27 de enero de 2011
20 de enero de 2011
batiburrillo a solaz
"Sal en una mesa llena de mosquitos magníficos, vestidos con algo de tul, la sal los ha espolvoreado por pura casualidad al caer del techo en donde hay cierta acumulación, no es a propósito esa acumulación, es el vapor de la sopa que se ha acumulado desde hace 39 siglos y medio, cosa imposible de comprobar debido a la intolerancia del consabido plomo. Estando en esta situación una corrida de toros o de liebres da lo mismo, prácticamente hablando ni la una ni la otra producen esa cosa verde y densa que necesitamos para barnizarnos."
Remedios Varo
Remedios Varo
Sí, no, puede... Me repite la pregunta?
si pudiéramos sacar alguna confusión de todo esto...
nice tomillo
cómete tus propios errores
aprende la lesión
lugares que han perdido su nombre en el mapa de mi memoria
si fuera una melodía sería: re-la-mi-do
espoiler genérico: al final ganan los buenos
oferta: cable wifi
los espárragos están menstruando
va tan lento que no logro seguirlo
cuando la ley entra en 'vigor' puedes darte por jodido
tabú y prejuicio, espejos de vacuo reflejo
ser pasto de las musas más oscuras
falso solfa
protón se dice pronto
Dana anda, Adán nada
chistes of a down
constantes variables
San Gúguel nos asista
desicioné una desición desiciva
trompas de farlopa, digo... trompas de morapio
ya lo sepo yo
ya lo sé, pollo
inteligencia cortoplacista, estupidez inmediata
un líquido 'gasioso'
gentle with the gente
it's a fuxxxng jodienda
engañosamente peligroso, peligrosamente engañoso
mejor que fardar es no fardar
Bejota es un poco guarrilla, claro que con ese nombre...
tonto el que lolea
friq: el amor viene y va, los cómis se quedan
sabías que...? Si soplas por el cordón umbilical de un recién nacido crece y se hace mayor hasta la edad que tú quieras
hicimos un estudio de los gordos,
las conclusiones fueron aplastantes,
el resultado nos dejó chafados
el golem siempre anda con pies de barro,
pero lo mismo le da,
si ha llovido no llegará muy lejos
rupturistas: turistas que lo rompen todo
grande mente, gran demente
...como tratar de hacerte el harakiri con un cepillo-dientes
Dios se hará un bocadillo con todos tus tumores
Dimitri's Drimtim
Noticia de última hora:
Interrumpimos la emisión para comunicarles
que se han encontrado los restos arqueológicos
de un acelerador de partículas de la era del Pleistoceno
el tildador tildado
Luir Eduando Moniego y Albadas
negationship, 'negotation'ship
se necesita decepcionista con experiencia (mínimo dos años) y con discapacidad (of course)
el infierno está hecho de gestos automáticos
puerta que maúlla, bisagra de gato
pundonor, honor punk
jamón se escribe con hambre
hermana superiora
de las virtudes,
vicisitudes y
disquisiciones
del buen hacer
una catedral está siempre a punto de desmoronarse
Linchar a David.
David está linchado,
quién lo deslinchará?
El deslinchador que lo deslinche
buen deslinchador será
las motas de polvo son cienmillonésimas de céntimo de euro
favoritismos cósmicos,
la luna brilla más ahí donde se la adora
subnormalizar:
poner en términos obsoletos
conceptos avanzados
desvirtuando así
su sentido y
pertinencia
...la calderilla se acumulaba por los rincones como cagaditas de ratones
los ruiditos y exclamaciones intercalados en el habla son apelativos supervivientes de la más tierna infancia
se come un yogur caducao y se vuelve un superhéroe
fantasmas del pasado que no terminan de irse, como Colombo
mujer plana busca...
chiste criminal:
lo contrario del arte?
asarte
aberrante ave errante
lo cualo escualo
vamo que no vamo!
calmadamente, cal madam ente
infamable: que se deja infamar
el cocido escocido
isildur sartenazo gurrumino
primordial, primor dial
Tetera o no tetera?
Eja é la cuetió.
el timbre y la trimba
difícil lo fácil es fácil,
fácil lo fácil es difícil,
difícil lo difícil es fácil,
fácil lo difícil es difícil.
boa oboe baobab
El Señor de los Amigos
Esto es una pelicula un poco larga de una istoria imajinaria berdadera de pues era una bez un señor que era el amigo de los niños y a los niños les gusta jugar al escondite porque los mallores son mu malos y si les piyan lla no les dejan jugar y sovre todo uno era el mejor que se escondia porque era inbisivle luego resulta que ay un vicho de luz una lurcienagas mu grande y el señor de los amigos le dize quita macho que no me dejas pasar y se cae por el puente y lla los niños se ban a jugar solos porai cada bez con mas mallores malos queriendo piyarles y casi sin que les piyen y luego salen mas vichos y luego lla sale otra bez el señor de los amigos ah y unos mariquitas que biven en el vosque y los arvoles se ban a otro lao luego se pelean todo el rato los mallores nose por que por que son mu malos nose y sale una araña que se come aun niño de berdaz y lla se meten a una cueba y luego ay un pozo de bolcan y se cae un niño y lla se ponen todos tristres y lla no juegan mas asique se ban a casa y fin.
raíles
Antes soñaba mucho con trenes. Se mezclaba la angustia y la fascinación. Me gustan los trenes y las vías y todo. A los autistas también les gustan los trenes. Y a más gente.
