Había una vez una joven que estaba cansada de vivir entre la gente, harta de tanta multitud anónima, indiferente, burda, despreciable.
Así que, en cuanto pudo, se deshizo de todas sus cosas y viajó a la región más apartada posible, lejos de la humanidad. Allí, buscó el pico más alto, lo escaló y se sentó en la cima.
A partir de entonces dedicó su vida a la contemplación.
Se había colocado mirando hacia oriente, por lo que cada día veía amanecer y seguía al sol en su trayectoria hasta que salía de su campo de visión. Luego, por la tarde, contemplaba la progresión de las sombras hasta que anochecía.
Nunca se movía de su sitio, no se sabe cómo ni de qué vivía, pero el tiempo pasaba y ella seguía allí.
Pasaron los años y con ellos llegó su vejez, ahora era un harapo arrugado lleno de telarañas, sostenido por cuatro huesos mal apilados.
Tal vez por la edad, la ermitaña había perdido el gusto por los amaneceres y, por ello, un día hizo algo inaudito, se incorporó, se dio media vuelta y se volvió a sentar; Se dedicaría a contemplar los atardeceres, algo más propio de alguien en vías de extinción.
Pero, aquel cambio trajo consigo un grave inconveniente: justo delante, no muy lejos, había un ermitaño sentado sobre un pico, mirando hacia donde ella estaba.
Esa irritante presencia despertó viejos fantasmas incómodos, a punto estuvo de levantarse e irse, pero no lo hizo.
Poco a poco aprendió a ignorarlo, a tolerarlo como una parte más del paisaje. Además, tanto amanecer había mermado considerablemente su visión, que, con el paso de los días, se iba apagando. Ya sólo distinguía algunas formas entre la penumbra durante el mediodía, el resto del tiempo sólo veía tinieblas y una pequeña y agónica bombilla que descendía y se ocultaba tras el horizonte cada día.
Mientras tanto, la humanidad llegó a su colapso, falló el sustento y todos se devoraron y aniquilaron salvajemente entre sí, en medio del mayor caos, espanto y horror.
Hasta que ya no quedó nadie sobre la tierra, salvo los ermitaños; Que no se enteraron de nada y que, aunque lo hubieran sabido, seguramente no habrían hecho nada por repoblar la tierra.
Así, un día, murieron, silenciosamente, y con ellos desapareció para siempre la humanidad. Digno punto final para una especie tan desastrosa y dañina.
31 de mayo de 2007
Crescendo (23-5-07)
La vida moderna nos hace ir cada vez más rápido a todas partes, cada vez tenemos más prisa y menos tiempo para hacer las cosas, vivimos a un ritmo de locos, estresante, hiperacelerado.
El ritmo que marca y exige el dinero.
Tú, miserable esclavo, no tienes derecho a retener en tu poder el dinero que se te entrega a cambio de tu trabajo, debes gastarlo lo más rápido posible, sin pensar, para que vuelva a nuestras manos, a sus auténticos dueños, y podamos seguir exprimiendo tu vida, que también nos pertenece, por supuesto.
Así pues, cada segundo cuenta, y para ello se fabrican medios de transporte cada vez más y más veloces.
Una consecuencia inesperada de esto es la leve aceleración de la Tierra en su movimiento de rotación, que se ha producido de la siguiente manera:
Cada vez que un vehículo frena proyecta su energía cinética hacia la Tierra, y si esa fuerza se ejerce en la misma dirección en la que gira la Tierra, entonces incrementa sutilmente el impulso de esta.
Se podría argumentar que este empuje queda contrarrestado con el emitido en sentido opuesto al arrancar el vehículo, pero lo que pasa es que el arranque es siempre más progresivo y la inercia hace que el frenado genere un excedente de energía que es el que se traslada a la Tierra.
Ahora bien, estas fuerzas en un principio eran muy pequeñas, caóticas y dispersas como para producir ningún efecto.
El caso es que, no se sabe muy bien cómo, dichas fuerzas, por una cuestión de entropía, se han distribuido y canalizado de tal modo que causan esta alteración.
A su vez, esta nueva rotación hace que el día sea un poco más corto, lo que hace que la gente corra más, lo que hace que el día se acorte, lo que hace que... etc.
Y así vamos todos, girando como locos, sin poder dormir, ni comer, ni pensar en pararnos a pensar en pararnos; Bailando esta absurda y grotesca danza macabra, como títeres sin cerebro; Descontrolados, desquiciados, desencajados; En raudo torbellino hacia nuestro estúpido y merecido final, que llegará cuando la fuerza centrífuga supere a la de la gravedad y salgamos todos despedidos de esta bola girante alocada.
El ritmo que marca y exige el dinero.
Tú, miserable esclavo, no tienes derecho a retener en tu poder el dinero que se te entrega a cambio de tu trabajo, debes gastarlo lo más rápido posible, sin pensar, para que vuelva a nuestras manos, a sus auténticos dueños, y podamos seguir exprimiendo tu vida, que también nos pertenece, por supuesto.
