde iba? Ah sí, el libro este, que nos lo mandaron para la escuela y nos obligaron a leerlo, pero ni aun así, oye, si es que era imposible, y mira que me saltaba cachos bien gordos, pero nada, que no hay tu tía, co. Al final me copié el trabajo del Canicas y a correr. Menudo ladrillo, si es que tendría que estar prohibido escribir tantísimo! Que es que hay mucho burro suelto, que te lo digo yo...
Y bueno, tengo un amigo que tiene un conocido que conoce a un fulano que se lo ha leído, o eso dice. Seguro que es un fricazo, de esos que dicen ahora, de aquí te espero. Total, que yo la historia me la sé porque me la han contado y eso. Total, que algo me sé de qué va, y más o menos la cosa es tal que así:
Que el Filias ese, para darle más emoción al viajecito, hace una apuesta y se juega todo lo que tiene, claro, porque el tío está forrado podrido, si no de qué semejante viaje, eso es para ricos, no te digo!
Pues eso, que se hace una puesta con sus colegas a que da la vuelta en 20.000 días, adónde? al mundo, adónde va ser, hombre.
Y fíjate tú que 20.000 días son casi 55 años y esto lo sé yo porque lo he calculado con la calculadora a pilas, que si no de qué, a ver qué te has creído tú... Pues eso maño, que 55 años de viaje es una burrada de aúpa, vamos que luego así pesa el libro...
A lo que iba, pero sus colegas van y le ponen una condición, porque si no era una apuesta muy fácil claro, toma este qué listo, te diré... Y la condición es que no puede usar ningún medio de transporte, sólo mas que su silla ruedas, y la ayuda de su ayudante, el Pasapartú ese. Así que, en estas, la cosa ya se complica una pizca más y pasa que ni sé las penas que pasa para llegar a las Américas y luego alcorzar hasta la India.
Y hay trozos en que las ruedas se le atascan y al pobre Paspartú lo usa como si fuera un perro de tiro. Y bueno, no sé cuántas peripecias y penurias más. Ah sí, resulta que por el camino se liga a una pava y se la lleva con él, porque como no era más fea que tonta pues la engañó fácil con el rollo de los lisiados y tal, jaja, míralo qué espabilado el impedido, no es tonto no.
Y qué más... Ya no me acuerdo, si es que le pasan las mil y una canículas, las pasó caninas el pobre, pero vamos, que así a lo resumiendo, que al final la vuelta al mundo darla la da y llega a tiempo, justo por los pelos. Pero entonces resulta que se había olvidado del cambio de hora y claro, había perdido la apuesta, porque se había ido para el otro lado, para el que no era. Y eso, que por listo perdió toda su fortuna y se tuvo que ir a vivir a la calle pidiendo limosna y tal. Que si no hay pasta en eso se acaba y encima lisiado, pues ya imagínate, ahí te quedas y ahí te pudras... Así es como es.
Pero además que como estaba ya viejo chocho se murió a los cuatro días así que lo mismo le dio.
Y eso, que la pava ya le había dejado de hace tiempo, claro, porque se olía lo que iba a pasar, y porque la había preñado el Paspartú varias veces, lo que pasa que al Filias lo engañaba y le decía que eran suyos, que eran de él sus hijos, y el otro 'embobalicao', como dicen los de allende, se lo creía y tenía unos cacho cuernos que no cabía ni por la puerta el peón.
Total que el Paspartú también le dio plantón a mitad de viaje y se tuvo que apañar solo, engañando a algún ignorante con engaños y así.
Pero bastante había aguantado ya el Paspartú, no te creas, porque es que una expedición de esas no es cosa cualquiera, hay que estar ahí y pasarlo para saber lo que es eso, una faena muy gorda es lo que es. Y después de aguantar tanto, normal que se hartara, figúrate tú... Bien empleado se le está, por haber tragado con todo, a ver qué se había pensado, no te amuela el tío este!
El final es un poco triste, para qué nos vamos a engañar, las cosas como son. Pero bueno, que a mí lo mismo me da que me da lo mismo, que yo me he librado de leerlo, que yo me espero a que saquen la película y ya está arreglado, ves qué fácil? jaja.
PD: Ah, sí, y el Julio Viernes este, que digo yo que se llama así, lo que pasa es que estos gabachos no pronuncian ni mal ni nada, si se comen la mitad de las palabras! Pues eso, que te decía yo que el Julito este tiene otro libro que también es famoso, que se llama '80 leguas de viaje submarino' y este sí que es bastante cortito, jeje, pero igual es para morirse de aburrimiento con él, así que nada, el que quiera que haga lo que quiera, pero vamos que el menda (oséase servidor yo mismamente) no lo recomienda.
Hasta aquí la opinión de hoy, santo y seña.
19 de agosto de 2010
Abortomanía
La pesadilla del antiabortista:
Un mundo donde el aborto es legal y se practica con absoluta normalidad. Y mira tú por donde, a una chica no se le ocurre otra cosa que hacerse en su vientre un pequeño tatuaje, de un feto tachado por una línea, tras haber abortado y, conforme va abortando más veces, va añadiendo más fetos tachados. Y, claro, sale por la tele, es noticia, se hace famosa, las niñas siguen su ejemplo y se crea toda una moda.
Esto saca de quicio a los Anti, que se embarcan en una nueva cruzada, se dedican a su particular caza de brujas, persiguiendo a las 'matafetos'. Tanto es así que aparece una nueva ley: Levantar la ropa de cualquier persona es una violación a la intimidad y se pena con meses de prisión.
Esto supone un giro interesante, la vida del Anti se ve seriamente interrumpida cada vez que sobrepasa la libertad de cualquier presunta 'asesina en serie'. De esta manera, cuanto más fanático y radical se muestra en sus convicciones, más aislado y apartado se ve de la sociedad.
Reclusión que, con todo ese tiempo para reflexionar sobre su actitud y comportamiento, cabe la remota esperanza de que sirva para algo, aunque no se espera.
Otro mundo: Donde el aborto es legal y se ha convertido en práctica generalizada. Hasta tal punto que la natalidad se ha reducido a cero. La población envejece y practica de continuo abortos, ya que todo el sistema está organizado en torno a esa demanda masiva.
Hay más Centros de Aborto que viviendas. Toda la economía depende de los abortos. Todos los sueldos, todos los puestos de trabajo, todo, gira en torno a y se basa directa y enteramente en ello.
Es por esto que el gobierno premia a la población, la estimula para que practique cuantos más abortos mejor. Ahora lo patriótico no es consumir, es abortar, no hay incentivo ni lugar para nada más.
