"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

aviso

Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



13 de diciembre de 2021

Fraudestein

El Fraudestein nues una peirsona, esun moustro echo de peazos dotras piersonas. Sa limenta de personias y no crecie haza riba que creice haza bajio. Los pies se lunden en la tierra y salargan como raicies super lejios. A Fraudestein le gusta sobre to zanparse a los que mandian, que sale del suelio por dietras y se los jama por dientro menos la piel pa que no se notie. Poeso saicho que saicho lamo del mundos y es fieliz mandiando mal y mal, poque liencanta cer susfrir a las piersonas de lo moustro ques. Fraudestein naicio ace muchios añios y ya sa trapiñao a tolos jefosos. Yaora es el el que mandia y que querie muerir a tolos diemas pa quiedarse con sus peazos yacerse mas grande an, conque mia. Asique cierle casos es fatal de fatal ques, y muchios ni sen teran del moustro ques y lacen caiso anque diga lucuras super gordias. Cai que ser melon pa crierselas que dasco elo que mientie, que tolo quice es al revies pangañiar. Que ice: Comie basura, questa mu güena; y si te ponies malo, ven que ta rieglo; que si te dole la tripa, te la ranco y te coso una nuevas; y si te quiedas sin forzas, ven que te chuspo la sangrie y te chuto otra miejor; y si pensas emasiao, ven que te saco los sesos y te los rebozo un poquio. Eso sobre to, pa que naidie se pegrunte de onde saca que saca los cachos de ripuesto y naide sestrañie de los protestosos quen desaparecien egolpe pa sienpre yas. Y lo pieor de Fraudestein es questa en tos laos tol rato pola teles, ques un piesao mintendo sin parar y sonriyendo comun bichejo rendo. Yan encima que la plauden neste mundo ememos que selo tragan to sin piensar con sus sesos de zonbis reboziaos que tenien de tanto obedecier las pieores maldeces. Eno mestraña lo contiento questa el Fraudestein acendo elas piersonas se vulvan moustros igualitas quel, pos ca si ni tiendra ques condierse ya mas y tos fielices y chispun.

