Los estudios lo dejan bien claro, el pueblo no quiere a los políticos.
No los quiere porque no cumplen su papel. Y para no cumplirlo, sobran.
Los políticos han demostrado ser el problema y no la solución.
La corrupción les tiene pillada muy bien la medida. Tanto es así que les lleva a traicionar su función. Les vemos tomar medidas contrarias a la voluntad del pueblo.
Así no podemos seguir.
Esta falsa democracia ya cansa y enfada.
No es una cuestión de líderes. No es una cuestión de renovación.
Hay una revolución pendiente. Y esta se abrirá paso de un modo u otro.
Hoy tenemos herramientas. Y debemos sacarles partido y provecho.
El gobierno debe volver a su legítimo dueño. El pueblo debe asumir su destino. Que la política recaiga sobre todos a la vez y sobre ninguno en concreto.
Un corrupto es un árbol retorcido y echado a perder. Para que no pase esto hay que entablillar y encorsetar previamente. La política falla por el lado humano. Los mecanismos de control no son un lujo accesorio. Cuanto mejor revistamos todo el entramado, mejor conservará su forma y cometido. La tecnología puede proporcionarnos instrumentos para este cometido. Y lo que no es tecnología también.
No puedes llenar de droga a un mono y esperar que se comporte adecuadamente. El poder es una droga dura. No hay que ponerlo en manos de unos pocos, no sin férreo marcaje. El poder debe descansar y ser soportado entre todos, pues de nosotros emana y por nosotros queda delegado en estos otros. Su mala administración se debe a nuestra irresponsabilidad.
Si no hay políticos, no hay corrupción. No al menos tan grande y dañina. Porque no es lo mismo comprar a cuatro chupatintas, que sobornar a tropetantos millones de personas, cada una de su padre y de su madre. Ni sale a cuenta ni dura el engaño.
Ninguna trampa prospera ni prolifera cuando todos estamos atentos y participamos para el buen curso del conjunto. Si no es por unos, es por otros.
Claro, la madurez de cada cual puede ser muy dispar. Nadie dice que sea fácil. Pero vale la pena, mucho más que esto otro.
Lo principal es establecer bien el marco funcional.
La práctica y el contexto harán el resto.
Montar la fábrica es lo más complicado, pero cuando ves que produce y echa a rodar, no te preocupes que ya nunca te van a faltar empleados. La gente aprende y se motiva enseguida cuando la recompensa es buena.
El reto es trasladar esto a la política y realizarlo.
La herramienta clave es internet, obviamente.
Como elemento vertebrador y articulador para la valoración de medidas y el encuentro de pareceres y voluntades.
Sin embargo, esto no implica ni supone necesariamente abandonar o prescindir de los demás recursos. Las votaciones han de ser frecuentes y normales.
Lo prioritario es diseñar bien el sistema para que sea sólido y fiable. Que proteja y ampare la integridad de los componentes. Que cubra cualquier posibilidad de manipulación o perversión.
Esto es delicado, porque requiere cierta vigilancia y transparencia, cosa que compromete y condiciona en parte la libertad de las personas. Hay que poner en una balanza los pros y los contras. Hay que decidir cuáles son las prioridades y cómo procurar su cumplimiento.
Si se hace mal es muy fácil caer en una pesadilla tipo gran hermano.
Curiosamente, esta idea me sugiere un posible camino viable.
No ya pensando en el gran hermano de la novela sino en el de la tele.
Sería interesante establecer una casa monitorizada y aislada donde vivieran los encargados de gestionar la política.
Es un justo sacrificio. Si vas a trabajar para nosotros, lo vas a hacer bajo nuestra entera supervisión, literalmente. Porque ya sabemos lo que pasa si no.
Toda seguridad será poca para que no se cuele ni el más mínimo susurro corrupto. No solo habrá que seguir el interior de la casa, también todo lo que la rodea. Cámaras grabando a los cámaras. Vigilantes vigilando a los vigilantes. Personal de seguimiento y mantenimiento que habrá de vivir igualmente aislado y monitorizado.
Deberá haber un perímetro de seguridad amplio, bien defendido, para que nada ni nadie se aproxime indebidamente.
La casa deberá ser totalmente autosuficiente. El personal deberá producir y mantener su propio sustento y alimento. Todo suministro procedente del exterior deberá tener un control superminucioso y ultraexhaustivo, realizando su entrega sin contacto humano alguno.
