Pues, con esto de la genética se ha avanzado mucho. Ahora ya sabemos utilizarla y podemos jugar a ser dios. Por lo tanto han cambiado muchas cosas.
Primero de todo ya no hay enfermedades, ahora se llaman 'pequeños desajustes genéticos' y, o bien se apañan y se arreglan, o bien terminan con tu vida, pero eso no viene al caso ahora...
Uno de los logros más importantes es el de la reproducción artificial. El ser humano al fin se ve libre de esa carga, que recae por completo en las máquinas, más fiables, exactas, eficaces, que se ocupan de la selección, fecundación, depuración, gestación, incubación, supervisión, mantenimiento y formación.
Como se comprenderá el proceso resulta muy caro y muy pocas personas se lo pueden permitir, tanto es así que el gobierno ha terminado por asumir la responsabilidad (y el control) total sobre la producción de nuevos vástagos. Es por eso que el proceso se extiende hasta que el sujeto alcanza la plena madurez y operatibilidad, que es cuando se le libera para que sea útil a la sociedad, no antes.
De esta forma se aseguran de 'entregar' individuos perfectamente formados y constituidos (los defectuosos no salen a la luz nunca, son 'reciclados') y al mismo tiempo controlan la población para que no haya problemas de recursos, ni de espacio.
Además se dice que durante el proceso de depuración se ajustan algunas cualidades mentales para que los individuos sean obedientes y no piensen demasiado, aunque todavía no se ha logrado demostrar nada al respecto.
En teoría basta una muestra de adn para solicitar un descendiente a la carta, pero tener niños ya no está de moda, ahora se lleva más lo práctico, los clones, los bancos de órganos de recambio portátiles.
Además para suplir ese campo afectivo hay opciones más baratas, como las mascotas personalizadas, tuneadas, que causan verdadero furor entre las gentes.
Podría decirse que es el nuevo culto que ha reemplazado por completo a todos los anteriores, ahora la gente adora su cuerpo, sus cosas y sus mascotas, y sobre todo eso aplican continuos cambios, modificaciones, explorando los límites del gusto y de la estética en una especie de búsqueda de la felicidad a través de la 'belleza'.
Nadie se acuerda de los viejos dioses, sobre todo porque ahora cualquiera con un poco de dinero puede injertarse unas alas o cuatro brazos y emular su aspecto, que es lo único que importa.
La verdad es que combinando unos cuantos genes se pueden lograr cosas muy llamativas, como los perritos colacoca, que crecen con el logo ya estampado en su pelaje, o los gatos que brillan en la oscuridad, o los microtiburones para los acuarios, o los elefantitos rosas, o los ositos polares, etc...
También se pueden encontrar creaciones más 'originales' (y con copirai), como los Estich, los Guizmo, los Eté, los Fuyu, etc...
O mezclas más clásicas y ñoñas, como los pegasos, los unicornios, los ponis arcoiris y otras cursiladas por el estilo.
Y es que las posibilidades creativas son increíbles, por eso los zoológicos y los museos han acabado fusionándose y se han convertido en una galería de creaciones vivientes donde los artistas disfrutan de lo lindo ampliando los límites, expandiendo la plasticidad de la materia y esas cosas, sin olvidar su vena crítica y sarcástica.
Todavía me acuerdo del famoso cerdito Esréc, con su piel verde y sus orejitas triangulares, la verdad es que la cara les quedó muy lograda, lástima que fuera una 'reproducción' no autorizada y que tuviera que ser eliminada.
Por supuesto los dinosaurios son las grandes estrellas de los 'neomuseos', la gente no pierde la fascinación por esas enormes criaturas que, convenientemente domesticadas, resultan bastante dóciles y manejables. El primer paseo a lomos de un diplodocus es algo que no se olvida así como así.
Como se comprenderá, ante este tremendo abanico de posibilidades, la publicidad ha abandonado sus medios habituales y se ha centrado exclusivamente en la genética. Por eso ahora lo más habitual es que te regalen crías de criaturas por cualquier cosa, incluso te las encuentras en los buzones (los críos van como locos con sus colecciones de picachus y compañía.)
Si bien es cierto que a veces al merchandaisin se le va un poco la mano y se producen plagas molestas que hay que exterminar, como la invasión de chigüacas del verano pasado.
