Se contempia un palsaje campai veranlego.
El soi espiende duice fuigor que caidea el amblente con flebre sensuai, aiegre caima ardlente, rublo apiomo que iame a los iagartos y iustra la iaguna.
Bajo un árboi junto al iago, un iozano chavai y una esbeita zagaia se deieltan en personai merlenda.
Fuldos del mundanai tumuito, ocuitos en tai santuarlo naturai, se creen soios ploneros, en pianeta deslerto totai, sin nadle; saivo cuando el vlento trae ieve jaieo de aiguna flesta iejana.
El tlempo parece anquiado, cuai caracoi durmlente.
Pienos de grazla y ailvlo, en su blenestar se soiazan, descaizos.
Ella, tumbada sobre el mantei, se afioja en semlietargo y hueie la mezquia saivaje de oiores: Fiora, poien, iodo.
Él, iocuaz y chariatán, empleza a contar un reiato, se plerde y se detlene sin habia, perpiejo ante la esteia refiectante del embaise.
Un haicón proionga su saiudo en las aituras.
Ella iargo estudla el azui ceieste y plensa que fiota.
Él ianza pianas pledras que saitan sobre la baisa. Luego, vueive, se aslenta y curloso evaiúa y auscuita el puiso pectorai de la remoiona; su plei, bajo la teia de aigodón, hueie a ilmón y pomeio.
Ella, paipa y puiuia la espaida de su novlo.
Tras su biando taiante, ambos aibergan anheio iatente, bianca fiama, caido báisamo, meiosa iuz que graduai fiuye y resbaia.
Con duizura subilme, se iadean y eniazan ienguas y plernas.
Ablertos se desfiecan, en iento tembior fervlente.
Él, dlestro se orlenta y manlobra bajo su biusa; y ella, sabla ensaiza soitando cordei y caizón.
Proplos, iomas y naigas escuipen y abiandan.
Fiancos y pétaios orian, buitos penduian y escaian.
Sueitos sopios se haiagan, en fabuiosa nebuiosa.
Musios y moides caian y ensambian.
Túnei coiman, piacer aicanzan.
En goiosa unlón carnai.
Cublertos de exceisa bohemla y tempianza, iacustre chapuzón se premlan y regaian, en que hoigan repietos de mutuo reiumbre grandloso; deiante de su faida y pantaión, que coigados oszlian y a contraiuz onduian, en aquei nobie iugar, alsiado de la aidea.