"Sin amor no hay libertad, sino egoísmo que es el infierno."

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Este blog no está recomendado para menores, así que tú mismo con tu mecanismo.

fin del aviso



31 de diciembre de 2024

el ajedrez de los malvados

Una vez más los malvados han hecho de las suyas.
Esta vez la cosa va de terrorismo hídrico.
Han destruido brutalmente una zona especialmente vulnerable a ese tipo de ataque.
Y para más recochineo, están reteniendo la ayuda que semejante desastre requiere.
Porque quieren alargar el trauma, llenar a la población de sufrimiento y provocar una reacción ciega de rabia.
Ellos siempre persiguen varios objetivos con cada una de sus maldades.
Esclarecer el procedimiento y constatar los directos responsables de todo esto no es sencillo, pero hay detalles que saltan a la vista.
La flagrante omisión de socorro, por sí sola ya pone en evidencia a sus autores y te muestra su cruda maldad.
Sólo el inepto absoluto puede atribuir esto a supuestas negligencias.
En este plan oscuro están actuando muchos implicados perfectamente coordinados, todos patente y pertinazmente despiadados.
Los ingenuos siempre caen en el error de comprar el falaz discurso de los malvados, sin prestarle atención a los actos que mientras tanto cometen.
Eso demuestra lo lejísimos que están y estarán siempre de la verdad.
Por sus actos los conoceréis, no por sus palabras.
En cierto sentido, esto es un examen.
Nos están tomando el pulso, para ver hasta qué punto pueden dominarnos.
La manipulación de los medios de comunicación está llegando a unos extremos vomitivos.
La falsedad campa a sus anchas.
Y los borregos siguen comulgando con esa bazofia.
Esto tampoco es novedad, ni tiene demasiado mérito.
Es muy fácil timar a un tonto.
Lo que tenemos que comprender es que el mal no se conforma sólo con engañar a la mayoría.
Lo más retorcido y complejo de su plan se enfoca en la población más despierta, porque una pequeña chispa puede desencadenar una gran reacción.
Todos los canales de televisión repiten como loros la versión oficial,
salvo la habitual excepción minoritaria.
El mal siempre deja algún resquicio para la disidencia, porque le sirve para diversos fines.
Por supuesto, dicha disidencia está requetecontroladísima.
Ellos la utilizan para plantar ideas y personas.
Les encanta fomentar la paranoia, alimentar sospechas a partir de indicios extraños y raras casualidades.
Seguramente la mitad de ese embrollo sea verídica y la otra mitad falsa, pero la mezcla resulta ciertamente dañina.
Y así estamos, medio tarados.
Si no logramos examinar la realidad, difícilmente conoceremos la verdad.
Por eso la ocultación de pruebas y la difusión de falsedades, son síntoma de estar en malas manos.
La disidencia está lejos de ser fiable, porque la verificabilidad de lo que proporciona es igual de endeble que lo que emiten los demás medios.
Los malvados le sacan mucho provecho a la disidencia.
Entre otras cosas, puede servirle de palanca de cambio.
El poder en la sombra siempre trabaja con varios posibles escenarios, y procura ir varios pasos por delante en todas esas ramificaciones; por eso necesita colocar unos cuantos títeres carismáticos en diferentes lugares estratégicos.
Así, sea cual sea la dirección en la que se desarrollen los acontecimientos, ellos tendrán ya allí a su polizón para capitanear y encauzar la cuestión.
Cuando el caos y la indignación son máximas, todo el mundo se alía con el primer líder que encuentra.
Los mesías de la disidencia pretenden ser sublimaciones personificadas de nuestros anhelos y esperanzas.
Justicia, honradez, integridad, inteligencia, valentía, bondad, etc.
Demasiado bonito para ser cierto.
Para los malvados es sencillo encumbrar a cualquiera, pues tienen la manera de amañar la visibilidad.
Ellos colocan el foco donde les interesa y trucan los números para trampear la preeminencia de sus peleles.
Y lo mismo al revés: Silencian y ningunean a quien no les interesa.
No es la primera vez que nos cuelan un supuesto salvador que promete arreglarlo todo y luego resulta ser tremendo farsante.
Hay que prestar mucha atención a cómo siembran a esos infiltrados.
Cuando alguien sobresale de repente y parece salido de la nada, más vale que empieces a sospechar muy mucho de ese alguien.
El problema es que hemos adoptado un modo de vida que nos tiene demasiado atomizados y alienados, con lo cual todo está demasiado descontextualizado.
Piénsalo bien.
Por internet sólo puedes ver fragmentos inconexos, porciones que lo mismo pueden ser auténticas como prefabricadas.
Además, el mal siempre te va a proporcionar distintas teorías de la conspiración, para que te decantes por la que tú prefieras.
Al final, te lo montes como te lo montes, terminarás zampándote una dosis de engaño.
El juego consiste en exagerar, en distorsionar la realidad, en caricaturizarla para sobrecargarte y extremarte, para hacerte incompatible con tu vecino.
Estamos en el tiempo de los ídolos con pies de barro.
Por eso vamos de mal en peor.
Y la solución, mucho me temo, no consiste en encontrar otro sustituto óptimo y genuino.
Debemos adoptar un nuevo modo de organizarnos, establecer una estructura que impida el abuso y la corrupción a todos los niveles.
Sin jerarquías pero sin anarquía.
El reto consiste en diseñar esto minuciosa y previamente.
Salir a pedir un cambio sin concretar el qué y el cómo, es hacer el bobo.