Y siempre hay algún pirado que se monta su propio laboratorio clandestino y crea monstruosidades peligrosas, a saber: arañas gigantes, chupacabras, ratas superinteligentes, etc.
Total, que cada vez es más difícil distinguir la realidad de la ficción, ya no hay un patrón predecible, un marco de normalidad, todo es caos y extrañeza. Es lo que tiene la genética, que sirve para muchas cosas. Aunque uno ya está curado de espanto y al final te acostumbras a lo que sea.
Que el vecino tiene la piel amarilla y los ojos saltones: pues vale. Que su hijo tiene grandes orejas redondas y nariz de ratón: pues bueno.
Qué quieres que te diga, si así son felices es cosa suya. Que Tom Cruis se opera y se convierte en centauro: Oye, él sabrá lo que se hace, no?
Así es como vivimos ahora, la genética es la base de todo, de la economía, el bienestar y todo eso. En cierta medida hemos evolucionado, ya no se trata de consumir más y más a lo loco sino de invertir todo el tiempo y el dinero en personalizarlo, tunearlo todo, continuamente.
Ahora bien, el verdadero cambio revolucionario se ha dado en el campo sexual.
El sexo, al quedar liberado de la función reproductora, se ha convertido en la actividad principal del ocio y el divertimiento.
Poco a poco se le han ido incorporando, añadiendo accesorios, modificaciones, 'mejoras'. Y, dada la arbitrariedad, variabilidad y variedad de los encuentros para el esparcimiento lúdico-sexual, (dúos, tríos, homos, bis, etc...) muchos se han sentido algo 'limitados' por sus órganos sexuales y se han añadido otros más.
Para sentir más placer, para probar experiencias nuevas, porque lo conocido al final sabe a poco y aburre. Porque el sexo es adictivo y siempre invita a ir más allá, a llegar más lejos, a explorar lo prohibido, etc. (Por eso las perversiones son cada vez más numerosas, frecuentes y monstruosas)
Así las posibilidades de interacción y combinación se han incrementado con un mayor nivel de complejidad. Ya que se han difuminado las barreras que separaban ambos sexos y han aparecido tipologías más ambiguas y 'versátiles': los percas (pene+vagina) y los truchas (vagina+pene.)
Al principio también había algunos pene+pene y algunos vagina+vagina, pero enseguida desaparecieron pues esas combinaciones resultaban doblemente frustrantes y un tanto estúpidas, la verdad.
El caso es que esas implantaciones de órganos sexuales han tenido tanto éxito que se han convertido prácticamente en una norma social, no hacérselas te convierte en un anticuado, un paria, alguien que no merece la más mínima consideración ni trato alguno.
Por eso lo normal es que con el primer sueldo, en cuanto se puede, uno se opera y se añade algún órgano (algunos se ponen dos o tres pero eso todavía está considerado como 'demasiado' perverso y excesivo) y rápidamente se celebra el injerto con una macro-orgía en la que se deja de ser oficialmente 'virgen' y luego uno ya se puede divertir y disfrutar todo lo que quiera con su nueva sexualidad amplificada.
Incluso uno puede auto-copularse en caso de necesidad o aburrimiento. Aunque eso será las menos de las veces pues montar orgías está considerado un gesto de buena educación, una fórmula de cortesía muy apreciada y respetada por todos. Así todas las fiestas y reuniones terminan de la misma manera, para satisfacción, disfrute y alegría de todos.
Aunque genéticamente este tipo de mezclas causan bastante conflicto pues los genes ya no saben qué género están construyendo, cosa que se compensa con medicinas y que técnicamente hacen que en el fondo todos seamos tías, aunque sin capacidad reproductora.
Con estos cambios, la sociedad se ha desestructurado, atomizado, radicalizado. Ya no se forman parejas ni se mantienen familias. Las relaciones son esporádicas, caprichosas, aleatorias, ciegas. Y no se toleran, para nada, a los que van de exclusivos o especiales, a esos se les obliga a decidirse, o ceden y participan o desaparecen para siempre. Dudar no está bien visto ni se respeta, y la ley se ha vuelto democrática, se hace siempre lo que la mayoría quiere.
Sí, es un bello nuevo mundo este, lleno de libertad y posibilidades.
Ahora mismo estoy viendo por la ventana a un grupo de tintines que se han montado un botellón en la calle y se lo están pasando a lo grande. Creo que me voy a ir con ellos un rato.