30 de noviembre de 2021

lodazal de embustes

La humanidad se está desguazando.
Vemos con pasmo que la confusión predomina.
La mentira está haciendo estragos descomunales.
Ahora está saliendo a la luz la monstruosa inopia en la que vive gran parte de la población.
El engaño perdura y prolifera gracias a esa incauta ingenuidad ignorante.
Esto es un abominable circo demencial, que parece una nueva y mejorada danza macabra.
Por un lado están los esbirros de la parca y los bobos que les siguen la corriente, y por otro los que no se dejan arrastrar a esa insania y que tratan de apelar a la cordura.
Intentar abrir los ojos de quien no quiere ver, es practicamente misión imposible.
Una mente enajenada, no sabe pensar cabalmente.
Los desdichados se van empantanando cada vez más, lastrados por los equívocos que albergan.
Quien persiste en el error, antes o después se chocará con la realidad.
La realidad es como la fuerza de la gravedad.
Quien intenta oponerse a ella, debe aplicar enorme esfuerzo para distanciarse; pero todo contraempuje se agota y es derrotado finalmente.
Ese elástico retorno a la verdad, puede resultar fatídico.
A mayor alejamiento, mayor bofetada.
Lógico.
Desgraciadamente, vemos que los pérfidos han refinado sus malas artes.
Han aprendido a apuntalar y ramificar sus chanchullos embaucando a múltiples cómplices colaterales.
Así logran encadenar y simultanear diversos embustes, para desnortar de un modo u otro al personal; para que los meandros abandonados nunca retornen al cauce principal y se estanquen.
Oh, cómo les gusta la podredumbre.
Son tan felices viéndote zozobrar, que no pueden parar de embrollarte con lindas paranoias variopintas.
Esa bola de nieve, lleva rodando ya mucho tiempo y son varias las generaciones que han adoptado nociones tergiversadas.
El peso de la costumbre, dificulta grandemente el corregir esos dislates.
Las personas tienden a formarse imitando lo que les rodea.
Si tu padre y el padre de tu padre han solucionado sus achaques de una cierta manera, lo más probable es que tú sigas el mismo camino.
La tradición familiar perpetúa ideas y modos.
Los malignos saben explotar eso.
Provocan situaciones que alteran los comportamientos y se buscan las mañas para sostener en el tiempo esa modificación, hasta que pase a la siguiente generación.
Esas maquinaciones suelen ser paulatinas y disimuladas, excepto cuando les entra la prisa y pisan el acelerador.
A veces puede parecer que tratan de imponer un discurso único, pero su estrategia es bastante más retorcida.
Le sacan partido a todos los bandos.
Teniendo bajo su dominio las vías de comunicacion, fácilmente monitorizan, neutralizan y vehiculan a la disidencia.
Además, dado que llevan siglos instaurando falsedades, lo principal ya lo tienen hecho.
Las creencias son fácilmente desmontables en su faceta argumental, pero son arduas de extirpar en su parte supersticial.
Es por esto que el condicionamiento y modificación de las conductas, es una de las argucias más perniciosas.
Las alimañas se aprovechan de tus hábitos, para encaminarte por donde ellas quieren.
Les da igual remover tu cacao mental en una dirección o en la contraria; mientras seas manejable y predecible, les sirves.
Es por esto que no tienen ningún empacho en lanzar mensajes descaradamente contradictorios, pues lo hacen para que cada borrego se trague la bazofia que le corresponde.
Cuando un mentiroso lanza un mensaje alevoso, lo que busca es provocar una reacción que polarice, divida y enfrente a las masas.
El odio produce un interesante efecto barrera.
Tú procuras no mezclarte con aquellos con quienes disientes profundamente, pero eso te va haciendo prisionero de tus propias repulsas.
Esa auto-restricción va aumentando tu frustración, hasta que estallas de manera incontrolable.
La violencia así desatada, es ciega y puede recaer sobre cualquiera.
A los saboteadores les viene muy bien todo ese caos y brutalidad.
El terror les sirve para imponerse.
Cuando desconfías de quienes te rodean, te entregas a quien te ofrece aparente orden y seguridad.
Pero los tontos no comprenden que el enemigo no es su vecino, sino aquellos que siembran la cizaña que conduce a esa hostil separación.
No se dan cuenta de que los déspotas siempre van a mantener e incrementar la incertidumbre y el pánico, pues de ahí extraen su ilegítima supremacía.
Que no toleran que nadie intente desmontarles su chiringuito, que siempre están reforzando y ampliando su capacidad de mando.
Y ese es otro de los nocivos conceptos que han implantado: La idea de autoridad.
Que alguien se crea con derecho a mandar sobre otros, es pésimo.
De su natural, el ser humano establece jerarquías y consensos; pero permitir que personas concretas ostenten esas potestades, es un despropósito total.
Y lo de imponer mandatos que invaden y vulneran la más elemental integridad y dignidad humana, ya ni te cuento la absoluta calamidad que es.
Cuando los taimados se quitan sus máscaras, es que ya tienen todo atado a su gusto o que flaquean sus fuerzas.
Entonces es el todo por el todo.
Hay que aprovechar bien esa decisiva oportunidad.
Permitir el triunfo del mal, es la máxima catástrofe y condenación.
El infierno es una pamplina comparado con lo que nos tienen preparado los muy sabandijas.
No te equivoques, no te dejes liar en su telaraña de patrañas.
Revisa tus esquemas y reconsidera aquello sin fundamento que secundas.
Los mendaces dogmas que albergas, se remontan a tus inicios.
Estafar al cándido es sencillo, no necesitas ni explicaciones.
El reto está en reforzar esa desorientación a lo largo de los años.
Imprimiendo una dinámica e inercia que desemboquen en la perdición preestablecida, cuales fichas de dominó que se derriban entre sí consecutivamente.
El veneno que está corroyendo a la humanidad, nace de los conceptos erróneos que damos por válidos y buenos.
Y el rey de la actual farsa, ni que decir tiene, es el bichus.
Pensar que algo minúsculo e inerte tiene inteligencia y voluntad propias, es una imbecilidad como la copa de un pino.
Se están batiendo todas las marcas con este tema.
Ya es rizar el rizo.
Todo han sido mentiras, una detrás de otra.
Los bichus no son eso que te han contado.
Cada vez que han presentado un argumento, ha sido una falacia para proseguir en su fraude.
Descabelladas pseudo-justificaciones con las que salir del paso, que ni siquiera son coherentes entre sí unas con otras.
Si les conviene te dicen que los bichus mutan (y matan), o que aprenden y se adaptan, o cualquier otra peregrina arbitrariedad que se saquen de la manga.
De repente te vienen con el cuento de que el bichus actual es todopoderoso, capaz de volar infinitas distancias, capaz de soportar temperaturas inéditas, implacable en su poderío, inmortal como ninguno.
Y de postre, invisible y esquivo a más no poder; pues nadie lo ha capturado.
Venga ya, estamos tontos o qué?
Comulgar con ese sinsentido, es tener una visión de la vida penosamente enrevesada.
En la naturaleza hay un orden perfectamente definido y armónico que permite la existencia de todas las especies, con su abundante riqueza y diversidad.
Tiene bemoles que la última cagarruta de la creación quieran presentártela como si fuese la jodida reina del universo.
Es como si me dices que una bolsa de basura es capaz de levantarse por sí sola, salir del vertedero y arrasar una ciudad entera.
Va a ser que no.
Hay que estar mal de la cabeza para no comprender el lugar que ocupa eso y el papel que desempeña.
Pero los cortos de miras, no saben ver.
Por eso te salen con que fíjate la de enfermedades que existen y lo terribles que son.
El miedo les hace temer lo que no comprenden.
Sus mentes están desiertas de conocimiento, por eso carecen de premisas de propio cuño y andan escasos en capacidad de razonamiento.
Apenas saben cacarear las consignas con las que han sido adoctrinados.
Tienen la idea de que las dolencias saltan caprichosamente de unos a otros.
La típica manzana que pudre el cesto.
Esa frutícola metáfora, tal vez sea mejor aprovechable:
Una manzana que todavía pende en su rama y sufre un golpe o es invadida por un gusano, no se pudre sino que modera y subsana los daños hasta donde le es dado.
Una manzana que lleva ya mucho tiempo arrancada de su árbol, naturalmente que se estropea y se deteriora hasta pudrirse.
Pero la causa de eso no es ni el golpe ni el gusano.
Todo ser vivo se desvitaliza y descompone cuando es desgajado de su entorno y sustento.
Los padecimientos aparecen cuando tu desempeño o situación son insostenibles, incompatibles con la vida, parcial o globalmente.
Un niño tercermundista, está infestado de patologías; y los hipócritas lo atiborran de yatrógenos tratamientos, cuando la causa de ese colapso multisistémico es su pobreza extrema.
Esto no es ciencia avanzada.
Pero ni aún así, los memos no lo pillan.
La idea de un ejército de gusanos psicópatas que devoran manzanas a piñón fijo hasta asolar completamente el árbol, es irreal.
En la naturaleza rige la proporcionalidad.
El trastorno que un organismo puede ocasionar, tiende a ser acorde a su propio tamaño.
Y parecido ocurre con la masificación.
La propagación está condicionada por los recursos disponibles y otros factores concomitantes.
Las plagas son una rareza altamente infrecuente y de corto alcance.
Como se suele decir: La luz que brilla con doble intensidad, dura la mitad de tiempo.
Además, siempre es el desequilibrio del terreno lo que propicia o desencadena ese tipo de descompensaciones transitorias.
No aparecen aleatoriamente por capricho.
Todo ecosistema se autorregula infaliblemente.
La vida manda sobre los vivientes.
Hay un abanico de posibilidades muy específico para cada especie.
Una ameba tiene un rango de acciones y funciones muy limitado.
Esta ley se va flexibilizando conforme ascendemos en los reinos de los seres vivos; hasta llegar al humano, que es capaz de inmensas estupideces y de colosales genialidades.
La conciencia te da la inteligencia que potencia tu libre albedrío.
El mundo está construido desde el infinito hacia lo concreto.
Es por esto que las esferas superiores prevalecen sobre las inferiores.
De otro modo, comer carne de burro te convertiría en burro; y por ende solo existiría un reino de seres vivos, el más bajo.
Pretender que el mundo se estructura desde lo micro hacia lo macro, conduce a tremendos absurdos.
Y así estamos, teniendo que escuchar patochadas sin pies ni cabeza.
Ese orden trastocado, implica una cosa super graciosa:
Que la pulga imperaría sobre el perro, la mosca imperaría sobre el águila, el plácton imperaría sobre la ballena, la rémora imperaría sobre el tiburón y la hormiga imperaría sobre el oso.
Cada vez que un ratón se cruzase en su camino con un elefante, el pequeño se zamparía al grande y lo único que dejaría tras de sí sería la monda osamenta del infeliz grandullón indefenso.
Así se entiende que los miedosos teman tantísimo al bichus, pues le presuponen más capacidades que las que los propios timoratos poseen.
Si te parece que en tu cuerpo no opera ningún criterio certero, entonces el bichus es el menor de tus problemas.
Pues si no puedes confiar en que tu organismo cumpla con solvencia suficiente sus funciones, buscarás modos de suplantarlo.
Con lo cual acabarás autodestruyéndote a base de injertarte aparatejos y mecaniqueces, quedando reducido a vano autómata.
Es lo que tiene la alienación, que te descoloca la sensatez y la torna chaladura.
Quien irracionalmente se presta a pinchacitos, terminará convertido en montoncito de cables y circuitos.  
Desde luego, para los malvados ése es su sueño húmedo:
Convertir a la población en un rebaño de ineptos controlables a golpe de botón.
Luego están los semi-cuerdos, que son capaces de reconocer que el bichus es una cosa inerte, pero aun así le atribuyen capacidad de engaño a la información que contienen.
Vamos a ver:
Supón que eres un impresor y te encuentras por la calle una porción arrancada de algún periódico.
Ese trozo de papel, sería el bichus; y el fragmento de texto que contenga, sería su información.
Así pues, lo coges, lo lees y te dices: Me gusta mucho lo que dice este papelucho; tanto, que lo voy a reproducir miles de veces en mi imprenta.
Dicho y hecho.
Y luego vas y esparces esas octavillas por todo el barrio.
Hasta que eres detenido y llevado ante un juez, pues resulta que el mensaje que tan alegremente has difundido es una ofensa castigada por la ley.
Con lo cual, acabas con tus huesos entre rejas y con tu imprenta clausurada.
Moraleja: Si en tu sesera no hay inteligencia, serás pelele a merced de lo de afuera.
Con esta simplona alegoría, solo intento remarcar la absurdez de atribuirle mayor inteligencia al bichus que al cuerpo.
Pero quiero puntualizar que esa historieta no ejemplifica el esquema correcto del asunto.
Para decirlo más claro: El bichus no es un errante con ansias usurpadoras, ni un oportunista lema capcioso; sino una orgánica excreción eventual, fácilmente reciclable o desechable.
Otra analogía, quizás clarificadora, sería compararlo con los libros que se depositan en cualquier parte para que quien quiera los haga suyos.
Que yo coja uno de esos libros y lo añada a mi librería, no significa que vaya a leerlo o que vaya a dejarme sesgar por su mensaje.
Es más, mi librería está repleta de libros añejos que para nada representan mis ideas actuales; pero que sirven como testimonio de mi recorrido vital.
O sea, que la información no es formativa por sí sola sino que es tu modo de procesarla y asimilarla lo que determina el buen o mal fruto que de ella obtengas.
Una mente pasiva que consume noticiarios abúlicamente, se abarrota de ponzoñosos desvaríos.
Una mente activa que consume noticiarios críticamente, filtra lo sustancial y desecha las infectas manipulaciones subrepticias.  
Es tu conciencia la que determina tu rumbo.
Si alguien tiene apenas conciencia, es comprensible que conozca poquito la realidad y que dude muchito hasta de sus propias aptitudes corporales.  
Quien conjetura que los bichus triunfan y los cuerpos fracasan, da síntomas de padecer un síndrome de indefensión inducida.
Es lamentable caer en esa victimista incapacitación, basada en viles infundios adulterados.
Patética babosada es tener la convicción de que tu cuerpo, por un ciego antojo insensato, va a autosabotearse a las primeras de cambio.
No, la vida no funciona de ese modo desquiciado que te han inculcado.
La vida no se tira piedras a su propio tejado.
Con lo cual, la causa de los actuales desarreglos debes buscarla por otro lado.
El agente bichus queda descartado.
Ahora haz tus deberes.