Veo mi vida como si fuera un tren que va por su vía. A cada lado tengo otra vía paralela. La de la izquierda es mi vida óptima y la de la derecha es mi vida pésima. Por la que voy es mi vida mediocre.
Ya la palabra lo dice todo. No me puedo quejar, pero tampoco es para tirar cohetes.
Cuando miro a la izquierda me veo a mí mismo tal y como sería ahora si hubiera tomado todas las decisiones acertadas. Veo la fama, el éxito, los grandes proyectos cobrando forma, hogar, familia, viajes y mil cosas más.
Eso está muy bien, pero hay detalles que me chocan un poco. Hay rasgos de mí que no reconozco. Hay cambios que no entiendo, como si para llegar ahí hubiera tenido que prescindir de ciertas cosas. Tal vez es razonable que sea así, aunque desde mi posición me es difícil comprender o aceptar eso.
En resumen, me da envidia lo que veo, me inspira, me sorprende, me impresiona y me da un poco de vértigo y miedo. Me inquieta, me deja intranquilo.
Cuando miro a la derecha me veo tal y como sería ahora de haber tomado las decisiones erróneas. Soledad, pobreza, miseria, enfermedad, odio, rencor, amargura, etc. Me doy pena por verme en ese estado de degradación. Y no dejo de preguntarme cómo he podido caer tan bajo.
Me preocupa más esto que veo que no el otro caso de antes.
Sobre todo porque lo siento mucho más cercano. Me identifico y reconozco de forma intensa y directa. Es más fácil caer que trepar.
Siento empatía y compasión y tomo buena nota del terrible deterioro para no aproximarme a eso ni en broma.
Es curioso el diferente impacto y efecto que produce cada alternativa. Si hay algo en común es el miedo, el miedo a cambiar a peor, el miedo a cambiar demasiado. Y también el miedo parece la clave para llegar a cada extremo. Por un lado superando todos los escrúpulos, dudas y temores. Por otro lado entregándose más y más a ellos.
Avanzar por la vía es fácil, todo recto y siempre hacia delante. De tanto en tanto surgen desvíos hacia un sentido o el otro. Aparecen con muy poca frecuencia, así que hay que estar preparado de antemano si uno desea cambiar de rumbo. Hay que estar atento.
Algunos desvíos llegan abiertos por sí solos y si no te interesan tienes que reaccionar a tiempo. Los descuidos se pagan caros.
La comodidad de la rutina es engañosa y traicionera.
Es esto lo que deseo? Estoy siguiendo el rumbo correcto?
Y si me equivoco en el desvío? Compensa la oportunidad el riesgo?
En ningún caso veo el camino que ha seguido cada uno para llegar donde están. Puedo imaginarlo, suponerlo, pero eso es incierto. Quién no te dice a ti que tras la gloria se esconde la ruina y tras la ruina la gloria. No sé. Igual es una paranoia, pero puede ser que si uno arriesga demasiado, se meta en una montaña rusa con altibajos incesantes.
La estabilidad es una virtud, el anquilosamiento un problema. Hay que estar atento.
Es curiosa la asimetría a la hora de conectar con una u otra posibilidad. La propensión a lo negativo a lo mejor es normal o tal vez sea sintomática. Quién sabe. Sí parece claro que esa asimetría actúa como llamada de atención, como aviso, como autoprotección, como seguro.
Pero, y lo otro? Tal vez llama a examen, a revisar los impedimentos, las barreras que uno ha establecido, los límites que no me doy permiso para cruzar. Y al mismo tiempo también revela posibles inconvenientes tras esa aparente maravillosidad, como dicen los de allende.
Casi estoy por imaginar que esas alternativas no son más que visiones de realidades paralelas, que no están pensadas específicamente para poder ser alcanzadas ni realizadas desde donde estoy. Si lo piensas bien, tiene sentido. Para poder ser ahora mi yo óptimo, las decisiones adecuadas tendría que haberlas tomado desde mucho antes. En todo caso sirven de ejemplo de posibles futuros similares, pero eso es siempre incierto.
Pienso que sería interesante dialogar un poco con cada uno de ellos. Que podríamos aportarnos pequeñas observaciones, algún consejo útil para nuestras respectivas situaciones. Pero luego lo pienso mejor y creo que no, que sería más bien confuso y desorientador. Cada uno tenemos nuestra forma de valorar lo de los otros en base a nuestra propia experiencia.
Mi punto de vista poco puede ayudar al sobrado o al necesitado, más allá de lo tópico y evidente. Y lo mismo ellos conmigo. No hay que perderse en quimeras. Cada uno con su vida, con lo bueno y lo malo que tenga. Lo demás son antojos y desvaríos. Distracciones, proyecciones.