Ahora es práctica habitual el no tener pertenencias, ni siquiera hogar. El gobierno facilita habitaciones de hotel para los que declaran ir a 'fabricar un aborto'. Entre eso y el tiempo que se está en la clínica no hay margen para otras distracciones.
La pega es que, con tanta intervención, manoseo, raspado, etc, las vaginas de las abortantes están hechas polvo. Llega un momento en que se les caen a pedazos, como podridas, como con lepra.
A partir de ahí, la mujer inhabilitada para continuar abortando, ya no es útil para el sistema y se la retira discretamente de la circulación. 'Eutanasia' lo llaman...
Otro mundo: Igual al anterior, pero que ha ido aún un poco más lejos. Como la población no se renueva y ven que las 'mermas' empiezan a ser considerables, deciden suavizar el procedimiento para según qué casos, pues no quieren que nada afecte a la estadística, esto supondría un serio contratiempo, una incómoda perturbación, un molesto incordio para un sistema tan confortablemente instalado en su perfecto funcionamiento.
Así pues, lo que se hace es que, cuando una pareja acude para realizarse un aborto, primero se comprueba si hay embarazo. En caso negativo se aplica el protocolo 'suave', esto es: Se hace la pantomima de la intervención sin realmente intervenir. Así todo el mundo queda contento, el ciudadano siente que ha cumplido con su deber y la nación se congratula de sus cifras de éxitos obtenidos, lubricante imprescindible para la confianza y el sostenimiento de todo el sistema, además con menos gastos y todo! pues la pantomima no consume material ni recursos.
Tanto gusta este nuevo protocolo que se generaliza en un pispás y queda descartado el anterior, tan violento y desagradable...
Entonces pasa lo que tiene que pasar, que algunos embarazos consiguen salir adelante. Esto supone una situación bastante delicada. Socialmente está mal visto tener descendencia y este crítico trance no se quiere reconocer bajo ningún concepto. Por tanto surge un tabú en torno a ello. Se oculta, se finge, se disimula, se establece una especie de convención tácita al respecto.
Las que están de buen año se dice que tienen 'problemas de obesidad' o 'pobre, sufre de gases' o cosas por el estilo. Pero nunca nunca se reconoce la verdad. Y cuando el bebé ha nacido se dice que 'se encontró abandonado en la basura' o que 'una mujer pidió de aguantar su niño un momentito nada más...' o 'una gitana nos ha echado una maldición y mira qué horrible castigo', etc.
Todo esto se tolera únicamente por la renovación de población que supone. Pero bajo ningún concepto se permitirá cambio alguno en el sistema. Así pues, la educación de los futuros 'abortandos' es especialmente seria y firme en ese sentido.
Otro mundo: Igual que el anterior.
Ahora los hombres sienten que su participación no es suficiente. Desean el mismo protagonismo, el mismo reconocimiento, igualdad, quieren el aborto masculino.
Lo piden, lo anhelan, lo necesitan, hacen presión, se declaran en huelga, hasta que lo consiguen.
Con tal de contentarlos, se inventa un método absurdo, que consiste en introducir un tubito por la uretra y soltar una pequeña descarga eléctrica. Eso es suficiente para satisfacer su demanda.
El gobierno y el sistema salen reforzados de esta modificación. De repente la estadística se ha duplicado espectacularmente. Esto da carta blanca para mayores inversiones, etc.
El sistema gana en peso y autoridad, ahora sólo se dedica y atiende a sus abortantes, si no se aborta no se tienen derechos, ni se es reconocido como persona.
El número de abortos funciona como moneda de cambio. Tanto abortas tanto vales. El costo de cada privilegio viene cifrado en tales términos. De esta manera progresa y avanza, afable y ufana, una civilización 'madura y ejemplar', sin más complicaciones ni dificultades que las que se quiera buscar.
La pesadilla del proabortista:
Un mundo donde existe el control mental y se han bloqueado todas las ideas que no interesan al sistema. No se practican abortos porque no existe tal concepto en la mente de nadie. Esto se llama cortar el problema de raíz.
Tampoco existen los anticonceptivos. Pero esto no es suficiente, todavía hay veces en que el sexo no produce descendencia y eso no se puede tolerar! Se llena la tele de mensajes incitadores a la cópula, se llena el aire de hormonas sexuales, se llenan los alimentos de afrodisíacos y potenciadores de la fecundidad. Pero esto no es suficiente, grandes cantidades de semen se echan a perder tontamente, es un desperdicio intolerable, un crimen, un atentado a la vida!
Por esto se instala un mecanismo de seguridad en todos los varones, una especie de cinturón de castidad especial, que recoge todo esperma eyaculado y que durante el coito únicamente libera la cantidad imprescindible, aunque resulta bastante incómodo y aparatoso, desde luego. Aun así no es suficiente. Ahora hay excedente de espermatozoides pero escasez de óvulos, esto es un grave problema.
Especialmente molesta el tiempo de gestación del feto. Nueve meses es demasiado tiempo. Nueve meses son muchos óvulos que dejan de producirse, hay que mejorar ese rendimiento.
De tal modo que se inventa un procedimiento, unas incubadoras artificiales que se ocupan del periodo de gestación, liberando a las féminas para que sigan produciendo óvulos.
Pero aún sigue sin ser suficiente!
La naturaleza es exasperantemente lenta e ineficaz, continuamente el hombre ha de estar buscando formas de sacarle el máximo rendimiento.
Hay que aumentar más la natalidad, hace falta más materia prima. Para esto lo que se hace es disponer a toda la humanidad en 'fábricas de fertilidad', hacinados en cubículos especiales, conectados permanentemente a aparatos de medición, supervisión y extracción de semilloides (germilianos, como dicen los de allende), oséase: óvulos y esperma.
Para obtener la mayor rentabilidad, se ha modificado paulatinamente el organismo, se ha acelerado el metabolismo, se ha simplificado la nutrición y la generación de estímulos. Los sujetos reciben periódicamente chutes de diferentes cócteles de estupefacientes, para tenerlos contentos, distraídos y tal. Es parecido a lo de 'Mátris' pero en plan cutre-barato. Vamos, que no hay realidad virtual ni imágenes ni nada de eso.
Las 'fábricas de fertilidad' forman una bella estampa de perfección, uniformidad, regularidad y eficiencia. Logran un rendimiento excelente, espectacular, de cada sujeto. Pueden ostentar orgullosamente la medalla al mayor servicio a la vida. Ni una sola unidad procreadora es desperdiciada. Aunque para ello haya habido que reducir a la humanidad a un papel secundario, por así decirlo.