31 de octubre de 2021

fragmentos

Voy de vacaciones con mi familia a una casa rural. Entramos en ella felices y llenos de curiosidad, como si esta vivienda fuese nuestra desde hace poco y la estuviéramos estrenando por primera vez. Vamos recorriendo las diferentes habitaciones para ubicarnos en su distribución y para deleitarnos con cada detalle. En un patio me topo con una rata muerta y me la meto bajo la camiseta, sobre mi ombligo. Ha sido un acto reflejo, como si me diese pena o vergüenza que los demás se asqueasen o desilusionasen al verla. Nuestra alegría vacacional es tan estupenda que no quiero que nada la chafe. Pero entonces veo que llegan por la entrada otros familiares que no esperábamos y ya me entra la prisa por buscar el modo de deshacerme del fiambre. Barajo diferentes posibilidades, pero todas tienen algún inconveniente y no me decido por ninguna. Para cuando me quiero dar cuenta, después de mucho andar de una habitación a otra, estoy dentro de la bañera dándome un baño de espuma con la ropa puesta. Y por un momento me olvido del roedor que porto escondido, hasta que lo redescubro casualmente y vuelven mis cuitas al respecto.

Estoy en una ciudad nocturna, hay poco tráfico y menos gente por las calles. Lo curioso es que a través de las ventanas de los edificios se observa densa vegetación. Es como si enormes árboles hubiesen invadido por completo el interior de todas las edificaciones. Esto me causa asombro e inquietud, pues adivino que la presión de esas plantas va a hacer estallar los cristales de un momento a otro. Y efectivamente, alguna que otra ventana revienta súbitamente. Para colmo, a mi lado está un famoso actor de telecomedia que se dedica a lanzar piedras a las ventanas. Eso me parece una temeridad muy insensata y estoy pensando en decírselo. Pero no me da tiempo, pues ya los cristales despedidos de una ventana le han alcanzado de lleno y un gran trozo se le ha clavado bajo la clavícula izquierda.