En todo caso puedo extraer mis propias apreciaciones de la mera contemplación de sus ejemplos. En el fondo siempre funciona así. Uno es el único responsable de procesar y elaborar cada información para darle sentido y provecho.
Además hay que tener en cuenta otra cosa. Al ser un tren arrastro una serie de vagones, que simbolizan las cargas del pasado, los asuntos no solucionados. Cuantos más vagones menos capacidad de maniobra hay. Si uno se pone a tomar desvíos a lo loco distorsiona toda la organización, la estructura de los vagones, atorando cada vez más la marcha y con serio riesgo de descarrilamiento.
Visto así, tal vez lo óptimo y lo pésimo sirven para saber guardar el equilibrio. Exceso, defecto, mesura. O tal vez esto no son más que justificaciones baratas y soy una rata miserable, cobarde y conformista. Vete a saber, jeje.
Veo mi vida como si fuera un tren que va por su vía. A cada lado tengo otra vía paralela. La de la izquierda es mi vida óptima y la de la derecha es mi vida pésima. Por la que voy es mi vida mediocre.
Ya la palabra lo dice todo. No me puedo quejar, pero tampoco es para tirar cohetes.
Cuando miro a la izquierda me veo a mí mismo tal y como sería ahora si hubiera tomado todas las decisiones acertadas. Veo la fama, el éxito, los grandes proyectos cobrando forma, hogar, familia, viajes y mil cosas más.
Eso está muy bien, pero hay detalles que me chocan un poco. Hay rasgos de mí que no reconozco. Hay cambios que no entiendo, como si para llegar ahí hubiera tenido que prescindir de ciertas cosas. Tal vez es razonable que sea así, aunque desde mi posición me es difícil comprender o aceptar eso.
En resumen, me da envidia lo que veo, me inspira, me sorprende, me impresiona y me da un poco de vértigo y miedo. Me inquieta, me deja intranquilo.
Cuando miro a la derecha me veo tal y como sería ahora de haber tomado las decisiones erróneas. Soledad, pobreza, miseria, enfermedad, odio, rencor, amargura, etc. Me doy pena por verme en ese estado de degradación. Y no dejo de preguntarme cómo he podido caer tan bajo.
Me preocupa más esto que veo que no el otro caso de antes.
Sobre todo porque lo siento mucho más cercano. Me identifico y reconozco de forma intensa y directa. Es más fácil caer que trepar.
Siento empatía y compasión y tomo buena nota del terrible deterioro para no aproximarme a eso ni en broma.
Es curioso el diferente impacto y efecto que produce cada alternativa. Si hay algo en común es el miedo, el miedo a cambiar a peor, el miedo a cambiar demasiado. Y también el miedo parece la clave para llegar a cada extremo. Por un lado superando todos los escrúpulos, dudas y temores. Por otro lado entregándose más y más a ellos.
Avanzar por la vía es fácil, todo recto y siempre hacia delante. De tanto en tanto surgen desvíos hacia un sentido o el otro. Aparecen con muy poca frecuencia, así que hay que estar preparado de antemano si uno desea cambiar de rumbo. Hay que estar atento.
Algunos desvíos llegan abiertos por sí solos y si no te interesan tienes que reaccionar a tiempo. Los descuidos se pagan caros.
La comodidad de la rutina es engañosa y traicionera.
Es esto lo que deseo? Estoy siguiendo el rumbo correcto?
Y si me equivoco en el desvío? Compensa la oportunidad el riesgo?
En ningún caso veo el camino que ha seguido cada uno para llegar donde están. Puedo imaginarlo, suponerlo, pero eso es incierto. Quién no te dice a ti que tras la gloria se esconde la ruina y tras la ruina la gloria. No sé. Igual es una paranoia, pero puede ser que si uno arriesga demasiado, se meta en una montaña rusa con altibajos incesantes.
La estabilidad es una virtud, el anquilosamiento un problema. Hay que estar atento.
Es curiosa la asimetría a la hora de conectar con una u otra posibilidad. La propensión a lo negativo a lo mejor es normal o tal vez sea sintomática. Quién sabe. Sí parece claro que esa asimetría actúa como llamada de atención, como aviso, como autoprotección, como seguro.
Pero, y lo otro? Tal vez llama a examen, a revisar los impedimentos, las barreras que uno ha establecido, los límites que no me doy permiso para cruzar. Y al mismo tiempo también revela posibles inconvenientes tras esa aparente maravillosidad, como dicen los de allende.
Casi estoy por imaginar que esas alternativas no son más que visiones de realidades paralelas, que no están pensadas específicamente para poder ser alcanzadas ni realizadas desde donde estoy. Si lo piensas bien, tiene sentido. Para poder ser ahora mi yo óptimo, las decisiones adecuadas tendría que haberlas tomado desde mucho antes. En todo caso sirven de ejemplo de posibles futuros similares, pero eso es siempre incierto.
