1 de diciembre de 2008
la vida solucionada
El capitalismo, este glorioso sistema nuestro, se sustenta en el consumo.
La gente siempre aspira a más. Todos queremos vivir mejor, con más comodidades, con más cosas, juguetes, caprichos, diversiones, cualquier cosa que nos ayude a alejarnos de las angustias y los problemas (No queremos sufrir). Porque, aunque parezca mentira, la vida no es siempre un camino de rosas.
Total que la palabra mágica, la llave que abre todas las puertas, es 'dinero', y eso es lo que todos persiguen, ambicionan, codician, sin pensar en nada más.
Por eso se busca siempre el camino más fácil y más rápido para conseguirlo, sin tener que trabajar demasiado.
Cualquier trapicheo vale: bolsa, apuestas, contrabando, estafas, timos, hurtos, lo que sea.
De esta forma es natural que abunden y prosperen negocios tan 'edificantes' como lucrativos: Bancos, casinos, burdeles, inmobiliarias... Cualquier cosa con tal de sacar beneficio (No importa la mercancía: Si se vende, es buena.)
Compra, compra, vende, vende, espabila, entra en el juego, véndete, mercantilízate, cosifícate, esta es tu gran oportunidad (Dame tu dinero y harás el negocio de tu vida.)
Y, de entre toda esa maraña, la reina del cotarro es la lotería.
Invento genial que ha ido perfeccionando su funcionamiento hasta convertirse en la sublime obra de arte que es hoy en día. (No es de extrañar su enorme éxito.)
La cosa es así:
Tú vas a un edificio oficial de apuestas (Hay uno en cada esquina), entras en uno de los cubículos de apuestas y, cuando te diga la pantalla, pulsas un botoncito. Al instante te saldrá el resultado diciéndote si has ganado o no (Sólo hay dos bolas en el bombo virtual: 'Sí' y 'No'). En caso de salir premiado, tu recompensa será un sueldo multimillonario (Una auténtica burrada), o sea: la vida solucionada. Y, en caso de no resultar agraciado por la diosa fortuna (Caprichosa y esquiva como ninguna), el 'precio' a pagar es tu vida, que te será inmediata y automáticamente arrebatada, allí mismo, en un instante, antes de que te quieras dar cuenta (O sea: la vida solucionada igualmente.)
Aparte de esto, cabe destacar que participar es totalmente gratis y se puede probar suerte tantas veces como se quiera.
Por todo esto, ya nadie trabaja ni hace nada y todos se dedican a jugar como locos a la lotería (Qué le vas a hacer, es la mejor 'opción'.)
A pesar incluso del preocupante rumor que corre de que, en realidad, la lotería nunca da premio y que todo el que juega palma.
Idea que, en lugar de intimidar, espolea más aún las ansias de poder de las gentes, pues, en sus monetarizadas (Monetalíricas) mentes, la muerte del prójimo equivale a 'aumento' de posibilidades de ganar y a 'mayor' beneficio a conseguir (Menos a repartir, más a tocar) y disfrutar. Es lo que tiene el capitalismo, que es incapaz de contemplar la realidad si no es en términos económicos (O dinéricos', como dicen los de allende (Ay, mis dinericos...))
Así pues el mundo se va al garete por la vía rápida, la gente cae como moscas, atraídas por el irresistible resplandor de neón de las apuestas (Dinero fácil.)
Y los que no sucumben a la tentación tampoco están por la labor de pringar por los demás, así que emigran (Tonto el último), chanchullan, roban y hacen lo que haga falta con tal de vivir sin dar un palo al agua, que, en definitiva, es el único y verdadero anhelo de la humanidad y que es lo que nos ha conducido, tan ricamente, hasta este... FIN.
--Fanfarria animada y créditos--
(Dedicado a Cesar, que parece que aún 'cree' en la suerte.)
La gente siempre aspira a más. Todos queremos vivir mejor, con más comodidades, con más cosas, juguetes, caprichos, diversiones, cualquier cosa que nos ayude a alejarnos de las angustias y los problemas (No queremos sufrir). Porque, aunque parezca mentira, la vida no es siempre un camino de rosas.
Total que la palabra mágica, la llave que abre todas las puertas, es 'dinero', y eso es lo que todos persiguen, ambicionan, codician, sin pensar en nada más.
Por eso se busca siempre el camino más fácil y más rápido para conseguirlo, sin tener que trabajar demasiado.
Cualquier trapicheo vale: bolsa, apuestas, contrabando, estafas, timos, hurtos, lo que sea.
De esta forma es natural que abunden y prosperen negocios tan 'edificantes' como lucrativos: Bancos, casinos, burdeles, inmobiliarias... Cualquier cosa con tal de sacar beneficio (No importa la mercancía: Si se vende, es buena.)
Compra, compra, vende, vende, espabila, entra en el juego, véndete, mercantilízate, cosifícate, esta es tu gran oportunidad (Dame tu dinero y harás el negocio de tu vida.)
Y, de entre toda esa maraña, la reina del cotarro es la lotería.
Invento genial que ha ido perfeccionando su funcionamiento hasta convertirse en la sublime obra de arte que es hoy en día. (No es de extrañar su enorme éxito.)
La cosa es así:
Tú vas a un edificio oficial de apuestas (Hay uno en cada esquina), entras en uno de los cubículos de apuestas y, cuando te diga la pantalla, pulsas un botoncito. Al instante te saldrá el resultado diciéndote si has ganado o no (Sólo hay dos bolas en el bombo virtual: 'Sí' y 'No'). En caso de salir premiado, tu recompensa será un sueldo multimillonario (Una auténtica burrada), o sea: la vida solucionada. Y, en caso de no resultar agraciado por la diosa fortuna (Caprichosa y esquiva como ninguna), el 'precio' a pagar es tu vida, que te será inmediata y automáticamente arrebatada, allí mismo, en un instante, antes de que te quieras dar cuenta (O sea: la vida solucionada igualmente.)
Aparte de esto, cabe destacar que participar es totalmente gratis y se puede probar suerte tantas veces como se quiera.
Por todo esto, ya nadie trabaja ni hace nada y todos se dedican a jugar como locos a la lotería (Qué le vas a hacer, es la mejor 'opción'.)
A pesar incluso del preocupante rumor que corre de que, en realidad, la lotería nunca da premio y que todo el que juega palma.
Idea que, en lugar de intimidar, espolea más aún las ansias de poder de las gentes, pues, en sus monetarizadas (Monetalíricas) mentes, la muerte del prójimo equivale a 'aumento' de posibilidades de ganar y a 'mayor' beneficio a conseguir (Menos a repartir, más a tocar) y disfrutar. Es lo que tiene el capitalismo, que es incapaz de contemplar la realidad si no es en términos económicos (O dinéricos', como dicen los de allende (Ay, mis dinericos...))
Así pues el mundo se va al garete por la vía rápida, la gente cae como moscas, atraídas por el irresistible resplandor de neón de las apuestas (Dinero fácil.)
Y los que no sucumben a la tentación tampoco están por la labor de pringar por los demás, así que emigran (Tonto el último), chanchullan, roban y hacen lo que haga falta con tal de vivir sin dar un palo al agua, que, en definitiva, es el único y verdadero anhelo de la humanidad y que es lo que nos ha conducido, tan ricamente, hasta este... FIN.
--Fanfarria animada y créditos--
(Dedicado a Cesar, que parece que aún 'cree' en la suerte.)
la guerra que llegó tarde
En la primera guerra mundial todos los países, todos, tenían la obligatoria obligación de participar como participantes.
A los que se les ocurrió la ocurrencia de hacer una grandiosa gran guerra guerrera, inmunda, mundanal y planetaria con todo el mundo, pronto enseguida les pareció bien el parecer de que había que imponer un poco de orden impuesto y ordenado, porque si no iba a ser un lío de esos que no te aclaras. Por eso decidieron decisos la decisión de montar turnos para que los países guerrearan la guerra a su debido turno.
Hicieron una lista hacendosa hecha con los listos países listados y repartieron las fechas fechadas, fechando por turnos los turnos oportunos. También decidían además con quién te tocaba pelear la pelea. Lo más normal, normalmente, era luchar la lucha luchando vecino contra vecino, entre vecinos, para no tener que irse muy lejos, porque si no la guerra sale muy cara y muy costosa.
Total, en suma, que los países iban entrando conflictivamente en conflicto a su debido tiempo y por los belicosos campos de batalla siempre había algún historiado historiador o alguna erúdita eminencia (algún entendido, para entendernos), anotando para apuntar quién había ganado la victoria.
Eso era importantemente importante, porque si haces una guerra es para saber quién es el más mejor y así luego puedes hacer lo que te da la gana haciendo lo que te apetece y todos te hacen caso y te dejan en paz tranquilo a tus anchas.
El caso es que cuando llegó el turno de Gunildia versus Pelarna era un lluvioso martes y 13 y estaba lloviendo copiosamente bastante, así que se reunieron en una reunión y decidieron la decisión de aplazar el plazo del enfrentamiento frente a frente (más que nada porque, más que nada, los gunildianos son algo bastante supersticiosos y los pelarnos son también un poco muy suyos, así que...)
Lo que pasa es que les costó una tremenda barbaridad enorme ponerse de acuerdo en ponerse de acuerdo en la fecha para quedar.
Tenían sus complicadas agendas un poco complicadas, cuando podía uno no podía el otro y cuando podía el otro no podía el uno y así. Se pasaron el rato pasando el rato hasta que el rato se quedó pasado.
Al final, finalmente, por una cosa y por otra, acordaron que se acordarían de encontrarse el 7 de agosto de 1991, sábado, a las 7 de la mañana para ser más exactamente exactos.
Y así quedó fijado el plazo del aplazamiento y de esta forma, de tal manera, terminó la conclusión de la primerísima primera guerra mundial y los historiados historiadores anotaron diligentes y aplicados todos los resultados en sus cuadernos de notas (forrados y plastificados). Resultados resultantes de todos los encontrados encuentros efectuados menos ese faltante que faltaba y que tuvieron que dejar en blanco, vacío, aunque no les hiciera de gracia ni mucha ni poca sino ninguna.
Al poco tiempo los países (ya paisanos), que se habían quedado con más ganas de más, montaron por segunda vez una segunda guerra mundialmente mundial y sí, esta vez sí, todo salió como manda dios que salga todo. Daba gusto y gozo ver los batallantes campos de batalla, agrestes y rebosantes a rebosar de cadavéricos cadáveres, desmembrados miembros ('desmembranados', como dicen los de allende), esparcidos restos, manchados de sangrientas manchas de sangre, dispersos por todos los lados y todo eso. De nuevo, nuevamente, todo eficaz y detalladamente anotado y registrado por los eficientes y detallistas historiadores, cuyas rigurosas y minuciosas anotaciones registradas eran la sensacional sensación de los elegantes salones galantes de la altiva alta sociedad (sobre todo las de un tal Gila).
Y finalmente por fin llegó el 7 de agosto del 91, un caluroso día que hacía un poco de calor, pero aun así los dispuestos países rivales estaban ya listos en sus puestos para encontrarse y enfrentarse. Lo que pasa es que ya estaban un poco bastante 'pasados' (más arrugados que unas pasas), se habían vuelto mayormente mayores y daba grimosa grima verlos, su tosca presencia desentonaba con el panorama (pues no estaban en la toscana). Era una lastimosa lástima y una penosa pena el aspecto que presentaban. Verdaderamente daban un triste y lamentable espectáculo, la verdad. Así que, en esas condiciones, no eran condiciones de ponerse a batallar ninguna batalla así como así. Aun así llegaron a un pacto pactado por el que pactaban que dejarían en herencia a sus herederos aquel pendiente enfrentamiento pendiente, que habrían de realizar los dichosos susodichos (desdichados) de una vez por todas en cuanto llegaran a la edad adecuada y pudieran hacerlo de una vez por todas adecuadamente.
Cosa que no hizo gracia ni alguna ni ninguna, o sea muy poca, a los historiantes historiadores, porque la cosa ya se estaba demorando más de la cuenta ya que el emplazamiento del enfrentamiento se estaba demorando más de lo esperado y tanta espera prorrogada y prolongada se hacía ya interminable e inaguantable. Y es que un aplazamiento que no se acaba nunca acaba con la paciencia de cualquiera, por mucha paciencia que tenga quien sea, porque una cosa es una cosa y otra es otra y no es plan andar por la vida así en estas condiciones, con emplazamientos continuamente aplazados y cosas así, como si tal cosa.
De esta forma, así, de esta manera, llegó el año 2000 y la solución del tema seguía sin llegar a solucionarse.
Hasta un 15 de junio en el que, sin previo aviso y por sorpresa, estalló explosivamente la guerra entre los beligerantes gunildos y los belicosos pelarnos.
Esto pilló a todos desprevenidos y los historiadores y compañía se pillaron un cabreo, cabreados por no haber sido avisados con un aviso después de tanto tiempo esperando una desalentadora espera tan inesperada, intempestiva y desesperante.
Y es que no hay derecho, las cosas hay que hacerlas bien hechas y no rápido y a lo loco, con prisas locas. Además que no es plan andar jugando con la paciencia de las gentes pacientes de buena fe que lo único que quieren únicamente es poder disfrutar del disfrute del espectacular espectáculo que tanto tiempo tardío y tardano ha tardado en llevarse a cabo, al fin y al cabo, que incluso algunos históricos historiadores han tenido tiempo de sobra para aburrirse mortalmente y hasta para morirse aburridamente con tanta espera tonta y tanto hastioso tedio (tedioso hastío) mortal.
Encima además para que ahora vayan esos y se vengan con una actuación tan bochornosa, vergonzosa y destalentada.
Bueno, pues, al final (en fin) ganó buenamente la victoria Gunildia y así por fin se pudieron completar por completo los históricos libros de historia (manualmente a mano, qué remedio) y los historiadores pudieron tomarse un descanso, y descansar sus nervios, tranquilos en la tranquilidad, de sus histriónicos nerviosismos histéricos.
Que bastante buena carga habían tenido que sufrir y aguantar sobre sus sufridos hombros (y hombreras) aguantando durante todo ese tormentoso tiempo los tempestuosos temporales.
Que la gente es muy amiga de hablar habladurías y cuchichear cuchicheos entre sí, parloteando cotilleos cual parloteantes cotillas sobre cosas que ni les van ni les vienen sino todo lo contrario.
Que fíjese usted qué poca profesionalidad profesional, qué poco respetuoso respeto por la tradición y la costumbre, dejar un hueco en blanco, faltando un dato que falta, blablabla...
Que si fíjate tú (ya hasta se tutean, tú) qué poca vergüenza que tienen los sinvergüenzas, cuánta desfachatez, qué descaro hacer algo así, un espacio vacío. Hay que ver, lo que hay que ver...
Y todo por culpa de unos insensatos ineptos, incapaces de hacer nada bien, unos irresponsables que no tienen el más mínimo sentido de la responsabilidad para ejecutar una simple y sencilla orden y cumplir con lo ordenado y terminar con el deber cumplido como se debe y no hacer estas chapuceras chapuzas de chapuceros.
Y es que si ya no hay seriedad ni respeto ni en la guerra no sé adónde vamos a ir a parar ya.
A los que se les ocurrió la ocurrencia de hacer una grandiosa gran guerra guerrera, inmunda, mundanal y planetaria con todo el mundo, pronto enseguida les pareció bien el parecer de que había que imponer un poco de orden impuesto y ordenado, porque si no iba a ser un lío de esos que no te aclaras. Por eso decidieron decisos la decisión de montar turnos para que los países guerrearan la guerra a su debido turno.
Hicieron una lista hacendosa hecha con los listos países listados y repartieron las fechas fechadas, fechando por turnos los turnos oportunos. También decidían además con quién te tocaba pelear la pelea. Lo más normal, normalmente, era luchar la lucha luchando vecino contra vecino, entre vecinos, para no tener que irse muy lejos, porque si no la guerra sale muy cara y muy costosa.
Total, en suma, que los países iban entrando conflictivamente en conflicto a su debido tiempo y por los belicosos campos de batalla siempre había algún historiado historiador o alguna erúdita eminencia (algún entendido, para entendernos), anotando para apuntar quién había ganado la victoria.
Eso era importantemente importante, porque si haces una guerra es para saber quién es el más mejor y así luego puedes hacer lo que te da la gana haciendo lo que te apetece y todos te hacen caso y te dejan en paz tranquilo a tus anchas.
El caso es que cuando llegó el turno de Gunildia versus Pelarna era un lluvioso martes y 13 y estaba lloviendo copiosamente bastante, así que se reunieron en una reunión y decidieron la decisión de aplazar el plazo del enfrentamiento frente a frente (más que nada porque, más que nada, los gunildianos son algo bastante supersticiosos y los pelarnos son también un poco muy suyos, así que...)
Lo que pasa es que les costó una tremenda barbaridad enorme ponerse de acuerdo en ponerse de acuerdo en la fecha para quedar.
Tenían sus complicadas agendas un poco complicadas, cuando podía uno no podía el otro y cuando podía el otro no podía el uno y así. Se pasaron el rato pasando el rato hasta que el rato se quedó pasado.
Al final, finalmente, por una cosa y por otra, acordaron que se acordarían de encontrarse el 7 de agosto de 1991, sábado, a las 7 de la mañana para ser más exactamente exactos.
Y así quedó fijado el plazo del aplazamiento y de esta forma, de tal manera, terminó la conclusión de la primerísima primera guerra mundial y los historiados historiadores anotaron diligentes y aplicados todos los resultados en sus cuadernos de notas (forrados y plastificados). Resultados resultantes de todos los encontrados encuentros efectuados menos ese faltante que faltaba y que tuvieron que dejar en blanco, vacío, aunque no les hiciera de gracia ni mucha ni poca sino ninguna.
Al poco tiempo los países (ya paisanos), que se habían quedado con más ganas de más, montaron por segunda vez una segunda guerra mundialmente mundial y sí, esta vez sí, todo salió como manda dios que salga todo. Daba gusto y gozo ver los batallantes campos de batalla, agrestes y rebosantes a rebosar de cadavéricos cadáveres, desmembrados miembros ('desmembranados', como dicen los de allende), esparcidos restos, manchados de sangrientas manchas de sangre, dispersos por todos los lados y todo eso. De nuevo, nuevamente, todo eficaz y detalladamente anotado y registrado por los eficientes y detallistas historiadores, cuyas rigurosas y minuciosas anotaciones registradas eran la sensacional sensación de los elegantes salones galantes de la altiva alta sociedad (sobre todo las de un tal Gila).
Y finalmente por fin llegó el 7 de agosto del 91, un caluroso día que hacía un poco de calor, pero aun así los dispuestos países rivales estaban ya listos en sus puestos para encontrarse y enfrentarse. Lo que pasa es que ya estaban un poco bastante 'pasados' (más arrugados que unas pasas), se habían vuelto mayormente mayores y daba grimosa grima verlos, su tosca presencia desentonaba con el panorama (pues no estaban en la toscana). Era una lastimosa lástima y una penosa pena el aspecto que presentaban. Verdaderamente daban un triste y lamentable espectáculo, la verdad. Así que, en esas condiciones, no eran condiciones de ponerse a batallar ninguna batalla así como así. Aun así llegaron a un pacto pactado por el que pactaban que dejarían en herencia a sus herederos aquel pendiente enfrentamiento pendiente, que habrían de realizar los dichosos susodichos (desdichados) de una vez por todas en cuanto llegaran a la edad adecuada y pudieran hacerlo de una vez por todas adecuadamente.
Cosa que no hizo gracia ni alguna ni ninguna, o sea muy poca, a los historiantes historiadores, porque la cosa ya se estaba demorando más de la cuenta ya que el emplazamiento del enfrentamiento se estaba demorando más de lo esperado y tanta espera prorrogada y prolongada se hacía ya interminable e inaguantable. Y es que un aplazamiento que no se acaba nunca acaba con la paciencia de cualquiera, por mucha paciencia que tenga quien sea, porque una cosa es una cosa y otra es otra y no es plan andar por la vida así en estas condiciones, con emplazamientos continuamente aplazados y cosas así, como si tal cosa.
De esta forma, así, de esta manera, llegó el año 2000 y la solución del tema seguía sin llegar a solucionarse.
Hasta un 15 de junio en el que, sin previo aviso y por sorpresa, estalló explosivamente la guerra entre los beligerantes gunildos y los belicosos pelarnos.
Esto pilló a todos desprevenidos y los historiadores y compañía se pillaron un cabreo, cabreados por no haber sido avisados con un aviso después de tanto tiempo esperando una desalentadora espera tan inesperada, intempestiva y desesperante.
Y es que no hay derecho, las cosas hay que hacerlas bien hechas y no rápido y a lo loco, con prisas locas. Además que no es plan andar jugando con la paciencia de las gentes pacientes de buena fe que lo único que quieren únicamente es poder disfrutar del disfrute del espectacular espectáculo que tanto tiempo tardío y tardano ha tardado en llevarse a cabo, al fin y al cabo, que incluso algunos históricos historiadores han tenido tiempo de sobra para aburrirse mortalmente y hasta para morirse aburridamente con tanta espera tonta y tanto hastioso tedio (tedioso hastío) mortal.
Encima además para que ahora vayan esos y se vengan con una actuación tan bochornosa, vergonzosa y destalentada.
Bueno, pues, al final (en fin) ganó buenamente la victoria Gunildia y así por fin se pudieron completar por completo los históricos libros de historia (manualmente a mano, qué remedio) y los historiadores pudieron tomarse un descanso, y descansar sus nervios, tranquilos en la tranquilidad, de sus histriónicos nerviosismos histéricos.
Que bastante buena carga habían tenido que sufrir y aguantar sobre sus sufridos hombros (y hombreras) aguantando durante todo ese tormentoso tiempo los tempestuosos temporales.
Que la gente es muy amiga de hablar habladurías y cuchichear cuchicheos entre sí, parloteando cotilleos cual parloteantes cotillas sobre cosas que ni les van ni les vienen sino todo lo contrario.
Que fíjese usted qué poca profesionalidad profesional, qué poco respetuoso respeto por la tradición y la costumbre, dejar un hueco en blanco, faltando un dato que falta, blablabla...
Que si fíjate tú (ya hasta se tutean, tú) qué poca vergüenza que tienen los sinvergüenzas, cuánta desfachatez, qué descaro hacer algo así, un espacio vacío. Hay que ver, lo que hay que ver...
Y todo por culpa de unos insensatos ineptos, incapaces de hacer nada bien, unos irresponsables que no tienen el más mínimo sentido de la responsabilidad para ejecutar una simple y sencilla orden y cumplir con lo ordenado y terminar con el deber cumplido como se debe y no hacer estas chapuceras chapuzas de chapuceros.
Y es que si ya no hay seriedad ni respeto ni en la guerra no sé adónde vamos a ir a parar ya.
1 de noviembre de 2008
vista cansada
...Mella man lami ope poque noveo ná elejos. Yasé tendría llevar gafas, pero conledad etengo yano evale lapena...
ah...ih...