Estoy en la antigua casa de mi abuelo. Me acompaña un chicuelo que tiene sed. Abro el armarito donde se guardan los vasos y cojo uno. Pero resulta que todos los vasos allí guardados están llenos de agua casi hasta el borde. Ese peso inesperado hace que el vaso se me escape de la mano, se caiga al mostrador y se deslice con su propia inercia casi hasta llegar al borde. Por fortuna no ha seguido hacia el suelo ni ha derramado su contenido.

22 de septiembre de 2021

gracias en nombre de la ciencia

Gracias de todo corazón.
Vuestra cooperación nos ha sido de gran ayuda.
Hemos podido avanzar mucho en nuestro conocimiento con vuestra generosa participación.
Habéis demostrado ser ciudadanos de la mejor categoría, buenas personas que piensan en los demás y para nada egoístas.
Vuestro sentido de la responsabilidad y del compromiso serán justamente recompensados.
Tenéis nuestro más sincero aplauso y reconocimiento.
La más efusiva ovación y la máxima condecoración se quedarían bochornosamente cortas comparadas con lo que realmente mereceríais.
La humanidad estará por siempre en deuda con vosotros por vuestro servicio prestado.
Las futuras generaciones conmemorarán llenas de admiración vuestra altruista labor.
Seréis recordados y homenajeados como héroes modélicos y ejemplares.
Las crónicas glosarán y loarán vuestra integridad y capacidad de entrega.
Y más aún se reconocerá vuestra entereza ante el desdichado fallecimiento de vuestro hijo.
Son muchas las incógnitas que todavía quedan por dilucidar para poder establecer las causas de tan triste eventualidad.
La ciencia avanza incluso cuando tropieza o titubea.
Cada imprevisto o contratiempo nos guía hacia nuevas hipótesis a sopesar.
Con cada fracaso nos acercamos más al éxito.
Sin duda, pronto llegará el día en que podremos reparar, restituir y resarcir tan desafortunada pérdida.
Felizmente podremos proporcionaros un nuevo retoño, corregido y mejorado, con atributos y cualidades insuperables, de una salud a prueba de bombas.
Sí, próxima adivinamos la hora en que la felicidad os inunde de nuevo y no cese ya nunca jamás.
Este duro percance no habrá sido en vano, podéis estar seguros de eso.
De nuevo, una vez más, reiteramos nuestro infinito agradecimiento por vuestra comprensión y paciencia con nuestros pequeños y humanos errores.
Estos involuntarios traspiés, nos dan nuestra debida dosis de humildad y renovados ánimos para seguir superándonos.
Y así, juntos, con tan estupendos colaboradores, alcanzar por fin la gloriosa meta que tan sacrificada y esforzadamente perseguimos.

31 de agosto de 2021

tejemanejes malignos

Había una vez un planeta en el que unos cuantos malvados pretendían convertirse en los dueños de todo y de todos.
Para conseguir tal cosa, habían diseñado un plan a largo plazo.
La idea era conducir disimuladamente a la población hasta tal confusión y opresión, que acabasen abrazando gustosamente la esclavitud total y definitiva.
Pero para llegar a eso, primero había que dar muchos pequeños pasos que preparasen el terreno.
Durante siglos los malvados habían ido estratégicamente tomando posiciones, hasta establecer un orden propicio para sus intereses y una jerarquía idónea para sus enredos.
Todos los países estaban siendo sojuzgados y maniatados por igual, las nimias diferencias de estilo o método eran a la postre irrelevantes.
En todas las naciones había un documento fundacional, supuestamente consensuado, que delimitaba y establecía el marco legal.
Aquellos textos, rebosantes de palabrería biensonante, escondían una nefasta trampa.
Todos tenían una cláusula que estipulaba que en caso de emergencia las personas perdían automáticamente todos sus derechos y libertades.
Ese vil atropello era harto difícil de aplicar eficazmente, por eso los malvados llevaban muchas décadas erosionando y desmantelando al ser humano.
Una sociedad cohesiva y próspera, sanamente hermanada por vínculos significativos, era nada adecuada para el éxito de los malvados.
Por eso ellos procuraban sembrar cuanta discordia y precariedad les era posible, para socavar la integridad y los lazos de las personas y así reducirlas a embrutecidos peleles mangoneables.
Con abundantes engaños, amenazas y violencias, los malvados perpetuaban su despotismo y disfrazaban de lícita su usurpación.
Mediante la imposición de la moneda como trámite preponderante para toda actividad, mataban cualquier amago de unión virtuosa.
Y para mayor regodeo, los malvados alardeaban de 'filántropos'.
Una vez que las personas habían adoptado resignadamente esa despiadada tiranía, los malvados tenían facilísimo pastorear a las masas hasta arrinconarlas, cercarlas y hacinarlas cual reses a esquilmar.
Todo lo demás no era sino teatro distractor para que el personal no se percatase de lo que se estaba cociendo.
Y lo de las urnas era ya el colmo de la payasada, como si optar por uno u otro verdugo cambiase nada.
Cada disposición de los malvados, era presentada como si fuese la mejor y la única solución posible.
Lo triste del caso es que todos los problemas provenían de las mismas manos que luego se postulaban como salvíficas redentoras.
La hipocresía en su máximo grado.
Tales abundantes y descomunales abusos y maldades, resultaban tan notorios que cada vez más personas estaban despertando a la realidad.
Las falacias de los malvados ya solo se las creían los necios.
Por ejemplo, la deuda.
Eso de que la moneda pudiese usarse cual mercancía con la que especular y esclavizar al prójimo mediante leoninas usuras inicuas, evidenciaba las malévolas intenciones de sus acuñadores.
Y si a los usuarios les parecía normal y aceptable que sus naciones fuesen siervas durante meses o años a causa del pago de unos improcedentes empréstitos hipertrofiados, en verdad que sus mentes ya estaban preparadas para adoptar el rol de prisionero permanente.
Dado que los malvados ocupaban todos los tronos y sus súbditos se mostraban tan predispuestos al acatamiento, el plan estaba ya maduro para pasar a su fase final.
Era tan sencillo como encadenar crisis, desastres y emergencias hasta coartar completamente a las personas, secuestrándolas sin otra salida que la plena subordinación.
Y la guinda de ese perverso pastel eran las patentes.
Con el acoso, los malvados querían llevar a las personas a comulgar con la mentira.
Literalmente.
Pretendían que los bobos se insertasen un ignoto producto de aviesas cualidades.
Y gracias a la patente de dicho injerto, los malvados pasarían a ser los oficiales propietarios de cada persona.
Sobra decir que todas esas argucias y maquinaciones eran absolutamente ilegítimas y abominables.
El problema es que cantidad de personas estaban prestándose a ello por pura y simple ignorancia.
La cadena de fraudes y estafas había sido difusa y solapada, cual ladrón que opera entre las sombras.
Por eso, muchos, incautos y cortos de miras, no se daban cuenta de la perfidia que escondía cada mínimo edicto instaurado por los malvados.
Y menos todavía sospechaban el plan que aquellos estaban siguiendo, ni lo que con ello perseguían.
Daban ganas de decirles a los ingenuos:
Memos, os están cazando como a conejos y aún aplaudís con las orejas!

