"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

aviso

Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



21 de octubre de 2012

la certeza de la incertidumbre

Se puede ser sabio sin saber nada, de hecho es la única manera.

El ser es. Cuando el ser es plenamente decimos que es consciente, está presente.
Dónde está el ser cuando piensa? En el pensamiento.
Dónde está la atención de quien pronuncia un discurso? En el discurso. En su pronunciamiento. O vete a saber.

Se ha de cuidar un equilibrio, para no caer en una desconexión parcial, o para retornar lo antes posible a la lucidez.
La idea de la re-ligio es esta: ser en el ser, estar en el estar.

El problema viene cuando la atención recala o se aposenta en algún rincón o extremo. El ser pensante vive en la mente. Esto le distrae y le impide ser plenamente.

La consecuencia de ser parcialmente es el equívoco, la ausencia de sabiduría.

El ruido es inversamente proporcional al silencio.

El caos es síntoma de desconexión. La belleza se encuentra en la unión. El orden se aprecia cuando se forma parte.

A más palabras, menos ser. Generalmente.

El ser es, y siendo observa, y observando piensa, y pensando reflexiona sobre lo que piensa.
Si la atención se concentra, puede dejar de fluir, atascarse, apegarse, atraparse, distraerse, olvidarse del conjunto. La parte se aliena de la totalidad cuando se maneja de manera torpe o incorrecta.

La libertad es ilimitada, permite al ser recorrer la cadena y recrearse en las partes. Si está presente, es lúcido y consciente. Sabrá encontrar el camino de vuelta, por mucho que explore y se enrede.

El exceso lleva al defecto. El camino se crea al caminar. Vicio y pecado es cuando el ser cae de lleno por su propio desatino.

Todo está en el rumbo y la dirección que uno toma. La voluntad constante y aplicada da su resultado. La evasión y el olvido también.
De la práctica continuada nace la lucidez o el extravío.

El discurso del error es infinito, su propia esencia es ser discursivo. Quien abraza el silencio termina con el parloteo y retorna al ser.
Sin palabras no hay credo falaz.

Todo lo que llamamos conocimiento no es sino una elaboración de la mente, un cuento, relato, historia, narración de lo que vemos y nos rodea y lo que pensamos sobre ello.

Esto nos sirve para asimilar, aprender y adaptarnos, pero con cuidado de no identificarnos o equivocarnos.

Observación y pensamiento. De toda percepción podemos extraer, construir, un argumento, expresión, sentencia o fórmula que traduce en palabras lo contemplado o algo al respecto.

Toda idea es un esquema, una pantalla, un esqueleto de palabras nacido de una vivencia, general o particular, colectiva o individual.
La cultura es el intercambio y la adecuación de las ideas, para compartir un núcleo común.

Cada tribu tiene sus mitos, cada mito tiene su culto y sus ritos.
Según sus apegos, cada sociedad se organiza de manera más o menos equilibrada y armónica o dañina y destructiva.

Todo está en el ser, en el grado de lucidez y conciencia.
La atención da su fruto, y mal empleada da resultados y conductas deficientes y deplorables, como bien se ve con solo mirar.

Las malas soluciones traen mayores problemas. La alienación, los apegos, la desmedida, llaman llevan desencadenan la ruina, el desastre, la pesadilla. El desorden, el horror, la oscuridad. Salvajismo, brutalidad, amoralidad, monstruosidad.

El mal es el ser jugando al caos. Perdido en su ofuscación.

Bueno, bueno, pero qué es la vida?
Esto.
Y qué es esto?
Esto es esto.
Y ya está?
Ya está.

El ser pensante no encuentra contento en nada ni en sí mismo, a causa de su descentramiento. Su auto-condena es la continua indagación sin sentido ni provecho, pues sin equilibrio el pensamiento no alumbra sino yerro y despropósito sin fin.

Su apego le impide percatarse de su propia limitación asumida y adoptada. El sabio se libera cuando comprende y considera su propia esencia y naturaleza, lo que apresa y retiene a su ser.

El sabio conoce y distingue que lo que la mente llama saber y conocer no es en verdad sabiduría ni conocimiento, sino un sucedáneo inmediato, una concreción deficiente cuanto más solidificada, pues la vida, la realidad, el ser, no son aprensibles por la mente. No al menos como ella cree o pretende, por sí sola, desde la alienación y el desequilibrio.

La mente se esfuerza y aproxima todo lo que puede y más, pero lo que logra son solo esquemas, esbozos, barruntos, impresiones.
Divertimento, entretenimiento, distracción, entrenamiento perfectamente comprensibles y respetables.