Así pues, cada segundo cuenta, y para ello se fabrican medios de transporte cada vez más y más veloces.
Una consecuencia inesperada de esto es la leve aceleración de la Tierra en su movimiento de rotación, que se ha producido de la siguiente manera:
Cada vez que un vehículo frena proyecta su energía cinética hacia la Tierra, y si esa fuerza se ejerce en la misma dirección en la que gira la Tierra, entonces incrementa sutilmente el impulso de esta.
Se podría argumentar que este empuje queda contrarrestado con el emitido en sentido opuesto al arrancar el vehículo, pero lo que pasa es que el arranque es siempre más progresivo y la inercia hace que el frenado genere un excedente de energía que es el que se traslada a la Tierra.
Ahora bien, estas fuerzas en un principio eran muy pequeñas, caóticas y dispersas como para producir ningún efecto.
El caso es que, no se sabe muy bien cómo, dichas fuerzas, por una cuestión de entropía, se han distribuido y canalizado de tal modo que causan esta alteración.
A su vez, esta nueva rotación hace que el día sea un poco más corto, lo que hace que la gente corra más, lo que hace que el día se acorte, lo que hace que... etc.
Y así vamos todos, girando como locos, sin poder dormir, ni comer, ni pensar en pararnos a pensar en pararnos; Bailando esta absurda y grotesca danza macabra, como títeres sin cerebro; Descontrolados, desquiciados, desencajados; En raudo torbellino hacia nuestro estúpido y merecido final, que llegará cuando la fuerza centrífuga supere a la de la gravedad y salgamos todos despedidos de esta bola girante alocada.
30 de mayo de 2007
Los dragones (0-4-07)
Hace mucho, mucho tiempo, el mundo estaba lleno de dragones.
Había muchas especies diferentes, pero todos tenían en común la capacidad de escupir fuego; Lo que pasa es que cuando hacían esto se quemaban también ellos y se convertían en cenizas.
Al principio eran muy tontos y desaparecieron casi todos enseguida, los que quedaron fue porque aprendieron a no enfadarse, entonces vieron que podían vivir muchos años, y, conforme pasaba el tiempo, se fueron volviendo aún más listos y pacíficos.
Ya no peleaban entre sí ni se comían a la gente; Los humanos, con su escasa inteligencia, ya no representaban ningún problema para su existencia, eran los reyes de la creación, no tenían depredadores naturales, así que vivían tranquilamente, a sus anchas.
Lo malo es que se acomodaron tanto que incluso dejaron de reproducirse y, poco a poco, fueron desapareciendo.
Los últimos dragones se encontraban en China, allí convivían con los humanos en armonía, ya que estos los respetaban y consultaban como fuentes de sabiduría vivientes, el problema estaba en que, la mayor parte de las veces, los humanos no alcanzaban a comprender el significado de sus respuestas, tanta era la diferencia; Aun así, el pueblo chino siguió acogiéndolos, y alguna cosa sí que aprendieron.
Según envejecían, los dragones se volvían más estáticos, silenciosos, profundos.
Habían vivido tanto tiempo, tenían tanta experiencia y conocimiento que al final alcanzaron la sabiduría plena.
Esto produjo una transformación lenta, discreta, extraordinaria, en su cuerpo, que, poco a poco, se convertía en oro.
Así, un día, los chinos se encontraron con que, los dragones, se habían convertido en inmensas estatuas de oro macizo.
En cualquier otro lugar del mundo aquello habría despertado la codicia de la gente, se habrían peleado y matado hasta lograr un pedazo de oro y las estatuas habrían quedado destrozadas.
Pero los chinos supieron ver que aquellos dragones se habían vuelto auténticas deidades, dignas de veneración, y, desde luego, aquellas estatuas eran sagradas y debían cuidarlas y preservarlas en perfecto estado.
Por ello construyeron, en torno a cada una de ellas, magníficos templos, y, alrededor de cada templo, creció, poco a poco, una ciudad, rica y próspera.
Y así fue como nacieron las grandes ciudades de China.
Había muchas especies diferentes, pero todos tenían en común la capacidad de escupir fuego; Lo que pasa es que cuando hacían esto se quemaban también ellos y se convertían en cenizas.
Al principio eran muy tontos y desaparecieron casi todos enseguida, los que quedaron fue porque aprendieron a no enfadarse, entonces vieron que podían vivir muchos años, y, conforme pasaba el tiempo, se fueron volviendo aún más listos y pacíficos.
Ya no peleaban entre sí ni se comían a la gente; Los humanos, con su escasa inteligencia, ya no representaban ningún problema para su existencia, eran los reyes de la creación, no tenían depredadores naturales, así que vivían tranquilamente, a sus anchas.
Lo malo es que se acomodaron tanto que incluso dejaron de reproducirse y, poco a poco, fueron desapareciendo.
