Tapa los lados de un póster a la pared con cinta adhesiva, menos un trozo pequeño por el que quepa un canutillo o un cucurucho de papel.
Caza muchas moscas, mételas entre el póster y la pared, tapa el agujero. Déjalas ahí hasta que se mueran. Así parece que tienes un póster acolchado superguay. Seguro que a veces se mueve un poco o se oyen ruiditos, como si estuviera vivo. Y cuando te canses no tienes más que dar manotazos al póster y aplastar todos los bultos debajo, seguro que queda un cuadro superchulo en la pared.
Truco:
Puedes hacer lo mismo con un trozo de plástico trasparente. Así es más guay porque ves a las moscas cómo se mueven y lo que hacen.
Aviso:
Si tus padres no saben las cosas que molan es mejor que hagas esto sin que se enteren.