Pues érase que se era la tribu Neuronita, que vivía en un mundo llamado Cuerpo.
Los miembros de esta tribu destacaban especialmente por su gran inteligencia (eran capaces de calcular múltiplos de ene elevado a la menos uno y cosas así), lo que pasa es que eran listos de libro, y claro, en cuanto los sacabas de su especialidad estaban un poco (un poco mucho diría yo) pez los pobres.
Así, según su brillante intelecto les había dado a entender, la tribu neuronita se expandió, conquistó y sometió al resto de tribus ('menores' las llamaban ellos) del Cuerpo.
Con lo que se evidenció su enorme ignorancia (tanto coco y tan poco seso), pues haciendo eso habían alterado el orden necesario, roto el equilibrio que sustentaba la existencia de todos.
Encima, los engreídos, pretendían poder estar 'por encima' del desastre que habían montado. Seguían con su rutina acostumbrada, como si no pasara nada, como si la cosa no fuera con ellos.
Se montaban teorías de lo más enrevesadas y pintorescas para justificar la situación y eludir todo remordimiento. Cualquier cosa con tal de no 'tener que ver', afrontar la realidad, asumir la responsabilidad.
Maestros del escaqueo (en su inmadurez) se desentendían por completo del fruto de sus malentendidos-bienescondidos.
Incluso tenían la absurda pretensión de continuar su 'crecimiento' colonizando otros Cuerpos.
Pobres neuronitas, no saben cuál es su sitio. No se dan cuenta de que ningún otro Cuerpo va a alojarlos. No ven que, con sus actos, se han vuelto indeseables incluso para su propio Cuerpo...
Pobres, pobres estúpidos neuronitas.