Los últimos dragones se encontraban en China, allí convivían con los humanos en armonía, ya que estos los respetaban y consultaban como fuentes de sabiduría vivientes, el problema estaba en que, la mayor parte de las veces, los humanos no alcanzaban a comprender el significado de sus respuestas, tanta era la diferencia; Aun así, el pueblo chino siguió acogiéndolos, y alguna cosa sí que aprendieron.
Según envejecían, los dragones se volvían más estáticos, silenciosos, profundos.
Habían vivido tanto tiempo, tenían tanta experiencia y conocimiento que al final alcanzaron la sabiduría plena.
Esto produjo una transformación lenta, discreta, extraordinaria, en su cuerpo, que, poco a poco, se convertía en oro.
Así, un día, los chinos se encontraron con que, los dragones, se habían convertido en inmensas estatuas de oro macizo.
En cualquier otro lugar del mundo aquello habría despertado la codicia de la gente, se habrían peleado y matado hasta lograr un pedazo de oro y las estatuas habrían quedado destrozadas.
Pero los chinos supieron ver que aquellos dragones se habían vuelto auténticas deidades, dignas de veneración, y, desde luego, aquellas estatuas eran sagradas y debían cuidarlas y preservarlas en perfecto estado.
Por ello construyeron, en torno a cada una de ellas, magníficos templos, y, alrededor de cada templo, creció, poco a poco, una ciudad, rica y próspera.
Y así fue como nacieron las grandes ciudades de China.
29 de mayo de 2007
Cuando la humanidad llegue a su fin (17-8-06)
Quién visitará los museos?
Quién verá las películas?
Quién leerá los libros?
Quién escuchará la música?
Quién visitará las tumbas?
Quién conducirá los coches?
Quién mirará los anuncios?
Quién apagará los incendios?
Quién repartirá el correo?
Quién irá a misa?
Quién pondrá en hora los relojes?
Quién se montará en la montaña rusa?
Quién fumará?
Quién irá a la playa?
Quién celebrará la navidad?
Quién comprará ropa en las rebajas o en los todo a 100?
Quién hablará en francés?
Quién mirará la fecha de caducidad de los alimentos?
Quién irá al gimnasio?
Quién hará régimen?
Quién acosará a los famosos?
Quién chupará los chupetes?
Quién repartirá el butano?
Quién medirá la escala de los terremotos?
Quién predecirá el tiempo?
Quién irá al bingo?
Quién echará una partida en las máquinas recreativas?
Quién escalará el everest?
Quién recogerá la ropa tendida cuando llueva?
Quién cobrará los seguros?
Quién abrirá la puerta a los testigos de jehová?
Quién limpiará el polvo?
Quién barrerá los cristales rotos?
Quién verá los culebrones?
Quién buscará a wally?
Quién verá los documentales de naturaleza?
Quién investigará la clonación?
Quién usará la crema anti-arrugas?
Quién será de greenpeace?
Quién desconectará las alarmas?
Quién invertirá en la bolsa?
Quién llamará a la radio para dedicar una canción?
Quién subirá las persianas?
Quién cerrará las ventanas?
Quién encenderá las velas?
Quién cantará en el karaoke?
Quién viajará a la meca?
Quién se acordará de ese tipo al que crucificaron?
Quién participará en pasapalabra?
Quién pagará las multas?
Quién continuará las guerras?
Quién gastará las municiones?
Quién lanzará las bombas?
Quién explotará al tercer mundo?
Quién soplará las velas del pastel?
Quién extraerá el petróleo?
Quién renovará el dni?
Quién montará los puzzles?
Quién desenterrará momias egipcias?
Quién escuchará los mensajes del contestador automático?
Quién repintará los pasos de cebra?
Quién corregirá los exámenes?
Quién borrará las pizarras?
Quién correrá en los circuitos de fórmula uno?
Quién curioseará en el pentágono?
Quién cuidará el faro?
Quién se ocupará de la torre de control?
Quién ganará las elecciones?
Quién mirará pornografía en internet?
Quién vigilará los residuos radiactivos?
Quién gastará las pilas?
Quién hará los sudokus?
Quién mirará al cielo al atardecer?
Quién verá la luna llena o los eclipses?
Quién contemplará la aurora boreal?
Quién respetará los semáforos?
Quién comprará los diamantes?
Quién pujará en las subastas?
Quién controlará a los satélites espaciales?
Quién donará sangre?
Quién usará las escaleras mecánicas?
Quién sostendrá la torre de pisa?
Quién dará limosna a los pobres?
Quién apagará las luces de las vegas cuando sea de día?
Quién llamará a este planeta 'tierra'?
Quién sacará los submarinos del fondo del mar?
Quién abrirá las cajas fuertes?
Quién se mirará en los espejos?
Quién restaurará el guernica cuando se caiga a pedazos?
Quién dará de comer a los animales del zoo?
Quién descongelará a walt disney?