27 de julio de 2021

naderías de un nadador nocturno

Nacido nuevo níveo,
niñera negrita nalguda,
nene nano niñato,
nimia nana nutricia,
nexo nodo nido,
niebla nubosa nebulosa,
nativa nostalgia náutica,
nariz nuca nudillos,
navegante nudista naturista,
natilla níspero naranjada,
nómada neófito novato,
nítida noción notable,
nortante nivelado neuronal,
novedoso negocio navideño,
notificación numérico nominal,
natural nobleza noticiosa,
nefasta normativa negativa,
neta náusea nerviosa,
negligente nulidad nucleica,
neurótico nubarrón negrura,
noctámbula norabuena ninguna,
necios naipes nachos,
nihilista novelista narcisista,
novelón neolítico nigromante,
narcótico navajazo nocivo,
náufrago neón neutral,
novilunio necesitada neumático,
neozelandesa nochecita ñaca-ñaca,
notoria numismática niquelada,
nochevieja notición noviazgo,
nirvana nórdico nupcial,
novísimo nascimiento neonatal,
numerosos nietos nacentes,
noventón nutrido nudoso,
neumotórax necrosis nicho,
naftalina nardos nevada.

13 de junio de 2021

la menaza fantusmia

Pos cabia navez un mundos nel cabian unos nalos que quierian clavizar a tol mundos y poeso que sinvientaron una mientira asi egorda que casi tos se la criyieron y se golvieron mu oguedientes con to lo que dician los nalos con lo cacho trolas quera yanasi que siceron losamos facil facil po lo tontos queran casi tos de creirse se pufotimo jigantes y mierdosio con lo rollio inposibles quera quera inposibles desplicar selo a los que no quierian piensar poeso los inorantes sabian tragao se cuento yel vieneno que les derion loego omo si foera la soluscion y nuera no quera an pieor y to que los golvio moustros sin sesos dandar porai auyiando sin abliar y chucando y muerdiendo a lo lentos e menos mal o si no po culpa deso yaura el mundos suna piesadilla de loquios inposibles daguantar casta los gulipas san quiedao clavizaos po los rones piesaos y los robox saltoores que casi nai capatorias ya pa na questa to poibrido y vas a chirona de tiro yai ni te dan e zanpar ni te sacan ya mas asique mia que fatal yanencima los nalos sin parar de pieorar to con sus mientiras dasco can guelto el mundos una carciel jigantes po lo tontos can sio casi tos menos unos y los nalos esan pasao elistos eya vies.

29 de mayo de 2021

catorce velitas

Hoy este blog cumple catorce años.
Para celebrarlo, estoy ultimando una cosa especial que publicaré quizás el próximo mes o cuando sea.

Para acceder a los recopilatorios anteriores:
https://dersony.blogspot.com/2014/05/septimino-anino.html