...Mia qué sucio lotién tó... Mnh, mnh... Amí no mejan cerná, paque no mese sienta lartrosis, icen...
ah...ih...
...Sadallí esla 'Gruñilda', techa nabruja ecuidau, naide sabla conella, tienuna malaeche quepaqué lapiona...
ah...ih...
...Yava serlora lapas tilla. Metomau ladesta mañiana? Ayija, yano macuerdo, toy fatal ela emoria...
ah...ih...
...Nome gustan losa nuncios elatele, sienpre tán llenos de pelandruscas enpelota... Pera elleguen amidad iverás...
...Jeh, jeh, hj... Ff, Coj! Coj!Coj!... Hj... Ay, que mesesale la dentaruda...
ah...ih...
ah...ih...
...Tolos días mele vanto las 6. Nosque tenga cacerná, esque yacasi noduermo... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Yclaro, mepasol día chando cabezás... ...zzz... ...zzz... ...Hmf... Ves queticía?...
ah...ih...
...Mnh, mnh... Yamol vidau tes taba iciendo... Ahsí: Lonque más mengusta es verel ulebrón ela tarde...
ah...ih...
...Nomen tero mubien delo quenpasa pero seve cai unlío mugordo, con cuernos y toeso... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Yoija laverdás que desas cosas ya semein portan mupoco laverdá. ElMatías ese mace algo tilín pero námás...
ah...ih...
...Claro, conledad etengo, bastan teago cona guantar los ofocos que mentran devez envez...
ah...ih...
...Sienpre epuedo pidora aldotor, perol jodío senpre íce questoy bien. Menudo atontau, quese sabrál...
ah...ih...
...El casos que nopo demos salir daquí asinunca, sólo losentierros... Mnh, mnh... Ysienpre com pañaos dalguna sistenta...
ah...ih...
...Amí eponen aCon chita, quesuna sosainas... Noe deja cer násola, nique efuera ronper! miatú...
ah...ih...
...Aluego laque ebaña es aRamona, quesa síques mása bladora... Si vieras qué penica ver mesnuda, toa fofa yarrugá...
ah...ih...
...Mnh, mnh... Nosé nipaqué llev ofaja... Siya, paledad etengo emás edá. No te paice?... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Mi sijos sonunos espendolaos, eno ellaman nunca nime traen amis ñetos paque losvea...
ah...ih...
...Omomucho vienen navez alaño, ygracias... Mnh, mnh... Ya noma cuerdo poqué meterio naquí...
ah...ih...
...Igoyo questán mocu paos raba jando y toeso... Yclaro, ono soy mas cunes torbo... Untrasto eno sirve paná...
ah...ih...
...Manque coser entavía mesa cuerda. Aveces mija, quesa sique viene masa menúo, etrae alguno villo elana...
ah...ih...
...Yyo men tretengo cien dolguna fufanda ocal cetín palin vierno... Pero aluego nose laspone queyo mefijao...
ah...ih...
...Avece confundo losnom bres, pero nolago dredes, espor ledad etengo... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Aligual epasa conlas caras, eno seme quedan poque omo noveo casi... Unasí cuando vienen senpre sique sonellos...
ah...ih...
...Mnh, mnh... Gúnrato miro revistas del ora zón, piro lavista mese cansa enseguía... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Andemás quela Luisa selas lleva toas. Suna capadarora... Yel pediorico ecuesta bucho lerlo...
ah...ih...
...Yencima nontiendo locabla, sienpre conpo blemas contol mundo... Ayija, qué penica medá...
ah...ih...
...Mivida la itenío normal, croyó. Esío feliz gunos ratos, manque mepa sau lavía rabajando... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Mima diro mese murió mupronto elpobre, yora esguro questá nel cielo perándome, paquelaga lascosas, omo sien pre...
ah...ih...
...Yesque mipa sau tol tienpo ciendo laco mida yba rrendo, total queno madau tienpo pa más yse mapa sao lavía volando...
ah...ih...
...Oque pasas caora maburro nacosa mala... Mnh, mnh... Nosé cacer nunca... Mnh, mnh... Tolos días soni guales...
ah...ih...
...Tengo ganas questo sacabe yaduna vez... Manque medá unpoco miedo, po cace mucho novoy ali glesia...
ah...ih...
...Novaya ser ediós sayan fadau con migo... Manque nocreo, no? Mnh, mnh... Endemás, yorezo senpre emacuerdo ume duelalgo...
ah...ih...
...Mnh, mnh...
ah...ih...
...Enfin... Nosé... Mnh, mnh... Croque mesol vidalgo... Mnh, mnh... Perija, quele viacer... Mnh, mnh... Conledad etengo...
ah...ih...
ah...ih...
...Mia qué sucio lotién tó... Mnh, mnh... Amí no mejan cerná, paque no mese sienta lartrosis, icen...
ah...ih...
...Sadallí esla 'Gruñilda', techa nabruja ecuidau, naide sabla conella, tienuna malaeche quepaqué lapiona...
ah...ih...
...Yava serlora lapas tilla. Metomau ladesta mañiana? Ayija, yano macuerdo, toy fatal ela emoria...
ah...ih...
...Nome gustan losa nuncios elatele, sienpre tán llenos de pelandruscas enpelota... Pera elleguen amidad iverás...
...Jeh, jeh, hj... Ff, Coj! Coj!Coj!... Hj... Ay, que mesesale la dentaruda...
ah...ih...
ah...ih...
...Tolos días mele vanto las 6. Nosque tenga cacerná, esque yacasi noduermo... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Yclaro, mepasol día chando cabezás... ...zzz... ...zzz... ...Hmf... Ves queticía?...
ah...ih...
...Mnh, mnh... Yamol vidau tes taba iciendo... Ahsí: Lonque más mengusta es verel ulebrón ela tarde...
ah...ih...
...Nomen tero mubien delo quenpasa pero seve cai unlío mugordo, con cuernos y toeso... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Yoija laverdás que desas cosas ya semein portan mupoco laverdá. ElMatías ese mace algo tilín pero námás...
ah...ih...
...Claro, conledad etengo, bastan teago cona guantar los ofocos que mentran devez envez...
ah...ih...
...Sienpre epuedo pidora aldotor, perol jodío senpre íce questoy bien. Menudo atontau, quese sabrál...
ah...ih...
...El casos que nopo demos salir daquí asinunca, sólo losentierros... Mnh, mnh... Ysienpre com pañaos dalguna sistenta...
ah...ih...
...Amí eponen aCon chita, quesuna sosainas... Noe deja cer násola, nique efuera ronper! miatú...
ah...ih...
...Aluego laque ebaña es aRamona, quesa síques mása bladora... Si vieras qué penica ver mesnuda, toa fofa yarrugá...
ah...ih...
...Mnh, mnh... Nosé nipaqué llev ofaja... Siya, paledad etengo emás edá. No te paice?... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Mi sijos sonunos espendolaos, eno ellaman nunca nime traen amis ñetos paque losvea...
ah...ih...
...Omomucho vienen navez alaño, ygracias... Mnh, mnh... Ya noma cuerdo poqué meterio naquí...
ah...ih...
...Igoyo questán mocu paos raba jando y toeso... Yclaro, ono soy mas cunes torbo... Untrasto eno sirve paná...
ah...ih...
...Manque coser entavía mesa cuerda. Aveces mija, quesa sique viene masa menúo, etrae alguno villo elana...
ah...ih...
...Yyo men tretengo cien dolguna fufanda ocal cetín palin vierno... Pero aluego nose laspone queyo mefijao...
ah...ih...
...Avece confundo losnom bres, pero nolago dredes, espor ledad etengo... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Aligual epasa conlas caras, eno seme quedan poque omo noveo casi... Unasí cuando vienen senpre sique sonellos...
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...Mnh, mnh... Gúnrato miro revistas del ora zón, piro lavista mese cansa enseguía... Mnh, mnh...
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...Andemás quela Luisa selas lleva toas. Suna capadarora... Yel pediorico ecuesta bucho lerlo...
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...Yencima nontiendo locabla, sienpre conpo blemas contol mundo... Ayija, qué penica medá...
ah...ih...
...Mivida la itenío normal, croyó. Esío feliz gunos ratos, manque mepa sau lavía rabajando... Mnh, mnh...
ah...ih...
...Mima diro mese murió mupronto elpobre, yora esguro questá nel cielo perándome, paquelaga lascosas, omo sien pre...
ah...ih...
...Yesque mipa sau tol tienpo ciendo laco mida yba rrendo, total queno madau tienpo pa más yse mapa sao lavía volando...
ah...ih...
...Oque pasas caora maburro nacosa mala... Mnh, mnh... Nosé cacer nunca... Mnh, mnh... Tolos días soni guales...
ah...ih...
...Tengo ganas questo sacabe yaduna vez... Manque medá unpoco miedo, po cace mucho novoy ali glesia...
ah...ih...
...Novaya ser ediós sayan fadau con migo... Manque nocreo, no? Mnh, mnh... Endemás, yorezo senpre emacuerdo ume duelalgo...
ah...ih...
...Mnh, mnh...
ah...ih...
...Enfin... Nosé... Mnh, mnh... Croque mesol vidalgo... Mnh, mnh... Perija, quele viacer... Mnh, mnh... Conledad etengo...
ah...ih...
la bien merecida
1
El charquito de sangre de tu espalda
sirve para repostar los mosquitos
(yo a veces también bebo un poquito.)
Tu ombligo atrapa los dedos,
según tu día los muerde o les hace cosillas.
Tu coño está lleno de hielo y de pingüinos,
hay que entrar en él con abrigo.
Tus pechos son dos higos maduros,
dan ganas de abrirlos y comerlos por dentro.
De tus cabellos cuelgan diamantes
que atraen a los amantes.
Tu cerebro es un cubilete con un par de dados,
cuando meneas la cabeza los oigo girando.
Mocos explosivos pueblan tus napias,
por eso tienen el cartel de 'peligro'
(tus estornudos son asesinos.)
Es un buen invento la cremallera de tu boca,
quien quiera que la pusiera estuvo inspirado.
Osa peluda, manta de terciopelo (mata de cierto pelo),
pareces un monstruo de feria pero aun así yo no te cambio.
Tus caricias son una alfombra mágica,
me transportan a las nubes.
Tus sobacos son mi rincón favorito, su piel es lisa y suave,
como una sábana recién lavada (su aroma me embriaga.)
Me gusta hacerme la croqueta y quedarme allí recogido.
El corazón de repuesto que tienes es el mío,
te lo dejé ahí un día sin que te dieras cuenta.
2
Simón dice:
Pon tu corazón en el autoclave,
presérvalo esterilizado
hasta que yo vuelva.
Tus ojos mételos en el congelador,
jugaremos a las canicas con ellos.
Deja tu cabeza hueca junto a
los cuatro libros que has leído.
Guarda tus uñas en un bote,
yo me ocuparé de comerlas.
No hace falta que te compres más vestiditos,
te quiero desnuda siempre.
Tampoco laves tu cuerpo,
deja que se llene de polvo y condimento.
Ata tus huesos para que no crezcan,
no te hagas vieja y fea
o si no ya no te quiero.
Cuida tu pelo con esmero,
como si te fuera la vida en ello.
Entrena tus besos,
tienen que elevar al cielo.
Prepara tu alegría,
estrena tu mejor sonrisa.
Que funda el hielo,
ya llego.
3
Dentro de tu lengua hay un interruptor
que controla tu apetito,
nunca se sabe si está encendido o no.
Quiero que un día me dejes desmontarte,
para ver si averiguo cómo funcionas.
Tu reset ya lo tengo localizado,
me faltan los fusibles y las baterías.
Me preocupan las chispas que sueltan
tus ojos cuando me miras.
Luego el chasis está un poco gastado,
chirrían las suspensiones de tus pechos
(y yo que pensaba que era la cama.)
La lluvia ha oxidado tu figura,
el tiempo ha borrado la ternura.
Tu corazón es una rueda desdentada
que ya no mueve nada.
Y tus válvulas pierden aceite,
pero aun así zurrulan, de milagro.
El resto son tuercas rotas y tornillos locos
(tuercas locas y tornillos rotos.)
Eres todo un reto,
qué hago, te amo o te reparo?
Para esto no hay
piezas de recambio.
El charquito de sangre de tu espalda
sirve para repostar los mosquitos
(yo a veces también bebo un poquito.)
Tu ombligo atrapa los dedos,
según tu día los muerde o les hace cosillas.
Tu coño está lleno de hielo y de pingüinos,
hay que entrar en él con abrigo.
Tus pechos son dos higos maduros,
dan ganas de abrirlos y comerlos por dentro.
De tus cabellos cuelgan diamantes
que atraen a los amantes.
Tu cerebro es un cubilete con un par de dados,
cuando meneas la cabeza los oigo girando.
Mocos explosivos pueblan tus napias,
por eso tienen el cartel de 'peligro'
(tus estornudos son asesinos.)
Es un buen invento la cremallera de tu boca,
quien quiera que la pusiera estuvo inspirado.
Osa peluda, manta de terciopelo (mata de cierto pelo),
pareces un monstruo de feria pero aun así yo no te cambio.
Tus caricias son una alfombra mágica,
me transportan a las nubes.
Tus sobacos son mi rincón favorito, su piel es lisa y suave,
como una sábana recién lavada (su aroma me embriaga.)
Me gusta hacerme la croqueta y quedarme allí recogido.
El corazón de repuesto que tienes es el mío,
te lo dejé ahí un día sin que te dieras cuenta.
2
Simón dice:
Pon tu corazón en el autoclave,
presérvalo esterilizado
hasta que yo vuelva.
Tus ojos mételos en el congelador,
jugaremos a las canicas con ellos.
Deja tu cabeza hueca junto a
los cuatro libros que has leído.
Guarda tus uñas en un bote,
yo me ocuparé de comerlas.
No hace falta que te compres más vestiditos,
te quiero desnuda siempre.
Tampoco laves tu cuerpo,
deja que se llene de polvo y condimento.
Ata tus huesos para que no crezcan,
no te hagas vieja y fea
o si no ya no te quiero.
Cuida tu pelo con esmero,
como si te fuera la vida en ello.
Entrena tus besos,
tienen que elevar al cielo.
Prepara tu alegría,
estrena tu mejor sonrisa.
Que funda el hielo,
ya llego.
3
Dentro de tu lengua hay un interruptor
que controla tu apetito,
nunca se sabe si está encendido o no.
Quiero que un día me dejes desmontarte,
para ver si averiguo cómo funcionas.
Tu reset ya lo tengo localizado,
me faltan los fusibles y las baterías.
Me preocupan las chispas que sueltan
tus ojos cuando me miras.
Luego el chasis está un poco gastado,
chirrían las suspensiones de tus pechos
(y yo que pensaba que era la cama.)
La lluvia ha oxidado tu figura,
el tiempo ha borrado la ternura.
Tu corazón es una rueda desdentada
que ya no mueve nada.
Y tus válvulas pierden aceite,
pero aun así zurrulan, de milagro.
El resto son tuercas rotas y tornillos locos
(tuercas locas y tornillos rotos.)
Eres todo un reto,
qué hago, te amo o te reparo?
Para esto no hay
piezas de recambio.
el sueño de la tierra
La tierra se aburre y sueña con las montañas.
Las montañas se aburren y sueñan con los dioses.
Los dioses se aburren y sueñan con las estrellas.
Las estrellas se aburren y sueñan con las arenas.
Las arenas se aburren y sueñan con las nubes.
Las nubes se aburren y sueñan con los duendes.
Los duendes se aburren y sueñan con los bosques.
Los bosques se aburren y sueñan con las aves.
Las aves se aburren y sueñan con las serpientes.
Las serpientes se aburren y sueñan con los ríos.
Los ríos se aburren y sueñan con la hadas.
Las hadas se aburren y sueñan con los volcanes.
Los volcanes se aburren y sueñan con los dragones.
Los dragones se aburren y sueñan con las mariposas.
Las mariposas se aburren y sueñan con los hombres.
Los hombres se aburren y sueñan con los robots.
Las montañas se aburren y sueñan con los dioses.
Los dioses se aburren y sueñan con las estrellas.
Las estrellas se aburren y sueñan con las arenas.
Las arenas se aburren y sueñan con las nubes.
Las nubes se aburren y sueñan con los duendes.
Los duendes se aburren y sueñan con los bosques.
Los bosques se aburren y sueñan con las aves.
Las aves se aburren y sueñan con las serpientes.
Las serpientes se aburren y sueñan con los ríos.
Los ríos se aburren y sueñan con la hadas.
Las hadas se aburren y sueñan con los volcanes.
Los volcanes se aburren y sueñan con los dragones.
Los dragones se aburren y sueñan con las mariposas.
Las mariposas se aburren y sueñan con los hombres.
Los hombres se aburren y sueñan con los robots.
1 de octubre de 2008
Frankensteinitos
Pelo de rata,
cabeza de chorlito,
ojos de besugo,
boca de lobo,
dientes de león,
lengua de gato,
cuello de cisne,
corazón de pollo,
sangre de toro,
carne de gallina,
huesos de dinosaurio,
piel de cordero
y pies de burro.
Pelo de esparto,
cabeza de yunque,
ojos de aguja,
boca de jarro,
dientes de sierra,
lengua de trapo,
besos de rosca,
cuello de botella,
brazos de lámpara,
codos de tubo,
muñecas de porcelana,
manos de obra,
pulmones de acero,
corazón de oro,
tripas de reloj,
culo de vaso,
carne de cañón,
piel de imitación,
huesos de cristal
y pies de plomo.
Pelo de aire,
ojos de huracán,
lengua de fuego,
boca de riego,
brazos de mar,
manos de pintura,
dedos de espuma,
corazón de piedra,
rodillas de trapo,
huesos de risa
y pies de tierra.
Cabeza de alcornoque,
ojos de sapo,
boca de dragón,
lengua de ciervo,
manos de árbol,
corazón de melón,
sangre de horchata,
carne de membrillo,
huesos de oliva,
piel de naranja
y piernas de nuez.
Pelo de tonto,
cabeza de turco,
ojos de boticario,
boca de fraile,
brazos de gitano,
manos de santo,
carne de momia
y pies de rey.
Boca de túnel,
cuello de camisa,
brazos de sofá,
piel de tambor
y pies de calle.
cabeza de chorlito,
ojos de besugo,
boca de lobo,
dientes de león,
lengua de gato,
cuello de cisne,
corazón de pollo,
sangre de toro,
carne de gallina,
huesos de dinosaurio,
piel de cordero
y pies de burro.
Pelo de esparto,
cabeza de yunque,
ojos de aguja,
boca de jarro,
dientes de sierra,
lengua de trapo,
besos de rosca,
cuello de botella,
brazos de lámpara,
codos de tubo,
muñecas de porcelana,
manos de obra,
pulmones de acero,
corazón de oro,
tripas de reloj,
culo de vaso,
carne de cañón,
piel de imitación,
huesos de cristal
y pies de plomo.
Pelo de aire,
ojos de huracán,
lengua de fuego,
boca de riego,
brazos de mar,
manos de pintura,
dedos de espuma,
corazón de piedra,
rodillas de trapo,
huesos de risa
y pies de tierra.
Cabeza de alcornoque,
ojos de sapo,
boca de dragón,
lengua de ciervo,
manos de árbol,
corazón de melón,
sangre de horchata,
carne de membrillo,
huesos de oliva,
piel de naranja
y piernas de nuez.
Pelo de tonto,
cabeza de turco,
ojos de boticario,
boca de fraile,
brazos de gitano,
manos de santo,
carne de momia
y pies de rey.
Boca de túnel,
cuello de camisa,
brazos de sofá,
piel de tambor
y pies de calle.
la estrella que inventó la momificación
Las estrellas son unas criaturas bastante cachondas, aunque por lo general su vida es tranquila, previsible, rutinaria.
Un día, Sirio se aburría y se fue a visitar a Orión.
Hablando de todo un poco, a Sirio se le ocurrió una broma que gastarle a los humanos, así que se acercó por la noche y habló en sueños al faraón de turno de Egipto. Le dijo:
-Has de saber, oh príncipe de la creación, que en tu excelsa grandeza, tu vida sostiene la existencia del propio universo y que, cuando tú desaparezcas (los dioses te den extensa longevidad), el universo dejará a su vez de existir.
-Oh, luminoso heraldo, cruel destino me anuncias.
Qué será de mis fieles súbditos? Acaso no hay esperanza alguna?
-Solo hay una cosa que puedas hacer: Preserva tu cuerpo incorrupto el máximo tiempo que te sea posible. De esta forma el universo permanecerá sin desintegrarse por un tiempo y tu memoria será honrada y alabada por todos, pues reconocerán tu magnánima generosidad. Tu cuerpo será el templo sagrado que sostenga la creación y hasta los mismos dioses apreciarán y admirarán tu abnegada entrega.
El faraón, por supuesto, se tragó el cuento e instauró el rito de la momificación, que tuvo bastante éxito a partir de entonces.
Sirio se echó unas risas durante unos cuantos siglos y luego olvidó dónde estaba la gracia de aquella broma, así que se dedicó a otra cosa.
Un día, Sirio se aburría y se fue a visitar a Orión.
Hablando de todo un poco, a Sirio se le ocurrió una broma que gastarle a los humanos, así que se acercó por la noche y habló en sueños al faraón de turno de Egipto. Le dijo:
-Has de saber, oh príncipe de la creación, que en tu excelsa grandeza, tu vida sostiene la existencia del propio universo y que, cuando tú desaparezcas (los dioses te den extensa longevidad), el universo dejará a su vez de existir.
-Oh, luminoso heraldo, cruel destino me anuncias.
Qué será de mis fieles súbditos? Acaso no hay esperanza alguna?
-Solo hay una cosa que puedas hacer: Preserva tu cuerpo incorrupto el máximo tiempo que te sea posible. De esta forma el universo permanecerá sin desintegrarse por un tiempo y tu memoria será honrada y alabada por todos, pues reconocerán tu magnánima generosidad. Tu cuerpo será el templo sagrado que sostenga la creación y hasta los mismos dioses apreciarán y admirarán tu abnegada entrega.
El faraón, por supuesto, se tragó el cuento e instauró el rito de la momificación, que tuvo bastante éxito a partir de entonces.
Sirio se echó unas risas durante unos cuantos siglos y luego olvidó dónde estaba la gracia de aquella broma, así que se dedicó a otra cosa.
la maldición de Ugambo
Ugambo era un negro del Congo (un conguito bien negrito) que sólo tenía un deseo en su vida: Ser blanco.
Todos le decían que era tonto, que eso era imposible. Pero él nada, ni caso. Seguía emperrado en que quería ser blanco.
Y su deseo era tan tan grande que un día acabó materializándose en su cuerpo. Lo curioso es la forma en que lo hizo.
Se instaló dentro de su ojo derecho. Al principio no era más que un pequeño puntito flotando. Pero luego, poco a poco, fue creciendo y Ugambo vio que su empeño había tomado la forma de un feto y eso lo asustó un poco porque no sabía en qué terminaría la cosa.