Quién verá las películas?
Quién leerá los libros?
Quién escuchará la música?
Quién visitará las tumbas?
Quién conducirá los coches?
Quién mirará los anuncios?
Quién apagará los incendios?
Quién repartirá el correo?
Quién irá a misa?
Quién pondrá en hora los relojes?
Quién se montará en la montaña rusa?
Quién fumará?
Quién irá a la playa?
Quién celebrará la navidad?
Quién comprará ropa en las rebajas o en los todo a 100?
Quién hablará en francés?
Quién mirará la fecha de caducidad de los alimentos?
Quién irá al gimnasio?
Quién hará régimen?
Quién acosará a los famosos?
Quién chupará los chupetes?
Quién repartirá el butano?
Quién medirá la escala de los terremotos?
Quién predecirá el tiempo?
Quién irá al bingo?
Quién echará una partida en las máquinas recreativas?
Quién escalará el everest?
Quién recogerá la ropa tendida cuando llueva?
Quién cobrará los seguros?
Quién abrirá la puerta a los testigos de jehová?
Quién limpiará el polvo?
Quién barrerá los cristales rotos?
Quién verá los culebrones?
Quién buscará a wally?
Quién verá los documentales de naturaleza?
Quién investigará la clonación?
Quién usará la crema anti-arrugas?
Quién será de greenpeace?
Quién desconectará las alarmas?
Quién invertirá en la bolsa?
Quién llamará a la radio para dedicar una canción?
Quién subirá las persianas?
Quién cerrará las ventanas?
Quién encenderá las velas?
Quién cantará en el karaoke?
Quién viajará a la meca?
Quién se acordará de ese tipo al que crucificaron?
Quién participará en pasapalabra?
Quién pagará las multas?
Quién continuará las guerras?
Quién gastará las municiones?
Quién lanzará las bombas?
Quién explotará al tercer mundo?
Quién soplará las velas del pastel?
Quién extraerá el petróleo?
Quién renovará el dni?
Quién montará los puzzles?
Quién desenterrará momias egipcias?
Quién escuchará los mensajes del contestador automático?
Quién repintará los pasos de cebra?
Quién corregirá los exámenes?
Quién borrará las pizarras?
Quién correrá en los circuitos de fórmula uno?
Quién curioseará en el pentágono?
Quién cuidará el faro?
Quién se ocupará de la torre de control?
Quién ganará las elecciones?
Quién mirará pornografía en internet?
Quién vigilará los residuos radiactivos?
Quién gastará las pilas?
Quién hará los sudokus?
Quién mirará al cielo al atardecer?
Quién verá la luna llena o los eclipses?
Quién contemplará la aurora boreal?
Quién respetará los semáforos?
Quién comprará los diamantes?
Quién pujará en las subastas?
Quién controlará a los satélites espaciales?
Quién donará sangre?
Quién usará las escaleras mecánicas?
Quién sostendrá la torre de pisa?
Quién dará limosna a los pobres?
Quién apagará las luces de las vegas cuando sea de día?
Quién llamará a este planeta 'tierra'?
Quién sacará los submarinos del fondo del mar?
Quién abrirá las cajas fuertes?
Quién se mirará en los espejos?
Quién restaurará el guernica cuando se caiga a pedazos?
Quién dará de comer a los animales del zoo?
Quién descongelará a walt disney?
Quélojs (0-0-06)
No fabrica cereales para otras marcas.
No tiene satélites-espía.
No clona a sus empleados.
No creó el VIH.
No manipula los Oscars.
No emite mensajes subliminales.
No tortura animales.
No compra vacas locas.
No asesinó a Kennedy.
No añade nicotina a sus productos.
No provoca tsunamis.
No trafica con armas de destrucción masiva.
No importa prostitutas ni esclavos.
No vende órganos humanos.
No mutila niños.
No tiene satélites-espía.
No clona a sus empleados.
No creó el VIH.
No manipula los Oscars.
No emite mensajes subliminales.
No tortura animales.
No compra vacas locas.
No asesinó a Kennedy.
No añade nicotina a sus productos.
No provoca tsunamis.
No trafica con armas de destrucción masiva.
No importa prostitutas ni esclavos.
No vende órganos humanos.
No mutila niños.
a menudo (0-0-06)
Los árboles no te dejan ver el bosque,
el bosque no te deja ver la montaña,
la montaña no te deja ver el cielo,
el cielo no te deja ver las estrellas,
las estrellas no te dejan ver el universo,
etc...
el bosque no te deja ver la montaña,
la montaña no te deja ver el cielo,
el cielo no te deja ver las estrellas,
las estrellas no te dejan ver el universo,
etc...
Gafas de sol (14-5-07)
Mirar al sol es malo, si lo haces mucho rato te quedas ciego y ya no ves nada.
Luego, por la noche, pasa algo que no entiendo, salen las estrellas, que parecen muy pequeñas pero que en realidad son igual de grandes que el sol, solo que estan muy lejos.