Pero no ha quedado más remedio, no te puedes imaginar lo irresponsable y problemático que es el ser humano si se lo deja libre. De no ser por nuestros atentos y constantes cuidados ya se habría extinguido la especie hace tiempo.
Fin de las pesadillas.
Estos ejemplos sirven para entender que la realidad, por fortuna, suele ser más comedida, que tiende a mantenerse en un cierto equilibrio razonable y que rara vez se inclina tanto hacia los extremos, a menos que el hombre se empeñe en poner a prueba sus límites.
Es la ley del péndulo, cuanta más oscilación se imprima en una dirección igual reacción se obtendrá a continuación en el sentido contrario.
A estas alturas el funcionamiento de las polaridades tendría que estar ya más que asumido. Pero en el caso del aborto no es así. Sigue habiendo fanatismos extremistas.
Pros y Antis tienen que aprender a respetarse mutuamente. Lo más importante que tiene el ser humano es la inteligencia, el entendimiento. La libertad es la principal consecuencia de la inteligencia bien aplicada. La conciencia nos permite reconocer el entorno, a nosotros mismos y tomar decisiones respecto a nuestro destino, el personal y el compartido.
Cada uno es libre y juega un papel junto a lo que le rodea. Pero hay unos límites, el principal es el respeto al prójimo. Ninguna constitución reconoce el derecho a la invasión o coartación de la libertad de los demás. Es una cuestión de lo más básica y evidente. Toda religión verdadera observa este respeto. No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. Trata a los demás como quieres que te traten a ti.
El Anti yerra en este sentido mucho más que el Pro.
El problema viene de una comprensión parcial e insuficiente de la vida. Interrumpir la formación de un feto puede parecer una intervención terrible, pero eso sólo es una opinión, un punto de vista, no es la verdad última, porque no hay una verdad última.
Puedo comprender que ciertas personas tengan esa especial sensibilidad con este asunto, pero eso es algo que han de aprender a gestionar en su esfera íntima, nunca a base de decir a los demás lo que pueden o no pueden hacer.
El juicio severo evidencia una cortedad de miras patente, una lógica rudimentaria que precisa mayor desarrollo y afinamiento.
No existe el mundo 'o blanco o negro', quien funciona a base de razonamientos de esa índole tiene un largo camino por recorrer, pues el verdadero entendimiento reside en la comprensión de las relaciones, de los matices, la esencia, lo sutil que conecta y vincula todo.
Me hace gracia esta gente, los Anti, por su exquisitez arbitraria, no se dan cuenta de que esa sensibilidad, ese escrúpulo que demuestran en tal asunto, sin embargo, no lo tienen en otras áreas donde también podrían tenerlo.
Porque, si eres tan fan de la vida, cómo es que no te ocupas de los niños que sufren? Cómo toleras el hambre o la pobreza? No deberías donar todo lo que esté en tu mano? Y qué me dices de tu sangre? Y tus órganos? Cómo osas inmiscuirte en lo que hacen los demás si no eres capaz de entregar tu vida a cualquiera? Quién eres tú para opinar de nadie? Cómo puedes desperdiciar de una manera tan tonta tu tiempo valiosísimo que tendrías que estar consagrando a los que más te necesitan? Cómo puedes respirar siquiera sabiendo todo el sufrimiento que hay en la Tierra? Cómo puedes seguir con vida sabiendo el lugar que le estás quitando a los demás, la oportunidad que les estás robando? Qué haces que no cuidas a las crías de pájaro o a las necesitadas tortuguitas? Y qué me dices de las necesarísimas lombrices, no vas a hacer nada por ellas? Por qué no proteges las frágiles telas de araña? No te preocupa que las pobres arañitas se puedan morir de hambre? O sólo te importan las criaturas bonitas y no los bichos feos? Tan 'elevado' es tu criterio? Tan 'elaborado' es tu entendimiento? Y qué hay de tu alimentación? Como puedes vivir con la conciencia de haber tomado la energía de otro ser vivo?
Si nos ponemos exquisitos vemos que no podemos existir, que cada gesto, cada movimiento, cada respiración supone una merma a la vida ajena. Monstruo! Cómo puedes cortarte las uñas! Te gustaría que te cortaran a ti, eh? No verdad? Pues eso.
Y qué haces comiendo huevos? Criminal!
Quién te da derecho a disponer sobre la vida de las bacterias y virus de tu cuerpo? Quién te has creído que eres para acabar con su existencia tomando medicamentos? Mira que eres superficial, no sabes valorar el maravilloso milagro de la vida que son, ellos merecen existir mucho más que tú. Qué méritos has hecho tú para estar aquí, eh? Di. Y te atreves a tomar decisiones sobre esas pobres criaturitas indefensas, vergüenza me das, miserable! Y así...
La fijación sentimentaloide no es más que una proyección elemental de miedos y deseos. La incapacidad de gestionar eso en el ámbito personal no es más que inmadurez pura y dura.
En realidad, la sensibilidad tiene su sentido como apreciación de la belleza de cada mínimo detalle y proceso de la vida. Ahora bien, de ahí a juzgar al prójimo y querer invadir su intimidad, limitar su libertad, va un abismo.
La madre es la responsable primera y última en este asunto, el proceso se da en su interior y es ella quien debe decidir si desea o no que se complete el proceso.
Nada ni nadie puede impedir que la voluntad de la madre se cumpla. Por el medio que sea.
Lo inteligente es reconocer esta realidad.
La gestación de un nuevo ser puede ser algo bellísimo, pero si no es deseado, no es más que un engendro invasor, un parásito que se sirve de tu vitalidad y cobijo para formarse y desarrollarse.
Ser madre ha de ser voluntario, elegido, deseado. De otro modo es absurdo, no tiene sentido.
Una sociedad cada vez más madura y responsable debe cuidar que la procreación se dé en estos términos de verdadera conciencia y consecuencia con ello.
Es imposible forzar algo así, el camino pasa por que tiene que haber libertad de elección.
El mismo respeto merece quien decide tener como quien decide no tener. Ambas posturas redundan positivamente en el conjunto de la existencia. Lo grotesco es forzar una descendencia no deseada, eso no hace sino incrementar y alimentar la infelicidad e inmadurez de la humanidad.
Hay que entender que la vida es más abundante, versátil, flexible y poderosa de lo que alcanzamos a imaginar. Frustrar la formación de un feto no es el fin del mundo, no crea una falla insalvable en el espacio-tiempo. Es un evento más de la infinitud de eventos que conforman la totalidad.