La única información de que dispongan dentro de la casa será aquella que el pueblo apruebe y les entregue.
Deberán trabajar como en un experimento de doble ciego o algo así.
Sabrán los casos pero no la localización ni los nombres concretos.
Toda decisión deberá pasar el examen del pueblo.
Incluso, se podrán hacer ensayos para medir la veracidad y fiabilidad de cada gestor. Plantearle casos o dilemas simulados, sin que lo sepa, para ver sus reacciones y respuestas.
Ningún concurso se admitirá a trámite si el pueblo no lo encuentra necesario y oportuno, en sus justos términos y medidas.
Ningún concurso para un proyecto público podrá publicarse con cláusulas oscuras ni tramposas.
Ningún concurso podrá adjudicarse sin el visto bueno del pueblo.
Se primará la adjudicación a cooperativas éticas y solidarias.
Es más, se primará la creación de cooperativas colectivas para el desarrollo local de proyectos.
Ningún capital ni recurso colectivo será cedido sino al término y cumplimiento del contrato, con todos los certificados y garantías asociados en regla y comprobados.
Los fondos los gestionará siempre y hasta el último momento el pueblo, sin intermediarios. Se trabajará siempre y preferiblemente con vales. Moneda propia no sustraíble ni desviable. Trazable y verificable.
Debemos aprender a diversificar nuestras finanzas. Aquello que emana del pueblo y ha de servir al pueblo no debe materializarse en moneda corrompible y opaca. Es absurdo tolerar y permitir perfidias y desmanes semejantes.
La confianza se gana cuando se demuestra y se comprueba. No es solo poner carita de bueno, sonreír para la foto y ya está.
Sobre todo, esto se aprecia y se ve en el uso y destino de los capitales acumulados. Por eso las monedas deben ser exclusivas e impecables.
El seguimiento de todo uso y abuso será permanente y exhaustivo.
Ninguna empresa podrá obstaculizar ni impedir en modo alguno dicho escrutinio y supervisión por parte de cualquier persona, so pena de anulación inmediata del contrato.
Todo residente de la 'casa de las decisiones políticas', a falta de un nombre mejor, estará obligado a ocupar su puesto durante un año entero. Tras lo cual será trasladado a otra casa igualmente monitorizada y aislada, donde residirá obligatoriamente durante otro año completo, ya relegado de todo cargo, poder y función.
Y cuando digo aislado, digo aislado de verdad. Sin móvil ni internet. Tan solo medios de información pasivos e indirectos. Radio, prensa, tele. Arte, cultura, etc. Y sin ni un solo acompañante.
Podemos llamarlo periodo de reflexión, podemos llamarlo cuarentena preventiva. Lo que es es una garantía para que el pueblo sepa y vea las consecuencias y tenga a mano a su co-autor co-responsable.
También es una manera de evaluar y comprobar cómo de limpia o turbia se encuentra su conciencia tras su cargo ejercido.
Incluso podemos rizar el rizo y hacer que en ese segundo año pasen a formar parte del equipo de administración y grabación de la casa.
Esto redondea bastante bien la noción de servicio y relevo por la causa. Habría que considerarlo.
Al cumplimiento de este plazo, el sujeto será libre otra vez y podrá presentarse de nuevo como candidato para entrar en la casa o continuar con su vida por su cuenta.
Así se incentiva la rotación del personal y se procura su no apego ni deterioro en el desempeño asignado.
Este filtro severo ayudaría bastante, creo yo, a reducir considerablemente corruptelas y perniciosos elitismos.
También limita considerablemente el número de personas al cargo. Un ministro por cada área establecida y para de contar. Ni asesores ni hostias. Si no tienes la preparación necesaria para afrontar la tarea, la has cagado, porque te vas a equivocar y el pueblo te va a atar corto y recortar la puntuación y se te va a hacer muuuy largo hasta que puedas salir de ahí. Y el pueblo no se va a olvidar del mal servicio que le has prestado. Es muy jodido seguir por ese camino, no crees?
Sin embargo, quien obre bien, será bien acogido y reconocido por el pueblo. No hace falta ser un superespecialista para tomar decisiones políticas. Solo se precisa sentido común y sincera implicación.
Este modelo también es interesante porque propicia que se reparta y distribuya mejor el poder entre el pueblo y sus representantes.