30 de abril de 2021

importante saber

No es lo mismo tener conocimiento, que tener acceso a personas que tienen conocimiento.
De pequeño es lógico y normal recibir ayuda de adultos, para adquirir los comienzos de nuestro saber.
La transmisión de maestro a discípulo, es eficaz siempre que se dé en buenos términos.
Cuando el corazón del maestro y el del discípulo están corruptos, lo que se produce es una perversión de su relación.
La simbiosis se torna parasitismo.
El engreimiento de uno y la pereza del otro, conducen al envilecimiento mutuo.
Un mal enseñante y un mal aprendiz no buscan ningún saber, sino explotar al prójimo.
Toda criatura sapiente, tiene el deber de buscar y descubrir la verdad.
Tener esta capacidad cognitiva, acarrea la responsabilidad de utilizarla buenamente.
El desuso y el maluso de esa cualidad primordial, traen nefastas consecuencias.
El sueño de la razón, produce monstruos. Y la corrupción de la razón, ídem.
Una cultura que adopta nociones cada vez más erróneas y falsas, va de cabeza al desastre absoluto.
Caer en simplismos y memeces, es señal de poca y pobre lucidez.
La inteligencia es una cualidad de la conciencia.
Occidente tiene la manía de confundir mente con cerebro.
Eso habla muy claramente de la superficialidad de nuestra cultura.
Es una terrible calamidad tener unos esquemas tan burdos sobre la existencia.
Cuando uno no está en contacto con el significado profundo, cae en derivas nocivas.
El pensamiento-máquina y el pensamiento-mágico tienen en común su alienada lejanía de la realidad, distanciamiento que conduce a la autodestrucción.
Tanto por exceso de dureza como por exceso de blandura, la transgresión de lo esencial lleva a la perdición.
Mente licuada o mente petrificada, son igual de inservibles.
La tecnología actual está acelerando esa desubstanciación e inhumanización.
Demasiado mercantilismo y precariedad, impiden que las personas sepan razonar cabalmente.
En una alarma persistente, nadie da pie con bola.
Por eso abundan los desdichados de tan somera conciencia que tienen más de animal que de humano, pues se desconocen profundamente y subsisten sumidos en una ignorancia descomunal y horrenda.
Son tarugos confusos, vacíos de lucidez, nulos en inteligencia.
El sustrato idóneo para que la estafa y el crimen sigan medrando en este mundo.
Existir, implica aprender.
Queramos o no, nuestro contexto nos influye y condiciona.
Vivir es dialogar con la vida que nos compone y que nos rodea.
Para saber, hay que conocer. Para nutrirte, debes alimentarte.
El comprender es un proceso con dos fases principales: Analizar y asimilar. Masticar y digerir.
Cada persona tiene su propia manera de hacer eso.
Los hay más toscos y los hay más cuidadosos.
Una pobre intención y motivación, da pésimos resultados.
La mente que no sabe o no quiere pensar, vive en tinieblas.
Se podría decir que la conciencia es como una llama ígnea, que conviene avivar y acrecentar.
Son tu actitud y tu voluntad las que determinan cómo gestionas eso.
Hay un camino desidioso y uno laborioso.
Ni que decir tiene, desembocan en sitios muy distintos.
Además, conviene mantener un equilibrio en nuestra atención interior y exterior, para no caer en descompensaciones enajenantes.
Como las mentes-esponja y las mentes-pico.
La esponja, asimila pero no analiza.
El pico, analiza pero no asimila.
Ambas inteligencias son defectuosas por sus respectivas carencias funcionales.
En condiciones normales, sendos tipos de mente sabrían imbuirse y complementarse mutua y recíprocamente. Pero en estos tiempos aciagos y fatídicos de ombliguismo exacerbado, el entendimiento es casi imposible de tan improbable.
Cuando el contexto está lleno de engaño y toxicidad, ambas modalidades sufren las consecuencias de su inconsistencia.
Una mente de poca conciencia, está condenada a padecer plagas y tormentos.
La comodidad del no pensar, a la larga se paga cara.
El incauto se traga las mentiras sin ser capaz de distinguirlas, y ello le trae perdición y ruina.
El veneno predominante y generalizado, está descarrilando malamente a la humanidad.
Afectando y agravando las debilidades de cada cual.
La comedia se torna tragedia, el circo se vuelve pesadilla.
El pico se cree mejor que la esponja por su incisivo ímpetu y su intenso foco, pues nada se resiste a su poder disgregador.
Pero ese vigor se vuelve brutalidad y barbarie, cuando descuida su debida sensatez y mesura.
Quien ultraja lo sagrado, se vuelve vil déspota. Patética parodia de pseudodeidad absurda y delirante.
La esponja se cree mejor que el pico, pues sabe resonar más hondamente con lo que le rodea.
Pero esa apertura y sensibilidad se vuelven totalmente en su contra, cuando solo mira desde, por y hacia el frívolo narcisismo, desatendiendo su deber de ampliar la conciencia.
Y deviene en la típica esclava de las modas, en persona-veleta carente de criterio, que se limita a repetir las consignas del momento. Que puede mutar en arpía mezquina y sibilina.
Esos dos caminos envilecedores, la soberbia y la vanidad, confluyen en la perversidad y entonces ya solo hay negrura y muerte.
No es casualidad que la sociedad actual esté siendo corrompida y adoctrinada mediante ocios ponzoñosos y tiranías mediáticas.
Así lo social ha degenerado en un aquelarre de egolatría y fanatismo.
Una caótica ruindad desquiciante. Necia, fútil y fatua.
Una atroz exaltación de la aniquilación.
Los peleles no saben ver la danza en la que andan metidos, ni logran adivinar las manos que mueven sus hilos.
Desgraciados dislocados y descoyuntados, comulgan con la farsa a pies juntillas.
Y van perdiendo capacidades y opciones exponencialmente.
Nada hay más repulsivo y pernicioso en este mundo, que la perenne impericia inoperante.
Esa inercia acomodaticia, esa resultona pose tras la que no hay nada.
El andar con orejeras de burro voluntarias.
Tal superficialidad y cortedad de la persona vana, denotan una inteligencia tenue y endeble.
La palabra se ha convertido en arma manipuladora y traidora.
Pues donde falta conciencia, prolifera la iniquidad.
Los taimados imponen un relato adulterado y conducen a la masa hacia el acantilado.
A estas alturas muchos ya deberían haber despertado, pero se resisten a abrir los ojos.
Pues la curva de aprendizaje que les aguarda, se les antoja demasiado empinada.
Prefieren seguir siendo memos calamitosos, propiciadores de catástrofes.
Incapaces de calibrar ni sus propios afectos, cuyos arrimos o se pasan o no llegan.
Perpetuadores del dialecto impío de los brutalizados.
Tanta ineptitud, nos aboca a un abismo de fauna degradante.
Perder el norte, implica dar bandazos desguazantes.
La locura es per se inestable y extremante.
Los vaivenes de la estupidez, son igual sinsentido en todas sus polaridades.
Por eso hoy abundan las leyendas negras y las leyendas blancas.
Hay un exceso de mitificación.
La ignorancia provoca ese tipo de esperpentos.
Las ideas se vuelven deformes y grotescas cuando no vehiculan realmente nada en sí mismas, cuando no contienen verdad alguna.
Estar vacío de inteligencia, te lleva a caer en la falacia del especialista.
Esa idea de que el saber debe estar compartimentado y que solo ciertas eminencias tienen derecho a pontificar sobre su área de conocimiento, es una perversa engañifa.
Los taimados se sirven de todo, con tal de someter y tangar a los demás.
La mentira, el engaño y la fuerza bruta son sus herramientas principales.
El abuso actual, habla por sí solo.
Es abominable la extorsión que están promoviendo y aplicando los malhechores.
Con su doctrina del miedo, tienen sometidos a los ignorantes.
A pesar de que su relato es notoriamente insostenible y ridículo.
Pobres los insensatos que se tragan semejantes embustes. Se dejan poner la soga alrederor del cuello y convencer de que esa es la única solución posible.
Luego, cuando el suelo desaparezca bajo sus pies, será demasiado tarde para recapacitar.
Y cabe señalar que el recapacitar, trae un se capacitar.
Por eso, ahora que aún estás a tiempo, que no te la den con queso.
Piensa, por favor, piensa. Indaga, investiga, estudia y aprende.
Demuestra que dentro de ti hay un ser humano y no una bípeda bestia en ruta al matadero.