Lo malo es cuando el ser pensante confunde lo que piensa con lo que es.

El error tiene algún valor o utilidad cuando uno presta atención y está dispuesto a aprovecharlo para aprender buenamente. Si el ser se sirve de la oportunidad para recobrar su plena consciencia.

Basta mirar limpia y abiertamente, con ojos inocentes y nuevos, para desnudar nuestras creencias y ver la endeble armazón que las conforma y sustenta. El falso contento, el triste cobijo donde nos guarecemos, fatídicamente, pues de tal error nace todo nuestro pavor y tormento, nuestro padecimiento. El propio inmaduro se castiga por serlo. Amargo camino de incierto destino.

Pero, a lo que iba, que todas nuestras certezas son puro humo.
Todo son teorías, hipótesis, argumentos, suposiciones, historias, leyendas. Mitologías modernas, más o menos prácticas o convenientes.

Tiene gracia la pasión e intensidad con que se abrazan y se aferran a sus creencias los extraviados. El miedo y la debilidad que experimentan. Y no es para menos, claro. Al fin y al cabo buscan soporte en el vacío. Simpática vana pretensión.

Y mira que el ser conoce y reconoce esa nada, ese vacío, pero no pretende apresarlo, sino que lo vive en sí, desde sí, tal cual.
La paradoja es que el equilibrio del ser en y con la nada o el todo, aporta y reporta un cierto sustento, del que habría mucho que hablar y tal, pero no ahora.

Como decía, a los perdidos la vida tarde o temprano les trae abundantes percances y problemas, para que caigan, choquen y se despierten, pero ni aun así, muchos. Y no es que la vida conspire ni sea malvada, es el ciego el que genera y ocasiona sus accidentes.

Por eso se da tan amplia variedad y diversidad. Por eso un vecino vive en el cielo y el de al lado está en el infierno. Cada uno responsable de lo suyo.

Sumidos en el terror no ven su error. No ven el juego que se les plantea, el maravilloso potencial y capacidad de la vida, el reto de hallar de nuevo el equilibrio. Volver a ser y eso.

En fin, no nos repitamos.

Veamos, cuál es el origen de la vida?
No lo sabemos.
Cuál es el origen del universo?
No lo sabemos.

Vemos lo que hay y cada uno se monta su película. Unos dicen que el universo salió de la nada. Otros que lo hizo un fulano. Para el caso viene a ser lo mismo.

En realidad, tampoco es preciso saberlo, o igual ni podemos. Incluso, habría que tener en cuenta otras posibilidades diferentes. De momento, basta con percatarnos de que nuestras teorías reflejan nuestra naturaleza. Tal como eres, así vives, ves y entiendes lo que te rodea. Como en todo, podemos decir que hay dos tendencias, más o menos contrapuestas y más que sabidas y conocidas, la racional y la espiritual. La mente y el ser. El ego y el alma. Pero, el buen crecimiento nos permite asimilar y englobar ambas cualidades en equilibrio.

Lo importante es que no sabemos nada sobre nuestro origen. Solo cuenta lo que hay, y lo que hay es esto. Un segundo antes ya no es esto y un segundo después, tampoco.

Por eso no se trata de buscar en el pasado, ni de tratar de adivinar el futuro. Es aquí y ahora donde se encuentra el sentido. Es aquí y ahora donde nacen las preguntas. Es aquí y ahora donde, desde el silencio, elaboramos nuestras posibles respuestas o suposiciones, siempre sin perder de vista su contingencia y provisionalidad.

Qué puedo decir del pasado? Que ya ha pasado.
Qué puedo decir del mañana? Que aún no ha llegado.

Qué puedo decir de mi mente? De mi memoria? De lo que creo que sé? De dónde y cómo sale y se forma eso, todo, cualquier cosa?

Es interesante darse cuenta de los cuentos que nos contamos.

La geología puede ser un buen campo para analizar esto.
Cómo se formó el mundo? Cómo es el mundo?

Los hay que dicen que el núcleo es de hierro sólido. Es una idea curiosamente extraña. Cuanto más lo piensas, menos sentido tiene. De hecho, todo el esquema interno de la tierra precisa profunda revisión.

Y hay teorías que apuntan hacia ideas mucho más interesantes y considerables. Como la de la tierra en expansión y la de la tierra hueca. Que ya otro día trataremos si eso.

De momento, nos quedamos con que no sabemos nada. Nada de nada en absoluto. Pero a la vez podemos alcanzar y encontrar mucho, todo está en buscar desde, donde y como se halla.

Ahora en serio, la vida cómo es?
Así.
Así cómo?
Pues así.
Así y ya?
Y ya.