Asi que mirar a las estrellas es como mirar a cientos de soles a la vez, y aun asi no te pasa nada.
A mi las matematicas no se me dan bien, pero por si acaso yo siempre miro las estrellas con gafas de sol.
Luego, por la noche, pasa algo que no entiendo, salen las estrellas, que parecen muy pequeñas pero que en realidad son igual de grandes que el sol, solo que estan muy lejos.
Asi que mirar a las estrellas es como mirar a cientos de soles a la vez, y aun asi no te pasa nada.
A mi las matematicas no se me dan bien, pero por si acaso yo siempre miro las estrellas con gafas de sol.
Jufu (19-4-07)
Una mujer da a luz a un bebé, inmediatamente el bebé recibe unos cachetes para hacerle llorar y comprobar que vive, hasta aquí todo normal; Pero resulta que el recién nacido es un esclavo, y esa etiqueta la llevará fatídicamente hasta su muerte.
Por eso a su lado hay siempre un capataz, con un pequeño látigo, que lo azota inmisericorde cada pocos minutos. Lo golpea mientras toma el pecho de su madre (que también es esclava y también recibe resignada sus correspondientes latigazos), lo golpea cuando duerme, cuando llora, cuando gatea, cuando babea, cuando balbucea sus primeras palabras, cuando aprende a andar, cuando se baña en el Nilo, cuando hace sus necesidades, en resumen: siempre, a todas horas, constantemente.
Claro que, llevar a cabo esa permanente tortura, es un trabajo agotador, demasiado para un sólo hombre, por ello son varios los capataces que se encargan de moldear al esclavo por turnos.
El esclavo enseguida se acostumbra a vivir con ese dolor continuo, prescinde de gritar o llorar y con el tiempo incluso se olvida de sentir dolor, su cuerpo se vuelve sordo por dentro; Y, por supuesto, su mente no alberga idea alguna, ni buena ni mala, ni propia ni ajena. Sólo sabe que tiene que obedecer todo lo que le ordenen, nada más. No tiene voluntad ni puede llegar a imaginar nunca, ni remotamente, que exista cosa semejante.
Su trabajo comienza en cuanto tiene edad para tenerse en pie; Los capataces le mandan transportar y colocar alineados unos pequeños bloques de piedra que apenas puede arrastrar.
Conforme va creciendo le van aumentado el tamaño de los bloques, así, el esfuerzo es siempre el mismo: enorme, desproporcionado, inhumano.
Pasan varios años y, con los bloques desplazados, ya ha pavimentado un área cuadrada equivalente a cincuenta campos de fútbol juntos.
Entonces los capataces le ordenan que comience a apilar sobre esta base más bloques hasta llenar un área ligeramente menor que la primera. El esclavo no entiende qué finalidad tiene amontonar todas esas piedras en medio del desierto, pero tampoco se lo plantea, simplemente obedece.
Pasa así toda su infancia y su juventud, entonces llega una época donde algo raro le pasa, no logra concentrarse, no rinde bien.
Los capataces se percatan y modifican inesperadamente su rutina, un día llevan ante él a una esclava y los obligan a aparearse, a latigazos.
A partir de entonces el esclavo vuelve a trabajar bien, y de vez en cuando lo reúnen con la esclava, que pronto queda embarazada y tiene un hijo (que también será esclavo y que por supuesto ya recibe sus azotes).
Mientras tanto la obra continúa elevándose poco a poco, el esclavo arrastra decenas, centenares, miles, decenas de miles, cientos de miles de bloques, enormes, de piedra maciza. Sin descanso, cada día de su vida, desde que el Sol sale hasta que se pone, haga frío o calor, trabaja, trabaja, trabaja... como nadie lo ha hecho ni lo hará nunca, de una forma irracional, insensata, increíble; Una sola persona levanta de la nada el monumento más descomunal del mundo entero. A cambio de dedicar toda (absolutamente toda) su vida a ello. Claro que, no ha tenido opción, su destino ya estaba sentenciado antes de nacer siquiera.
Así pues todo se cumple según lo previsto, el esclavo envejece al mismo tiempo que la obra se aproxima a su fin, el último bloque es lentamente transportado, a lo largo de varias semanas, por un anciano moribundo, con los capataces a su espalda, azuzándolo, a latigazos, hasta alcanzar la cima y quedar completada la titánica construcción; Momento en el cual el esclavo exhala su último hálito de vida y fallece. Su cuerpo baja rodando hasta llegar a la arena del desierto que lo engulle con facilidad, haciéndolo desaparecer por completo, del mismo modo que son eliminados la esclava y su hijo (ya no son necesarios) y todo mísero rastro de la memoria de la existencia de ningún esclavo.
Sólo quedan los millones de toneladas de piedra reunidos, como testimonio, como cristalización del máximo sufrimiento y dolor experimentables por el ser humano, y el nombre del faraón que mandó construirla.