Al poco ya le tapaba por completo la visión de su ojo derecho y el engendro seguía aumentando de tamaño, resultando cada vez más y más molesto y doloroso. Pues iba progresivamente oprimiendo y desplazando los órganos que estorbaban a su crecimiento.
Así Ugambo enseguida quedó ciego e inválido ante el despiadado empuje de los piececillos de la 'criatura' producto de su deseo. Que crecía a sus anchas y que ya había despachado el cerebro llevándolo hacia abajo. Con lo que al pobre Ugambo se le había montado una aglomeración de órganos en el tronco que le producían una abultada barriga que (ironías del destino) le daban aspecto de embarazado.
El caso es que, después de mucho sufrir y padecer, aquel agente invasor había ocupado por completo el interior de su cuerpo, expulsando todo lo que le sobraba, hasta tal punto que la piel era lo único que quedaba 'suyo'.
Total que era bastante rara la situación pues le hacía sentirse como si llevara puesto un traje ajustado, ceñido, justo de su talla.
Y claro, enseguida le dieron ganas de quitárselo, así que se arrancó la piel y descubrió que su nuevo cuerpo era blanco inmaculado, lo que siempre había anhelado.
De esta manera fue como Ugambo logró hacer realidad su deseo y al fin pudo ser feliz por siempre jamás, amén.
Oye, espera un momento...
Y qué pasa con la maldición del título, eh?
Epa, es verdad. Que me he embalado y me olvidaba de eso:
Bueno, pues resulta que a los pocos días, el flamante y albo nuevo cuerpo de Ugambo se fue poniendo moreno de tanto exponerse al duro sol congoleño (o congolino, como dicen los de allende) y enseguida se volvió otra vez negro del todo.
Ugambo entonces se sumió en la amargura y la desesperación y de nuevo deseó con todas sus fuerzas volver a ser blanco.
Por lo que su ruego o petición germinó en su interior (esta vez en el ojo izquierdo) y así hubo de pasar por todo el doloroso y atroz proceso una vez más.
Esta era su maldición, pues estaba condenado a repetir la misma historia sin llegar nunca a alcanzar definitivamente su objetivo.
Y tal tortura no habría de cesar ni de desaparecer, a no ser...
A no ser dejara de alimentar y perseguir su deseo y lo abandonara para siempre, momento en cual quedaría inmediatamente liberado de su pena eterna, libre para envejecer (porque a todo esto, con tanto 'reciclado' de cuerpo siempre estaba joven y no envejecía) y morir en paz como cualquier hijo de vecino.
Pero todavía no se sabe cuando se decidirá el maldito Ugambo a cejar en su empeño y reconocer su tonto error.
Muchos calculan que, por terco, cuando muera le tocará reencarnar en cebra, como castigo. Aunque no se si creérmelo porque suena un poco a invento de las malas lenguas.
Todos le decían que era tonto, que eso era imposible. Pero él nada, ni caso. Seguía emperrado en que quería ser blanco.
Y su deseo era tan tan grande que un día acabó materializándose en su cuerpo. Lo curioso es la forma en que lo hizo.
Se instaló dentro de su ojo derecho. Al principio no era más que un pequeño puntito flotando. Pero luego, poco a poco, fue creciendo y Ugambo vio que su empeño había tomado la forma de un feto y eso lo asustó un poco porque no sabía en qué terminaría la cosa.
Al poco ya le tapaba por completo la visión de su ojo derecho y el engendro seguía aumentando de tamaño, resultando cada vez más y más molesto y doloroso. Pues iba progresivamente oprimiendo y desplazando los órganos que estorbaban a su crecimiento.
Así Ugambo enseguida quedó ciego e inválido ante el despiadado empuje de los piececillos de la 'criatura' producto de su deseo. Que crecía a sus anchas y que ya había despachado el cerebro llevándolo hacia abajo. Con lo que al pobre Ugambo se le había montado una aglomeración de órganos en el tronco que le producían una abultada barriga que (ironías del destino) le daban aspecto de embarazado.
El caso es que, después de mucho sufrir y padecer, aquel agente invasor había ocupado por completo el interior de su cuerpo, expulsando todo lo que le sobraba, hasta tal punto que la piel era lo único que quedaba 'suyo'.
Total que era bastante rara la situación pues le hacía sentirse como si llevara puesto un traje ajustado, ceñido, justo de su talla.
Y claro, enseguida le dieron ganas de quitárselo, así que se arrancó la piel y descubrió que su nuevo cuerpo era blanco inmaculado, lo que siempre había anhelado.
De esta manera fue como Ugambo logró hacer realidad su deseo y al fin pudo ser feliz por siempre jamás, amén.
Oye, espera un momento...
Y qué pasa con la maldición del título, eh?
Epa, es verdad. Que me he embalado y me olvidaba de eso:
Bueno, pues resulta que a los pocos días, el flamante y albo nuevo cuerpo de Ugambo se fue poniendo moreno de tanto exponerse al duro sol congoleño (o congolino, como dicen los de allende) y enseguida se volvió otra vez negro del todo.
Ugambo entonces se sumió en la amargura y la desesperación y de nuevo deseó con todas sus fuerzas volver a ser blanco.
Por lo que su ruego o petición germinó en su interior (esta vez en el ojo izquierdo) y así hubo de pasar por todo el doloroso y atroz proceso una vez más.
Esta era su maldición, pues estaba condenado a repetir la misma historia sin llegar nunca a alcanzar definitivamente su objetivo.
Y tal tortura no habría de cesar ni de desaparecer, a no ser...
A no ser dejara de alimentar y perseguir su deseo y lo abandonara para siempre, momento en cual quedaría inmediatamente liberado de su pena eterna, libre para envejecer (porque a todo esto, con tanto 'reciclado' de cuerpo siempre estaba joven y no envejecía) y morir en paz como cualquier hijo de vecino.
Pero todavía no se sabe cuando se decidirá el maldito Ugambo a cejar en su empeño y reconocer su tonto error.
Muchos calculan que, por terco, cuando muera le tocará reencarnar en cebra, como castigo. Aunque no se si creérmelo porque suena un poco a invento de las malas lenguas.
poemas 'helenísticos'
1
Zoodisbráquido ataque a la ortoecolia,
repleta de paleomaníacos,
un euendoide emerge del oniropótamo,
monomecanismos temblando,
manto macropirético enoplasmático al canto,
holopatía general,
gigoginas y exegotánatos babean ante las algistesias,
cunde la hidromegalia,
neurodoctrinal despliegue de los bicardiotados,
todo es cacolalia y espanto,
eumelánica nictogenia, nubes y oscuros presagios,
brontófilos ululantes aguardan,
astroparamétricos cascos cubren la vaguada,
lluvia de agrolitos ensangrentados.
3
Politanáticamente fotogamiaba mis
poiquilofobias en Necropotamia
cuando la proetnia con su mesolalia
me telealgió a su endohipnosis saturada
de monoenia pseudopirética cuya
disdelia me arrebató hasta la
trismisomecanópolis de los
hipántropos poligenéticos
donde mi microcleptodactilia
reincidió a pesar de la ortoamnesia
implantada y la paleoteosis
abrazada.
4
Eulipia exohelíaca goteante,
ecosaurios pragmamétricos campando a sus anchas,
aeroestesias mecanohipnóticas llenando el cielo,
perimacrotomías promaquiavélicas tentando la suerte,
oligosóficos etnofrenoides aburriendo al personal,
necroholísticas trineumáticas en todos los periódicos,
hermosos eufonismos pronunciados por el piromántico,
polijugosos carpoaristícos birlados con habilidad,
selenotraumosis fulminante haciendo de las suyas,
taquiónicos cloropédicos silueteando el horizonte.
5
Aérea, la ninfa macroestética, misóquira y odontopédica
se escurre entre el gentío, sufriendo estoica su nictopiresis
que psicoictiotiza su cabeza, impidiendole actuar cuerdamente,
por lo que anda palpando con nostalgia sus suaves micromorfias,
mientras su fiel hipopompo se arrastra ante ella, abriendo el camino,
sin mirar demasiado el osteoágrico paisaje que les rodea,
de repente un apoarístico distraído topa con Aérea, que cae al suelo
extasiada con la paracosmoblastia desencadenada
al tiempo que su agatotrilineosis emerge de nuevo sin piedad,
entonces unos apologizantes poiquilocacos interrumpen la escena,
deteniendo la agrocíclica heteroastria de la sinheliópolis,
hasta que una brava geriaérica los espanta cual neotaquiginias.
7
Para el epitriendobraquimorfoide faloplasmático
el heliomorfo pirófago vale lo que un apométrico plasmomecanonte,
y la braquípolis clorográfica no puede negar
que el protópico misolípido de los biociclos
era cosa del necroritmo neumoantropoide,
mientras que la rodoblastia eumórfica
era genuina praxia del hemomante cardiopático.
10
Bosque selenodéndrico en susurro,
noche libre de helioárquicos reflejos,
escasos restos parageicos flotando,
serena calma tranquila,
holomecanonte sinpráctico llega,
entra,
quedo cruje el clorolítico suelo,
mira a las progiroginas pululantes,
en su continuo egocáquico debate,
lleno de musicales agatolálicas risas,
un exobronto anuncia a las nictoninfas,
hermosas, gigacámpicas, xenógamas,
llenas de metaquíricas fantasías,
el tecnófilo queda embelesado,
contemplando sus antimánticos bailes,
mágicos, eritrohipnóticos,
rituales.
11
Hiperneurótico homozoo sufre holofalopiretosis,
agita desesperado sus bibráquidos brazos,
agámico, trineumático,
contemplando trinecrotómicas alternativas,
estrujando gigalípidos sobrantes,
automaquilalizando el caso,
despreciando xenomorfias perdidas,
afilando su metrorrínico olfato,
buscando bioeróticos estímulos,
refrenando su monocleptopatía ansiosa,
bregando con la mnemoprogino-apodelia
macroquirohipnotizante.
12
Megaamnesia crónica invalidante,
endodermia holoálgica severa,
apoteleecofonía recurrente,
gerohemia polinecrotizante heredada,
cefalomanía sofomorfoideítica terminal,
flebotraumosis urticante multiple,
hipnologoritmia degenerativa,
hiperpericiclofotoglosis extraordinaria,
poiquilocardia progresiva desquiciante,
misotaquiplasmia devastadora incurable,
neumooftalmia ultracorruptora,
hidrodactilia multiinvasiva,
y eritrofobia agresiva,
pero por lo demás no tiene nada.
Zoodisbráquido ataque a la ortoecolia,
repleta de paleomaníacos,
un euendoide emerge del oniropótamo,
monomecanismos temblando,
manto macropirético enoplasmático al canto,
holopatía general,
gigoginas y exegotánatos babean ante las algistesias,
cunde la hidromegalia,
neurodoctrinal despliegue de los bicardiotados,
todo es cacolalia y espanto,
eumelánica nictogenia, nubes y oscuros presagios,
brontófilos ululantes aguardan,
astroparamétricos cascos cubren la vaguada,
lluvia de agrolitos ensangrentados.
3
Politanáticamente fotogamiaba mis
poiquilofobias en Necropotamia
cuando la proetnia con su mesolalia
me telealgió a su endohipnosis saturada
de monoenia pseudopirética cuya
disdelia me arrebató hasta la
trismisomecanópolis de los
hipántropos poligenéticos
donde mi microcleptodactilia
reincidió a pesar de la ortoamnesia
implantada y la paleoteosis
abrazada.
4
Eulipia exohelíaca goteante,
ecosaurios pragmamétricos campando a sus anchas,
aeroestesias mecanohipnóticas llenando el cielo,
perimacrotomías promaquiavélicas tentando la suerte,
oligosóficos etnofrenoides aburriendo al personal,
necroholísticas trineumáticas en todos los periódicos,
hermosos eufonismos pronunciados por el piromántico,
polijugosos carpoaristícos birlados con habilidad,
selenotraumosis fulminante haciendo de las suyas,
taquiónicos cloropédicos silueteando el horizonte.
5
Aérea, la ninfa macroestética, misóquira y odontopédica
se escurre entre el gentío, sufriendo estoica su nictopiresis
que psicoictiotiza su cabeza, impidiendole actuar cuerdamente,
por lo que anda palpando con nostalgia sus suaves micromorfias,
mientras su fiel hipopompo se arrastra ante ella, abriendo el camino,
sin mirar demasiado el osteoágrico paisaje que les rodea,
de repente un apoarístico distraído topa con Aérea, que cae al suelo
extasiada con la paracosmoblastia desencadenada
al tiempo que su agatotrilineosis emerge de nuevo sin piedad,
entonces unos apologizantes poiquilocacos interrumpen la escena,
deteniendo la agrocíclica heteroastria de la sinheliópolis,
hasta que una brava geriaérica los espanta cual neotaquiginias.
7
Para el epitriendobraquimorfoide faloplasmático
el heliomorfo pirófago vale lo que un apométrico plasmomecanonte,
y la braquípolis clorográfica no puede negar
que el protópico misolípido de los biociclos
era cosa del necroritmo neumoantropoide,
mientras que la rodoblastia eumórfica
era genuina praxia del hemomante cardiopático.
10
Bosque selenodéndrico en susurro,
noche libre de helioárquicos reflejos,
escasos restos parageicos flotando,
serena calma tranquila,
holomecanonte sinpráctico llega,
entra,
quedo cruje el clorolítico suelo,
mira a las progiroginas pululantes,
en su continuo egocáquico debate,
lleno de musicales agatolálicas risas,
un exobronto anuncia a las nictoninfas,
hermosas, gigacámpicas, xenógamas,
llenas de metaquíricas fantasías,
el tecnófilo queda embelesado,
contemplando sus antimánticos bailes,
mágicos, eritrohipnóticos,
rituales.
11
Hiperneurótico homozoo sufre holofalopiretosis,
agita desesperado sus bibráquidos brazos,
agámico, trineumático,
contemplando trinecrotómicas alternativas,
estrujando gigalípidos sobrantes,
automaquilalizando el caso,
despreciando xenomorfias perdidas,
afilando su metrorrínico olfato,
buscando bioeróticos estímulos,
refrenando su monocleptopatía ansiosa,
bregando con la mnemoprogino-apodelia
macroquirohipnotizante.
12
Megaamnesia crónica invalidante,
endodermia holoálgica severa,
apoteleecofonía recurrente,
gerohemia polinecrotizante heredada,
cefalomanía sofomorfoideítica terminal,
flebotraumosis urticante multiple,
hipnologoritmia degenerativa,
hiperpericiclofotoglosis extraordinaria,
poiquilocardia progresiva desquiciante,
misotaquiplasmia devastadora incurable,
neumooftalmia ultracorruptora,
hidrodactilia multiinvasiva,
y eritrofobia agresiva,
pero por lo demás no tiene nada.
1 de septiembre de 2008
Conclusión de la narración de Arthur Gordon Pym
(aviso previo: Tal vez te interese leer antes esto: http://entra-por-los-ojos.blogspot.com/2014/10/narracion-de-arthur-gordon-pym.html. fin del aviso previo.)
Nota:
Como nuestros pacientes lectores sabrán ha pasado una considerable cantidad de tiempo desde aquel 1837 en el que pudimos tener conocimiento de las azarosas peripecias del señor Pym. Que, como recordarán, quedaron interrumpidas en un punto crítico, próximas ya a su conclusión. Interrupción que se debió al desafortunado fallecimiento del señor Pym (en las trágicas circunstancias harto conocidas por todo el mundo) que nos privó del desenlace de su extraordinaria narración que tan obnubilados y sobrecogidos (maravillados y horrorizados a partes iguales) nos tenía con el relato de sus desventuras.
En aquel momento se habló de la posibilidad de recuperar algún día los capítulos extraviados (dos o tres a lo sumo) que a buen seguro Pym dejó escritos en alguna parte.
Pues bien, ese día ha llegado (aunque no entraremos en detalles respecto a las singulares circunstancias en que este hallazgo ha sido posible, ya que por sí solas constituirían otra novela entera y este no es, consideramos, lugar ni momento para tratar sobre ellas) y hoy por fin podemos disfrutar del desenlace de tamaña epopeya.
Únicamente nos resta agradecerles una vez más su infinita paciencia y desearles que disfruten con la lectura.
(A continuación hemos reproducido el párrafo donde quedó interrumpido el relato para que puedan retomar la lectura con mayor facilidad.)
Capítulo 25
[...]
22 de marzo:
La oscuridad fue en aumento y sólo veíamos ya un indescifrable resplandor en las aguas que nacían de la blanca cortina de niebla.
Muchos pájaros gigantescos, de una blancura fantasmal, volaron sin cesar surgiendo de más allá de aquel velo blanco, y escuchamos sus gritos que hasta perderse de nuestra vista repetían: ¡tekeli-li!
Sentimos que Nu-Nu se estremecía en el fondo de la canoa, pero al tocarlo descubrimos que estaba muerto. Y de repente nos precipitamos vertiginosamente hacia la catarata, y un abismo se abrió para recibirnos. Entonces vimos ante nosotros una velada figura de rasgos humanos, cuyas proporciones eran superiores a las de cualquier habitante de la tierra. Su piel tenía la perfecta blancura de la nieve...
...y ante aquella visión mi corazón dio un vuelco vertiginoso, tremendo, terrible. Me inundó el hondo convencimiento de haber muerto y encontrarme ante Dios mismo. Por eso mi corazón, por sí solo, se abrió como una flor y expuso ante el todopoderoso su interior, mostrando todo lo bueno y todo (absolutamente todo) lo malo que había hecho durante mi vida.
Me sentí completamente desnudo, más de como nunca antes me haya sentido. No sé por qué me vino a la memoria el momento exacto de mi nacimiento, del que, como se comprenderá, no podía tener recuerdo alguno y que, sin embargo, estaba reviviendo entonces con toda su intensidad, con todo detalle.
Y es que, la sensación de inmenso horror que me envolvía, era la misma que aquella del parto.
Todo mi ser estalló en desconsolado, amargo, llanto. Manando de él abundantes lágrimas, un mar entero. Como si me estuviera licuando, transustancializando. Expresando de esa forma, al mismo tiempo, todo el pavor y amor que podía contener y manifestar mi ser. En un acto de profunda y sincera expiación, entrega, rendición, disolución.
Mi expuesto corazón, transparente, hizo balance, él solito, sin necesidad de que Dios interviniera para nada. Y durante aquel examen vi pasar toda mi vida ante mis ojos y sufrí por todas las culpas y faltas cometidas. Que en el fondo eran una sola, entonces pude verlo claro.
Mi afán de aventura había convertido mi vida entera en un infierno y, lo que es peor, a causa de ello había abandonado a mi familia, a mis seres más queridos, fea, egoístamente.
Aquello era lo que más me pesaba y por lo que mi corazón imploraba penitencia o clemencia. Ansiaba librar esa deuda, saldar esa cuenta, para poder descansar en paz al fin.
Sin embargo nada sucedió. Incluso, todo ese tumultuoso pandemonio que me había revuelto por completo por dentro, se había desencadenado de forma súbita y apenas habían transcurrido unos pocos segundos (que se me hicieron una eternidad) frente al supremo, al sumo creador.
Y como siguiera sin suceder nada, no pudiendo soportar mi corazón semejante tensión ni un instante más, me desmayé y perdí el conocimiento.
Capítulo 26
No recuerdo cuánto tiempo permanecí sumido en aquella bendita tregua, pero cuando desperté me encontré tumbado en el fondo de la canoa, junto al cuerpo sin vida del pobre Nu-Nu, que estaba ya frío y duro como una piedra. Un poco más atrás vi que se encontraba Peters, rígido, con una expresión atroz en su (ya de por sí desastroso) rostro y cubierto de una palidez cadavérica que me hizo temer lo peor. Aunque, tras zarandearlo un poco, logré que volviera en sí parcialmente. Lo cual ya me pareció mucho, pues, yo mismo, me encontraba sumido en una especie de densa pesadilla que me tenía embotado sobremanera, un profundo agotamiento interior, un hastío que me taponaba, bloqueaba, amortiguaba mis sentidos.
Con lo que me movía oscilando continuamente entre la más completa insensibilidad y la incredulidad total.
Mi alma yacía sumergida en una gran bolsa de sorda y ciega desesperación, de muda negación, saturada de dolor y espanto.
Así pues, aun perfectamente consciente de lo que iba a contemplar, me di la vuelta lentamente, me recosté con relativa tranquilidad sobre la canoa y me puse a observar con desganada y desmayada 'serenidad' la sórdida escena que me rodeaba.
Como desde dentro de un sueño escruté morbosamente a ese ser inmenso frente al que reposaba nuestra embarcación.
Mediría de alto sus buenas cincuenta o sesenta yardas y su anchura aparente no sería menor de unas quince o veinte. Su perímetro no me vi con ánimos ni con ganas de calcularlo. Todo él era de un blanco purísimo, de hielo macizo. Como si alguien hubiera cogido un iceberg gigante, una auténtica montaña helada, y lo hubiera tallado dándole forma de soberano temible.
La severidad de su expresión se veía acentuada al ser iluminada únicamente por aquellas extrañas aguas blancas, lechosas, hirvientes, que tanto recordaban a la lava y sobre las que emergía su figura. Que quedaba cubierta por ellas de cintura para abajo y cuya silueta se recortaba terriblemente contra aquella tenebrosa oscuridad absoluta que hacía las veces de cielo.
Sus largos cabellos caían libremente por sus costados formando profundas cárcavas, grutas y desfiladeros nada tranquilizadores. Para finalmente desparramarse sobre aquel océano infernal, formando a su alrededor un enmarañado e irregular islote.
Sus ojos (sus terribles y ciegos ojos) inexpresivos, completamente blancos, tenían perdida la mirada en algún punto infinito del horizonte, y por nada del mundo habría querido que desviaran su atención hacia nosotros.
Sobre su cabeza reposaban algunos de esos enormes pájaros albinos que habíamos visto con anterioridad.
Y, como telón de fondo, las cortinas de niebla rodeando todo el perímetro de la escena, aislándonos del mundo exterior (si es que seguíamos en él.)
Curiosamente, observé, en este recogido paraje no había ni rastro de 'cenizas' blancas ni de erupciones, aunque igualmente el agua se agitaba llena de turbulencias internas.
Tras contemplar detenidamente todo aquello me di cuenta de me había precipitado en mi consideración de haber fallecido y hallarme ante Dios. Pero no le reprocho a mi corazón haber creído en algo así, pues la figura era temible. Su estatismo inexpresivo inspiraba un vago terror indefinible que se colaba silenciosamente hasta los huesos, despertando un, sutil, de,sa,so,sie,go profundamente inquietante.
Aunque (a pesar de haber reconocido mi error) mi alma había caído en una especie de luto autocompasivo, del que ya no he logrado sacarla nunca más. Como si el proceso de expiación no pudiera o no quisiera revertirlo. Así que por dentro era como si ya estuviera muerto, la notaba blanda, 'desanimada', apagada, inerte, caída por los suelos, destilando lenta, penosamente su hondo pesar.