Pienso que sería interesante dialogar un poco con cada uno de ellos. Que podríamos aportarnos pequeñas observaciones, algún consejo útil para nuestras respectivas situaciones. Pero luego lo pienso mejor y creo que no, que sería más bien confuso y desorientador. Cada uno tenemos nuestra forma de valorar lo de los otros en base a nuestra propia experiencia.
Mi punto de vista poco puede ayudar al sobrado o al necesitado, más allá de lo tópico y evidente. Y lo mismo ellos conmigo. No hay que perderse en quimeras. Cada uno con su vida, con lo bueno y lo malo que tenga. Lo demás son antojos y desvaríos. Distracciones, proyecciones.
En todo caso puedo extraer mis propias apreciaciones de la mera contemplación de sus ejemplos. En el fondo siempre funciona así. Uno es el único responsable de procesar y elaborar cada información para darle sentido y provecho.
Además hay que tener en cuenta otra cosa. Al ser un tren arrastro una serie de vagones, que simbolizan las cargas del pasado, los asuntos no solucionados. Cuantos más vagones menos capacidad de maniobra hay. Si uno se pone a tomar desvíos a lo loco distorsiona toda la organización, la estructura de los vagones, atorando cada vez más la marcha y con serio riesgo de descarrilamiento.
Visto así, tal vez lo óptimo y lo pésimo sirven para saber guardar el equilibrio. Exceso, defecto, mesura. O tal vez esto no son más que justificaciones baratas y soy una rata miserable, cobarde y conformista. Vete a saber, jeje.
los indicientes
Los indicientes viben en la indicientia y por eso son indizientes. Yo no soy indiciente pero mi tio si. Antes no, antes era normal pero luego se izo indicierte. Ya no ma acuerdo de como era porque yo aun no abia nazido.
Los indicientes no tienen casa ni juguetes ni tele ni nada. Viven en la calle y menos mal que eso porque si no a ver que si no.
Si ves a un indiciente tienes que acer como si no esistiera y que no lo ves, esto es un juego que me a enseñado mi mama.
Los indizientes no acen nada pero guelen mal. Eso es porque no se duchan y si no te duchas te buelves igual como un indinciente y ya te quitan los juguetes y la cama y la casa y todo y te tienes que ir a la calle a bivir. Los medicos tanbien ponen indiziones pero eso no te vuelbe indiciente creo.
Si te aces imdiciente te pueden acabar en la carzel porque si no la calle ya estaria yena y no se puede ni andar. Es como la loteria si te toca te a tocao y te bas a la carzel a vibir con los presioneros y los dilincuentres. Y muchos lleban tatuages asi que fijate lo malos que son. Yo lo se porque me lo a contao mi mama.
A beces los indizientes son alguno malo y te quieren robar y sequestar. Si te sequesta un indicente eso es malo porque tu mama se pone mu triste y yora mucho y yo no quiero que mi mama se ponga tistre y yorar que tampoco.
Aora ya no se como es mi tio, a lo mejor igual resulta que lo e bisto alguna ved y como no se quien es no me e dao quenta. Ademas como tengo que como que no beo a los indiziestes pues entonces no lo se.
A lo mejor ya se a cansao de ser indiceite y quiere ser otra bez mi tio, yo quiero que sea, pero primero se tiene que duchar y luego lla podemos jugar y todo, pero mi mama dice que ya no esta, que se a ido a no se donde y yo quiero poner carteles de se busca.
Que pongan: Se busca un indiciente de la indiciencia que se a perdido y que ademas es mi tio para que lo enquentren y que benga a mi casa con mi mama y mi y que me aga regalos y que me enseñe muchas cosas.
Pero mi mama no ma dejao asi que a si, pues nada.
Los indicientes no tienen casa ni juguetes ni tele ni nada. Viven en la calle y menos mal que eso porque si no a ver que si no.
Si ves a un indiciente tienes que acer como si no esistiera y que no lo ves, esto es un juego que me a enseñado mi mama.
Los indizientes no acen nada pero guelen mal. Eso es porque no se duchan y si no te duchas te buelves igual como un indinciente y ya te quitan los juguetes y la cama y la casa y todo y te tienes que ir a la calle a bivir. Los medicos tanbien ponen indiziones pero eso no te vuelbe indiciente creo.
Si te aces imdiciente te pueden acabar en la carzel porque si no la calle ya estaria yena y no se puede ni andar. Es como la loteria si te toca te a tocao y te bas a la carzel a vibir con los presioneros y los dilincuentres. Y muchos lleban tatuages asi que fijate lo malos que son. Yo lo se porque me lo a contao mi mama.
A beces los indizientes son alguno malo y te quieren robar y sequestar. Si te sequesta un indicente eso es malo porque tu mama se pone mu triste y yora mucho y yo no quiero que mi mama se ponga tistre y yorar que tampoco.
Aora ya no se como es mi tio, a lo mejor igual resulta que lo e bisto alguna ved y como no se quien es no me e dao quenta. Ademas como tengo que como que no beo a los indiziestes pues entonces no lo se.