Por supuesto, los representantes no podrán manejar ningún capital, sino tan solo proponer medidas, que luego el pueblo autorizará o denegará. El capital del pueblo nunca estará en manos de ninguna entidad de lucro ni opaca. Y siempre bajo la atenta supervisión continua del pueblo.
Los representantes se dedicarán a hacer propuestas para cada caso que se les presente. Pero no estarán solos en eso. Recibirán los datos y consejos que el pueblo les aporte, siempre convenientemente preexaminados y purgados. Cada representante deberá emitir su propuesta concreta definitiva para cada caso en un plazo exacto de una semana. Ni antes ni después. Y podrá atender simultáneamente tantos casos como se considere capaz. También podrá iniciar sus propios planteamientos. Siempre en un diálogo permanente y continuo con el pueblo, para conjuntamente ir definiendo y mejorando cada aspecto.
La fase de preselección de los aspirantes a representantes es decisiva. Los candidatos deben presentar y desarrollar lo mejor posible su programa para el área a la que opten.
Los elegidos, una vez dentro, deberán atender y dar salida a todas las medidas y disposiciones en sintonía con sus propuestas y toda otra cosa que vaya surgiendo.
Todo incumplimiento injustificado o desviación inapropiada será lógicamente rechazada por el pueblo que penalizará sin tardanza su falta. En caso de persistir en traicionar su programa, se considerará deslealtad y será juzgado y castigado con celeridad. Siempre sin salir de la casa y sin derecho a defensa. Una vez sea firme la sentencia, se procederá a trasladarlo a prisión, nunca menos de tres años. Recluido bajo severo aislamiento y estricto régimen, sin atenuantes de ningún tipo.
En realidad, estos representantes tan solo actúan como catalizadores. Ayudan a enfocar y encauzar los criterios del pueblo.
Impulsan y vehiculan el entendimiento.
Encarnan un papel que han de saber interpretar y acertar a adaptarse, según cada caso y situación lo requiera. Cual comodín de baraja, deben servir bien a su jugador, seguir la partida y entender la intención de las jugadas, o serán repudiados y desechados en el futuro.
No habrá sueldo económico dentro de la casa, sino salario de puntuaciones, convertibles en objetos y comodidades concretos, establecidos y controlados por el pueblo.
Cumplidos los dos años, la puntuación se traducirá en recompensa monetaria, proporcional al mérito y esmero de su participación.
No habrá ningún otro privilegio asociado ni derivado tras la estancia.
Y sí un seguimiento atento de la trayectoria posterior.
Nadie con la idea de abusar y medrar encontrará en esto demasiado aliciente ni atractivo.
Como se ve, bien empleada, la tecnología nos permite alcanzar un grado bastante elevado de fiabilidad en todos los trámites y elementos implicados.
Todo empieza con una base de datos.
Allí quedará registrada para pública memoria y consulta toda medida, acción, evento o declaración. Absolutamente toda cosa política que emita o protagonice cualquier persona. Obligatoriamente.
Cada persona tendrá un historial indeleble que recoja todas sus propuestas, elecciones y acciones. La falsedad no tendrá largo recorrido nunca más.
Por sus acciones los conoceréis.
Esto me hace pensar en que ha de regularse también el derecho a palabra.
Hablar es muy fácil, pero la mayoría de las veces no aporta nada. Es más, la mayoría de las veces trae falsedad y engaño, sobre todo por parte de los corruptos.
Los medios participan en esta infamia y la propaganda impide la verdadera información.
Para que esto no siga pasando, debemos establecer un límite de comunicación. A tantos puntos, tantos minutos.
Esto se aplica sobre toda la población.
Nadie podrá emitir ni en los medios ni en los foros oficiales, mensaje ni opinión alguna mientras su servicio a la comunidad no sea proporcional y adecuado para ello.
No hace falta poner una cuota muy elevada. Una hora de servicio a la comunidad equivaldrá a permiso para un mensaje en los foros o una aparición en los medios.
También debe acotarse la longitud del comunicado en cada formato.
Número máximo de caracteres para el mensaje.
Número máximo de palabras para los sueltos, artículos o reportajes.
Duración máxima de una intervención, radiofónica o televisiva.
Este permiso de emisión tendrá una validez limitada. Caducando a los quince días o así, sea aprovechado o no.