Por eso a su lado hay siempre un capataz, con un pequeño látigo, que lo azota inmisericorde cada pocos minutos. Lo golpea mientras toma el pecho de su madre (que también es esclava y también recibe resignada sus correspondientes latigazos), lo golpea cuando duerme, cuando llora, cuando gatea, cuando babea, cuando balbucea sus primeras palabras, cuando aprende a andar, cuando se baña en el Nilo, cuando hace sus necesidades, en resumen: siempre, a todas horas, constantemente.
Claro que, llevar a cabo esa permanente tortura, es un trabajo agotador, demasiado para un sólo hombre, por ello son varios los capataces que se encargan de moldear al esclavo por turnos.
El esclavo enseguida se acostumbra a vivir con ese dolor continuo, prescinde de gritar o llorar y con el tiempo incluso se olvida de sentir dolor, su cuerpo se vuelve sordo por dentro; Y, por supuesto, su mente no alberga idea alguna, ni buena ni mala, ni propia ni ajena. Sólo sabe que tiene que obedecer todo lo que le ordenen, nada más. No tiene voluntad ni puede llegar a imaginar nunca, ni remotamente, que exista cosa semejante.
Su trabajo comienza en cuanto tiene edad para tenerse en pie; Los capataces le mandan transportar y colocar alineados unos pequeños bloques de piedra que apenas puede arrastrar.
Conforme va creciendo le van aumentado el tamaño de los bloques, así, el esfuerzo es siempre el mismo: enorme, desproporcionado, inhumano.
Pasan varios años y, con los bloques desplazados, ya ha pavimentado un área cuadrada equivalente a cincuenta campos de fútbol juntos.
Entonces los capataces le ordenan que comience a apilar sobre esta base más bloques hasta llenar un área ligeramente menor que la primera. El esclavo no entiende qué finalidad tiene amontonar todas esas piedras en medio del desierto, pero tampoco se lo plantea, simplemente obedece.
Pasa así toda su infancia y su juventud, entonces llega una época donde algo raro le pasa, no logra concentrarse, no rinde bien.
Los capataces se percatan y modifican inesperadamente su rutina, un día llevan ante él a una esclava y los obligan a aparearse, a latigazos.
A partir de entonces el esclavo vuelve a trabajar bien, y de vez en cuando lo reúnen con la esclava, que pronto queda embarazada y tiene un hijo (que también será esclavo y que por supuesto ya recibe sus azotes).
Mientras tanto la obra continúa elevándose poco a poco, el esclavo arrastra decenas, centenares, miles, decenas de miles, cientos de miles de bloques, enormes, de piedra maciza. Sin descanso, cada día de su vida, desde que el Sol sale hasta que se pone, haga frío o calor, trabaja, trabaja, trabaja... como nadie lo ha hecho ni lo hará nunca, de una forma irracional, insensata, increíble; Una sola persona levanta de la nada el monumento más descomunal del mundo entero. A cambio de dedicar toda (absolutamente toda) su vida a ello. Claro que, no ha tenido opción, su destino ya estaba sentenciado antes de nacer siquiera.
Así pues todo se cumple según lo previsto, el esclavo envejece al mismo tiempo que la obra se aproxima a su fin, el último bloque es lentamente transportado, a lo largo de varias semanas, por un anciano moribundo, con los capataces a su espalda, azuzándolo, a latigazos, hasta alcanzar la cima y quedar completada la titánica construcción; Momento en el cual el esclavo exhala su último hálito de vida y fallece. Su cuerpo baja rodando hasta llegar a la arena del desierto que lo engulle con facilidad, haciéndolo desaparecer por completo, del mismo modo que son eliminados la esclava y su hijo (ya no son necesarios) y todo mísero rastro de la memoria de la existencia de ningún esclavo.
Sólo quedan los millones de toneladas de piedra reunidos, como testimonio, como cristalización del máximo sufrimiento y dolor experimentables por el ser humano, y el nombre del faraón que mandó construirla.
El experimento del Metro (18-2-07)
En mi ciudad ha habido hace poco elecciones, ahora tenemos un alcalde nuevo, es muy simpático, sonríe mucho.
Parece ser que tiene muchos Proyectos-para-mejorar-la-calidad-de-vida-de-los-afortunados-ciudadanos-de-esta-nuestra-ciudad, como él los llama siempre.
Una de sus ideas fue cambiar las señales de tráfico, quitó todas las de prohibición, porque prohibir-está-muy-feo, y en su lugar colocó otras de obligación, así queda más-positivo-todo, dice.
La diferencia era pequeña pero el cambio fue bien acogido por los afortunados-ciudadanos y el alcalde se entusiasmó y buscó más aplicaciones-positivas para su hallazgo.
Cómo puedo ayudar a que la gente sea-más-feliz? se dijo el alcalde.
Obligándolos, claro, la respuesta era tan sencilla.