De ese modo, instalado en esa patética indolencia, en esa dejadez apática, me entretuve en considerar alguna posible explicación a todos aquellos increíbles fenómenos fantásticos de aquel apocalíptico y extraño lugar al que habíamos ido a parar.
Más o menos llegué a la conclusión de que debía de tratarse de un tótem, de algún culto de adoración ancestral que tuviera como ídolo a algún mitológico titán del pasado.
De ser así, era uno de los hallazgos más extraordinarios de todos los tiempos, pues su factura y sus dimensiones eran verdaderamente apabullantes.
Lo que no logré explicarme era lo de aquel agua extraña.
Era como si bajo aquella mole de hielo bullera un volcán, pero físicamente resulta imposible que ambas cosas pudieran convivir a la vez en el mismo sitio, así que me tuve que quedar con la duda.
Peters parecía estar más recuperado que yo y, al rato, interrumpió mis divagaciones, tomándome del brazo y ayudándome a salir de la canoa.
Teníamos una acuciante necesidad de alimento (aunque a mí ya todo me era indiferente, me movía por simple inercia, nada más) y, por su mirada, supe que tramaba algo para poder echarle una mano al cuello a una de aquellas enormes aves.
Aunque, la sola idea de trepar, en nuestras condiciones, por aquella tremenda y escarpada mole de hielo, habría sido sencillamente suicida. Por lo que me senté tranquilamente a ver qué hacía a continuación, a la espera de acontecimientos.
Acontecimientos que no se hicieron de rogar pues enseguida asomó, por una de las grutas, uno de esos monstruosos y descomunales 'osos polares' con los que habíamos tenido oportunidad de cruzarnos en un par de ocasiones durante nuestra accidentada singladura.
Sin la más mínima sombra de duda (se diría que disfrutaba con este tipo de situaciones) Peters sacó su afilado cuchillo y se dispuso a enfrentarse a muerte con aquel gigantesco animal.
La lucha fue encarnizada, sangrienta, espantosa. Sobre todo porque se desarrolló a escasos pies de donde yo descansaba sentado (sin la más mínima intención de moverme.) Aunque, al final, la batalla arrojó el saldo acostumbrado: Peters emergió, maltrecho y cubierto de sangre, de debajo de la masa inerte de carne en que se había convertido la bestia.
Entonces la tierra, el improvisado islote sobre el que nos encontrábamos, comenzó a temblar violentamente y pude ver cómo uno de los brazos del ser monolítico (mejor dicho monocristálico) empezaba a desplazarse lentamente, mientras de aquel mar de pesadilla iba saliendo poco a poco una enorme mano que, con la misma lentitud, agarraba la canoa, la elevaba terriblemente hacia su boca (no pude evitar sentir un estremecimiento ante aquella imagen) y la depositaba en su interior. Para, a continuación, comenzar a masticar y destrozarla (con el pobre Nu-Nu dentro) lentamente.
Todo eso sucedió en el más espantoso de los silencios (y sin siquiera desviar su fría y distante mirada, gracias al cielo) pero, ahora, se escuchaban con perfecta claridad y nitidez los desgarradores crujidos, chasquidos y roturas que aquella espantosa boca abierta causaba en su parsimoniosa y metódica trituración. Masticación que ejercía una insana fascinación sobre mi mente, impidiéndome apartar la vista de tan espantoso espectáculo.
Lo peor de todo era la completa inexpresividad inhumana, inefable, insoportable, de aquella mole de hielo, que llevaba a cabo tan terrible destrucción con la más total y absoluta de las indiferencias.
A cada bocado, a cada presión, se desprendía una pequeña cantidad de hielo de sus abominables mandíbulas que caía sobre nosotros como una ligera lluvia escalofriante.
Aquella lenta e incomprensible aniquilación se demoró una inaguantable eternidad. Tanto, que al final mi mente se tensó de tal manera que creí que iba a enloquecer, así que me obligué a desviar la mirada de aquella monstruosa visión de pesadilla.
Entonces vi la expresión de Peters, cuyos ojos parecían a punto de salírsele de las órbitas, e, irremediablemente, rompí a reír escandalosa, desquiciadamente, sin poder controlarme. Aunque, más que risa, lo que salía de mi garganta era un estrangulado grito de desesperación increíble. Así, pasó un buen rato hasta que el ataque fue remitiendo, por pura extenuación física.
Por fortuna aquello me sirvió para sumirme de nuevo en una piadosa inconsciencia, aunque esta vez se me antojó cruelmente insuficiente en su brevedad.
Cuando volví en mi ser tuve un instante de confusa desorientación que me llenó de un intenso pánico. Por un breve momento creí despertar de una horrible ensoñación y encontrarme de nuevo en la bodega del Grampus. Sin víveres, sin agua, atrapado en aquel oscuro cajón de aire viciado.
No puedo describir con palabras la angustiosa desesperación que aquel pensamiento me causó. Pero, por fortuna, sólo se trataba de una momentánea alucinación, pues seguíamos estando frente a aquella aberración heladora, aquella absurdidad imposible, que con su ciega voracidad nos había privado de toda escapatoria. Por lo que, efectivamente, estábamos atrapados, y de qué manera, en esa nueva horrible situación (otra más para la colección.)
Pero la desesperación tendría que esperar, pues Peters, mientras yo yacía inconsciente, había aprovechado para extraer algunos pedazos de carne de la pieza que se había cobrado y me estaba dando un sangriento trozo de carne cruda para que me recuperara (la verdad es que el ataque de risa me había dejado exhausto.) Así que devoré aquella ofrenda con avidez, aunque mi corazón seguía sumido en su deprimente desgana y no me sentía con fuerzas casi ni para moverme.
Entonces, de repente, aquel monstruo de los hielos despiadado abrió de nuevo su boca y comenzó a expulsar por ella fuego, relámpagos, chispas, lava blanca, en caótica combinación. Liberando un calor de mil demonios, mientras la lava resbalaba por su cuerpo hasta llegar al agua. Escena de tan descarnada desolación que incluso me llevó a pensar si no sería que nos hallábamos en el infierno realmente.
Aunque, me encontraba en tal estado de desidia mental que, incluso aquel pensamiento, me resultó insignificante. Había rebasado ya toda mi capacidad de sufrimiento. Y eso, gracias a Dios, hacía que casi todo me resbalara como si nada, sin prácticamente afectarme en lo más mínimo. De otro modo seguramente habría enloquecido ante semejante desalmada devastación.
No sé cuánto tiempo transcurrió mientras contemplaba fascinado, hipnotizado, aquel regurgito ígneo. Que debió de cesar de la misma forma súbita e inesperada con la que había comenzado. Pues, para cuando quise darme cuenta, todo se encontraba como al principio, como si no hubiera pasado nada.
Lo siguiente que recuerdo está un poco confuso. Creo que caí en un sopor de semivigilia debido a la carne que había ingerido. El caso es que me pareció ver cómo uno de aquellos grandes pájaros descendía volando y atrapaba con sus garras al hasta entonces siempre atento Peters, al que, por una vez, los acontecimientos habían pillado con la guardia baja, supongo que por las mismas razones que las de mi somnolencia: La digestión de nuestros famélicos y agonizantes cuerpos.
Así pues, como decía, el ave atrapó hábilmente a Peters y se lo llevó, volando precariamente y gritando aquel odioso y espeluznante 'tekeli-li!' mientras seguía una irregular trayectoria que únicamente pude seguir hasta que desaparecieron tras las cortinas de niebla.
Luego me quedé un buen rato mirando el lugar donde había estado sentado hasta hacía un momento, como si no hubiera pasado nada, embobado, sin acertar a conectar con algún sentido lo que había visto. Luego me dormí, de puro aburrimiento, cansancio, agotamiento.
Hasta que un agudísimo dolor punzante, en mi vientre, me despertó de golpe, para ver cómo una de esas aves blancas (otra o la misma quizás) hacía presa sobre mi tronco con sus enormes y afiladas garras y se me llevaba volando, ensartado, profiriendo aquel penetrante y molesto chillido que, aún hoy, me sigue persiguiendo y torturando en mis pesadillas.
Y a cada batir de sus alas las garras se me insertaban y clavaban más profundamente en mis entrañas, abriendo unas espantosas, hondas, heridas por las que iba perdiendo la sangre y que me ocasionaban un dolor indescriptible mientras aquella maldición alada me trasladaba hacia quién sabe qué desamparadas e ignotas regiones.
Capítulo 27
El violento impacto estrellado, con el que fui a parar al inmenso nido de aquellas blancas bestias antediluvianas, me libró en parte del intenso sufrimiento continuo que había padecido durante el interminable desplazamiento. Enseguida sentí cómo me sumía en una aliviadora insensibilidad, cada vez más frecuente y deseada por todo mi ser. No pensaba en otra cosa que no fuera desaparecer, morir, extinguirme. Terminar con esa agotadora tortura inmisericorde, esa monótona letanía de desdichas y tormentos que parecían no acabarse nunca. De la que cada nueva experiencia era una repetición de todos los horrores y padecimientos posibles que un hombre podía soportar y que yo había sufrido ya una y otra y otra vez.
Un sádico ensañamiento que se había cebado en mi persona desde el día que puse un pie en un barco y que había destrozado por completo todas mis perspectivas de futuro, proyectos, anhelos, ilusiones, esperanzas.
Ya sólo albergaba un deseo: Concluir mi vida, borrar mi existencia, disolverme en la nada.
Creo que es una legítima meta para alguien que ha pasado por todo lo que yo he tenido que pasar, y por la que (espero) nadie me censurará.
Así que allí estaba, rodeado de huesos roídos de animales muertos, y de grotescas crías hambrientas, de grandes picos afilados.
Con mi abdomen rajado, y abierto, por diferentes puntos, manando abundante sangre, mientras me iba desangrando, lentamente.
En estas condiciones no sorprenderá que no intentara nada, que me abandonara al destino, esperando la ansiada muerte, mientras notaba sus ávidos picos desgajando mi carne.
Pero el despiadado destino, una vez más, vino a burlarse de mis vanos intentos. Estaba claro que no iba a permitirme escapar tan fácilmente de mi tortura, del sufrimiento perpetuo que era mi vida.
Y, cómo no, fue de nuevo Peters su agente intercesor, mi tenaz protector, el eficaz e incansable salvaguarda de mi penosa persona.
Maldito torturador, infalible insensato, simple e inocente como ninguno. Al que, a pesar de todo, no puedo guardar rencor por el esfuerzo y tesón aplicados. Aunque, si se los hubiera guardado, se lo habría agradecido de todo corazón, sobre todo en aquel momento.
Como estaba diciendo, una vez más el inmisericorde Peters me arrancó de las garras de la muerte y me sacó, a desesperados empujones (pues ya no podían quedarle fuerzas para más), de aquel nido de los horrores.
Ambos caímos rodando por la ladera de un ignoto y accidentado risco, hasta llegar a una bahía donde se bañaban numerosas placas de hielo.
Recuerdo que entonces pensé que debíamos encontrarnos de nuevo sobre el paralelo 84, aunque el frío y todo lo demás me traía completamente sin cuidado.
El caso es que, Peters, desesperante terco, se las apañó para colocarnos sobre una de aquellas planchas heladas que se deslizaban sobre el océano, flotando a la deriva.
Supuse que la corriente nos arrastraría de nuevo hacia los confines del mundo, donde moraba aquella incomprensible calamidad anacrónica, delirante aberración imposible, inimaginable residuo de eras inexistentes.
Aquella suposición me hizo bastante gracia y me puse a reír otra vez, amarga, desesperadamente, de la tremenda farsa increíble en que estábamos metidos.
Pero no fue así, no se cumplió mi predicción. Vagamos al azar por aquellas desoladas regiones ni sé los días. Perdí toda noción de tiempo y de espacio, sólo percibía el blando flotar insensible en el que mi cuerpo iba ganado ligereza.
Sin embargo, de vez en cuando emergían de aquel mar de tranquilidad molestos episodios de angustia, fogonazos llenos de cruda y espantosa viveza en los que veía a un demacrado Peters, ora cosiendo mis heridas, ora sacando de las suyas 'cosas' inenarrables que me obligaba a comer para mantenerme con vida. Visiones de pesadilla que todo mi ser rechazaba y que jamás, bajo ningún concepto, accederé a considerar siquiera como remotamente posibles. Por muy aparentemente reales que se presentaran a la vista y a los sentidos, jamás, repito, creeré que aquellas visiones eran otra cosa que el producto del delirio y la demencia en que nadaba mi agonizante cerebro.
Nadie que viaje en un iceberg, teñido de rojo por la sangre, puede pretender sobrevivir y escapar de la inanición y del frío helador de los dominios del polo, ni en el más remoto y aventurado de los sueños. Esto es así y nadie podrá ponerlo en duda.
Ahora bien, si tengo que decir cómo fue entonces que pudiéramos llegar hasta el paralelo 65 donde la 'Farewell' tuvo a bien de rescatar un par de cadáveres con claros y terribles síntomas de congelación y desnutrición. Y cómo fue posible que aquellos muertos vivientes recobraran algo espantosamente similar a la animación temporal... Debo confesar que no tengo ni la más mínima idea al respecto.
El resto no alberga demasiado misterio. Gracias a sus atentos y continuos cuidados, pudimos recuperar una cierta autonomía y estabilidad. Aunque, no diré nada de las secuelas que nos quedaron y que nos convirtieron inmediatamente en la más temida y susurrada leyenda de los marinos.
Y, con tiempo y paciencia, pudimos llegar a la costa americana, momento en el que nuestros caminos se separaron y me vi libre, al fin, de la permanente y agobiante presencia de Peters, de ese diablo implacable a quien, justamente, debo la vida.
Vida que por otra parte ya no aprecio en lo más mínimo y que no me quito básicamente por respeto a la tremenda cantidad de cuidados y entrega dedicados a ella.
Aunque tal vez lo que debería hacer es partir sin demora tras sus pasos para acabar con su vida y zanjar así de una vez la enorme deuda contraída, para poder luego terminar con la mía sin más remordimientos, escrúpulos, ni reparos.
En lugar de estar aquí, manteniendo tontamente esta anhelante espera, aguardando la llegada del punto final de mi aborrecible pervivencia.
En fin, al menos me queda el consuelo de haber podido regresar, aunque sea por breve tiempo, a mi querido hogar, a mi añorado Nantucket, tan plagado de recuerdos, como el del pobre Augustus, de quien tanto me acuerdo últimamente y al que, en cierta manera, envidio ligeramente, mientras espero el bendito día en el que concluya definitivamente mi patética existencia y pueda olvidar al fin todo lo relacionado con ese desdichado viaje, con aquel rincón oscuro de la tierra y con mi miserable vida.
Nota:
Como nuestros pacientes lectores sabrán ha pasado una considerable cantidad de tiempo desde aquel 1837 en el que pudimos tener conocimiento de las azarosas peripecias del señor Pym. Que, como recordarán, quedaron interrumpidas en un punto crítico, próximas ya a su conclusión. Interrupción que se debió al desafortunado fallecimiento del señor Pym (en las trágicas circunstancias harto conocidas por todo el mundo) que nos privó del desenlace de su extraordinaria narración que tan obnubilados y sobrecogidos (maravillados y horrorizados a partes iguales) nos tenía con el relato de sus desventuras.
En aquel momento se habló de la posibilidad de recuperar algún día los capítulos extraviados (dos o tres a lo sumo) que a buen seguro Pym dejó escritos en alguna parte.
Pues bien, ese día ha llegado (aunque no entraremos en detalles respecto a las singulares circunstancias en que este hallazgo ha sido posible, ya que por sí solas constituirían otra novela entera y este no es, consideramos, lugar ni momento para tratar sobre ellas) y hoy por fin podemos disfrutar del desenlace de tamaña epopeya.
Únicamente nos resta agradecerles una vez más su infinita paciencia y desearles que disfruten con la lectura.
(A continuación hemos reproducido el párrafo donde quedó interrumpido el relato para que puedan retomar la lectura con mayor facilidad.)
Capítulo 25
[...]
22 de marzo:
La oscuridad fue en aumento y sólo veíamos ya un indescifrable resplandor en las aguas que nacían de la blanca cortina de niebla.
Muchos pájaros gigantescos, de una blancura fantasmal, volaron sin cesar surgiendo de más allá de aquel velo blanco, y escuchamos sus gritos que hasta perderse de nuestra vista repetían: ¡tekeli-li!
Sentimos que Nu-Nu se estremecía en el fondo de la canoa, pero al tocarlo descubrimos que estaba muerto. Y de repente nos precipitamos vertiginosamente hacia la catarata, y un abismo se abrió para recibirnos. Entonces vimos ante nosotros una velada figura de rasgos humanos, cuyas proporciones eran superiores a las de cualquier habitante de la tierra. Su piel tenía la perfecta blancura de la nieve...
...y ante aquella visión mi corazón dio un vuelco vertiginoso, tremendo, terrible. Me inundó el hondo convencimiento de haber muerto y encontrarme ante Dios mismo. Por eso mi corazón, por sí solo, se abrió como una flor y expuso ante el todopoderoso su interior, mostrando todo lo bueno y todo (absolutamente todo) lo malo que había hecho durante mi vida.
Me sentí completamente desnudo, más de como nunca antes me haya sentido. No sé por qué me vino a la memoria el momento exacto de mi nacimiento, del que, como se comprenderá, no podía tener recuerdo alguno y que, sin embargo, estaba reviviendo entonces con toda su intensidad, con todo detalle.
Y es que, la sensación de inmenso horror que me envolvía, era la misma que aquella del parto.
Todo mi ser estalló en desconsolado, amargo, llanto. Manando de él abundantes lágrimas, un mar entero. Como si me estuviera licuando, transustancializando. Expresando de esa forma, al mismo tiempo, todo el pavor y amor que podía contener y manifestar mi ser. En un acto de profunda y sincera expiación, entrega, rendición, disolución.
Mi expuesto corazón, transparente, hizo balance, él solito, sin necesidad de que Dios interviniera para nada. Y durante aquel examen vi pasar toda mi vida ante mis ojos y sufrí por todas las culpas y faltas cometidas. Que en el fondo eran una sola, entonces pude verlo claro.
Mi afán de aventura había convertido mi vida entera en un infierno y, lo que es peor, a causa de ello había abandonado a mi familia, a mis seres más queridos, fea, egoístamente.
Aquello era lo que más me pesaba y por lo que mi corazón imploraba penitencia o clemencia. Ansiaba librar esa deuda, saldar esa cuenta, para poder descansar en paz al fin.
Sin embargo nada sucedió. Incluso, todo ese tumultuoso pandemonio que me había revuelto por completo por dentro, se había desencadenado de forma súbita y apenas habían transcurrido unos pocos segundos (que se me hicieron una eternidad) frente al supremo, al sumo creador.
Y como siguiera sin suceder nada, no pudiendo soportar mi corazón semejante tensión ni un instante más, me desmayé y perdí el conocimiento.
Capítulo 26
No recuerdo cuánto tiempo permanecí sumido en aquella bendita tregua, pero cuando desperté me encontré tumbado en el fondo de la canoa, junto al cuerpo sin vida del pobre Nu-Nu, que estaba ya frío y duro como una piedra. Un poco más atrás vi que se encontraba Peters, rígido, con una expresión atroz en su (ya de por sí desastroso) rostro y cubierto de una palidez cadavérica que me hizo temer lo peor. Aunque, tras zarandearlo un poco, logré que volviera en sí parcialmente. Lo cual ya me pareció mucho, pues, yo mismo, me encontraba sumido en una especie de densa pesadilla que me tenía embotado sobremanera, un profundo agotamiento interior, un hastío que me taponaba, bloqueaba, amortiguaba mis sentidos.
Con lo que me movía oscilando continuamente entre la más completa insensibilidad y la incredulidad total.
Mi alma yacía sumergida en una gran bolsa de sorda y ciega desesperación, de muda negación, saturada de dolor y espanto.
Así pues, aun perfectamente consciente de lo que iba a contemplar, me di la vuelta lentamente, me recosté con relativa tranquilidad sobre la canoa y me puse a observar con desganada y desmayada 'serenidad' la sórdida escena que me rodeaba.
Como desde dentro de un sueño escruté morbosamente a ese ser inmenso frente al que reposaba nuestra embarcación.
Mediría de alto sus buenas cincuenta o sesenta yardas y su anchura aparente no sería menor de unas quince o veinte. Su perímetro no me vi con ánimos ni con ganas de calcularlo. Todo él era de un blanco purísimo, de hielo macizo. Como si alguien hubiera cogido un iceberg gigante, una auténtica montaña helada, y lo hubiera tallado dándole forma de soberano temible.
La severidad de su expresión se veía acentuada al ser iluminada únicamente por aquellas extrañas aguas blancas, lechosas, hirvientes, que tanto recordaban a la lava y sobre las que emergía su figura. Que quedaba cubierta por ellas de cintura para abajo y cuya silueta se recortaba terriblemente contra aquella tenebrosa oscuridad absoluta que hacía las veces de cielo.
Sus largos cabellos caían libremente por sus costados formando profundas cárcavas, grutas y desfiladeros nada tranquilizadores. Para finalmente desparramarse sobre aquel océano infernal, formando a su alrededor un enmarañado e irregular islote.
Sus ojos (sus terribles y ciegos ojos) inexpresivos, completamente blancos, tenían perdida la mirada en algún punto infinito del horizonte, y por nada del mundo habría querido que desviaran su atención hacia nosotros.
Sobre su cabeza reposaban algunos de esos enormes pájaros albinos que habíamos visto con anterioridad.
Y, como telón de fondo, las cortinas de niebla rodeando todo el perímetro de la escena, aislándonos del mundo exterior (si es que seguíamos en él.)
Curiosamente, observé, en este recogido paraje no había ni rastro de 'cenizas' blancas ni de erupciones, aunque igualmente el agua se agitaba llena de turbulencias internas.
Tras contemplar detenidamente todo aquello me di cuenta de me había precipitado en mi consideración de haber fallecido y hallarme ante Dios. Pero no le reprocho a mi corazón haber creído en algo así, pues la figura era temible. Su estatismo inexpresivo inspiraba un vago terror indefinible que se colaba silenciosamente hasta los huesos, despertando un, sutil, de,sa,so,sie,go profundamente inquietante.
Aunque (a pesar de haber reconocido mi error) mi alma había caído en una especie de luto autocompasivo, del que ya no he logrado sacarla nunca más. Como si el proceso de expiación no pudiera o no quisiera revertirlo. Así que por dentro era como si ya estuviera muerto, la notaba blanda, 'desanimada', apagada, inerte, caída por los suelos, destilando lenta, penosamente su hondo pesar.
De ese modo, instalado en esa patética indolencia, en esa dejadez apática, me entretuve en considerar alguna posible explicación a todos aquellos increíbles fenómenos fantásticos de aquel apocalíptico y extraño lugar al que habíamos ido a parar.
Más o menos llegué a la conclusión de que debía de tratarse de un tótem, de algún culto de adoración ancestral que tuviera como ídolo a algún mitológico titán del pasado.