Por supuesto, la libertad de comunicación fuera del marco oficial será total y absoluta, salvo para los residentes de la casa, debido a su necesario aislamiento, claro está.
Sin embargo, como no siempre es fácil distinguir dónde termina el ámbito personal y empieza el ámbito colectivo, habrá que establecer algún calibre, en función de la audiencia que alcance y acapare cualquier comunicación, sea de la naturaleza que sea, que decidirá la aplicación del susodicho control.
Más que nada, para evitar que empresas falaces puedan sobredimensionarse o imponerse mediante propaganda y demás chanchullos.
Internet, debido a su intrínseca ubicuidad, quedará un poco al margen de estas limitaciones. En principio esto no tiene por qué representar ningún problema, pues el usuario en general mantiene un alto grado de independencia y poder de decisión.
Además, la propia estructura polimorfa dificulta cualquier intento de sesgo o manipulación.
En resumen, cuando la acción legitima la palabra, se modula un comportamiento digno. Cuando permitimos que la palabra esté disociada de la acción, alentamos la desidia, negligencia y desvergüenza.
Para debatir las propuestas existirán los dichos foros oficiales.
Pero claro, millones de usuarios opinando puede ser un lío un poco demasiao.
Deberá establecerse un criterio que ordene las opiniones.
Por cada tema existirán tres, o más, hilos.
Las opiniones de cada persona se colocarán automáticamente en el hilo que le corresponda de acuerdo a su categoría.
La categoría se establecerá mediante puntuación.
Puntuación que provendrá principalmente de horas de servicio a la comunidad y cosas así.
Las horas de servicio se realizarán siguiendo un protocolo que asegure la comprobación a distancia. Esto es, la persona deberá identificarse inequívocamente. La hora deberá ser grabada íntegra y depositada la grabación en la base de datos donde permanecerá indefinidamente.
La persona que grabe, también deberá identificarse y también contará como una hora de servicio.
Para evitar toda posible trampa, existirá un reloj virtual que a cada hora emitirá un sonido aleatorio, que quedará registrado en su propio historial para posteriores cotejamientos.
La grabación deberá recoger, a través del móvil o así, claramente el sonido de inicio y el de finalización de la hora, y la grabación deberá depositarse en la base de datos inmediatamente, so pena de no ser admitida.
Quien dice sonido dice código qr, marca de agua, firma digital o lo que sea. Pero vamos, a mí la idea del sonido me gusta porque permite una fácil comprobación posterior por cualquier persona, sin complicaciones ni dependencias de análisis técnicos.
Y quien dice cada hora dice cada minuto. Podemos afinar todo lo que queramos y más.
Es más, podrá establecerse un formato que encripte la emisión y la envíe en tiempo real, de tal forma que sea imposible manipulación alguna y certifique que la señal es pura y se mantiene intacta.
La base de datos estará gestionada por un administrador no humano, que verificará inmediatamente la integridad y validez de toda nueva entrada. Preservándola catalogada para cualquier consulta y referencia posterior.
La puntuación tendrá en cuenta diversos factores.
A la hora de establecer la categoría de cada persona, se analizará y estudiará su trayectoria completa. Aquel cuyas aportaciones pasadas estén más en sintonía con aquello que el pueblo aprueba, será premiado. Aquel cuyas acciones sean más lejanas y ajenas a los valores del pueblo, será penalizado o desrecompensado.
No es solo hacer el tonto unas horitas y ya.
También se tendrá en cuenta la propia circunstancia del momento.
El pueblo definirá todas las tareas que desea realizar en cada sitio concreto, por orden de prioridad. La persona que dedique su hora de servicio a lo más urgente tendrá más puntuación que aquella que opte por otra cosa menos apremiante, obviamente.
Luego, una vez obtenida la puntuación correspondiente, la segmentación será progresiva y dinámica.
Se buscará siempre mantener una proporción piramidal.
Tres niveles, o los que sean.
Categoría C.
La inmensa mayoría.
Categoría B.
Los implicados.
Categoría A.
Los más destacados benefactores.
Se trata de cuidar la visibilidad.
Por ejemplo. Un tema motiva 1110 mensajes. Que se repartirán con esta proporción: 1000 en la categoría C, 100 en la B y 10 en la A.
Pero, hete aquí que a las pocas horas se duplica el número de mensajes. Entonces, tendremos 2000 en C, 200 en B y 20 en A.