31 de marzo de 2021

la estupidez galopante

La cultura imperante, está repleta de falacias perversas y dañinas.
Esto hace que muchos den por válidas algunas nociones profundamente erróneas.
La consecuencia de eso, es que los incautos se ponen en manos de los malvados.
La mentira es una sucia estrategia que lleva demasiado tiempo operando sobre la humanidad.
Esto nos habla claramente de la tremenda inmadurez de nuestra civilización.
El engaño y la estafa son tan predominantes, que han trastornado el sentido común de la mayoría.
Hoy, la lucidez y la cordura son una rara excepción.
La falsedad contamina todos los estratos del conocimiento establecido.
La versión oficial del saber, es una farsa abominable.
El esquema general, está pérfidamente amañado y distorsionado.
Esta pesadilla se sustenta en unos cimientos nefastos, en silogismos y ecuaciones absolutamente disparatados.
El sistema se encarga de incrustarnos a machamartillo esa fórmula para la calamidad.
Y la única manera de desechar eso, es revisando nuestros axiomas medulares, asumidos irreflexivamente.
Lo ideal sería que cualquiera pudiese minuciosamente estudiar por sí mismo, de primera mano, los rudimentos fundamentales.
Sin embargo, se comprende que no todo el mundo tiene ni la pericia ni el instrumental idóneo para tal propósito.
Cosa que se podría solventar con un correcto uso de las instalaciones y recursos oficiales.
Pero como eso no tiene pinta de que vaya a suceder pronto, más vale aprovechar muy mucho los esfuerzos realizados por nuestros predecesores.
No todo es basura tóxica en la historia oficial.
Siempre hay honrosas excepciones.
Solo hace falta tener buen discernimiento para separar el grano de la paja.
Repasando cuidadosamente la línea temporal y comparando los hallazgos favorecidos y los ninguneados, se aprende a detectar los sesgos taimados que nos han desviado por mal camino.
Poco a poco, a base de corruptelas y chanchullos criminales, se ha instaurado una cultura de la muerte cuyos preceptos son rastreros, degradantes y absurdos.
Esa lógica adulterada, convierte al ser humano en una patética maquinaria inútil.
Quien adopta ese modelo, va a la perdición.
Cosa más que evidente hoy en día, pues las personas son tratadas como memas mercancías, como mero ganado, cual escoria molesta y despreciable.
Y para colmo, todo ese abuso y atropello se disfraza mediante una palabrería descomunalmente hipócrita.
En nombre de la paz, te asesinan.
En nombre de la salud, te envenenan.
En nombre del progreso, te degeneran.
Por eso, es crucial desaprender los embustes que presuponemos certeros y aprender a reconocer los indicios de lo verdadero.
Para asomarse realmente a los misterios de la vida, hay que mirar con ojos limpios y corazón puro.
Lo sutil requiere sinceridad, integridad, agudeza, para comenzar a desentrañar sus secretos.
Una conciencia embrutecida, dañada y desorientada, solo captará delirios y espejismos.
La sabiduría se distingue de la necedad, por su integrativa coherencia omnímoda y por su calidad nutritiva.
Estar en sintonía con la verdad, te sienta bien y te alienta hacia lo trascendental.
El significado auténtico y la virtud, van de la mano.
Conocer, implica amar.
Por eso, Dios y lo sagrado son cuestiones ineludibles para el investigador genuino.
Dicho lo cual, veamos ahora el lío que nos tienen montado en el ámbito de lo microscópico.
Los estafadores se parecen a los prestidigitadores, pues buscan embaucarte en su relato, para que no percibas las infectas triquiñuelas con las que te están timando.
Ellos ponen todo su empeño en aprovechar nuestros puntos débiles, nuestros puntos flacos, nuestros puntos ciegos.
Dado que estudiar lo microorgánico es bastante asequible, ellos han pergeñado otro villano mucho más escurridizo e inescrutable, propicio para sus fraudes.
A ese fantasmal esbirro, lo han bautizado con un nombre de raíz ponzoñosa.
Y lo han sobrecargado de connotaciones temibles, inundándonos de noticias espantosas en las que le atribuyen una malignidad y destructividad sobrehumanas.
Así, se sirven de ese ficticio espanto para encauzar a la población hacia una pésima pauta insana.
Si lo piensas, es un truco de lo más elemental.
Basta con convencer a la gente de que, allí donde no alcanza su vista, existe un enemigo terrible y que, por supuesto, solo las autoridades pertinentes pueden detectarlo y derrotarlo.
Cuando los medios informativos están bajo tu poder, es pan comido inculcar esa idea.
Es cuestión de insistencia y tiempo.
Ellos saben muy bien cómo cebar las mentes hasta exacerbarlas.
Saben que la clave está en generar una psicosis inicial, y que luego basta con dejar rodar la mentira por su propia inercia.
A cada país le meten miedo presentándole exageradas noticias catastróficas de sus países colindantes.
Y quien dice exageradas, dice inventadas.
A eso se le llama sembrar un ejemplo tergiversante.
Luego ese temor lo mantienen vivo, a diario, con datos y cifras aislados de todo contexto.
Hay una refinada perversidad en esa manera de manipular al público.
Al presentar única y esquemáticamente los fatales desenlaces, inducen a elucubrar inquietantemente.
La omisión de los detalles importantes, hace que la imaginación se dispare descontrolada.
Ellos fabrican el escenario lúgubre, y el monstruo lo añades tú.
Llevan tanto tiempo estudiando nuestro carácter y nuestras peculiaridades, que saben perfectamente tocarnos la fibra sensible con unas pocas palabras específicas.
Y para mayor seguridad, vigilan nuestras reacciones ante cada uno de sus envites.
Miden nuestra temperatura colectiva y la modulan a su antojo, con abundantes contradicciones y sobresaltos repentinos.
Pastorean a la masa mediante frecuentes bocinazos y latigazos, que ríete tú del perro de Pavlov.
Además, los canallas se cubren astutamente las espaldas.
Sus afirmaciones están cuidadosamente calculadas para dar a entender cosas que realmente no dicen.
Cualquier intento de pedirles cuentas por sus engaños, desembocaría en una sanción obscenamente insignificante.
Ellos diluyen muy hábilmente sus responsabilidades.
Se saltan la lógica con un descaro pasmoso y juegan insolentes al equívoco con premeditadas ambigüedades.
Para ellos, desmentir equivale a rementir.
Se sacan de la manga a un sospechoso, y en un abrir y cerrar de ojos lo convierten en el culpable único e incuestionable.
Llevar la voz cantante, les permite imponer sus viles engaños.
Por ejemplo, el mito del bicho asesino.
Eso les está dando mucho juego, pues a cada temporada se inventan uno nuevo y le sacan todo el partido que pueden.
Con la magia de las palabras, enredan a la gente.
Tal cual.
Eligen algunos síntomas y se los atribuyen al nuevo engendro de turno.
Solo con ponerle un nombre corto e impactante, que cale, ya tienen media receta hecha.
Luego lo condimentan con confusas imprecisiones, y ya tienes a todos enfangados en un caos horrendo.
El negocio de los farsantes consiste en marear a los cándidos, ofuscarlos con cifras y tecnicismos sin sentido.
Para llevar a cuantos más puedan al delirio y al desastre.
Vendedores de humo de la peor calaña.
Y volviendo a lo que iba: El susodicho bicho, de bicho no tiene nada.
A esa diminutez es mejor llamarla escombro.
Ese cambio léxico es importante.
Cualquiera comprende que el escombro es producto del desmoronamiento de una edificación, y no al revés.
Es una ruin engañifa mostrar un escombro próximo a un edificio y pretender que dicho fragmento está atacando a la construcción, que los huecos que se aprecian en el muro no son desprendimientos sino dentelladas.
Te cuentan la película al contrario de como es, para llevarte hasta el desquiciamiento y la alienación.
Ese cuento demencial, persigue robarte tu capacidad de desarrollo, restarte poder.
La fábula de la hormiga derrumba-montañas no puede ser más inverosímil, pero, increíblemente, todavía les sigue funcionando.
Y si eso lo combinamos con los mitos respecto al código matricial, ya la paranoia es descomunal.
Tal vez con un ejemplo mecanicista, esto quede más claro para algunos:
Imagina que en un descampado están los restos dispersos de un coche abandonado.
De repente, el tubo de escape cobra milagrosamente vida y, con su sola fuerza de voluntad y su inédita inteligencia, se eleva del suelo y se dirige flotando hacia una fábrica de automóviles.
El tubo cruza la fábrica y entra en el despacho del director.
A continuación, tira por la ventana al susodicho jefazo y ocupa su puesto.
El tubo organiza una reunión para comunicar sus nuevas directrices, que consisten en modificar la cadena de montaje al completo, para fabricar un modelo de coche de la competencia.
Hipótesis descabellada a más no poder.
Pero esa es exactamente la patraña que nos están vendiendo.
Tiene bemoles la cosa.
Entre tanto mito de nanobichos y códigos matriciales, han montado una sopa de lo más insensata.
Nos quieren convencer de que en dicho código residen los planos arquitectónicos de nuestro organismo.
Pero eso no es exactamente así.
Si a algo se parece esa cadena de información, es a un listín telefónico.
Solo te proporciona direcciones de contacto.
Los malvados sueñan con podar ese listín y llenarlo de datos falsos.
Pero eso es más fácil de decir que de hacer.
Por eso sus estrategias son tan indirectas y retorcidas.
El caos y la mentira son sus herramientas predilectas.
Pues solo si inducen el miedo, logran agitar, alterar, desequilibrar y lesionar a los ingenuos, propiciando su decadencia, resquebrajamiento y desintegración.
En resumen, su ambición es sencilla a la par que abyecta: Quieren arruinarte, reducirte a pinche despojo, barrerte y tirarte al vertedero.