Si tú pretendes improvisar y ellos tienen casi todos los ases bajo la manga, imagínate cuál será el resultado.
Te volverán a timar.
Una vez más, aceptarás uno de esos cambios que no cambian nada.
Las mentes perezosas nunca van a definir y preparar cuidadosamente su rumbo, ya que les es más cómodo que se lo den todo hecho y quedarse con la opinión establecida, aunque ello implique abrazar una mentira monstruosa y ser conducido a un abismo atroz.
La papilla que les da la televisión les basta y les sobra.
El cretino sigue teniendo buena opinión de los altos cargos asesinos,
porque no le atañe directamente la matanza.
En la mente simple no cabe la comprensión de la gravedad de una aniquilación que no ha presenciado, ni el alcance y distribución de las pertinentes culpas y responsabilidades.
Yo no sé si sea posible despertar a semejantes lelos, pero al menos los demás no aupemos a nuevos tiranos disfrazados de redentores.
Si lo examinas con detenimiento, casi todo es sospechoso.
Pero lo que está claro es que todo está siendo orquestado para que al final la población salga perdiendo sí o sí.
Poco a poco, se nos está esquilmando y esclavizando.
Pero el colmo es que muchas personas de buen corazón están siendo cómplices de esta criminal maquinación.
Esos que dicen sólo estar cumpliendo órdenes, merecen la horca.
Lo que aquí está en juego es demasiado serio.
Dejemos de aceptar pretextos inaceptables, excusas insostenibles, disculpas intolerables.
Las leyes son perversas y la senda que llevan los malvados es pésima.
No hay tregua, y sus aparentes concesiones son regalos más que envenenados.
No puede ser que una y otra vez la sociedad tropiece con las mismas piedras.
Da igual que el tema sea uno u otro.
Los malvados siguen aplicando múltiples perfidias para canalizar el impulso de la gente y volverlo inocuo, neutralizado, inofensivo.
Te ceden una porción de protagonismo, pero ellos acotan el alcance y las condiciones de tu actuación.
Hay una hipocresía profundamente maligna en eso.
Tú te crees héroe por un día, pero a fin de cuentas sólo has hecho el canelo.
Cuando la tele se congratula de lo bien que está respondiendo la juventud, hay que mirar con lupa eso.
Porque embolicar al iluso mediatizado es pan comido.
Ya en otra ocasión se les condujo a acampar en plazas y se les convenció de estar protagonizando una revolución que no fue tal.
En este caso, los artífices han forzado la situación para que la única solución aparentemente viable sea la de acudir a socorrer y reparar los descomunales daños.
Y los malvados no van a permitir otro tipo de intervención.
Las víctimas son usadas de cebo para desencadenar una secuencia de eventos muy concreta.
A través del terror y el desamparo, las tienen secuestradas para forzar su atrincheramiento.
Se está gastando mucha energía y voluntad por un camino muy poco inteligente.
Nada es espontáneo en esto.
Los malvados están sirviéndose del buenismo de la gente para explotarlo a su favor.
Luego, probablemente, la gente virará hacia el otro extremo y seguirá siendo explotada a gusto de los malvados.
El lema biensonante que enarbolan los voluntarios tampoco es fortuito ni azaroso, y viene a reforzar todo este entramado.
Tanto que nos machacan con la movilidad para otras cosas, y aquí ni se contempla tal posibilidad.
En el fondo todo ha sido confabulado para que ninguna otra vía de intervención prospere.
Así, de todas las posibles soluciones, la población se ha empeñado en la menos sensata y pertinente.
No aprendemos y así nos va.
La inacción de las autoridades no es casual ni accidental.
La precariedad y descoordinación de las labores, ídem.
El secretismo con el que se están realizando ciertas tareas, lo mismo de lo mismo.
Y ya lo de los bulos es de traca.
Primero ceban tu imaginación morbosamente y luego te llaman memo crédulo.
Desde luego, se les da muy bien lo de liar y ofuscar al personal.
Son unos canallas empedernidos.
Su cinismo es inhumano y su palabrería es abominable.
Todo es premeditado y alevoso.
Quieren alimentar el tormento y el resquemor, dar cabida a todo tipo de elucubraciones y suposiciones.
Ese caldo de cultivo les sirve para cuantificar y clasificar a la masa crítica.
Una vez marcada y localizada, la masa crítica será suprimida llegado el momento.
Así de chungo o peor es lo que pretenden para la humanidad.
De paso, quieren ver hasta qué punto son capaces de generar agitación, de reconducir la furia y de malograr cualquier conato de alzamiento.
O tal vez quieren servirse de ese ímpetu para instaurar un régimen aún más opresivo.
O simplemente pretenden usurpar nuestros recursos naturales, que no es poquita cosa.
Vete a saber.
Lo que es seguro es que no traman nada bueno.
Y la gente tiene memoria de pez.
Hace no mucho estas mismas sabandijas asumieron un ilícito mando abusivo, supercoordinado y ultramachacón en sus comunicados, para secuestrar a todo el mundo con la excusa del bichito inexistente.
Y ahora resulta que se han vuelto unos patanes incapaces de hacer la o con un canuto.
No señor, eso no es así.
Lo que pasa es que su táctica de ahora es otra.
Todo el tiempo que perdemos debatiendo sobre cuestiones secundarias, es tiempo que ellos ganan implantando su maléfico nuevo sistema.
Con total impunidad.
A ver cuándo llega el día en que dejamos de consentir semejantes malevolencias imperdonables.
Para que esta ignominia termine de una vez por todas.