Pero ojo, los mensajes pasan de una categoría a otra dependiendo del contexto.
Si la categoría de las personas que han escrito los mensajes nuevos es menor que la de los previos, empujarán a los anteriores hacia arriba y ellos se quedarán por la parte de abajo. Y al revés en el caso contrario.
Esto ayuda a que se destaquen siempre las propuestas que, a priori, se consideran más prometedoras. Pero no supone que una buena idea no pueda salir adelante incluso partiendo del más discreto y humilde estrato.
Para eso estarán los medios de comunicación. Que tendrán también un papel muy importante a la hora de descubrir y rescatar los casos más interesantes y olvidados.
Como se ve, el pueblo puede progresar y prosperar adecuadamente cuando de verdad se dedica y compromete a ello. Son sus valores los que se traducen y convierten luego en una cosa u otra.
Hace falta pues seria responsabilidad.
Se trata de que la ruindad no pueda darse nunca más.
Para esto, el pueblo debe tener voz y voto en todo.
En todo ámbito, en todo momento y lugar.
La especialización ya no debe servir como elemento segregador y disuasor. Los especialistas tienen la obligación de hacer accesible a todo el mundo su campo de conocimiento, so pena de ser ignorados o relegados.
Porque la primacía es siempre del pueblo.
Esto es crucial que lo entendamos y lo asumamos.
Ninguna institución, cargo ni figura tiene poder sobre nuestra soberanía. Todos los órganos son consultivos o representativos.
El mejor ejemplo es la consulta del médico. La propia palabra lo dice, pero tanto nos hemos dejado degradar que los hemos encumbrado, les hemos concedido y proporcionado un poder que no les pertenece, en absoluto.
Ahora nos toca desandar lo andado. Recobrar el sentido y recuperar nuestro lugar. Haciendo esto vemos y reconocemos la justa verdad y realidad.
Ningún especialista tiene autoridad para suplantar al pueblo.
Toda persona, por el solo hecho de existir, tiene unos derechos inalienables que van mucho más allá de lo que nos han hecho creer.
Debemos captar esto cuanto antes para poder iniciar y desencadenar las reformas necesarias para regresar al estado adecuado, al orden natural de las cosas.
Ninguna profesión puede ostentar monopolio ni exclusividad alguna frente al pueblo. Y menos que nadie los políticos.
De todos los oficios grotescos y absurdos, ellos se llevan la palma, porque hemos permitido que configuren sus funciones y ventajas a su gusto y medida, convirtiéndose en los peores y más dañinos parásitos para el conjunto.
En el fondo, tan solo son nuestros suplentes in absentia. En cuanto nos personemos y signifiquemos, deberán disolverse y desaparecer.
Se acabó este juego de elitismos y trepismos, esta loca competición alienante y descarnada que nos priva y despoja de nuestra esencia humana.
Esto supone la abolición de la casta usurpadora opresora, cosa un tanto delicada, que habrá que ver cómo llevarla a cabo.
Por de pronto, es muy necesario interesarse e intervenir en todo lo habido y por haber. Porque la política lo abarca todo, sin excepción.
El pueblo debe participar y decidir, reformular, rediseñar y reconfigurar todo de arriba a abajo. Empezando por lo más inmediato y personal. Tu propia vida debe sustentarse en tus valores, desasistiendo los conductos corruptos y amparando los solidarios.
Sé un fiel reflejo de aquello hacia lo que quieres ir.
La masa crítica creciente apuntará cada vez más alto y censurará toda actividad y comportamiento intolerable y abusivo, insostenible y destructivo.
Claro, esto es muy conflictivo y problemático porque se puede percibir y vivenciar como una invasión e intrusión a la esfera personal.
El respeto es para la vida privada. Toda otra área de actividad es común, social y compartida. El problema está en que las personas asumen su trabajo como parte integrante de su vida y su identidad.
Se entiende pues que es un dominio mixto.
Y el equilibrio a veces es complicado.
Un productor de droga legal puede estar muy satisfecho con su labor, pero el pueblo puede decidir que esa es una actividad nada adecuada.
Qué solución hay a esto?
Ley y didáctica.
Bajo ningún concepto se permitirá ninguna actividad que no sea aprobada por el pueblo. El pueblo ofrecerá vías de transformación, reciclado y adaptación. Pero sobre todo, el pueblo hará todo su esfuerzo en la educación. A todas las edades. Para que los valores compartidos sean ampliamente conocidos y asumidos.