A lo mejor ya se a cansao de ser indiceite y quiere ser otra bez mi tio, yo quiero que sea, pero primero se tiene que duchar y luego lla podemos jugar y todo, pero mi mama dice que ya no esta, que se a ido a no se donde y yo quiero poner carteles de se busca.
Que pongan: Se busca un indiciente de la indiciencia que se a perdido y que ademas es mi tio para que lo enquentren y que benga a mi casa con mi mama y mi y que me aga regalos y que me enseñe muchas cosas.
Pero mi mama no ma dejao asi que a si, pues nada.
el alimento de las estrellas
El fuego dice quemo quemo quemo.
El agua dice mojo mojo mojo.
El aire dice vuelo vuelo vuelo.
La tierra dice quedo quedo quedo.
El hombre se va encontrando con los elementos y, si los escucha, aprende. La primera lección es muy sencilla. El fuego quema, el agua moja, etc.
Después hay que escuchar con más atención. Los elementos tienen mucho más para contar. Y lo que cuentan es cada vez más elaborado y profundo. El hombre que así escucha aprende a ser su hermano y participa con ellos.
La vida es una conversación, un diálogo. Tanto más rico cuanto mejor sepa uno atender a la otra parte. El coro de voces es infinito. La música creada entre todos es sublime.
Hay quien nunca pasa del primer estadio.
El que no aprende a escuchar tampoco puede elaborar su discurso interno. Así, se queda siempre en lo más inmediato y elemental.
Cuando llueve dice que llueve, cuando hace frío dice que hace frío.
Receptividad primaria de cortísimo alcance y paupérrima capacidad. Observaciones efímeras y estériles, que nacen de una incomprensión enorme, tremenda.
Una inmensa ignorancia, una inexperiencia absoluta, una desmemoria insondable, unas sensibilidad y permeabilidad inestrenadas, inentrenadas. Virgen, en el más deplorable de los sentidos.
Tal ineptitud es fruto de una desadaptación, de un crecimiento anómalo, de una cultura malformante. La maquinaria fabrica lerdos, la naturaleza alumbra sabios. Por eso es esencial aprender a escuchar, observar, atender, captar, gestionar la atención, enfocar, procesar, abrirse, participar, dialogar, etc.
La estulticia se manifiesta por necesidad, porque no encuentra el eco oportuno en el interior de la persona, y por tanto no le queda otra que expresarse en el exterior, tomar forma, hacerse presente, para así crear una nueva oportunidad de asimilación. Tal vez con la ayuda de algún interlocutor.
El que vive en la superficie está a merced de las circunstancias, desvalido, incapacitado para asimilar cada cambio. En ese estado el miedo es casi permanente, los elementos se le presentan como amenazadores, temibles, imprevisibles, caóticos.
La vida entonces no es sino tormento, preocupación, pesadilla.
Confusión, angustia, espanto.
El necio se ve arrinconado y busca refugio en lo más rudimentario. La rutina salva, atenúa y disimula todo aquello que le falta por aprender. Le da una falsa apariencia de normalidad, estabilidad y seguridad a su vida.
Sin embargo, la realidad cumple su cometido, ya sea por un camino u otro. Nadie escapa a su destino.
Quien crece en sintonía con el canto de la vida encuentra la dicha y el sentido en su existencia. Participa en equilibrio, fluye en armonía, de ahí que sepa estar en silencio, en paz consigo mismo y con lo que le rodea.
El que se forma bajo otros criterios, alejado de la naturaleza, tiene muchos más problemas para desarrollarse y conectar con lo auténtico y gozoso.
Todos los fuegos el fuego. De lo particular a lo general. El hermano fuego tiene muchas caras con las que presentársenos. Conócelas todas, aprende qué cualidad ofrece cada una.
En la gran familia, igual de importante es conocer a los miembros como al conjunto. Cuando observamos el detalle apreciamos las propiedades, cuando miramos la globalidad vemos la organización.
De nada sirve lo uno sin lo otro.
Madre tierra, padre cielo, hijo hombre. Madre cielo, padre tierra, hijo hombre. Padre hombre?
La tierra, el hombre y las estrellas formamos un todo, un ecosistema. Según se mire podemos ver diferentes órdenes de importancia. Cada jerarquía posible tiene su pertinencia.
Pero cada una nos lleva por un derrotero. Es lícito sentirse el centro de la vida, aunque sin perder de vista lo demás. El cielo y la tierra también son efectivamente el centro de la vida.
No hay dueño exclusivo. El que olvida esto cae en la lacra del ego.
Ombliguismo persistente. La peor desgracia y desdicha.
Heliocentrismo, geocentrismo, antropocentrismo. Localismos transitorios.
Hermano cielo, hermana tierra, juntos nos mantenemos y conversamos. Desde la conciencia, desde el respeto, desde el amor.
Todo lo que es está en continua y absoluta comunión, conexión, comunicación. Todo lo que es está hecho de información.
A veces lo denominamos energía, a veces materia, a veces información. Son conceptos complementarios, equivalentes. En realidad hablamos de una misma cosa.