Cuando un folículo piloso no logra concretar su formación en tu dermis no colapsa el universo, no se hunde la realidad. Cuando un sistema solar es engullido por un agujero negro no se quiebra el continuo, no cesa la vida, no se detiene la existencia.
La esencia no cambia nunca. Su energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Que un proyecto viviente salga adelante o no es relativamente indiferente, anecdótico. Importa mucho más el modo, los términos en que cobra forma. No es lo que haces, es cómo lo haces y por qué lo haces. Los procesos vitales son ineludibles, si un accidente interrumpe una vida, la tarea prosigue en otros planos, a otros niveles. Es un poco como la red neuronal del cerebro, una neurona puede extinguirse, pero la red cuenta con infinitos caminos para solventar esa alteración. Ningún elemento es irremplazable por sí sólo, es el conjunto el que modula las fluctuaciones. Es más, el cambio es absolutamente necesario en todo momento, es la única garantía de la vida, lo demás son pamplinas.
Pertenecemos a la vida, pero la vida no nos pertenece. Este argumento es mal entendido por los Anti. No quiere decir que el feto tenga prevalencia sobre la madre, sino todo lo contrario. La vida nos es dada y nos es arrebatada, en cualquier momento y en cualquier circunstancia. No es una propiedad, no es un derecho inalienable.
La vida es flujo, cambio, continua interacción. Cada uno cuenta con la oportunidad de su existencia para disfrutar de ese tiempo de libertad y aprendizaje. Pero no hay ley escrita que valga en cuanto a su duración! Que vives cien años, pues enhorabuena a los premiados, que vives tres milésimas de segundo, pues eso es lo que hay. No caben reclamaciones.
Obviamente el derecho humano vela por el respeto hacia la vida del prójimo, pero para considerar a un sujeto formado y digno de consideración se hace precisa cierta prudencia y mesura. Un feto no puede considerarse persona, no al menos hasta que haya alcanzado una fase clara y definida de su gestación. Los dos primeros meses son un margen mínimo bastante razonable para que la madre tenga opción a decidir. Y eso siendo muy escrupulosos, que tampoco habría por qué.
Juzgar una vida 'frustrada' en función de su duración es verdaderamente inútil, ignorante a más no poder.
Sólo el ego puede caer en esa clase de pavor, pues teme su cierta desaparición con la muerte y por ello necesita todo el tiempo que le den y más! Pero un feto está hermosamente libre de ego, está en paz y en armonía con la esencia. No le supone ni el más mínimo inconveniente no llegar a formarse.
Pobre, patética criatura aquella que no es capaz de ver más allá del ego.
Como piensas, así vives. Obras por miedo? Revísalo.
No confías en la vida? Revísalo.
No soportas la idea de que un niñito adorable del cielo deje de existir? Revísalo, anda, hazte el favor.
Todo depende del punto desde el que se mira. Si sólo ves las cosas desde un punto de vista no puedes decir que entiendas nada.
Hay que darse cuenta de lo limitado de nuestro conocimiento, de nuestro localismo perceptual, nuestro esquematismo racional. Sólo así se puede tratar de ir más lejos, trascendernos. No conformarnos con lo primero que dicta nuestro 'celebro', como dicen los de allende. Que no es una máquina infalible, ni mucho menos. De hecho le tenemos que enseñar, nos tenemos que educar a nosotros mismos, en el buen aprovechamiento de sus recursos.
Sin ir más lejos, el establecimiento de categorías tiene una utilidad limitada. Decir que un feto es más sagrado que unas heces sólo tiene sentido en algunas situaciones, pero en otras no, según el contexto. Hay que entender que nuestras clasificaciones, nuestras escalas de valores, no son la verdad última, sólo son una convención provisional (y cultural) que facilitan desenvolvernos para ciertas funciones, pero todo ha de estar en revisión continua.
Más importante aún que reordenar las categorías es no olvidar nunca el fondo común, lo que iguala a toda la existencia, el plano donde todo tiene en sí y por sí una validez incuantificable, incualificable, incomparable y por ello mismo, equivalente y hermana.
Ante esa realidad de poco nos valen categorías, sentimentalismos, ni gaitas de esas. Claro que, para llegar ahí hay que ir poco a poco, y puede quedarnos todavía algo lejos, claro, pero aun así no hay que perderlo de vista.
Muchas veces nos quedamos cortos a la hora de valorar y evaluar cualquier suceso. Un ejemplo que me gusta especialmente:
Un niño pequeño está contento porque ha nacido su hermanito. Él quiere que sea su amigo y que jueguen juntos, pero el bebé no hace nada, y al día siguiente está igual! Tarda un montón en crecer, pues vaya rollo, anda y que le den!
Y ahí desaparece toda la ilusión por su hermanito, no le perdonará la decepción nunca, o al menos hasta que se le olvide.
Lo que el niño no entiende es que el fallo está en él, que sus expectativas no tenían fundamento. No disponía de experiencia suficiente como para saber qué esperar al respecto.
Lo que el niño no ve es que el bebé sí comparte esa ilusión, incluso de una forma mucho más intensa y continuada. Y de hecho crece muy rápido, aunque a simple vista no lo parezca! En buena medida lo hace motivado por ese deseo de ser amigos y jugar juntos. Su vida es patente voluntad viviente de esto, hasta un grado insospechado. De hecho todo el universo está colaborando en esa empresa, todo está dispuesto para ese fin, todo vibra con ese propósito. La sinfonía resuena hermosa y brillante, el coro crece y se entona en ese sentido. Mas el niño no capta tan bello canto, apenas intuye una lejana melodía. Ni se imagina la que se le viene encima! Jeje.
Es fascinante, es admirable, es increíble, es maravilloso, es un milagro! Pero nadie se da cuenta, está pasando en presente continuo y nadie lo ve.
El niño no aprecia esto ni lo comprende, ni los adultos saben distinguirlo ni valorarlo. Están bañados por un río de oro y apenas perciben el aura que desprenden. Pasa a borbotones por entre sus dedos y escasamente presienten el susurro sensual de su caricia.
El día que veamos la realidad en toda su belleza se nos derretirán los ojos de pura felicidad.
Mientras tanto, nada, a ciegas y a tortazos, como siempre.
Damos demasiadas cosas por sentado, únicamente por tradición o costumbre. Pero los tiempos cambian, el contexto varía, los valores mutan.