El que es feliz fabricando muelles para pistolas, también será feliz fabricando muelles para otro tipo de instrumentos.
De no ser así, estaríamos ante un ser perverso, a tratar como un enfermo, con posibilidad de curación, o no.
Siempre hay alternativa, todo depende de nuestra paciencia y ganas.
Son muchas las deficiencias de formación de las personas, que dificultan su capacidad de maduración y realización.
Este es el punto clave.
Enseña y empodera y todo irá como la seda.
No puede haber más privilegios injustificados. No puede haber lucro obsceno a costa de otros. Habrá una horquilla de sueldos, una horquilla de costes, precios y beneficios. Una renta básica universal.
Nada puede quedar al libre capricho de los corruptos, porque es evidente lo que eso trae. Desigualdad, dolor, injusticia.
Claro, estando donde estamos y partiendo de donde partimos, cómo llegar a aproximarnos siquiera a algo así?
Por la vía absurda.
O lo que es lo mismo, jugando.
Esto a las bravas sería bastante chungo de realizar.
Así que parece más apropiado no forzar nada.
Todo se construye a partir de la conciencia.
Internet es el mar al que van a parar todas las conciencias.
Desarrolla pequeñas, y no tan pequeñas, aplicaciones y herramientas y entrégalas a la comunidad. Difunde y comparte conocimiento útil y relevante, revelador y liberador. Entre todos iremos ganando habilidades, adquiriendo servicios que antes no teníamos.
Este punto es crucial, pues todo el poder de los usurpadores se basa en el atractivo de sus inventos. Atractivo que a menudo esconde un precio terrible para el medio ambiente y el ser humano.
Para dejar de perseguir sus zanahorias debemos producir las nuestras propias. Software libre, hardware libre, por ejemplo Arduino (
http://vimeo.com/18390711), por ejemplo Open Source Ecology (
http://www.ted.com/talks/lang/es/marcin_jakubowski.html), cosas así.
Hoy más que nunca está en nuestra mano hacer realidad este cambio. Y es mucho lo que hay por cambiar.
También vital es crear puentes que salven la brecha tecnológica y generacional. El conocimiento debe fluir y llegar a la masa, pues es la conciencia colectiva la que decide su porvenir.
La mejor inversión de futuro es crear herramientas que enseñen a los demás a crear por sí mismos. El camino del empoderamiento pasa por familiarizarse con los recursos y aprovecharlos a tu propia manera y para tus propias ocurrencias.
Las simulaciones son un buen ejemplo.
Todos los días nos vienen con la mentira de que no hay otra alternativa. Falsedad que más falsa no puede ser.
Tan vacío es tal argumento que nunca se acompaña de prueba ni estudio alguno.
Al corrupto le importa bien poco eso, pero a nosotros debe importarnos, y mucho.
Coge una institución u organismo cualquiera, reúne toda la información, reproduce su funcionamiento en un modelo virtual, haz estudios a largo plazo, de resistencia, eficacia, sostenibilidad, etc.
Saldrán problemas a punta pala.
Y cuantos más factores introduzcas, más evidentes se harán las fallas, las vulnerabilidades, los requisitos para su estabilidad.
Esto nos enseña a ver, valorar y tener muy presente qué mantiene o hunde un sistema.
Y todavía puedes ir más lejos.
Comparte tu modelo y haz que cualquiera pueda modificar sus parámetros. Facilita esto, que la piel no esconda el esqueleto, sino que se vean ambas cosas al mismo tiempo. Que su arquitectura sea explícita e invite a reconfigurarla.
Entre todos podemos llegar a miles de soluciones, a cuál más inesperada y sorprendente.
No existe una única posibilidad válida. Son infinitos los caminos. Las complicaciones se resuelven cuando aprendemos a hacer trizas los esquemas que aprisionan nuestra mente.
No hay que aprisionarse en razonamientos maximalistas. El o todos o ninguno. La uniformidad, la escala macro. Para coronar la cima hay que ir pasito a pasito. Hacerlo en masa y de golpe está fuera de tu alcance. Tu labor es local, tan solo comparte el ejemplo, exporta lo intangible. Modelos alternativos para que cada cual los adopte y adapte como mejor sepa o quiera.