Escapa un poco a nuestra capacidad el darle una definición más clara y completa a eso. Y tal vez así es como tiene que ser. Tenemos la mala costumbre de cerrarnos en nuestros conceptos. La vida no es para ser metida en una caja y que nos quedemos tan tranquilos y contentos.
Hay cosas que no se pueden abarcar desde donde estamos. Hay ideas que nos mueven a crecer. Aspiraciones que sólo se alcanzan tras un largo camino de maduración y crecimiento. La gracia del asunto es que lo que persigue el niño no se puede capturar, sólo cuando se hace adulto comprende que la única manera de alcanzar esa meta era transformándose a sí mismo en ello.
Así pues, todos formamos parte de esta reunión multitudinaria. Todos charlan con todos, todos intercambian vivencias y anécdotas, todos se conocen.
La tierra habla con nosotros y nos cuenta muchas cosas.
Las estrellas hablan con nosotros y nos cuentan muchas cosas.
Nosotros hablamos con la tierra y le decimos muchas cosas.
Nosotros hablamos con las estrellas y les contamos muchas cosas.
La tierra y las estrellas hablan entre sí y se cuentan infinidad de cosas.
Es un poco un lío porque todos hablamos a la vez y a veces cuesta entenderse. Nos tapamos unos a otros, nos gritamos, nos ofuscamos. Mezclamos, cambiamos lo que el otro dice. Oímos sólo lo que queremos oír.
Nos metemos en conversaciones sin cuidado ni respeto. Interrumpimos, molestamos, tratamos de desviar la conversación, cambiar de tema. Nos repetimos como loros, nos emperramos en lo que creemos que sabemos y dominamos. Nos impedimos a nosotros mismos seguir aprendiendo, seguir creciendo. Dejamos de escuchar a los demás.
Somos torpes e inmaduros, nos cansamos de no entender nada, nos molestamos, nos volvemos maleducados y cargantes. Nos llenamos de fastidio, nos volvemos insoportables, nos atormentamos a nosotros mismos. Repletos de frustración, rencor, aburrimiento, tedio, hastío, spleen, malhumor, irritación, envidia, incomodidad, agotamiento. Como un niño maleducado, malcriado, consentido y berreante que quiere que se termine la fiesta.
Y en el fondo, todos buscamos lo mismo. Reconocimiento, atención, afecto, cordialidad, gentileza, receptividad, delicadeza, sensibilidad, calidez, empatía, comprensión, amistad, diversión, alegría, simpatía, compañía, cercanía, camaradería, apoyo, ayuda, generosidad, bondad, serenidad, tranquilidad, intimidad, paz, belleza, equilibrio, armonía, amor.
Casi ná, jeje.
Ahora bien, conviene reconocer cómo funciona la cosa. Se obtiene lo que se da. Así que...
Esto es así para todos, hombre, cielo, tierra.
Entonces, nos corresponde ponernos de acuerdo, encontrar la manera de encajar adecuadamente entre nuestros acompañantes, para poder dialogar con ellos con fluidez y naturalidad.
Por eso lo primero es aprender a escuchar. Tu silencio es un regalo para el universo. Tu atención es una bendición para quien la reciba.
Meditar, orar, acordarse de lo supremo, no es sino bañar la totalidad con nuestra atención. Un autoservicio benéfico. Una reconciliación con el conjunto, un recordatorio. Reequilibrarte, centrarte en el presente, celebrar la existencia en toda su dimensión y armonía.
El discurso culposo de humillación y penitencia sobra. El juego de las autoridades no sirve más que para producir siervos dóciles y sumisos. Y borregos no faltan precisamente en este mundo, jeje.
Todo habla, todo nos cuenta infinitas historias. Nosotros estamos invitados a participar en esto. Basta con mostrar la disposición adecuada.
El amor es lo más poderoso y de máximo alcance. Su sensibilidad nos abre, nos pone en contacto, nos desnuda y hermana. Así se da la comunicación. Así se nutren las estrellas.
Para bien o para mal, nosotros siempre estamos en medio. Podemos sumarnos, añadirnos al gozo, o podemos aislarnos, separarnos, inhibirnos del todo.
El cielo y la tierra siempre están tendiéndonos cabos. Desprecio y rechazo sólo redundan negativamente en nosotros mismos. Los demás se apañan bastante bien entre sí. Aunque sería osado afirmar que nuestra actitud sea del todo irrelevante para el conjunto.
Cada duda, miedo, reserva o egoísmo nos aleja y distancia de la vida. Y esto es literal, atender a lo que nos rodea no es caprichoso ni accesorio. En ello reside nuestra existencia o desaparición.
Contadme estrellas de vuestras andanzas. Decidme de las aventuras de los hombres ciegos de corazón helado. Cuántas lágrimas os han robado? Cuántos desvelos os han causado? Cuántas emociones han despertado en vosotras?
Y tú, tierra, cuenta, dime, de las heridas que te han ocasionado, propinado, de tus secretos que han penetrado, violado, de las entrañas que te han perforado, perturbado...
El agua dice mojo mojo mojo.
El aire dice vuelo vuelo vuelo.
La tierra dice quedo quedo quedo.