Si te paras a pensarlo, todo tiene un lado aparentemente correcto y otro lado aparentemente problemático. La ética consiste en saber ir apreciando estos matices, comprender todos los posibles puntos de vista, respetar la multiplicidad de interpretaciones. Hay que vivir con ello, así es como se crece, así es como uno va formándose por dentro.
Cambiar el mundo para que sea acorde a como a uno le parece mejor no es factible, ni siquiera recomendable. Porque es muy posible que nuestro pensamiento sea erróneo, parcial o completamente, y no es ese el camino por el que se avanza. Quien debe evolucionar es uno mismo, lo demás se dará por sí solo (si así ha de ser), como consecuencia de nuestra propia labor.
Lo interesante de la vida es la variedad, la mezcla. Aprender a convivir con culturas y filosofías distintas.
El canibalismo, el vampirismo, son horrendos o son comprensibles? Entiendo su naturaleza? Me doy cuenta de las similitudes que comparto con ellos? Soy consciente de la cercanía, de lo que me vincula a eso? Puedo respetar a mi vecino? O tengo que convertirlo a mi dogma a la fuerza?
Hablando de dogmas, qué opinión te merecen las transfusiones de sangre? Qué pasaría si mañana los Testigos de Jehová fueran la religión mayoritaria y decidieran sustituir las transfusiones por las de agua salada, que son las que ellos acostumbran a usar?
Para muchos sería un cambio intolerable, sin embargo la idoneidad de transfundir sangre es algo que damos por sentado sólo por hábito histórico, nada más.
De hecho, una revisión profunda de tal 'verdad científica' puede llevarnos a un interesante cuestionamiento de la misma. Siempre hay alternativas que no hemos contemplado, y muchas veces pasa que, por comodidad, por no tener que andar siempre replanteándonoslo todo, nos perdemos, pasamos por alto opciones más idóneas, mejores, más apropiadas.
En este caso, el plasma isotónico de Quinton se postula claramente como más adecuado que la transfusión de sangre, para más información al respecto véase: http://libros.mysofa.es/libro/el_plasma_de_quinton/critica/385767/el_agua_de_mar_nuestro_medio_interno/
Esto, curiosamente, nos permite apreciar de otra manera lo de las transfusiones de los Testigos de Jehová, ya que, en este sentido, no van tan desencaminados como pudiera parecer, ni mucho menos.
Al final quién es el bárbaro?
El que hace las cosas así o el que las hace asá?
El que sólo sabe hacerlas de una manera.
PD: Más en: http://dersony.blogspot.com/2013/07/adenda-abortomania.html
Un mundo donde el aborto es legal y se practica con absoluta normalidad. Y mira tú por donde, a una chica no se le ocurre otra cosa que hacerse en su vientre un pequeño tatuaje, de un feto tachado por una línea, tras haber abortado y, conforme va abortando más veces, va añadiendo más fetos tachados. Y, claro, sale por la tele, es noticia, se hace famosa, las niñas siguen su ejemplo y se crea toda una moda.
Esto saca de quicio a los Anti, que se embarcan en una nueva cruzada, se dedican a su particular caza de brujas, persiguiendo a las 'matafetos'. Tanto es así que aparece una nueva ley: Levantar la ropa de cualquier persona es una violación a la intimidad y se pena con meses de prisión.
Esto supone un giro interesante, la vida del Anti se ve seriamente interrumpida cada vez que sobrepasa la libertad de cualquier presunta 'asesina en serie'. De esta manera, cuanto más fanático y radical se muestra en sus convicciones, más aislado y apartado se ve de la sociedad.
Reclusión que, con todo ese tiempo para reflexionar sobre su actitud y comportamiento, cabe la remota esperanza de que sirva para algo, aunque no se espera.
Otro mundo: Donde el aborto es legal y se ha convertido en práctica generalizada. Hasta tal punto que la natalidad se ha reducido a cero. La población envejece y practica de continuo abortos, ya que todo el sistema está organizado en torno a esa demanda masiva.
Hay más Centros de Aborto que viviendas. Toda la economía depende de los abortos. Todos los sueldos, todos los puestos de trabajo, todo, gira en torno a y se basa directa y enteramente en ello.
Es por esto que el gobierno premia a la población, la estimula para que practique cuantos más abortos mejor. Ahora lo patriótico no es consumir, es abortar, no hay incentivo ni lugar para nada más.
Ahora es práctica habitual el no tener pertenencias, ni siquiera hogar. El gobierno facilita habitaciones de hotel para los que declaran ir a 'fabricar un aborto'. Entre eso y el tiempo que se está en la clínica no hay margen para otras distracciones.
La pega es que, con tanta intervención, manoseo, raspado, etc, las vaginas de las abortantes están hechas polvo. Llega un momento en que se les caen a pedazos, como podridas, como con lepra.
A partir de ahí, la mujer inhabilitada para continuar abortando, ya no es útil para el sistema y se la retira discretamente de la circulación. 'Eutanasia' lo llaman...
Otro mundo: Igual al anterior, pero que ha ido aún un poco más lejos. Como la población no se renueva y ven que las 'mermas' empiezan a ser considerables, deciden suavizar el procedimiento para según qué casos, pues no quieren que nada afecte a la estadística, esto supondría un serio contratiempo, una incómoda perturbación, un molesto incordio para un sistema tan confortablemente instalado en su perfecto funcionamiento.
Así pues, lo que se hace es que, cuando una pareja acude para realizarse un aborto, primero se comprueba si hay embarazo. En caso negativo se aplica el protocolo 'suave', esto es: Se hace la pantomima de la intervención sin realmente intervenir. Así todo el mundo queda contento, el ciudadano siente que ha cumplido con su deber y la nación se congratula de sus cifras de éxitos obtenidos, lubricante imprescindible para la confianza y el sostenimiento de todo el sistema, además con menos gastos y todo! pues la pantomima no consume material ni recursos.
Tanto gusta este nuevo protocolo que se generaliza en un pispás y queda descartado el anterior, tan violento y desagradable...
Entonces pasa lo que tiene que pasar, que algunos embarazos consiguen salir adelante. Esto supone una situación bastante delicada. Socialmente está mal visto tener descendencia y este crítico trance no se quiere reconocer bajo ningún concepto. Por tanto surge un tabú en torno a ello. Se oculta, se finge, se disimula, se establece una especie de convención tácita al respecto.
Las que están de buen año se dice que tienen 'problemas de obesidad' o 'pobre, sufre de gases' o cosas por el estilo. Pero nunca nunca se reconoce la verdad. Y cuando el bebé ha nacido se dice que 'se encontró abandonado en la basura' o que 'una mujer pidió de aguantar su niño un momentito nada más...' o 'una gitana nos ha echado una maldición y mira qué horrible castigo', etc.