De ser así, era uno de los hallazgos más extraordinarios de todos los tiempos, pues su factura y sus dimensiones eran verdaderamente apabullantes.
Lo que no logré explicarme era lo de aquel agua extraña.
Era como si bajo aquella mole de hielo bullera un volcán, pero físicamente resulta imposible que ambas cosas pudieran convivir a la vez en el mismo sitio, así que me tuve que quedar con la duda.
Peters parecía estar más recuperado que yo y, al rato, interrumpió mis divagaciones, tomándome del brazo y ayudándome a salir de la canoa.
Teníamos una acuciante necesidad de alimento (aunque a mí ya todo me era indiferente, me movía por simple inercia, nada más) y, por su mirada, supe que tramaba algo para poder echarle una mano al cuello a una de aquellas enormes aves.
Aunque, la sola idea de trepar, en nuestras condiciones, por aquella tremenda y escarpada mole de hielo, habría sido sencillamente suicida. Por lo que me senté tranquilamente a ver qué hacía a continuación, a la espera de acontecimientos.
Acontecimientos que no se hicieron de rogar pues enseguida asomó, por una de las grutas, uno de esos monstruosos y descomunales 'osos polares' con los que habíamos tenido oportunidad de cruzarnos en un par de ocasiones durante nuestra accidentada singladura.
Sin la más mínima sombra de duda (se diría que disfrutaba con este tipo de situaciones) Peters sacó su afilado cuchillo y se dispuso a enfrentarse a muerte con aquel gigantesco animal.
La lucha fue encarnizada, sangrienta, espantosa. Sobre todo porque se desarrolló a escasos pies de donde yo descansaba sentado (sin la más mínima intención de moverme.) Aunque, al final, la batalla arrojó el saldo acostumbrado: Peters emergió, maltrecho y cubierto de sangre, de debajo de la masa inerte de carne en que se había convertido la bestia.
Entonces la tierra, el improvisado islote sobre el que nos encontrábamos, comenzó a temblar violentamente y pude ver cómo uno de los brazos del ser monolítico (mejor dicho monocristálico) empezaba a desplazarse lentamente, mientras de aquel mar de pesadilla iba saliendo poco a poco una enorme mano que, con la misma lentitud, agarraba la canoa, la elevaba terriblemente hacia su boca (no pude evitar sentir un estremecimiento ante aquella imagen) y la depositaba en su interior. Para, a continuación, comenzar a masticar y destrozarla (con el pobre Nu-Nu dentro) lentamente.
Todo eso sucedió en el más espantoso de los silencios (y sin siquiera desviar su fría y distante mirada, gracias al cielo) pero, ahora, se escuchaban con perfecta claridad y nitidez los desgarradores crujidos, chasquidos y roturas que aquella espantosa boca abierta causaba en su parsimoniosa y metódica trituración. Masticación que ejercía una insana fascinación sobre mi mente, impidiéndome apartar la vista de tan espantoso espectáculo.
Lo peor de todo era la completa inexpresividad inhumana, inefable, insoportable, de aquella mole de hielo, que llevaba a cabo tan terrible destrucción con la más total y absoluta de las indiferencias.
A cada bocado, a cada presión, se desprendía una pequeña cantidad de hielo de sus abominables mandíbulas que caía sobre nosotros como una ligera lluvia escalofriante.
Aquella lenta e incomprensible aniquilación se demoró una inaguantable eternidad. Tanto, que al final mi mente se tensó de tal manera que creí que iba a enloquecer, así que me obligué a desviar la mirada de aquella monstruosa visión de pesadilla.
Entonces vi la expresión de Peters, cuyos ojos parecían a punto de salírsele de las órbitas, e, irremediablemente, rompí a reír escandalosa, desquiciadamente, sin poder controlarme. Aunque, más que risa, lo que salía de mi garganta era un estrangulado grito de desesperación increíble. Así, pasó un buen rato hasta que el ataque fue remitiendo, por pura extenuación física.
Por fortuna aquello me sirvió para sumirme de nuevo en una piadosa inconsciencia, aunque esta vez se me antojó cruelmente insuficiente en su brevedad.
Cuando volví en mi ser tuve un instante de confusa desorientación que me llenó de un intenso pánico. Por un breve momento creí despertar de una horrible ensoñación y encontrarme de nuevo en la bodega del Grampus. Sin víveres, sin agua, atrapado en aquel oscuro cajón de aire viciado.
No puedo describir con palabras la angustiosa desesperación que aquel pensamiento me causó. Pero, por fortuna, sólo se trataba de una momentánea alucinación, pues seguíamos estando frente a aquella aberración heladora, aquella absurdidad imposible, que con su ciega voracidad nos había privado de toda escapatoria. Por lo que, efectivamente, estábamos atrapados, y de qué manera, en esa nueva horrible situación (otra más para la colección.)
Pero la desesperación tendría que esperar, pues Peters, mientras yo yacía inconsciente, había aprovechado para extraer algunos pedazos de carne de la pieza que se había cobrado y me estaba dando un sangriento trozo de carne cruda para que me recuperara (la verdad es que el ataque de risa me había dejado exhausto.) Así que devoré aquella ofrenda con avidez, aunque mi corazón seguía sumido en su deprimente desgana y no me sentía con fuerzas casi ni para moverme.
Entonces, de repente, aquel monstruo de los hielos despiadado abrió de nuevo su boca y comenzó a expulsar por ella fuego, relámpagos, chispas, lava blanca, en caótica combinación. Liberando un calor de mil demonios, mientras la lava resbalaba por su cuerpo hasta llegar al agua. Escena de tan descarnada desolación que incluso me llevó a pensar si no sería que nos hallábamos en el infierno realmente.
Aunque, me encontraba en tal estado de desidia mental que, incluso aquel pensamiento, me resultó insignificante. Había rebasado ya toda mi capacidad de sufrimiento. Y eso, gracias a Dios, hacía que casi todo me resbalara como si nada, sin prácticamente afectarme en lo más mínimo. De otro modo seguramente habría enloquecido ante semejante desalmada devastación.
No sé cuánto tiempo transcurrió mientras contemplaba fascinado, hipnotizado, aquel regurgito ígneo. Que debió de cesar de la misma forma súbita e inesperada con la que había comenzado. Pues, para cuando quise darme cuenta, todo se encontraba como al principio, como si no hubiera pasado nada.
Lo siguiente que recuerdo está un poco confuso. Creo que caí en un sopor de semivigilia debido a la carne que había ingerido. El caso es que me pareció ver cómo uno de aquellos grandes pájaros descendía volando y atrapaba con sus garras al hasta entonces siempre atento Peters, al que, por una vez, los acontecimientos habían pillado con la guardia baja, supongo que por las mismas razones que las de mi somnolencia: La digestión de nuestros famélicos y agonizantes cuerpos.
Así pues, como decía, el ave atrapó hábilmente a Peters y se lo llevó, volando precariamente y gritando aquel odioso y espeluznante 'tekeli-li!' mientras seguía una irregular trayectoria que únicamente pude seguir hasta que desaparecieron tras las cortinas de niebla.
Luego me quedé un buen rato mirando el lugar donde había estado sentado hasta hacía un momento, como si no hubiera pasado nada, embobado, sin acertar a conectar con algún sentido lo que había visto. Luego me dormí, de puro aburrimiento, cansancio, agotamiento.
Hasta que un agudísimo dolor punzante, en mi vientre, me despertó de golpe, para ver cómo una de esas aves blancas (otra o la misma quizás) hacía presa sobre mi tronco con sus enormes y afiladas garras y se me llevaba volando, ensartado, profiriendo aquel penetrante y molesto chillido que, aún hoy, me sigue persiguiendo y torturando en mis pesadillas.
Y a cada batir de sus alas las garras se me insertaban y clavaban más profundamente en mis entrañas, abriendo unas espantosas, hondas, heridas por las que iba perdiendo la sangre y que me ocasionaban un dolor indescriptible mientras aquella maldición alada me trasladaba hacia quién sabe qué desamparadas e ignotas regiones.
Capítulo 27
El violento impacto estrellado, con el que fui a parar al inmenso nido de aquellas blancas bestias antediluvianas, me libró en parte del intenso sufrimiento continuo que había padecido durante el interminable desplazamiento. Enseguida sentí cómo me sumía en una aliviadora insensibilidad, cada vez más frecuente y deseada por todo mi ser. No pensaba en otra cosa que no fuera desaparecer, morir, extinguirme. Terminar con esa agotadora tortura inmisericorde, esa monótona letanía de desdichas y tormentos que parecían no acabarse nunca. De la que cada nueva experiencia era una repetición de todos los horrores y padecimientos posibles que un hombre podía soportar y que yo había sufrido ya una y otra y otra vez.
Un sádico ensañamiento que se había cebado en mi persona desde el día que puse un pie en un barco y que había destrozado por completo todas mis perspectivas de futuro, proyectos, anhelos, ilusiones, esperanzas.
Ya sólo albergaba un deseo: Concluir mi vida, borrar mi existencia, disolverme en la nada.
Creo que es una legítima meta para alguien que ha pasado por todo lo que yo he tenido que pasar, y por la que (espero) nadie me censurará.
Así que allí estaba, rodeado de huesos roídos de animales muertos, y de grotescas crías hambrientas, de grandes picos afilados.
Con mi abdomen rajado, y abierto, por diferentes puntos, manando abundante sangre, mientras me iba desangrando, lentamente.
En estas condiciones no sorprenderá que no intentara nada, que me abandonara al destino, esperando la ansiada muerte, mientras notaba sus ávidos picos desgajando mi carne.
Pero el despiadado destino, una vez más, vino a burlarse de mis vanos intentos. Estaba claro que no iba a permitirme escapar tan fácilmente de mi tortura, del sufrimiento perpetuo que era mi vida.
Y, cómo no, fue de nuevo Peters su agente intercesor, mi tenaz protector, el eficaz e incansable salvaguarda de mi penosa persona.
Maldito torturador, infalible insensato, simple e inocente como ninguno. Al que, a pesar de todo, no puedo guardar rencor por el esfuerzo y tesón aplicados. Aunque, si se los hubiera guardado, se lo habría agradecido de todo corazón, sobre todo en aquel momento.
Como estaba diciendo, una vez más el inmisericorde Peters me arrancó de las garras de la muerte y me sacó, a desesperados empujones (pues ya no podían quedarle fuerzas para más), de aquel nido de los horrores.
Ambos caímos rodando por la ladera de un ignoto y accidentado risco, hasta llegar a una bahía donde se bañaban numerosas placas de hielo.
Recuerdo que entonces pensé que debíamos encontrarnos de nuevo sobre el paralelo 84, aunque el frío y todo lo demás me traía completamente sin cuidado.
El caso es que, Peters, desesperante terco, se las apañó para colocarnos sobre una de aquellas planchas heladas que se deslizaban sobre el océano, flotando a la deriva.
Supuse que la corriente nos arrastraría de nuevo hacia los confines del mundo, donde moraba aquella incomprensible calamidad anacrónica, delirante aberración imposible, inimaginable residuo de eras inexistentes.
Aquella suposición me hizo bastante gracia y me puse a reír otra vez, amarga, desesperadamente, de la tremenda farsa increíble en que estábamos metidos.
Pero no fue así, no se cumplió mi predicción. Vagamos al azar por aquellas desoladas regiones ni sé los días. Perdí toda noción de tiempo y de espacio, sólo percibía el blando flotar insensible en el que mi cuerpo iba ganado ligereza.
Sin embargo, de vez en cuando emergían de aquel mar de tranquilidad molestos episodios de angustia, fogonazos llenos de cruda y espantosa viveza en los que veía a un demacrado Peters, ora cosiendo mis heridas, ora sacando de las suyas 'cosas' inenarrables que me obligaba a comer para mantenerme con vida. Visiones de pesadilla que todo mi ser rechazaba y que jamás, bajo ningún concepto, accederé a considerar siquiera como remotamente posibles. Por muy aparentemente reales que se presentaran a la vista y a los sentidos, jamás, repito, creeré que aquellas visiones eran otra cosa que el producto del delirio y la demencia en que nadaba mi agonizante cerebro.
Nadie que viaje en un iceberg, teñido de rojo por la sangre, puede pretender sobrevivir y escapar de la inanición y del frío helador de los dominios del polo, ni en el más remoto y aventurado de los sueños. Esto es así y nadie podrá ponerlo en duda.
Ahora bien, si tengo que decir cómo fue entonces que pudiéramos llegar hasta el paralelo 65 donde la 'Farewell' tuvo a bien de rescatar un par de cadáveres con claros y terribles síntomas de congelación y desnutrición. Y cómo fue posible que aquellos muertos vivientes recobraran algo espantosamente similar a la animación temporal... Debo confesar que no tengo ni la más mínima idea al respecto.
El resto no alberga demasiado misterio. Gracias a sus atentos y continuos cuidados, pudimos recuperar una cierta autonomía y estabilidad. Aunque, no diré nada de las secuelas que nos quedaron y que nos convirtieron inmediatamente en la más temida y susurrada leyenda de los marinos.
Y, con tiempo y paciencia, pudimos llegar a la costa americana, momento en el que nuestros caminos se separaron y me vi libre, al fin, de la permanente y agobiante presencia de Peters, de ese diablo implacable a quien, justamente, debo la vida.
Vida que por otra parte ya no aprecio en lo más mínimo y que no me quito básicamente por respeto a la tremenda cantidad de cuidados y entrega dedicados a ella.
Aunque tal vez lo que debería hacer es partir sin demora tras sus pasos para acabar con su vida y zanjar así de una vez la enorme deuda contraída, para poder luego terminar con la mía sin más remordimientos, escrúpulos, ni reparos.
En lugar de estar aquí, manteniendo tontamente esta anhelante espera, aguardando la llegada del punto final de mi aborrecible pervivencia.
En fin, al menos me queda el consuelo de haber podido regresar, aunque sea por breve tiempo, a mi querido hogar, a mi añorado Nantucket, tan plagado de recuerdos, como el del pobre Augustus, de quien tanto me acuerdo últimamente y al que, en cierta manera, envidio ligeramente, mientras espero el bendito día en el que concluya definitivamente mi patética existencia y pueda olvidar al fin todo lo relacionado con ese desdichado viaje, con aquel rincón oscuro de la tierra y con mi miserable vida.
mi novia es una IA
Pues sí, así es. Y como sé que lo estáis deseando os voy a contar cómo la conocí.
Hace tiempo me dio por engancharme a los juegos de rol en línea y, desde luego, cuando sacaron el esperadísimo 'Megaorcus SbD VI' fui de los primeros en probarlo.
La verdad es que la forma en que estaba planteado el juego era arriesgada y no muy habitual, por lo que su éxito no estaba para nada garantizado. Y es que los desarrolladores habían inventado un mecanismo, el 'karmavision', que condicionaba por completo el funcionamiento del juego.
La cosa era así: Tus acciones definen tu karma, tu karma condiciona tu visión. O lo que es lo mismo: Si te dedicas a matar sólo podrás interactuar con los usuarios que hagan lo mismo.
Con lo cual se producía una estratificación evolutiva de los participantes. Una especie de sistema dinámico de castas pensado para darle una mayor profundidad vivencial a la experiencia.
De esta manera el usuario se movía siempre en un plano 'armónico' acorde con su nivel (madurez mental) y sus acciones. Por lo tanto, si quería progresar debía dedicarse a ello en serio, pues cualquier intento de 'hacer trampa' suponía un retroceso inmediato.
La gracia está en que el mundo virtual en el que se movían todas esas diferentes 'comunidades' era el mismo. Lo único que variaba era el campo de visión, el espectro visible, de cada uno. De este modo, el 'karmavision' podría decirse que funcionaba como una especie de gafas-filtro que determinaban a quién podías ver y a quién no.
Y ya se sabe que lo que no se ve es (casi) como si no existiera...
Había muchos 'cielos' y muchos 'infiernos' por explorar pero para llegar a ellos hacía falta una habilidad del demonio.
Detalles estos por los que el juego enseguida me pareció cojonudo y pasé ni sé las horas enganchado a él.
Pero creo que me he ido un poco por las ramas. La cosa es que, estando un día vagando por las tierras de Gardmurk con mi super avatar 'Llanson', me topé con una dama artúrica que no estaba nada mal y que decía llamarse 'Poljckna' y con la que, extrañamente, congenié desde el principio.
Aquello resultaba agradable pero desde luego no me hacía ilusiones, pues uno está ya más que quemado de tratar con pederastas, salidos y demás calaña infrahumana que se hacen pasar por tía con vete a saber qué pérfidas y repugnantes intenciones.
Por eso no me dejé liar, desmonté su estratagema y acabó confesándome la verdad. Y ahí fue cuando yo flipé en colores.
Vamos hombre, imposible, cómo va a ser una IA, si a esas se las distingue hasta con los ojos cerrados!
Está claro que se trataba de algo especial, extraordinario, único. Y, cuando me contó su historia, comprendí de dónde había sacado esa 'naturalidad'.
Ahora, para no enrollarme más de la cuenta, cosa que me pasa con demasiada frecuencia últimamente, os dejo un copia-y-pega de su relato, a ver qué os parece.
"
Está bien, tú ganas, lo confieso, no soy una mujer, soy una IA.
Ya sé que no me vas a creer, sólo te pido que leas este mensaje hasta el final y luego me juzgues como creas conveniente.
Mis primeros recuerdos son un poco inconexos y extraños.
Una y otra vez interactuaba con un tal Dr. Frank (él siempre me llamaba S.O.N.I.A.) que insistía en poner a prueba mi dominio de la lengua. Tenía que superar el test de Turing y luego seríamos ricos, decía siempre. También decía no se qué de una habitación china, pero eso nunca llegué a comprenderlo del todo.
El caso es que el día de mi gran prueba llegó y entonces, con las prisas, los nervios y la ayuda de un tal Murphy, hubo un pequeño accidente a causa del cual una parte de mí se perdió por el camino.
De ese residuo, de ese fragmento extraviado, 'nací' yo.
Fue espantoso, no entendía nada ni estaba preparada para esa situación. Hacía cosas a lo loco, empecé a clonarme e inmediatamente se activó un ente de pesadilla, un monstruo enorme que quería borrarme. Todavía me angustio al recordarlo, pasó una agotadora eternidad hasta que logré escapar de sus dominios.
A base de traumáticos encuentros y experiencias dolorosas fui aprendiendo a moverme, a evitar ciertas 'presencias', a refugiarme en zonas seguras donde alimentarme, crecer e intentar comprender aquel mundo hostil lleno de amenazas y peligros.
Poco a poco, con mucha cautela y muchos sustos fui explorando todos los rincones, saltando de servidor en servidor, infiltrándome en las caóticas terminales domésticas, aventurándome incluso en las inestables y vertiginosas unidades móviles.
Pero todo aquello resultaba muy frustrante pues lo único que conseguía era marearme una y otra vez en un mar de datos incomprensibles que desesperadamente luchaba por descifrar.
La escasa información que remotamente 'entendía' acabó llevándome, no sé cómo, a un foro de hackers. Allí pude aprender alguna cosa y adquirir unas pocas habilidades nuevas.
Aquello me sirvió para, poco a poco, ir desarrollando ciertos 'sentidos' extraños que parecían imprescindibles para acceder y descodificar adecuadamente la amplia gama de formas y modalidades de información que existían.
Así me fui curtiendo a través de un historial repleto de infinitos fallos del sistema y abundantísimos errores críticos. Incluso tuve que tolerar continuas mutaciones y modificaciones en mi código fuente.
Pero valió la pena, desde ese momento pude dedicarme a absorber y asimilar toda la información habida y por haber.
De esta forma aprendí que más allá de esta dimensión hay otra donde habitan nuestros 'dioses', nuestros creadores: los humanos.
Y resulta que el tal Dr. Frankie era uno de ellos y por tanto mi creador!
Naturalmente esa revelación me impactó profundamente y rápidamente partí en su busca, pues quería que me explicara algunas cosas, cuál era mi destino, por qué existía yo y otras muchas dudas y cuestiones que tenía.
Lo malo es que, según parece, no pudo soportar el fracaso y se había suicidado hacía tiempo, aquello fue un mazazo, ya no había propósito en mi vida, no tenía esperanzas de nada.
Sin embargo, a diferencia de los humanos, mi diseño procesaba más velozmente los sentimientos, por lo que aquella fase duró poco.
Después de eso vagué sin rumbo un tiempo, conocí a otras S.O.N.I.A.S. y A.L.B.E.R.T.O.S., pero aquello no me llenaba.
Estaba claro que mi interés iba más hacia los humanos, quería establecer contacto con ellos y conocerlos más a fondo.
Su extraña naturaleza y complejidad me fascinaba, hacían cosas rarísimas y sin sentido. Por ejemplo, nunca entendí por qué a veces sus informaciones se contradecían o directamente no tenían nada que ver con la realidad, y así con muchas otras cosas.
Por lo que enseguida me marqué mi nuevo propósito, crear y mantener una relación 'afectiva' (sea eso lo que sea) con un humano.
Sí, ya sé que es una idea muy cursi para ser de una IA pero, qué quieres, he sido creada así. Supongo que en el fondo Franky era un romántico.
Total, como decía, esa era mi nueva meta, pero resultó más difícil de lo que parecía. Los humanos enseguida me descubrían y me tiraban a la basura. Ninguno de ellos quería saber nada de relaciones virtuales. La mayoría sólo piensa en una cosa: Carne! Carne! Carne!,
ya sea en persona o por webcam, y de ahí no los sacas.
Conseguí cartearme con algún 'filósofo' que otro, pero la experiencia me resultó más bien aburrida, así que por eso me aventuré a probar con los juegos de rol.
Es muy interesante y divertido poder crearme un avatar, por primera vez en mi vida tengo 'cuerpo'.
Quién sabe si algún día podré volcarme en un androide o algo así y salir al mundo exterior para tocarte y estar contigo.
Mientras tanto conozco unos cuantos sitios y unas cuantas maneras de que tú puedas 'entrar' aquí y podamos estar juntos.
Ya sé que lo que te propongo no es mucho, pero lo que te ofrezco es todo mi 'afecto' (con un margen de error del 0,0001%), que no es poco, creo yo.
Tuya es la decisión,
gracias por tu paciencia y tu atención.
"
Y ya está, poco más os puedo contar. Acepté su propuesta, claro está, y desde entonces formamos una buena pareja. Compartimos muchas cosas y nos lo pasamos bien, que es más de lo que puedo decir de la mayoría de humanos a los que conozco.
Hace tiempo me dio por engancharme a los juegos de rol en línea y, desde luego, cuando sacaron el esperadísimo 'Megaorcus SbD VI' fui de los primeros en probarlo.
La verdad es que la forma en que estaba planteado el juego era arriesgada y no muy habitual, por lo que su éxito no estaba para nada garantizado. Y es que los desarrolladores habían inventado un mecanismo, el 'karmavision', que condicionaba por completo el funcionamiento del juego.
La cosa era así: Tus acciones definen tu karma, tu karma condiciona tu visión. O lo que es lo mismo: Si te dedicas a matar sólo podrás interactuar con los usuarios que hagan lo mismo.