El hombre se va encontrando con los elementos y, si los escucha, aprende. La primera lección es muy sencilla. El fuego quema, el agua moja, etc.
Después hay que escuchar con más atención. Los elementos tienen mucho más para contar. Y lo que cuentan es cada vez más elaborado y profundo. El hombre que así escucha aprende a ser su hermano y participa con ellos.
La vida es una conversación, un diálogo. Tanto más rico cuanto mejor sepa uno atender a la otra parte. El coro de voces es infinito. La música creada entre todos es sublime.
Hay quien nunca pasa del primer estadio.
El que no aprende a escuchar tampoco puede elaborar su discurso interno. Así, se queda siempre en lo más inmediato y elemental.
Cuando llueve dice que llueve, cuando hace frío dice que hace frío.
Receptividad primaria de cortísimo alcance y paupérrima capacidad. Observaciones efímeras y estériles, que nacen de una incomprensión enorme, tremenda.
Una inmensa ignorancia, una inexperiencia absoluta, una desmemoria insondable, unas sensibilidad y permeabilidad inestrenadas, inentrenadas. Virgen, en el más deplorable de los sentidos.
Tal ineptitud es fruto de una desadaptación, de un crecimiento anómalo, de una cultura malformante. La maquinaria fabrica lerdos, la naturaleza alumbra sabios. Por eso es esencial aprender a escuchar, observar, atender, captar, gestionar la atención, enfocar, procesar, abrirse, participar, dialogar, etc.
La estulticia se manifiesta por necesidad, porque no encuentra el eco oportuno en el interior de la persona, y por tanto no le queda otra que expresarse en el exterior, tomar forma, hacerse presente, para así crear una nueva oportunidad de asimilación. Tal vez con la ayuda de algún interlocutor.
El que vive en la superficie está a merced de las circunstancias, desvalido, incapacitado para asimilar cada cambio. En ese estado el miedo es casi permanente, los elementos se le presentan como amenazadores, temibles, imprevisibles, caóticos.
La vida entonces no es sino tormento, preocupación, pesadilla.
Confusión, angustia, espanto.
El necio se ve arrinconado y busca refugio en lo más rudimentario. La rutina salva, atenúa y disimula todo aquello que le falta por aprender. Le da una falsa apariencia de normalidad, estabilidad y seguridad a su vida.
Sin embargo, la realidad cumple su cometido, ya sea por un camino u otro. Nadie escapa a su destino.
Quien crece en sintonía con el canto de la vida encuentra la dicha y el sentido en su existencia. Participa en equilibrio, fluye en armonía, de ahí que sepa estar en silencio, en paz consigo mismo y con lo que le rodea.
El que se forma bajo otros criterios, alejado de la naturaleza, tiene muchos más problemas para desarrollarse y conectar con lo auténtico y gozoso.
Todos los fuegos el fuego. De lo particular a lo general. El hermano fuego tiene muchas caras con las que presentársenos. Conócelas todas, aprende qué cualidad ofrece cada una.
En la gran familia, igual de importante es conocer a los miembros como al conjunto. Cuando observamos el detalle apreciamos las propiedades, cuando miramos la globalidad vemos la organización.
De nada sirve lo uno sin lo otro.
Madre tierra, padre cielo, hijo hombre. Madre cielo, padre tierra, hijo hombre. Padre hombre?
La tierra, el hombre y las estrellas formamos un todo, un ecosistema. Según se mire podemos ver diferentes órdenes de importancia. Cada jerarquía posible tiene su pertinencia.
Pero cada una nos lleva por un derrotero. Es lícito sentirse el centro de la vida, aunque sin perder de vista lo demás. El cielo y la tierra también son efectivamente el centro de la vida.
No hay dueño exclusivo. El que olvida esto cae en la lacra del ego.
Ombliguismo persistente. La peor desgracia y desdicha.
Heliocentrismo, geocentrismo, antropocentrismo. Localismos transitorios.
Hermano cielo, hermana tierra, juntos nos mantenemos y conversamos. Desde la conciencia, desde el respeto, desde el amor.
Todo lo que es está en continua y absoluta comunión, conexión, comunicación. Todo lo que es está hecho de información.
A veces lo denominamos energía, a veces materia, a veces información. Son conceptos complementarios, equivalentes. En realidad hablamos de una misma cosa.
Escapa un poco a nuestra capacidad el darle una definición más clara y completa a eso. Y tal vez así es como tiene que ser. Tenemos la mala costumbre de cerrarnos en nuestros conceptos. La vida no es para ser metida en una caja y que nos quedemos tan tranquilos y contentos.
Hay cosas que no se pueden abarcar desde donde estamos. Hay ideas que nos mueven a crecer. Aspiraciones que sólo se alcanzan tras un largo camino de maduración y crecimiento. La gracia del asunto es que lo que persigue el niño no se puede capturar, sólo cuando se hace adulto comprende que la única manera de alcanzar esa meta era transformándose a sí mismo en ello.
Así pues, todos formamos parte de esta reunión multitudinaria. Todos charlan con todos, todos intercambian vivencias y anécdotas, todos se conocen.
