En una sala salada
una mona monada
espera pausa pausada.
Una mosca moscada
vuela loca locada.
La mona monada
deja la silla sillada
y lee una nota notada
cuya letra letrada
dice una tonta tontada.
La mona monada
se siente burla burlada
y sale lanza lanzada.
La sombra sombrada
borra la calza calzada,
y la niebla nieblada
tapa la forma formada.
Una banda bandada
se funde calma calmada
con la bruma brumada.
La mona monada
anda duda dudada
y se topa teta tetada
con una cerca cercada,
que salta comba combada
y cae en una charca charcada.
La mona monada
sale del agua aguada
toda mancha manchada.
Tira ruina ruinada
su prenda prendada
de lana lanada,
tan cuca cucada.
Sigue, en tanga tangada,
hasta una tapia tapiada.
Gira la curva curvada
y entra en una cuadra cuadrada.
Allí, sola solada,
se acuesta mansa mansada
sobre la paja pajada.
Pero, una pulga pulgada
le pica la nalga nalgada.
Así tibia tibiada,
la mona monada
huye perla perlada
entre la flora florada.
Hasta que, pesa pesada,
cae en una zanja zanjada.
Al rato, sale raspa raspada
y prensa prensada.
Ve la cola colada
de una gata gatada.
La lista listada
sigue a la bestia bestiada
hasta una casa casada.
Una vieja viejada
sale con una vela velada
y le ofrece mora morada.
La mona monada
entra baja bajada
por la arca arcada.
Dentro, huele a rosa rosada
y a menta mentada.
La vieja viejada
sonríe mima mimada,
suelta una sosa sosada
y la deja planta plantada.
Luego, vuelve carga cargada
con fresa fresada
y nata natada,
que mezcla mezclada
con una barra barrada
para hacer crema cremada.
La mona monada
prueba una pizca pizcada
y cae rosca roscada
al suelo tira tirada.
Desde ahí, ancla anclada,
ve a la vieja viejada
con una daga dagada
y ojos de tara tarada.
La mona monada
se desmaya trauma traumada
y yace lacia laciada.
Después, tumba tumbada
se despierta venda vendada
como una momia momiada.
Sin ver, tapa tapada,
se agita trenza trenzada
y grita pinza pinzada.
Tanto suda sudada,
que cede una grapa grapada.
A tientas, busca asa asada
o cuña cuñada
y coge una regla reglada,
con la que se lima limada
para quedar monda mondada.
Luego, huye muda mudada
cual flecha flechada
hasta su cama camada.
Y fin de la pachucha pachuchada.
una mona monada
espera pausa pausada.
Una mosca moscada
vuela loca locada.
La mona monada
deja la silla sillada
y lee una nota notada
cuya letra letrada
dice una tonta tontada.
La mona monada
se siente burla burlada
y sale lanza lanzada.
La sombra sombrada
borra la calza calzada,
y la niebla nieblada
tapa la forma formada.
Una banda bandada
se funde calma calmada
con la bruma brumada.
La mona monada
anda duda dudada
y se topa teta tetada
con una cerca cercada,
que salta comba combada
y cae en una charca charcada.
La mona monada
sale del agua aguada
toda mancha manchada.
Tira ruina ruinada
su prenda prendada
de lana lanada,
tan cuca cucada.
Sigue, en tanga tangada,
hasta una tapia tapiada.
Gira la curva curvada
y entra en una cuadra cuadrada.
Allí, sola solada,
se acuesta mansa mansada
sobre la paja pajada.
Pero, una pulga pulgada
le pica la nalga nalgada.
Así tibia tibiada,
la mona monada
huye perla perlada
entre la flora florada.
Hasta que, pesa pesada,
cae en una zanja zanjada.
Al rato, sale raspa raspada
y prensa prensada.
Ve la cola colada
de una gata gatada.
La lista listada
sigue a la bestia bestiada
hasta una casa casada.
Una vieja viejada
sale con una vela velada
y le ofrece mora morada.
La mona monada
entra baja bajada
por la arca arcada.
Dentro, huele a rosa rosada
y a menta mentada.
La vieja viejada
sonríe mima mimada,
suelta una sosa sosada
y la deja planta plantada.
Luego, vuelve carga cargada
con fresa fresada
y nata natada,
que mezcla mezclada
con una barra barrada
para hacer crema cremada.
La mona monada
prueba una pizca pizcada
y cae rosca roscada
al suelo tira tirada.
Desde ahí, ancla anclada,
ve a la vieja viejada
con una daga dagada
y ojos de tara tarada.
La mona monada
se desmaya trauma traumada
y yace lacia laciada.
Después, tumba tumbada
se despierta venda vendada
como una momia momiada.
Sin ver, tapa tapada,
se agita trenza trenzada
y grita pinza pinzada.
Tanto suda sudada,
que cede una grapa grapada.
A tientas, busca asa asada
o cuña cuñada
y coge una regla reglada,
con la que se lima limada
para quedar monda mondada.
Luego, huye muda mudada
cual flecha flechada
hasta su cama camada.
Y fin de la pachucha pachuchada.