28 de febrero de 2021

el cocinamiento

El cocinamiento suna cosa esan invientao los nalos del mundos pa fastillarnos a todios poque can echio una mientira mu gorda pangañiar conun moustro pantoso peo que nuesiste poques una trola asi denormes. Y poeso tamos prisonieros encierraos comunos guillanos yeso es ellios eson y mas an. Pola teles nuacen mas quiablar del moustro peo nunca lo saquian poque no se vie y tol rato no saen maque dicir numerios sin parar y namas quesun rollio superpesao. Meos mal ecasi ni vemos la teles de lo basura ques y juegamos an monton ecosas que mas. Peo avecies maburro y mio pola vientana y veo la calles vacia de gentie yes mu raro calo mejior es vierdaz cai un moustro esa comio a tol mundo peo no poque si no cabria sangres y uesos porai y nai niuno nanai que vas. Anencima emi papa ma diejao sus trismaticos ye visto cai nalos en los tiejaos que riesulta can puesto rezes epesca en tolas puertas yestan ai perando esalga arguno esu casa pa caziarlo y llievarselo conque mia lo nalos eson cojala nevie masimas y se congielen pa sienpres. Peo lo rao es eno se cansian y siguen esiguen con la mientira que cavez es mas inqueible emas anque tavia ai lelos e sela cren y salien a plaudir comunos monos. Yaura van los nalos y sinventian otra trola an mas gordas duna pocimas espantamoustros que si te la tragas te diejan salir peo solo a pasiear con caena y colliar comun perro. Y muchios ya ni volven del pasieo poque elos diestripan nel matadiero yesas la bafofia que te rieparten los paquetieros y meos mal quen casa no comiemos carnes o si no brr. Ya vecies mi mama lliora comuna magladena destar prisoniera peo mi papa la cuida y le dicie tancrila questa piesadilla no va sieguir mas y loego a los nalos los aremos papillia yao vieras ya.

20 de enero de 2021

raja pieligrosa

Nel suelo ela cochiera ai una raja que no cabe niun paliyo de flaca ques, yes rara poque solo va de lantrada asta tres palmos y loego sacaba. Que ni se sabe comua salio, poquel suelos de cienento y mas duro cuna piedra. Y yo ni mabia dao cuentas questaba ai, asta lotro dia que la vi ela vi y me quiede tope rato mirandonla ai cierca. Que canto mas la mirasba mas ñedo me daba, que que paecia quiba salir dai una raña o yo que sie. Peo lo raro es canasi no pudia diejar de miranla sin ni parpadiear. Y yo me crieia cosas cavez mas raras que mas de la raja isa, que paecia como si se corvintiera en otras cosas peo sin canviar de formas ni na. Quesque mi maginasba toeso que paecia que paecia, quera comuna sornisa malisna o una tranpas o una sierpente miminuta o una goarida fropunda. Peo lo pieor fue lueguio pola nosche, cando me fi ala cama a mimir y suñie con la raja. Que macercaba a miranla y me caia por eyia y ya no pudia parar dir acia vajo tol rato. Poque mabia salido del mundo como nun vidiojego cando ai un fayio y tescurres del mapas. Yera orrisble que mas de piensar en lo inposibles quera vulver y que mabia pierdido pa senpre jamias. Sin ya ni podier ya vivir niuna cosa niotra, solo el orror irtenminable de caer tol rato sin fin. Y la jigantisma pena eme daba lo liejisimos questaba, nesa tierrible niegrura de nunca cabar. Y meosmal que me dispierte, cabia sio una piesadiya mu mal y pieor que mas. Y fijate o si no, que uf.