"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

aviso

Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



31 de octubre de 2010

Antipodae

Detener el tiempo, es posible? Ahora nos vendría bastante bien.

Hoy ha amanecido con un pequeño sol negro asomando por el horizonte. He ido al quiosco, he comprado el periódico y ahí se explica todo. Lo que tenía que pasar pasó, el LHC la ha cagado, a lo grande.

Ahora hay un agujero negro devorando la tierra. No han calculado cuánto le va a costar terminar con el planeta, eso es que no va a tardar nada, menos de lo que se tardaría en calcularlo. Ya da igual.

Justo ahora ando por las antípodas, así que puedo pillar un buen sitio para contemplar el colapso final. Qué potra, jeje.

Te cuento, el sol negro del horizonte no se eleva pero sí que aumenta de tamaño y, justo enfrente suyo, a 180 grados, asoma otro sol negro de iguales proporciones. Está claro que son el dichoso agujero, no me imaginaba que se vería así.

Pues bien, poco a poco se van acercando uno al otro y yo empiezo a sentir como un cosquilleo por dentro, como si me fuese a poner a flotar de repente en el aire.

Las cosas se ven un poco estiradas hacia los agujeros, alargadas, como en un cinemascope mal ajustado. Las sombras se pierden en el horizonte, igual que en el ocaso.

Mi cuerpo se estira como un chicle, aunque, afortunadamente, no siento ninguna molestia por ello. Es curiosa esta flexibilidad, uno esperaría desgarrarse espantosamente, deshacerse en pedacitos envuelto por el dolor más insoportable, a causa de esta atracción bipolar, pero no es así. Supongo que el espacio es más maleable de lo que creíamos, o no sé, algo por el estilo.

Ahora soy un espagueti y todo lo que me rodea son hebras ebrias, 'hébridas', como dirían los de allende, joviales y cantarinas. La misma euforia inexplicable embarga todo mi ser. Quién iba a decir que esto sería tan divertido!

Los agujeros ya casi se tocan y la materia vibra extasiada ante su inminente liberación, disolución. Lo que queda de nosotros se ha fundido, comprimido y convertido en un filamento incandescente, de pura energía.

Ahora el agujero se muestra en toda su extensión, como un inmenso océano sobre el que flotara una chispita diminuta y al segundo: Srruupp!