El pensamiento inmaduro lleva a desistir antes de comenzar siquiera. Mal planteada, la meta te impide el camino. Por eso el más importante cambio debe producirse en tu conciencia, en tus valores, pues son los que van a marcar y decantar tus pasos.
Quien recita lemas falsos y vacíos se delata en sus actos. Quien pide y exige en lugar de hacer él no llegará muy lejos. La esfera personal es cada vez más decisiva. El mosaico global es cada vez más imprevisible y variopinto. Se trata de convivir lo mejor posible en una ensalada marciana. El entendimiento básico irá y vendrá. De momento deshazte de lastres parásitos, rediseña tu vida, valida tu autoridad y autonomía.
La pesadilla es cuando no nos permitimos explorar nuestra propia visión. Por eso debemos procurar que nuestra sociedad se articule de manera orgánica, flexible y cambiante. El firme control estructural no debe sobrepasar su campo de acción. Pero, encontrar este equilibrio es complicado y tiene un precio. Es difícil que salga bien a la primera, por eso la recomendación de las simulaciones y ensayos previos.
Debemos aprender a aprender cada vez mejor. Podemos hacer simulaciones que reproduzcan a la sociedad lo mas fielmente posible, cada uno con sus problemas y complejidades. Para tratar de resolver las dificultades de cada cual, para averiguar la manera de llegar a un entendimiento y que la conciencia y los valores se orienten conjuntamente en la dirección adecuada.
Para esto hay que aprovechar todo el conocimiento previo existente.
Debemos amasar y elaborar complejos entramados que procesen toda la información disponible. Y que su organización sea en todo momento accesible y manejable casi por cualquiera, más o menos.
Imagina por ejemplo que dispones de todas las noticias, registros y documentos de un país, todo ordenado y clasificado de múltiples maneras y modalidades. Eliges una fecha y un lugar concreto. Estudias todo lo sucedido. Eliges a cualquier persona. Estudias toda su vida. Buscas conexiones, contextos, circunstancias.
Con un poco de trabajo puedes aprender mucho.
Con pericia y algoritmos encuentras fácil y pronto la verdad, descubres la realidad. Este es el poder de la red. Este es el poder que no ha de quedar únicamente en manos de un buscador.
Otro ejemplo excelente son los periodistas.
Mira el provecho que le sacan a las hemerotecas.
Tenemos que hacer lo mismo, tenemos que aliarnos e ir más allá.
Grabar todos los plenos, volcar todas las informaciones, cruzarlas y examinarlas.
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.
Nuestra implicación activa puede recortar mucho los márgenes y los tiempos de reacción frente a la corrupción.
Sobre todo, debemos aprender a desmantelar rápidamente el discurso falaz y embustero. No más distracciones ni cortinas de humo. No más evasivas ni elusiones. No más irse de rositas tras tremendos hurtos y fechorías.
Un político puede mentir muy bien, de hecho es su trabajo, lo único para lo que se ha formado. Ante esto, debemos separar el grano de la paja. Mostrar los hechos. Destapar la farsa.
Por eso nos interesa dominar a la perfección el uso de la información, para saber filtrar y depurar resultados adecuados a cada situación.
Modular. Tenemos que ser maestros de la modulación. Y no solo ante las declaraciones y tal, también en la acción. Decisiones, soluciones, estrategias, alternativas. Información, asimilación, conciencia, aplicación, implementación, interacción, coordinación, complementación, etc.
Y tenemos que hacer esto de manera diáfana y diamantina.
Que el ejemplo enseñe a seguir el ejemplo.
No es solo enseñar las conclusiones, hay que detallar todo el proceso siempre, para que otros se animen, lo imiten, se sumen y aporten mejoras.
La diversidad es necesaria. Hay que permitir y tolerar cierto grado de caos. Pero no en aquello que permita proliferar la corrupción. Ningún bien, recurso ni servicio podrá ser privado ni acaparado.
Ante un mismo problema, debemos permitirnos realizar diferentes soluciones. Tan sencillo como: aquel o aquellos que defiendan su propuesta, que la apliquen en su entorno local y veamos todos cómo funciona y en qué resulta.
El truco está en no exigir a los demás lo que tú no puedes proporcionar. Si quieres un buen médico en tu región, hazte tú médico, o emigra, o encuentra alguno dispuesto a trasladarse, o a atender remotamente, o... mil opciones.
Todo comportamiento inmaduro no resultará. Porque, lo mismo que tú como persona eres soberana, los demás lo son igualmente.