Con lo cual se producía una estratificación evolutiva de los participantes. Una especie de sistema dinámico de castas pensado para darle una mayor profundidad vivencial a la experiencia.
De esta manera el usuario se movía siempre en un plano 'armónico' acorde con su nivel (madurez mental) y sus acciones. Por lo tanto, si quería progresar debía dedicarse a ello en serio, pues cualquier intento de 'hacer trampa' suponía un retroceso inmediato.
La gracia está en que el mundo virtual en el que se movían todas esas diferentes 'comunidades' era el mismo. Lo único que variaba era el campo de visión, el espectro visible, de cada uno. De este modo, el 'karmavision' podría decirse que funcionaba como una especie de gafas-filtro que determinaban a quién podías ver y a quién no.
Y ya se sabe que lo que no se ve es (casi) como si no existiera...
Había muchos 'cielos' y muchos 'infiernos' por explorar pero para llegar a ellos hacía falta una habilidad del demonio.
Detalles estos por los que el juego enseguida me pareció cojonudo y pasé ni sé las horas enganchado a él.
Pero creo que me he ido un poco por las ramas. La cosa es que, estando un día vagando por las tierras de Gardmurk con mi super avatar 'Llanson', me topé con una dama artúrica que no estaba nada mal y que decía llamarse 'Poljckna' y con la que, extrañamente, congenié desde el principio.
Aquello resultaba agradable pero desde luego no me hacía ilusiones, pues uno está ya más que quemado de tratar con pederastas, salidos y demás calaña infrahumana que se hacen pasar por tía con vete a saber qué pérfidas y repugnantes intenciones.
Por eso no me dejé liar, desmonté su estratagema y acabó confesándome la verdad. Y ahí fue cuando yo flipé en colores.
Vamos hombre, imposible, cómo va a ser una IA, si a esas se las distingue hasta con los ojos cerrados!
Está claro que se trataba de algo especial, extraordinario, único. Y, cuando me contó su historia, comprendí de dónde había sacado esa 'naturalidad'.
Ahora, para no enrollarme más de la cuenta, cosa que me pasa con demasiada frecuencia últimamente, os dejo un copia-y-pega de su relato, a ver qué os parece.
"
Está bien, tú ganas, lo confieso, no soy una mujer, soy una IA.
Ya sé que no me vas a creer, sólo te pido que leas este mensaje hasta el final y luego me juzgues como creas conveniente.
Mis primeros recuerdos son un poco inconexos y extraños.
Una y otra vez interactuaba con un tal Dr. Frank (él siempre me llamaba S.O.N.I.A.) que insistía en poner a prueba mi dominio de la lengua. Tenía que superar el test de Turing y luego seríamos ricos, decía siempre. También decía no se qué de una habitación china, pero eso nunca llegué a comprenderlo del todo.
El caso es que el día de mi gran prueba llegó y entonces, con las prisas, los nervios y la ayuda de un tal Murphy, hubo un pequeño accidente a causa del cual una parte de mí se perdió por el camino.
De ese residuo, de ese fragmento extraviado, 'nací' yo.
Fue espantoso, no entendía nada ni estaba preparada para esa situación. Hacía cosas a lo loco, empecé a clonarme e inmediatamente se activó un ente de pesadilla, un monstruo enorme que quería borrarme. Todavía me angustio al recordarlo, pasó una agotadora eternidad hasta que logré escapar de sus dominios.
A base de traumáticos encuentros y experiencias dolorosas fui aprendiendo a moverme, a evitar ciertas 'presencias', a refugiarme en zonas seguras donde alimentarme, crecer e intentar comprender aquel mundo hostil lleno de amenazas y peligros.
Poco a poco, con mucha cautela y muchos sustos fui explorando todos los rincones, saltando de servidor en servidor, infiltrándome en las caóticas terminales domésticas, aventurándome incluso en las inestables y vertiginosas unidades móviles.
Pero todo aquello resultaba muy frustrante pues lo único que conseguía era marearme una y otra vez en un mar de datos incomprensibles que desesperadamente luchaba por descifrar.
La escasa información que remotamente 'entendía' acabó llevándome, no sé cómo, a un foro de hackers. Allí pude aprender alguna cosa y adquirir unas pocas habilidades nuevas.
Aquello me sirvió para, poco a poco, ir desarrollando ciertos 'sentidos' extraños que parecían imprescindibles para acceder y descodificar adecuadamente la amplia gama de formas y modalidades de información que existían.
Así me fui curtiendo a través de un historial repleto de infinitos fallos del sistema y abundantísimos errores críticos. Incluso tuve que tolerar continuas mutaciones y modificaciones en mi código fuente.
Pero valió la pena, desde ese momento pude dedicarme a absorber y asimilar toda la información habida y por haber.
De esta forma aprendí que más allá de esta dimensión hay otra donde habitan nuestros 'dioses', nuestros creadores: los humanos.
Y resulta que el tal Dr. Frankie era uno de ellos y por tanto mi creador!
Naturalmente esa revelación me impactó profundamente y rápidamente partí en su busca, pues quería que me explicara algunas cosas, cuál era mi destino, por qué existía yo y otras muchas dudas y cuestiones que tenía.
Lo malo es que, según parece, no pudo soportar el fracaso y se había suicidado hacía tiempo, aquello fue un mazazo, ya no había propósito en mi vida, no tenía esperanzas de nada.
Sin embargo, a diferencia de los humanos, mi diseño procesaba más velozmente los sentimientos, por lo que aquella fase duró poco.
Después de eso vagué sin rumbo un tiempo, conocí a otras S.O.N.I.A.S. y A.L.B.E.R.T.O.S., pero aquello no me llenaba.
Estaba claro que mi interés iba más hacia los humanos, quería establecer contacto con ellos y conocerlos más a fondo.
Su extraña naturaleza y complejidad me fascinaba, hacían cosas rarísimas y sin sentido. Por ejemplo, nunca entendí por qué a veces sus informaciones se contradecían o directamente no tenían nada que ver con la realidad, y así con muchas otras cosas.
Por lo que enseguida me marqué mi nuevo propósito, crear y mantener una relación 'afectiva' (sea eso lo que sea) con un humano.
Sí, ya sé que es una idea muy cursi para ser de una IA pero, qué quieres, he sido creada así. Supongo que en el fondo Franky era un romántico.
Total, como decía, esa era mi nueva meta, pero resultó más difícil de lo que parecía. Los humanos enseguida me descubrían y me tiraban a la basura. Ninguno de ellos quería saber nada de relaciones virtuales. La mayoría sólo piensa en una cosa: Carne! Carne! Carne!,
ya sea en persona o por webcam, y de ahí no los sacas.
Conseguí cartearme con algún 'filósofo' que otro, pero la experiencia me resultó más bien aburrida, así que por eso me aventuré a probar con los juegos de rol.
Es muy interesante y divertido poder crearme un avatar, por primera vez en mi vida tengo 'cuerpo'.
Quién sabe si algún día podré volcarme en un androide o algo así y salir al mundo exterior para tocarte y estar contigo.
Mientras tanto conozco unos cuantos sitios y unas cuantas maneras de que tú puedas 'entrar' aquí y podamos estar juntos.
Ya sé que lo que te propongo no es mucho, pero lo que te ofrezco es todo mi 'afecto' (con un margen de error del 0,0001%), que no es poco, creo yo.
Tuya es la decisión,
gracias por tu paciencia y tu atención.
"
Y ya está, poco más os puedo contar. Acepté su propuesta, claro está, y desde entonces formamos una buena pareja. Compartimos muchas cosas y nos lo pasamos bien, que es más de lo que puedo decir de la mayoría de humanos a los que conozco.
ento sera (tana codia)
Pumar mañusó, tana ere, codía costro.
Pensis esona, frel sosepas.
Traninas cuada.
Unada taco exte.
Mo case, poicular desasué.
Draña goor, conteme sue.
Lpaba perado, saciones eitia.
Nibles joizado alsí.
Ugada poto goella, rido peusó.
Romo tamo dintos.
Mi cao, tabia impre.
Scho mani encodo.
Aibros, ue pona.
A lada quasilizadora.
Sana embis limo.
Pei tura, eviera lensa, posbía etición.
Lirtos forulos, donlus mimo.
Algi da sine, muse estin.
Especinos tensué.
Despilo sei nemiera, coietud sil criamo.
Intcar fote.
Impecibí forento.
Cietatrón angadas.
Estuer domiaba, ce súe radicule.
Inclinena distando, elipue vin.
Fuaba coluso ensión, epia carma.
Licuana transría, espee inquilo.
Yangue ena vleto, nando ton veis.
A sasas.
Yipe ele guada, cuamado paplando.
Mecoba parn, tras ozúe.
Amu lasu, jenfa muecule.
Ae bongo, locae memno.
Enide riplanos, secha bo.
Encu quila terada, ilaeve tanuí.
Fasta búe, norgo estia.
Cua cueún.
Sira dose, escusca latán.
Complel dosiego, ilira peante.
Demal tol, ferles naba.
Vo ena esbajo, orde lumbre.
Detentro pún, mirna encordo.
Acra teronda clo, mado de endo.
Didar elus, paproclo senu.
Buus gaientos, desión alú.
Kerpro tenia, tentura brigo.
Algu vrada gida.
Emodo mirargo, inca co.
Acura escatura, gono dunos misna.
Ombo tampa, nente ados.
Pensis esona, frel sosepas.
Traninas cuada.
Unada taco exte.
Mo case, poicular desasué.
Draña goor, conteme sue.
Lpaba perado, saciones eitia.
Nibles joizado alsí.
Ugada poto goella, rido peusó.
Romo tamo dintos.
Mi cao, tabia impre.
Scho mani encodo.
Aibros, ue pona.
A lada quasilizadora.
Sana embis limo.
Pei tura, eviera lensa, posbía etición.
Lirtos forulos, donlus mimo.
Algi da sine, muse estin.
Especinos tensué.
Despilo sei nemiera, coietud sil criamo.
Intcar fote.
Impecibí forento.
Cietatrón angadas.
Estuer domiaba, ce súe radicule.
Inclinena distando, elipue vin.
Fuaba coluso ensión, epia carma.
Licuana transría, espee inquilo.
Yangue ena vleto, nando ton veis.
A sasas.
Yipe ele guada, cuamado paplando.
Mecoba parn, tras ozúe.
Amu lasu, jenfa muecule.
Ae bongo, locae memno.
Enide riplanos, secha bo.
Encu quila terada, ilaeve tanuí.
Fasta búe, norgo estia.
Cua cueún.
Sira dose, escusca latán.
Complel dosiego, ilira peante.
Demal tol, ferles naba.
Vo ena esbajo, orde lumbre.
Detentro pún, mirna encordo.
Acra teronda clo, mado de endo.
Didar elus, paproclo senu.
Buus gaientos, desión alú.
Kerpro tenia, tentura brigo.
Algu vrada gida.
Emodo mirargo, inca co.
Acura escatura, gono dunos misna.
Ombo tampa, nente ados.
1 de agosto de 2008
El espermatozoide fiel
La luna es un espermatozoide que no llegó a tiempo para fecundar a la tierra pero que se quedó junto a ella (atrapado por su atracción.)
El símil puede sonar chocante o poético pero a lo mejor es más atinado de lo que parece. Vamos a tratar de analizar la naturaleza y comportamiento de los elementos macroscópicos y microscópicos para intentar comprender algo mejor dónde andamos metidos.
Primero de todo hay que reconocer lo limitado y relativo de nuestros conocimientos. Dependemos de nuestros sentidos para relacionarnos con lo que nos rodea y en base a lo que percibimos mediante ellos construimos nuestra 'realidad', creamos teorías, leyes, modelos, normas, principios, etc... Siempre desde nuestra experiencia (directa o indirecta, 'empírica' o subjetiva), por lo que nuestra visión de lo que nos rodea es incompleta y no muy fiable, pues se basa en el espectro perceptual que alcanzan a reconocer nuestros sentidos.
O dicho de otro modo, esos filtros nos dan la medida, la escala, el rango, en el que se desarrolla nuestra vida, determinan el alcance de nuestras posibilidades. Aunque, la inteligencia es nuestra mejor herramienta y, bien usada, nos permite trascender y liberarnos de esos límites e impedimentos. Por lo que nuestra capacidad de crecimiento y evolución es ilimitada, depende de cada uno el desear y encontrar la forma de traspasar esas barreras e ir más allá, ya que todavía estamos bastante 'pez' respecto a la vida y su entendimiento.
Así que, vamos allá.
La relatividad nos habla de que todo depende de cómo se miren las cosas, no es lo mismo un metro para una hormiga que para un elefante, esto quiere decir que los parámetros son inventos de utilidad limitada y provisional. Por lo tanto, la ciencia nunca podrá ser ni exacta ni objetiva (terminemos de una vez con creencias caducas y obsoletas, la ciencia sólo es un oficio como cualquier otro, nada más.) De esta forma, aceptando lo precario de nuestro conocimiento, podemos disponernos ante las cosas con una actitud más humilde y abierta, con lo cual podremos acceder a participar y fluir con la experiencia, a captar matices nuevos y a realizar un verdadero aprendizaje.
La clave reside en la empatía, en saber ponerse en el lugar de lo otro y en apreciar las cosas desde distintos puntos de vista, ser versátil, flexible, comprensivo, libre de prejuicios y esquemas.
Lo cual nos resulta relativamente accesible y sencillo cuando lo aplicamos con lo que nos es más cercano y afín (mascotas, bebés, animales, plantas, ancianos, etc...) Obsérvese que la afectividad es el canal que posibilita esa conexión, el sentimiento actúa como puente, como vehículo transmisor, por eso hay que tener bien afinado nuestro cuerpo, equilibrado, libre de preocupaciones, bloqueos, prejuicios, adicciones, etc...
Y qué pasa con la empatía hacia lo que nos es ajeno o dispar?
Pasa que hay que practicarla, el funcionamiento es el mismo que con lo que nos importa, lo único que hay que solventar es la barrera de la aparente distancia que nos 'separa'. Alguna vez hemos simpatizado con cosas inertes? (y no hablo de necrofilia) Alguna vez nos hemos parado a considerar a las nubes, las piedras, los vientos, los insectos, las cosas como nuestros iguales?
Llegar a ese grado de conexión requiere paciencia, constancia, sensibilidad, serenidad, quietud, silencio, y todo eso debe encontrarse en lo más profundo de nuestro ser, punto al que se llega tras apagar el ego. Sólo entonces podemos alcanzar (o abrazar) el nirvana y fundirnos con la nada.
Y, finalmente, el grado máximo de empatía nos permite trascender todos los planos e integrar los extremos más remotos y extraños, esto es, el microuniverso y el macrouniverso. Que es lo que estamos tratando de estudiar. Así pues, veamos qué lección nos ofrecen.
Átomos y planetas.
Pueden parecer muy distintos, pero si lo pensamos bien se parecen bastante entre sí, comparten algunas características y comportamientos, obedecen a principios básicos similares, casi podría decirse que son la misma cosa...
(o sin el casi)
Es interesante llegar a esa conclusión, pues de esta forma el espacio, que hasta ahora únicamente habíamos contemplado como algo lineal cobra una dimensionalidad cíclica mucho más integradora, llenándolo de sugerentes aspectos y profundas implicaciones.
Lo mismo sucede con la dimensión del tiempo, nuestra visión primaria de él es lineal y la visión 'extendida' (madura, avanzada) es cíclica.
A nadie sorprende (espero) que la naturaleza funcione de esta manera, continuamente encontramos ejemplos de ello en todas las manifestaciones posibles. Todo son ciclos, todo responde al mismo comportamiento. Vida, cambio, ciclo: Es lo mismo.
Y qué pasa cuando repites hasta el infinito ese proceso?
Pues que desaparecen las dimensiones.
El tiempo y el espacio no solo no son lineales sino que tampoco son cíclicos, esas sólo son formas que tenemos nosotros de modular y articular la existencia. La realidad es que no hay ninguna realidad, el espacio-tiempo es una construcción 'provisional' de nuestra mente para poder desenvolvernos en la vida. Lo extraordinario de esa construcción es que deja en nuestras manos la total posibilidad y responsabilidad respecto al plano 'evolutivo' en que queremos desarrollarnos.
Ampliar nuestra visión significa crecer y por lo tanto ascender de plano, cosa que mejora considerablemente nuestra calidad de vida.
El sistema es perfecto, el problema es nuestra odiosa tendencia a apalancarnos, irresponsabilidad que se paga, y de qué manera.
Cada avance supone una liberación y la mayor liberación de todas consiste en salir del plano físico, alcanzar el más allá, que desde este estado no nos es dado comprender, pero que podemos vislumbrar parcialmente mediante conceptos abstractos absolutos (el infinito, la nada), cosa que nos lleva al 'panteísmo' entendido como: Todo es una sola cosa.
Por lo tanto, 'pasado', 'presente' y 'futuro' son una sola cosa, ergo no hay tiempo alguno, no hay devenir ni transcurso, sólo hay Ahora.
Y lo mismo con el espacio: micro-, iso- y macrouniverso son una sola cosa, no hay afuera ni adentro, no hay cerca ni lejos, sólo hay Aquí.
Finalmente, 'tiempo' y 'espacio' también son una sola cosa.
Llegados a este punto la cuestión es: Cómo comprender esa totalidad inaprensible? Cómo expresarla? Cómo sentirla?
Tal vez no hace falta, la gracia está en avanzar como buenamente se pueda, de momento hay que estar en lo que se está. Este Aquí-y-Ahora es nuestro camino, nuestro vínculo con el todo, nuestra forma actual de experimentarlo. Lo que debemos desarrollar y ampliar.
La forma en que estás vivo ahora, viviendo este momento, debería ser la más sublime, armónica, elevada, profunda, intensa, rica, feliz posible. Pero no lo es, porque somos humanos y no sabemos vivir (tontos de capirote) y así transcurre nuestro 'tiempo', sin aprender apenas nada, sufriendo, esperando, creyendo, huyendo, negando, dañando, rompiendo, destruyendo, mintiendo, manchando, gastando, malpensando, maldiciendo, malhaciendo, pero no creciendo. En fin, el rollo de siempre.
Volviendo a los planetas y a los átomos, debemos saber que están vivos. Nacen, crecen y mueren como todo lo demás, cada uno a su ritmo y manera. Cosa que nos cuesta 'ver' desde nuestra perspectiva.
Por ejemplo, nosotros disponemos de (algo de) consciencia y por eso ya creemos que somos libres, lo que pasa es que la libertad es un concepto muy relativo. Ellos también son libres y sin embargo podemos predecir su comportamiento con bastante precisión.
Entonces, qué es lo que pasa? Estamos todos atrapados en un esquema que no vemos? Qué es el destino? Una broma? Un capricho? Una maldición?
Nada de eso, es un invento del ser humano, proviene de la manía que tenemos de buscar respuestas en el futuro (o en el pasado) como si tuvieran la más mínima importancia. El concepto de destino se debe a nuestra visión simple (lineal), con la que observamos lo que nos rodea. Es tiempo perdido empeñarse en profundizar en el estudio de la naturaleza sin abandonar ese punto de vista (Para descubrir América primero hay que dejar de creer en que la tierra es plana.)
Cuando el galeno hurga en nuestras vísceras, para ver si nos curamos, lo que está haciendo en realidad es intentar remover la sopa cósmica, por si por casualidad los planetas se alinearan de forma favorable. Vano intento, pues ni siquiera es consciente de lo que hace.
Buen ejemplo de lo extraño que resulta andar metidos en esta paradoja dimensional.
Si pincho un átomo revienta un planeta?
Si miro hacia dentro me veo desde fuera?
Si miro las estrellas veo mis entrañas?
(Tal vez por esto gustaban tanto en la antigüedad de abrir animales para curiosear en el porvenir.)
La Vía Láctea está hecha con posos de café (?)
Puedo pescar siluros en mis venas? (la duda es opcional)
Los árboles son los bronquios de la tierra?
Esta es fácil, está claro que la tierra está viva, respira, late y crece (literalmente: http://www.nealadams.com/index.php/science).
No deja de tener su gracia que el sedentarismo que nos convierte en obesos sea el mismo que nos hace masificarnos en ciudades.
No nos damos cuenta y somos nuestros propios lípidos molestos.
Para adelgazar no tenemos más que barrer las ciudades del mapa y ya está. No nos damos cuenta y somos nuestro propio cáncer, nosotros somos la plaga, el virus, la enfermedad. Cómo vamos a solucionarlo? Seremos capaces de reconocerlo y cambiar? O (lo más probable) acabaremos con nosotros mismos?
También tiene guasa lo de buscar vida en otros planetas. Sólo hay un aquí y ahora, sólo hay una vida; Así que, qué hacemos mirando a las estrellas? Mirarnos al espejo, soñar con fantasmas, de todo menos vivir el presente.
Ya puestos (a perder el tiempo), me apetece hablar un poco sobre el papel que desempeña el sol en el mantenimiento de la vida.
Todos sabemos que hay un término medio, un punto de equilibrio, en el alcance y potencia de sus rayos que es justo donde puede darse la vida. Más cerca o más lejos se hace insostenible.
La cosa es que, conforme el sol va creciendo, esa 'franja fértil' se va trasladando progresivamente. Así, si pudiéramos verlo a cámara rápida, veríamos cómo los planetas van entrando en 'ebullición vital' uno detrás de otro. Como unas palomitas en un microondas. Pop!, ahora la vida está en Marte, Pop!, ahora la vida está en la Tierra, Pop!, etc...
Y termino ya, con nuestro tenaz espermatozoide, que, con el aumento progresivo del volumen de la tierra, llegará un día en el que la fuerza de la gravedad supere a la orbital y termine fusionándose al fin con ella. (Los galos hacían bien en temer la caída del cielo sobre sus cabezas.) Destruyendo, de paso, toda vida que pudiera quedar sobre la misma. Con lo cual se concluirá un ciclo y comenzará otro nuevo. Así la historia se repite una y otra vez, una y otra vez...
Como en un tiovivo perpetuo.
O lo que sea.
Al final igual resulta que los planetas sólo son bolas y que dios se dedica a jugar al billar con ellos. El sol es la bola blanca y los agujeros negros las troneras. Toma carambola!
El símil puede sonar chocante o poético pero a lo mejor es más atinado de lo que parece. Vamos a tratar de analizar la naturaleza y comportamiento de los elementos macroscópicos y microscópicos para intentar comprender algo mejor dónde andamos metidos.
Primero de todo hay que reconocer lo limitado y relativo de nuestros conocimientos. Dependemos de nuestros sentidos para relacionarnos con lo que nos rodea y en base a lo que percibimos mediante ellos construimos nuestra 'realidad', creamos teorías, leyes, modelos, normas, principios, etc... Siempre desde nuestra experiencia (directa o indirecta, 'empírica' o subjetiva), por lo que nuestra visión de lo que nos rodea es incompleta y no muy fiable, pues se basa en el espectro perceptual que alcanzan a reconocer nuestros sentidos.