Todo esto se tolera únicamente por la renovación de población que supone. Pero bajo ningún concepto se permitirá cambio alguno en el sistema. Así pues, la educación de los futuros 'abortandos' es especialmente seria y firme en ese sentido.
Otro mundo: Igual que el anterior.
Ahora los hombres sienten que su participación no es suficiente. Desean el mismo protagonismo, el mismo reconocimiento, igualdad, quieren el aborto masculino.
Lo piden, lo anhelan, lo necesitan, hacen presión, se declaran en huelga, hasta que lo consiguen.
Con tal de contentarlos, se inventa un método absurdo, que consiste en introducir un tubito por la uretra y soltar una pequeña descarga eléctrica. Eso es suficiente para satisfacer su demanda.
El gobierno y el sistema salen reforzados de esta modificación. De repente la estadística se ha duplicado espectacularmente. Esto da carta blanca para mayores inversiones, etc.
El sistema gana en peso y autoridad, ahora sólo se dedica y atiende a sus abortantes, si no se aborta no se tienen derechos, ni se es reconocido como persona.
El número de abortos funciona como moneda de cambio. Tanto abortas tanto vales. El costo de cada privilegio viene cifrado en tales términos. De esta manera progresa y avanza, afable y ufana, una civilización 'madura y ejemplar', sin más complicaciones ni dificultades que las que se quiera buscar.
La pesadilla del proabortista:
Un mundo donde existe el control mental y se han bloqueado todas las ideas que no interesan al sistema. No se practican abortos porque no existe tal concepto en la mente de nadie. Esto se llama cortar el problema de raíz.
Tampoco existen los anticonceptivos. Pero esto no es suficiente, todavía hay veces en que el sexo no produce descendencia y eso no se puede tolerar! Se llena la tele de mensajes incitadores a la cópula, se llena el aire de hormonas sexuales, se llenan los alimentos de afrodisíacos y potenciadores de la fecundidad. Pero esto no es suficiente, grandes cantidades de semen se echan a perder tontamente, es un desperdicio intolerable, un crimen, un atentado a la vida!
Por esto se instala un mecanismo de seguridad en todos los varones, una especie de cinturón de castidad especial, que recoge todo esperma eyaculado y que durante el coito únicamente libera la cantidad imprescindible, aunque resulta bastante incómodo y aparatoso, desde luego. Aun así no es suficiente. Ahora hay excedente de espermatozoides pero escasez de óvulos, esto es un grave problema.
Especialmente molesta el tiempo de gestación del feto. Nueve meses es demasiado tiempo. Nueve meses son muchos óvulos que dejan de producirse, hay que mejorar ese rendimiento.
De tal modo que se inventa un procedimiento, unas incubadoras artificiales que se ocupan del periodo de gestación, liberando a las féminas para que sigan produciendo óvulos.
Pero aún sigue sin ser suficiente!
La naturaleza es exasperantemente lenta e ineficaz, continuamente el hombre ha de estar buscando formas de sacarle el máximo rendimiento.
Hay que aumentar más la natalidad, hace falta más materia prima. Para esto lo que se hace es disponer a toda la humanidad en 'fábricas de fertilidad', hacinados en cubículos especiales, conectados permanentemente a aparatos de medición, supervisión y extracción de semilloides (germilianos, como dicen los de allende), oséase: óvulos y esperma.
Para obtener la mayor rentabilidad, se ha modificado paulatinamente el organismo, se ha acelerado el metabolismo, se ha simplificado la nutrición y la generación de estímulos. Los sujetos reciben periódicamente chutes de diferentes cócteles de estupefacientes, para tenerlos contentos, distraídos y tal. Es parecido a lo de 'Mátris' pero en plan cutre-barato. Vamos, que no hay realidad virtual ni imágenes ni nada de eso.
Las 'fábricas de fertilidad' forman una bella estampa de perfección, uniformidad, regularidad y eficiencia. Logran un rendimiento excelente, espectacular, de cada sujeto. Pueden ostentar orgullosamente la medalla al mayor servicio a la vida. Ni una sola unidad procreadora es desperdiciada. Aunque para ello haya habido que reducir a la humanidad a un papel secundario, por así decirlo.
Pero no ha quedado más remedio, no te puedes imaginar lo irresponsable y problemático que es el ser humano si se lo deja libre. De no ser por nuestros atentos y constantes cuidados ya se habría extinguido la especie hace tiempo.
Fin de las pesadillas.
Estos ejemplos sirven para entender que la realidad, por fortuna, suele ser más comedida, que tiende a mantenerse en un cierto equilibrio razonable y que rara vez se inclina tanto hacia los extremos, a menos que el hombre se empeñe en poner a prueba sus límites.
Es la ley del péndulo, cuanta más oscilación se imprima en una dirección igual reacción se obtendrá a continuación en el sentido contrario.
A estas alturas el funcionamiento de las polaridades tendría que estar ya más que asumido. Pero en el caso del aborto no es así. Sigue habiendo fanatismos extremistas.
Pros y Antis tienen que aprender a respetarse mutuamente. Lo más importante que tiene el ser humano es la inteligencia, el entendimiento. La libertad es la principal consecuencia de la inteligencia bien aplicada. La conciencia nos permite reconocer el entorno, a nosotros mismos y tomar decisiones respecto a nuestro destino, el personal y el compartido.
Cada uno es libre y juega un papel junto a lo que le rodea. Pero hay unos límites, el principal es el respeto al prójimo. Ninguna constitución reconoce el derecho a la invasión o coartación de la libertad de los demás. Es una cuestión de lo más básica y evidente. Toda religión verdadera observa este respeto. No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. Trata a los demás como quieres que te traten a ti.
El Anti yerra en este sentido mucho más que el Pro.
El problema viene de una comprensión parcial e insuficiente de la vida. Interrumpir la formación de un feto puede parecer una intervención terrible, pero eso sólo es una opinión, un punto de vista, no es la verdad última, porque no hay una verdad última.
Puedo comprender que ciertas personas tengan esa especial sensibilidad con este asunto, pero eso es algo que han de aprender a gestionar en su esfera íntima, nunca a base de decir a los demás lo que pueden o no pueden hacer.
El juicio severo evidencia una cortedad de miras patente, una lógica rudimentaria que precisa mayor desarrollo y afinamiento.
No existe el mundo 'o blanco o negro', quien funciona a base de razonamientos de esa índole tiene un largo camino por recorrer, pues el verdadero entendimiento reside en la comprensión de las relaciones, de los matices, la esencia, lo sutil que conecta y vincula todo.