No puedes estar por encima de nadie, ni nadie por encima de ti.
O nos entendemos a las buenas, o a las malas no vamos a ninguna parte.
Todo esto puede parecer muy genérico y remoto, pero es tan concreto y factible como queramos hacerlo.
Lo que empieza como un juego virtual se puede trasladar luego a la realidad. La clave está en la claridad y calidad de tu intención y propósito. Si tus valores son deficientes y confusos, equivocarás tus pasos y decisiones. Tu mayor desafío eres tú mismo. Conoce y descubre tus debilidades y fortalezas. Repara y sana tu cuerpomente, encuentra y libera tu esencia. Honra tu alma. Etc.
Por supuesto, esto no es lo único en lo que trabajar y perseverar, tampoco se puede descuidar la esfera social. Cada uno debe encontrar su espacio y sus tiempos, su orden que le permita progresar adecuadamente, sin que un campo interfiera ni perjudique sobre el otro. Correr demasiado hace caer. Quedar atascado enferma.
(...) Ahora que lo pienso, lo de la casa esa de las decisiones políticas es una movida un poco desapetecible, como dicen los de allende, y tampoco tan imprescindible, a fin de cuentas.
En realidad, serviría también crear unos avatares virtuales que hicieran ese papel. Incluso podrían hacerlo mejor y todo.
Bien diseñados, podrían recoger todas las opiniones y depurar la predominante o composición que más pareceres reuniera y comprendiera.
Además, como su función es meramente articulativa, no supondría mayor inconveniente que resultara medio cutre o de corta trayectoria.
Incluso, sería interesante que hubiera un concurso para su continua renovación y perfeccionamiento. Tanto en apariencia como en funcionamiento.
Lo principal es que sirvieran como elemento ilusionante. Motor motivador para la implicación y participación colectiva.
Y en cuanto nos cansásemos de verlos: hala, a la basura y otros nuevos.
Carape, si hasta puede ser divertido y todo!
Del proyecto a lo concreto hay un proceso, que es en buena medida mental. Hipótesis, imaginación, visualización, cálculos, etc.
La red es nuestro mejor campo de pruebas, es donde vuela y se encuentra nuestra mente colectiva.
Pero para sacarle provecho hay que definir y articular algunos mínimos puntos de encuentro, vías y procedimientos de colaboración.
Tarde o temprano esto o algo irá cobrando forma.
Tal vez. Estaría bien.
Con el absurdo nunca se sabe.
Sabremos reformular nuestra realidad? O sucumbiremos tontamente?
El estilo podrá ir oscilando y evolucionando, a la par que lo hagamos nosotros. Todo depende del sentido y la importancia que veamos en ello. Puede empezar de manera amorfa, penosa y lamentable.
Pero la cosa irá creciendo a medida que nos tomemos en serio, seamos adultos y actuemos desde el respeto y la conciencia de lo que está en juego.
Estamos empezando a asomarnos.
Muchas cosas se conjugan y entran en resonancia con intenciones similares.
Algunos partidos políticos quieren presentarse como una especie de alternativa o transición hacia algo así.
Pero es difícil comprar esa propuesta.
Porque, ya lo hemos dicho, el problema son los políticos.
Por muy bonitas que sean las promesas, el cargo malogra y corrompe.
No hay garantías de cumplimiento de ningún tipo.
Y sí abundantes evidencias de todo lo contrario.
Una pepita de oro en una fosa séptica no tiene nada que hacer.
No me vendas alquimia.
Si de verdad eres capaz de convertir lo que sea en oro, no necesitas meterte en ese pozo, así que demuestra de lo que eres capaz aquí y ahora o vete con tu timo a otra parte.
Este cambio solo puede hacerlo el pueblo.
El camino está por decidir.
Mientras tanto, diferentes detalles, accesorios y complementos pueden ir funcionando aquí y allá, como un puzle que se va rellenando.
Solo recuerda:
Mirar a los políticos no es hacer política.
Cuando te hartes de malas gestiones, empieza y participa en tu entorno. Con un poco de suerte, tus éxitos eclipsarán las pifias de los corruptos. Cuando la gente esté de tu lado y no del de aquellos, entonces es que estamos empezando a enterarnos.
Querer es poder.
Lo tenemos a huevo.
Son tan malos que nos lo están pidiendo.