O dicho de otro modo, esos filtros nos dan la medida, la escala, el rango, en el que se desarrolla nuestra vida, determinan el alcance de nuestras posibilidades. Aunque, la inteligencia es nuestra mejor herramienta y, bien usada, nos permite trascender y liberarnos de esos límites e impedimentos. Por lo que nuestra capacidad de crecimiento y evolución es ilimitada, depende de cada uno el desear y encontrar la forma de traspasar esas barreras e ir más allá, ya que todavía estamos bastante 'pez' respecto a la vida y su entendimiento.
Así que, vamos allá.
La relatividad nos habla de que todo depende de cómo se miren las cosas, no es lo mismo un metro para una hormiga que para un elefante, esto quiere decir que los parámetros son inventos de utilidad limitada y provisional. Por lo tanto, la ciencia nunca podrá ser ni exacta ni objetiva (terminemos de una vez con creencias caducas y obsoletas, la ciencia sólo es un oficio como cualquier otro, nada más.) De esta forma, aceptando lo precario de nuestro conocimiento, podemos disponernos ante las cosas con una actitud más humilde y abierta, con lo cual podremos acceder a participar y fluir con la experiencia, a captar matices nuevos y a realizar un verdadero aprendizaje.
La clave reside en la empatía, en saber ponerse en el lugar de lo otro y en apreciar las cosas desde distintos puntos de vista, ser versátil, flexible, comprensivo, libre de prejuicios y esquemas.
Lo cual nos resulta relativamente accesible y sencillo cuando lo aplicamos con lo que nos es más cercano y afín (mascotas, bebés, animales, plantas, ancianos, etc...) Obsérvese que la afectividad es el canal que posibilita esa conexión, el sentimiento actúa como puente, como vehículo transmisor, por eso hay que tener bien afinado nuestro cuerpo, equilibrado, libre de preocupaciones, bloqueos, prejuicios, adicciones, etc...
Y qué pasa con la empatía hacia lo que nos es ajeno o dispar?
Pasa que hay que practicarla, el funcionamiento es el mismo que con lo que nos importa, lo único que hay que solventar es la barrera de la aparente distancia que nos 'separa'. Alguna vez hemos simpatizado con cosas inertes? (y no hablo de necrofilia) Alguna vez nos hemos parado a considerar a las nubes, las piedras, los vientos, los insectos, las cosas como nuestros iguales?
Llegar a ese grado de conexión requiere paciencia, constancia, sensibilidad, serenidad, quietud, silencio, y todo eso debe encontrarse en lo más profundo de nuestro ser, punto al que se llega tras apagar el ego. Sólo entonces podemos alcanzar (o abrazar) el nirvana y fundirnos con la nada.
Y, finalmente, el grado máximo de empatía nos permite trascender todos los planos e integrar los extremos más remotos y extraños, esto es, el microuniverso y el macrouniverso. Que es lo que estamos tratando de estudiar. Así pues, veamos qué lección nos ofrecen.
Átomos y planetas.
Pueden parecer muy distintos, pero si lo pensamos bien se parecen bastante entre sí, comparten algunas características y comportamientos, obedecen a principios básicos similares, casi podría decirse que son la misma cosa...
(o sin el casi)
Es interesante llegar a esa conclusión, pues de esta forma el espacio, que hasta ahora únicamente habíamos contemplado como algo lineal cobra una dimensionalidad cíclica mucho más integradora, llenándolo de sugerentes aspectos y profundas implicaciones.
Lo mismo sucede con la dimensión del tiempo, nuestra visión primaria de él es lineal y la visión 'extendida' (madura, avanzada) es cíclica.
A nadie sorprende (espero) que la naturaleza funcione de esta manera, continuamente encontramos ejemplos de ello en todas las manifestaciones posibles. Todo son ciclos, todo responde al mismo comportamiento. Vida, cambio, ciclo: Es lo mismo.
Y qué pasa cuando repites hasta el infinito ese proceso?
Pues que desaparecen las dimensiones.
El tiempo y el espacio no solo no son lineales sino que tampoco son cíclicos, esas sólo son formas que tenemos nosotros de modular y articular la existencia. La realidad es que no hay ninguna realidad, el espacio-tiempo es una construcción 'provisional' de nuestra mente para poder desenvolvernos en la vida. Lo extraordinario de esa construcción es que deja en nuestras manos la total posibilidad y responsabilidad respecto al plano 'evolutivo' en que queremos desarrollarnos.
Ampliar nuestra visión significa crecer y por lo tanto ascender de plano, cosa que mejora considerablemente nuestra calidad de vida.
El sistema es perfecto, el problema es nuestra odiosa tendencia a apalancarnos, irresponsabilidad que se paga, y de qué manera.
Cada avance supone una liberación y la mayor liberación de todas consiste en salir del plano físico, alcanzar el más allá, que desde este estado no nos es dado comprender, pero que podemos vislumbrar parcialmente mediante conceptos abstractos absolutos (el infinito, la nada), cosa que nos lleva al 'panteísmo' entendido como: Todo es una sola cosa.
Por lo tanto, 'pasado', 'presente' y 'futuro' son una sola cosa, ergo no hay tiempo alguno, no hay devenir ni transcurso, sólo hay Ahora.
Y lo mismo con el espacio: micro-, iso- y macrouniverso son una sola cosa, no hay afuera ni adentro, no hay cerca ni lejos, sólo hay Aquí.
Finalmente, 'tiempo' y 'espacio' también son una sola cosa.
Llegados a este punto la cuestión es: Cómo comprender esa totalidad inaprensible? Cómo expresarla? Cómo sentirla?
Tal vez no hace falta, la gracia está en avanzar como buenamente se pueda, de momento hay que estar en lo que se está. Este Aquí-y-Ahora es nuestro camino, nuestro vínculo con el todo, nuestra forma actual de experimentarlo. Lo que debemos desarrollar y ampliar.
La forma en que estás vivo ahora, viviendo este momento, debería ser la más sublime, armónica, elevada, profunda, intensa, rica, feliz posible. Pero no lo es, porque somos humanos y no sabemos vivir (tontos de capirote) y así transcurre nuestro 'tiempo', sin aprender apenas nada, sufriendo, esperando, creyendo, huyendo, negando, dañando, rompiendo, destruyendo, mintiendo, manchando, gastando, malpensando, maldiciendo, malhaciendo, pero no creciendo. En fin, el rollo de siempre.
Volviendo a los planetas y a los átomos, debemos saber que están vivos. Nacen, crecen y mueren como todo lo demás, cada uno a su ritmo y manera. Cosa que nos cuesta 'ver' desde nuestra perspectiva.
Por ejemplo, nosotros disponemos de (algo de) consciencia y por eso ya creemos que somos libres, lo que pasa es que la libertad es un concepto muy relativo. Ellos también son libres y sin embargo podemos predecir su comportamiento con bastante precisión.
Entonces, qué es lo que pasa? Estamos todos atrapados en un esquema que no vemos? Qué es el destino? Una broma? Un capricho? Una maldición?
Nada de eso, es un invento del ser humano, proviene de la manía que tenemos de buscar respuestas en el futuro (o en el pasado) como si tuvieran la más mínima importancia. El concepto de destino se debe a nuestra visión simple (lineal), con la que observamos lo que nos rodea. Es tiempo perdido empeñarse en profundizar en el estudio de la naturaleza sin abandonar ese punto de vista (Para descubrir América primero hay que dejar de creer en que la tierra es plana.)
Cuando el galeno hurga en nuestras vísceras, para ver si nos curamos, lo que está haciendo en realidad es intentar remover la sopa cósmica, por si por casualidad los planetas se alinearan de forma favorable. Vano intento, pues ni siquiera es consciente de lo que hace.
Buen ejemplo de lo extraño que resulta andar metidos en esta paradoja dimensional.
Si pincho un átomo revienta un planeta?
Si miro hacia dentro me veo desde fuera?
Si miro las estrellas veo mis entrañas?
(Tal vez por esto gustaban tanto en la antigüedad de abrir animales para curiosear en el porvenir.)
La Vía Láctea está hecha con posos de café (?)
Puedo pescar siluros en mis venas? (la duda es opcional)
Los árboles son los bronquios de la tierra?
Esta es fácil, está claro que la tierra está viva, respira, late y crece (literalmente: http://www.nealadams.com/index.php/science).
No deja de tener su gracia que el sedentarismo que nos convierte en obesos sea el mismo que nos hace masificarnos en ciudades.
No nos damos cuenta y somos nuestros propios lípidos molestos.
Para adelgazar no tenemos más que barrer las ciudades del mapa y ya está. No nos damos cuenta y somos nuestro propio cáncer, nosotros somos la plaga, el virus, la enfermedad. Cómo vamos a solucionarlo? Seremos capaces de reconocerlo y cambiar? O (lo más probable) acabaremos con nosotros mismos?
También tiene guasa lo de buscar vida en otros planetas. Sólo hay un aquí y ahora, sólo hay una vida; Así que, qué hacemos mirando a las estrellas? Mirarnos al espejo, soñar con fantasmas, de todo menos vivir el presente.
Ya puestos (a perder el tiempo), me apetece hablar un poco sobre el papel que desempeña el sol en el mantenimiento de la vida.
Todos sabemos que hay un término medio, un punto de equilibrio, en el alcance y potencia de sus rayos que es justo donde puede darse la vida. Más cerca o más lejos se hace insostenible.
La cosa es que, conforme el sol va creciendo, esa 'franja fértil' se va trasladando progresivamente. Así, si pudiéramos verlo a cámara rápida, veríamos cómo los planetas van entrando en 'ebullición vital' uno detrás de otro. Como unas palomitas en un microondas. Pop!, ahora la vida está en Marte, Pop!, ahora la vida está en la Tierra, Pop!, etc...
Y termino ya, con nuestro tenaz espermatozoide, que, con el aumento progresivo del volumen de la tierra, llegará un día en el que la fuerza de la gravedad supere a la orbital y termine fusionándose al fin con ella. (Los galos hacían bien en temer la caída del cielo sobre sus cabezas.) Destruyendo, de paso, toda vida que pudiera quedar sobre la misma. Con lo cual se concluirá un ciclo y comenzará otro nuevo. Así la historia se repite una y otra vez, una y otra vez...
Como en un tiovivo perpetuo.
O lo que sea.
Al final igual resulta que los planetas sólo son bolas y que dios se dedica a jugar al billar con ellos. El sol es la bola blanca y los agujeros negros las troneras. Toma carambola!
sol mojado
Todos los días el sol se da un chapuzón en el mar,
le gusta mucho nadar y bucear.
Lo que pasa es que cuando se moja se apaga
y por eso se hace de noche.
Luego, por la mañana, hay que tenderlo en el cielo,
para que se seque y brille de nuevo.
le gusta mucho nadar y bucear.
Lo que pasa es que cuando se moja se apaga
y por eso se hace de noche.
Luego, por la mañana, hay que tenderlo en el cielo,
para que se seque y brille de nuevo.
ovnis recién nacidos
Un día, estaba Juan Trolas paseando por el bosque, cuando, de repente, tropezó con algo y resultó que era un ovni.
Se metió en él y decidió ir a darse una vuelta por el universo.
El primer planeta que visitó estaba lleno de hombrecillos verdes.
Dice que no le gustó porque no hacían mas que comer hierba por los campos, como si fueran rumiantes.
Luego se fue a otro planeta muy pulido y lustroso, como una bola de billar, vamos. Y es que, ese planeta, era todo de agua y era tan pura y tan limpia que se podía ver al otro lado como en un cristal.
Luego vio muchos soles girando alrededor de un planeta, pero ahí no se quiso acercar porque debía de hacer mucha calor, dice.
Y luego también vio justo lo contrario, un sol rodeado de muchos planetas. Lo que pasa es que el sol era muy chiquitito y los planetas eran super gordos y estaban muy apretujados así que lo tenían al pobre medio asfixiado.
Y también vio otro sol que cambiaba de color cada poco, como un semáforo.
Y otro que se encendía y se apagaba todo el rato, como un intermitente.
También vio una parada de ovni-bus en un meteorito, con muchos marcianos esperando, haciendo cola.
Y luego llegó a una parte donde estaban todos los planetas dormidos, que no hacían nada ni se movían. Por allí pasó con cuidado sin hacer ruido, para no despertarlos a los pobrecillos.
Y también vio una zona con planetas en miniatura y como le hacían gracia cogió uno y se lo metió al bolsillo para llevárselo como recuerdo. Pero resulta que el planeta tenía boca y le mordió en un dedo y tuvo que soltarlo, claro.
Otro planeta que vio le hizo mucha gracia porque estaba lleno de pelos y cuando le soplabas se le ponía la carne de gallina y cuando no, no.
Y luego se fue a un sitio donde había mucha luz, lo que pasa es que había tanta que no se veía ni un pijo, sólo el blanco de la luz por todas partes, nada más. Ni aun con las gafas de sol, tú.
Luego se fue al ultrauniverso y allí vio cosas muy raras que no sabe ni explicar, pero que se fijó en que cada vez que parpadeaba le cambiaban de color los ojos y que alucinaba en colores con todo eso.
También vio a un perro gigante que andaba olfateando los planetas y los soles y que el que le apetecía se lo comía. Y dice que ese perro era dios y que hablaba y todo pero que no le dijo nada, sólo que ya era hora de volver a casa y que no le contara a nadie lo que había visto.
Juan Trolas le dijo que sí, que sí y se volvió a la tierra, aparcó el ovni donde lo había encontrado y se vino al bar a echar un trago y a contarme esto a mí.
Y como me lo dijo lo cuento y si no te lo crees yo no miento.
Se metió en él y decidió ir a darse una vuelta por el universo.
El primer planeta que visitó estaba lleno de hombrecillos verdes.
Dice que no le gustó porque no hacían mas que comer hierba por los campos, como si fueran rumiantes.
Luego se fue a otro planeta muy pulido y lustroso, como una bola de billar, vamos. Y es que, ese planeta, era todo de agua y era tan pura y tan limpia que se podía ver al otro lado como en un cristal.
Luego vio muchos soles girando alrededor de un planeta, pero ahí no se quiso acercar porque debía de hacer mucha calor, dice.
Y luego también vio justo lo contrario, un sol rodeado de muchos planetas. Lo que pasa es que el sol era muy chiquitito y los planetas eran super gordos y estaban muy apretujados así que lo tenían al pobre medio asfixiado.
Y también vio otro sol que cambiaba de color cada poco, como un semáforo.
Y otro que se encendía y se apagaba todo el rato, como un intermitente.
También vio una parada de ovni-bus en un meteorito, con muchos marcianos esperando, haciendo cola.
Y luego llegó a una parte donde estaban todos los planetas dormidos, que no hacían nada ni se movían. Por allí pasó con cuidado sin hacer ruido, para no despertarlos a los pobrecillos.
Y también vio una zona con planetas en miniatura y como le hacían gracia cogió uno y se lo metió al bolsillo para llevárselo como recuerdo. Pero resulta que el planeta tenía boca y le mordió en un dedo y tuvo que soltarlo, claro.
Otro planeta que vio le hizo mucha gracia porque estaba lleno de pelos y cuando le soplabas se le ponía la carne de gallina y cuando no, no.
Y luego se fue a un sitio donde había mucha luz, lo que pasa es que había tanta que no se veía ni un pijo, sólo el blanco de la luz por todas partes, nada más. Ni aun con las gafas de sol, tú.
Luego se fue al ultrauniverso y allí vio cosas muy raras que no sabe ni explicar, pero que se fijó en que cada vez que parpadeaba le cambiaban de color los ojos y que alucinaba en colores con todo eso.
También vio a un perro gigante que andaba olfateando los planetas y los soles y que el que le apetecía se lo comía. Y dice que ese perro era dios y que hablaba y todo pero que no le dijo nada, sólo que ya era hora de volver a casa y que no le contara a nadie lo que había visto.
Juan Trolas le dijo que sí, que sí y se volvió a la tierra, aparcó el ovni donde lo había encontrado y se vino al bar a echar un trago y a contarme esto a mí.
Y como me lo dijo lo cuento y si no te lo crees yo no miento.
1 de julio de 2008
Puedo hacerte daño?
Di, puedo?
No me mires con esa cara, te lo estoy pidiendo de forma educada.
Puedo hacerte daño?
Me vendría muy bien ahora. Verás, es que vengo del trabajo y estoy muy estresado.
Compréndelo, tengo que desquitarme de algún modo, descargarme de esta tensión horrible.
Va, venga, qué te cuesta. No me hagas insistir.
Puedo hacerte daño?
Déjame golpearte un poco. Será un ratito nada más y luego ya te dejo en paz, vale?
Tampoco pido tanto creo yo, qué te cuesta hacerme ese favor, eh?
No ves lo nervioso que estoy? No comprendes lo malo que es esto para la salud?
Ya sé que tú no tienes la culpa pero entiéndelo, se trata de un caso especial, qué te cuesta hacer una excepción? Por una vez que te pido algo...
Es que si no le doy salida a esto me va a hacer mal.
No te lo pediría si no lo necesitara, ya sabes que esto sólo lo hago en casos de urgencia, de verdadera urgencia.
Puedo hacerte daño?
No es ningún capricho, esto no lo hago por gusto, sabes?
Es algo de primera necesidad.
Apiádate de mí. Es que no ves que estoy sufriendo?
Te crees que a mí me gusta estar así?
Tú no sabes lo que duele, cómo quema por dentro esta frustración.
Qué quieres, que me dé un ataque de ansiedad?
Sí, ya sé que esto no es plan pero es sólo por esta vez, anda...
Te prometo que, si me dejas hacerte daño, otro día me compro un saco de boxeo o algo así. Aunque no es lo mismo, pero... bueno, ya me apañaré.
Ya sé que lo digo siempre, pero esta vez va en serio, te lo juro.
Es que todo es un asco, estoy harto de mi trabajo, hasta las narices del capullo de mi jefe.
A ese sí que le daría una buena paliza si pudiera. Pero claro, el muy mamón me despediría, ya ves qué injusto es el mundo.
Anda, venga, no te hagas más de rogar.
Puedo hacerte daño?
Te lo pido por favor, me harás un gran favor si me dejas pegarte.
Es que no ves cuánto lo necesito?
Sería todo un detalle por tu parte, si quieres luego te compro alguna cosa para compensarte.
Es que no te importo?
Venga, si sólo es un momento, te pego un rato y ya está, luego hacemos lo que tú quieras, eh? Qué te parece?
Va, venga, enróllate. No ves que lo voy a hacer de todas formas?
Mejor que sea por las buenas que no por las malas, no crees?
Qué te cuesta decirme que sí?
Dame permiso, anda. Si sólo es para estar más tranquilo. Ya sabes cómo está la justicia de pesada con estas cosas, al final no va a haber libertad para nada.
Y no queremos meternos en líos, verdad que no? Si es lo que yo te digo...
Buff, no me hagas sufrir más, decídete de una vez.
Me tienes aquí aguantando este horror, esta angustia que me come por dentro.
Esa es otra, qué hay de comer?
Otra vez esa basura? Pero tú te crees que hay derecho?
Viene uno machacado del trabajo y se encuentra con esta bazofia.
Joder, cómo quieres que no te haga daño si lo pides a gritos.
Yo me pongo como me da la gana! Mierda ya!
Que ya me estás calmando la paciencia, mira que como me enfade va a ser peor...
Es la última vez que te lo digo, puedo hacerte daño o no?
Que al final parece que sólo entendemos las cosas a hostias.
Hombre, por fin, ya era hora!
Esto ya me gusta más.
Gracias, gracias, no sabes cuánto te lo agradezco, de verdad.
Es todo un detalle por tu parte, si es que, no te merezco.
Vale, iré con cuidado para no hacerte demasiado daño.
No, no te preocupes. Ya sabes que yo esto te lo hago con todo mi amor. Noo, que no me pasaré, descuida...
Te prometo que, aunque me ponga loco, esta vez no te romperé ningún hueso.
Y tampoco te voy a asfixiar. Además, que siempre aflojo cuando veo que te cambia el color.
No tengas miedo, si ya sabes que no voy a matarte...
Y no te me pongas a temblar ahora, que eso sí que me saca de quicio, si aún no empezado!
Lo que hay que aguantar.
En fin, a ver por dónde empiezo, mmm...
Toma! Cabrón!
Cabronazo!
Y toma! Jefe de los cojones!
Esta te iba a meter yo!
Y esta! Y esta! Y esta!
No te me vayas! Toma! Desgraciado!
Te voy a calentar pero bien!
Hijoputa! Cabrón! Inútil!
Anormal!
Toma! Y toma!
Te voy a moler a palos!
Ostia ya! Tanta tontería!
Cómete esta! Y esta!
Y esta! Y esta! Y esta! Y esta!
Y esta! Y esta! Y esta!
Lleno de leches te voy a dejar!
Mamón!
Eeh... No me apartes la cara que si no no te puedo dar bien.
Aguanta así, venga, que ya queda poco.
Toma! Y toma!
Toma esta! Y esta por ser tan capullo!
Venga! Levanta! Cobarde!
Ahora no te ríes, eh? Capullo!
Toma! Para que te acuerdes de mí!
...Va, no me llores ahora, que no es para tanto, si ya casi estoy...
Toma! Toma! Y toma!
Desgraciado! Cabrón! Hijodeputa!
Me das asco! J-pfú! Muérete ya! Mamón!
Y esta de propina! Jaja!
Ahh...
Dios, qué bien me he quedado.
Ves qué bien? Qué valiente has estado? Has aguantado hasta el final sin desmayarte. Esta vez te has portado. Sí señor, ya lo creo.
...Bueno, vamos a ver esa cara...
Fíjate, me he puesto perdido de sangre, a ver quién es el guapo que limpia todo esto luego.
Uy, sí, esa herida está fea, habrá que cubrirla bien para que no se abra.
Cuidado, que no te entre agua oxigenada en el ojo, hay que desinfectar esta zona.
Deja que te limpie un poco, anda. Buf, cómo estás chorreando, vas a poner bueno el lavabo.
Ahivá, mira, se te ha caído un diente.
Aquí tendrás que ponerte hielo o algo para que se te baje la hinchazón.
Y el labio partido mejor no lo muevas mucho o no se cerrará bien.
Muerde esto anda, que voy a coserte la ceja.
Lo de este lado con una gasa y un poco de esparadrapo lo arreglamos.
Y esto otro igual, así vamos tirando.
A ver cuánto te duran esta vez los moratones, que te he visto ya de tantos colores que pareces un camaleón.
Vaya, se han acabado las tiritas.
Bueno, pues, más o menos ya está.
Chico, vaya careto te ha quedado, pareces franquenstein.
Vamos a comer algo anda, que me ha entrado el apetito.
Joder, como no quite ese espejo de ahí cualquier día de estos me mato.
No me mires con esa cara, te lo estoy pidiendo de forma educada.
Puedo hacerte daño?
Me vendría muy bien ahora. Verás, es que vengo del trabajo y estoy muy estresado.
Compréndelo, tengo que desquitarme de algún modo, descargarme de esta tensión horrible.