Utilizaré las señales-de-obligación, pensó.
Así pues el alcalde ideó un pequeño código-de-buena-conducta, que consistía en 8 sencillas normas:
-Obligatorio mirar a los ojos a la gente.
-Obligatorio sonreír educadamente a quien te mire.
-Obligatorio saludar a quien te sonría.
-Obligatorio hablar a quien te salude.
-Obligatorio presentarse a quien te hable.
-Obligatorio besar a quien se te presente.
-Obligatorio abrazar a quien te bese.
-Obligatorio amar a quien te abrace.
Una vez completado decidió probarlo, primero en un entorno-limitado-por-si-acaso, o sea, en el metro.
El primer día estuvo bien, fue divertido, todos nos emparejamos de forma armoniosa (salvo un violinista ciego que pedía limosna) y conocimos a un montón de gente maja.
Pero la cosa cambió bastante al segundo día, ya que el metro se llenó de adolescentes salidos, hombres salidos, viejos salidos y, por supuesto, ni una mujer a la vista.
Fue una experiencia muy desagradable, desde entonces no he vuelto a usar el metro, bueno, ni yo ni nadie en su sano juicio.
Ahora la ciudad parece más limpia-y-segura, pero no me gusta pensar en lo que sucede ahí abajo.
Alguien tendría que retirar esas señales.
Parece ser que tiene muchos Proyectos-para-mejorar-la-calidad-de-vida-de-los-afortunados-ciudadanos-de-esta-nuestra-ciudad, como él los llama siempre.
Una de sus ideas fue cambiar las señales de tráfico, quitó todas las de prohibición, porque prohibir-está-muy-feo, y en su lugar colocó otras de obligación, así queda más-positivo-todo, dice.
La diferencia era pequeña pero el cambio fue bien acogido por los afortunados-ciudadanos y el alcalde se entusiasmó y buscó más aplicaciones-positivas para su hallazgo.
Cómo puedo ayudar a que la gente sea-más-feliz? se dijo el alcalde.
Obligándolos, claro, la respuesta era tan sencilla.
Utilizaré las señales-de-obligación, pensó.
Así pues el alcalde ideó un pequeño código-de-buena-conducta, que consistía en 8 sencillas normas:
-Obligatorio mirar a los ojos a la gente.
-Obligatorio sonreír educadamente a quien te mire.
-Obligatorio saludar a quien te sonría.
-Obligatorio hablar a quien te salude.
-Obligatorio presentarse a quien te hable.
-Obligatorio besar a quien se te presente.
-Obligatorio abrazar a quien te bese.
-Obligatorio amar a quien te abrace.
Una vez completado decidió probarlo, primero en un entorno-limitado-por-si-acaso, o sea, en el metro.
El primer día estuvo bien, fue divertido, todos nos emparejamos de forma armoniosa (salvo un violinista ciego que pedía limosna) y conocimos a un montón de gente maja.
Pero la cosa cambió bastante al segundo día, ya que el metro se llenó de adolescentes salidos, hombres salidos, viejos salidos y, por supuesto, ni una mujer a la vista.
Fue una experiencia muy desagradable, desde entonces no he vuelto a usar el metro, bueno, ni yo ni nadie en su sano juicio.
Ahora la ciudad parece más limpia-y-segura, pero no me gusta pensar en lo que sucede ahí abajo.
Alguien tendría que retirar esas señales.
La Rebolucion Francesa (20-1-07)
Fue por culpa de la Torre de Ifel, Ifel fue el que la hizo y por eso se llama asi.
Este señor era muy malo y muy egoista y la queria para el solo, por eso la hizo sin escaleras y vivia el solo en lo mas alto de la torre.
A la gente le gustaba mucho la Torre y todos querian subir a ver lo que se veia desde arriba, tenian mucha curiosidad.
Pero no podian subir porque el señor Ifel habia puesto muchos pinchos por todas partes.
La gente estaba muy enfadada y cuando Ifel cocinaba y salia humo de la Torre les daba mucha rabia y ya no querian trabajar, asi que tuvieron que traer esclavos de America y por eso hay tantos negros en Francia.
Hasta que Napoleon dijo 'ya vale' y construyo unas escaleras y echo de malas maneras a Ifel de la Torre.
Ifel se cabreo tanto que se fue de Francia en un barco y llego hasta Cuba y se hizo el dueño de la isla y todos los cubanos le obedecen porque le gusta mucho mandar.
Pero en Francia habia otro problema, toda la gente estaba haciendo cola para subir a la Torre y la cola era muy larga.
El problema era que el Rey queria colarse y subir el primero pero la gente decia que nanay, asi que inventaron la guillotina y a todo el que se colaba le cortaban la cabeza.
Asi paso mucho tiempo hasta que ya no habia reyes y todo el mundo ya habia subido a la Torre Ifel y ya estaban tranquilos y volvieron a trabajar y se termino la rebolucion.