Me hace gracia esta gente, los Anti, por su exquisitez arbitraria, no se dan cuenta de que esa sensibilidad, ese escrúpulo que demuestran en tal asunto, sin embargo, no lo tienen en otras áreas donde también podrían tenerlo.
Porque, si eres tan fan de la vida, cómo es que no te ocupas de los niños que sufren? Cómo toleras el hambre o la pobreza? No deberías donar todo lo que esté en tu mano? Y qué me dices de tu sangre? Y tus órganos? Cómo osas inmiscuirte en lo que hacen los demás si no eres capaz de entregar tu vida a cualquiera? Quién eres tú para opinar de nadie? Cómo puedes desperdiciar de una manera tan tonta tu tiempo valiosísimo que tendrías que estar consagrando a los que más te necesitan? Cómo puedes respirar siquiera sabiendo todo el sufrimiento que hay en la Tierra? Cómo puedes seguir con vida sabiendo el lugar que le estás quitando a los demás, la oportunidad que les estás robando? Qué haces que no cuidas a las crías de pájaro o a las necesitadas tortuguitas? Y qué me dices de las necesarísimas lombrices, no vas a hacer nada por ellas? Por qué no proteges las frágiles telas de araña? No te preocupa que las pobres arañitas se puedan morir de hambre? O sólo te importan las criaturas bonitas y no los bichos feos? Tan 'elevado' es tu criterio? Tan 'elaborado' es tu entendimiento? Y qué hay de tu alimentación? Como puedes vivir con la conciencia de haber tomado la energía de otro ser vivo?
Si nos ponemos exquisitos vemos que no podemos existir, que cada gesto, cada movimiento, cada respiración supone una merma a la vida ajena. Monstruo! Cómo puedes cortarte las uñas! Te gustaría que te cortaran a ti, eh? No verdad? Pues eso.
Y qué haces comiendo huevos? Criminal!
Quién te da derecho a disponer sobre la vida de las bacterias y virus de tu cuerpo? Quién te has creído que eres para acabar con su existencia tomando medicamentos? Mira que eres superficial, no sabes valorar el maravilloso milagro de la vida que son, ellos merecen existir mucho más que tú. Qué méritos has hecho tú para estar aquí, eh? Di. Y te atreves a tomar decisiones sobre esas pobres criaturitas indefensas, vergüenza me das, miserable! Y así...
La fijación sentimentaloide no es más que una proyección elemental de miedos y deseos. La incapacidad de gestionar eso en el ámbito personal no es más que inmadurez pura y dura.
En realidad, la sensibilidad tiene su sentido como apreciación de la belleza de cada mínimo detalle y proceso de la vida. Ahora bien, de ahí a juzgar al prójimo y querer invadir su intimidad, limitar su libertad, va un abismo.
La madre es la responsable primera y última en este asunto, el proceso se da en su interior y es ella quien debe decidir si desea o no que se complete el proceso.
Nada ni nadie puede impedir que la voluntad de la madre se cumpla. Por el medio que sea.
Lo inteligente es reconocer esta realidad.
La gestación de un nuevo ser puede ser algo bellísimo, pero si no es deseado, no es más que un engendro invasor, un parásito que se sirve de tu vitalidad y cobijo para formarse y desarrollarse.
Ser madre ha de ser voluntario, elegido, deseado. De otro modo es absurdo, no tiene sentido.
Una sociedad cada vez más madura y responsable debe cuidar que la procreación se dé en estos términos de verdadera conciencia y consecuencia con ello.
Es imposible forzar algo así, el camino pasa por que tiene que haber libertad de elección.
El mismo respeto merece quien decide tener como quien decide no tener. Ambas posturas redundan positivamente en el conjunto de la existencia. Lo grotesco es forzar una descendencia no deseada, eso no hace sino incrementar y alimentar la infelicidad e inmadurez de la humanidad.
Hay que entender que la vida es más abundante, versátil, flexible y poderosa de lo que alcanzamos a imaginar. Frustrar la formación de un feto no es el fin del mundo, no crea una falla insalvable en el espacio-tiempo. Es un evento más de la infinitud de eventos que conforman la totalidad.
Cuando un folículo piloso no logra concretar su formación en tu dermis no colapsa el universo, no se hunde la realidad. Cuando un sistema solar es engullido por un agujero negro no se quiebra el continuo, no cesa la vida, no se detiene la existencia.
La esencia no cambia nunca. Su energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Que un proyecto viviente salga adelante o no es relativamente indiferente, anecdótico. Importa mucho más el modo, los términos en que cobra forma. No es lo que haces, es cómo lo haces y por qué lo haces. Los procesos vitales son ineludibles, si un accidente interrumpe una vida, la tarea prosigue en otros planos, a otros niveles. Es un poco como la red neuronal del cerebro, una neurona puede extinguirse, pero la red cuenta con infinitos caminos para solventar esa alteración. Ningún elemento es irremplazable por sí sólo, es el conjunto el que modula las fluctuaciones. Es más, el cambio es absolutamente necesario en todo momento, es la única garantía de la vida, lo demás son pamplinas.
Pertenecemos a la vida, pero la vida no nos pertenece. Este argumento es mal entendido por los Anti. No quiere decir que el feto tenga prevalencia sobre la madre, sino todo lo contrario. La vida nos es dada y nos es arrebatada, en cualquier momento y en cualquier circunstancia. No es una propiedad, no es un derecho inalienable.
La vida es flujo, cambio, continua interacción. Cada uno cuenta con la oportunidad de su existencia para disfrutar de ese tiempo de libertad y aprendizaje. Pero no hay ley escrita que valga en cuanto a su duración! Que vives cien años, pues enhorabuena a los premiados, que vives tres milésimas de segundo, pues eso es lo que hay. No caben reclamaciones.
Obviamente el derecho humano vela por el respeto hacia la vida del prójimo, pero para considerar a un sujeto formado y digno de consideración se hace precisa cierta prudencia y mesura. Un feto no puede considerarse persona, no al menos hasta que haya alcanzado una fase clara y definida de su gestación. Los dos primeros meses son un margen mínimo bastante razonable para que la madre tenga opción a decidir. Y eso siendo muy escrupulosos, que tampoco habría por qué.
Juzgar una vida 'frustrada' en función de su duración es verdaderamente inútil, ignorante a más no poder.
Sólo el ego puede caer en esa clase de pavor, pues teme su cierta desaparición con la muerte y por ello necesita todo el tiempo que le den y más! Pero un feto está hermosamente libre de ego, está en paz y en armonía con la esencia. No le supone ni el más mínimo inconveniente no llegar a formarse.