Va, venga, qué te cuesta. No me hagas insistir.
Puedo hacerte daño?
Déjame golpearte un poco. Será un ratito nada más y luego ya te dejo en paz, vale?
Tampoco pido tanto creo yo, qué te cuesta hacerme ese favor, eh?
No ves lo nervioso que estoy? No comprendes lo malo que es esto para la salud?
Ya sé que tú no tienes la culpa pero entiéndelo, se trata de un caso especial, qué te cuesta hacer una excepción? Por una vez que te pido algo...
Es que si no le doy salida a esto me va a hacer mal.
No te lo pediría si no lo necesitara, ya sabes que esto sólo lo hago en casos de urgencia, de verdadera urgencia.
Puedo hacerte daño?
No es ningún capricho, esto no lo hago por gusto, sabes?
Es algo de primera necesidad.
Apiádate de mí. Es que no ves que estoy sufriendo?
Te crees que a mí me gusta estar así?
Tú no sabes lo que duele, cómo quema por dentro esta frustración.
Qué quieres, que me dé un ataque de ansiedad?
Sí, ya sé que esto no es plan pero es sólo por esta vez, anda...
Te prometo que, si me dejas hacerte daño, otro día me compro un saco de boxeo o algo así. Aunque no es lo mismo, pero... bueno, ya me apañaré.
Ya sé que lo digo siempre, pero esta vez va en serio, te lo juro.
Es que todo es un asco, estoy harto de mi trabajo, hasta las narices del capullo de mi jefe.
A ese sí que le daría una buena paliza si pudiera. Pero claro, el muy mamón me despediría, ya ves qué injusto es el mundo.
Anda, venga, no te hagas más de rogar.
Puedo hacerte daño?
Te lo pido por favor, me harás un gran favor si me dejas pegarte.
Es que no ves cuánto lo necesito?
Sería todo un detalle por tu parte, si quieres luego te compro alguna cosa para compensarte.
Es que no te importo?
Venga, si sólo es un momento, te pego un rato y ya está, luego hacemos lo que tú quieras, eh? Qué te parece?
Va, venga, enróllate. No ves que lo voy a hacer de todas formas?
Mejor que sea por las buenas que no por las malas, no crees?
Qué te cuesta decirme que sí?
Dame permiso, anda. Si sólo es para estar más tranquilo. Ya sabes cómo está la justicia de pesada con estas cosas, al final no va a haber libertad para nada.
Y no queremos meternos en líos, verdad que no? Si es lo que yo te digo...
Buff, no me hagas sufrir más, decídete de una vez.
Me tienes aquí aguantando este horror, esta angustia que me come por dentro.
Esa es otra, qué hay de comer?
Otra vez esa basura? Pero tú te crees que hay derecho?
Viene uno machacado del trabajo y se encuentra con esta bazofia.
Joder, cómo quieres que no te haga daño si lo pides a gritos.
Yo me pongo como me da la gana! Mierda ya!
Que ya me estás calmando la paciencia, mira que como me enfade va a ser peor...
Es la última vez que te lo digo, puedo hacerte daño o no?
Que al final parece que sólo entendemos las cosas a hostias.
Hombre, por fin, ya era hora!
Esto ya me gusta más.
Gracias, gracias, no sabes cuánto te lo agradezco, de verdad.
Es todo un detalle por tu parte, si es que, no te merezco.
Vale, iré con cuidado para no hacerte demasiado daño.
No, no te preocupes. Ya sabes que yo esto te lo hago con todo mi amor. Noo, que no me pasaré, descuida...
Te prometo que, aunque me ponga loco, esta vez no te romperé ningún hueso.
Y tampoco te voy a asfixiar. Además, que siempre aflojo cuando veo que te cambia el color.
No tengas miedo, si ya sabes que no voy a matarte...
Y no te me pongas a temblar ahora, que eso sí que me saca de quicio, si aún no empezado!
Lo que hay que aguantar.
En fin, a ver por dónde empiezo, mmm...
Toma! Cabrón!
Cabronazo!
Y toma! Jefe de los cojones!
Esta te iba a meter yo!
Y esta! Y esta! Y esta!
No te me vayas! Toma! Desgraciado!
Te voy a calentar pero bien!
Hijoputa! Cabrón! Inútil!
Anormal!
Toma! Y toma!
Te voy a moler a palos!
Ostia ya! Tanta tontería!
Cómete esta! Y esta!
Y esta! Y esta! Y esta! Y esta!
Y esta! Y esta! Y esta!
Lleno de leches te voy a dejar!
Mamón!
Eeh... No me apartes la cara que si no no te puedo dar bien.
Aguanta así, venga, que ya queda poco.
Toma! Y toma!
Toma esta! Y esta por ser tan capullo!
Venga! Levanta! Cobarde!
Ahora no te ríes, eh? Capullo!
Toma! Para que te acuerdes de mí!
...Va, no me llores ahora, que no es para tanto, si ya casi estoy...
Toma! Toma! Y toma!
Desgraciado! Cabrón! Hijodeputa!
Me das asco! J-pfú! Muérete ya! Mamón!
Y esta de propina! Jaja!
Ahh...
Dios, qué bien me he quedado.
Ves qué bien? Qué valiente has estado? Has aguantado hasta el final sin desmayarte. Esta vez te has portado. Sí señor, ya lo creo.
...Bueno, vamos a ver esa cara...
Fíjate, me he puesto perdido de sangre, a ver quién es el guapo que limpia todo esto luego.
Uy, sí, esa herida está fea, habrá que cubrirla bien para que no se abra.
Cuidado, que no te entre agua oxigenada en el ojo, hay que desinfectar esta zona.
Deja que te limpie un poco, anda. Buf, cómo estás chorreando, vas a poner bueno el lavabo.
Ahivá, mira, se te ha caído un diente.
Aquí tendrás que ponerte hielo o algo para que se te baje la hinchazón.
Y el labio partido mejor no lo muevas mucho o no se cerrará bien.
Muerde esto anda, que voy a coserte la ceja.
Lo de este lado con una gasa y un poco de esparadrapo lo arreglamos.
Y esto otro igual, así vamos tirando.
A ver cuánto te duran esta vez los moratones, que te he visto ya de tantos colores que pareces un camaleón.
Vaya, se han acabado las tiritas.
Bueno, pues, más o menos ya está.
Chico, vaya careto te ha quedado, pareces franquenstein.
Vamos a comer algo anda, que me ha entrado el apetito.
Joder, como no quite ese espejo de ahí cualquier día de estos me mato.
dos de cada
Pues, con esto de la genética se ha avanzado mucho. Ahora ya sabemos utilizarla y podemos jugar a ser dios. Por lo tanto han cambiado muchas cosas.
Primero de todo ya no hay enfermedades, ahora se llaman 'pequeños desajustes genéticos' y, o bien se apañan y se arreglan, o bien terminan con tu vida, pero eso no viene al caso ahora...
Uno de los logros más importantes es el de la reproducción artificial. El ser humano al fin se ve libre de esa carga, que recae por completo en las máquinas, más fiables, exactas, eficaces, que se ocupan de la selección, fecundación, depuración, gestación, incubación, supervisión, mantenimiento y formación.
Como se comprenderá el proceso resulta muy caro y muy pocas personas se lo pueden permitir, tanto es así que el gobierno ha terminado por asumir la responsabilidad (y el control) total sobre la producción de nuevos vástagos. Es por eso que el proceso se extiende hasta que el sujeto alcanza la plena madurez y operatibilidad, que es cuando se le libera para que sea útil a la sociedad, no antes.
De esta forma se aseguran de 'entregar' individuos perfectamente formados y constituidos (los defectuosos no salen a la luz nunca, son 'reciclados') y al mismo tiempo controlan la población para que no haya problemas de recursos, ni de espacio.
Además se dice que durante el proceso de depuración se ajustan algunas cualidades mentales para que los individuos sean obedientes y no piensen demasiado, aunque todavía no se ha logrado demostrar nada al respecto.
En teoría basta una muestra de adn para solicitar un descendiente a la carta, pero tener niños ya no está de moda, ahora se lleva más lo práctico, los clones, los bancos de órganos de recambio portátiles.
Además para suplir ese campo afectivo hay opciones más baratas, como las mascotas personalizadas, tuneadas, que causan verdadero furor entre las gentes.
Podría decirse que es el nuevo culto que ha reemplazado por completo a todos los anteriores, ahora la gente adora su cuerpo, sus cosas y sus mascotas, y sobre todo eso aplican continuos cambios, modificaciones, explorando los límites del gusto y de la estética en una especie de búsqueda de la felicidad a través de la 'belleza'.
Nadie se acuerda de los viejos dioses, sobre todo porque ahora cualquiera con un poco de dinero puede injertarse unas alas o cuatro brazos y emular su aspecto, que es lo único que importa.
La verdad es que combinando unos cuantos genes se pueden lograr cosas muy llamativas, como los perritos colacoca, que crecen con el logo ya estampado en su pelaje, o los gatos que brillan en la oscuridad, o los microtiburones para los acuarios, o los elefantitos rosas, o los ositos polares, etc...
También se pueden encontrar creaciones más 'originales' (y con copirai), como los Estich, los Guizmo, los Eté, los Fuyu, etc...
O mezclas más clásicas y ñoñas, como los pegasos, los unicornios, los ponis arcoiris y otras cursiladas por el estilo.
Y es que las posibilidades creativas son increíbles, por eso los zoológicos y los museos han acabado fusionándose y se han convertido en una galería de creaciones vivientes donde los artistas disfrutan de lo lindo ampliando los límites, expandiendo la plasticidad de la materia y esas cosas, sin olvidar su vena crítica y sarcástica.
Todavía me acuerdo del famoso cerdito Esréc, con su piel verde y sus orejitas triangulares, la verdad es que la cara les quedó muy lograda, lástima que fuera una 'reproducción' no autorizada y que tuviera que ser eliminada.
Por supuesto los dinosaurios son las grandes estrellas de los 'neomuseos', la gente no pierde la fascinación por esas enormes criaturas que, convenientemente domesticadas, resultan bastante dóciles y manejables. El primer paseo a lomos de un diplodocus es algo que no se olvida así como así.
Como se comprenderá, ante este tremendo abanico de posibilidades, la publicidad ha abandonado sus medios habituales y se ha centrado exclusivamente en la genética. Por eso ahora lo más habitual es que te regalen crías de criaturas por cualquier cosa, incluso te las encuentras en los buzones (los críos van como locos con sus colecciones de picachus y compañía.)
Si bien es cierto que a veces al merchandaisin se le va un poco la mano y se producen plagas molestas que hay que exterminar, como la invasión de chigüacas del verano pasado.
Y siempre hay algún pirado que se monta su propio laboratorio clandestino y crea monstruosidades peligrosas, a saber: arañas gigantes, chupacabras, ratas superinteligentes, etc.
Total, que cada vez es más difícil distinguir la realidad de la ficción, ya no hay un patrón predecible, un marco de normalidad, todo es caos y extrañeza. Es lo que tiene la genética, que sirve para muchas cosas. Aunque uno ya está curado de espanto y al final te acostumbras a lo que sea.
Que el vecino tiene la piel amarilla y los ojos saltones: pues vale. Que su hijo tiene grandes orejas redondas y nariz de ratón: pues bueno.
Qué quieres que te diga, si así son felices es cosa suya. Que Tom Cruis se opera y se convierte en centauro: Oye, él sabrá lo que se hace, no?
Así es como vivimos ahora, la genética es la base de todo, de la economía, el bienestar y todo eso. En cierta medida hemos evolucionado, ya no se trata de consumir más y más a lo loco sino de invertir todo el tiempo y el dinero en personalizarlo, tunearlo todo, continuamente.
Ahora bien, el verdadero cambio revolucionario se ha dado en el campo sexual.
El sexo, al quedar liberado de la función reproductora, se ha convertido en la actividad principal del ocio y el divertimiento.
Poco a poco se le han ido incorporando, añadiendo accesorios, modificaciones, 'mejoras'. Y, dada la arbitrariedad, variabilidad y variedad de los encuentros para el esparcimiento lúdico-sexual, (dúos, tríos, homos, bis, etc...) muchos se han sentido algo 'limitados' por sus órganos sexuales y se han añadido otros más.
Para sentir más placer, para probar experiencias nuevas, porque lo conocido al final sabe a poco y aburre. Porque el sexo es adictivo y siempre invita a ir más allá, a llegar más lejos, a explorar lo prohibido, etc. (Por eso las perversiones son cada vez más numerosas, frecuentes y monstruosas)
Así las posibilidades de interacción y combinación se han incrementado con un mayor nivel de complejidad. Ya que se han difuminado las barreras que separaban ambos sexos y han aparecido tipologías más ambiguas y 'versátiles': los percas (pene+vagina) y los truchas (vagina+pene.)
Al principio también había algunos pene+pene y algunos vagina+vagina, pero enseguida desaparecieron pues esas combinaciones resultaban doblemente frustrantes y un tanto estúpidas, la verdad.
El caso es que esas implantaciones de órganos sexuales han tenido tanto éxito que se han convertido prácticamente en una norma social, no hacérselas te convierte en un anticuado, un paria, alguien que no merece la más mínima consideración ni trato alguno.
Por eso lo normal es que con el primer sueldo, en cuanto se puede, uno se opera y se añade algún órgano (algunos se ponen dos o tres pero eso todavía está considerado como 'demasiado' perverso y excesivo) y rápidamente se celebra el injerto con una macro-orgía en la que se deja de ser oficialmente 'virgen' y luego uno ya se puede divertir y disfrutar todo lo que quiera con su nueva sexualidad amplificada.
Incluso uno puede auto-copularse en caso de necesidad o aburrimiento. Aunque eso será las menos de las veces pues montar orgías está considerado un gesto de buena educación, una fórmula de cortesía muy apreciada y respetada por todos. Así todas las fiestas y reuniones terminan de la misma manera, para satisfacción, disfrute y alegría de todos.
Aunque genéticamente este tipo de mezclas causan bastante conflicto pues los genes ya no saben qué género están construyendo, cosa que se compensa con medicinas y que técnicamente hacen que en el fondo todos seamos tías, aunque sin capacidad reproductora.
Con estos cambios, la sociedad se ha desestructurado, atomizado, radicalizado. Ya no se forman parejas ni se mantienen familias. Las relaciones son esporádicas, caprichosas, aleatorias, ciegas. Y no se toleran, para nada, a los que van de exclusivos o especiales, a esos se les obliga a decidirse, o ceden y participan o desaparecen para siempre. Dudar no está bien visto ni se respeta, y la ley se ha vuelto democrática, se hace siempre lo que la mayoría quiere.
Sí, es un bello nuevo mundo este, lleno de libertad y posibilidades.
Ahora mismo estoy viendo por la ventana a un grupo de tintines que se han montado un botellón en la calle y se lo están pasando a lo grande. Creo que me voy a ir con ellos un rato.
Primero de todo ya no hay enfermedades, ahora se llaman 'pequeños desajustes genéticos' y, o bien se apañan y se arreglan, o bien terminan con tu vida, pero eso no viene al caso ahora...
Uno de los logros más importantes es el de la reproducción artificial. El ser humano al fin se ve libre de esa carga, que recae por completo en las máquinas, más fiables, exactas, eficaces, que se ocupan de la selección, fecundación, depuración, gestación, incubación, supervisión, mantenimiento y formación.
Como se comprenderá el proceso resulta muy caro y muy pocas personas se lo pueden permitir, tanto es así que el gobierno ha terminado por asumir la responsabilidad (y el control) total sobre la producción de nuevos vástagos. Es por eso que el proceso se extiende hasta que el sujeto alcanza la plena madurez y operatibilidad, que es cuando se le libera para que sea útil a la sociedad, no antes.
De esta forma se aseguran de 'entregar' individuos perfectamente formados y constituidos (los defectuosos no salen a la luz nunca, son 'reciclados') y al mismo tiempo controlan la población para que no haya problemas de recursos, ni de espacio.
Además se dice que durante el proceso de depuración se ajustan algunas cualidades mentales para que los individuos sean obedientes y no piensen demasiado, aunque todavía no se ha logrado demostrar nada al respecto.
En teoría basta una muestra de adn para solicitar un descendiente a la carta, pero tener niños ya no está de moda, ahora se lleva más lo práctico, los clones, los bancos de órganos de recambio portátiles.
Además para suplir ese campo afectivo hay opciones más baratas, como las mascotas personalizadas, tuneadas, que causan verdadero furor entre las gentes.
Podría decirse que es el nuevo culto que ha reemplazado por completo a todos los anteriores, ahora la gente adora su cuerpo, sus cosas y sus mascotas, y sobre todo eso aplican continuos cambios, modificaciones, explorando los límites del gusto y de la estética en una especie de búsqueda de la felicidad a través de la 'belleza'.
Nadie se acuerda de los viejos dioses, sobre todo porque ahora cualquiera con un poco de dinero puede injertarse unas alas o cuatro brazos y emular su aspecto, que es lo único que importa.
La verdad es que combinando unos cuantos genes se pueden lograr cosas muy llamativas, como los perritos colacoca, que crecen con el logo ya estampado en su pelaje, o los gatos que brillan en la oscuridad, o los microtiburones para los acuarios, o los elefantitos rosas, o los ositos polares, etc...
También se pueden encontrar creaciones más 'originales' (y con copirai), como los Estich, los Guizmo, los Eté, los Fuyu, etc...
O mezclas más clásicas y ñoñas, como los pegasos, los unicornios, los ponis arcoiris y otras cursiladas por el estilo.
Y es que las posibilidades creativas son increíbles, por eso los zoológicos y los museos han acabado fusionándose y se han convertido en una galería de creaciones vivientes donde los artistas disfrutan de lo lindo ampliando los límites, expandiendo la plasticidad de la materia y esas cosas, sin olvidar su vena crítica y sarcástica.
Todavía me acuerdo del famoso cerdito Esréc, con su piel verde y sus orejitas triangulares, la verdad es que la cara les quedó muy lograda, lástima que fuera una 'reproducción' no autorizada y que tuviera que ser eliminada.
Por supuesto los dinosaurios son las grandes estrellas de los 'neomuseos', la gente no pierde la fascinación por esas enormes criaturas que, convenientemente domesticadas, resultan bastante dóciles y manejables. El primer paseo a lomos de un diplodocus es algo que no se olvida así como así.
Como se comprenderá, ante este tremendo abanico de posibilidades, la publicidad ha abandonado sus medios habituales y se ha centrado exclusivamente en la genética. Por eso ahora lo más habitual es que te regalen crías de criaturas por cualquier cosa, incluso te las encuentras en los buzones (los críos van como locos con sus colecciones de picachus y compañía.)
Si bien es cierto que a veces al merchandaisin se le va un poco la mano y se producen plagas molestas que hay que exterminar, como la invasión de chigüacas del verano pasado.
Y siempre hay algún pirado que se monta su propio laboratorio clandestino y crea monstruosidades peligrosas, a saber: arañas gigantes, chupacabras, ratas superinteligentes, etc.
Total, que cada vez es más difícil distinguir la realidad de la ficción, ya no hay un patrón predecible, un marco de normalidad, todo es caos y extrañeza. Es lo que tiene la genética, que sirve para muchas cosas. Aunque uno ya está curado de espanto y al final te acostumbras a lo que sea.
Que el vecino tiene la piel amarilla y los ojos saltones: pues vale. Que su hijo tiene grandes orejas redondas y nariz de ratón: pues bueno.
Qué quieres que te diga, si así son felices es cosa suya. Que Tom Cruis se opera y se convierte en centauro: Oye, él sabrá lo que se hace, no?
Así es como vivimos ahora, la genética es la base de todo, de la economía, el bienestar y todo eso. En cierta medida hemos evolucionado, ya no se trata de consumir más y más a lo loco sino de invertir todo el tiempo y el dinero en personalizarlo, tunearlo todo, continuamente.
Ahora bien, el verdadero cambio revolucionario se ha dado en el campo sexual.
El sexo, al quedar liberado de la función reproductora, se ha convertido en la actividad principal del ocio y el divertimiento.
Poco a poco se le han ido incorporando, añadiendo accesorios, modificaciones, 'mejoras'. Y, dada la arbitrariedad, variabilidad y variedad de los encuentros para el esparcimiento lúdico-sexual, (dúos, tríos, homos, bis, etc...) muchos se han sentido algo 'limitados' por sus órganos sexuales y se han añadido otros más.
Para sentir más placer, para probar experiencias nuevas, porque lo conocido al final sabe a poco y aburre. Porque el sexo es adictivo y siempre invita a ir más allá, a llegar más lejos, a explorar lo prohibido, etc. (Por eso las perversiones son cada vez más numerosas, frecuentes y monstruosas)
Así las posibilidades de interacción y combinación se han incrementado con un mayor nivel de complejidad. Ya que se han difuminado las barreras que separaban ambos sexos y han aparecido tipologías más ambiguas y 'versátiles': los percas (pene+vagina) y los truchas (vagina+pene.)
Al principio también había algunos pene+pene y algunos vagina+vagina, pero enseguida desaparecieron pues esas combinaciones resultaban doblemente frustrantes y un tanto estúpidas, la verdad.
El caso es que esas implantaciones de órganos sexuales han tenido tanto éxito que se han convertido prácticamente en una norma social, no hacérselas te convierte en un anticuado, un paria, alguien que no merece la más mínima consideración ni trato alguno.
Por eso lo normal es que con el primer sueldo, en cuanto se puede, uno se opera y se añade algún órgano (algunos se ponen dos o tres pero eso todavía está considerado como 'demasiado' perverso y excesivo) y rápidamente se celebra el injerto con una macro-orgía en la que se deja de ser oficialmente 'virgen' y luego uno ya se puede divertir y disfrutar todo lo que quiera con su nueva sexualidad amplificada.
Incluso uno puede auto-copularse en caso de necesidad o aburrimiento. Aunque eso será las menos de las veces pues montar orgías está considerado un gesto de buena educación, una fórmula de cortesía muy apreciada y respetada por todos. Así todas las fiestas y reuniones terminan de la misma manera, para satisfacción, disfrute y alegría de todos.
Aunque genéticamente este tipo de mezclas causan bastante conflicto pues los genes ya no saben qué género están construyendo, cosa que se compensa con medicinas y que técnicamente hacen que en el fondo todos seamos tías, aunque sin capacidad reproductora.
Con estos cambios, la sociedad se ha desestructurado, atomizado, radicalizado. Ya no se forman parejas ni se mantienen familias. Las relaciones son esporádicas, caprichosas, aleatorias, ciegas. Y no se toleran, para nada, a los que van de exclusivos o especiales, a esos se les obliga a decidirse, o ceden y participan o desaparecen para siempre. Dudar no está bien visto ni se respeta, y la ley se ha vuelto democrática, se hace siempre lo que la mayoría quiere.
Sí, es un bello nuevo mundo este, lleno de libertad y posibilidades.
Ahora mismo estoy viendo por la ventana a un grupo de tintines que se han montado un botellón en la calle y se lo están pasando a lo grande. Creo que me voy a ir con ellos un rato.
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