Este señor era muy malo y muy egoista y la queria para el solo, por eso la hizo sin escaleras y vivia el solo en lo mas alto de la torre.
A la gente le gustaba mucho la Torre y todos querian subir a ver lo que se veia desde arriba, tenian mucha curiosidad.
Pero no podian subir porque el señor Ifel habia puesto muchos pinchos por todas partes.
La gente estaba muy enfadada y cuando Ifel cocinaba y salia humo de la Torre les daba mucha rabia y ya no querian trabajar, asi que tuvieron que traer esclavos de America y por eso hay tantos negros en Francia.
Hasta que Napoleon dijo 'ya vale' y construyo unas escaleras y echo de malas maneras a Ifel de la Torre.
Ifel se cabreo tanto que se fue de Francia en un barco y llego hasta Cuba y se hizo el dueño de la isla y todos los cubanos le obedecen porque le gusta mucho mandar.
Pero en Francia habia otro problema, toda la gente estaba haciendo cola para subir a la Torre y la cola era muy larga.
El problema era que el Rey queria colarse y subir el primero pero la gente decia que nanay, asi que inventaron la guillotina y a todo el que se colaba le cortaban la cabeza.
Asi paso mucho tiempo hasta que ya no habia reyes y todo el mundo ya habia subido a la Torre Ifel y ya estaban tranquilos y volvieron a trabajar y se termino la rebolucion.
Mi casa es una hipoteca (16-12-06)
En realidad no es mia ni de mis papas, es del banco.
El banco es muy malo, hay que darle siempre dinero o si no se enfada y nos quita la casa, por eso mis papas tienen que trabajar tanto.
La gente es mala, sobre todo los pobres.
Si te toca un pobre te mueres por que tienen el sida.
Por eso es mejor comprarse una pistola.
Pero solo hay que matar a los malos por que si no vas a la carcel y ya no te dejan salir.
Mi mama dice que si aprendes palabrotas te vuelves mala y te meten en la carcel.
Ademas el aire esta lleno de intoxicazion y es malo respirarlo.
Y cada vez hay menos agua y ya no me dejan hacer el acuario en el lavabo.
Los chicos del colejio tambien son malos porque fuman y venden coca.
Pero los mas malos de todos son los politicos que trabajan para fastidiarnos y son tan tan malos que tendrian que estar en la carcel.
Lo que pasa es que las carzeles ya estan llenas y claro, no quieren hacer mas.
Por eso todo el mundo es malo y hace lo que le da la gana.
Yo cuando sea mayor pienso robar un banco o algo para no ser pobre.
Mi papa es un poco pobre y sufre mucho.
Dice que es un exclavo del trabajo, dice.
Y se cansa mucho y no le dejan descansar y encima casi no le dan dinero por que su jefe es muy malo y lo quiere todo para el solo.
Lo mejor es tener una 'inmonileria' y con eso ya no pasas ambre, dice mi mama.
Yo no se por que no tenemos una.
Internet esta lleno de cosas malas que no puedo ver pero a mi me gusta porque puedo hablar con mi amiga Monica que ya tiene movil y todo.
Yo tambien quiero un movil y mis papas dicen que me lo regalaran para mi cumple pero aun falta mucho. Fin.
El banco es muy malo, hay que darle siempre dinero o si no se enfada y nos quita la casa, por eso mis papas tienen que trabajar tanto.
La gente es mala, sobre todo los pobres.
Si te toca un pobre te mueres por que tienen el sida.
Por eso es mejor comprarse una pistola.
Pero solo hay que matar a los malos por que si no vas a la carcel y ya no te dejan salir.
Mi mama dice que si aprendes palabrotas te vuelves mala y te meten en la carcel.
Ademas el aire esta lleno de intoxicazion y es malo respirarlo.
Y cada vez hay menos agua y ya no me dejan hacer el acuario en el lavabo.
Los chicos del colejio tambien son malos porque fuman y venden coca.
Pero los mas malos de todos son los politicos que trabajan para fastidiarnos y son tan tan malos que tendrian que estar en la carcel.
Lo que pasa es que las carzeles ya estan llenas y claro, no quieren hacer mas.
Por eso todo el mundo es malo y hace lo que le da la gana.
Yo cuando sea mayor pienso robar un banco o algo para no ser pobre.
Mi papa es un poco pobre y sufre mucho.
Dice que es un exclavo del trabajo, dice.
Y se cansa mucho y no le dejan descansar y encima casi no le dan dinero por que su jefe es muy malo y lo quiere todo para el solo.
Lo mejor es tener una 'inmonileria' y con eso ya no pasas ambre, dice mi mama.
Yo no se por que no tenemos una.
Internet esta lleno de cosas malas que no puedo ver pero a mi me gusta porque puedo hablar con mi amiga Monica que ya tiene movil y todo.
Yo tambien quiero un movil y mis papas dicen que me lo regalaran para mi cumple pero aun falta mucho. Fin.
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