Pobre, patética criatura aquella que no es capaz de ver más allá del ego.
Como piensas, así vives. Obras por miedo? Revísalo.
No confías en la vida? Revísalo.
No soportas la idea de que un niñito adorable del cielo deje de existir? Revísalo, anda, hazte el favor.
Todo depende del punto desde el que se mira. Si sólo ves las cosas desde un punto de vista no puedes decir que entiendas nada.
Hay que darse cuenta de lo limitado de nuestro conocimiento, de nuestro localismo perceptual, nuestro esquematismo racional. Sólo así se puede tratar de ir más lejos, trascendernos. No conformarnos con lo primero que dicta nuestro 'celebro', como dicen los de allende. Que no es una máquina infalible, ni mucho menos. De hecho le tenemos que enseñar, nos tenemos que educar a nosotros mismos, en el buen aprovechamiento de sus recursos.
Sin ir más lejos, el establecimiento de categorías tiene una utilidad limitada. Decir que un feto es más sagrado que unas heces sólo tiene sentido en algunas situaciones, pero en otras no, según el contexto. Hay que entender que nuestras clasificaciones, nuestras escalas de valores, no son la verdad última, sólo son una convención provisional (y cultural) que facilitan desenvolvernos para ciertas funciones, pero todo ha de estar en revisión continua.
Más importante aún que reordenar las categorías es no olvidar nunca el fondo común, lo que iguala a toda la existencia, el plano donde todo tiene en sí y por sí una validez incuantificable, incualificable, incomparable y por ello mismo, equivalente y hermana.
Ante esa realidad de poco nos valen categorías, sentimentalismos, ni gaitas de esas. Claro que, para llegar ahí hay que ir poco a poco, y puede quedarnos todavía algo lejos, claro, pero aun así no hay que perderlo de vista.
Muchas veces nos quedamos cortos a la hora de valorar y evaluar cualquier suceso. Un ejemplo que me gusta especialmente:
Un niño pequeño está contento porque ha nacido su hermanito. Él quiere que sea su amigo y que jueguen juntos, pero el bebé no hace nada, y al día siguiente está igual! Tarda un montón en crecer, pues vaya rollo, anda y que le den!
Y ahí desaparece toda la ilusión por su hermanito, no le perdonará la decepción nunca, o al menos hasta que se le olvide.
Lo que el niño no entiende es que el fallo está en él, que sus expectativas no tenían fundamento. No disponía de experiencia suficiente como para saber qué esperar al respecto.
Lo que el niño no ve es que el bebé sí comparte esa ilusión, incluso de una forma mucho más intensa y continuada. Y de hecho crece muy rápido, aunque a simple vista no lo parezca! En buena medida lo hace motivado por ese deseo de ser amigos y jugar juntos. Su vida es patente voluntad viviente de esto, hasta un grado insospechado. De hecho todo el universo está colaborando en esa empresa, todo está dispuesto para ese fin, todo vibra con ese propósito. La sinfonía resuena hermosa y brillante, el coro crece y se entona en ese sentido. Mas el niño no capta tan bello canto, apenas intuye una lejana melodía. Ni se imagina la que se le viene encima! Jeje.
Es fascinante, es admirable, es increíble, es maravilloso, es un milagro! Pero nadie se da cuenta, está pasando en presente continuo y nadie lo ve.
El niño no aprecia esto ni lo comprende, ni los adultos saben distinguirlo ni valorarlo. Están bañados por un río de oro y apenas perciben el aura que desprenden. Pasa a borbotones por entre sus dedos y escasamente presienten el susurro sensual de su caricia.
El día que veamos la realidad en toda su belleza se nos derretirán los ojos de pura felicidad.
Mientras tanto, nada, a ciegas y a tortazos, como siempre.
Damos demasiadas cosas por sentado, únicamente por tradición o costumbre. Pero los tiempos cambian, el contexto varía, los valores mutan.
Si te paras a pensarlo, todo tiene un lado aparentemente correcto y otro lado aparentemente problemático. La ética consiste en saber ir apreciando estos matices, comprender todos los posibles puntos de vista, respetar la multiplicidad de interpretaciones. Hay que vivir con ello, así es como se crece, así es como uno va formándose por dentro.
Cambiar el mundo para que sea acorde a como a uno le parece mejor no es factible, ni siquiera recomendable. Porque es muy posible que nuestro pensamiento sea erróneo, parcial o completamente, y no es ese el camino por el que se avanza. Quien debe evolucionar es uno mismo, lo demás se dará por sí solo (si así ha de ser), como consecuencia de nuestra propia labor.
Lo interesante de la vida es la variedad, la mezcla. Aprender a convivir con culturas y filosofías distintas.
El canibalismo, el vampirismo, son horrendos o son comprensibles? Entiendo su naturaleza? Me doy cuenta de las similitudes que comparto con ellos? Soy consciente de la cercanía, de lo que me vincula a eso? Puedo respetar a mi vecino? O tengo que convertirlo a mi dogma a la fuerza?
Hablando de dogmas, qué opinión te merecen las transfusiones de sangre? Qué pasaría si mañana los Testigos de Jehová fueran la religión mayoritaria y decidieran sustituir las transfusiones por las de agua salada, que son las que ellos acostumbran a usar?
Para muchos sería un cambio intolerable, sin embargo la idoneidad de transfundir sangre es algo que damos por sentado sólo por hábito histórico, nada más.
De hecho, una revisión profunda de tal 'verdad científica' puede llevarnos a un interesante cuestionamiento de la misma. Siempre hay alternativas que no hemos contemplado, y muchas veces pasa que, por comodidad, por no tener que andar siempre replanteándonoslo todo, nos perdemos, pasamos por alto opciones más idóneas, mejores, más apropiadas.
En este caso, el plasma isotónico de Quinton se postula claramente como más adecuado que la transfusión de sangre, para más información al respecto véase: http://libros.mysofa.es/libro/el_plasma_de_quinton/critica/385767/el_agua_de_mar_nuestro_medio_interno/
Esto, curiosamente, nos permite apreciar de otra manera lo de las transfusiones de los Testigos de Jehová, ya que, en este sentido, no van tan desencaminados como pudiera parecer, ni mucho menos.
Al final quién es el bárbaro?
El que hace las cosas así o el que las hace asá?
El que sólo sabe hacerlas de una manera.
PD: Más en: http://dersony.blogspot.com/2013/07/adenda-abortomania.html
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