La tierra habla con nosotros y nos cuenta muchas cosas.
Las estrellas hablan con nosotros y nos cuentan muchas cosas.
Nosotros hablamos con la tierra y le decimos muchas cosas.
Nosotros hablamos con las estrellas y les contamos muchas cosas.
La tierra y las estrellas hablan entre sí y se cuentan infinidad de cosas.
Es un poco un lío porque todos hablamos a la vez y a veces cuesta entenderse. Nos tapamos unos a otros, nos gritamos, nos ofuscamos. Mezclamos, cambiamos lo que el otro dice. Oímos sólo lo que queremos oír.
Nos metemos en conversaciones sin cuidado ni respeto. Interrumpimos, molestamos, tratamos de desviar la conversación, cambiar de tema. Nos repetimos como loros, nos emperramos en lo que creemos que sabemos y dominamos. Nos impedimos a nosotros mismos seguir aprendiendo, seguir creciendo. Dejamos de escuchar a los demás.
Somos torpes e inmaduros, nos cansamos de no entender nada, nos molestamos, nos volvemos maleducados y cargantes. Nos llenamos de fastidio, nos volvemos insoportables, nos atormentamos a nosotros mismos. Repletos de frustración, rencor, aburrimiento, tedio, hastío, spleen, malhumor, irritación, envidia, incomodidad, agotamiento. Como un niño maleducado, malcriado, consentido y berreante que quiere que se termine la fiesta.
Y en el fondo, todos buscamos lo mismo. Reconocimiento, atención, afecto, cordialidad, gentileza, receptividad, delicadeza, sensibilidad, calidez, empatía, comprensión, amistad, diversión, alegría, simpatía, compañía, cercanía, camaradería, apoyo, ayuda, generosidad, bondad, serenidad, tranquilidad, intimidad, paz, belleza, equilibrio, armonía, amor.
Casi ná, jeje.
Ahora bien, conviene reconocer cómo funciona la cosa. Se obtiene lo que se da. Así que...
Esto es así para todos, hombre, cielo, tierra.
Entonces, nos corresponde ponernos de acuerdo, encontrar la manera de encajar adecuadamente entre nuestros acompañantes, para poder dialogar con ellos con fluidez y naturalidad.
Por eso lo primero es aprender a escuchar. Tu silencio es un regalo para el universo. Tu atención es una bendición para quien la reciba.
Meditar, orar, acordarse de lo supremo, no es sino bañar la totalidad con nuestra atención. Un autoservicio benéfico. Una reconciliación con el conjunto, un recordatorio. Reequilibrarte, centrarte en el presente, celebrar la existencia en toda su dimensión y armonía.
El discurso culposo de humillación y penitencia sobra. El juego de las autoridades no sirve más que para producir siervos dóciles y sumisos. Y borregos no faltan precisamente en este mundo, jeje.
Todo habla, todo nos cuenta infinitas historias. Nosotros estamos invitados a participar en esto. Basta con mostrar la disposición adecuada.
El amor es lo más poderoso y de máximo alcance. Su sensibilidad nos abre, nos pone en contacto, nos desnuda y hermana. Así se da la comunicación. Así se nutren las estrellas.
Para bien o para mal, nosotros siempre estamos en medio. Podemos sumarnos, añadirnos al gozo, o podemos aislarnos, separarnos, inhibirnos del todo.
El cielo y la tierra siempre están tendiéndonos cabos. Desprecio y rechazo sólo redundan negativamente en nosotros mismos. Los demás se apañan bastante bien entre sí. Aunque sería osado afirmar que nuestra actitud sea del todo irrelevante para el conjunto.
Cada duda, miedo, reserva o egoísmo nos aleja y distancia de la vida. Y esto es literal, atender a lo que nos rodea no es caprichoso ni accesorio. En ello reside nuestra existencia o desaparición.
Contadme estrellas de vuestras andanzas. Decidme de las aventuras de los hombres ciegos de corazón helado. Cuántas lágrimas os han robado? Cuántos desvelos os han causado? Cuántas emociones han despertado en vosotras?
Y tú, tierra, cuenta, dime, de las heridas que te han ocasionado, propinado, de tus secretos que han penetrado, violado, de las entrañas que te han perforado, perturbado...
naranjito
El esqueleto de Naranjito sabe idiomas. Intento escribirlo pero no me sale. Es detective y tiene la misión de seguir a una delegación de árabes que han ganado el oro en las olimpiadas.
Al pasar por un camino estrecho cae a una acequia seca, con zarzas a un lado. El lugar le trae recuerdos, porque es precisamente donde está enterrado su cuerpo.
Se queda ahí paralizado, atrapado por el miedo. Sabe que va a tener la visita de su fantasma.
Al pasar por un camino estrecho cae a una acequia seca, con zarzas a un lado. El lugar le trae recuerdos, porque es precisamente donde está enterrado su cuerpo.
Se queda ahí paralizado, atrapado por el miedo. Sabe que va a tener la visita de su fantasma.
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